El casquete polar antártico tiene 33,6 millones de años, según un estudio de la UGR y el CSIC

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada). El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, aparece publicado hoy en la revista Science.

Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a solo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.

La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas. La investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica: «El registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».

El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada que desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.

Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas. Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global».

Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad. No obstante, la investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».

Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contenían comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

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Identifican qué especies animales pueden transmitir más enfermedades al hombre, usando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de las redes sociales

64574 Científicos españoles y estadounidenses proponen un nuevo criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, en un artículo que se publica esta semana en la prestigiosa revista PNAS 

Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter. Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Estudio con 150 especies de primates
Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos. «La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

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Identifican qué especies animales pueden transmitir más enfermedades al hombre, usando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de las redes sociales

64574 Científicos españoles y estadounidenses proponen un nuevo criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, en un artículo que se publica esta semana en la prestigiosa revista PNAS 

Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter. Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la prestigiosa revista PNAS, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada, es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades».

Estudio con 150 especies de primates
Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en PNAS, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos. «La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

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Una fotografía del interior de una mosca realizada en la UGR, premiada como la mejor imagen del año en un congreso mundial de microtomografía

64622 Una fotografía del interior de una mosca doméstica realizada en la Universidad de Granada con un microtomógrafo (un aparato que permite escanear pequeños animales a una alta resolución) ha sido premiada como la mejor imagen del año 2013 a nivel mundial en el congreso internacional de microtomografía «MicroCT Meeting 2013», celebrado recientemente en Hasselt (Bélgica).

La reconstrucción microtomográfica, realizada por el profesor del departamento de Zoología Javier Alba Tercedor, muestra imágenes del interior del cuerpo de la mosca común con un nivel de detalle como nunca hasta la fecha se había logrado obtener. Conseguirla ha sido posible gracias a un microtomografo Skyscan 1172, disponible en los laboratorios del departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UGR, que permite obtener resoluciones de 1.4 µm (micras) por pixel, lo que hace posible escanear pequeños animales a una alta resolución.

La tomografía es una técnica no invasiva, muy conocida por la comunidad científica por su amplio uso en medicina. En el caso de la micro-CT, permite obtener grandes resoluciones y, al no necesitarse alterar en modo alguno las muestras, facilita estudiar ejemplares valiosos sin producirles ningún daño.

Varios miles de radiografías
Como explica el profesor Alba-Tercedor, para obtener este tipo de imágenes «es necesario tomar varios miles de radiografias. Para ello, se coloca el animal que estamos estudiando en una plataforma que va girando, tomando radiografías con una cadencia que varía según la calidad que se requiera». En la mayoria de los casos las radiografías se toman cada 0.1 grados: esto implica que, si se rota 180 grados, se toman un total de 1.800 imágenes que, tras ser procesadas con un sofware especial, permiten obtener unos resultados inimaginables hasta la fecha. Asimismo, con estos aumentos es necesario escanear el animal en varias partes y unirlas posteriormente mediante el software apropiado.

El profesor de la Universidad de Granada trabaja en la actualidad en una novedosa línea de investigación: la aplicación del uso de la microtomografía en estudios zoológicos. Su trabajo, realizado en colaboración con la Dra. Isabel Sánchez Almazo (perteneciente al Centro de Instrumentación Científica de la UGR) ha permitido, por ejemplo, estudiar los huevos de insectos cuya longitud, en algunos casos, es inferior a una décima de milímetro. Para ello se ha utilizado un aditamento, recientemente adquirido por la UGR, que permite convertir un microscopio electrónico de barrido en un microtomógrafo de alta resolución (inferior a 500 µm por pixel).

«Este nivel de precisión nos permite estudiar no sólo la estructura externa, sino también evidenciar y estudiar el embrión y su desarrollo, sin tener que hacer cortes histológicos reales», apunta el investigador. Además, las imagenes y los modelos tridimensionales (volume renderings) creados a partir de las imágenes generadas por el microtomógrafo, permiten desarrollar «una nueva forma de enseñanza, en la que los alumnos pueden realizar por sí mismos disecciones virtuales de animales sin necesidad de sacrificarlos, como se venía haciendo hasta ahora».

