Un contaminante presente en alimentos grasos aumenta el riesgo de cáncer en hombres

75426 Un estudio internacional, con participación de la Universidad de Granada, ha demostrado que la exposición a un contaminante químico denominado PCB-153 se asocia positivamente con el riesgo de padecer cáncer en varones. Este compuesto, prohibido en España desde los años 80, está presente aún en muchos alimentos ricos en grasas, como los pescados grasos de gran tamaño.

Parte del grupo de investigación que ha participado en este trabajo. De izquierda a derecha: Juan Pedro Arrebola, Marieta Fernández, Francisco Artacho, Inmaculada Jiménez y Rocío Pérez Lobato. / UGR

Una nueva investigación, en el que participa la Universidad de Granada, revela que la exposición a un contaminante químico, el PCB-153, se relaciona con el riesgo de cáncer en hombres. Este compuesto, prohibido en España desde los años 80, está presente aún en muchos alimentos ricos en grasas, como los pescados grasos de gran tamaño (atún, salmón y pez espada, entre otros), debido a su elevada resistencia a la degradación.

En este trabajo, publicado en la revista Science of the Total Environment, participan diversas instituciones todas ellas incluidas en el Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS) de Granada: la Universidad de Granada, el Complejo Hospitalario Universitario de Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, CIBER en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), y el Registro de Cáncer de Granada. Además, en este trabajo ha participado un investigador perteneciente al Bispebjerg University Hospital (Dinamarca).

Como explica el autor principal de esta investigación, Juan Pedro Arrebola, del Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS), «en la actualidad existe una tendencia creciente en la incidencia de diversos tipos de cáncer, en parte atribuida a la influencia de diversos factores medioambientales, como la exposición a ciertos contaminantes químicos».

Los alimentos grasos son la principal vía de exposición a PCBs en la población general

Una muestra de 368 hombres y mujeres

El objetivo de este estudio fue analizar si la exposición a ciertos contaminantes químicos, acumulada a lo largo del tiempo, podría estar relacionada con el riesgo de padecer cáncer. Para ello, los científicos analizaron los niveles acumulados de un grupo de contaminantes en la grasa de 368 hombres y mujeres adultos, residentes en la provincia de Granada, y recogieron la incidencia de cáncer a lo largo de los nueve años posteriores al reclutamiento.

«Al cabo de este tiempo, encontramos que, entre los hombres, la exposición acumulada a un contaminante llamado PCB-153 se asoció positivamente con el riesgo de padecer cáncer. El PCB-153 pertenece a un grupo de compuestos químicos llamados bifenilos policlorados (PCBs), ampliamente utilizados en diversas aplicaciones industriales, incluyendo transformadores eléctricos, condensadores industriales, sistemas hidráulicos, selladores de construcciones, plaguicidas, e incluso como componentes de material plástico», señala Arrebola.

El PCB-153 pertenece a un grupo de compuestos químicos llamados bifenilos policlorados (PCBs), ampliamente utilizados en diversas aplicaciones industriales

PCBs en el medio ambiente y en las personas

A pesar de que el uso de los PCBs fue prohibido en España durante los años 80, estos compuestos siguen presentes tanto en el medioambiente como en la mayoría de las personas, gracias a su elevada resistencia a la degradación, así como en equipos obsoletos.

«Se estima que los alimentos grasos son la principal vía de exposición a PCBs en la población general, por lo que niveles elevados de PCBs podrían ser, en parte, indicadores de una alimentación rica en grasas», destaca el investigador. Por otro lado, se sospecha que los PCBs podrían provocar cáncer a través de diversos mecanismos, que incluyen su interacción con receptores hormonales de estrógenos y andrógenos, la producción de radicales libres, o con el ADN.

«Como el cáncer tiene un largo periodo de latencia, nuestro grupo de investigación continúa siguiendo a este grupo de personas para comprobar si estos resultados preliminares se mantienen tras un tiempo de seguimiento mayor», concluye el investigador de la UGR

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Puesta de largo de la Universiada

Casi cuatrocientas medallas se entregarán durante los juegos de Granada, que se disputarán entre el 4 y el 14 de febrero de 2015

Las medallas y las aplicaciones oficiales para móvil de la Universiada de Invierno Granada 2015 han sido presentadas en un acto celebrado el 29 de enero de 2015 en el Palacio de Congresos de Granada, al que han asistido el concejal de deportes del ayuntamiento, Antonio Granados, la delegada del gobierno en la ciudad, Sandra García y el gerente de la Universiada, Ignacio Pipó.

