Encuentro poético con Luis Alberto de Cuenca

Tendrá lugar en el Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza el martes, 28 de abril de 2015, a las 20 h

El poeta, filólogo e investigador Luis Alberto de Cuenca participa en un encuentro poético que se celebrará en el Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza el martes, 28 de abril de 2015, a las 20 horas, organizado por la Cátedra “Federico García Lorca” del Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR, que dirige Juan Varo.

Luis Alberto de Cuenca nació en Madrid el 29 de diciembre de 1950. Es profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo. Ha sido director de la Biblioteca Nacional (1996-2000) y secretario de Estado de Cultura (2000-2004). Es académico de número de la Real Academia de la Historia desde 2010, y académico correspondiente en Madrid por la de Buenas Letras de Granada. Obtuvo en 2013 el prestigioso Premio “Julián Marías” de Investigación en Humanidades.

Como poeta ha publicado, entre otros libros, “La caja de plata” (Premio de la Crítica 1985), “El hacha y la rosa” (1993), “Por fuertes y fronteras” (1996), “Los mundos y los días. Poesía” 1972-1998 (1999; 4.ª edición, 2012), “Sin miedo ni esperanza” (2002), “La vida en llamas” (Premio Ciudad de Melilla 2006), “El reino blanco” (2010) y “Cuaderno de vacaciones” (2014). Por su obra poética se le concedió el Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid 2006 y el Premio de las Letras “Teresa de Ávila” 2008. Sería muy prolijo consignar aquí las numerosas antologías que recogen parcialmente su obra.

Entre sus libros de ensayos figuran “Floresta española de varia caballería” (1975), “Necesidad del mito” (1976 y 2008), “Museo” (1978), “El héroe y sus máscaras” (1991), “Etcétera” (1993), “Bazar. Estudios literarios” (1995), “Álbum de lecturas” (1996), “Las cien mejores poesías de la lengua castellana” (1998), “Señales de humo” (1999) “Baldosas amarillas” (2001), “De Gilgamesh a Francisco Nieva” (2005), “Libros contra el aburrimiento” (2011), “Nombres propios” (2011), “Palabras con alas” (2012) y “Lección magistral” (2014).

Como traductor, ha centrado su actividad en el mundo clásico grecolatino y en el Medievo europeo. Por su versión del “Cantar de Valtario”, de autor latino anónimo (siglo X) obtuvo el Premio Nacional de Traducción 1989. Ha traducido también a Horace Walpole, Jacques Cazotte, Villiers de l’Isle-Adam, Charles Nodier, Gérard de Nerval, Lord Tennyson, Wilhelm Hauff, etc. Ha editado críticamente al poeta helenístico Euforión de Calcis, a Eurípides, la “Galería fúnebre de espectros y sombras ensangrentadas” de Agustín Pérez Zaragoza, a Boscán, a Gabriel Bocángel, un texto inédito de Jardiel Poncela, a Rubén Darío, una antología poética de Calderón, etc.

Actividad

  • Encuentro poético con Luis Alberto de Cuenca
  • Día: martes, 28 de abril de 2015.
  • Lugar: Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza.
  • Hora: 20 horas.
  • Organiza: Cátedra “Federico García Lorca” del Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR.

Luis Alberto de Cuenca. Foto José Antonio Rojo.

Web:http://sl.ugr.es/07Tf

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Los niños disléxicos no detectan bien las sílabas acentuadas al oír las palabras, según un estudio

La dislexia no es solo un problema para la lectura: niños y niñas con esta dificultad también presentan un déficit en el procesamiento prosódico, es decir, que tienen mayores problemas para detectar las sílabas acentuadas

Un equipo español liderado por la UGR demuestra por primera vez esta carencia en dislexia en la lengua española –ya se había demostrado en inglés– y hace hincapié en incluir actividades de la expresión oral, además de las de lectura, para diferenciar tonos, acentos y entonación de las palabras.

A pesar del nivel de estudio y de la inteligencia del individuo, la dislexia puede generar dificultades a la hora de reconocer de manera correcta y fluida las palabras, de escribir sin faltas de ortografía y de descodificar las palabras. Las consecuencias inmediatas repercuten en la comprensión escrita y en la lectura, lo que impide que estas personas desarrollen de manera natural el vocabulario y la memoria necesarios.

