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Portada: Alumnos de medias y universitarios, llamados a la huelga mañana 3
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Mesa redonda ‘Residencia Universitaria’ en Medicina
Pág. 27; Los fósiles, clave para analizar fenómenos cíclicos
Exposición de fotografía de Blas Prieto Sánchez
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71817 Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha demostrado que los fenómenos cíclicos que afectan al medio ambiente, como los cambios en el clima, en la dinámica atmósfera-océano e incluso las perturbaciones orbitales de los planetas, existen desde hace cientos de millones de años y pueden ser estudiados mediante el análisis de fósiles.
Así lo atestiguan los datos paleontológicos analizados, que han permitido caracterizar cambios paleo-ambientales cíclicos de escala variable, con una duración que fluctúa desde menos de un día hasta millones de años, según informa en un comunicado la Universidad de Granada.
Este trabajo, realizado por Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, ha analizado cómo el registro fósil puede ser utilizado como una herramienta clave para caracterizar esos fenómenos cíclicos de diferente escala temporal.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences, la segunda revista en la categoría de Geosciences, Multidisciplinary en el ranking del Journal Citation Reports, tras Nature Geosciences, con un índice de impacto cercano a 9. Nunca antes ningún científico español había logrado publicar en ella.
Según apunta el doctor Rodríguez-Tovar, se trata de fenómenos cíclicos de escala variable, desde menores al día a superiores al millón de años, con diferente manifestación en el registro fósil.
Respecto de los que poseen una duración entre menos de un día y el año, «se trata de fenómenos de escala ecológica fundamentalmente asociados a variaciones mareales y solares, que quedaron registrados en los modelos de crecimiento de organismos como los bivalvos o corales. Así, encontramos evidencias de ellos en fósiles que datan del Paleozoico, hace más de 500 millones de años», apunta el investigador de la UGR.
PERIODO GLACIAL
En su artículo, el catedrático ha estudiado, asimismo, fenómenos cíclicos cuya duración osciló entre el año y los 10.000 años, como los asociados al fenómeno del Niño (fenómeno climático cíclico que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas), los conocidos como ciclos Dansgaard-Oeschger o los eventos Heinrich.
Estos últimos tuvieron lugar durante el último periodo glacial y determinaron variaciones en la abundancia, distribución y diversidad de poblaciones y especies marinas y terrestres.
También ha analizado fenómenos cíclicos entre los 10.000 años y el millón de años, fundamentalmente asociados a cambios climáticos determinados por variaciones orbitales (ciclos de Milankovitch), que son registrados en los patrones evolutivos de determinadas especies, dando lugar incluso a su extinción.
Por último, el investigador ha estudiado cambios cíclicos con una duración superior al millón de años, acaecidos a lo largo del Fanerozoico, cuya interpretación está asociada a fenómenos extraterrestres (impactos meteoríticos, como el ocurrido durante el límite Cretácico/Terciario, hace unos 65 millones de años) o terrestres, como el vulcanismo de gran escala.
«Estos cambios se relacionan con extinciones periódicas mayores, que afectaron a un alto porcentaje de la biota, ya que en la mayoría de los casos se extinguieron más del 65 por ciento de los organismos vivientes», destaca Rodríguez-Tovar.
Portada: La Universidad lanza un plan para captar a nuevos alumnos
Págs. 16-17: La Universidad granadina busca nuevos alumnos para paliar la caída de matrículas
Los estudiantes van a la huelga para pedir que la acreditación de una lengua extranjera sea gratis
Publicidad: Exámenes de acreditación de lenguas modernas. Primavera 2014
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Pág. 64: Sopeña habla hoy de El Roto en las jornadas sobre ‘La opinión dibujada
«Cada vez hay menos prejuicios para las mujeres en el mundo del toro»
Pág. 73: Agenda:
– Conferencias:
‘Relaciones artísticas entre Pasto y Quito. El mopa-mopa y el arte del barniz de Pasto’
‘La descolonización del conocimiento. Diálogos transdisciplinares’
’45 años en la obra de Paco Lagares’
‘El conflicto Sirio: crisis humanitaria en Oriente Medio’
– Cine:
‘Caravana de paz’
– Propuestas:
‘Feria de arte’
– Exposiciones:
‘Los baños árabes en Al-Andalus’
‘Obras de Paco Lagares’
‘The dream of trees’
‘Había una casa’
‘Epanalepsis’
‘De un céfiro fecundo’
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Se informa desde el Instituto Universitario de Investigación Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos, Universidad de Granada, que la Red Sísmica de Andalucía ha registrado un terremoto el 25 de marzo de 2014 a las 01h20m (hora local) en el W. de Albuñuelas (Granada), con magnitud 3.5.
