Investigadores de Córdoba y de Granada estudian el efecto del cambio global en el parque nacional de Sierra Nevada

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76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas. Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Córdoba y de Granada, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

 

El equipo de investigadores del grupo de Dinámica Fluvial e Hidrología del Insituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve.

El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (Ipccpor sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el Ipcc dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y en algún punto, incluso hemos tenido que transportar incluso el material con mulos», ha apuntado Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

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76461 Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cotas más elevadas del Parque Nacional de Sierra Nevada, que ha conllevado efectos importantes en el ecosistema, está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.
CÓRDOBA, 5 (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada.
Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático.
Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio).
Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida.
Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional.
En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas.
«Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba.
PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros).
«Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.
Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados.
Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general».
Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.
COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC
Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas».
Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.
Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas.
«Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.
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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

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76461 Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cotas más elevadas del Parque Nacional de Sierra Nevada, que ha conllevado efectos importantes en el ecosistema, está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

 

Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada.

Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático.

Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio).

Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida.

Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional.

En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas.

«Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba.

PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA

Relacionadas

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros).

«Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados.

Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general».

Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC

Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas».

Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.

Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas.

«Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

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76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas.

 

Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad y que se ha presentado esta mañana en la Universidad de Córdoba, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve.

El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida.

Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación.

Precipitación y temperatura
Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

Comparación con los datos del IPCC
Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

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76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas. Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Córdoba y de Granada ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

 

El equipo de investigadores del grupo de Dinámica Fluvial e Hidrología del Insituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y en algún punto incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada.

Precipitación y temperatura

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento medio de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

Comparación con los datos del IPCC

Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solverntar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han resumido.

A juicio del vicerrector de Innovación, Transferencia y Campus de Excelencia de la Universidad de Córdoba, Enrique Quesada, «el estudio ha mostrado lo importante de la colaboración iniciada con la Universidad de Granada y el enorme potencial de este tipo de trabajos en el que se combinan las observaciones y el modelado hidrológico». El trabajo ha sido financiado por la Fundación Biodiversidad. Su origen estuvo en una investigación previa en 2004 en la cuenca del Guadalfeo. «De ahí surgió la necesidad de establecer un modelo sobre la nieve», ha concluido María José Polo.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

76461 Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada.

 

Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático.

Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio).

Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida.

Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional.

En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas.

«Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba.

PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros).

«Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados.

Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general».

Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua.

COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC

Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas».

Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro.

Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas.

«Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas.

 

Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad y que se ha presentado esta mañana en la Universidad de Córdoba, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos. Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación. Precipitación y temperatura
Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década. Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua. COMPARACIÓN CON LOS DATOS DEL IPCC Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.

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El cambio en las precipitaciones ha influido más que el calor en la disminución de nieve en Sierra Nevada

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76461 Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad, ha logrado determinar que la disminución de la presencia de nieve en las cotas más elevadas del Parque Nacional de Sierra Nevada, que ha conllevado efectos importantes en el ecosistema, está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos. Ampliar foto Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve. El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponibilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», ha apuntado el investigador Javier Herrero Lantarón, de la Universidad de Granada, durante la presentación, que ha tenido lugar en Córdoba. Precipitación y temperatura Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década. Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así. Más bien, las lluvias y nevadas son más torrenciales, lo que afecta en última instancia a la capacidad del terreno para retener el agua. Comparación con los datos del ipcc Con respecto a la comparación de los modelos el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas y las observaciones meteorológicas, los científicos de las universidades de Córdoba y de Granada han observado «una representación insuficiente de las variables meteorológicas». Las previsiones sobreestimaron un 12,5% en la disminución anual media de precipitación y algo más del 11% del aumento de la temperatura media. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. Para solventar estas diferencias, los investigadores han puesto en marcha un proceso de corrección de los resultados de precipitación y temperatura simuladas. «Se han puesto de manifiesto las dificultades existentes a la hora de proyectar dichos escenarios en la región», han concluido.
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Abierto el plazo de inscripción para el curso “Animación Japonesa. Historia, estética y proceso de producción”

Analizará en profundidad el amplio mundo del “Anime”, desde el punto de vista histórico, estético, técnico y como fenómeno sociocultural, y se harán prácticas con software profesional

Ya está abierto el plazo de inscripción para el curso “Animación Japonesa. Historia, estética y proceso de producción”, que se celebrará en la Facultad de Bellas Artes “Alonso Cano” de la Universidad de Granadaen el mes de mayo, organizado por la Escuela Internacional de Posgrado y la Fundación General UGR – Empresa y dirigido por Antonio Horno López, profesor del Departamento de Dibujo.