En la actualidad, la Universidad de Granada colabora con otros centros de investigación tanto españoles (universidades de Alicante, Complutense, y Museo de Ciencias Naturales de Madrid), como extranjeros (Museo de Historia Natural de Stuttgart en Alemania, y Albany Museum de Grahamstown, Sudáfrica). Y es que «las posibilidades de la microtomografía son tantas como el investigador pueda imaginar», en palabras de Alba-Tercedor.

No es la primera vez que este profesor de la Universidad de Granada ha sido premiado por un trabajo de estas características. En 2010 obtuvo este mismo galardón por una fotografía de una sección transversal de la anatomía interna de un coleópteros acuático), y en 2012 ganó el premio al mejor vídeo por una película que ilustraba un viaje al interior del mismo. Gran parte de los vídeos generados en los trabajos del profesor Alba-Tercedor realizados con microtomografía pueden consultarse en su canal de YouTube: www.youtube.com/albatercedor

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Una fotografía del interior de una mosca realizada en la UGR, premiada como la mejor imagen del año en un congreso mundial de microtomografía

64622 Una fotografía del interior de una mosca doméstica realizada en la Universidad de Granada con un microtomógrafo (un aparato que permite escanear pequeños animales a una alta resolución) ha sido premiada como la mejor imagen del año 2013 a nivel mundial en el congreso internacional de microtomografía «MicroCT Meeting 2013», celebrado recientemente en Hasselt (Bélgica).

La reconstrucción microtomográfica, realizada por el profesor del departamento de Zoología Javier Alba Tercedor, muestra imágenes del interior del cuerpo de la mosca común con un nivel de detalle como nunca hasta la fecha se había logrado obtener. Conseguirla ha sido posible gracias a un microtomografo Skyscan 1172, disponible en los laboratorios del departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias de la UGR, que permite obtener resoluciones de 1.4 µm (micras) por pixel, lo que hace posible escanear pequeños animales a una alta resolución.

La tomografía es una técnica no invasiva, muy conocida por la comunidad científica por su amplio uso en medicina. En el caso de la micro-CT, permite obtener grandes resoluciones y, al no necesitarse alterar en modo alguno las muestras, facilita estudiar ejemplares valiosos sin producirles ningún daño.

Varios miles de radiografías
Como explica el profesor Alba-Tercedor, para obtener este tipo de imágenes «es necesario tomar varios miles de radiografias. Para ello, se coloca el animal que estamos estudiando en una plataforma que va girando, tomando radiografías con una cadencia que varía según la calidad que se requiera». En la mayoria de los casos las radiografías se toman cada 0.1 grados: esto implica que, si se rota 180 grados, se toman un total de 1.800 imágenes que, tras ser procesadas con un sofware especial, permiten obtener unos resultados inimaginables hasta la fecha. Asimismo, con estos aumentos es necesario escanear el animal en varias partes y unirlas posteriormente mediante el software apropiado.

El profesor de la Universidad de Granada trabaja en la actualidad en una novedosa línea de investigación: la aplicación del uso de la microtomografía en estudios zoológicos. Su trabajo, realizado en colaboración con la Dra. Isabel Sánchez Almazo (perteneciente al Centro de Instrumentación Científica de la UGR) ha permitido, por ejemplo, estudiar los huevos de insectos cuya longitud, en algunos casos, es inferior a una décima de milímetro. Para ello se ha utilizado un aditamento, recientemente adquirido por la UGR, que permite convertir un microscopio electrónico de barrido en un microtomógrafo de alta resolución (inferior a 500 µm por pixel).

«Este nivel de precisión nos permite estudiar no sólo la estructura externa, sino también evidenciar y estudiar el embrión y su desarrollo, sin tener que hacer cortes histológicos reales», apunta el investigador. Además, las imagenes y los modelos tridimensionales (volume renderings) creados a partir de las imágenes generadas por el microtomógrafo, permiten desarrollar «una nueva forma de enseñanza, en la que los alumnos pueden realizar por sí mismos disecciones virtuales de animales sin necesidad de sacrificarlos, como se venía haciendo hasta ahora».

