Pocos podían prever el enorme éxito que iban a adquirir las redes sociales -como Twitter o Facebook- al calor de la expansión de internet. El suyo ha sido el triunfo de la viralidad, del boca-oreja elevado al mundo 2.0. Su popularización también ha venido marcada por los propios contenidos con los que se han engordado estos medios. Buena parte de los usuarios se han decantado por el ocio, la interacción con amigos o familiares, la difusión de los detalles cotidianos. Pero también han encontrado hueco contenidos más ‘formales’ -sirva como ejemplo la irrupción de movimientos como el 15M-, y también, desde luego, se ha podido desarrollar la formación on line.

La educación a distancia no es, desde luego, un invento nuevo. La UNED, centro de referencia a nivel nacional, celebra ahora su cuadragésimo cumpleaños, un largo periodo de tiempo en el que la irrupción de internet ha obligado a la institución universitaria a evolucionar en un corto espacio de tiempo.

La adaptación a los nuevos medios no es exclusiva de las instituciones académicas que ya trabajaban a distancia. También la Universidad de Granada ha visto en la red la oportunidad de ofrecer formación. En este sentido, el Centro de Enseñanzas Virtuales de la Universidad de Granada (CEVUG), dentro de la Delegación del Rector para las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ha puesto en marcha recientemente tres cursos gratuitos, masivos y abiertos. Al cierre del plazo de inscripción, eran más de 2.000 los matriculados en el primero de estos cursos MOOC (Curso Abierto en Línea Masivo, por sus siglas en inglés), titulado Identidades digitales, que comenzó el pasado 8 de abril y al que le seguirán Aprendizaje ubicuo (que se iniciará el 6 de mayo) y Recursos educativos en abierto (previsto para el 3 de junio).

La campaña de matriculación se desarrolló únicamente a través de internet. Se explotó la visibilidad a través de los medios digitales en una experiencia piloto que es la semilla de una auténtica revolución digital dentro de la Universidad de Granada, que en los próximos cursos evolucionará con titulaciones que se impartirán también de forma on line. Los responsables del CEVUG auguran que este cambio, la digitalización de la enseñanza universitaria, «se estudia como algo inminente», señala el director del Centro de Enseñanzas Virtuales, Miguel Gea.

En cuanto a los cursos MOOC abordan un «modelo de aprendizaje social», explica Gea. «Se pierde el concepto de la relación entre el profesor y el alumno», sobre la que se ha basado la enseñanza universitaria desde que nació la UGR hace cinco siglos. Algo que cada día está más cerca de cambiar. La clave está en la creación de una «comunidad, en la que el profesor y el alumno tienen la misma importancia», donde se establecerá una relación de «comunicación permanente» entre los miembros de esa comunidad, un modelo similar al que ya emplean las redes sociales, añade el responsable de Gestión de Proyectos y Difusión, Antonio Marín.
Los responsables del CEVUG afirman que el aprendizaje a través de esta comunidad -que ha comenzado a desarrollarse con iniciativas como los cursos gratuitos y masivos de Abierta UGR- supone una «experiencia mucho más enriquecedora» que la que se puede adquirir en el sistema tradicional de formación a distancia, ya que se basa en un modelo «más participativo». Gea explica que, de hecho, lo que ahora se está planteando desde el CEVUG es la evolución natural. El primer paso fue el que dio la enseñanza a distancia para convertirse en enseñanza on line. Ahora, se trata de avanzar hacia una enseñanza on line «masiva social».

«Se reconduce el modelo de enseñanza», explica el director del Centro de Enseñanzas Virtuales, al sustituir los foros por grupos de interés, en los que sus miembros tienen objetivos comunes y «donde todos aprenden de todos».

Esta ‘apertura’ didáctica está, además, tutelada, por lo que la realización de uno de estos cursos tiene validez docente. En este sentido cada uno de los tres primeros cursos MOOC de la UGR tiene el reconocimiento de un crédito.

Desaparecen los límites de las aulas gracias a un modelo que permite impartir formación a centenares o miles de alumnos que conforman una comunidad internacional que se alimenta, además con la experiencia que cada uno de ellos puede aportar, contenidos fuera del programa marcado en el curso pero que también son controlados por los responsables del mismos. «El enriquecimiento» que puede generarse a través de estas comunidades «va más allá de lo académico», asevera Marín. ¿Supone esto ahorrar en costes? «No es más barata si la formación que se da es seria. Evolucionamos hacia la virtualidad, pero tenemos que garantizar la calidad» de la formación que se imparte bajo el sello de la Universidad de Granada, defiende el responsable del área de Gestión de Proyectos del CEVUG. Además, «una buena formación virtual exige profesionales muy buenos».

