La UGR, sin tarjetas ni ágapes

Después de que ayer este periódico publicara que la Universidad de Cádiz (UCA) derrochó dinero con visas sin control generando un gasto nunca inferior a los 380.000 euros entre 2007 y 2011, la pregunta era clara: ¿ocurre lo mismo en el resto de universidades andaluzas? ¿Y en Granada? 

El gobierno de la Universidad de Granada, encabezado por el rector Francisco González Lodeiro, ha hecho de la austeridad su bandera desde el inicio de su gestión, en 2008. De hecho, la institución académica aseguró ayer que ningún miembro del equipo rectoral tiene tarjetas bancarias para el pago de ningún tipo de gastos y que las políticas de ahorro no se limitan a eso.

Como ejemplo de esas prácticas ahorrativas, la UGR asegura que no se pagan gastos de representación a los cargos de responsabilidad y que no se ofrecen copas ni comidas en ninguno de los actos que se celebran, como distinciones, honoris causa o en la apertura del año académico.

Y es más, los miembros del gobierno de la UGR solo suelen estar cubiertos por la Universidad en el coste de los viajes que realizan, pero no en otro tipo de dietas, como las propias comidas. Todo ello según la versión ofrecida ayer por su responsable de comunicación, quien no pudo confirmar ni desmentir que en el pasado (antes de la llegada de González Lodeiro al Rectorado) se hiciera uso de tarjetas de crédito.

En la actualidad, además de la austeridad, este gobierno hace gala siempre de una «gestión transparente», para lo que se puso en marcha el portal web transparente, donde entre otra información, están los datos económicos. Por la puesta en marcha de esta herramienta, la UGR recibió el premio de la Fundación para la Formación e Investigación en Auditoría del Sector Público.

El escándalo saltó ayer con la información de que la Universidad de Cádiz entregó bajo el mandato de su anterior rector, Diego Sales, tarjetas de crédito de empresa a integrantes del equipo de gobierno (vicerrectores y algunos directores generales). En los extractos bancarios hay un gran número de compras personales o facturas de restaurantes, bares de copas, además de innumerables viajes y gastos en supermercados y hasta Ikea.

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Cutting a baby’s umbilical cord two minutes later can improve development

74018 What if you could make your newborn baby more resistant to disease, less susceptible to inflammation and better-developed?

Well all you have to do is wait to cut the umbilical cord.

Two minutes to be exact, according to scientists from the University of Granada in Spain, who found that delaying the clamping and cutting of the umbilical cord made babies more resistant to oxidative stress and have less of an inflammatory response.

Scientists looked at a group of 64 healthy pregnant women who went into labour in the San Cecilio Clinical Hospital in Granada, who all had normal pregnancies and spontaneous natural deliveries.

The only different in the two groups of 32 was that one had their umbilical cords cut 10 seconds after birth and the other had them cut two minutes after.

‘Our study demonstrates that late clamping of the umbilical cord has a beneficial effect upon the antioxidant capacity and reduces the inflammatory signal induced during labour, which could improve the development of the newborn during his or her first days of life,’ the authors wrote in Pediatrics.

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Cutting a baby’s umbilical cord two minutes later can improve development

74018 What if you could make your newborn baby more resistant to disease, less susceptible to inflammation and better-developed?

Well all you have to do is wait to cut the umbilical cord.

Two minutes to be exact, according to scientists from the University of Granada in Spain, who found that delaying the clamping and cutting of the umbilical cord made babies more resistant to oxidative stress and have less of an inflammatory response.

Scientists looked at a group of 64 healthy pregnant women who went into labour in the San Cecilio Clinical Hospital in Granada, who all had normal pregnancies and spontaneous natural deliveries.

The only different in the two groups of 32 was that one had their umbilical cords cut 10 seconds after birth and the other had them cut two minutes after.

‘Our study demonstrates that late clamping of the umbilical cord has a beneficial effect upon the antioxidant capacity and reduces the inflammatory signal induced during labour, which could improve the development of the newborn during his or her first days of life,’ the authors wrote in Pediatrics.

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Científicos de la UGR y de Warwick explican por qué en los ecosistemas complejos coexisten muchas especies similares

75244 Científicos de la Universidad de Granada y de la Universidad de Warwick (Reino Unido) han publicado un artículo en la prestigiosa revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences, USA) en el que ofrecen una posible explicación al enigma de la estabilidad de los ecosistemas complejos, como las selvas amazónicas o los arrecifes de coral, en los que coexisten muchas especies muy similares entre sí, en lugar de que unas pocas de ellas desplacen a las demás.

Los investigadores han determinado que las denominadas redes tróficas, que representan de una forma concisa quién se alimenta de quién en un ecosistema, poseen una sencilla propiedad ignorada hasta la fecha, la «coherencia trófica», que puede ayudar a resolver el misterio que desde hace décadas estudian los teóricos de la ecología. Desde hace años, los científicos se han sentido fascinados por la cantidad y variedad de formas de vida que habitan ciertos ecosistemas muy complejos, como las selvas amazónicas o los arrecifes de coral. ¿Cómo es posible que tal ingente biodiversidad haya aparecido espontáneamente y se mantenga? ¿Cómo es posible que muchas especies coexistan en lugar de que algunas de ellas desplacen a las demás?

