Severe gum disease ‘increases risk of massive heart attacks

74190 The extent and severity of chronic periodontitis, an inflammatory gum disease influences the severity of acute heart attacks, says a new study.

 

Researchers from the University of Granada have shown that the extent and severity of chronic periodontitis is related to the size of acute myocardial infarction after studying 112 patients who had suffered from acute myocardial infarction.

All of them underwent a series of cardiological, biochemical and periodontal health checks and tests.

According to professor Francisco Aguado, one of the authors of the study, «Chronic periodontitis appears as a death risk factor and it plays an important role in the prognosis of acute myocardial infarction.»

Researchers point out that it will be necessary to conduct follow-up checks with periodontal patients who have suffered myocardial infarction in order to determine the severity (or lack of it) of their clinical evolution (new coronary events, cardiac failure, or even death).

Once the link is established, chronic periodontitis should be considered as a predictor in the development of myocardial infarction.

The research is published in the Journal of Dental Research.

As both periodontitis and heart attacks arise due to inflammation, there was a link but while medical experts suggested healthy teeth could help keep the heart healthy, a link has not been established scientifically.

In 2009, a consensus report published in the Journal of Periodontology and the American Journal of Cardiology suggested that gum disease is, by itself, a risk factor for coronary artery disease and strokes. Data from a study of more than 50,000 people found that those with fewer teeth and more gum disease had a higher risk of stroke.

But a later US study in 2012 found no conclusive evidence that gum disease can cause heart disease and strokes, or that treating gum disease will prevent these problems.

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Lagartija colilarga – Psammodromus algirus

001-2015 Descubren por primera vez que una especie de lagartija es más grande y retiene el calor por más tiempo cuando habita en cotas más altas

Este hallazgo, realizado por científicos de la Universidad de Granada, confirma que la llamada regla de Bergmann (que en el siglo XIX afirmó que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) se cumple también en ectotermos, como reptiles y anfibios

Su trabajo se ha publicado en la prestigiosa revista Journal of EvolutionaryBiology

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Lagartija colilarga – Psammodromus algirus

001-2015 Descubren por primera vez que una especie de lagartija es más grande y retiene el calor por más tiempo cuando habita en cotas más altas

Este hallazgo, realizado por científicos de la Universidad de Granada, confirma que la llamada regla de Bergmann (que en el siglo XIX afirmó que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) se cumple también en ectotermos, como reptiles y anfibios

Su trabajo se ha publicado en la prestigiosa revista Journal of EvolutionaryBiology

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Descubren que una especie de lagartija es de mayor tamaño cuando habita en cotas más altas

001-2015 Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que la lagartija colilarga es de mayor tamaño cuando habita en cotas altas, con un clima frío, que en cotas bajas y por lo tanto más cálidas. Además, las lagartijas que viven a más de 2.000 metros de altitud retienen el calor por más tiempo debido a su mayor tamaño. Ampliar foto Este trabajo confirma por primera vez desde que se propuso en el siglo XIX que la llamada «regla de Bergmann» (que afirma que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) puede cumplirse también en ectotermos, y que el mecanismo que subyace a ella es efectivamente el que propuso quien la ideó: la mayor inercia térmica de los animales grandes en hábitats fríos. Esta tendencia, denominada «clina de Bergmann», ha sido hallada en gran número de endotermos. Sin embargo, hasta ahora la situación no era tan clara en los animales ectotermos, que dependen de fuentes externas de calor, frecuentemente el calor solar, para controlar la temperatura corporal, como los reptiles y los anfibios, entre otros. Estudios previos al realizado en la UGR han encontrado casos de ectotermos que siguen la «clina de Bergmann», pero no faltan los ejemplos donde no se observa relación entre el tamaño corporal y la temperatura ambiental, o incluso donde se sigue la tendencia inversa, es decir, hay grupos de ectotermos cuyos representantes son más pequeños en hábitats fríos. La explicación generalmente aceptada es que los ectotermos más grandes tardarían más en perder calor en hábitats fríos, lo cual sería propicio, pero también lo adquirirían más lentamente, lo cual sería desventajoso. Por otra parte, el mecanismo propuesto por Bergmann para explicar sus clinas, la mayor capacidad conservación de calor de los animales más grandes, nunca ha sido constatado. Los investigadores de la UGR también han comprobado por primera vez en casi 200 años que el mecanismo que subyace a las «clinas de Bergmann» es efectivamente el que su creador propuso: los animales de mayor tamaño verdaderamente presentan tasas de enfriamiento más lentas, lo que supone una ventaja en climas fríos al permitirles retener el calor, costoso de adquirir, por más tiempo.
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Descubren que una especie de lagartija es de mayor tamaño cuando habita en cotas más altas

