Portada: Las limpiadoras del Campus desconocen las gestiones de la UGR en defensa de su trabajo
Pág. 18: Las limpiadoras del Campus no saben nada de la negociación y desconocen su futuro
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74819 Sus procesos de crecimiento están siendo hoy estudiados de manera fundamental para, por ejemplo, fabricar nuevos materiales auto-organizados o comprender su papel en el origen de la vida, gracias a la energía que pueden almacenar. ENVIADO POR: ECOTICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 14/11/2014, 10:12 H | (2) VECES LEÍDA Una investigación en la que ha participado el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Granada ha arrojado nuevos datos sobre los jardines químicos, unas misteriosas formaciones que se producen al añadir ciertas sales en estado sólido a una disolución acuosa de silicato sódico. Los jardines químicos confinados se forman por autoensamblaje de precipitados minerales generados durante ciertas reacciones químicas y producen formas coloreadas que parecen estructuras vegetales. El primer investigador que los observó fue Johann Rudolf Glauber en 1646 y desde entonces su formación ha supuesto un verdadero misterio para la comunidad científica. Además de su popularidad gracias a experimentos de química destinados al gran público, los jardines químicos confinados presentan analogías con diversos sistemas naturales, como los canales de hielo formados bajo la banquisa o las chimeneas hidrotermales situadas en el fondo de los océanos, donde se cree que pudo originarse la vida terrestre. Sus procesos de crecimiento están siendo hoy estudiados de manera fundamental para, por ejemplo, fabricar nuevos materiales auto-organizados o comprender su papel en el origen de la vida, gracias a la energía que pueden almacenar. Para producir un jardín químico en laboratorio, se coloca típicamente una sal metálica en una solución alcalina contenida en un recipiente. De ese modo, se aprecian unas estructuras tubulares irregulares y multicolores que crecen debido a la acción combinada de distintos procesos físicos (presión osmótica, efectos de gravedad, reacciones y difusión). El hecho de que esos distintos procesos interactúen de modo complejo y no controlado provoca la irregularidad y la falta de reproductibilidad de las formas obtenidas en tres dimensiones, lo cual impide una comprensión detallada de los mecanismos de crecimiento de dichas estructuras. ENTORNO CASI BIDIMENSIONAL En ese contexto, investigadores de la Unidad de Química Física no Lineal de la Universidad Libre de Bruselas y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Granada han demostrado que es posible obtener una importante colección de estructuras reproducibles haciendo crecer los jardines químicos en un entorno confinado casi bidimensional, inyectando un reactivo en otro entre dos placas horizontales. El confinamiento horizontal del reactor reduce los efectos de la gravedad mientras que la inyección de un reactivo en otro reduce los efectos de presión osmótica. Además, el dominio de las concentraciones iniciales de los reactivos y del caudal de inyección permite estudiar la importancia relativa de los procesos químicos y del transporte en la selección de la forma del precipitado. Publicado en la revista PNAS, este estudio ha permitido obtener de modo reproducible y controlado una gran variedad de motivos, como flores, filamentos o espirales, posibilitando así una mejor comprensión de los mecanismos que producen su formación. De este modo, los autores han explotado métodos estándar de análisis de motivos bidimensionales con el fin de elucidar el mecanismo de crecimiento de las espirales con ayuda de un modelo geométrico elemental. Estos resultados proporcionan una nueva metodología de análisis de crecimiento en situación de no equilibrio, destinada a un mejor control de propiedades físico-químicas de materiales sólidos autoensamblados. La Universidad de Granada es pionera en la investigación de jardines químicos confinados, un dato que corrobora el hecho de que en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra haya varios investigadores trabajando en ellos.
Fuente: http://www.ecoticias.com/naturaleza/97351/jardines-quimicos
Pág. 14: FES-UGT se plantea la «huelga» de la limpieza del Campus Universitario
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74757 El 93,6 % de los hombres y el 96,6 % de las mujeres que murieron en España entre 2007 y 2011 por mesotelioma pleural atribuible a exposición laboral al amianto no han sido reconocidos por la Seguridad Social, según un estudio de la Universidad de Granada.
El estudio, del que ha informado hoy la institución académica, establece también que la tasa de infrarregistro de los fallecidos por cáncer de bronquios y pulmón atribuibles a exposición laboral al amianto es del 98,8 %.
También conocido como asbesto, el amianto es un conjunto de minerales fibrosos con cualidades ignífugas que fue muy empleado en la construcción y en numerosos procesos industriales en España entre las décadas de los sesenta y noventa del siglo pasado.