Uno de los autores de este artículo, el catedrático de Física Teórica de la UGR Miguel Ángel Muñoz, afirma que el interés en estos interrogantes ha aumentado notablemente en los últimos tiempos, «dado el ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad al que se están extinguiendo especies debido al impacto de las actividades humanas. Por esta razón, resulta de vital importancia entender cuáles son los factores y mecanismos que determinan la estabilidad de los ecosistemas, para así protegerlos actuando de la manera más eficaz posible».

Cuando por algún motivo una especie prospera esto puede ir en detrimento de otras, por ejemplo de sus presas o de sus competidores, lo que puede a su vez afectar a terceras especies. En un ecosistema, esto puede dar lugar a grandes cambios que resulten en cascadas o avalanchas de extinciones. Hasta los años setenta se pensaba que mientras más grande y complejo es un ecosistema, en el sentido de contar con muchas interacciones entre especies, más se amortiguarían estas fluctuaciones, explicando por qué los ecosistemas más estables que vemos son los que tienen gran biodiversidad.

Sin embargo, en 1972 un eminente físico y ecólogo, Sir Robert May, demostró matemáticamente -utilizando modelos muy sencillos- que debería ser al revés: el tamaño y la complejidad deberían tender a desestabilizar cualquier sistema dinámico, como un ecosistema o una red financiera. Este resultado, conocido desde entonces como «paradoja de May», inició un encendido debate sobre los efectos de la diversidad en la estabilidad.

ORGANIZACIÓN POR NIVELES

En el trabajo publicado en PNAS, los científicos de las universidades de Granada y Warwick han analizado un conjunto de redes tróficas provenientes de muy diversos tipos de ecosistemas. Estas redes han sido pacientemente compiladas por grupos de investigación en todo el mundo.

Los autores de este artículo midieron hasta qué punto las especies se suelen organizar por niveles, de manera que la mayoría de las presas de cualquier depredador estén en el nivel inmediatamente inferior a él. Por ejemplo, en una red perfectamente coherente, los herbívoros en el primer nivel trófico sólo se nutren de plantas (en el nivel cero), los carnívoros primarios en el segundo nivel comen sólo herbívoros, y así sucesivamente.

Aunque esta organización de las redes tróficas en estratos (o «coherencia trófica») no es perfecta en las redes naturales (por ejemplo, existen omnívoros que se nutren de varios niveles) es, sin duda, mucho mayor en las redes reales de lo que consideran o predicen los modelos matemáticos actualmente utilizados en ecología.

COHERENCIA Y ESTABILIDAD

Es más, como se demuestra en este trabajo, «esta coherencia está fuertemente correlacionada con la estabilidad de las redes: a más coherencia más estabilidad», apunta Muñoz. En su artículo, los investigadores proponen, además, un nuevo modelo matemático para generar redes artificiales o sintéticas (en el ordenador) que no sólo reproduce más fehacientemente que los modelos existentes hasta la fecha varias propiedades de las redes tróficas, sino que además demuestra de forma inequívoca que la estabilidad puede crecer con el tamaño y la complejidad.

«No es que May se equivocara: como éste ya señaló en su trabajo original, los ecosistemas deben de tener alguna propiedad estructural tal que no se comporten según predice su sencilla teoría basada en estructuras tróficas aleatorias. Es decir, el mismo May sugirió que la respuesta al enigma debía estar en el particular diseño o arquitectura de las redes tróficas», afirma el catedrático de la UGR.

Aunque el debate no queda necesariamente cerrado, porque la estabilidad que se ha medido es una condición necesaria pero no suficiente para que un ecosistema perdure, «este resultado promete cambiar nuestra visión de los ecosistemas, y quizá de otros sistemas con ciertas propiedades similares, como las redes neuronales, genéticas, comerciales o financieras». Además, como alertan los investigadores, saber si un sistema se volverá más o menos estable con la pérdida de algunos de sus elementos (extinciones de especies, quiebras de bancos) es clave si queremos impedir su colapso.

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Casi una de cuatro embarazadas sufre violencia por parte de su pareja

75205 Mientras que para muchas mujeres el embarazo es un periodo de felicidad, para casi una de cada cuatro sufre violencia de género. En concreto, un 22,7% sufre algún tipo de agresión –emocional, física o sexual– por parte de su pareja. 

Los datos, recogidos sobre 779 mujeres heterosexuales que dieron a luz en 15 hospitales públicos de Andalucía, son extrapolables al resto de España y a países de entornos socioculturales parecidos. Las matronas que colaboraron fueron formadas para recoger los datos y se llevó a cabo en total anonimato y confidencialidad.

«Hasta el momento no se había realizado ningún estudio de este tipo en España y, en consecuencia, se desconocía por completo la magnitud de este problema en nuestro entorno», explica a Sinc Stella Martín de las Heras, investigadora de la Universidad de Granada y principal autora del trabajo. «Sin embargo, las consecuencias son muy graves tanto para la salud de la madre como para la del feto», afirma.

