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Pág. 54: ‘Tricotomía’, en la Corrala de Santiago
‘Perdición’ y ‘Alas’, cine gratuito hoy martes
Pág. 56: Hoy se celebra el Encuentro de Coros Universitarios
Pág. 65: Agenda:
-Música:
Encuentro de coros
– Cine:
‘Alas’
– Conferencias:
‘Juviándalus: las claves para ser feliz y no morir en el intento’
‘Las nuevas guerras. Mitos y equívocos sobre los conflictos armados globales: ¿qué ha cambiado?’
– Exposiciones:
‘Tricotomía’
‘O fin do mondo’
‘TREPAT. Vanguardias fotográficas: un caso de estudio’
‘Jardín abierto para Carlos Cano’
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Confirman que un contaminante presente en muchos alimentos grasos aumenta el riesgo de padecer cáncer de los varones

75426 Confirman que un contaminante presente en muchos alimentos grasos aumenta el riesgo de padecer cáncer de los varones

 

Un estudio internacional, en el que participa la Universidad de Granada, demuestra que la exposición a un contaminante químico denominado PCB-153 se asocia positivamente con el riesgo de padecer cáncer

Un estudio internacional, en el que participa la Universidad de Granada, ha demostrado que la exposición a un contaminante químico denominado PCB-153 se asocia positivamente con el riesgo de padecer cáncer de los varones. Este compuesto, prohibido en España desde los años 80, está presente aún en muchos alimentos ricos en grasas, como los pescados grasos de gran tamaño (atún, salmón y pez espada, entre otros), debido a su elevada resistencia a la degradación.

En este trabajo, publicado en la revista Science of the Total Environment, participan diversas instituciones todas ellas incluidas en el Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS) de Granada: la Universidad de Granada, el Complejo Hospitalario Universitario de Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, CIBER en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), y el Registro de Cáncer de Granada. Además, en este trabajo ha participado un investigador perteneciente al Bispebjerg University Hospital (Dinamarca).

Como explica el autor principal de esta investigación, Juan Pedro Arrebola, del Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS), «en la actualidad existe una tendencia creciente en la incidencia de diversos tipos de cáncer, en parte atribuida a la influencia de diversos factores medioambientales, como la exposición a ciertos contaminantes químicos».

Una muestra de 368 hombres y mujeres
El objetivo de este estudio fue analizar si la exposición a ciertos contaminantes químicos, acumulada a lo largo del tiempo, podría estar relacionada con el riesgo de padecer cáncer. Para ello, los científicos analizaron los niveles acumulados de un grupo de contaminantes en la grasa de 368 hombres y mujeres adultos, residentes en la provincia de Granada, y recogieron la incidencia de cáncer a lo largo de los nueve años posteriores al reclutamiento.

«Al cabo de este tiempo, encontramos que, entre los hombres, la exposición acumulada a un contaminante llamado PCB-153 se asoció positivamente con el riesgo de padecer cáncer. El PCB-153 pertenece a un grupo de compuestos químicos llamados Bifenilos Policlorados (PCBs), que fueron ampliamente utilizados en diversas aplicaciones industriales, incluyendo en transformadores eléctricos, condensadores industriales, sistemas hidráulicos, selladores de construcciones, plaguicidas, e incluso como componentes de material plástico», señala Arrebola.

PCBs en el medio ambiente y en las personas
A pesar de que el uso de los PCBs fue prohibido en España durante los años 80, estos compuestos siguen presentes tanto en el medioambiente como en la mayoría de las personas, gracias a su elevada resistencia a la degradación, así como en equipos obsoletos.

«Se estima que los alimentos grasos son la principal vía de exposición a PCBs en la población general, por lo que niveles elevados de PCBs podrían ser, en parte, indicadores de una alimentación rica en grasas», destaca el investigador. Por otro lado, se sospecha que los PCBs podrían provocar cáncer a través de diversos mecanismos, que incluyen su interacción con receptores hormonales de estrógenos y andrógenos, la producción de radicales libres, o con el ADN.

«Como el cáncer tiene un largo periodo de latencia, nuestro grupo de investigación continúa siguiendo a este grupo de personas para comprobar si estos resultados preliminares se mantienen tras un tiempo de seguimiento mayor», concluye el investigador de la UGR.