Casi cuatrocientas serán las medallas que se entreguen durante los juegos, que disputarán entre el 4 y el 14 de febrero. Su diseño ha estado a cargo del granadino José Luís García, que fue precisamente el que creó el logotipo oficial allá por el año 2009, cuando la ciudad se convirtió en candidata a albergar la Universiada.

Según García, las medallas son precisamente una evolución de este logo, que va dividiendo cada una de sus partes hasta llegar a su forma redondeada. “Lo que se consigue es hacer una medalla que mantiene el look del evento, que gira siempre alrededor del logo”, ha explicado el artista.

Las ceremonias de entrega de medallas no se harán siempre en el mismo lugar. En el caso de los deportes de nieve, se realizarán por las tardes en la explanada que hay frente al Palacio de Congresos, de manera que todos los granadinos puedan disfrutar del evento junto a los deportistas. Las de los deportes de hielo sí se harán en sus respectivos escenarios de competición: Palacio de Deportes, Granada Iglú y Pabellón de la Universidad de Granada en Paseos de Fuentenueva.

Ceremonia de apertura

Con respecto a la ceremonia de apertura, el concejal de deportes del Ayuntamiento de Granada, Antonio Granados, ha confirmado que se celebrará el 4 de febrero a las 18:00 en el Palacio de Congresos. Aunque en un principio se planteó en el exterior del Palacio, finalmente se organizará en el interior, con el fin de evitar posibles inclemencias meteorológicas. Granados ha destacado el carácter local de la ceremonia.

Junto a las medallas, también se han presentado las nuevas aplicaciones oficiales de la Universiada para móvil. Se trata de una suite con tres posibilidades desarrollada por la empresa granadina Desarrollo Tic, compuesta íntegramente por ingenieros formados en la Universidad de Granada.

Destaca entre las tres la aplicación oficial, disponible gratuitamente para IOS y Android. Se trata de un programa que permite seguir en tiempo real el desarrollo de todas las competiciones, gracias a su interacción con el sistema oficial de cronometraje, que está a cargo de Swiss Timing. Del mismo modo, hay una completa información de horarios, noticias, interacción con redes sociales, información meteorológica y transportes.

Sobre este último punto, hay que agradecer también la cesión a la suite durante los días que dure la Universiada de otra aplicación que permite seguir en tiempo real la situación de los autobuses de Rober. Esto facilitará enormemente el transporte tanto de los deportistas como del colectivo de acreditados, en general. Por último, se ha desarrollado igualmente otra aplicación específica para los miembros de las delegaciones que también está orientada al transporte.

Aunque ya se puede instalar la de IOS a través del Apple Store, en breve se instalará una pestaña en la web oficial de la Universiada (www.granada2015.org) en la que se podrán descargar fácilmente.

Pie de foto:

De izquierda a derecha, el autor del diseño de las medallas, José Luis García; el concejal de deportes del Ayuntamiento, Antonio Granados; la delegada de Gobierno en Granada, Sandra García; y el gerente de la Universiada, Ignacio Pipó.


“La película del soldado francés” en el Cineclub universitario

Dirigida por Henri Desfontaines en 1928, se proyectará en el Salón de Actos de la ETS de Ingeniería de Edificación, el martes, 30 de enero de 2015, a las 21 horas, para cerrar el ciclo “No necesitaban palabras, tenían rostros. Joyas del cine mudo (X). Especial 1.ª Guerra Mundial”

El ciclo de cine “No necesitaban palabras, tenían rostros. Joyas del cine mudo (X). Especial 1.ª Guerra Mundial” se viene proyectando los martes y viernes de enero de 2015, del 13 al 30, a las 21 horas, en el Salón de Actos de la ETS de Ingeniería de Edificación, organizado por el Cineclub universitario que dirige Juan de Dios Salas, en el Centro de Cultura Contemporánea del Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Deporte de la UGR.

Con entrada libre, hasta completar el aforo, todas las proyecciones cuentan con “intertítulos” en español.