001-2015 Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que la lagartija colilarga es de mayor tamaño cuando habita en cotas altas, con un clima frío, que en cotas bajas y por lo tanto más cálidas. Además, las lagartijas que viven a más de 2.000 metros de altitud retienen el calor por más tiempo debido a su mayor tamaño. Ampliar foto Este trabajo confirma por primera vez desde que se propuso en el siglo XIX que la llamada «regla de Bergmann» (que afirma que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) puede cumplirse también en ectotermos, y que el mecanismo que subyace a ella es efectivamente el que propuso quien la ideó: la mayor inercia térmica de los animales grandes en hábitats fríos. Esta tendencia, denominada «clina de Bergmann», ha sido hallada en gran número de endotermos. Sin embargo, hasta ahora la situación no era tan clara en los animales ectotermos, que dependen de fuentes externas de calor, frecuentemente el calor solar, para controlar la temperatura corporal, como los reptiles y los anfibios, entre otros. Estudios previos al realizado en la UGR han encontrado casos de ectotermos que siguen la «clina de Bergmann», pero no faltan los ejemplos donde no se observa relación entre el tamaño corporal y la temperatura ambiental, o incluso donde se sigue la tendencia inversa, es decir, hay grupos de ectotermos cuyos representantes son más pequeños en hábitats fríos. La explicación generalmente aceptada es que los ectotermos más grandes tardarían más en perder calor en hábitats fríos, lo cual sería propicio, pero también lo adquirirían más lentamente, lo cual sería desventajoso. Por otra parte, el mecanismo propuesto por Bergmann para explicar sus clinas, la mayor capacidad conservación de calor de los animales más grandes, nunca ha sido constatado. Los investigadores de la UGR también han comprobado por primera vez en casi 200 años que el mecanismo que subyace a las «clinas de Bergmann» es efectivamente el que su creador propuso: los animales de mayor tamaño verdaderamente presentan tasas de enfriamiento más lentas, lo que supone una ventaja en climas fríos al permitirles retener el calor, costoso de adquirir, por más tiempo.
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Descubren por primera vez que una especie de lagartija es más grande y retiene el calor por más tiempo cuando habita en cotas más altas

Este hallazgo, realizado por científicos de la Universidad de Granada, confirma que la llamada regla de Bergmann (que en el siglo XIX afirmó que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) se cumple también en ectotermos, como reptiles y anfibios

Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) es de mayor tamaño cuando habita en cotas altas (con un clima frío) que en cotas bajas y por lo tanto más cálidas. Además, las lagartijas que viven a más de 2.000 metros de altitud retienen el calor por más tiempo debido a su mayor tamaño.

Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Journal of Evolutionary Biology, confirma por primera vez desde que se propuso en el siglo XIX que la llamada regla de Bergmann (que afirma que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) puede cumplirse también en ectotermos, y que el mecanismo que subyace a ella es efectivamente el que propuso quien la ideó: la mayor inercia térmica de los animales grandes en hábitats fríos.

Junto a otras, como la de Allen o la de Gloger, la regla de Bergmann es una de las grandes pautas macroecológicas clásicas. Fue establecida por el naturalista alemán Carl Bergmann en 1847, y postula que los animales endotermos, que generan calor interno mediante mecanismos fisiológicos metabólicamente costosos, como las aves y los mamíferos, son de mayor tamaño en hábitats fríos, de manera que se reduce la relación superficie/volumen corporal, y por lo tanto disminuye la tasa de pérdida de calor.