La violencia de pareja ha sido detectada en este estudio con dos instrumentos estandarizados a escala internacional, el Abuse Assessment Screen (AAS) y el Index of Spouse Abuse (ISA). «Pensamos que la forma de preguntar podría influir en la detección de la violencia en diferentes entornos culturales, como así comprobamos con los resultados obtenidos», añade Martín de las Heras.

Los resultados, publicados en el Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica, apuntan que en España la prevalencia de la violencia de pareja en las mujeres embarazadas es alta con respecto a los países próximos, en los que gira alrededor del 3,4% al 8,3%. «Con estas cifras, se debería incluir de manera rutinaria la detección de la violencia en el control del embarazo, así como la puesta a punto de protocolos de actuación en los casos necesarios», sugiere. «La implicación y la motivación de los profesionales sanitarios es crucial», añade.

Diferentes formas de preguntar
Cuando se analizaron los datos con los dos instrumentos de detección por separado, se encontraron grandes diferencias entre ambos. Así, con el AAS se detectó que un 7,7% de las mujeres embarazadas sufría algún tipo de violencia, mientras que si se utilizaba el ISA, el porcentaje subía al 21,3%. «No puedo explicar el porqué de esta diferencia, porque cada trabajo ha utilizado una metodología diferente y sacar conclusiones sobre esto no es posible», sostiene la catedrática del departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física. «Lo que no cabe duda es que las cifras hacen reflexionar sobre las posibles repercusiones en la salud de la mujer y del feto», apunta.

El porcentaje encontrado en el estudio (22,7% de mujeres que sufren algún tipo de violencia dentro de su pareja) se obtuvo al unir los resultados del AAS e ISA, sin duplicar los casos detectados. La diferencia entre ambos métodos radica en la forma en la que se pregunta. El AAS se basa en preguntas muy generales, en las que las mujeres se tienen que autodefinir como maltratadas. Sin embargo, con el método ISA, la mujer responde sobre vivencias cotidianas que se le plantean.

Por ejemplo, al responder a la cuestión «mi pareja me exige obediencia ante sus caprichos», la mayor parte de las mujeres encuestadas no consideraron que tal conducta supusiera un tipo de violencia, sino que lo justificaron por el «carácter de su pareja». De esta manera, el ISA detecta situaciones y sus frecuencias que, sumadas, determina si una mujer sufre violencia. «No obstante, si se preguntaba directamente a las mujeres si se consideraban maltratadas, ellas podían responder que no», subraya Martín de las Heras.

Cuestiones como «mi pareja se enfada y se pone intratable cuando le digo que está bebiendo demasiado» fue respondida afirmativamente por más de un 10% de mujeres. De igual manera, a la pregunta «mi pareja se enfada si no estoy de acuerdo con él» respondieron afirmativamente, en diferente grado, casi el 18% de las mujeres.

Los autores analizaron los diferentes tipos de violencia que pueden sufrir las mujeres por parte de sus parejas hombres. El 21% de las mujeres sufrieron violencia emocional y el 3,6% violencia física o sexual durante la gestación. «A pesar de que la violencia emocional es la más frecuente, no hay que desdeñar la violencia física por su especial gravedad durante el embarazo», puntualiza la investigadora.

De hecho, el 36,1% de las mujeres que reportaron violencia física dijeron que acontecía «muy a menudo» o «diariamente» y el 20,3% la clasificaron como de severidad 3 –hematomas severos, quemaduras o huesos fracturados–. Además, tres mujeres informaron que sufrían violencia física en el abdomen.

Perfil
En este trabajo se estudiaron también los factores sociodemográficos que pudieran estar asociados con la violencia en el embarazo, como la edad, el nivel de estudios, la actividad laboral, la nacionalidad, el tipo de relación y convivencia, así como el apoyo en su entorno.

Martín de las Heras afirma que algunos estereotipos no aparecieron entre sus resultados: «Por ejemplo, la edad y la procedencia. Las mujeres más jóvenes no tienen mayor probabilidad de sufrir violencia durante el embarazo. Las mujeres de nacionalidad diferente a la española, que en nuestro estudio eran de Latinoamérica o del norte de África, tampoco».

Sin embargo, mujeres embarazadas que mantenían una relación sin compromiso o que no contaron con apoyo en su entorno –un familiar o amigo al que acudir en caso de necesidad– tenían mayor probabilidad de sufrir violencia de pareja durante el embarazo. Por el contrario, las mujeres con trabajo estaban más protegidas contra este tipo de violencia.

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«En Alemania tenemos un contrato de tres años y aquí es imposible»

«Me costó decidirme. Ha habido ocasiones cuando hemos estado aprendiendo alemán que he pensado en no irme. He pensado en abandonar». Son las palabras de Alejandro García Cerpa, un titulado en Fisioterapia que terminó sus estudios en la Universidad de Granada (UGR) en julio. El próximo día 11 se irá a Alemania con un contrato bajo del brazo.