Programa

Martes, 13 de enero

“La Navidad del soldado francés” (1916), de Luois Feuillade, y “Los niños franceses durante la guerra” (1918), de Henri Desfontaines. Las dos proyecciones contarán con acompañamiento musical compuesto e interpretado al piano por José Ignacio Hernández.

http://sl.ugr.es/07fS

Viernes, 16 de enero

“La batalla del Somme” (1916), de Geoffrey Molins & J.B. McDowell”.

http://sl.ugr.es/07g4

Martes, 20 de enero

“El recluta de Bud” (1918), de King Vidor. “El bono” (1918), de Charles Chaplin. “Armas al hombro” (1918), de Charles Chaplin.

http://sl.ugr.es/07g5

Viernes, 23 de enero

“El gran desfile” (1925), de King Vidor.

http://sl.ugr.es/07g6

Martes, 27 de enero

“Alas” (1927), de William A. Wellman.

http://sl.ugr.es/07g7

Viernes, 30 de enero

“La película del soldado francés” (1928), de Henri Desfontaines.

http://sl.ugr.es/07g8


Abierto el plazo para la VII edición del Premios Uniproyecta

Para fomentar el espíritu emprendedor entre la comunidad universitaria y estimular la iniciativa empresarial

La Universidad de Granada, a través del Centro de Promoción de Empleo y Prácticas del Vicerrectorado de Estudiantes, convoca la VII edición del Premios Uniproyecta, con objeto de fomentar el espíritu emprendedor entre la comunidad universitaria y estimular la iniciativa empresarial. Es una iniciativa impulsada por Universia y la Red Universitaria de Asuntos Estudiantiles (RUNAE) que reconoce al mejor proyecto emprendedor universitario de excelencia.

Siguiendo las bases de la VII convocatoria de Uniproyecta, la UGR podrá enviar un proyecto seleccionado y un proyecto reserva que competirán con los proyectos presentados por otras universidades a nivel nacional.

Podrán participar estudiantes y titulados universitarios (que hayan obtenido el título en los dos cursos académicos anteriores al curso 2014/2015), y que hayan elaborado o puesto en marcha proyectos empresariales de conformidad con lo regulado en las bases de esta convocatoria.

Los premios de la sexta edición de Uniproyecta son:

•Premio Uniproyecta Portal Universia al mejor proyecto emprendedor universitario: 10.000 € y diploma acreditativo.

•Premio Uniproyecta Fundación Universia al proyecto orientado a la atención de personas con discapacidad: 5.000 € y diploma acreditativo.

El plazo de presentación de proyectos finaliza el próximo 16 de febrero.

Para participar en esta convocatoria, los proyectos se harán llegar al Centro de Promoción de Empleo y Prácticas tal y como se establece en la resolución. No se enviarán directamente a Universia.

Más información en la web del Centro de Promoción de Empleo y Prácticas de la Universidad de Granada http://cpep.ugr.es/


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El océano profundo alberga materia orgánica fluorescente que tarda entre 400 y 600 años en degradarse

Científicos de la Universidad de Granada aportan nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, situada por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra

Su trabajo, que publica hoy la revista Nature Communications, ha realizado un análisis espectrofluorimétrico de 800 muestras de agua procedentes de todos los océanos del mundo

Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada “bomba microbiana de carbono”, provocada por los microorganismos del océano profundo

Científicos nacionales e internacionales, liderados por la Universidad de Granada, han descubierto que el océano profundo (por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra) alberga materia orgánica fluorescente que resiste a la degradación entre 400 y 600 años, y que supone un almacenamiento de carbono orgánico reducido.

Este trabajo, que publica hoy la prestigiosa revista Nature Communications, aporta nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, un enigma para muchos investigadores por su elevada complejidad química, formada por miles de sustancias que persisten durante cientos o miles de años.

Las investigadoras de la Universidad de Granada Teresa S. CataláIsabel Reche, autoras principales de este artículo, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización espectrofluorimétrica.

Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada “bomba microbiana de carbono”, un procesoque consiste en que los microorganismos del océano profundo, durante la mineralización de la materia orgánica, generan compuestos reducidos que son persistentes y pueden ser almacenados en profundidad. Este almacenamientoevita que sean devueltos a la atmósfera en forma de CO2y, así, mitigar su incremento en la atmósfera.

Los científicos se han centrado en las moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y de reemitirla en forma de fluorescencia y que representan los compuestos persistentes. Han descubierto que estas moléculas persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra. Un tiempo de vida que es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo: unos 350 años.

“Esto significa que las moléculas orgánicas fluorescentes, que representan entre el 1% y el 15% de la materia orgánica disuelta, tienen el potencial de secuestrar carbono en las profundidades del océano y, con ello, contribuir a reducir el efecto invernadero”, explica Isabel Reche Cañabate, del departamento de Ecología de la Universidad de Granada y coautora del trabajo.

800 muestras de todos los océanos

La circunnavegación realizada por el buque Hespérides en 2010 y 2011, en el marco de la expedición Malaspina 2010, supuso “una oportunidad única” para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico y de profundidades que alcanzaron los 4000 m.