Los tres primeros cursos abiertos y masivos conforman un proyecto experimental y «sobre la marcha» se crearán herramientas para gestionarlos. Se pretende que sean «plataformas vivas», que evolucionen. A pesar de lo innovador que son los cursos MOOC, algunos modelos ya han quedado obsoletos. Además, son sólo el comienzo de la creación de un proyecto mucho mayor, la creación de una red social vinculada a la Universidad de Granada, con alumnos y ex alumnos que seguirían vinculados con la institución académica. «La Universidad tiene una proyección que va más allá de dónde están las aulas», explica Miguel Gea.

Por ahora, el proyecto de la red social de la UGR es de «naturaleza experimental», y por ello no se ha planteado su asociación con plataformas similares de otras universidades.

Mientras la red social toma forma, se han planteado los tres cursos masivos gratuitos, y antes se desarrolló un curso experimental, que se planteó con «herramientas tradicionales» de formación. De esta iniciativa se ha aprovechado la experiencia de algunos alumnos que ahora participan como voluntarios en los MOOC para dinamizar los cursos. «Son ellos los que controlan los grupos» y abren debates, explica Marín, ya que «con 2.000 alumnos en un curso se necesitan dinamizadores».

Los integrantes de esta experiencia virtual de la UGR tienen en común formar parte de una plataforma social pero también la necesidad de formación, una demanda que cada día crece «porque cada vez hay más gente que necesita reconvertirse», reconoce Antonio Marín. En este sentido, las claves de los cursos -y de la futura red social- son formar, innovar y facilitar ese reciclaje con contenidos

A pesar de lo innovador del planteamiento, los cursos también cuentan -al modo tradicional- con módulos de materia obligatoria para todos los alumnos que «cubren su ámbito de interés». A partir de esta base, en cada módulo los alumnos hacen sus aportaciones.

Los datos que resulten del análisis de esta iniciativa de Abierta UGR servirán para determinar la sostenibilidad de la iniciativa, ya que «detrás también hay un modelo de negocio». Así, la plataforma podría ofrecerse como modelo para otras instituciones, por un lado, mientras que, por otro, este proyecto formativo hará que la UGR tenga más tráfico, más visibilidad y un mejor posicionamiento en la red.

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Pocos podían prever el enorme éxito que iban a adquirir las redes sociales -como Twitter o Facebook- al calor de la expansión de internet. El suyo ha sido el triunfo de la viralidad, del boca-oreja elevado al mundo 2.0. Su popularización también ha venido marcada por los propios contenidos con los que se han engordado estos medios. Buena parte de los usuarios se han decantado por el ocio, la interacción con amigos o familiares, la difusión de los detalles cotidianos. Pero también han encontrado hueco contenidos más ‘formales’ -sirva como ejemplo la irrupción de movimientos como el 15M-, y también, desde luego, se ha podido desarrollar la formación on line.

La educación a distancia no es, desde luego, un invento nuevo. La UNED, centro de referencia a nivel nacional, celebra ahora su cuadragésimo cumpleaños, un largo periodo de tiempo en el que la irrupción de internet ha obligado a la institución universitaria a evolucionar en un corto espacio de tiempo.

La adaptación a los nuevos medios no es exclusiva de las instituciones académicas que ya trabajaban a distancia. También la Universidad de Granada ha visto en la red la oportunidad de ofrecer formación. En este sentido, el Centro de Enseñanzas Virtuales de la Universidad de Granada (CEVUG), dentro de la Delegación del Rector para las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ha puesto en marcha recientemente tres cursos gratuitos, masivos y abiertos. Al cierre del plazo de inscripción, eran más de 2.000 los matriculados en el primero de estos cursos MOOC (Curso Abierto en Línea Masivo, por sus siglas en inglés), titulado Identidades digitales, que comenzó el pasado 8 de abril y al que le seguirán Aprendizaje ubicuo (que se iniciará el 6 de mayo) y Recursos educativos en abierto (previsto para el 3 de junio).

La campaña de matriculación se desarrolló únicamente a través de internet. Se explotó la visibilidad a través de los medios digitales en una experiencia piloto que es la semilla de una auténtica revolución digital dentro de la Universidad de Granada, que en los próximos cursos evolucionará con titulaciones que se impartirán también de forma on line. Los responsables del CEVUG auguran que este cambio, la digitalización de la enseñanza universitaria, «se estudia como algo inminente», señala el director del Centro de Enseñanzas Virtuales, Miguel Gea.