 

Son 14 jóvenes y dentro de algo más de tres semanas viajarán juntos hasta la localidad alemana de Bad Wiessee para incorporarse a la plantilla de enfermeros, fisioterapeutas y ‘ergoterapeutas’ (terapeutas ocupacionales en España), contratados por Medical Park AG.

Son los primeros que hacen las maletas gracias al acuerdo firmado entre estas clínicas de rehabilitación y la universidad granadina, un convenio por el que la empresa germana se comprometía a sufragar los gastos de un curso intensivo de alemán a aquellos alumnos que posteriormente se marchasen a trabajar con ellos. La UGR los forma para ejercer una profesión y después deben abandonar la provincia e incluso el país.

Estos catorce jóvenes, recién titulados, se mudan al país germano con un contrato de trabajo de tres años, renovable, un idioma nuevo aprendido (con el nivel B2 acreditado por el Centro de Lenguas Modernas que imparte los cursos) y sobre todo, con la garantía de tener tras de sí el respaldo de su universidad y de una empresa.

El ir con todo programado y con un grupo de personas que conocen es una ventaja, como reconoce Alejandro García Cerpa. «Hemos formado una pequeña familia», dice. Para este joven granadino lo más complicado hasta el momento ha sido el idioma. «He tenido muchas dificultades y me ha costado mucho. Se me dan mal los idiomas», admite. Por eso, no esconde que ha tenido momentos de bajón. De cara a su vida en Alemania, de al menos tres años porque si se vuelven les sancionan, asegura temer al frío. Lo de vivir solo y demás no le crea mucha incertidumbre.

Para María José Chans, graduada en Enfermería por la universidad granadina, que terminó su carrera en julio, también fue complicado decidirse. Se va porque en España no hay nada. «No hay opciones ni en la empresa privada ni en el sector público. En lo privado no hay ningún sitio en el que te ofrezcan tres años y el sueldo que en Alemania y para lo público piden puntos que no tenemos porque no tenemos experiencia», lamenta. «En España tres años de contrato es prácticamente imposible», insiste.

lo más 50

En alemán solo sabía decir «hola», «gracias» y poco más… y eso de las veces que había viajado allí. Pensaba y confiaba cuando empezó a estudiar Enfermería que la crisis hubiera pasado cuando terminara y tendría alguna opción en Madrid al menos, pero no ha sido así.

Medical Park ha costeado el curso de alemán de cada alumno, que tiene un precio que roza los 6.000 euros. Los estudiantes, ya graduados, han tenido que hacer un importante esfuerzo y demostrar su compromiso. Han recibido 540 horas de formación que han tenido que compaginar con su último curso de carrera y con el trabajo de fin de grado. «Los últimos meses han sido una pesadilla», comentan algunos de los estudiantes.

Tras hacer este camino, el día once de enero vuelan hacia Alemania. El doce estarán trabajando con un sueldo de 1.200 euros netos al llegar y 1.600 en cuanto homologuen su título. Durante el periodo inicial tienen pagado además el alojamiento y la comida, y cuando terminen los tres años de contrato una prima de 10.000 euros. Van graduados en enfermería, fisioterapia y terapia ocupacional. En el último caso solo una persona.

¿Fuga o emigración?

Antonio Salmerón, su profesor de alemán, ha hecho las veces de docente y de psicólogo durante estos meses. Él es hijo de emigrantes y les ha dejado clara la diferencia entre pertenecer a la generación del ‘vente pa’ Alemania Pepe’ y la de la ‘fuga de cerebros’. Ellos están sobradamente preparados. Viajan con sueldo, domicilio y puesto de trabajo fijo. Entre todos han acuñado una especie de ‘mantra’ que se repiten los unos a los otros para tratar de espantar la morriña y los miedos que lleva implícita esta aventura. «Kopf hoch !, Kein Stress !, Langsam aber sicher !». O lo que es lo mismo «Cabeza alta, fuera estrés, lentos pero seguros».

Esta semana hacen la prueba del B2 en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad granadina. 2015 lo iniciarán en España, pero pronto lo cambiarán por la cultura alemana.

«Al principio nos daba mucho miedo. Todo era tan bueno que pensábamos que había trampa. Buscamos por todas partes la letra pequeña. Pero a lo largo de estos meses la empresa ha cumplido. Salimos de aquí con el contrato firmado y con las condiciones claras. Y el respaldo tanto de la Universidad como la actitud del gerente de las clínicas, Christian Gores, que ha venido a hablar con nosotros, a dar la cara, en varias ocasiones, también nos ha tranquilizado», destacan algunos de los universitarios.

Ya hay un segundo grupo de 13 alumnos estudiando alemán para seguir la estela de estos 14 ‘valientes’, según los califican desde la propia empresa. Por el momento, ellos tiene trabajo para los próximos tres años.

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¿Por qué coexisten muchas especies similares entre sí en las selvas o arrecifes?

