Egipto, mucho más que faraones

La corneta suena a las 6 de la mañana. En pocos minutos, el amplio y colorido patio de la casa nubia de Asuán que cada año alquilan los miembros de la expedición arqueológica de la Universidad de Jaén en el sur de Egipto, es un hervidero de gente. Tras un rápido desayuno se guarda el material en grandes arcones y, antes de las siete, partimos hacia el yacimiento de Qubbet el-Hawa (en árabe, cúpula del viento)

 

Está cerca de la casa, a unos diez minutos a pie, así que subimos andando, rodeados de desierto, con la Luna todavía en el horizonte y el río Nilo a nuestros pies. Es el primer día de la campaña de 2014, la sexta que el equipo andaluz liderado por Alejandro Jiménez Serrano y Juan Luis Martínez de Dios excava en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, el lugar elegido por los gobernadores del sur de Egipto para pasar la eternidad.

Juan Luis Martínez de Dios (I) y Alejandro Jiménez, en la tumba QH33 Juan Luis Martínez de Dios (I) y Alejandro Jiménez, en la tumba QH33 CRISTINA LECHUGA
El complejo funerario alberga casi un centenar de tumbas talladas en la roca de la colina, la mayoría pertenecientes a nobles del Reino Antiguo y el Reino Medio (2600-1750 a. C.) aunque también las hay posteriores. Muchas fueron reutilizadas en otras épocas. La necrópolis está situada a unos 130 metros de altura, enfrente de la moderna ciudad de Asuán, a la que se accede cruzando el Nilo en un breve trayecto en barco.

Los trabajos del equipo español se centran sobre todo en la tumba QH33 y en los numerosos enterramientos que allí han descubierto de finales de la Dinastía XII. «Cuando llegamos en 2008, a la entrada había cinco metros de arena que hubo que retirar», recuerda el arquitecto Juan Luis Martínez de Dios. Lo normal es comenzar la campaña a finales de enero, aunque este año han empezado más tarde de lo habitual, a finales de febrero, debido al nacimiento del segundo de hijo de Alejandro Jiménez, que ya se perdió el primer parto por estar precisamente en Egipto.

La restauradora Teresa López-Obregón y la egiptóloga Yolanda de la… La restauradora Teresa López-Obregón y la egiptóloga Yolanda de la Torre analizan una vasija. R. FERNÁNDEZ
Cada campaña dura unas seis semanas durante las cuales se contrata a obreros egipcios para la parte más dura de la excavación, que es supervisada por un inspector que las autoridades asignan a cada equipo para comprobar que el plan se desarrolla según lo previsto y vigilar que no se roben piezas. Tal ha sido la cantidad de material arqueológico encontrado que han tardado cinco temporadas en acceder a la cámara funeraria intacta que descubrieron en 2008 y que este año va a ser restaurada.

También excavan varios pozos, uno de ellos de más de diez metros de profundidad, y van cribando cuidadosamente todo el material que va saliendo en los capazos buscando pequeñas piezas. Una tarea para la que hace falta paciencia y que, según confiesa la arqueóloga Yolanda de la Torre, es la parte más aburrida.

Las restauradoras Catalina Calero y Teresa López-Obregón no dan abasto para reparar los ataúdes hallados y las piezas que van sacando del yacimiento. Algunas están muy deterioradas por la acción de las termitas y los ratones.

Ángel Rubio, en uno de los pozos del yacimiento. Ángel Rubio, en uno de los pozos del yacimiento. R. FERNÁNDEZ
La tumba 33 fue construida en el 1800 a. C, probablemente, por el hermano de Ameny-Seneb, un gobernador del sur de Egipto, para albergar un mausoleo familiar: «Originalmente pudo haber enterradas diez personas. Después fue saqueada y reutilizada. El gran periodo de ocupación, durante el cual enterraron a personas de todos los estratos sociales, fue entre el 850 a.C y el 550 a.C», relata Jiménez.

Enclave comercial y fronterizo

Vista de la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán. Vista de la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán. RAÚL FERNÁNDEZ
Aquí no hay grandes tesoros como los que se han hallado en las tumbas de los faraones, pero el estudio de estos enterramientos y su entorno tiene una gran importancia para comprender la sociedad egipcia. Fue un enclave muy importante durante el Antiguo Egipto desde el punto de vista estratégico y comercial: «Era la frontera con la vecina Nubia (actual Sudán), pues era la última ciudad de Egipto. Era un lugar muy importante para el comercio con África y las poblaciones del desierto, pues por aquí entraba el incienso, la mirra, el oro, el marfil, maderas nobles como la caoba, plumas de avestruz, pieles de leopardo, aceites, perfumes. Y también personas», repasa el historiador.