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Un contaminante presente en alimentos grasos aumenta el riesgo de padecer cáncer en los hombres

75426 Un estudio internacional, en el que participa la Universidad de Granada, ha demostrado que la exposición a un contaminante químico denominado PCB-153, se asocia positivamente con el riesgo de padecer cáncer de los varones. Este compuesto, prohibido en España desde los años ochenta, está presente aún en muchos alimentos ricos en grasas, como los pescados grasos de gran tamaño (atún, salmón y pez espada) debido a su elevada resistencia a la degradación.

 

Según explica el autor principal de esta investigación, Juan Pedro Arrebola, del Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS), «en la actualidad existe una tendencia creciente en la incidencia de diversos tipos de cáncer, en parte atribuida a la influencia de diversos factores medioambientales, como la exposición a ciertos contaminantes químicos».

El objetivo de este estudio fue analizar si la exposición a ciertos contaminantes químicos, acumulada a lo largo del tiempo, podría estar relacionada con el riesgo de padecer cáncer. Para ello, los científicos analizaron los niveles acumulados de un grupo de contaminantes en la grasa de 368 hombres y mujeres adultos, residentes en la provincia de Granada, y recogieron la incidencia de cáncer a lo largo de los nueve años posteriores al reclutamiento.

«Al cabo de este tiempo, encontramos que, entre los hombres, la exposición acumulada a un contaminante llamado PCB-153 se asoció positivamente con el riesgo de padecer cáncer. El PCB-153 pertenece a un grupo de compuestos químicos llamados Bifenilos Policlorados (PCBs), que fueron ampliamente utilizados en diversas aplicaciones industriales, incluyendo en transformadores eléctricos, condensadores industriales, sistemas hidráulicos, selladores de construcciones, plaguicidas, e incluso como componentes de material plástico», señala Arrebola.

A pesar de que el uso de los PCBs fue prohibido en España durante los años 80, estos compuestos siguen presentes tanto en el medioambiente como en la mayoría de las personas, gracias a su elevada resistencia a la degradación, así como en equipos obsoletos.

«Se estima que los alimentos grasos son la principal vía de exposición a PCBs en la población general, por lo que niveles elevados podrían ser, en parte, indicadores de una alimentación rica en grasas», destaca el investigador. Por otro lado, se sospecha que los PCBs podrían provocar cáncer a través de diversos mecanismos, que incluyen su interacción con receptores hormonales de estrógenos y andrógenos, la producción de radicales libres, o con el ADN.

«Como el cáncer tiene un largo periodo de latencia, nuestro grupo de investigación continúa siguiendo a este grupo de personas para comprobar si estos resultados preliminares se mantienen tras un tiempo de seguimiento mayor», concluye el investigador de la UGR.

En este trabajo participan diversas instituciones todas ellas incluidas en el Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS) de Granada: la Universidad de Granada, el Complejo Hospitalario Universitario de Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, CIBER en Epidemiología y Salud Pública y el Registro de Cáncer de Granada. Además, en este trabajo ha participado un investigador perteneciente al Bispebjerg University Hospital (Dinamarca).

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Un contaminante presente en alimentos grasos aumenta el riesgo de cáncer