75244 Un grupo de científicos de la Universidad de Granada y la Universidad de Warwick (Reino Unido) ha ofrecido una posible explicación al enigma de la estabilidad de los ecosistemas complejos, como las selvas amazónicas o los arrecifes de coral, en los que coexisten muchas especies muy similares entre sí, en lugar de que unas pocas de ellas desplacen a las demás. Sus conclusiones se han publicado en un artículo en la prestigiosa revista estadounidense PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) 

Los investigadores han determinado que las denominadas redes tróficas, que representan de una forma concisa quién se alimenta de quién en un ecosistema, poseen una sencilla propiedad ignorada hasta la fecha, la «coherencia trófica», que puede ayudar a resolver el misterio que desde hace décadas estudian los teóricos de la ecología.

Desde hace años, los científicos se han sentido fascinados por la cantidad y variedad de formas de vida que habitan ciertos ecosistemas muy complejos, como las selvas amazónicas o los arrecifes de coral. ¿Cómo es posible que tal ingente biodiversidad haya aparecido espontáneamente y se mantenga? ¿Cómo es posible que muchas especies coexistan en lugar de que algunas de ellas desplacen a las demás?

Uno de los autores del artículo, el catedrático de Física Teórica de la UGR Miguel Ángel Muñoz, afirma que el interés en estos interrogantes ha aumentado notablemente en los últimos tiempos, «dado el ritmo sin precedentes en la historia de la humanidad al que se están extinguiendo especies debido al impacto de las actividades humanas. Por esta razón, resulta de vital importancia entender cuáles son los factores y mecanismos que determinan la estabilidad de los ecosistemas, para así protegerlos actuando de la manera más eficaz posible».

Cuando por algún motivo una especieprospera esto puede ir en detrimento de otras, por ejemplo de sus presas o de sus competidores, lo que puede a su vez afectar a terceras especies. En un ecosistema, esto puede dar lugar a grandes cambios que resulten en cascadas o avalanchas de extinciones.

Hasta los años setenta se pensaba que mientras más grande y complejo es un ecosistema, en el sentido de contar con muchas interacciones entre especies, más se amortiguarían estas fluctuaciones, explicando por qué los ecosistemas más estables que vemos son los que tienen gran biodiversidad.

Sin embargo, en 1972 un eminente físico y ecólogo, Sir Robert May, demostró matemáticamente -utilizando modelos muy sencillos- que debería ser al revés: el tamaño y la complejidad deberían tender a desestabilizar cualquier sistema dinámico, como un ecosistema o una red financiera. Este resultado, conocido desde entonces como «paradoja de May», inició un encendido debate sobre los efectos de la diversidad en la estabilidad.

Organización por estratos

En el trabajo publicado en PNAS, los científicos de las universidades de Granada y Warwick han analizado un conjunto de redes tróficas provenientes de muy diversos tipos de ecosistemas. Estas redes han sido pacientemente compiladas por grupos de investigación en todo el mundo.

Los autores del artículo midieron hasta qué punto las especies se suelen organizar por niveles, de manera que la mayoría de las presas de cualquier depredador estén en el nivel inmediatamente inferior a él. Por ejemplo, en una red perfectamente coherente, los herbívoros en el primer nivel trófico sólo se nutren de plantas (en el nivel cero), los carnívoros primarios en el segundo nivel comen sólo herbívoros, y así sucesivamente.

Aunque tal organización de las redes tróficas en estratos (o «coherencia trófica») no es perfecta en las redes naturales (por ejemplo, existen omnívoros que se nutren de varios niveles) es, sin duda, mucho mayor en las redes reales de lo que consideran o predicen los modelos matemáticos utilizados en la actualidad en ecología.

Impedir el colapso

Es más, como se demuestra en este trabajo, «esta coherencia está fuertemente correlacionada con la estabilidad de las redes: a más coherencia más estabilidad», apunta Muñoz. En su artículo, los investigadores proponen, además, un nuevo modelo matemático para generar redes artificiales o sintéticas (en el ordenador) que no solo reproduce más fehacientemente que los modelos existentes hasta la fecha varias propiedades de las redes tróficas, sino que además demuestra de forma inequívoca que la estabilidad puede crecer con el tamaño y la complejidad.

«No es que May se equivocara: como éste ya señaló en su trabajo original, los ecosistemas deben de tener alguna propiedad estructural tal que no se comporten según predice su sencilla teoría basada en estructuras tróficas aleatorias. Es decir, el mismo May sugirió que la respuesta al enigma debía estar en el particular diseño o arquitectura de las redes tróficas», afirma el catedrático de la UGR.

Aunque el debate no queda necesariamente cerrado, porque la estabilidad que se ha medido es una condición necesaria pero no suficiente para que un ecosistema perdure. «Este resultado promete cambiar nuestra visión de los ecosistemas, y quizá de otros sistemas con ciertas propiedades similares, como las redes neuronales, genéticas, comerciales o financieras», concluye Muñoz. Además, como alertan los investigadores, saber si un sistema se volverá más o menos estable con la pérdida de algunos de sus elementos (extinciones de especies, quiebras de bancos) es clave si queremos impedir su colapso.