De la misma manera que toda forma de arte tiene una historia, en el caso especial de la animación hay muchas historias que todavía están siendo investigadas. Una de ellas corresponde al particular modelo de la animación japonesa, conocida generalmente como “Anime”. Un poderoso fenómeno social que se ha expandido con suma rapidez a prácticamente todo el mundo (el 60% de las series de animación emitidas en el mundo son fruto de estudios japoneses).

Inevitablemente dicha expansión ha llegado a nuestro país y una evidencia de la enorme popularidad que está consiguiendo esta industria en España la encontramos en las cifras alcanzadas en el último Salón del Manga celebrado en Barcelona, con alrededor de 130.000 visitantes en un solo día. Esto se debe a que, hasta finales del siglo pasado, lo único que se conocía en nuestro país respecto al “Anime” era apenas un puñado de series televisivas, tales como Oliver y Benji, Caballeros del Zodiaco, Candy Candy o Bola de Dragón. Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado asombrosamente: salones del manga prácticamente en cada ciudad, infinidad de asociaciones y festivales orientados al mundo del cine, el cómic y la animación. Eventos que han promovido la aceptación y expansión de este mercado y de la cultura japonesa.

En este curso se propone analizar profundamente el amplio mundo del “Anime”, desde el punto de vista histórico, estético, técnico y como fenómeno sociocultural. Se repasará su evolución histórica, dando a conocer los últimos descubrimientos en torno a su origen a principios del siglo XX, se estudiará la técnica y estética de las series de animación japonesa más populares de la última década, y por último se reproducirá el proceso de elaboración de un “Anime” comercial mediante una serie de prácticas con el paquete de software profesional RETAS Pro HD (Revolutionary Engineering Total Animation System), utilizado en el 90% de los estudios de animación japonesa y considerado líder en la industria del “Anime”.

  • Horario: lunes 4, 11 y 25 de mayo de 16:00 a 19:00 horas. Martes 5, 12, 26 de mayo de 16:00 a 19:00 horas. Viernes 8, 15 y 29 de mayo de 16:00 a 19:00 horas. Viernes 22 de mayo de 16:00 a 21:00 horas. Lunes 1 y martes 2 de junio de 16:00 a 19:00 horas.
  • Plazo de inscripción: del 5 de marzo al 30 de abril de 2015.
  • Fecha de realización: del 4 de mayo al 2 de junio de 2015.
  • Importe de matrícula: 60 Euros.

– Empresa. Centro de Transferencia Tecnológica. Planta 1ª. Gran Vía de Colón, 48, 18071 – Granada. Teléfono: 958 24 61 20. Correo elec: posgrados@fundacionugrempresa.es

Web: https://fundacionugrempresa.es


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El cambio en las lluvias influye más que el calor en la disminución de nieve

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76461 El repliegue de la nieve hacia cotas más elevadas en el Parque Nacional de Sierra Nevada ha conllevado efectos importantes en los ecosistemas de la zona y en la presencia del agua. Por ejemplo, se ha observado que ciertas especies de flora que se desarrollaban en temperaturas bajas o que necesitan nieve han migrado hacia lugares más elevados donde han podido encontrar mejores condiciones. Sin embargo, la causa no parece estar exclusivamente en el cambio reciente del régimen de temperaturas.

 

Un estudio conjunto de investigadores de las universidades de Granada y Córdoba, financiado por la Fundación Biodiversidad y que se presentó ayer en la Universidad de Córdoba, ha logrado determinar que esta disminución de la presencia de nieve en las cumbres penibéticas está más asociada a la forma y frecuencia en la que nieva que en la evolución de temperaturas hacia valores más extremos.

Un equipo de investigadores del Instituto Interuniversitario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía, dirigido por la profesora de la Universidad de Córdoba e investigadora del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 María José Polo, ha evaluado recientemente el impacto del cambio global sobre la nieve y la hidrología de alta montaña del Parque Nacional de Sierra Nevada. Para ello, estudió las tendencias en precipitación y temperatura durante el periodo 1960-2000 y las asociadas a las variables más significativas para el análisis de la nieve.