En la actualidad, los expertos atribuyen este trastorno a un déficit fonológico, que consiste en la dificultad para representar adecuadamente los fonemas, para automatizar las reglas de conversión grafema-fonema y para mantener la información fonológica en la memoria de trabajo.

Un nuevo estudio, publicado en Research in Developmental Disabilities, demuestra por primera vez en la lengua española –en inglés ya había evidencias– que la dislexia no solo es un problema para la adquisición de la lectura. Los niños y las niñas con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental).

Para demostrarlo, el equipo de científicos, liderado por la Universidad de Granada (UGR), realizó una serie de experimentos con 31 niños españoles: “Diseñamos una tarea que consistía en que los participantes tenían que detectar y señalar con el teclado la sílaba acentuada de una serie de estímulos que se presentaron oralmente”, explica a Sinc Gracia Jiménez-Fernández, investigadora en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UGR y autora principal del trabajo.

Más errores en niños disléxicos

En una primera tarea, los estímulos eran palabras trisílabas que podían ser agudas (con o sin tilde), llanas (con o sin tilde) o esdrújulas. La segunda tarea tuvo la misma estructura pero los estímulos presentados fueron pseudopalabras –palabras no existentes en español pero que respetan sus reglas grafotácticas como, por ejemplo, “cátupos”–.

“Es importante destacar que las palabras y pseudopalabras se presentaron oralmente, es decir, en ningún momento el niño tenía que leerlas, solo escucharlas y señalar con el teclado la sílaba acentuada”, destaca Jiménez-Fernández.

Según los resultados, el grupo con dislexia mostró significativamente un mayor número de errores en la detección de la sílaba acentuada y, además, un mayor tiempo de respuesta. Asimismo, las comparaciones entre el rendimiento en palabras y pseudopalabras revelaron que los participantes del grupo control (sin dislexia) empleaban diferentes estrategias en cada caso, de modo que se podían beneficiar del conocimiento léxico que poseían de las palabras.

Sin embargo, los participantes del grupo de dislexia tendían a aplicar una única estrategia para procesar palabras y pseudopalabras sin poder utilizar su conocimiento léxico. “Lo que no sabemos aún es si el grupo de dislexia no posee dicho conocimiento léxico o, a pesar de poseerlo, no puede utilizarlo en este tipo de tarea”, apunta la investigadora.

Para los autores, es “crucial” incorporar tareas con pseudopalabras para estudiar este tipo de dislexia y para que los niños aprendan a diferenciar tonos, acentos y entonación de las palabras. Así, “la intervención en dislexia no solo debe incluir actividades de lectura y fonología segmental (conciencia fonológica) sino que se debe prestar especial atención al procesamiento suprasegmental o prosódico”, advierte la investigadora.

Referencia bibliográfica: Jiménez-Fernández, Gracia; Gutiérrez-Palma, Nicolás; Defior, Sylvia. “Impaired stress awareness in Spanish children with developmental dyslexia” 
Research in Developmental Disabilities 37: 152-161 
DOI: 10.1016/j.ridd.2014.11.002 febrero de 2015 

Los niños y las niñas con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental). / Fotolia

Contacto:
Gracia Jiménez Fernández
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UGR
Teléfono: 958 245 167
Correo electrónico: gracijf@ugr.es


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Primer Congreso Internacional de Mujer, Trabajo y Derecho, en la UGR

Se abordará desde la política de empleo y la contratación de la mujer, hasta las diferencias de género en la protección de la Seguridad Social

28 y 29 de abril, en la Facultad de Ciencias del Trabajo de la UGR

El Primer Congreso Internacional de Mujer, Trabajo y Derecho va a reunir durante dos días en la Facultad de Ciencias del Trabajo a expertos y profesionales nacionales e internacionales en el campo del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, así como profesionales de la Fiscalía, Inspección de Trabajo y Derecho.

El acto de inauguración se celebra el martes 28 de abril, a las 10 horas con las intervenciones de Pedro A. García López, decano de la Facultad de Ciencias del Trabajo, y Rosa Moya Amador, profesora del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y directora del Observatorio de Estudios Jurídico-Laborales.