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Hallazgo del Robot Curiosity en Marte podría implicar existencia de vida

75302 El vehículo robótico Curiosity ha detectado fluctuaciones de metano en la atmósfera de Marte, lo que abre nuevas vías de investigación para esclarecer cuáles son las fuentes que lo producen, entre las que podría estar algún tipo de actividad biológica.
Esta es la principal conclusión de un estudio que publica hoy la revista estadounidense «Science» y que también abre una nueva línea para estudiar cuáles son los mecanismos a través de los que este gas se elimina con inexplicable rapidez.

 

El trabajo cuenta con la participación de dos investigadores españoles y, según sus autores, resuelve «la prolongada polémica» sobre la presencia de este compuesto en Marte, iniciada hace más de una década con las primeras detecciones desde telescopios terrestres y avivada posteriormente con las medidas obtenidas desde vehículos orbitales.

Las mediciones actuales del incremento episódico de la concentración de metano en la atmósfera marciana las ha hecho el instrumento del Curiosity «SAM», a través del espectrómetro láser sintonizable.

Los resultados señalan que, si bien los niveles de metano en la atmósfera de Marte (en concreto en el cráter Gale) son generalmente inferiores a lo que los modelos predecían, éste repunta con frecuencia.

Ello implica que el gas es producido periódicamente por una fuente cercana pero desconocida, según «Science».

Según informó el Grupo de Ciencias Planetarias y Habitabilidad del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto de la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), los resultados se han obtenido a partir de un exhaustivo análisis de datos obtenidos durante 605 soles o días marcianos.

Un día marciano dura 24 horas, 39 minutos y 35,244 segundos, alrededor de un 3 % más que uno terrestre.

Desde que se anunció por primera vez la detección de metano en la atmósfera marciana con el Telescopio del Observatorio Canadá-Francia-Hawái en Mauna Kea, se han sucedido a lo largo de los últimos años varias mediciones del gas mediante diversos instrumentos, tanto de sondeo remoto desde la Tierra como desde naves en órbita (Mars Express y Mars Global Surveyor).

Al ser el metano un producto muy notorio de la actividad biológica -la práctica totalidad del existente en la atmósfera terrestre tiene este origen-, se abrieron grandes expectativas ante la posibilidad de que también ése fuera el caso de Marte.

Sin embargo, ante la carencia de un modelo capaz de justificar su generación, localización y rápida desaparición, las detecciones se empezaron a poner en duda y se achacaron a defectos derivados de las mediciones, relata en Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en una nota.

Ahora, el Curiosity ha sido capaz de obtener medidas precisas: el instrumento «SAM» ha detectado valores basales de concentración de metano de en torno a 0,7 partes por mil millones en volumen y ha confirmado un evento de incremento episódico de hasta 10 veces este valor durante un período de 60 soles (días marcianos).

En cuanto a por qué estos chorros de metano son esporádicos, este trabajo apunta a una correlación con determinadas variables ambientales, como humedad relativa del aire o temperatura ambiente.

Estas medidas son tomadas por el instrumento REMS (una estación meteorológica hecha en España) y el trabajo sugiere que, por ejemplo, a mayor presión podría haber más picos de metano.

No obstante, esto aún hay que comprobarlo en posteriores estudios.

Este trabajo, junto a otro que publicará «Journal of Geophysical Research» sobre la localización de compuestos orgánicos -como clorobenceno- en el suelo del cráter Gale, fueron presentados hoy en el congreso de geofísica (AGU Fall Meeting) en San Francisco (EEUU).

Por parte española, participaron Javier Martín Torres, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, y Paz Zorzano, del Centro de Astrobiología (del INTA y del CSIC).

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¿Cuándo hay que cortar el cordón umbilical?

74018 Retrasar el corte del cordón umbilical dos minutos produce un mejor desarrollo del bebé durante los primeros días de su vida, según ha mostrado un estudio realizado por científicos de los departamentos de Fisiología y Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada y del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.
En concreto, la investigación, publicada en la revista ‘Pediatrics’, revela que el tiempo de corte del cordón umbilical (también llamado clampaje del cordón) influye en la resistencia al estrés oxidativo de los neonatos. 

Para llegar a estos datos, los científicos trabajaron con una muestra formada por 64 mujeres sanas embarazadas que dieron a luz en el Hospital Clínico San Cecilio de Granada. Todas ellas tuvieron un embarazo normal y un parto espontáneo vaginal. A la mitad de los recién nacidos se les cortó el cordón umbilical a los 10 segundos, mientras que en la otra mitad esta operación se realizó de manera retrasada, a los dos minutos.

Los resultados obtenidos sugieren un efecto beneficioso del corte tardío del cordón umbilical, ya que produjo un aumento en la capacidad antioxidante de los recién nacidos a término y la moderación de los efectos inflamatorios en el caso de los partos inducidos.

«El corte del cordón umbilical es una de las intervenciones más practicadas en los humanos y se tiene constancia de esta práctica quirúrgica desde hace siglos. Sin embargo, el tiempo de corte o clampaje del cordón umbilical es un tema controvertido, que presenta diferencias tanto para la madre como para el neonato», ha comentado el autor principal del estudio, Julio José Ochoa Herrera.