En la actualidad, la Universidad de Granada colabora con otros centros de investigación tanto españoles (universidades de Alicante, Complutense, y Museo de Ciencias Naturales de Madrid), como extranjeros (Museo de Historia Natural de Stuttgart en Alemania, y Albany Museum de Grahamstown, Sudáfrica). Y es que «las posibilidades de la microtomografía son tantas como el investigador pueda imaginar», en palabras de Alba-Tercedor.

No es la primera vez que este profesor de la Universidad de Granada ha sido premiado por un trabajo de estas características. En 2010 obtuvo este mismo galardón por una fotografía de una sección transversal de la anatomía interna de un coleópteros acuático), y en 2012 ganó el premio al mejor vídeo por una película que ilustraba un viaje al interior del mismo. Gran parte de los vídeos generados en los trabajos del profesor Alba-Tercedor realizados con microtomografía pueden consultarse en su canal de YouTube: www.youtube.com/albatercedor

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Movistar ensaya en el «Túnel del Viento» de Granada para mejorar aerodinámica

Siete ciclistas del Movistar Team, entre ellos el campeón de la Vuelta a España de 2011, Juanjo Cobo, han participado esta semana en diferentes ensayos en el «Túnel del Viento» de la Universidad de Granada, con el objetivo de mejorar su rendimiento aerodinámico en las pruebas contrarreloj.
Estos corredores del Movistar estarán concentrados hasta mañana en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada y, además de Cobo, han intervenido en estas pruebas Jonathan Castroviejo, Enrique Sanz, Beñat Intxausti, los hermanos Jesús y José Herrada y Fran Ventoso, este último campeón de España en Ruta el pasado año.
Durante dos días, los ciclistas han probado en esta instalación, que es única en España, diferentes diseños y materiales de cascos, y se han sometido a mediciones de presión sobre el casco y la espalda del ciclista, según ha informado hoy la Universidad de Granada.
El objetivo de estas pruebas es verificar el rendimiento aerodinámico de los cascos, además de visualizar el flujo y grabar con cámaras de alta velocidad, todo ello con el objetivo de mejorar el rendimiento en las pruebas contrarreloj.
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Movistar ensaya en el «Túnel del Viento» de Granada para mejorar aerodinámica

Siete ciclistas del Movistar Team, entre ellos el campeón de la Vuelta a España de 2011, Juanjo Cobo, han participado esta semana en diferentes ensayos en el «Túnel del Viento» de la Universidad de Granada, con el objetivo de mejorar su rendimiento aerodinámico en las pruebas contrarreloj.
Estos corredores del Movistar estarán concentrados hasta mañana en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada y, además de Cobo, han intervenido en estas pruebas Jonathan Castroviejo, Enrique Sanz, Beñat Intxausti, los hermanos Jesús y José Herrada y Fran Ventoso, este último campeón de España en Ruta el pasado año.
Durante dos días, los ciclistas han probado en esta instalación, que es única en España, diferentes diseños y materiales de cascos, y se han sometido a mediciones de presión sobre el casco y la espalda del ciclista, según ha informado hoy la Universidad de Granada.
El objetivo de estas pruebas es verificar el rendimiento aerodinámico de los cascos, además de visualizar el flujo y grabar con cámaras de alta velocidad, todo ello con el objetivo de mejorar el rendimiento en las pruebas contrarreloj.
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El casquete polar antártico tiene 33,6 millones de años

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, se publica en la revista ‘Science’.
Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a sólo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.
La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas.
La investigadora del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada) Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica que «el registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos, y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».
El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.
Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas.
Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global». Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad.
No obstante, la investigadora del CSIC considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».
Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contienen comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

 

Leer más: El casquete polar antártico tiene 33,6 millones de años http://www.teinteresa.es/tierra/CASQUETE-POLAR-ANTARTICO-MILLONES-ANOS_0_903511631.html#WaQ12jLOCbqejQDr

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El casquete polar antártico tiene 33,6 millones de años