Entre 1906 y 2002 se importaron en España más de dos millones y medio de toneladas de este mineral.
Su comercialización y uso están prohibidos desde el año 2002, por tratarse de un agente cancerígeno presente en miles de edificios, tuberías y tejados, según el estudio, que cifra en más de 200 las personas que mueren cada año en el país por mesoteliomas pleurales provocados por las exposiciones a este material en el pasado.
A ellas se suma una cifra superior de fallecidos por carcinomas broncopulmonares y otros tumores provocados por la inhalación de fibras de amianto.
Según los investigadores, este trabajo ha analizado todos los casos de cáncer relacionados con el amianto y reconocidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social como enfermedades profesionales en España entre 1978 y 2011.
Los investigadores comprobaron que entre 1978 y 2011 se reconocieron «sólo 164 cánceres de este tipo», con una tasa media anual del 0,08 por 100.000 empleados (0,13 en los varones y 0,002 en mujeres), lo que supone «un claro subrreconocimiento en comparación con otros países de la Unión Europea como Noruega (7,32 casos reconocidos por cada 100.000 empleados)», señalan.
Alfredo Menéndez, catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada y uno de los autores de la investigación, advierte de que esta falta de reconocimiento de los cánceres del amianto en España coloca a las víctimas en una situación social «muy injusta».
74742 Científicos de la UGR participan en un estudio que abre la puerta a la modulación de la síntesis de CoQ10 en células humanas.
Un estudio en el que participan científicos de la Universidad de Granada (UGR) ha aportado nuevos datos sobre la coenzima Q10 (CoQ10) una molécula sintetizada en las células del propio organismo y que tiene funciones esenciales en el metabolismo celular. Este trabajo abre la puerta a la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, pueda modularse la síntesis de CoQ10 en células humanas en función de las necesidades metabólicas de las mismas, un avance especialmente importante para el tratamiento de enfermedades debidas a deficiencias primarias y secundarias en CoQ10.
Entre las funciones conocidas de esta coenzima, destaca su papel en la producción de energía, así como su capacidad antioxidante. Se han descrito casos de deficiencia en CoQ10 debida a defectos en la ruta biosintética, lo que causa un síndrome con un cuadro clínico muy heterogéneo.
La deficiencia de CoQ10 es una enfermedad mitocondrial calificada como rara que se da sobre todo en niños. Los detalles de esta ruta biosintética no se conocen en su totalidad, existiendo pasos cuyas enzimas catalizadoras se desconocen o proteínas de la ruta cuya función específica se desconoce o no está del todo demostrada.
Una de esas proteínas es Coq9, donde el grupo de la UGR demostró en 2013 que es una proteína esencial en la biosíntesis de CoQ y que regula específicamente a la proteína Coq7, una enzima con actividad hidroxilasa que cataliza uno de los pasos intermediarios para la síntesis de CoQ10.
El estudio liderado ahora por el Dr.David J. Pagliarini (University of Wisconsin–Madison) en colaboración con el grupo del Dr. Liang Tong (Columbia University) y los investigadores de la Universidad de Granada Marta Luna Sánchez y Luis Carlos López García, ha sido publicado recientemente en la revista PNAS.Este trabajo corrobora que la proteína CoQ9 regula la enzima CoQ7.
A través de la cristalización de la proteína humana y experimentos realizados en ratones, el estudio demuestra que Coq9 tiene estructura de unión a lípidos, lo que le daría la capacidad de poner a disposición de la enzima Coq7 el metabolito intermediario que usa como sustrato en la reacción que cataliza. Además, los resultados del estudio sugieren que la maquinaria biosintética de CoQ10 se organiza como un complejo multi-proteico en mamíferos, con el fin de aumentar la eficiencia de su síntesis y poder regularla.
Webs Relaccionadas
74757 El 93,6% de los hombres y el 96,6% de las mujeres que fallecieron entre 2007 y 2011 en España por mesotelioma pleural atribuible a exposición laboral al amianto no han sido reconocidos por la Seguridad Social. Sólo el 6,4% de los hombres y el 4,4% de las mujeres lo han sido. Además, la tasa de infra-registro de los fallecidos por cáncer de bronquio y pulmón atribuibles a exposición laboral al amianto es del 98,8%.
Sinc.- En el estudio, publicado en la revista International Journal of Occupational and Environmental Health, los investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha analizado todos los casos de cáncer relacionados con el amianto y reconocidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social como enfermedades profesionales en España entre 1978 y 2011.