Datos técnicos del terremoto:
. Campus de Cartuja s/n. 18071 Granada. Tlf 958243556. correo-e: <secretaria_iag@ugr.es >
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«Estoy haciendo un proyecto fin de grado sobre las tapas en Granada». George Edwards es uno de los cerca de 7.500 alumnos Erasmus que cada año eligen Andalucía para realizar parte de sus estudios de grado universitarios. Una elección que supone un movimiento de dinero que ronda los sesenta millones de euros, sólo en los nueve meses de media que permanecen formándose en la región.
Se trata, sin duda, de unos visitantes que, además de convertirse en unos fantásticos embajadores turísticos, son una fuente de ingresos nada despreciable para todas aquellas ciudades que albergan sedes universitarias. Un estudio de la Universidad de Granada revela, según Javier Hernández Andrés, director del Secretariado de Internalización y promoción, que «cada uno de los estudiantes internacionales se gasta aproximadamente unos 8.000 euros en un curso académico; si esta cifra la multiplicamos por los 3.000 (Erasmus y de otros programas de todo el mundo) que recibimos, estamos hablando de 24 millones de euros.»
Granada es la Universidad de Europa que más estudiantes Erasmus acogen y también envía a Europa. «Más de dos mil se marchan y más de dos mil nos visitan cada año», explica Hernández. Las razones del éxito, «la gran oferta académica, las facilidades que encuentran y el atractivo de la provincia». No en vano la Universidad de Granada fue pionera en apostar por la internacionalización de sus aulas.
En el resto de Andalucía, el trabajo por abrirse hacía Europa, desde que en 1987 se puso en marcha del Programa Erasmus, también ha tenido su recompensa y siete de las nueve universidades públicas que existen en la comunidad se encuentran en el ranking de las cien instituciones europeas que más alumnos de este programa reciben, según el último informe elaborado por la Comisión Europea.
Granada y Sevilla lideran la clasificación, seguidas de Málaga (puesto 35), Cádiz (42), Huelva (45), Córdoba (57) y Pablo Olavide (96). Sólo Almería y Jaén se quedan fuera de esta lista. «Aunque si se hiciera con números relativos, quizás otros estaríamos arriba», explica Tomás Lorenzana, director del Secretariado de Movilidad de la Universidad de Almería. «Aquí recibimos cada año unos 500 alumnos internacionales, de los cuales 300 son Erasmus. Estas cifras en una institución con 12.000 estudiantes tiene un impacto muy importante tanto en las aulas como en la ciudad de Almería».
Dimensión internacional
Alquiler de vivienda, gastos básicos de comida o libros, salidas a bares, visitas a monumentos… Los estudiantes extranjeros «han hecho posible que barrios de Almería, como el Zapillo, vivan en buena medida por ellos», asegura Lorenzana.
En Granada la situación es parecida en el centro de la ciudad, donde se suelen congregar estos alumnos, «pero es que además hemos logrado contar con unas aulas multiculturales que facilitan a los estudiantes que no se pueden marchar una dimensión internacional que no tendrían de otra forma», asevera Hernández. «El valor es innegable y más si le sumamos que a estos jóvenes les visitan amigos de sus países y que pasados los años muchos de ellos regresan con sus familias. El boca a boca funciona y eso se nota en la ciudad, en la provincia y hasta en el resto del país», apostilla el responsable académico.