La conferencia de inauguración será impartida por María Emilia Casas Baamonde, catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid y expresidenta del Tribunal Constitucional, titulada “Mujer y derechos fundamentales”.

El objetivo principal del Congreso es el análisis de la situación actual y futura de la mujer en el ámbito laboral y en la legislación española e internacional desde una perspectiva de género. La situación de la mujer actualmente en nuestro país se ve agravada por la crisis económica, que aumenta las dificultades para acceder al mundo del trabajo, tanto en la formación y promoción profesional como en las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar, y que, pese a ser una situación globalizada, resulta más acusada en España.

En la programación se incluye la realización de seis mesas redondas que abordarán las temáticas desde la política de empleo y la contratación de la mujer, hasta las diferencias de género en la protección de la seguridad social.

El congreso está organizado por la Facultad de Ciencias del Trabajo, el Observatorio de Estudios Jurídico-Laborales, y la Fundación General Universidad de Granada – Empresa, con la colaboración de diversas entidades públicas y privadas de Granada.

Exposición “Mujer y trabajo en España (1875-2015)“

Además en la Facultad de Ciencias del Trabajo se encuentra abierta al público la exposición “Mujer y trabajo en España (1875-2015)” que, a través de 35 instantáneas y paneles explicativos, hace un recorrido por la inmersión de la mujer en el mercado laboral desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.

Más información y programa en:

. Tel. 958 244109. Correo elec: citrab@ugr.es.

CONVOCATORIA:

  • ASUNTO: Inauguración del Primer Congreso Internacional de Mujer, Trabajo y Derecho.
  • DÍA: martes 28 de abril.
  • HORA: 10 horas.
  • LUGAR: Salón de Actos de la Facultad de Ciencias del Trabajo.


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El Faro de Melilla

Indalecio Sánchez-Montesinos: «Hay que darle una identidad al Campus de Melilla y acercarlo más a la UGR»

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Melilla Hoy

Pág. 15: La factura electrónica reducirá los plazos de pagos a proveedores, según Martínez

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Los niños disléxicos no detectan bien las sílabas acentuadas al oír las palabras

77443 Diversas dificultades a la hora de reconocer de manera correcta las palabras, escribir con faltas de ortografía y problemas a la hora de descodificar las palabras. Son algunos de los problemas que pueden esta provocados por la dislexia, y que nada tienen que ver con el nivel de estudios y de la inteligencia del individuo. Las consecuencias inmediatas de la dislexia repercuten en la comprensión escrita y en la lectura, lo que impide que estas personas desarrollen de manera natural el vocabulario y la memoria necesarios.

 

En la actualidad, los expertos atribuyen este trastorno a un déficit fonológico, que consiste en la dificultad para representar adecuadamente los fonemas, para automatizar las reglas de conversión grafema-fonema y para mantener la información fonológica en la memoria de trabajo.

Un nuevo estudio, publicado en Research in Developmental Disabilities, demuestra por primera vez en la lengua española –en inglés ya había evidencias– que la dislexia no solo es un problema para la adquisición de la lectura. Los menores con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental).

Para demostrarlo, el equipo de científicos, liderado por la Universidad de Granada (UGR), realizó una serie de experimentos con 31 niños españoles. Según explica a Sinc Gracia Jiménez-Fernández, investigadora en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UGR y autora principal del trabajo, el grupo diseñó una tarea «que consistía en que los participantes tenían que detectar y señalar con el teclado la sílaba acentuada de una serie de estímulos que se presentaron oralmente».

En una primera tarea, los estímulos eran palabras trisílabas que podían ser agudas (con o sin tilde), llanas (con o sin tilde) o esdrújulas. La segunda tarea tuvo la misma estructura pero los estímulos presentados fueron pseudopalabras –palabras no existentes en español pero que respetan sus reglas grafotácticas como, por ejemplo, «cátupos»–.

Según la investigadora, es importante destacar que «las palabras y pseudopalabras se presentaron oralmente, es decir, en ningún momento el niño tenía que leerlas, solo escucharlas y señalar con el teclado la sílaba acentuada».