Animales ectotermos

Esta tendencia, denominada “clina de Bergmann”, ha sido hallada en gran número de endotermos. Sin embargo, hasta ahora la situación no era tan clara en los animales ectotermos, que dependen de fuentes externas de calor (frecuentemente el calor solar) para controlar la temperatura corporal, como los reptiles y los anfibios, entre otros.

Estudios previos al realizado en la UGR han encontrado casos de ectotermos que siguen la clina de Bergmann, pero no faltan los ejemplos donde no se observa relación entre el tamaño corporal y la temperatura ambiental, o incluso donde se sigue la tendencia inversa, es decir, hay grupos de ectotermos cuyos representantes son más pequeños en hábitats fríos.

La explicación generalmente aceptada es que los ectotermos más grandes tardarían más en perder calor en hábitats fríos, lo cual sería propicio, pero también lo adquirirían más lentamente, lo cual sería desventajoso. Por otra parte, el mecanismo propuesto por Bergmann para explicar sus clinas, la mayor capacidad conservación de calor de los animales más grandes, nunca ha sido constatado.

En este artículo, Francisco Javier Zamora Camacho, Senda Reguera y Gregorio Moreno Rueda, investigadores del departamento de Zoología de la UGR, han demostrado que un ectotermo, la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), alcanza tamaños mayores en cotas altas de Sierra Nevada, lo que se corresponde con las clinas de Bergmann.

Un debate desde el siglo XIX

“Nuestro trabajo, por tanto, resuelve dos controversias polémicas, candentes y profusamente estudiadas desde el siglo XIX. En primer lugar, encontramos que la regla de Bergmann puede cumplirse en ectotermos, si existen mecanismos que permitan que la tasa de calentamiento no se vea disminuida por un mayor tamaño corporal, en este caso, el color más oscuro de las lagartijas”, apunta el autor principal de este trabajo, Francisco Javier Zamora Camacho, del departamento de Zoología de la Universidad de Granada.

Además,los investigadores han comprobado por primera vez en casi 200 años que el mecanismo que subyace a las clinas de Bergmann es efectivamente el que su creador propuso: los animales de mayor tamaño verdaderamente presentan tasas de enfriamiento más lentas, lo que supone una ventaja en climas fríos al permitirles retener el calor, costoso de adquirir, por más tiempo.

Referencia bibliográfica:

Bergmann’s Rule rules body size in an ectotherm: heatconservation in a lizard along a 2200-metre elevational gradient F. J. Zamora-Camacho, S. Reguera & G. Moreno-Rueda J . EVOL. BIOL . 27 (2014) 2820–2828

Dos ejemplares de lagartija colilarga de distinto tamaño (arriba, la que vive en cotas más altas).

Contacto: Francisco Javier Zamora Camacho. Departamento de Zoología de la Universidad de Granada. Teléfono: 958 249854. Correo electrónico: zamcam@ugr.es


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Descubren por primera vez que una especie de lagartija es más grande y retiene el calor por más tiempo cuando habita en cotas más altas

Este hallazgo, realizado por científicos de la Universidad de Granada, confirma que la llamada regla de Bergmann (que en el siglo XIX afirmó que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) se cumple también en ectotermos, como reptiles y anfibios

Científicos de la Universidad de Granada han descubierto que la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) es de mayor tamaño cuando habita en cotas altas (con un clima frío) que en cotas bajas y por lo tanto más cálidas. Además, las lagartijas que viven a más de 2.000 metros de altitud retienen el calor por más tiempo debido a su mayor tamaño.

Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Journal of Evolutionary Biology, confirma por primera vez desde que se propuso en el siglo XIX que la llamada regla de Bergmann (que afirma que los animales que habitan climas más fríos tienen un mayor tamaño corporal) puede cumplirse también en ectotermos, y que el mecanismo que subyace a ella es efectivamente el que propuso quien la ideó: la mayor inercia térmica de los animales grandes en hábitats fríos.