“Hemos realizado un censo de las moléculas orgánicas fluorescentes en 800 muestras presentes en 24 masas de agua diferentes recogidas en todos los océanos” explica la investigadora de la UGR Teresa S. Catalá, primera firmante de este artículo. Este trabajo forma parte de su tesis doctoral dirigida por Isabel Reche (Universidad de Granada) y Xosé Antón Álvarez Salgado(CSIC).

Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo, inmediatamente después de ser tomadas, para que sus propiedades no se alterasen. Para ello, los científicos emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz de distintas longitudes de onda (colores).

“Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y nos proporcionó 2,5 millones de datos. Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo similar, ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo”, destaca Catalá.

Los científicos esperan con su trabajo contribuir a seguir avanzando en el conocimiento de la “bomba microbiana de carbono”, un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y así a contrarrestar en parte los efectos del incremento de CO2 en la atmósfera.

La expedición Malaspina 2010 es un proyecto Consolider-Ingenio 2010 que, gestionado por el CSIC y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, comprende a unos 50 grupos de investigación entre los que se encuentra el de la Universidad de Granada liderado por Isabel Reche.

Referencia bibliográfica:
T. S. Catalá, I. Reche, A. Fuentes-Lema, C. Romera-Castillo, M. Nieto-Cid, E. Ortega-Retuerta, E. Calvo, M. Álvarez, C. Marrasé, C. A. Stedmon, X. A. Álvarez-Salgado.Turnover time of fluorescent dissolved organic matter in the dark global ocean.Nature Communications. DOI: 10.1038/ncomms6986 

Matrices de exitación-emisión de los 4 grupos de compuestos fluorescentes del océano profundo. Los componentes similares a los ácidos húmicos (C1 y C2) persisten durante siglos.

OceanographicRosettaInmersión hasta 4.000 m de profundidad de roseta oceanográfica para extraer muestras de agua de los diferentes océanos.

Contacto:
Isabel Reche Cañabate
Departamento de Ecología de la Universidad de Granada
Correo electrónico: ireche@ugr.es
Teléfono: 958 241000 Ext 20018


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Abierta nueva convocatoria de Becas I+D+i del Programa Emple@Joven gestionadas por la Universidad de Granada

El plazo permanecerá abierto hasta el próximo lunes 2 de febrero

Está abierta la nueva convocatoria de Becas I+D+i del Programa Emple@Joven gestionadas por la

Los estudiantes interesados, y que reúnan los requisitos del Programa Emple@Joven de la Junta de Andalucía, puedan inscribirse.

El plazo permanecerá abierto hasta el próximo lunes 2 de febrero de 2015 (inclusive).

Las forma de inscripción y bases de la convocatoria en: verlas:

Los proyectos y perfiles requeridos quedan reflejados en esta tabla:

Nombre Nº Becas Proyecto/s Titulación Becari@ Solicitad@s
Naranjo Intelligent Solutions S.L. 1 1. Sistema Inteligente para la eliminación del error humano en procesos de dispensación y administración de medicamentos en hospitales. Ingenieria telecomunicaciones Ingenieria electrónica
Axesor Conocer para decidir S.A. 3 1. Marketing Intelligence. 2. SIPE. Investigación proveedores externos. 3. SÍGAME. Grado en informática Ingenieria en informática
Ingeniesia Desarrollo Cloud S.L. 1 1. Desarrollo de nuevo software Saas para la gestión integral de clínicas veterinarias, con las que las pymes del sector podrán gestionar sus centros. Grado en informática Ingenieria en informática
RTI International Spain S.L.U. 2 1. Mejora de una plataforma de comunicación en tiempo real dentro del ámbito del Internet de las cosas. Ingeniero en informática, telecomunicaciones y afines. Máster en computadores y redes, tecnología multimedia, en datos e ingeniería de computadores
Si2 Pequeñas y Grandes Soluciones Tecnológicas 2 1. Aplicaciones multiplataforma para el impulso de la comunicación de proximidad. Grado en informática (preferente) Grado en Markhtml to docku convertereting e investigación de mercados.
VlooSolutions S.L. 1 1. Desarrollo e Investigación electrónica sistema automático de guiado con sistema de posicionamiento en interiores y completamente desatendido. Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones
SevenSolutions S.L. 2 1. Calibración, Optimización y Robustez de equipos de sincronización de alta precisión. Ingeniero en Informática. Telecomunicaciones, electrónica o equivalente Física
Hygea Salud y Nutrición 1 1. Global DietPlanner Grado en Informática Ingeniería en Informática
Fundación Purísima Concepción 1 1. Elaboración y Adaptación de aplicaciones informáticas (APPS) para mejorar las competencias en personas con discapacidad intelectual y espectro autista. Grado en Informática Ingeniero en Informática
Natalia DominguezMegías 1 1. Fisioterapia y terapia asistida con animales Fisioterapia