Una vez analizados los resultados el grupo con dislexia mostró significativamente un mayor número de errores en la detección de la sílaba acentuada y, además, un mayor tiempo de respuesta. Asimismo, las comparaciones entre el rendimiento en palabras y pseudopalabras revelaron que los participantes del grupo control (sin dislexia) empleaban diferentes estrategias en cada caso, de modo que se podían beneficiar del conocimiento léxico que poseían de las palabras.

Sin embargo, los participantes del grupo de dislexia tendían a aplicar una única estrategia para procesar palabras y pseudopalabras sin poder utilizar su conocimiento léxico. Lo que no sabemos aún es si el grupo de dislexia no posee dicho conocimiento léxico o, a pesar de poseerlo, no puede utilizarlo en este tipo de tarea», apunta la investigadora.

Para los autores, es «crucial» incorporar tareas con pseudopalabras para estudiar este tipo de dislexia y para que los niños aprendan a diferenciar tonos, acentos y entonación de las palabras. Así, «la intervención en dislexia no solo debe incluir actividades de lectura y fonología segmental (conciencia fonológica) sino que se debe prestar especial atención al procesamiento suprasegmental o prosódico», advierte la investigadora.

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Los niños disléxicos no detectan bien las sílabas acentuadas al oír las palabras

77443 Los niños y las niñas con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental). / Fotolia

 

A pesar del nivel de estudio y de la inteligencia del individuo, la dislexia puede generar dificultades a la hora de reconocer de manera correcta y fluida las palabras, de escribir sin faltas de ortografía, y de descodificar las palabras. Las consecuencias inmediatas repercuten en la comprensión escrita y en la lectura, lo que impide que estas personas desarrollen de manera natural el vocabulario y la memoria necesarios.

En la actualidad, los expertos atribuyen este trastorno a un déficit fonológico, que consiste en la dificultad para representar adecuadamente los fonemas, para automatizar las reglas de conversión grafema-fonema y para mantener la información fonológica en la memoria de trabajo.

Un nuevo estudio, publicado en Research in Developmental Disabilities, demuestra por primera vez en la lengua española –en inglés ya había evidencias– que la dislexia no solo es un problema para la adquisición de la lectura. Los niños y las niñas con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental).

Para demostrarlo, el equipo de científicos, liderado por la Universidad de Granada, realizó una serie de experimentos con 31 niños españoles: «Diseñamos una tarea que consistía en que los participantes tenían que detectar y señalar con el teclado la sílaba acentuada de una serie de estímulos que se presentaron oralmente», explica a Sinc Gracia Jiménez-Fernández, investigadora en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada y autora principal del trabajo.

Más errores en los niños disléxicos

En una primera tarea, los estímulos eran palabras trisílabas que podían ser agudas (con o sin tilde), llanas (con o sin tilde) o esdrújulas. La segunda tarea tuvo la misma estructura pero los estímulos presentados fueron pseudopalabras –palabras no existentes en español pero que respetan sus reglas grafotácticas como, por ejemplo, «cátupos»–.

«Es importante destacar que las palabras y pseudopalabras se presentaron oralmente, es decir, en ningún momento el niño tenía que leerlas, solo escucharlas y señalar con el teclado la sílaba acentuada», destaca Jiménez-Fernández.

Según los resultados, el grupo con dislexia mostró significativamente un mayor número de errores en la detección de la sílaba acentuada y, además, un mayor tiempo de respuesta. Asimismo, las comparaciones entre el rendimiento en palabras y pseudopalabras revelaron que los participantes del grupo control (sin dislexia) empleaban diferentes estrategias en cada caso, de modo que se podían beneficiar del conocimiento léxico que poseían de las palabras.

Sin embargo, los participantes del grupo de dislexia tendían a aplicar una única estrategia para procesar palabras y pseudopalabras sin poder utilizar su conocimiento léxico. «Lo que no sabemos aún es si el grupo de dislexia no posee dicho conocimiento léxico o, a pesar de poseerlo, no puede utilizarlo en este tipo de tarea», apunta la investigadora.

Para los autores, es «crucial» incorporar tareas con pseudopalabras para estudiar este tipo de dislexia y para que los niños aprendan a diferenciar tonos, acentos y entonación de las palabras. Así, «la intervención en dislexia no solo debe incluir actividades de lectura y fonología segmental (conciencia fonológica) sino que se debe prestar especial atención al procesamiento suprasegmental o prosódico», advierte la investigadora.