De la mezcla de etnias que convivieron en esta zona dan testimonio las inscripciones, como la que decora la tumba del gobernador Herjuf (2200 a. C.) y en la que se relatan los tres viajes que hizo al centro de África, en uno de los cuales trajo a un pigmeo (es la primera mención a este grupo étnico). Pero la mejor prueba de esta diversidad son los cientos de cuerpos encontrados en esta tumba, de cuyo análisis se encargan Miguel Botella, Inmaculada Alemán y Ángel Rubio.

La investigación forense

«En este yacimiento hemos sacado ya más de 200 sujetos de distintas épocas, tanto viejos de 80 años como muchos niños. Hemos encontrado grupos étnicos muy curiosos. En Luxor los restos humanos son más homogéneos», relata Miguel Botella, que lleva 43 años trabajando como antropólogo físico forense. Para este doctor de la Universidad de Granada, que también estudió Arqueología y Medicina, se trata de su quinta campaña en Asuán, una cita a la que cada año hace un hueco entre los viajes que con frecuencia hace a países de América Latina para ayudar a las fuerzas de seguridad a esclarecer matanzas. Su trabajo en Egipto, en realidad, no es muy distinto al que hace con la policía.

Cristina Lechuga y Raúl Fernández fotografían los objetos hallados. Cristina Lechuga y Raúl Fernández fotografían los objetos hallados. T.G.
«Aquí estudiamos las causas de la muerte y las patologías que sufrían. Hemos visto una gran cantidad de enfermedades infecciosas, sobre todo de niños. El Nilo era una maravilla y permitía que la población sobreviviera, pero al mismo tiempo tenía una contaminación tremenda y causaba muchas infecciones», relata. «En los adultos hay pocas fracturas y traumatismos, y muchas enfermedades degenerativas, por trabajos duros o procesos infecciosos y malnutrición. Su dieta era poco variada. También sufrían malaria», enumera mientras muestra el hueso de la cadera de un sujeto «en el que se ve perfectamente el proceso infeccioso». «Era un hombre y debía tener unos 20 o 21 años. Probablemente murió de una anemia producida por parásitos o por el agua, que fue minando su salud», diagnostica.

Máscara de cartonaje del gobernador Heqaib III (1800 a.C) Máscara de cartonaje del gobernador Heqaib III (1800 a.C) CRISTINA LECHUGA
La vida que uno lleva deja huellas en los huesos y en esta zona había canteras de las que se extraía el granito rosa o la sienita para construir los templos egipcios y que hicieron mella en muchos ciudadanos que trabajaban en ellas.

Sonia Romón, encargada de catalogar y archivar el material. Sonia Romón, encargada de catalogar y archivar el material. R. FERNÁNDEZ
De vez en cuando encuentran sorpresas, como una preciosa daga de marfil, madera, plata y bronce colocada entre las vendas de una de las momias. Las autoridades egipcias son muy estrictas y está prohibido tomar cualquier muestra o sacar los restos del yacimiento, así que los estudios forenses que pueden hacer son limitados aunque a veces se pueden hacer radiografías. ¿Qué haría Botella con estas momias en el laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada que dirige?: «Uf, haría maravillas, identificaciones en 3D. Podríamos reconstruir con un escáner la cara del individuo con unos parámetros bastante precisos», afirma.

La semana pasada, la apertura de una réplica de la tumba de Tutankamón para preservar la original y el anuncio del descubrimiento por parte de un equipo suizo de medio centenar de momias en el Valle de los Reyes ha vuelto a poner de manifiesto lo mucho que queda por descubrir y conservar en Egipto. Es algo que resulta evidente cuando se pasan unos días en una excavación y se comprueba la enorme cantidad de material que extraen. Que se lo digan a Sonia Romón, encargada de catalogar y guardar en otra tumba habilitada como almacén los materiales excavados en Qubbet el-Hawa.

Los arqueólogos calculan que apenas ha salido a la luz entre el 20% y el 30% de los restos del Antiguo Egipto. Pero para los especialistas extranjeros también es prioritario restaurar y conservar el patrimonio ya conocido para prevenir su deterioro.

Por ejemplo, la arquitecta de la Universidad de Granada Mari Paz Sáez Pérez, ha colocado testigos (una especie de rectángulos de yeso) en las tumbas excavadas en la roca en Asuán para vigilar año tras año su estado de conservación y planear estrategias para preservarlas. Además, investiga el urbanismo de la necrópolis estudiando la disposición de las tumbas.

De la Alhambra de Granada al sur de Egipto

Las químicas María José Áyora y Ana Domínguez, por su parte, se han traído de la Universidad de Jaén un espectrómetro Raman portátil con el que se disponen a investigar los pigmentos usados por los egipcios para ejecutar sus bellas pinturas. Se trata de una especie de láser que permite hacer análisis químicos no invasivos, es decir, no hay necesidad de tomar muestras ni de tocar la superficie. «Este equipo lo usamos en la Alhambra de Granada en un estudio para identificar los pigmentos y materiales de la Sala de los Reyes», relata Áyora. Su principal enemigo son las termitas, que producen compuestos orgánicos que pueden ocultar la señal que recibe el láser y complicar la identificación de los materiales.