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Exposición fotográfica “El sabor de las Matemáticas”, en la Facultad de Ciencias

Compuesta por fotografías de doce platos realizados por el cocinero José Carlos García (una estrella Michelin) y su equipo, inspiradas en formas geométricas

En el marco del Congreso Bienal de la Sociedad Española de Matemáticas, que se celebra en laUniversidad de Granada del 2 al 6 de febrero

El viernes 30 de enero, a las 13 horas, se inaugura la exposición “El sabor de las Matemáticas”, en la sala de exposiciones de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. Previo a la inauguración, a las 12 horas, la comisaria de la exposición, la profesora Mercedes Siles Molina, catedrática de Álgebra de la Universidad de Málaga, impartirá la conferencia “Universos culinarios y sueños matemáticos”, en el Salón de Grados “Florentino García Santos” de la Facultad de Ciencias.

La exposición “El sabor de las Matemáticas”, ideada por la profesora Mercedes Siles, pone de manifiesto la estrecha conexión entre matemáticas y cocina a través de las imágenes. La exposición consta de fotografías de doce platos realizados por el cocinero José Carlos García (una estrella Michelin) y su equipo, que se han inspirado en formas geométricas, y que el matemático y fotógrafo Pedro Reyes Dueñas ha plasmado a través de su impronta personal. Cada plato está acompañado de dos fotografías en las que aparece dicha forma geométrica y la fórmula algebraica correspondiente. Vienen acompañadas, además, de cuarenta imágenes en blanco y negro en las que se muestra el proceso llevado a cabo para crear los platos. Son el día a día del proceso creativo.

La exposición viajará próximamente a Nueva York, para exponerse en el MoMath (Museo Nacional de Matemáticas), así como a Panamá y Colombia. En España se ha podido visitar, además de en la Universidad de Málaga, donde se expuso inicialmente, en la de Santiago de Compostela.

La exposición forma parte de las actividades del Congreso Bienal de la Sociedad Española de Matemáticas que se celebra en la Universidad de Granada del 2 al 6 de febrero.

Exposición fotográfica, autores: -Mercedes Siles Molina, catedrática de Álgebra de la Universidad de Málaga. -José Carlos García, cocinero. -Pedro Reyes Dueñas, matemático, profesor de Secundaria y fotógrafo.

. Tlf. 958249947. Correo elec: marias@ugr.es.

En la exposición cada plato está acompañado de dos fotografías en las que aparece dicha forma geométrica y la fórmula algebraica correspondiente.

sabor2Fresas con teja de coral y cacao.

sabormatematicas03Cilindro.

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA: “El sabor de las Matemáticas”.

LUGAR: Sala de exposiciones de la Facultad de Ciencias.

FECHAS: Del 30 de enero al 13 de febrero de 2015.

HORARIO: Días laborables de 10: a 13:30 y de 16:30 a 20 horas, (a partir del día 7 sólo estará abierta en horario de mañana).

INAUGURACIÓN: viernes 30 de enero, 13 horas, sala de exposiciones de la Facultad de Ciencias.


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El océano profundo alberga sustancias fluorescentes capaces de almacenar carbono de origen humano

75463 El hallazgo se desprende del análisis de 800 muestras de agua de todos los océanos tomadas durante la expedición Malaspina
CSIC/DICYT Investigadores de la expedición Malaspina han dado un paso adelante en el conocimiento de la materia orgánica disuelta en el océano profundo, una enorme «caja negra» formada por gran cantidad de sustancias que persisten de cientos a miles de años. Los resultados, basados en 800 muestras de todos los océanos recogidas durante la circunnavegación del buque Hespérides entre 2011 y 2012, profundizan en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo con el que el océano almacena carbono procedente de la actividad humana.

 

El océano contiene una enorme cantidad de carbono en forma de materia orgánica disuelta. El volumen, unos 700 billones de kilogramos, es comparable a todo el dióxido de carbono acumulado en la atmósfera. Casi toda la materia orgánica disuelta es producida por los microorganismos unicelulares que habitan los océanos y, mayoritariamente, persiste en el agua sin alterarse entre décadas y miles de años. La generación de estas sustancias se conoce como «bomba microbiana de carbono».

Los científicos, que publican sus conclusiones en el último número de la revista Nature Communications, se han centrado en aquellas moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y reemitir una parte en forma de fluorescencia. Han descubierto que persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde no penetra la luz solar.