Así también lo siente Carmela Pontassuglia, que eligió la Universidad de Granada porque tenía estudios eslavos y ahora ha descubierto «que es la mejor ciudad por su gente y su comida». Esta joven italiana de 22 años almuerza todos los días en los comedores universitarios «y cada noche», sonríe, «de tapas a los bares, todo el mundo es muy agradable». Tanto es así, que su amigo George, que comparte piso en Plaza Nueva, con otras cinco personas de Alemania, Polonia, Holanda y Francia, ha decidido presentar como estudio fin de carrera «el éxito empresarial de servir comida gratis con la bebida».
«Aquí «, dicen los jóvenes, «se vive bien». Sus experiencias se suman al de resto de sus compañeros Erasmus de toda Europa, algo más de tres millones en el último curso académico. Esta cifra ha crecido exponencialmente desde que hace 27 años los primeros 5.294 alumnos europeos decidieron salir de sus casas para formarse en otro país.
71817 Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha demostrado que los fenómenos cíclicos que afectan al medio ambiente, como los cambios en el clima, en la dinámica atmósfera-océano e incluso las perturbaciones orbitales de los planetas, existen desde hace cientos de millones de años y pueden ser estudiados mediante el análisis de fósiles.
Así lo atestiguan los datos paleontológicos analizados, que han permitido caracterizar cambios paleo-ambientales cíclicos de escala variable, con una duración que fluctúa desde menos de un día hasta millones de años, según informa en un comunicado la Universidad de Granada.
Este trabajo, realizado por Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, ha analizado cómo el registro fósil puede ser utilizado como una herramienta clave para caracterizar esos fenómenos cíclicos de diferente escala temporal.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences, la segunda revista en la categoría de Geosciences, Multidisciplinary en el ranking del Journal Citation Reports, tras Nature Geosciences, con un índice de impacto cercano a 9. Nunca antes ningún científico español había logrado publicar en ella.
Según apunta el doctor Rodríguez-Tovar, se trata de fenómenos cíclicos de escala variable, desde menores al día a superiores al millón de años, con diferente manifestación en el registro fósil.
Respecto de los que poseen una duración entre menos de un día y el año, «se trata de fenómenos de escala ecológica fundamentalmente asociados a variaciones mareales y solares, que quedaron registrados en los modelos de crecimiento de organismos como los bivalvos o corales. Así, encontramos evidencias de ellos en fósiles que datan del Paleozoico, hace más de 500 millones de años», apunta el investigador de la UGR.
PERIODO GLACIAL
En su artículo, el catedrático ha estudiado, asimismo, fenómenos cíclicos cuya duración osciló entre el año y los 10.000 años, como los asociados al fenómeno del Niño (fenómeno climático cíclico que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas), los conocidos como ciclos Dansgaard-Oeschger o los eventos Heinrich.
Estos últimos tuvieron lugar durante el último periodo glacial y determinaron variaciones en la abundancia, distribución y diversidad de poblaciones y especies marinas y terrestres.
También ha analizado fenómenos cíclicos entre los 10.000 años y el millón de años, fundamentalmente asociados a cambios climáticos determinados por variaciones orbitales (ciclos de Milankovitch), que son registrados en los patrones evolutivos de determinadas especies, dando lugar incluso a su extinción.
Por último, el investigador ha estudiado cambios cíclicos con una duración superior al millón de años, acaecidos a lo largo del Fanerozoico, cuya interpretación está asociada a fenómenos extraterrestres (impactos meteoríticos, como el ocurrido durante el límite Cretácico/Terciario, hace unos 65 millones de años) o terrestres, como el vulcanismo de gran escala.
«Estos cambios se relacionan con extinciones periódicas mayores, que afectaron a un alto porcentaje de la biota, ya que en la mayoría de los casos se extinguieron más del 65 por ciento de los organismos vivientes», destaca Rodríguez-Tovar.