Entre 1978 y 2011 se reconocieron tan sólo 164 cánceres de este tipo. / UGR
Los investigadores comprobaron que entre 1978 y 2011 se reconocieron tan sólo 164 cánceres de este tipo, con una tasa media anual del 0,08 por 100.000 empleados (0,13 en los varones y 0,002 en mujeres), lo que supone un sub-reconocimiento en comparación con otros países de la Unión Europea como Noruega (7,32 casos reconocidos por cada 100.000 empleados).
El trabajo pone de manifiesto «el absoluto infra-reconocimiento de los cánceres del amianto en nuestro país, lo que está provocando una situación socialmente muy injusta para las víctimas», dice Alfredo Menéndez Navarro, catedrático de Historia de la Ciencia de la UGR y uno de los autores del trabajo. Según el investigador, este infra-reconocimiento contribuye a invisibilizar públicamente la carga de enfermedad y muerte causada por el uso del amianto en España.
Más de 200 muertes cada año por el amianto
El amianto, también conocido como asbesto, es un conjunto de minerales fibrosos, con cualidades ignífugas, que fue muy empleado en la construcción y en numerosos procesos industriales en España entre las décadas de los ’60 y los ’90 del siglo XX. Entre 1906 y 2002 se importaron en nuestro país más de 2,5 millones de toneladas de este mineral.
Su comercialización y uso están prohibidos desde 2002 por tratarse de un agente cancerígeno que está presente en miles de edificios, tuberías y tejados. No obstante, más de 200 personas fallecen cada año en España por mesoteliomas pleurales provocados por las exposiciones ocupacionales a este material en el pasado. A ellas hay que sumar una cifra superior de fallecidos por carcinomas broncopulmonares y otros tumores provocados por la inhalación de fibras de amianto.
74859 Un estudio desarrollado por científicos españoles relaciona los niveles de contaminantes que una persona acumula en el cuerpo con su grado de obesidad y concluye que estos individuos presentan además mayores niveles de colesterol y triglicéridos.
El estudio científico, en el que han participado investigadores de la Universidad de Granada y de los hospitales universitarios granadinos, ha corroborado que existe una relación entre los niveles de ciertos contaminantes ambientales que una persona acumula en su cuerpo y su grado de obesidad.
La investigación, que ha publicado la prestigiosa revista Environmental Pollution, ha analizado los niveles de contaminantes acumulados en la grasa de cerca de 300 hombres y mujeres, pacientes que han sido intervenidos en los servicios de cirugía de los dos hospitales granadinos.
El estudio ha analizado sustancias conocidas como contaminantes orgánicos persistentes (COPs), que tienen la particularidad de que pueden permanecer en el medioambiente durante años, incluso décadas, sin degradarse.
«Los seres humanos estamos expuestos a COPs principalmente a través de la dieta. Se acumulan progresivamente en la grasa corporal, por lo que los niveles medidos en nuestro trabajo nos dan una idea de la exposición acumulada de una persona a lo largo de varios años», ha explicado el autor principal del artículo, Juan Pedro Arrebola.
Con modelos estadísticos complejos, los científicos han comprobado que los niveles acumulados de estos contaminantes se asocian con la obesidad y con los niveles séricos de colesterol y triglicéridos de las personas, independientemente del sexo, edad, lugar de residencia o al hábito al tabaco de los participantes.
«En general, encontramos que las personas con mayores niveles de COPs eran cuantitativamente más obesas, y además presentaban mayores niveles de colesterol y triglicéridos», ha explicado Arrebola.
Entre los contaminantes estudiados se encuentra uno derivado de un pesticida utilizado en los años ochenta y actualmente empleados para combatir el paludismo y la malaria, junto a un insecticida usado en el pasad en medicamentos contra piojos y sarna y para algunos cultivos.
Estos contaminantes, junto a otros que se usan en equipos industriales, se han asociado con los índices de obesidad y de colesterol y triglicéridos.
El estudio ha apuntado además que aunque el uso de estos productos está «muy restringido en la actualidad», el 100 % de los participantes en la investigación presentaron niveles detectables de uno o más de estos compuestos, con una afección a la salud.