Oliva Rodríguez, especialista en maderas, analiza muestras con su… Oliva Rodríguez, especialista en maderas, analiza muestras con su microscopio petrográfico. CRISTINA LECHUGA
En otra tumba ha instalado su microscopio petrográfico Oliva Rodríguez, especialista en maderas. Con este instrumento investigará qué árboles usaban para fabricar sus ataúdes y estatuillas. La antracología, como se denomina su rama, permite también reconstruir el clima y la biodiversidad que había en el Antiguo Egipto, determinando así si había especies diferentes a las actuales. Al lado, los fotógrafos Cristina Lechuga y Raúl Fernández han colocado su improvisado estudio, desde el que fotografían los objetos que van saliendo sin cesar de los pozos.

A mediodía el calor aprieta. Aunque el termómetro marca 32º, con la humedad la sensación de calor es de unos 40ºC. Junto a la tumba de Sarenput II, famosa por sus pinturas, el egiptólogo José Manuel Alba Gómez y Ana Belén Jiménez, licenciada en Bellas Artes, se refugian del calor bajo una jaima mientras, respectivamente, van examinando y dibujando las piezas de cerámica.

Por la tarde el trabajo continúa en la casa, en una habitación habilitada como oficina. A última hora todos se reúnen para poner en común los avances que ha hecho cada uno, discutir los hallazgos y preparar la jornada siguiente. Participar en una campaña arqueológica en Egipto es un privilegio para ellos, aunque no reciben remuneración por su trabajo. El proyecto de Qubbet el-Hawa cuenta en 2014 con 30.000 euros de presupuesto, que aporta la Universidad de Jaén y la Asociación Española de Egiptología (AEDE). La situación de algunos egiptólogos no es mejor el resto del año pues, o bien están en paro, o tienen trabajos sin relación con la ciencia. En anteriores campañas, incluso han tenido que pagar de su bolsillo los billetes de avión.

José Manuel Alba Gómez y Ana Belén Jiménez examinan y dibujan… José Manuel Alba Gómez y Ana Belén Jiménez examinan y dibujan objetos de la excavación. RAÚL FERNÁNDEZ
Para Miguel Botella su hallazgo más importante durante sus campañas en el país del Nilo es haber demostrado que «el mito de que la civilización egipcia era rica y opulenta y vivía bien en todos los estratos sociales no es cierto. Excepto aquellos que gobernaban, la gente en general vivía en el límite de la supervivencia y muchos morían», asegura. «Si añadimos el exceso y la dureza de trabajo, tenemos estos monumentos maravillosos pero a costa del malestar de la gente».

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La Facultad de Ciencias acoge un homenaje al profesor de la UGR Juan Antonio Vera Torres

El acto, presidido por el rector, tendrá lugar el martes, 6 de mayo, a las 12 horas en el Salón de Grados

El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, presidirá el martes, 6 de mayo, a las 12 horas en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias el acto de homenaje al profesor Juan Antonio Vera Torres.

Al mismo asistirán también Antonio Ríos Guadix, decano de la Facultad de Ciencias; Marcos Aurell Carmona, presidente de la Sociedad Geológica de España, y Jorge Civis Llovera, director del Instituto Geológico y Minero de España, además del propio homenajeado.

Juan Antonio Vera Torres es catedrático de Estratigrafía de la Universidad de Granada. Ha sido uno de los grandes impulsores de la Geología en nuestro país, tanto desde el punto de vista docente como del investigador. Además, fue uno de los promotores de la creación de la Sociedad Geológica de España, de la que fue presidente y editor principal.

En el transcurso del acto tendrá lugar la presentación del volumen 27(1) de la Revista de la Sociedad Geológica de España, así como una semblanza del profesor de la UGR homenajeado. También actuará el Conjunto Musical “La Danserie”, compuesto principalmente por geólogos discípulos del profesor Vera.

CONVOCATORIA:

  • Asunto: Homenaje al profesor de la UGR Juan Antonio Vera Torres
  • DÍA: Martes, 6 de mayo
  • HORA: 12 horas
  • LUGAR: Salón de Grados de la Facultad de Ciencias

Juan Antonio Vera Torres

 

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Científicos demuestran un deterioro en la calidad óptica tras el consumo de alcohol