Dicho esto, ha insistido en que el estudio demuestra que el corte tardío del cordón umbilical ejerce un efecto beneficioso en la capacidad antioxidante y reduce la señal inflamatoria inducida durante el parto, lo cual podría mejorar el desarrollo postnatal del recién nacido durante los primeros días de vida.

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Ciclo de conferencias en La Madraza “Los sistemas históricos de regadío: ¿conservar o modernizar?”

l proyecto MEMOLA, coordinado por el profesor José María Martín Civantos, ha organizado junto con el Secretariado de Extensión Universitaria de la Universidad de Granada un ciclo de conferencias sobre «Los sistemas históricos de regadío: entre la conservación y la modernización» en el Palacio de la Madraza del 15 al 18 de diciembre a las 19:00h. 

Los regadíos históricos constituyen sistemas agroecológicos de interés socioeconómico, ambiental y cultural que configura los paisajes y la identidad de los territorios donde se ubican. Se trata de paisajes realmente extraordinarios, moldeados a lo largo de siglos de Historia de relación entre el ser humano y la naturaleza. Sus valores, no solo patrimoniales, sino también ambientales, identitarios o estéticos, son cada vez más reconocidos a nivel internacional.

Sin embargo, en el contexto actual de crisis de la agricultura, agudizada en los sectores de la agricultura tradicional, estos espacios productivos se ven marginalizados y, en buena medida, abandonados, cuando no sometidos a presiones de tipo urbanístico o a otro tipo de intereses. Recientemente, la Directiva Marco de Aguas de la UE y la Ley de Aguas de Andalucía están
suponiendo un elemento más de presión ante la imperiosa obligación de «modernizar» para ganar en eficiencia e intensificar cultivos. Esta modernización ha sido en muchos casos mal concebida, está poniendo en grave riesgo a muchas comunidades de regantes históricas *y a los espacios por ellas gestionados. Resulta innegable la necesidad de abordar su papel en la economía, el desarrollo rural, el patrimonio cultural o la ordenación del territorio. Su importante extensión y su repercusión hacen que sea necesario plantear su futuro desde una perspectiva global, que abarque los diferentes aspectos y enfoques a los que afecta.

El objetivo de este ciclo (#MEMOLAmadraza) es tratar los diferentes valores y usos de los sistemas históricos de regadío de Sierra Nevada y debatir acerca de su conservación y modernización, para ello contamos con especialistas de diferentes disciplinas. El ciclo se ha organizado en tres bloques, cada día se analizará desde una perspectiva (patrimonial, ambiental y agronómica) y se concluirá el día 18 con una mesa redonda donde se debatirá acerca de la conservación y la modernización de las acequias.

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Curiosity detecta metano en la atmósfera de Marte

75302 El vehículo robótico Curiosity ha detectado fluctuaciones de metano en la atmósfera de Marte, lo que abre nuevas vías de investigación para esclarecer cuáles son las fuentes que lo producen, entre las que podría estar algún tipo de actividad biológica.

 Esta es la principal conclusión de un estudio que publica hoy la revista estadounidense «Science» y que también abre una nueva línea para estudiar cuáles son los mecanismos a través de los que este gas se elimina con inexplicable rapidez.

El trabajo cuenta con la participación de dos investigadores españoles y, según sus autores, resuelve «la prolongada polémica» sobre la presencia de este compuesto en Marte, iniciada hace más de una década con las primeras detecciones desde telescopios terrestres y avivada posteriormente con las medidas obtenidas desde vehículos orbitales.

Las mediciones actuales del incremento episódico de la concentración de metano en la atmósfera marciana las ha hecho el instrumento del Curiosity «SAM», a través del espectrómetro láser sintonizable.

Los resultados señalan que, si bien los niveles de metano en la atmósfera de Marte (en concreto en el cráter Gale) son generalmente inferiores a lo que los modelos predecían, éste repunta con frecuencia.

Ello implica que el gas es producido periódicamente por una fuente cercana pero desconocida, según «Science».

Según informó el Grupo de Ciencias Planetarias y Habitabilidad del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto de la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), los resultados se han obtenido a partir de un exhaustivo análisis de datos obtenidos durante 605 soles o días marcianos.

Un día marciano dura 24 horas, 39 minutos y 35,244 segundos, alrededor de un 3 % más que uno terrestre.

Desde que se anunció por primera vez la detección de metano en la atmósfera marciana con el Telescopio del Observatorio Canadá-Francia-Hawái en Mauna Kea, se han sucedido a lo largo de los últimos años varias mediciones del gas mediante diversos instrumentos, tanto de sondeo remoto desde la Tierra como desde naves en órbita (Mars Express y Mars Global Surveyor).

Al ser el metano un producto muy notorio de la actividad biológica -la práctica totalidad del existente en la atmósfera terrestre tiene este origen-, se abrieron grandes expectativas ante la posibilidad de que también ése fuera el caso de Marte.