El periodo 1960-2000 es la referencia habitual empleada en estudios de cambio climático. Además, el grupo de científicos analizó los escenarios que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) estableció en su cuarto informe de evaluación (de 2007, el que estaba disponible al comienzo del estudio). Con estos informes, el IPCC dibuja proyecciones a futuro sobre los efectos que el cambio global puede producir en los ecosistemas, el agua o la disponilidad de comida. Estas previsiones se confrontaron con datos de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en el entorno del parque nacional. En algunos casos, como no había estaciones en lugares de gran altura o de difícil acceso, los investigadores tuvieron que establecer las suyas. «Hemos llegado a instalar dos a 2.500 metros y, en algún punto, incluso hemos tenido que transportar el material con mulos», apunta el investigador Javier Herrero Lantarón, de la UGR, durante la presentación.

Las observaciones en esas cuatro décadas mostraron que la presencia de nieve decrecía en zonas con cotas superiores a 1.200 metros. También se apreciaron tendencias medias decrecientes en cuanto a la precipitación anual general (4 milímetros) y de nieve en particular (1,3 milímetros). «Se pierde algo más de un día al año de ocurrencia de precipitación como media», ha señalado María José Polo. El proceso del cambio de régimen de precipitaciones ha pasado a ser más acentuado en la última década.

Por su parte, los valores máximos y mínimos de temperatura se extremaron ligeramente. La temperatura máxima ascendió en el periodo de estudio en 0,04 grados y la mínima cayó 0,01 grados. El resultado fue un incremento en la media de 0,02 grados. Las conclusiones del estudio apuntan «a una mayor influencia de la modificación del régimen de precipitación sobre la presencia de nieve, y no tanto al cambio del régimen térmico en general». Se podría pensar que el incremento de temperaturas ayuda a evaporar directamente la nieve, pero no es así, es más, las lluvias y nevadas son más torrenciales.

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Recuperan la historia de Jesús Yoldi, profesor de la UGR y alcalde de Granada fusilado en el 36

Yoldi2015 La historia de Jesús Yoldi Bereau, catedrático de Química General en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR)y alcalde de la ciudad en 1932, cuatro años antes de que fuera fusilado, en 1936, ha sido recuperada en un artículo publicado en el número 110 de ‘Anales de Química’, de la Real Sociedad Española de Química, con sede en Madrid.

 

Yoldi fue socio fundador y vocal de la Sección Local de la Sociedad Española de Física y Química y miembro de la Junta de Gobierno de la UGR. Murió fusilado el 23 de octubre de 1936 por los militares sublevados contra la República.

Los profesores de la UGR Pedro Luis Mateo Alarcón, Miguel Gómez Oliver, Roque Hidalgo Álvarez, y la investigadora del CSIC Lidia Mateo Leivas, en un artículo titulado ‘Jesús Yoldi Bereau (1894-1936), el profesor de Química que no se presentó a su destino’, hacen recuento de su trayectoria y de su olvido, y rinden homenaje al que fuera «ejemplo de compromiso político y social, durante aquellos años en los que se truncó la llamada Edad de Plata de la ciencia española».

Había nacido Jesús Yoldi en 1894 en Navarra y, según cuentan los autores del artículo, se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza el 25 de septiembre de 1915 con nota de sobresaliente y premio extraordinario de carrera. Luego sería profesor en la Universidad de Zaragoza, en la de Sevilla y en la de Granada.

Los autores del artículo, que han indagado en distintos archivos y han recuperado sus pasos y su carrera, recogen, igualmente en su trabajo de investigación aspectos de su vida social, como su matrimonio en 1928 con doña Beatriz Pérez Pérez, natural de Capileira (Granada), con quien tuvo tres hijos: Jesús, Antonio Luis y Victoriano.

Jesús Yoldi Bereau fue uno de los seis profesores de la Universidad de Granada detenidos y fusilados sin previo aviso en 1936, tras el intento de Golpe de Estado del 18 de julio que daría lugar a la Guerra Civil Española.

«El profesor Yoldi es el más desconocido entre todos ellos, al no existir artículo o libro alguno dedicado monográficamente a su memoria. De hecho, en el Archivo Histórico de la Universidad de Granada se conserva muy poca información (incluso la carpeta de su expediente académico está vacía) y prácticamente nada en el Ayuntamiento de Granada del que fue alcalde, ni siquiera una imagen gráfica de su persona. Tampoco suponen un aporte relevante los datos encontrados en los escasos textos o artículos que indirectamente mencionan su figura. Debido a esta ausencia, queremos dejar constancia de que muchos de los documentos y las fotografías con las que hemos podido trabajar han sido amablemente ofrecidos por su hijo, don Antonio Luis Yoldi Pérez, durante las conversaciones mantenidas con él», afirman.