71817 Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha demostrado que los fenómenos cíclicos que afectan al medio ambiente, como los cambios en el clima, en la dinámica atmósfera-océano e incluso las perturbaciones orbitales de los planetas, existen desde hace cientos de millones de años y pueden ser estudiados mediante el análisis de fósiles.
Así lo atestiguan los datos paleontológicos analizados, que han permitido caracterizar cambios paleo-ambientales cíclicos de escala variable, con una duración que fluctúa desde menos de un día hasta millones de años, según informa en un comunicado la Universidad de Granada.
Este trabajo, realizado por Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, ha analizado cómo el registro fósil puede ser utilizado como una herramienta clave para caracterizar esos fenómenos cíclicos de diferente escala temporal.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences, la segunda revista en la categoría de Geosciences, Multidisciplinary en el ranking del Journal Citation Reports, tras Nature Geosciences, con un índice de impacto cercano a 9. Nunca antes ningún científico español había logrado publicar en ella.
Según apunta el doctor Rodríguez-Tovar, se trata de fenómenos cíclicos de escala variable, desde menores al día a superiores al millón de años, con diferente manifestación en el registro fósil.
Respecto de los que poseen una duración entre menos de un día y el año, «se trata de fenómenos de escala ecológica fundamentalmente asociados a variaciones mareales y solares, que quedaron registrados en los modelos de crecimiento de organismos como los bivalvos o corales. Así, encontramos evidencias de ellos en fósiles que datan del Paleozoico, hace más de 500 millones de años», apunta el investigador de la UGR.
PERIODO GLACIAL
En su artículo, el catedrático ha estudiado, asimismo, fenómenos cíclicos cuya duración osciló entre el año y los 10.000 años, como los asociados al fenómeno del Niño (fenómeno climático cíclico que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas), los conocidos como ciclos Dansgaard-Oeschger o los eventos Heinrich.
Estos últimos tuvieron lugar durante el último periodo glacial y determinaron variaciones en la abundancia, distribución y diversidad de poblaciones y especies marinas y terrestres.
También ha analizado fenómenos cíclicos entre los 10.000 años y el millón de años, fundamentalmente asociados a cambios climáticos determinados por variaciones orbitales (ciclos de Milankovitch), que son registrados en los patrones evolutivos de determinadas especies, dando lugar incluso a su extinción.
Por último, el investigador ha estudiado cambios cíclicos con una duración superior al millón de años, acaecidos a lo largo del Fanerozoico, cuya interpretación está asociada a fenómenos extraterrestres (impactos meteoríticos, como el ocurrido durante el límite Cretácico/Terciario, hace unos 65 millones de años) o terrestres, como el vulcanismo de gran escala.
«Estos cambios se relacionan con extinciones periódicas mayores, que afectaron a un alto porcentaje de la biota, ya que en la mayoría de los casos se extinguieron más del 65 por ciento de los organismos vivientes», destaca Rodríguez-Tovar.
71817 Científicos de la Universidad de Granada han llevado a cabo la determinación más precisa lograda hasta ahora de la fuerza nuclear, para lo que han utilizado más de 8.000 datos experimentales de dispersión entre neutrones y protones, medidos entre 1950 y 2013 en aceleradores de partículas de todo el mundo.
El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista «Physical Review», que edita la Sociedad de Física Estadounidense, ha informado este miércoles la Universidad de Granada en un comunicado.
Los investigadores proponen en el estudio una nueva forma para la fuerza nuclear que han denominado «potencial granulado».
Tras el análisis estadístico de los más de 8.000 datos, determinaron que sus resultados tienen una precisión media del 96%.
Según José Enrique Amaro Soriano, uno de los autores del estudio, la importancia de la investigación reside en que no sólo han obtenido el potencial nuclear, sino también su error estadístico teórico.
«Esto -añade- permite establecer límites en la precisión con que se puede conocer empíricamente la interacción fuerte, ya que los datos experimentales están sujetos a un error».
Según el investigador, dichos errores limitan la precisión con la que las teorías físicas actuales pueden describir los núcleos atómicos.