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Los niños disléxicos no detectan bien las sílabas acentuadas al oír las palabras

77443 A pesar del nivel de estudio y de la inteligencia del individuo, la dislexia puede generar dificultades a la hora de reconocer de manera correcta y fluida las palabras, de escribir sin faltas de ortografía y de descodificar las palabras. Las consecuencias inmediatas repercuten en la comprensión escrita y en la lectura, lo que impide que estas personas desarrollen de manera natural el vocabulario y la memoria necesarios.

 

En la actualidad, los expertos atribuyen este trastorno a un déficit fonológico, que consiste en la dificultad para representar adecuadamente los fonemas, para automatizar las reglas de conversión grafema-fonema y para mantener la información fonológica en la memoria de trabajo.

Un nuevo estudio, publicado en Research in Developmental Disabilities, demuestra por primera vez en la lengua española –en inglés ya había evidencias– que la dislexia no solo es un problema para la adquisición de la lectura. Los niños y las niñas con esta dificultad de aprendizaje presentan también un déficit en el procesamiento prosódico (también llamado fonología suprasegmental).

Para demostrarlo, el equipo de científicos, liderado por la Universidad de Granada (UGR), realizó una serie de experimentos con 31 niños españoles: «Diseñamos una tarea que consistía en que los participantes tenían que detectar y señalar con el teclado la sílaba acentuada de una serie de estímulos que se presentaron oralmente», explica a Sinc Gracia Jiménez-Fernández, investigadora en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la UGR y autora principal del trabajo.

En una primera tarea, los estímulos eran palabras trisílabas que podían ser agudas (con o sin tilde), llanas (con o sin tilde) o esdrújulas. La segunda tarea tuvo la misma estructura pero los estímulos presentados fueron pseudopalabras –palabras no existentes en español pero que respetan sus reglas grafotácticas como, por ejemplo, «cátupos»–.
«Es importante destacar que las palabras y pseudopalabras se presentaron oralmente, es decir, en ningún momento el niño tenía que leerlas, solo escucharlas y señalar con el teclado la sílaba acentuada», destaca Jiménez-Fernández.

Según los resultados, el grupo con dislexia mostró significativamente un mayor número de errores en la detección de la sílaba acentuada y, además, un mayor tiempo de respuesta. Asimismo, las comparaciones entre el rendimiento en palabras y pseudopalabras revelaron que los participantes del grupo control (sin dislexia) empleaban diferentes estrategias en cada caso, de modo que se podían beneficiar del conocimiento léxico que poseían de las palabras.

Sin embargo, los participantes del grupo de dislexia tendían a aplicar una única estrategia para procesar palabras y pseudopalabras sin poder utilizar su conocimiento léxico. «Lo que no sabemos aún es si el grupo de dislexia no posee dicho conocimiento léxico o, a pesar de poseerlo, no puede utilizarlo en este tipo de tarea», apunta la investigadora.

Para los autores, es «crucial» incorporar tareas con pseudopalabras para estudiar este tipo de dislexia y para que los niños aprendan a diferenciar tonos, acentos y entonación de las palabras. Así, «la intervención en dislexia no solo debe incluir actividades de lectura y fonología segmental (conciencia fonológica) sino que se debe prestar especial atención al procesamiento suprasegmental o prosódico», advierte la investigadora. (Fuente: SINC)

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Las dietas hiperproteicas y los anabolizantes aumentan el daño oxidativo cerebral en ratones

77379 Investigadores del Grupo de Fisiología digestiva y nutrición de la Universidad de Granada (UGR) han observado en un estudio en ratas que el consumo de dietas hiperproteicas y de anabolizantes androgénicos esteroideos puede provocar daño oxidativo cerebral, como consecuencia de la oxidación de lípidos y proteínas.

 

Los resultados de este trabajo, según los autores, sugieren que dicho estrés oxidativo puede desencadenar en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson, si bien también reflejan que practicar ejercicio de alta intensidad reduce los efectos nocivos de las dietas altas en proteínas y los anabolizantes a nivel cerebral.