75426 Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada ha demostrado que la exposición a un contaminante químico denominado PCB-153 se asocia con el riesgo de padecer cáncer en los varones. Este compuesto, prohibido en España desde los años 80, está presente aún en muchos alimentos ricos en grasas, como los pescados grasos de gran tamaño (atún, salmón o pez espada), debido a su elevada resistencia a la degradación, ha informado hoy la Universidad de Granada en una nota.
En este trabajo participan diversas instituciones incluidas en el Instituto de Investigación Biosanitaria (IBS) de Granada, entre ellas la Universidad, el Complejo Hospitalario Universitario de Granada y la Escuela Andaluza de Salud Pública, además de un investigador del Bispebjerg University Hospital (Dinamarca). Según el autor principal del estudio, Juan Pedro Arrebola, del Instituto de Investigación Biosanitaria, hoy día existe una tendencia creciente en la incidencia de diversos tipos de cáncer, «en parte atribuida a la influencia de factores medioambientales como la exposición a ciertos contaminantes químicos».
El objetivo de este estudio fue analizar si la exposición a ciertos contaminantes químicos, acumulada a lo largo del tiempo, podría estar relacionada con el riesgo de padecer cáncer. Para ello, los científicos analizaron los niveles acumulados de un grupo de contaminantes en la grasa de 368 hombres y mujeres adultos, residentes en la provincia de Granada, y recogieron la incidencia de cáncer a lo largo de los nueve años posteriores al reclutamiento.
«Al cabo de ese tiempo encontramos que, entre los hombres, la exposición acumulada a un contaminante llamado PCB-153 se asoció positivamente con el riesgo de padecer cáncer», ha indicado. El PCB-153, explica el investigador, pertenece a un grupo de compuestos químicos llamados Bifenilos Policlorados (PCBs), que fueron ampliamente utilizados en diversas aplicaciones industriales, incluyendo transformadores eléctricos, condensadores industriales, sistemas hidráulicos, o plaguicidas, e incluso como componentes de material plástico.
Pese a que su uso fue prohibido en España durante los años 80, estos compuestos siguen presentes tanto en el medioambiente como en la mayoría de las personas debido a su elevada resistencia a la degradación, así como en equipos obsoletos. Se estima que los alimentos grasos son la principal vía de exposición a PCBs en la población general, por lo que niveles elevados de este componente podrían ser, en parte, indicadores de una alimentación rica en grasas, señala el investigador.
También se sospecha que los PCBs podrían provocar cáncer a través de diversos mecanismos, que incluyen su interacción con receptores hormonales de estrógenos y andrógenos, la producción de radicales libres o con el ADN. El grupo de investigación continuará con el seguimiento a este grupo de personas para comprobar si los resultados preliminares se mantienen tras un tiempo de seguimiento mayor.
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La UGR, dispuesta a retrasar al máximo las carreras de tres años

La Universidad de Granada acoge con recelo las noticias del Ministerio de Educación sobre la posible aprobación inminente del real decreto que permitiría poner en marcha los grados universitarios de tres años. El actual gobierno de la UGR comunicó a este periódico que si el Ejecutivo central diera ese paso, esta institución esperaría a una decisión de la Junta de Andalucía para aplicar el cambio de forma unánime en todo el territorio andaluz. 

El actual modelo universitario implantado en 2010 con el Plan de Bolonia tiene grados de cuatro años más uno de máster. Actualmente aún convive con el modelo anterior de licenciaturas, diplomaturas e ingenierías. A partir de septiembre quedaría eliminado por completo el sistema antiguo, y por eso el Ministerio baraja esa fecha para la inclusión en el sistema de los grados de tres años. Pero a los responsables de la mayor parte de las universidades españolas, según ha manifestado estos días la Conferencia de Rectores (CRUE), les parece una medida muy precipitada, por lo que han pedido al Gobierno más tiempo y reflexión para poner en marcha este nuevo modelo.

No obstante, el Gobierno podría dejar esta opción abierta a la aplicación de aquellas universidades que lo consideren oportuno, lo que podría generar unas diferencias importantes en el territorio español. La UGR, con su actual equipo rectoral, también apuesta por esperar a un futuro en el que se haya estudiado y reflexionado sobre el modelo más adecuado. Pero en cualquier caso, esperará a una coordinación con el resto de universidades del territorio andaluz.

El objetivo que persigue el Ministerio de Educación con este nuevo cambio en la oferta universitaria española es la homogeneización máxima con el resto de campus europeos. Lo que han denunciado los detractores de esta medida (rectores, sindicatos y oposición política) es que esto podría originar diferencias incluso dentro del propio territorio nacional, con universidades que ofrecen títulos con distintos años.

En cualquier caso, las cercanas citas electorales, tanto la nacional, como la previsible autonómica o la más doméstica rectoral en la UGR, dejan el panorama muy en el aire, pues los cambios en casi todos los estamentos podrían hacer quebrar cualquier previsión actual sobre el futuro del modelo universitario.

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“Tricotomía”, exposición de Salvador Braojos

Se inaugura en la Sala de Exposiciones de la Corrala de Santiago el martes, 27 de enero de 2015, a las 20 h

“Tricotomía” es el título de la exposición que el artista Salvador Braojos expone en la Sala de Exposiciones de la Corrala de Santiago.

La muestra, que se inaugura el martes, 27 de enero de 2015, a las 20 horas, está organizada por la propia residencia Corrala de Santiago y el Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada.

Puede visitarse del 28 de enero al 5 de marzo de 2015, de lunes a viernes, de 17 a 20 horas. Fines de semana y festivos, cerrado.