72462 Un estudio de la Universidad de Granada ha demostrado científicamente que el consumo de alcohol empeora notablemente la visión de noche, ya que aumenta la percepción de halos (círculos luminosos) así como otras alteraciones visuales nocturnas. Según esta investigación, este empeoramiento de la visión es significativamente mayor en los sujetos con una tasa de alcohol en aire espirado mayor a 0,25 miligramos por litro, el límite legal para conducir en España y otros países y además el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los investigadores, pertenecientes al Laboratorio de Ciencias de la Visión y Aplicaciones, han concluido que el alcohol deteriora la calidad óptica de la imagen que vemos porque, entre otras causas, deteriora la película de lágrima que recubre la superficie del ojo. Ello se debe fundamentalmente a que el etanol de la bebida alcohólica pasa a la lágrima y actúa como disolvente de la capa más externa de la película lagrimal, la capa lipídica, y facilita así la evaporación de la parte acuosa de la lágrima. En un ojo con una película lagrimal deteriorada, también se deteriora la calidad de la imagen que forman los ojos en retina, como ha demostrado este trabajo.
En el artículo científico, del que ha informado este jueves la Universidad, se ha evaluado la calidad de la imagen que se produce en retina y el rendimiento visual nocturno tras consumir alcohol en una muestra formada por 67 sujetos, a los que se le midió la tasa de alcoholemia en aire espirado con un etilómetro proporcionado por el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Granada. Los participantes en el estudio consumieron diversas cantidades de un vino de calidad, de la Bodega Pago de Almaraes, galardonado en el Internacional Challenge du Vin de Burdeos.
Para evaluar el rendimiento visual en condiciones de baja iluminación, los científicos emplearon un test visual denominado «halómetro», desarrollado en el mismo laboratorio y que permite cuantificar las alteraciones de la visión nocturna, como por ejemplo halos en torno a luces intensas, percibidas por las personas.
Los resultados demostraron que, tras el consumo de alcohol, aumenta la percepción de halos y otras alteraciones visuales nocturnas y se deteriora la calidad óptica de la imagen que proporcionan los ojos. Especialmente fue así para sujetos que alcanzaron una tasa de alcohol en aire espirado mayor a la tasa legal permitida en materia de tráfico, es decir, mayor a 0,25 miligramos por litro.
Resultados «útiles» para la salud pública
El autor principal de este trabajo, el profesor José Juan Castro Torres, ha explicado que esta investigación ofrece resultados «muy útiles» para la sociedad y la salud pública, especialmente en conducción nocturna, ya que consumo de alcohol y condiciones de baja iluminación son dos aspectos que están presentes en muchos accidentes de tráfico. Por ello, ha subrayado que la sociedad debe estar concienciada con los efectos que produce el consumo de alcohol, especialmente en la visión.
De hecho, en estas condiciones, la percepción de halos visuales puede dificultar al conductor ver a un peatón cruzando una calle, discriminar una señal de tráfico o sufrir algún tipo de deslumbramiento debido a los faros de otro vehículo que viene de frente.
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Los pacientes que sobreviven a un cáncer de colon son más propensos al dolor de espalda y abdomen

72588 Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han descubierto que los pacientes que han sobrevivido a un cáncer de colon son más susceptibles a padecer en el futuro lesiones relacionadas con dolor de espalda y dolor en la región baja del abdomen respecto a otras personas sanas de su mismo sexo y edad.Estos pacientes presentan una serie de alteraciones en la arquitectura de la pared abdominal, que es la que se somete a cirugía durante el tratamiento oncológico. Además, sufren determinadas alteraciones en el procesamiento del dolor crónico que pueden hacer que sean más sensibles frente a cualquier tipo de dolor en el futuro, informa la UGR en una nota.En dos artículos publicados en las revistas ‘Pain Medicine’ y ‘European Journal of Cancer Care’, los investigadores de la UGR, pertenecientes al departamento de Fisioterapia, han analizado cuál es el estado físico y psicológico de los pacientes con cáncer de colon tras el tratamiento oncológico. Este trabajo, financiado por el CEI BioTic, ha sido llevado a cabo en colaboración con investigadores del servicio de Cirugía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.Como explica el autor principal, el profesor Manuel Arroyo Morales, «el cáncer de colon es la tercera localización de cáncer más incidente en el mundo sin tener en cuenta el sexo del paciente. Gracias a los avances del tratamiento oncológico, la posibilidad de sobrevivir a esta enfermedad ha crecido de manera espectacular en los últimos años (entre un 44 y un 65 por ciento en los últimos 5 años). Esta mejora del tratamiento da como resultado la aparición de un grupo de personas que han sufrido cáncer y que han conseguido superarlo».Sin embargo, el tratamiento oncológico es extremadamente duro a nivel físico, y muy traumático a nivel psicológico. «El hecho de que este grupo de mal llamados ‘supervivientes del cáncer’ vaya creciendo nos lleva a preguntarnos cuál es el precio que pagan por su supervivencia», apunta el científico de la UGR.Los resultados de su trabajo apuntan que, cuando comparamos a estos pacientes con personas de género y edad similar, encontramos que los pacientes que sobreviven al cáncer de colon presentan un deterioro importante de su capacidad funcional (es decir de la capacidad de llevar a cabo su vida laboral y de ocio diaria).PÉRDIDA DE FUERZAEsta capacidad funcional deteriorada se debe al proceso de desacondicionamiento (reposo físico durante el tratamiento y fase de convalecencia) al que se ven sometidos los pacientes durante varios meses. «Las pérdidas en algunos parámetros como la fuerza de la musculatura de la espalda o la capacidad cardiorespiratoria llega a deteriorarse hasta más de un 60 por ciento respecto a personas sanas del mismo género y edad».Al mismo tiempo, los pacientes con cáncer de colon padecen algunos síntomas como fatiga o cansancio moderado derivado de la propia enfermedad. «Todas estas alteraciones físicas tienen un impacto en la calidad de vida de estos pacientes, de forma que pueden llegar a ver reducida su calidad de vida en torno a un 40 por ciento respecto a una persona de la misma edad y género no afectada por la enfermedad», destaca el profesor Arroyo.El siguiente objetivo de este grupo de investigación de la UGR es llevar a cabo programas de fisioterapia dirigidos a mejorar estos aspecto físicos, y de esta manera, ayudar a los pacientes con cáncer de colon a recuperar su calidad de vida.
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Beber alcohol empeora la visión nocturna