64519 El casquete de hielo continental antártico surgió por primera vez durante el Oligoceno hace 33,6 millones de años, según demuestran los datos de una expedición internacional liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El hallazgo, basado en la información contenida en sedimentos de hielo a distintas profundidades, se publica en la revista ‘Science’.
Antes de que el hielo se asentara sobre el continente antártico, la Tierra era un lugar cálido de clima tropical. En esta región, el plancton gozaba de gran diversidad hasta que la glaciación redujo estas poblaciones a sólo aquellas capaces de sobrevivir en el nuevo clima.
La expedición internacional Integrated Ocean Drilling Program ha obtenido esta información gracias a la historia paleoclimática que se conserva en los estratos de sedimento de las profundidades antárticas.
La investigadora del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada) Carlota Escutia, que ha liderado la expedición, explica que «el registro fósil de las comunidades de organismos dinoflagelados refleja una gran disminución y especialización de dichas especies que tuvo lugar al establecerse el casquete de hielos, y con él las estaciones marcadas por la formación y desaparición de la banquisa de hielos».
El origen del casquete polar continental antártico marca el inicio del funcionamiento de sus comunidades planctónicas que aún perdura en la actualidad. Dicha capa de hielo se asocia a su banquisa, que es la parte helada desaparece y reaparece en función de la estacionalidad del clima.
Según el artículo, la desaparición de esta banquisa cuando se acerca el verano antártico marca el aumento de la producción primaria de las comunidades plantónicas endémicas.
Al derretirse, el hielo libera los nutrientes acumulados en él, que son empleados por el plancton. Escutia indica que «este fenómeno tiene influencia sobre la dinámica de producción primaria global». Desde que el hielo tomase el continente antártico por primera vez y provocase la especialización de sus comunidades de dinoflagelados, dichas especies han ido cambiando y evolucionando hasta la actualidad.
No obstante, la investigadora del CSIC considera que «el gran cambio tuvo lugar en aquella época cuando las especies simplificaron sus formas y se vieron obligadas a adaptarse a las nuevas condiciones climáticas».
Los sedimentos pertenecientes a la época previa a la glaciación contienen comunidades de dinoflagelados muy diversas, con morfologías estrelladas, hasta que la aparición del hielo hace 33,6 millones de años limitó su diversidad y sometió su actividad a la nueva estacionalidad del clima.

 

Leer más: El casquete polar antártico tiene 33,6 millones de años http://www.teinteresa.es/tierra/CASQUETE-POLAR-ANTARTICO-MILLONES-ANOS_0_903511631.html#WaQ12jLOCbqejQDr

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Identifican qué especies animales pueden transmitir más enfermedades al hombre usando herramientas matemáticas

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter.

Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la revista ‘PNAS’, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada (UGR), es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades», informa la UGR en un comunicado.

Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en ‘PNAS’, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos.

«La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

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Identifican qué especies animales pueden transmitir más enfermedades al hombre usando herramientas matemáticas

64574 Científicos españoles y estadounidenses han logrado identificar cuáles son las especies animales que más enfermedades pueden transmitir a los humanos utilizando herramientas matemáticas similares a las que se emplean en el estudio de redes sociales como Facebook o Twitter.

Su trabajo, que se publica esta semana en el último número de la revista ‘PNAS’, ha descrito cómo reaccionan los primates con sus parásitos, que transmiten al hombre enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla o el sida, y podría ser un importante hallazgo para predecir qué especies animales tienen más probabilidad de ser el origen de futuras pandemias.

José María Gómez, profesor del Departamento de Ecología de la Universidad de Granada (UGR), es el autor principal de esta investigación, en la que también participan Charles L. Nunn, de la Universidad de Cambridge (Massachussets, Estados Unidos), y Miguel Verdú, del Centro de Investigaciones sobre Desertificación de Valencia (CSIC). Su trabajo propone un criterio de identificación de agentes transmisores de enfermedades, basado en métricas de redes complejas similares a las usadas para estudiar las redes sociales.

Como explica Gómez, «la mayoría de las enfermedades emergentes en humanos son zoonóticas, es decir, son transmitidas al ser humano por los animales. Poder identificar con suficiente antelación aquellas especies animales con alto riesgo de convertirse en potentes transmisores de enfermedades emergentes es vital para el desarrollo de campañas de control y vigilancia de dichas enfermedades», informa la UGR en un comunicado.