Inauguración de la exposición: “Tricotomía”.

Artista: Salvador Braojos.

Lugar: Sala de Exposiciones de la Corrala de Santiago.

Fecha de inauguración: martes, 27 de enero de 2015.

Hora: 20 horas.

Fechas de la exposición: del 28 de enero al 5 de marzo de 2015.

Horarios: de lunes a viernes de 17 a 20 horas. Fines de semana y festivos, cerrado.

Organizan: Corrala de Santiago y Área de Exposiciones del Centro de Cultura Contemporánea de laUniversidad de Granada.

http://sl.ugr.es/07i2


La Universidad de Granada recibe el Informe Global Positivo sobre su Sistema de Garantía Interna de la Calidad

El día 22 de enero se recibió en el Vicerrectorado para la Garantía de la Calidad el Informe Global Positivo sobre el diseño del Sistema de Garantía Interna de la Calidad de la Universidad de Granada emitido por la Comisión Permanente de Evaluación de los proyectos presentados en el marco del Programa AUDIT de la ANECA. El alcance del sistema de calidad interno aprobado es el de todas las titulaciones oficiales que se imparten en los centros de la Universidad de Granada y de los que es responsable, en todos sus niveles de Grado, Máster y Doctorado.

El Programa AUDIT de la ANECA es un programa que orienta el diseño de Sistemas de Garantía Interna de Calidad (SGIC) de los centros académicos, que avala el proceso de Docencia o formación universitaria.

Este programa intenta integrar las actividades que garantizan la calidad de las enseñanzas con aquellas otras actividades que garantizan la calidad de los elementos transversales de la Universidad, es decir, trata de “integrar calidad de Titulaciones y calidad de los Servicios en un sistema único”.

El Sistema AUDIT de la Universidad de Granada se ha diseñado con el ánimo de integrar los distintos Sistemas de Calidad que existen en la UGR: -Sistemas de Garantía de la Calidad de las Titulaciones. -Sistemas de Gestión de la Calidad de las Unidades, basados en ISO 9001. -Programa Verifica. -Programa Docentia.

En la primera fase del proceso de evaluación del programa AUDIT, referida a evaluación del diseño, el informe positivo implica el reconocimiento por ANECA de la validez de la propuesta presentada, así como una invitación a la Universidad para que ésta comience la fase de implantación del sistema de garantía de calidad. Adicionalmente, implica que aquellos títulos de grado, máster y doctorado evaluados por ANECA dentro del Programa Verifica, propuestos por centros y/o universidades que dispongan de un informe positivo AUDIT, cuentan también con una evaluación positiva en el criterio específico del Sistema de Garantía de la Calidad de la memoria que, de acuerdo al R.D. 1393/2007, modificado por R.D. 861/2010, y R.D. 99/2011, será necesario elaborar para solicitar la verificación de títulos oficiales.


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L’orbite terrestre affecte à la stabilité de la calotte orientale de l’Antarctique, d’après une étude.

Des sédiments marins d’entre 2,2 et 4,3 millions d’années révèlent qu’il y eut une fonte généralisée, tel que le signale un article publié dans la revue Nature Geosciences.

Ce travail, auquel participe l’Institut Andalou des Sciences de la Terre, signale que les émissions de gaz à effet de serre influent sur la fonte dans une plus large mesure que les changements de l’orbite terrestre.

Une équipe internationale de recherche, dirigée par le Conseil Supérieur de Recherches Scientifiques (CSIC) et auquel participe l’Université de Grenade, a découvert qu’il existe un rapport direct entre les changements de l’orbite terrestre et la stabilité de la calotte orientale antarctique, concrètement sur la marge continentale de la Terre de Wilkes (Antarctique orientale). À cette étude, publiée dans la revue Nature Geosciences, ont participé 29 scientifiques de 12 pays.

Ce travail se base sur l’analyse de sédiments marins transportés par des icebergs cela fait entre 2,2 et 4,3 millions d’années, et qui ont été recueillis lors d’une expédition du Integrated Ocean Drilling Program.

Les données obtenues révèlent que des processus climatiques naturels peuvent augmenter la réponse des calottes polaires à des changements d’énergie relativement petits dérivés des modifications de l’orbite terrestre ; peuvent se produire des montées et des descentes du niveau de la mer de dizaines de mètres. L’étude montre qu’il y a 2,5 millions d’années, alors que les concentrations de dioxyde de carbone dans l’atmosphère étaient similaires aux actuelles, la fonte de la calotte orientale antarctique était généralisée.