Junto a otras, como la de Allen o la de Gloger, la regla de Bergmann es una de las grandes pautas macroecológicas clásicas. Fue establecida por el naturalista alemán Carl Bergmann en 1847, y postula que los animales endotermos, que generan calor interno mediante mecanismos fisiológicos metabólicamente costosos, como las aves y los mamíferos, son de mayor tamaño en hábitats fríos, de manera que se reduce la relación superficie/volumen corporal, y por lo tanto disminuye la tasa de pérdida de calor.

Animales ectotermos

Esta tendencia, denominada “clina de Bergmann”, ha sido hallada en gran número de endotermos. Sin embargo, hasta ahora la situación no era tan clara en los animales ectotermos, que dependen de fuentes externas de calor (frecuentemente el calor solar) para controlar la temperatura corporal, como los reptiles y los anfibios, entre otros.

Estudios previos al realizado en la UGR han encontrado casos de ectotermos que siguen la clina de Bergmann, pero no faltan los ejemplos donde no se observa relación entre el tamaño corporal y la temperatura ambiental, o incluso donde se sigue la tendencia inversa, es decir, hay grupos de ectotermos cuyos representantes son más pequeños en hábitats fríos.

La explicación generalmente aceptada es que los ectotermos más grandes tardarían más en perder calor en hábitats fríos, lo cual sería propicio, pero también lo adquirirían más lentamente, lo cual sería desventajoso. Por otra parte, el mecanismo propuesto por Bergmann para explicar sus clinas, la mayor capacidad conservación de calor de los animales más grandes, nunca ha sido constatado.

En este artículo, Francisco Javier Zamora Camacho, Senda Reguera y Gregorio Moreno Rueda, investigadores del departamento de Zoología de la UGR, han demostrado que un ectotermo, la lagartija colilarga (Psammodromus algirus), alcanza tamaños mayores en cotas altas de Sierra Nevada, lo que se corresponde con las clinas de Bergmann.

Un debate desde el siglo XIX

“Nuestro trabajo, por tanto, resuelve dos controversias polémicas, candentes y profusamente estudiadas desde el siglo XIX. En primer lugar, encontramos que la regla de Bergmann puede cumplirse en ectotermos, si existen mecanismos que permitan que la tasa de calentamiento no se vea disminuida por un mayor tamaño corporal, en este caso, el color más oscuro de las lagartijas”, apunta el autor principal de este trabajo, Francisco Javier Zamora Camacho, del departamento de Zoología de la Universidad de Granada.

Además,los investigadores han comprobado por primera vez en casi 200 años que el mecanismo que subyace a las clinas de Bergmann es efectivamente el que su creador propuso: los animales de mayor tamaño verdaderamente presentan tasas de enfriamiento más lentas, lo que supone una ventaja en climas fríos al permitirles retener el calor, costoso de adquirir, por más tiempo.

Referencia bibliográfica:

Bergmann’s Rule rules body size in an ectotherm: heatconservation in a lizard along a 2200-metre elevational gradient F. J. Zamora-Camacho, S. Reguera & G. Moreno-Rueda J . EVOL. BIOL . 27 (2014) 2820–2828

Dos ejemplares de lagartija colilarga de distinto tamaño (arriba, la que vive en cotas más altas).

Contacto: Francisco Javier Zamora Camacho. Departamento de Zoología de la Universidad de Granada. Teléfono: 958 249854. Correo electrónico: zamcam@ugr.es


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New research reveals that a species of bird ‘paints’ its own eggs with bacteria which protect the embryo

74249

74249 Researchers from the University of Granada and the Higher Council of Scientific Research (CSIC) have found that hoophoes cover their eggs with a secretion produced by themselves, loaded with mutualistic bacteria, which is then retained by a specializad structure in the eggshell and which increases successful hatching. So far this sort of behaviour has only been detected in this species of birds, and it is a mechanism to protect their eggs from infections by pathogens.