Para llevar a cabo el experimento, los científicos trabajaron con 80 ratas Wistar que fueron divididas en dos grupos de 40 animales. Uno de ellos actuó como grupo control, con una dieta normoproteica ajustada a un 10 por ciento de proteína vegetal de soja, mientras que al otro se le aplicó una dieta hiperproteica ajustada al 45 por ciento.

Además, cada uno de estos grupos fue subdividido en animales que realizaron un ejercicio de alta intensidad y otros que no. Y, del mismo modo, estos grupos se dividieron en 10 ratas a las que se administró el anabolizante ‘Stanozolol’ y a las 10 restantes un vehículo/placebo.

De este modo, vieron que aquellas ratas que consumieron una dieta hiperproteica y a las que se administraron esteroides anabolizantes presentaron daño a nivel cerebral, el cual fue disminuido cuando el ejercicio entró en juego, reduciendo así el daño oxidativo producido por las intervenciones anteriormente mencionadas.

Las ratas que llevaron a cabo un ejercicio de alta intensidad, basado en un entrenamiento de hipertrofia, vieron reducido el efecto negativo del consumo de una dieta alta en proteínas y de la administración de anabolizantes a nivel cerebral, aunque los autores advierten de la necesidad de tener cautela con el uso de este protocolo de entrenamiento con respecto al sistema de defensa antioxidante.

¿HALLAZGO REPRODUCIBLE EN HUMANOS?

Daniel Camiletti, autor principal de este trabajo, insiste en que se trata de un estudio experimental en ratas, cuyos resultados son difícilmente reproducibles en humanos.

«Lo que sí evidencia nuestra investigación es que las dietas hiperproteicas, así como la administración de esteroides anabolizantes en grandes dosis que muchos deportistas consumen para ganar masa muscular son dañinos para su salud», apunta el investigador de la UGR.

Del mismo modo, ha reconocido que el consumo de anabolizantes por parte de muchos culturistas, o simplemente personas que quieren ganar masa muscular o mejorar su aspecto físico, equivale a 10 veces más de la cantidad terapéutica que se prescribe para trastornos como el hipogonadismo (afección en la que las glándulas sexuales producen pocas o ninguna hormona) o la sarcopenia (pérdida de masa muscular esquelética asociada al envejecimiento), lo que sin duda tiene efectos muy negativos en su organismo».

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Las dietas hiperproteicas podrían ser dañinas para la salud y el cerebro

77379 Una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Granada con ratas ha demostrado que el consumo de dietas hiperproteicas y de anabolizantes androgénicos esteroideos puede provocar daño oxidativo cerebral, debido a la oxidación de lípidos y proteínas.

 

Los resultados de este trabajo sugieren que dicho estrés oxidativo puede desencadenar en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson, si bien también reflejan que practicar ejercicio de alta intensidad reduce los efectos nocivos de las dietas altas en proteínas y los anabolizantes a nivel cerebral.

Esta investigación ha sido llevada a cabo por Daniel Camiletti, Virginia Aparicio, Elena Nebot, Gerardo Medina, Rosario Martínez, Garyfallia Kapravelou, Ana Andrade, Jesús María Porres, María López Jurado y Pilar Aranda. Todos ellos pertenecen al grupo de investigación AGR-145 «Fisiología digestiva y nutrición» de la Universidad de Granada.

Para llevar a cabo el experimento, los científicos trabajaron con 80 ratas Wistar, que fueron divididas en dos grupos de 40 animales. Uno de ellos actuó como grupo control, con una dieta normoproteica ajustada a un 10% de proteína vegetal de soja (n=40), mientras que al otro se le aplicó una dieta hiperproteica ajustada al 45% (n=40). Además, cada uno de estos grupos fue subdividido en animales que realizaron un ejercicio de alta intensidad (n=20) y otros que no (n=20); del mismo modo, estos grupos se dividieron en 10 ratas a las que se administró Stanozolol (un anabolizante) y a las 10 restantes un vehículo/placebo.

Daño a nivel cerebral

Los resultados demostraron que aquellas ratas que consumieron una dieta hiperproteica y a las que se administraron esteroides anabolizantes presentaron daño a nivel cerebral, el cual fue disminuido cuando el ejercicio entró en juego, reduciendo así el daño oxidativo producido por las intervenciones anteriormente mencionadas.