« Ce travail aide à résoudre le mystère de la façon dont contribue l’orbite de la Terre autour du Soleil à la stabilité des calottes de glace », explique la chercheuse Carlota Escutia, de l’Institut Andalou des Sciences de la Terre (centre mixte CSIC-UGR), qui a dirigé l’expédition.

Les gaz à effet de serre

« Cependant, les émissions de gaz à effet de serre supposent un apport énergétique beaucoup plus élevé que celui produit par les changements dans l’orbite terrestre », signale Mme Escutia.

L’analyse des sédiments montre que la stabilité de la plus grande calotte de glace terrestre est influencée par la présence de la banquise de glaces dans les océans qui entourent l’Antarctique. La banquise est de l’eau de mer gelée qui constitue un bouclier protecteur autour du continent et des calottes de l’Antarctique, et est susceptible de réchauffement des océans généré comme conséquence de l’augmentation des gaz à effet de serre. « La disparition de la banquise peut se traduire en une fonte des calottes et en des montées du niveau de la mer de plusieurs mètres », ajoute Mme Escutia.

Cela fait des millions d’années, sous des conditions de concentrations de dioxyde de carbone élevées, comme les actuelles, et des températures de l’océan un peu plus élevées que de nos jours, les océans qui entourent l’Antarctique ne purent soutenir la banquise. D’après la chercheuse, « la disparition de ce bouclier protecteur permit que les courants océaniques entraînés par les vents pénétrent jusqu’à la base des calottes, produisant leur fonte. » 

Cette étude envisage une fonte potentielle généralisée de la calotte orientale antarctique à l’avenir si les niveaux de dioxyde de carbone dans l’atmosphère ne se réduisent pas.

Référence bibliographique:
M. O. Patterson, R. McKay, T. Naish, C. Escutia, F. J. Jiménez-Espejo, M. E. Raymo, S. R. Meyers,, L. Tauxe, H. Brinkhuis, IODP Expedition 318 Scientists. Orbital forcing of the East Antarctic ice sheet during the Pliocene and Early Pleistocene. Nature Geosciences.
DOI: 10.1038/NGEO2273

 

Image adjointe : Travaux de perforations scientifiques dans l’Antarctique. (Foto: CSIC)

Contact : Carlota Escutia Dotti
Institut Andalou des Sciences de la Terre (CSIC-UGR)
Tél. : 958240504 / 40504; courriel : cescutia@ugr.es


According to a recent study the earth’s orbit affects the stability of Antarctica’s Eastern ice cap

Seabed sediments dating back to around 2,2-4,3 million years reveal that there was a generalized thaw, according to an article published in the journal Nature Geosciences

This research, which counts with the participation of the Andalusian Institute of Earth Sciences, indicates that the emission of greenhouse gases has a higher impact upon thaw than changes in the earth’s orbit.

An international research team led by the High Council for Scientific Research (CSIC in its Spanish acronym) and with the participation of the University of Granada, has found that there is a direct relation between the changes in the earth’s orbit and the stability of the Eastern ice cap of Antarctica, more specifically, on the continental fringe of Wilkes Land (East Antarctica). 29 scientists from 12 different countries participated in this study, which has been published in the journal Nature Geosciences.

This study is based upon the analysis of seabed sediments which were transported by icebergs around 2,2-4,3 million years ago, and which have been collected during an expedition of the Integrated Ocean Drilling Program. 

The data obtained reveal that natural climatic processes can increase the response of polar ice caps to minor changes in energy caused by modifications in the earth’s orbit. The sea level can either decrease or increase by as much as dozens of metres. This study shows that 2,5 million years ago, when the concentration of carbon dioxide in the atmosphere was similar to the current one, the thawing of the eastern Antarctic ice cap was a generalized process.

“This study helps solve the mystery of how the Earth’s orbit around the Sun contributes to the stability of ice caps”, according to Carlota Escutia, a researcher at the Andalusian Institute of Earth Sciences (a CSIC-UGR joint institution), which has led the expedition.

Greenhouse effect gases

“The emission of greenhouse effect gases has, nevertheless, a much larger energy impact than that provided by any changes in the earth’s orbit”, according to Escutia.