72462 Beber alcohol empeora la visión de noche, ya que aumenta la percepción de halos (círculos luminosos) así como otras alteraciones visuales nocturnas, según un estudio de la Universidad de Granada .

De acuerdo con la investigación, este empeoramiento de la visión es significativamente mayor en los sujetos con una tasa de alcohol en aire espirado mayor a 0,25 miligramos por litro, el límite legal para conducir en España y otros países y además el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los investigadores, pertenecientes al Laboratorio de Ciencias de la Visión y Aplicaciones, han concluido que el alcohol deteriora la calidad óptica de la imagen que vemos porque, entre otras causas, deteriora la película de lágrima que recubre la superficie del ojo. Ello se debe fundamentalmente a que el etanol de la bebida alcohólica pasa a la lágrima y actúa como disolvente de la capa más externa de la película lagrimal, la capa lipídica, y facilita así la evaporación de la parte acuosa de la lágrima. En un ojo con una película lagrimal deteriorada, también se deteriora la calidad de la imagen que forman los ojos en retina, como ha demostrado este trabajo.

En el artículo científico, del que ha informado hoy la Universidad, se ha evaluado la calidad de la imagen que se produce en retina y el rendimiento visual nocturno tras consumir alcohol en una muestra formada por 67 sujetos, a los que se le midió la tasa de alcoholemia en aire espirado con un etilómetro proporcionado por el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Granada.

Los participantes en el estudio consumieron diversas cantidades de un vino de calidad, de la Bodega Pago de Almaraes , galardonado en el Internacional Challenge du Vin de Burdeos. Para evaluar el rendimiento visual en condiciones de baja iluminación, los científicos emplearon un test visual denominado «halómetro», desarrollado en el mismo laboratorio y que permite cuantificar las alteraciones de la visión nocturna, como por ejemplo halos en torno a luces intensas, percibidas por las personas.

Los resultados demostraron que, tras el consumo de alcohol , aumenta la percepción de halos y otras alteraciones visuales nocturnas y se deteriora la calidad óptica de la imagen que proporcionan los ojos. Especialmente fue así para sujetos que alcanzaron una tasa de alcohol en aire espirado mayor a la tasa legal permitida en materia de tráfico, es decir, mayor a 0,25 miligramos por litro.

El autor principal de este trabajo, el profesor José Juan Castro Torres, ha explicado que esta investigación ofrece resultados «muy útiles» para la sociedad y la salud pública, especialmente en conducción nocturna, ya que consumo de alcohol y condiciones de baja iluminación son dos aspectos que están presentes en muchos accidentes de tráfico.

Por ello, ha subrayado que la sociedad debe estar concienciada con los efectos que produce el consumo de alcohol, especialmente en la visión. De hecho, en estas condiciones, la percepción de halos visuales puede dificultar al conductor ver a un peatón cruzando una calle , discriminar una señal de tráfico o sufrir algún tipo de deslumbramiento debido a los faros de otro vehículo que viene de frente.

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Estudiantes de la UGR organizan unas Jornadas sobre el conflicto en Siria

Martes, 6 y miércoles 7 de mayo, en la Facultad de Filosofía y Letras

Estudiantes del Grado de Historia han organizado unas Jornadas sobre el conflicto en Siria con la colaboración de los departamentos de Historia Contemporánea y Estudios Semíticos, que se celebrarán el martes, 6 y el miércoles 7 de mayo, en la Facultad de Filosofía y Letras, Aula “José Palanco”.

Antonio Zurita Figueroa, Antonio Díaz Carrillo y Antonio Fernández Ruiz son los estudiantes del Grado en Historia de la Universidad de Granada que han organizado estas jornadas. Explican que el objetivo de las mismas “no es plantear respuestas fáciles y simples a un conflicto sumamente complejo, que todavía en el día de hoy se desarrolla en Siria, tal idea nos parece sumamente presuntuosa, nuestro ánimo tiene más que ver con el principio básico que a todo historiador que se precie creemos debiera guiar: la aproximación a los hechos a través de las más amplias y diversas fuentes, para acercarse lo más posible a la verdad”.