CON GONZALO GALLAS

Entre los documentos que los investigadores aportan en este artículo figura una foto realizada en el Jardín Botánico de la Universidad de Granada y publicada el 1 de marzo de 1928 por la revista ‘Reflejos’ de Granada, en la que aparecen Pieter Zeeman, premio Nobel de Física en 1902, y su esposa, junto a los profesores Gonzalo Gallas, Jesús Yoldi y Juan Antonio Tercedor, por aquel entonces decano de Ciencias.

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«A pesar de que no haya quedado constancia en el Boletín de la Universidad de Granada ni en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, todo indica que el profesor Zeeman y su esposa realizaron una visita privada a Granada, probablemente antes de asistir en Madrid a los actos de celebración del XXV Aniversario de la Fundación de la SEFQ en abril de ese año, visitando la Facultad de Ciencias, que entonces se encontraba contigua al Jardín Botánico».

Igualmente, dan cuenta de que Marie Curie, premio Nobel de Física y premio Nobel de Química, visitó Granada en 1931, aunque no queda constancia de este hecho ni en el Boletín de la Universidad de Granada ni en los Anales de la SEFQ.

Los profesores que han firmado este artículo recogen distintos pasajes de la vida de Jesús Yoldi, muy activa no solo en el plano académico, sino también en los ámbitos político, social y cultural. Y hacen hincapié en su compromiso político de izquierdas y en su implicación en la sociedad y la Universidad a la que pertenecía.

«En julio de 1936 Jesús Yoldi –escriben los investigadores– es detenido por falangistas y miembros de la Guardia Civil que apoyaban a los militares golpistas cuando se encontraba de vacaciones en Capileira, el pueblo natal de su esposa. Tras el arresto, es conducido a la calle Duquesa, donde los golpistas tenían su Gobierno Civil, y desde allí pasa a la cárcel para ser llevado luego a Víznar».

Jesús Yoldi fue obligado, junto con Joaquín García Labella, catedrático de Derecho Administrativo que también sería posteriormente fusilado, a cavar la fosas y a enterrar en el barranco de Víznar a los que habían sido sus amigos y compañeros leales al Gobierno de la Segunda República Española, primeras víctimas de la represión. Según algunos testimonios recogidos por el investigador Agustín Penón en 1955, el grupo en el que estaba Jesús Yoldi enterró a Federico García Lorca cuando éste fue fusilado en agosto del 1936. Se cerraba así un trágico círculo en el que el poeta y el químico se encontraban por última vez.

Dos meses después, el 23 de octubre de 1936, Jesús Yoldi Bereau era fusilado, sin juicio previo alguno, contra las tapias del cementerio granadino, precisamente el mismo día en el que también fue fusilado Salvador Vila, el que fuera rector de la Universidad de Granada, destituido el 18 de julio de 1936. El cuerpo de Jesús Yoldi fue enterrado en el cementerio de Granada, aunque desde 1970 descansa, junto al de su esposa y el de su hijo Victoriano, en el cementerio de Capileira en la Alpujarra granadina.

SU COMPROMISO POLÍTICO

Durante toda su vida, tanto en su actividad política, como en la UGR, Yoldi había manifestado su compromiso social y político y su espíritu crítico: «Yoldi fue uno de los ocho claustrales que, en la Sesión de Claustro de 7 de abril de 1936, votó la propuesta de moción de censura contra el tector, Antonio Marín Ocete, y la Junta de Gobierno, debido al cierre de la universidad y a las medidas represivas que se tomaron por parte de las autoridades académicas en relación con los continuos conflictos estudiantiles.

Cinco de los claustrales que votaron dicha propuesta, incluyendo al propio Jesús Yoldi, serían luego fusilados y, de hecho, aparecen con una cruz en el Acta de dicha Sesión.

El 28 de noviembre de 1936 el nuevo rector de la Universidad de Granada, Antonio Marín Ocete, el mismo contra quien Yoldi había votado una moción de censura, «comunica a la Junta Técnica que (don Jesús Yoldi Bereau) no se presentó a su destino a efecto D, 93 (original exp. 331 A) nº 339».

«No se equivocaba –terminan los firmantes del artículo– el expediente iniciado por el rector don Antonio Marín Ocete cuando afirmaba que Jesús Yoldi Bereau no se presentó a su destino. Lo que la macabra poética del expediente no dice, sin embargo, es que su destino, como el de tantos otros, le fue también brutalmente arrebatado por la barbarie y la complicidad de los firmantes de tales expedientes».

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