The analysis of sediments shows that the stability of the largest ice cap on earth is influenced by the presence of sea ice in the oceans that surround Antarctica. This sea ice is a layer of frozen seawater that creates a protective shield around the continent and the Antarctic ice caps, and it is sensitive to the warming up of oceans generated as a result of the increase in greenhouse effect gasses. “The disappearance of this sea ice can result in the melting of the ice caps and in the increase of sea level by several metres”, adds Escutia.

Millions of years ago, under conditions of high concentration of carbon dioxide—as is also the case now—and ocean temperatures slightly higher than those currently registered, the oceans surrounding Antarctica could no longer sustain the sea ice. Escutia points out that “the disappearance of this protective shield allowed oceanic currents pushed by the winds to penetrate down to the base of the ice caps, provoking their thaw”.

This study speculates with a potentially generalized thaw of Antarctica’s Eastern ice cap in the future if we fail to reduce the levels of carbon dioxide in the atmosphere.

Bibliography:

M. O. Patterson, R. McKay, T. Naish, C. Escutia, F. J. Jimenez-Espejo, M. E. Raymo, S. R. Meyers,, L. Tauxe, H. Brinkhuis, IODP Expedition 318 Scientists. Orbital forcing of the East Antarctic ice sheet during the Pliocene and Early Pleistocene. Nature Geosciences.

DOI: 10.1038/NGEO2273

Attached image: Scientific perforation in Antarctica (courtesy of CSIC)

Contact:
Carlota Escutia Dotti
Andalusian Institute of Earth Sciences (CSIC-UGR)
Phone: 958240504 / 40504
Email: cescutia@ugr.es


La luz intermitente y el color amarillo de los semáforos no disuaden a los peatones de cruzar

003-2014 Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que la luz intermitente y el color amarillo de los semáforos no tiene ningún efecto sobre los peatones. Así, sólo las dos fases mandatorias (verde fijo y rojo fijo) producen un efecto disuasorio sobre los peatones, comunicándoles un mensaje claro y seguro.

Esta investigación, publicada en la revista The Spanish Journal of Psychology, ha sido realizada por científicos del Centro de Investigación «Mente, Cerebro y Comportamiento» de la UGR, y pretende contribuir al diseño de señales de tráfico más efectivas, para evitar que las personas realicen conductas de riesgo en intersecciones controladas.

Para ello, los autores trabajaron con una muestra formada por 247 participantes, de los que la mayoría (el 74,89%) tenía carnet de conducir. A todos se les presentaron una serie de fotografías de diversos pasos de cebra controlados por semáforos del centro de Granada.

De este modo, a los participantes se les mostraron diversas intersecciones con regulación semafórica (tanto reales como manipuladas), y se les pidió que valoraran del 1 al 10 si cruzarían o no en ellas (siendo 1 «Jamás cruzaría en esa situación» y 10 «Siempre cruzaría en esa situación»).

Los tipos de semáforos propuestos por los investigadores a los participantes fueron: uno con una luz verde fija, verde intermitente, amarilla fija, amarilla intermitente, roja fija, roja intermitente y completamente apagada.

Rojo y verde fijo, los más efectivos

Los resultados revelaron datos muy curiosos. Así, muchos de los peatones no conocen el significado de las fases no mandatorias de los semáforos, aquellas diferentes al verde (go) o roja (no-go). Además, las soluciones intermitentes y el color amarillo no son efectivas para comunicar al peatón un mensaje claro (y seguro).

Los investigadores comprobaron que las soluciones mandatorias (verde/ rojo fijo) son las mejores soluciones para evitar conductas peatonales inseguras al cruzar intersecciones controladas.

Como explican los autores principales de este trabajo, los investigadores de la UGR Leandro Luigi Di Stasi y Alberto Megías, «en la Unión Europea no existe una normativa específica y común de señalización semafórica (por ejemplo, además de la fase verde/rojo fija, en Italia hay una fase ámbar para los peatones. En Francia hay una fase de color rojo intermitente, y en ciudades españolas como Granada tenemos el verde intermitente que indica que el semáforo se va a cerrar».

Reloj de arena

Di Stasi y Megías señalan que una solución fácil de introducir y efectiva para crear entornos más seguros y amigables para el peatón «sería el uso de un semáforo que indique sólo las dos fases mandatorias (verde y rojo), con un indicador del tiempo que falta antes del cambio a la otra fase (por ejemplo, imitando un reloj de arena con una cuenta atrás)».