Dada la trascendencia y actualidad del conflicto en Siria, así como los importantes acontecimientos que se están produciendo desde el inicio de las llamadas “Primaveras Árabes” en diversos países musulmanes y, por otro lado, “la gran relación que por cultura e historia mantenemos con estos pueblos, un grupo de historiadores en formación hemos decidido, de la mano de nuestro profesor Fernando Fernández Bastarreche del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, desarrollar estas Jornadas consistentes en mesas para la exposición de ideas y el debate posterior para dar a conocer la situación del citado conflicto desde el máximo de puntos de vista”, explican los organizadores.

Estos estudiantes manifiestan que el conflicto de Siria es, inicialmente para Occidente, uno más de la oleada de revueltas que se desarrollan en los países islámicos norteafricanos y parte de los del Próximo y Medio Oriente. No obstante, la complejidad de Siria, donde inciden múltiples intereses, sumada a su diversidad étnica y religiosa así como sus contrastes físicos, confieren a este conflicto rasgos absolutamente particulares. “Por otro lado asistimos al drama diario que sufre la población civil. Éste se ha convertido en una crisis humanitaria de primer orden”, explican.

Descargue el programa de las Jornadas

Contacto: Antonio Zurita Figueroa, correo elec: anzufigranada@gmail.com; y Antonio Fernández Ruiz, correo elec: afr.antoniofr@gmail.com (estudiantes del Grado en Historia).

 

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Los pacientes que sobreviven a un cáncer de colon son más propensos al dolor de espalda y abdomen

72588 Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han descubierto que los pacientes que han sobrevivido a un cáncer de colon son más susceptibles a padecer en el futuro lesiones relacionadas con dolor de espalda y dolor en la región baja del abdomen respecto a otras personas sanas de su mismo sexo y edad.
Estos pacientes presentan una serie de alteraciones en la arquitectura de la pared abdominal, que es la que se somete a cirugía durante el tratamiento oncológico. Además, sufren determinadas alteraciones en el procesamiento del dolor crónico que pueden hacer que sean más sensibles frente a cualquier tipo de dolor en el futuro, informa la UGR en una nota.
En dos artículos publicados en las revistas ‘Pain Medicine’ y ‘European Journal of Cancer Care’, los investigadores de la UGR, pertenecientes al departamento de Fisioterapia, han analizado cuál es el estado físico y psicológico de los pacientes con cáncer de colon tras el tratamiento oncológico. Este trabajo, financiado por el CEI BioTic, ha sido llevado a cabo en colaboración con investigadores del servicio de Cirugía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.
Como explica el autor principal, el profesor Manuel Arroyo Morales, «el cáncer de colon es la tercera localización de cáncer más incidente en el mundo sin tener en cuenta el sexo del paciente. Gracias a los avances del tratamiento oncológico, la posibilidad de sobrevivir a esta enfermedad ha crecido de manera espectacular en los últimos años (entre un 44 y un 65 por ciento en los últimos 5 años). Esta mejora del tratamiento da como resultado la aparición de un grupo de personas que han sufrido cáncer y que han conseguido superarlo».
Sin embargo, el tratamiento oncológico es extremadamente duro a nivel físico, y muy traumático a nivel psicológico. «El hecho de que este grupo de mal llamados ‘supervivientes del cáncer’ vaya creciendo nos lleva a preguntarnos cuál es el precio que pagan por su supervivencia», apunta el científico de la UGR.
Los resultados de su trabajo apuntan que, cuando comparamos a estos pacientes con personas de género y edad similar, encontramos que los pacientes que sobreviven al cáncer de colon presentan un deterioro importante de su capacidad funcional (es decir de la capacidad de llevar a cabo su vida laboral y de ocio diaria).
Pérdida de fuerza
Esta capacidad funcional deteriorada se debe al proceso de desacondicionamiento (reposo físico durante el tratamiento y fase de convalecencia) al que se ven sometidos los pacientes durante varios meses.
«Las pérdidas en algunos parámetros como la fuerza de la musculatura de la espalda o la capacidad cardiorespiratoria llega a deteriorarse hasta más de un 60 por ciento respecto a personas sanas del mismo género y edad».
Al mismo tiempo, los pacientes con cáncer de colon padecen algunos síntomas como fatiga o cansancio moderado derivado de la propia enfermedad. «Todas estas alteraciones físicas tienen un impacto en la calidad de vida de estos pacientes, de forma que pueden llegar a ver reducida su calidad de vida en torno a un 40 por ciento respecto a una persona de la misma edad y género no afectada por la enfermedad», destaca el profesor Arroyo.
El siguiente objetivo de este grupo de investigación de la UGR es llevar a cabo programas de fisioterapia dirigidos a mejorar estos aspecto físicos, y de esta manera, ayudar a los pacientes con cáncer de colon a recuperar su calidad de vida.
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Un proyecto de innovación docente impulsa la integración social a través del arte

La Facultad de Bellas Artes coordina un proyecto de innovación docente en el barrio granadino de Haza Grande que, en colaboración con Aldeas Infantiles, persigue favorecer la integración social mediante la creación de actividades y espacios lúdicos dirigidos a los vecinos, haciendo especial hincapié en los niños de la zona.