«Este tiempo de vida es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo, unos 350 años, lo que significa que las moléculas fluorescentes, que representan entre el 1% y el 15% de la materia orgánica, tienen potencial para secuestrar carbono antropogénico en las profundidades y, por tanto, contribuir a mitigar el efecto invernadero debido a la quema de combustible fósiles», explica Xosé Antón Álvarez Salgado, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

800 muestras y 2,5 millones de datos

La circunnavegación realizada por el buque Hespérides en el marco de la expedición Malaspina supuso una oportunidad única para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico.

«Hemos realizado un censo de las moléculas fluorescentes presentes en las masas de agua principales de todos los océanos, incluidos las polares Aunque la expedición no navegó por mares polares, las corrientes oceánicas llevan cientos de años transportando aguas polares hacia las latitudes templadas, tropicales y ecuatoriales que cruzó la expedición», explica la primera autora del trabajo, Teresa S. Catalá, de la Universidad de Granada.

Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo poco después de ser tomadas para que sus propiedades no se alterasen. Para ello, los investigadores emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz con distintas longitudes de onda. Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y proporcionó 2,5 millones de datos. «Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo tal ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo», destaca Catalá.

Los científicos esperan con su trabajo seguir avanzando en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y contribuir así a mitigar los efectos del calentamiento global.

«Se trata de una iniciativa controvertida, tanto en lo que respecta a la forma de implementarla a escala global como a su eficacia y posibles efectos secundarios. En este contexto, nuestro trabajo contribuye a aportar un poco de luz científica a la controversia. Queda aún un largo camino por recorrer para conocer la composición y tiempo de vida del resto de esta materia orgánica tan persistente», agrega Álvarez Salgado.

La expedición Malaspina es un proyecto Consolider-Ingenio 2010 gestionado por el CSIC y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad. Malaspina comprende cerca de 50 grupos de investigación, incluyendo 27 grupos de investigación españoles, del CSIC, el Instituto Español de Oceanografía, 16 universidades españolas, un museo, la fundación de investigación AZTI-Tecnalia, la Armada Española, y varias universidades españolas. La financiación total, en la que también han colaborado el CSIC, el IEO, la Fundación BBVA, AZTI-Tecnalia, varias universidades españolas y organismos públicos de investigación, ronda los 6 millones de euros.

Referencia bibliográfica

T. S. Catalá, I. Reche, A. Fuentes-Lema, C. Romera-Castillo, M. Nieto-Cid, E. Ortega-Retuerta, E. Calvo, M. Álvarez, C. Marrasé, C. A. Stedmon, X. A. Álvarez-Salgado. Turnover time of fluorescent dissolved organic matter in the dark global ocean. Nature Communications. DOI: 10.1038/ncomms6986.

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El Océano profundo tiene materia fluorescente que tarda 400 años en degradarse

75463 Las investigadoras de la UGR Teresa Catalá e Isabel Reche, autoras principales del estudio, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización «espectrofluorimétrica»

 

Científicos nacionales e internacionales, liderados por la Universidad de Granada, han descubierto que el océano profundo, donde la luz solar no penetra, alberga materia orgánica fluorescente que resiste a la degradación entre 400 y 600 años y que supone un almacenamiento de carbono orgánico reducido.

Este trabajo aporta nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, y esclarece un enigma para muchos investigadores por su elevada complejidad química, formada por miles de sustancias que persisten durante cientos o miles de años.

Las investigadoras de la Universidad de Granada Teresa Catalá e Isabel Reche, autoras principales del estudio, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización «espectrofluorimétrica».

Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada «bomba microbiana de carbono», un proceso que consiste en que los microorganismos del océano profundo, durante la mineralización de la materia orgánica, generan compuestos reducidos que son persistentes y pueden ser almacenados en profundidad.

Este almacenamiento evita que sean devueltos a la atmósfera en forma de CO2 y así mitigar su incremento en la atmósfera, ha detallado este jueves la institución académica.

Los científicos se han centrado en las moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y de reemitirla en forma de fluorescencia y que representan los compuestos persistentes.

Han descubierto que estas moléculas persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra.

Un tiempo de vida que es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo, cuantificado en unos 350 años.

«Esto significa que las moléculas orgánicas fluorescentes, que representan entre el 1 % y el 15 % de la materia orgánica disuelta, tienen el potencial de secuestrar carbono en las profundidades del océano y, con ello, contribuir a reducir el efecto invernadero», ha explica Reche.