Otro tipo de semáforo que resultaría efectivo, a juicio de los investigadores, es el denominado Marshalite, que empezó a utilizar en Australia en 1936 y cuyo nombre se debe a su diseñador Charles Marshall. Estos semáforos se utilizaron durante treinta años en Australia y disponían de dos rotores motorizados que giraban las agujas para indicar la sección correspondiente (rojo, amarillo o verde).

Los investigadores apuntan que la falta de normativas comunes en este tema y la ambigüedad del mensaje que conllevan las fases intermedias (fijas o intermitentes) «pueden provocar una disminución de la seguridad vial, lo que contribuye al alto número de accidentes que se producen anualmente en Europa en los cruces señalizados, algo que también ocurre en España, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT)».

El estudio realizado en la Universidad de Granada ha sido financiado en parte por la propia DGT a través de dos proyectos del Plan de Investigación 2014 (SPIP2014-1426 y SPIP2014-1341).

Referencia bibliográfica

The Influence of Traffic Signal Solutions on Self-Reported Road-Crossing Behavior
Leandro L. Di Stasi, Alberto Megías, Antonio Cándido, Antonio Maldonado and Andrés Catena
The Spanish Journal of Psychology (2014), 17, e103, 1–7.
Universidad Complutense de Madrid and Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
doi:10.1017/sjp.2014.105

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Des scientifiqes espagnols arrivent à modifier avec de la lumière pulsée une protéine qui provoque plus d’allergies au lait, la rendant ainsi plus digestive

Les chercheurs, membres de l’Université de Grenade et du centre technologique Azti-Tecnalia, ont modifié de façon artificielle une protéine lactée dénommée β-lactoglobuline.

Leur travail, publié dans la revue Soft Matter, démontre que le traitement à la lumière pulsée « est un instrument très prometteur pour dessiner des produits alimentaires à basse allergénicité. »

Des scientifiques espagnols, membres de l’Université de Grenade et du centre technologique Azti-Tecnalia, sont arrivés à dessiner une protéine lactée plus facile à digérer par l’organisme humain et qui pourrait rabaisser l’allergénicité du lait. Ceci, sans altérer aucunement ses propriétés fonctionnelles.

Les scientifiques sont arrivés à modifier de façon artificielle une protéine dénommée β-lactoglobuline moyennant un traitement avec de la lumière pulsée. Cette protéine, présente dans le sérum du lait, est la responsable d’approximativement 10% des allergies aux produits lactés y s’avère, grâce à ce traitement, beaucoup plus digestive.

Tel que l’explique la chercheuse de l’Université de Grenade, Julia Maldonado Valderrama, une des auteures de ce travail, la digestion difficile de la β-lactoglobuline se doit à ce que ces protéines ont une structure compacte et complexe qui résiste à l’attaque enzymatique pendant la digestion. « Cependant, cette complexité structurelle est nécessaire pour que les protéines réalisent leur fonction structurelle comme agent stabilisateur d’émulsions ou de mousses. »

Une façon de faciliter la digestion des protéines pourrait être de rompre ou de dérouler leur structure. Cependant, si la structure de la protéine se dégrade trop, celle-ci perd sa fonctionnalité. 

Modifier les protéines

« Dans ce travail, publié dans la revue Soft Matter, nous avons utilisé une protéine lactée modifiée moyennant un traitement de lumière pulsée, une méthode d’inactivation bactérienne amplement utilisée dans l’industrie alimentaire, mais qui n’avait jamais été utilisée auparavant pour modifier des protéines. » Ce processus, breveté par l’équipe du centre technologique Azti-Tecnalia, dégrade la structure de la protéine à mesure qu’augmente le nombre d’impulsions de lumière appliquées. 

Les chercheurs ont ainsi vérifié en premier lieu que la fonctionnalité de la protéine ne se voit pas affectée par le traitement à la lumière pulsée. « De fait, nous démontrons que, dans certains cas, la lumière pulsée améliore même les propriétés émulsifiantes de la protéine lactée, signale Mme Maldonado Valderrama. Après, nous vérifions l’effet de la digestion sur cette protéine modifiée par impulsions de lumière. »

Pour ce faire, les chercheurs ont employé un dispositif dessiné et construit à l’Université de Grenade, dénommé Octopus, qui leur permet de simuler le processus digestif sur une protéine dans une seule goutte d’émulsion. La simulation du processus digestif a ainsi démontré que le traitement de lumière facilite la digestion de cette protéine, en particulier dans l’intestin grêle.