El proyecto arrancó hace un mes de la mano de alumnos de Bellas Artes y monitores de Aldeas Infantiles con el desarrollo de talleres orientados a estimular la creatividad de los más pequeños, a los que se anima a usar los recursos que tienen a su alcance para crear, a través del reciclado por ejemplo, elementos artísticos.

Uno de los principales objetivos de esta iniciativa es habilitar espacios lúdicos que ahora no existen mediante la rehabilitación de zonas en desuso.

De hecho, en estos momentos se están recogiendo las propuestas vecinales para decidir el destino de un solar del barrio que podría convertirse en un merendero o en un campo de fútbol, según ha detallado a Europa Press una de las alumnas que integran el proyecto, Alicia Santo.

La iniciativa, que cuenta con financiación de la Universidad de Granada y tiene vocación de continuidad, se desarrolla con Aldeas Infantiles como puente de acceso a los vecinos y ya se ha materializado con los citados talleres semanales, que incluyen la fotografía, los disfraces y la construcción de objetos con cartón reciclado, y en los que participan una treintena de niños y adolescentes.

La pretensión es que estas actividades sean el punto de partida de una experiencia más amplia que busca la integración en zonas en peligro de exclusión social por medio de actividades lúdicas y propuestas asequibles a la participación vecinal que sirvan de impulso para «la recuperación y el desarrollo» del entorno.

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“Cuentos de la Alhambra: el romanticismo orientalista de Washington Irving”, exposición en la UGR

Se inaugura en el Patio del Palacio de la Madraza el martes, 6 de mayo de 2014, a las 20.30 horas

Primeras ediciones de “Cuentos de la Alhambra” constituyen la exposición “Cuentos de la Alhambra: el romanticismo orientalista de Washington Irving” que, con diseño gráfico de Antonio Vera Cerdá, se inaugura en el Patio del Palacio de la Madraza el martes, 6 de mayo de 2014, a las 20.30 horas, organizada por la Cátedra “Emilio García Gómez” de la UGR, con la colaboración del Patronato de la Alhambra y Generalife, Biblioteca de la UGR y Facultad de Filosofía y Letras de la UGR.

La exposición, que podrá visitarse hasta el 6 de junio de 2014, forma parte del ciclo “Washington Irving y la Granada romántica y orientalista” que consta, además, de varias conferencias que tendrán lugar en el Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza, así como un concierto que se celebrará en el Carmen de la Fundación “Rodríguez Acosta”. Todas las actividades son de entrada libre y gratuita, hasta completar el aforo de los recintos.

Programa

19 de mayo

  • Conferencia: “La Granada romántica de Washington Irving”.
  • A cargo de: Juan Manuel Barrios Rozúa.
  • Lugar: Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza.
  • Hora: 19.30 horas.
  • Audiovisual: Previamente a la conferencia se proyectará el audiovisual “Washington Irving en el trono de la Alhambra”.

20 de mayo

  • Conferencia: “Los Cuentos de la Alhambra en la tradición narrativa oriental”.
  • A cargo de: Antonio Sánchez Trigueros.
  • Lugar: Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza.
  • Hora: 20.00 horas.

21 de mayo

  • Conferencia: “Diez contradicciones de Washington Irving”.
  • A cargo de: Celia Wallhead.
  • Lugar: Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza.
  • Hora: 20.00 horas.

22 de mayo

  • Conferencia: “La imagen plástica de Granada en el viajero romántico”.
  • A cargo de: Pedro Galera Andreu.
  • Lugar: Salón de Caballeros XXIV del Palacio de la Madraza.
  • Hora: 20.00 horas.

23 de mayo

  • Concierto: “Washington Irving: las músicas de un sueño”.
  • A cargo de: Irving Ensemble.
  • Lugar: Carmen de la Fundación “Rodríguez Acosta”.
  • Hora: 19.30 horas.

 

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’Desnaturalizando el Género y la Sexualidad’

El día 13 de Mayo tendrá lugar el taller ‘Desnaturalizando el Género y la Sexualidad’, un espacio de formación que forma parte de las Jornadas de Sensibilización sobre Género y Sexualidad, iniciativa que impulsa La Fábrika Crítica en colaboración con la Unidad de Igualdad entre Mujeres y Hombres de la Universidad de Granada.

En este taller desarrollaremos de manera colectiva herramientas para la reflexión colectiva entorno a la construcción social de los cuerpos, el género y la sexualidad y su conexión directa con la violencia de género y la reproducción de sistemas de desigualdad.

A través de una metodología participativa y contando con diferentes medios técnicos y audio-visuales, nos aproximaremos a la desnaturalización de los modelos hegemónicos y dominantes sobre genero y sexualidad. Desde este espacio pretendemos profundizar en conceptos, categorías y conocimientos que nos den herramientas clave para desarrollar resistencias ante la desigualdad y la violencia a distintos niveles.