Sin embargo, ante la carencia de un modelo capaz de justificar su generación, localización y rápida desaparición, las detecciones se empezaron a poner en duda y se achacaron a defectos derivados de las mediciones, relata en Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en una nota.

Ahora, el Curiosity ha sido capaz de obtener medidas precisas: el instrumento «SAM» ha detectado valores basales de concentración de metano de en torno a 0,7 partes por mil millones en volumen y ha confirmado un evento de incremento episódico de hasta 10 veces este valor durante un período de 60 soles (días marcianos).

En cuanto a por qué estos chorros de metano son esporádicos, este trabajo apunta a una correlación con determinadas variables ambientales, como humedad relativa del aire o temperatura ambiente.

Estas medidas son tomadas por el instrumento REMS (una estación meteorológica hecha en España) y el trabajo sugiere que, por ejemplo, a mayor presión podría haber más picos de metano.

No obstante, esto aún hay que comprobarlo en posteriores estudios.

Este trabajo, junto a otro que publicará «Journal of Geophysical Research» sobre la localización de compuestos orgánicos -como clorobenceno- en el suelo del cráter Gale, fueron presentados hoy en el congreso de geofísica (AGU Fall Meeting) en San Francisco (EEUU).

Por parte española, participaron Javier Martín Torres, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, y Paz Zorzano, del Centro de Astrobiología (del INTA y del CSIC).

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Curiosity detecta metano en la atmósfera de Marte

75302 El vehículo robótico Curiosity ha detectado fluctuaciones de metano en la atmósfera de Marte, lo que abre nuevas vías de investigación para esclarecer cuáles son las fuentes que lo producen, entre las que podría estar algún tipo de actividad biológica.

 Esta es la principal conclusión de un estudio que publica hoy la revista estadounidense «Science» y que también abre una nueva línea para estudiar cuáles son los mecanismos a través de los que este gas se elimina con inexplicable rapidez.

El trabajo cuenta con la participación de dos investigadores españoles y, según sus autores, resuelve «la prolongada polémica» sobre la presencia de este compuesto en Marte, iniciada hace más de una década con las primeras detecciones desde telescopios terrestres y avivada posteriormente con las medidas obtenidas desde vehículos orbitales.

Las mediciones actuales del incremento episódico de la concentración de metano en la atmósfera marciana las ha hecho el instrumento del Curiosity «SAM», a través del espectrómetro láser sintonizable.

Los resultados señalan que, si bien los niveles de metano en la atmósfera de Marte (en concreto en el cráter Gale) son generalmente inferiores a lo que los modelos predecían, éste repunta con frecuencia.

Ello implica que el gas es producido periódicamente por una fuente cercana pero desconocida, según «Science».

Según informó el Grupo de Ciencias Planetarias y Habitabilidad del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto de la Universidad de Granada y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas), los resultados se han obtenido a partir de un exhaustivo análisis de datos obtenidos durante 605 soles o días marcianos.

Un día marciano dura 24 horas, 39 minutos y 35,244 segundos, alrededor de un 3 % más que uno terrestre.

Desde que se anunció por primera vez la detección de metano en la atmósfera marciana con el Telescopio del Observatorio Canadá-Francia-Hawái en Mauna Kea, se han sucedido a lo largo de los últimos años varias mediciones del gas mediante diversos instrumentos, tanto de sondeo remoto desde la Tierra como desde naves en órbita (Mars Express y Mars Global Surveyor).

Al ser el metano un producto muy notorio de la actividad biológica -la práctica totalidad del existente en la atmósfera terrestre tiene este origen-, se abrieron grandes expectativas ante la posibilidad de que también ése fuera el caso de Marte.

Sin embargo, ante la carencia de un modelo capaz de justificar su generación, localización y rápida desaparición, las detecciones se empezaron a poner en duda y se achacaron a defectos derivados de las mediciones, relata en Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en una nota.

Ahora, el Curiosity ha sido capaz de obtener medidas precisas: el instrumento «SAM» ha detectado valores basales de concentración de metano de en torno a 0,7 partes por mil millones en volumen y ha confirmado un evento de incremento episódico de hasta 10 veces este valor durante un período de 60 soles (días marcianos).

En cuanto a por qué estos chorros de metano son esporádicos, este trabajo apunta a una correlación con determinadas variables ambientales, como humedad relativa del aire o temperatura ambiente.

Estas medidas son tomadas por el instrumento REMS (una estación meteorológica hecha en España) y el trabajo sugiere que, por ejemplo, a mayor presión podría haber más picos de metano.

No obstante, esto aún hay que comprobarlo en posteriores estudios.

Este trabajo, junto a otro que publicará «Journal of Geophysical Research» sobre la localización de compuestos orgánicos -como clorobenceno- en el suelo del cráter Gale, fueron presentados hoy en el congreso de geofísica (AGU Fall Meeting) en San Francisco (EEUU).

Por parte española, participaron Javier Martín Torres, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, y Paz Zorzano, del Centro de Astrobiología (del INTA y del CSIC).

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