« Trouver la façon d’améliorer la digestibilité des protéines sans altérer leur fonctionnalité est un défi actuel de la technologie alimentaire et, en ce sens, le traitement à la lumière pulsée est un instrument très prometteur pour dessiner des produits alimentaires à basse allergénicité », conclut la chercheuse de l’UGR.

Référence bibliographique :
Improved digestibility of β-lactoglobulin by pulsed light processing: dilatational and shear study.
Teresa del Castillo-Santaella, Esther Sanmartín-Sierra, Miguel Cabrerizo-Vílchez, J. Arboleya and Julia Maldonado-Valderrama
Soft Matter, 2014
DOI: 10.1039/C4SM01667J

L’article complet est disponible sur le site :
http://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2014/sm/c4sm01667j#!divAbstract

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Contact :
Julia Maldonado-Valderrama
Département de Physique Appliquée de l’Université de Grenade. Tél. : 958 241 000, ext: 20387; courriel : julia@ugr.es


Spanish scientists modify with pulsed light the protein that causes most allergies to milk, making it easier to digest

The investigators, who belong to the University of Granada and the Azti-Tecnalia technology centre, have artificially modified a type of lactose protein called β-lactoglobulin

 Their work, published in the Soft Matter journal, shows that pulsed light treatment ‘is a very promising tool’ for the design of low-allergy food products

Spanish scientists from the U. of Granada and the Azti-Tecnalia technology centre have designed a type of lactose protein which is easier to digest by humans, and which could lower the allergenicity of milk. They have done this without at all altering its functional properties.

The researchers have managed to modify a type of lactose protein called β-lactoglobulin artificially by means of a treatment with pulsed light. This protein, which is present in lactose serum, is responsible for approximately 10% of milk-related allergies. As a result of this treatment, milk becomes much more digestible.

Julia Maldonado-Valderrama, a researcher at the University of Granada involved in this project, explains that β-lactoglobulin is difficult to digest because this protein has a compact and complex structure that resists enzymatic processing during digestion. “This complexity is nevertheless necessary for proteins to fulfil their structural function as stabilizing agents of emulsions or foams.” 

One way to facilitate the digestion of proteins could be to break up or dismantle their structure. However, if the structure of the protein is severely degraded it loses is functional properties.

Modify the proteins

“In this project, which has been published in the journal Soft Matter, we have used a type of lactose protein modified by means of a treatment with pulsed light, a method of bacterial inactivation which is widely used in the food industry, but never before used to modify proteins”. This process, patented by the team at the Azti-Tecnalia technology centre, degrades the structure of the protein by increasing the amount of light pulses. 

With this method, scientists confirmed that, first, the functional properties of the protein are not affected by the pulsed light treatment. “We actually demonstrated that in some cases pulsed light even improves the emulsive properties of lactose protein”, Maldonado-Valderrama points out. “We then studied the effects of this pulsed light modified protein upon digestion”.

In order to do so the researchers employed a device designed and built at the University of Granada, called Octopus, which simulates the digestive process of a protein in a single drop of emulsion. Thus, the simulation of the digestive process demonstrated that the pulsed light treatment facilitates digestion of this protein, in particular in the small intestine.

“Finding a way of improving the digestibility of proteins without altering their functional properties is a current challenge within food technology and, in this respect, the pulsed light treatment is a very promising tool when it comes to the design of low-allergy food products”, the University of Granada researcher concludes.

Bibliography:
Improved digestibility of β-lactoglobulin by pulsed light processing: dilatational and shear study.
Teresa del Castillo-Santaella, Esther Sanmartín-Sierra, Miguel Cabrerizo-Vílchez, J. Arboleya and Julia Maldonado-Valderrama
Soft Matter, 2014
DOI: 10.1039/C4SM01667J 

The full text is available here:
http://pubs.rsc.org/en/content/articlelanding/2014/sm/c4sm01667j#!divAbstract

 

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Contact:
Julia Maldonado-Valderrama
Department of Applied Physics, University of Granada
Phone: 958 241 000. Ext: 20387
Email: julia@ugr.es