La navegación del buque Hespérides en 2010 y 2011, en el marco de la expedición Malaspina 2010, supuso «una oportunidad única» para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico y de profundidades que alcanzaron los 4000 metros.

«Hemos realizado un censo de las moléculas orgánicas fluorescentes en 800 muestras presentes en 24 masas de agua diferentes recogidas en todos los océanos», ha explicado Catalá, primera firmante de la investigación.

Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo, inmediatamente después de ser tomadas, para que sus propiedades no se alterasen.

Para ello, los científicos emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz de distintas longitudes de onda (colores).

«Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y nos proporcionó 2,5 millones de datos. Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo similar, ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo», ha destacado Catalá.

Los científicos esperan con su trabajo contribuir a seguir avanzando en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y así a contrarrestar en parte los efectos del incremento de CO2 en la atmósfera.

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Los tesoros fluorescentes del océano profundo… y su gran potencial

75463 Científicos nacionales e internacionales, liderados por la Universidad de Granada, han descubierto que el océano profundo, donde la luz solar no penetra, alberga materia orgánica fluorescente que resiste a la degradación entre 400 y 600 años y que supone un almacenamiento de carbono orgánico reducido.

 

Este trabajo aporta nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, y esclarece un enigma para muchos investigadores por su elevada complejidad química, formada por miles de sustancias que persisten durante cientos o miles de años.

Las investigadoras de la Universidad de Granada Teresa Catalá e Isabel Reche, autoras principales del estudio, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización «espectrofluorimétrica».

Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada «bomba microbiana de carbono», un proceso que consiste en que los microorganismos del océano profundo, durante la mineralización de la materia orgánica, generan compuestos reducidos que son persistentes y pueden ser almacenados en profundidad.

Este almacenamiento evita que sean devueltos a la atmósfera en forma de CO2 y así mitigar su incremento en la atmósfera, ha detallado hoy la institución académica.

Los científicos se han centrado en las moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y de reemitirla en forma de fluorescencia y que representan los compuestos persistentes.

Han descubierto que estas moléculas persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra.

Un tiempo de vida que es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo, cuantificado en unos 350 años.

«Esto significa que las moléculas orgánicas fluorescentes, que representan entre el 1 % y el 15 % de la materia orgánica disuelta, tienen el potencial de secuestrar carbono en las profundidades del océano y, con ello, contribuir a reducir el efecto invernadero», ha explica Reche.

La navegación del buque Hespérides en 2010 y 2011, en el marco de la expedición Malaspina 2010, supuso «una oportunidad única» para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico y de profundidades que alcanzaron los 4000 metros.

«Hemos realizado un censo de las moléculas orgánicas fluorescentes en 800 muestras presentes en 24 masas de agua diferentes recogidas en todos los océanos», ha explicado Catalá, primera firmante de la investigación.

Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo, inmediatamente después de ser tomadas, para que sus propiedades no se alterasen.

Para ello, los científicos emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz de distintas longitudes de onda (colores).

«Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y nos proporcionó 2,5 millones de datos. Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo similar, ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo», ha destacado Catalá.

Los científicos esperan con su trabajo contribuir a seguir avanzando en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y así a contrarrestar en parte los efectos del incremento de CO2 en la atmósfera.

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Océano profundo tiene materia fluorescente que tarda 400 años en degradarse

75463 Científicos nacionales e internacionales, liderados por la Universidad de Granada, han descubierto que el océano profundo, donde la luz solar no penetra, alberga materia orgánica fluorescente que resiste a la degradación entre 400 y 600 años y que supone un almacenamiento de carbono orgánico reducido.

 

Este trabajo aporta nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, y esclarece un enigma para muchos investigadores por su elevada complejidad química, formada por miles de sustancias que persisten durante cientos o miles de años.

Las investigadoras de la Universidad de Granada Teresa Catalá e Isabel Reche, autoras principales del estudio, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización «espectrofluorimétrica».

Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada «bomba microbiana de carbono», un proceso que consiste en que los microorganismos del océano profundo, durante la mineralización de la materia orgánica, generan compuestos reducidos que son persistentes y pueden ser almacenados en profundidad.

Este almacenamiento evita que sean devueltos a la atmósfera en forma de CO2 y así mitigar su incremento en la atmósfera, ha detallado hoy la institución académica.

Los científicos se han centrado en las moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y de reemitirla en forma de fluorescencia y que representan los compuestos persistentes.

Han descubierto que estas moléculas persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra.

Un tiempo de vida que es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo, cuantificado en unos 350 años.