Os invitamos a todxs a participar, reflexionar y crear con nosotrxs en este taller ‘Desnaturalizando el Género y la Sexualidad’!

La Fábrika Crítica.

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¡Comprobado científicamente! Beber alcohol empeora la visión nocturna

72462 En un estudio de la Universidad de Granada, en España, se demostró que consumir alcohol empeora la visión de noche ya que aumenta la percepción de halos de círculos luminosos. Además este efecto es mayor en los sujetos que han ingerido más de 0.25 mg/litro de alcohol, el límite en muchos países para conducir y lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

«Esta investigación ofrece resultados muy útiles para la sociedad y la salud pública, especialmente en conducción nocturna, ya que consumo de alcohol y condiciones de baja iluminación son dos aspectos que están presentes en muchos accidentes de tráfico», menciona el investigador de la Universidad de Granada, José Juan Castro Torres.

En la investigación se descubrió que el etanol de las bebibas alcohólicas pasa a los lagrimales y crea una capa grasosa, la cual facilita a la evaporación de nuestras lágrimas y deteriora la calidad de las imágenes que vemos. Las conclusiones fueron publicadas en la revista Journal of Ophthalmology. Participaron 67 sujetos y se utilizó un medidor de alcohol en aire proporcionado por el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Granada.

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Los pacientes que sobreviven a un cáncer de colon son más propensos al dolor de espalda y abdomen

72588 nvestigadores de la Universidad de Granada (UGR) han descubierto que los pacientes que han sobrevivido a un cáncer de colon son más susceptibles a padecer en el futuro lesiones relacionadas con dolor de espalda y dolor en la región baja del abdomen respecto a otras personas sanas de su mismo sexo y edad.

Estos pacientes presentan una serie de alteraciones en la arquitectura de la pared abdominal, que es la que se somete a cirugía durante el tratamiento oncológico. Además, sufren determinadas alteraciones en el procesamiento del dolor crónico que pueden hacer que sean más sensibles frente a cualquier tipo de dolor en el futuro, informa la UGR en una nota.

En dos artículos publicados en las revistas ‘Pain Medicine’ y ‘European Journal of Cancer Care’, los investigadores de la UGR, pertenecientes al departamento de Fisioterapia, han analizado cuál es el estado físico y psicológico de los pacientes con cáncer de colon tras el tratamiento oncológico. Este trabajo, financiado por el CEI BioTic, ha sido llevado a cabo en colaboración con investigadores del servicio de Cirugía del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.

Como explica el autor principal, el profesor Manuel Arroyo Morales, «el cáncer de colon es la tercera localización de cáncer más incidente en el mundo sin tener en cuenta el sexo del paciente. Gracias a los avances del tratamiento oncológico, la posibilidad de sobrevivir a esta enfermedad ha crecido de manera espectacular en los últimos años (entre un 44 y un 65 por ciento en los últimos 5 años). Esta mejora del tratamiento da como resultado la aparición de un grupo de personas que han sufrido cáncer y que han conseguido superarlo».

Sin embargo, el tratamiento oncológico es extremadamente duro a nivel físico, y muy traumático a nivel psicológico. «El hecho de que este grupo de mal llamados ‘supervivientes del cáncer’ vaya creciendo nos lleva a preguntarnos cuál es el precio que pagan por su supervivencia», apunta el científico de la UGR.

Los resultados de su trabajo apuntan que, cuando comparamos a estos pacientes con personas de género y edad similar, encontramos que los pacientes que sobreviven al cáncer de colon presentan un deterioro importante de su capacidad funcional (es decir de la capacidad de llevar a cabo su vida laboral y de ocio diaria).

PÉRDIDA DE FUERZA

Esta capacidad funcional deteriorada se debe al proceso de desacondicionamiento (reposo físico durante el tratamiento y fase de convalecencia) al que se ven sometidos los pacientes durante varios meses.

«Las pérdidas en algunos parámetros como la fuerza de la musculatura de la espalda o la capacidad cardiorespiratoria llega a deteriorarse hasta más de un 60 por ciento respecto a personas sanas del mismo género y edad».

Al mismo tiempo, los pacientes con cáncer de colon padecen algunos síntomas como fatiga o cansancio moderado derivado de la propia enfermedad. «Todas estas alteraciones físicas tienen un impacto en la calidad de vida de estos pacientes, de forma que pueden llegar a ver reducida su calidad de vida en torno a un 40 por ciento respecto a una persona de la misma edad y género no afectada por la enfermedad», destaca el profesor Arroyo.

El siguiente objetivo de este grupo de investigación de la UGR es llevar a cabo programas de fisioterapia dirigidos a mejorar estos aspecto físicos, y de esta manera, ayudar a los pacientes con cáncer de colon a recuperar su calidad de vida.

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