El ex ministro y eurodiputado Juan Fernando López Aguilar ofrece una conferencia en el Campus de Melilla

  • Tendrá lugar en el Salón de Grados, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas

El ex ministro de Justicia, eurodiputado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Las Palmas, Juan Fernando López Aguilar, ofrece una conferencia en el Campus de Melilla, dentro del curso “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”, que se celebra del 24 al 30 de abril de 2013, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

La conferencia, sobre “Políticas comunes de igualdad”, tendrá lugar en el Salón de Grados del Campus de Melilla, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas.

Actividad

  • Curso: “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”.
  • Conferencia: “Políticas comunes de igualdad”.
  • A cargo de: Juan Fernando López Aguilar.
  • Día: viernes, 26 de abril de 2013.
  • Lugar: Salón de Grados del Campus de Melilla.
  • Hora: 12.30 horas.
  • Organizan: Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

Contacto:
Profesor Antonio Zapata Navarro.
Departamento de Derecho Constitucional.
Campus de Melilla. Universidad de Granada.
Tfn.: 952 698727.
Correo electrónico: azapata@ugr.es


El ex ministro y eurodiputado Juan Fernando López Aguilar ofrece una conferencia en el Campus de Melilla

  • Tendrá lugar en el Salón de Grados, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas

El ex ministro de Justicia, eurodiputado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Las Palmas, Juan Fernando López Aguilar, ofrece una conferencia en el Campus de Melilla, dentro del curso “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”, que se celebra del 24 al 30 de abril de 2013, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

La conferencia, sobre “Políticas comunes de igualdad”, tendrá lugar en el Salón de Grados del Campus de Melilla, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas.

Actividad

  • Curso: “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”.
  • Conferencia: “Políticas comunes de igualdad”.
  • A cargo de: Juan Fernando López Aguilar.
  • Día: viernes, 26 de abril de 2013.
  • Lugar: Salón de Grados del Campus de Melilla.
  • Hora: 12.30 horas.
  • Organizan: Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

Contacto:
Profesor Antonio Zapata Navarro.
Departamento de Derecho Constitucional.
Campus de Melilla. Universidad de Granada.
Tfn.: 952 698727.
Correo electrónico: azapata@ugr.es


El ex ministro y eurodiputado Juan Fernando López Aguilar ofrece una conferencia en el Campus de Melilla

  • Tendrá lugar en el Salón de Grados, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas

El ex ministro de Justicia, eurodiputado y catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Las Palmas, Juan Fernando López Aguilar, ofrece una conferencia en el Campus de Melilla, dentro del curso “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”, que se celebra del 24 al 30 de abril de 2013, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

La conferencia, sobre “Políticas comunes de igualdad”, tendrá lugar en el Salón de Grados del Campus de Melilla, el viernes, 26 de abril de 2013, a las 12.30 horas.

Actividad

  • Curso: “Unión Europea, género y minorías. Una visión constitucional desde Melilla”.
  • Conferencia: “Políticas comunes de igualdad”.
  • A cargo de: Juan Fernando López Aguilar.
  • Día: viernes, 26 de abril de 2013.
  • Lugar: Salón de Grados del Campus de Melilla.
  • Hora: 12.30 horas.
  • Organizan: Facultad de Ciencias Sociales del Campus de la UGR en Melilla, el Departamento de Derecho Constitucional y el Vicerrectorado para las Enseñanzas de Grado y Posgrado de la UGR.

Contacto:
Profesor Antonio Zapata Navarro.
Departamento de Derecho Constitucional.
Campus de Melilla. Universidad de Granada.
Tfn.: 952 698727.
Correo electrónico: azapata@ugr.es


EL CASQUETE POLAR ANTÁRTICO TIENE 33,6 MILLONES DE AÑOS

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, se publica en la revista ‘Science’.

Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a sólo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.

La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas.

La investigadora del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada) Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica que «el registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos, y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».

El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.

Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas.

Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global». Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad.

No obstante, la investigadora del CSIC considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».

Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contienen comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

Descargar


EL CASQUETE POLAR ANTÁRTICO TIENE 33,6 MILLONES DE AÑOS

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, se publica en la revista ‘Science’.

Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a sólo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.

La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas.

La investigadora del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada) Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica que «el registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos, y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».

El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.

Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas.

Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global». Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad.

No obstante, la investigadora del CSIC considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».

Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contienen comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

Descargar


EL CASQUETE POLAR ANTÁRTICO TIENE 33,6 MILLONES DE AÑOS

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, se publica en la revista ‘Science’.

Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a sólo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.

La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas.

La investigadora del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada) Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica que «el registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos, y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».

El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.

Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas.

Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global». Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad.

No obstante, la investigadora del CSIC considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».

Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contienen comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

Descargar


Identifican qué especies animales pueden transmitir mayor número de enfermedades usando herramientas matemáticas

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter. Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Estudio con 150 especies de primates
Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos. «La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

En la imagen, un ejemplar de Chlorocebus aethiops, una especie de primate con gran probabilidad de transmitir enfermedades emergentes.

Descargar


Identifican qué especies animales pueden transmitir mayor número de enfermedades usando herramientas matemáticas

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter. Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Estudio con 150 especies de primates
Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos. «La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

En la imagen, un ejemplar de Chlorocebus aethiops, una especie de primate con gran probabilidad de transmitir enfermedades emergentes.

Descargar


Identifican qué especies animales pueden transmitir mayor número de enfermedades usando herramientas matemáticas

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter. Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Estudio con 150 especies de primates
Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos. «La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

En la imagen, un ejemplar de Chlorocebus aethiops, una especie de primate con gran probabilidad de transmitir enfermedades emergentes.

Descargar


Los primates más populares en su entorno son más peligrosos para los humanos

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter.

Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC).

Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez en la nota de prensa de la UGR, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Artículos relacionados
El espacio revela las claves de la inmunidad
Los chimpancés comparten con los humanos el sentido de la justicia
¿Es el sida una antigua enfermedad humana?
Los chimpancés y los orangutanes también sufren la crisis de la mediana edad
Publican la lista de las 25 especies de primates más amenazadas del mundo
Estudio con 150 especies de primates

Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria.

«Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos.

«La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

Descargar


Los primates más populares en su entorno son más peligrosos para los humanos

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter.

Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC).

Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez en la nota de prensa de la UGR, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Artículos relacionados
El espacio revela las claves de la inmunidad
Los chimpancés comparten con los humanos el sentido de la justicia
¿Es el sida una antigua enfermedad humana?
Los chimpancés y los orangutanes también sufren la crisis de la mediana edad
Publican la lista de las 25 especies de primates más amenazadas del mundo
Estudio con 150 especies de primates

Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria.

«Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos.

«La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

Descargar


20 Minutos

Pág. 2: AVANCE EN CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

Descarga por URL: http://sl.ugr.es/03US

Descargar