 

Through an experiment published in the Journal of Animal Ecology, scientists from several research groups precluded several female hoophoes from impregnating their eggs with this substance, which they produce themselves inside the so-called uropygial gland. The research groups involved in this project were the following: Animal Behaviour and Ecology, Microorganism-Produced Antagonistic Substances, both from the UGR, and Evolutive Ecology and the Behaviour and Conservation groups from the Dry Areas Experimental Station (Almería, CSIC)

By doing so they confirmed that the amount of pathogen bacteria that could be found inside the eggs which failed to hatch was higher in those nests in which they had experimentally precluded the females from using their secretion than in those where they were allowed to use this substance. They concluded that this secretion provides a barrier for the entry of pathogens towards the interior of the egg.

Presence of enterococci

On the other hand, not just the secretion as a whole, but particularly the bacteria that did produce bacteriocins (small antimicrobial proteins) in that secretion, the enterococci, are beneficial for the developing embryos, since successful hatches were directly related to the amount of these enterococci in the egg shells and in the secretions of the females. The more enterococci they had, the higher the rate in their successful hatching.

As UGR zoology professor, Manuel Martín-Vivaldi, one of the authors of this research underlines, during the last few years the field of evolutive ecology has acknowledged «the important role played by bacteria, not just as infectious agents capable of producing diseases, but also as allies of animals and other living creatures in their struggle against disease, due to their extraordinary capacity to synthesise compounds with antimicrobial properties»

In the case of the hoophoe’s uropygical gland, scientists have confirmed that its components are very different from those of other birds. This is to a large extent due to the action of the bacteria present in this particular gland.

This research has also revealed that hoophoes have developed an exceptional property in their eggs—which has not so far been found in any other species of bird. This consists in the presence in the surface of many small depressions that do not completely penetrate the shell, and whose function appears to be the retention of this bacteria-carrying secretion that covers the egg.

Bacteria in the eggshell

«With this experiment, we have been able to establish that if the females can use their secretion, towards the end of the incubation period, those tiny craters are full of a substance saturated with bacteria. If we preclude the use of this secretion, these tiny craters appear empty towards the end of the hatching process», said professors Martín-Vivaldi.

These results prove that in this particular species of bird, «its reproductive strategy has evolved hand in hand with the use of bacteria which may be beneficial for the production of antimicrobial substances, which they cultivate in their gland and then apply upon eggs which are particularly endowed to retain them»

These scientists are currently working to determine the specific composition of the bacterial community within the gland, how these symbionts are acquired, and the types of antimicrobial compounds which synthesize these bacteria, capable of protecting the embryos which are undergoing development.

Further research along these lines will facilitate a better understanding of the way in which mutualistic interactions function between animals andbeneficial bacteria, and also to detect new antimicrobial substances with a potential to be used in medicine of for food preservation.

This study is the result of the following two projects: «Nests, parasites and bacteria: a multidisciplinary approach to the study of adaptation for breeding in high parasitism risk environments», funded by the Ministry of Science and Innovation, and «Biodiversity and acquisition mechanisms in the bacterial community within the uropygial gland of hoophoes (Upupa epops).»

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20 Minutos

Pág. 2:  Contaminación  y  basura en 244 fuentes de la región
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Pág. 2:  Contaminación  y  basura en 244 fuentes de la región

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El Mundo

Pág. 17: Polémico viaje de diez días de la UMA a Brasil para una reunión que duró dos
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Pág. 17: Polémico viaje de diez días de la UMA a Brasil para una reunión que duró dos

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Ciencia para medir la huella térmica del duende flamenco y comprender su componente emocional

75335 Desde la Universidad de Granada, científicos del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento han determinado mediante diversos experimentos cuál es la huella térmica del duende flamenco. En un estudio con bailaoras detectaron que éstas experimentaban un descenso significativo de temperatura en su nariz y glúteos. Este aspecto se considera un indicador de una mayor comprensión emocional del flamenco.
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El duente flamenco en las charlas de la banda de música de Puertollano

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