Así, las ratas que llevaron a cabo un ejercicio de alta intensidad, basado en un entrenamiento de hipertrofia, vieron reducido el efecto negativo del consumo de una dieta alta en proteínas y de la administración de anabolizantes a nivel cerebral, aunque los autores advierten de la necesidad de tener cautela con el uso de este protocolo de entrenamiento con respecto al sistema de defensa antioxidante.

Daniel Camiletti, autor principal de este trabajo, insiste en que se trata de un estudio experimental en ratas, cuyos resultados son difícilmente reproducibles en humanos. «Lo que sí evidencia nuestra investigación es que las dietas hiperproteicas, así como la administración de esteroides anabolizantes en grandes dosis que muchos deportistas consumen para ganar masa muscular son dañinos para su salud», apunta el investigador de la UGR.

Del mismo modo, el Dr. Camiletti señala que el consumo de anabolizantes por parte de muchos culturistas, o simplemente personas que quieren ganar masa muscular o mejorar su aspecto físico, «equivale a 10 veces más de la cantidad terapéutica que se prescribe para trastornos como el hipogonadismo (afección en la que las glándulas sexuales producen pocas o ninguna hormona) o la sarcopenia (pérdida de masa muscular esquelética asociada al envejecimiento), lo que sin duda tiene efectos muy negativos en su organismo».

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LAS DIETAS HIPERPROTEICAS PUEDEN PROVOCAR DAÑO CEREBRAL

77379 Científicos de la Universidad de Granada han demostrado en una investigación con ratas que el consumo de dietas hiperproteicas y de anabolizantes androgénicos puede provocar daño oxidativo cerebral, debido a la oxidación de lípidos y proteínas.
Los resultados de este trabajo sugieren que dicho estrés oxidativo puede desencadenar en enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer o Parkinson, si bien también reflejan que practicar ejercicio de alta intensidad reduce los efectos nocivos de las dietas altas en proteínas y los anabolizantes a nivel cerebral.
La investigación, de la que ha informado hoy la institución académica, ha sido llevada a cabo por científicos del grupo de investigación sobre «Fisiología digestiva y nutrición» de la Universidad de Granada.
Para llevar a cabo el experimento, los científicos trabajaron con ochenta ratas Wistar, que fueron divididas en dos grupos de cuarenta animales. Uno de ellos actuó como grupo control, con una dieta ajustada a un 10 por ciento de proteína vegetal de soja, mientras que al otro se le aplicó una dieta hiperproteica ajustada al 45%.
Además, cada uno de estos grupos fue subdividido en animales que realizaron un ejercicio de alta intensidad y otros que no y, del mismo modo, estos grupos se dividieron en diez ratas a las que se administró Stanozolol, un anabolizante, y a las diez restantes un placebo.
Los resultados demostraron que aquellas ratas que consumieron una dieta hiperproteica y a las que se administraron esteroides anabolizantes presentaron daño a nivel cerebral, que fue disminuido cuando el ejercicio entró en juego, lo que redujo el daño oxidativo producido por las intervenciones mencionadas.
Las ratas que llevaron a cabo un ejercicio de alta intensidad, basado en un entrenamiento de hipertrofia, vieron reducido el efecto negativo del consumo de una dieta alta en proteínas y de la administración de anabolizantes a nivel cerebral.
Los autores advierten no obstante de la necesidad de tener cautela con el uso de este protocolo de entrenamiento con respecto al sistema de defensa antioxidante.
Daniel Camiletti, autor principal del trabajo, ha insistido en que se trata de un estudio experimental en ratas, cuyos resultados son «difícilmente reproducibles» en humanos.
«Lo que sí evidencia nuestra investigación es que las dietas hiperproteicas, así como la administración de esteroides anabolizantes en grandes dosis que muchos deportistas consumen para ganar masa muscular son dañinos para su salud», ha apuntado.
Del mismo modo, Camiletti ha señalado que el consumo de anabolizantes por parte de muchos culturistas, o simplemente personas que quieren ganar masa muscular o mejorar su aspecto físico, equivale a diez veces más de la cantidad terapéutica que se prescribe para diferentes trastornos, lo que tiene efectos «muy negativos» en el organismo.
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