El nuevo «potencial granulado» descubierto por este grupo de investigadores facilitará el estudio de las propiedades de la interacción fuerte, como la independencia de carga de las fuerzas nucleares, o la validez de las modernas teorías quirales (aproximaciones de la cromodinámica cuántica para baja energía).
También se puede utilizar para calcular teóricamente las propiedades de los núcleos atómicos, como su energía interna.
Según explica, las cuatro fuerzas fundamentales de la Física son la interacción gravitatoria, la electromagnética, la débil y la fuerte, todas ellas «esenciales para nuestra existencia».
La fuerte, la interacción más intensa de las cuatro, es la que mantiene unidos los núcleos atómicos y la responsable de la fusión termonuclear que tiene lugar en el interior de las estrellas a partir de hidrógeno.
«Sin esa fuerza, el Sol no podría emitir radiación», señala el investigador.
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Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, es el primer español que logra publicar en la revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences
Una investigación realizada en la Universidad de Granada ha demostrado que los fenómenos cíclicos que afectan al medio ambiente, como los cambios en el clima, en la dinámica atmósfera-océano e incluso las perturbaciones orbitales de los planetas, existen desde hace cientos de millones de años, y pueden ser estudiados mediante el análisis de fósiles.
Así lo atestiguan los datos paleontológicos analizados, que han permitido caracterizar cambios paleo-ambientales cíclicos de escala variable, con una duración que fluctúa desde menos de un día hasta millones de años.
Este trabajo, realizado por Francisco J. Rodríguez-Tovar, catedrático de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada, ha analizado cómo el registro fósil puede ser utilizado como una herramienta clave para caracterizar esos fenómenos cíclicos de diferente escala temporal.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista Annual Reviews of Earth and Planetary Sciences, la segunda revista en la categoría de Geosciences, Multidisciplinary en el ranking del Journal Citation Reports, tras Nature Geosciences, con un índice de impacto cercano a 9. Nunca antes ningún científico español había logrado publicar en ella.
Como apunta el Dr. Rodríguez-Tovar, se trata de fenómenos cíclicos de escala variable, desde menores al día a superiores al millón de años, con diferente manifestación en el registro fósil.
Respecto de los que poseen una duración entre menos de un día y el año, «se trata de fenómenos de escala ecológica fundamentalmente asociados a variaciones mareales y solares, que quedaron registrados en los modelos de crecimiento de organismos como los bivalvos o corales. Así, encontramos evidencias de ellos en fósiles que datan del Paleozoico (hace más de 500 millones de años)», apunta el investigador de la UGR.
En su artículo, el catedrático ha estudiado, asimismo, fenómenos cíclicos cuya duración osciló entre el año y los 10.000 años, como los asociados al fenómeno del Niño (fenómeno climático cíclico que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas), los conocidos como ciclos Dansgaard-Oeschger o los eventos Heinrich. Estos últimos tuvieron lugar durante el último período glacial, y determinaron variaciones en la abundancia, distribución y diversidad de poblaciones y especies marinas y terrestres.
También ha analizado fenómenos cíclicos entre los 10.000 años y el millón de años, fundamentalmente asociados a cambios climáticos determinados por variaciones orbitales (ciclos de Milankovitch), que son registrados en los patrones evolutivos de determinadas especies, dando lugar incluso a su extinción.
Por último, el investigador ha estudiado cambios cíclicos con una duración superior al millón de años, acaecidos a lo largo del Fanerozoico, cuya interpretación está asociada a fenómenos extraterrestres (impactos meteoríticos, como el ocurrido durante el límite Cretácico/Terciario, hace unos 65 millones de años) o terrestres (como el vulcanismo de gran escala).
«Estos cambios se relacionan con extinciones periódicas mayores, que afectaron a un alto porcentaje de la biota, ya que en la mayoría de los casos se extinguieron más del 65% de los organismos vivientes», destaca Rodríguez-Tovar.
Referencia bibliográfica:
Orbital Climate Cycles in the Fossil Record: From Semidiurnal to Million-Year
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