«Esto significa que las moléculas orgánicas fluorescentes, que representan entre el 1 % y el 15 % de la materia orgánica disuelta, tienen el potencial de secuestrar carbono en las profundidades del océano y, con ello, contribuir a reducir el efecto invernadero», ha explica Reche.

La navegación del buque Hespérides en 2010 y 2011, en el marco de la expedición Malaspina 2010, supuso «una oportunidad única» para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico y de profundidades que alcanzaron los 4000 metros.

«Hemos realizado un censo de las moléculas orgánicas fluorescentes en 800 muestras presentes en 24 masas de agua diferentes recogidas en todos los océanos», ha explicado Catalá, primera firmante de la investigación.

Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo, inmediatamente después de ser tomadas, para que sus propiedades no se alterasen.

Para ello, los científicos emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz de distintas longitudes de onda (colores).

«Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y nos proporcionó 2,5 millones de datos. Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo similar, ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo», ha destacado Catalá.

Los científicos esperan con su trabajo contribuir a seguir avanzando en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y así a contrarrestar en parte los efectos del incremento de CO2 en la atmósfera. EFE

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OCÉANO PROFUNDO TIENE MATERIA FLUORESCENTE QUE TARDA 400 AÑOS EN DEGRADARSE

75463 Científicos nacionales e internacionales, liderados por la Universidad de Granada, han descubierto que el océano profundo, donde la luz solar no penetra, alberga materia orgánica fluorescente que resiste a la degradación entre 400 y 600 años y que supone un almacenamiento de carbono orgánico reducido.Este trabajo aporta nuevos datos sobre la materia orgánica del océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, y esclarece un enigma para muchos investigadores por su elevada complejidad química, formada por miles de sustancias que persisten durante cientos o miles de años.Las investigadoras de la Universidad de Granada Teresa Catalá e Isabel Reche, autoras principales del estudio, junto a sus colegas de la expedición Malaspina 2010, han avanzado en el conocimiento de esta materia orgánica gracias a su caracterización «espectrofluorimétrica».Los resultados profundizan en el conocimiento de la denominada «bomba microbiana de carbono», un proceso que consiste en que los microorganismos del océano profundo, durante la mineralización de la materia orgánica, generan compuestos reducidos que son persistentes y pueden ser almacenados en profundidad.Este almacenamiento evita que sean devueltos a la atmósfera en forma de CO2 y así mitigar su incremento en la atmósfera, ha detallado hoy la institución académica.Los científicos se han centrado en las moléculas orgánicas que tienen la particularidad de absorber luz y de reemitirla en forma de fluorescencia y que representan los compuestos persistentes.Han descubierto que estas moléculas persisten entre 400 y 600 años en el océano profundo, por debajo de los 200 metros de profundidad, donde la luz solar no penetra.Un tiempo de vida que es superior al tiempo que tarda en renovarse el océano profundo, cuantificado en unos 350 años.»Esto significa que las moléculas orgánicas fluorescentes, que representan entre el 1 % y el 15 % de la materia orgánica disuelta, tienen el potencial de secuestrar carbono en las profundidades del océano y, con ello, contribuir a reducir el efecto invernadero», ha explica Reche.La navegación del buque Hespérides en 2010 y 2011, en el marco de la expedición Malaspina 2010, supuso «una oportunidad única» para obtener muestras de los tres grandes océanos, el Atlántico, el Índico y el Pacífico y de profundidades que alcanzaron los 4000 metros.»Hemos realizado un censo de las moléculas orgánicas fluorescentes en 800 muestras presentes en 24 masas de agua diferentes recogidas en todos los océanos», ha explicado Catalá, primera firmante de la investigación.Las 800 muestras recogidas fueron analizadas a bordo, inmediatamente después de ser tomadas, para que sus propiedades no se alterasen.Para ello, los científicos emplearon un espectrofluorímetro, con el que registraron la emisión de fluorescencia de cada muestra de agua en respuesta a una luz de distintas longitudes de onda (colores).»Este instrumento estuvo trabajando unas 270 horas y nos proporcionó 2,5 millones de datos. Nunca hasta la fecha se había hecho un esfuerzo similar, ni se habían recopilado tantos datos para conocer la fluorescencia del océano profundo», ha destacado Catalá.Los científicos esperan con su trabajo contribuir a seguir avanzando en el conocimiento de la «bomba microbiana de carbono», un mecanismo que podría llegar a emplearse en un futuro para producir mayor cantidad de materia orgánica disuelta persistente y así a contrarrestar en parte los efectos del incremento de CO2 en la atmósfera. EFE
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