Para llevar a cabo el estudio, los científicos construyeron una red donde cada nodo era una de las aproximadamente 150 especies de primates no humanos para las que hay suficiente información sobre su fauna parasitaria. «Cada especie de primate se conectaba con el resto de primates en función del número de parásitos que compartían. Una vez construida, examinamos la posición de cada primate en dicha red, si central o periférica. Un primate es central en la red cuando está conectado de forma intensa con muchos otros primates que, a su vez, están muy conectados», apunta el investigador de la UGR.

En el artículo publicado en ‘PNAS’, los investigadores han descubierto que lo primates más centrales estarían más capacitados para transmitir parásitos a otras especies, y por ende al ser humano que los demás. «Esto es análogo a la idea, en redes sociales, de páginas web que por ser centrales y estar vinculadas a muchas otras páginas, distribuyen su información a todos los confines de la red», apunta José María Gómez.

Los investigadores han confirmado su hipótesis relacionando el valor de centralidad obtenido para cada primate con el número de patógenos emergentes compartidos con el ser humano. Y, efectivamente, encontraron que los primates más centrales eran aquellos que comparten con el ser humano más patógenos emergentes.

En definitiva, este estudio propone un criterio sencillo para detectar potenciales agentes zoonóticos transmisores de enfermedades emergentes a humanos: la centralidad de dichos agentes en las redes de interacciones que mantienen con sus parásitos.

«La única información necesaria para construir dichas redes es la diversidad y tipo de parásitos alojados en cada hospedador, una información que está ya disponible para muchos organismos zoonóticos. Por este motivo, pensamos que nuestra aproximación será útil para el desarrollo de planes de vigilancia temprana de las enfermedades emergentes en humanos», concluye Gómez.

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La mejor microfotografía de 2013 es española

64622 La reconstrucción microtomográfica, realizada por el profesor del departamento de Zoología Javier Alba Tercedor, muestra imágenes del interior del cuerpo de la mosca común con un nivel de detalle como nunca hasta la fecha se había logrado obtener. Conseguirla ha sido posible gracias a un microtomografo Skyscan 1172, que permite obtener resoluciones de 1.4 µm (micras) por pixel, lo que hace posible escanear pequeños animales a una alta resolución. La tomografía es una técnica no invasiva, que en el caso de la micro-CT permite obtener grandes resoluciones y, al no alterar en modo alguno las muestras, facilita estudiar ejemplares valiosos sin producirles ningún daño.

Como explica el profesor Alba-Tercedor, para obtener este tipo de imágenes «es necesario tomar varios miles de radiografias». Para ello, se coloca el animal que estamos estudiando en una plataforma que va girando, tomando radiografías con una cadencia que varía según la calidad que se requiera. En la mayoria de los casos las radiografías se toman cada 0.1 grados, de manera que si se rota 180 grados se toman un total de 1.800 imágenes que, tras ser procesadas con un sofware especial, permiten obtener unos resultados inimaginables hasta la fecha. Asimismo, con estos aumentos es necesario escanear el animal en varias partes y unirlas posteriormente mediante el software apropiado.

Javier Alba trabaja en la actualidad en una novedosa línea de investigación: la aplicación del uso de la microtomografía en estudios zoológicos. Su trabajo ha permitido, por ejemplo, estudiar los huevos de insectos cuya longitud, en algunos casos, es inferior a una décima de milímetro. Para ello se ha utilizado un aditamento que permite convertir un microscopio electrónico de barrido en un microtomógrafo de alta resolución (inferior a 500 µm por pixel).

«Este nivel de precisión nos permite estudiar no sólo la estructura externa, sino también evidenciar y estudiar el embrión y su desarrollo, sin tener que hacer cortes histológicos reales», apunta el investigador. Además, las imagenes y los modelos tridimensionales (volume renderings) creados a partir de las imágenes generadas por el microtomógrafo, permiten desarrollar «una nueva forma de enseñanza, en la que los alumnos pueden realizar por sí mismos disecciones virtuales de animales sin necesidad de sacrificarlos, como se venía haciendo hasta ahora».

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