En cuanto a los cursos MOOC abordan un «modelo de aprendizaje social», explica Gea. «Se pierde el concepto de la relación entre el profesor y el alumno», sobre la que se ha basado la enseñanza universitaria desde que nació la UGR hace cinco siglos. Algo que cada día está más cerca de cambiar. La clave está en la creación de una «comunidad, en la que el profesor y el alumno tienen la misma importancia», donde se establecerá una relación de «comunicación permanente» entre los miembros de esa comunidad, un modelo similar al que ya emplean las redes sociales, añade el responsable de Gestión de Proyectos y Difusión, Antonio Marín.
Los responsables del CEVUG afirman que el aprendizaje a través de esta comunidad -que ha comenzado a desarrollarse con iniciativas como los cursos gratuitos y masivos de Abierta UGR- supone una «experiencia mucho más enriquecedora» que la que se puede adquirir en el sistema tradicional de formación a distancia, ya que se basa en un modelo «más participativo». Gea explica que, de hecho, lo que ahora se está planteando desde el CEVUG es la evolución natural. El primer paso fue el que dio la enseñanza a distancia para convertirse en enseñanza on line. Ahora, se trata de avanzar hacia una enseñanza on line «masiva social».

«Se reconduce el modelo de enseñanza», explica el director del Centro de Enseñanzas Virtuales, al sustituir los foros por grupos de interés, en los que sus miembros tienen objetivos comunes y «donde todos aprenden de todos».

Esta ‘apertura’ didáctica está, además, tutelada, por lo que la realización de uno de estos cursos tiene validez docente. En este sentido cada uno de los tres primeros cursos MOOC de la UGR tiene el reconocimiento de un crédito.

Desaparecen los límites de las aulas gracias a un modelo que permite impartir formación a centenares o miles de alumnos que conforman una comunidad internacional que se alimenta, además con la experiencia que cada uno de ellos puede aportar, contenidos fuera del programa marcado en el curso pero que también son controlados por los responsables del mismos. «El enriquecimiento» que puede generarse a través de estas comunidades «va más allá de lo académico», asevera Marín. ¿Supone esto ahorrar en costes? «No es más barata si la formación que se da es seria. Evolucionamos hacia la virtualidad, pero tenemos que garantizar la calidad» de la formación que se imparte bajo el sello de la Universidad de Granada, defiende el responsable del área de Gestión de Proyectos del CEVUG. Además, «una buena formación virtual exige profesionales muy buenos».

Los tres primeros cursos abiertos y masivos conforman un proyecto experimental y «sobre la marcha» se crearán herramientas para gestionarlos. Se pretende que sean «plataformas vivas», que evolucionen. A pesar de lo innovador que son los cursos MOOC, algunos modelos ya han quedado obsoletos. Además, son sólo el comienzo de la creación de un proyecto mucho mayor, la creación de una red social vinculada a la Universidad de Granada, con alumnos y ex alumnos que seguirían vinculados con la institución académica. «La Universidad tiene una proyección que va más allá de dónde están las aulas», explica Miguel Gea.

Por ahora, el proyecto de la red social de la UGR es de «naturaleza experimental», y por ello no se ha planteado su asociación con plataformas similares de otras universidades.

Mientras la red social toma forma, se han planteado los tres cursos masivos gratuitos, y antes se desarrolló un curso experimental, que se planteó con «herramientas tradicionales» de formación. De esta iniciativa se ha aprovechado la experiencia de algunos alumnos que ahora participan como voluntarios en los MOOC para dinamizar los cursos. «Son ellos los que controlan los grupos» y abren debates, explica Marín, ya que «con 2.000 alumnos en un curso se necesitan dinamizadores».

Los integrantes de esta experiencia virtual de la UGR tienen en común formar parte de una plataforma social pero también la necesidad de formación, una demanda que cada día crece «porque cada vez hay más gente que necesita reconvertirse», reconoce Antonio Marín. En este sentido, las claves de los cursos -y de la futura red social- son formar, innovar y facilitar ese reciclaje con contenidos

A pesar de lo innovador del planteamiento, los cursos también cuentan -al modo tradicional- con módulos de materia obligatoria para todos los alumnos que «cubren su ámbito de interés». A partir de esta base, en cada módulo los alumnos hacen sus aportaciones.

Los datos que resulten del análisis de esta iniciativa de Abierta UGR servirán para determinar la sostenibilidad de la iniciativa, ya que «detrás también hay un modelo de negocio». Así, la plataforma podría ofrecerse como modelo para otras instituciones, por un lado, mientras que, por otro, este proyecto formativo hará que la UGR tenga más tráfico, más visibilidad y un mejor posicionamiento en la red.

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