Arrebola ha apuntado además que existen evidencias de que la exposición a estos contaminantes podría favorecer el crecimiento y proliferación de células de grasa. EFE
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74859 Un estudio desarrollado por científicos españoles relaciona los niveles de contaminantes que una persona acumula en el cuerpo con su grado de obesidad y concluye que estos individuos presentan además mayores niveles de colesterol y triglicéridos.El estudio científico, en el que han participado investigadores de la Universidad de Granada y de los hospitales universitarios granadinos, ha corroborado que existe una relación entre los niveles de ciertos contaminantes ambientales que una persona acumula en su cuerpo y su grado de obesidad.La investigación, que ha publicado la prestigiosa revista Environmental Pollution, ha analizado los niveles de contaminantes acumulados en la grasa de cerca de 300 hombres y mujeres, pacientes que han sido intervenidos en los servicios de cirugía de los dos hospitales granadinos.El estudio ha analizado sustancias conocidas como contaminantes orgánicos persistentes (COPs), que tienen la particularidad de que pueden permanecer en el medioambiente durante años, incluso décadas, sin degradarse.»Los seres humanos estamos expuestos a COPs principalmente a través de la dieta. Se acumulan progresivamente en la grasa corporal, por lo que los niveles medidos en nuestro trabajo nos dan una idea de la exposición acumulada de una persona a lo largo de varios años», ha explicado el autor principal del artículo, Juan Pedro Arrebola.Con modelos estadísticos complejos, los científicos han comprobado que los niveles acumulados de estos contaminantes se asocian con la obesidad y con los niveles séricos de colesterol y triglicéridos de las personas, independientemente del sexo, edad, lugar de residencia o al hábito al tabaco de los participantes.»En general, encontramos que las personas con mayores niveles de COPs eran cuantitativamente más obesas, y además presentaban mayores niveles de colesterol y triglicéridos», ha explicado Arrebola.Entre los contaminantes estudiados se encuentra uno derivado de un pesticida utilizado en los años ochenta y actualmente empleados para combatir el paludismo y la malaria, junto a un insecticida usado en el pasad en medicamentos contra piojos y sarna y para algunos cultivos.Estos contaminantes, junto a otros que se usan en equipos industriales, se han asociado con los índices de obesidad y de colesterol y triglicéridos.El estudio ha apuntado además que aunque el uso de estos productos está «muy restringido en la actualidad», el 100 % de los participantes en la investigación presentaron niveles detectables de uno o más de estos compuestos, con una afección a la salud.Arrebola ha apuntado además que existen evidencias de que la exposición a estos contaminantes podría favorecer el crecimiento y proliferación de células de grasa. EFE
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74859 Un estudio desarrollado por científicos españoles relaciona los niveles de contaminantes que una persona acumula en el cuerpo con su grado de obesidad y concluye que estos individuos presentan además mayores niveles de colesterol y triglicéridos.
El estudio científico, en el que han participado investigadores de la Universidad de Granada y de los hospitales universitarios granadinos, ha corroborado que existe una relación entre los niveles de ciertos contaminantes ambientales que una persona acumula en su cuerpo y su grado de obesidad.
La investigación, que ha publicado la prestigiosa revista Environmental Pollution, ha analizado los niveles de contaminantes acumulados en la grasa de cerca de 300 hombres y mujeres, pacientes que han sido intervenidos en los servicios de cirugía de los dos hospitales granadinos.
El estudio ha analizado sustancias conocidas como contaminantes orgánicos persistentes (COPs), que tienen la particularidad de que pueden permanecer en el medioambiente durante años, incluso décadas, sin degradarse.
«Los seres humanos estamos expuestos a COPs principalmente a través de la dieta. Se acumulan progresivamente en la grasa corporal, por lo que los niveles medidos en nuestro trabajo nos dan una idea de la exposición acumulada de una persona a lo largo de varios años», ha explicado el autor principal del artículo, Juan Pedro Arrebola.
Con modelos estadísticos complejos, los científicos han comprobado que los niveles acumulados de estos contaminantes se asocian con la obesidad y con los niveles séricos de colesterol y triglicéridos de las personas, independientemente del sexo, edad, lugar de residencia o al hábito al tabaco de los participantes.
«En general, encontramos que las personas con mayores niveles de COPs eran cuantitativamente más obesas, y además presentaban mayores niveles de colesterol y triglicéridos», ha explicado Arrebola.
Entre los contaminantes estudiados se encuentra uno derivado de un pesticida utilizado en los años ochenta y actualmente empleados para combatir el paludismo y la malaria, junto a un insecticida usado en el pasad en medicamentos contra piojos y sarna y para algunos cultivos.
Estos contaminantes, junto a otros que se usan en equipos industriales, se han asociado con los índices de obesidad y de colesterol y triglicéridos.
El estudio ha apuntado además que aunque el uso de estos productos está «muy restringido en la actualidad», el 100 % de los participantes en la investigación presentaron niveles detectables de uno o más de estos compuestos, con una afección a la salud.
Arrebola ha apuntado además que existen evidencias de que la exposición a estos contaminantes podría favorecer el crecimiento y proliferación de células de grasa.
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