Una selección de esculturas de vidrio y metal procedentes de la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada podrá verse desde el 20 de marzo hasta el 17 de abril en la Sala Zaida de Fundación Caja Rural.
‘El fuego es para siempre’ es una exposición de obras que se agrupan en torno a un concepto: la inmortalidad. Se trata de una evocación a través de las industrias que el fuego fragua, manifestaciones del bronce, del metal forjado, del vidrio o del cristal, que protagonizan un relato imprescindible vinculado a un gran caudal expresivo que a modo de metáforas independientes mantienen una atrayente relación simbólica entre sí y hablan de un conjunto de experiencias estéticas sobre el lenguaje y los sentidos.
La exposición, organizada por la UGR y Fundación Caja Rural, tiene como denominador común el fuego, utilizado como herramienta para manipular dos materiales, el metal y el vidrio, opuestos en su fragilidad, pero con resultados escultóricos infinitos. Algunos de los autores que ahora muestran su obra en la Sala Zaida son hoy en día firmas de reconocido prestigio como Miguel Fuentes del Olmo, Alejandro Gorafe, Juan Ansótegui, Fernando Bayón, Ángel García Roldán, José Antonio Castro Vílchez o Santiago Vera. Veintiún artistas en total cuya obra se ha reunido por primera vez en una original muestra comisariada por el director del departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes, Antonio Martínez Villa, y coordinada por el Director de la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada, Francisco José Sánchez Montalbán.
Varias de estas piezas han llegado a formar parte de esta colección mediante la donación directa de sus autores, otras, sin embargo, son premios ‘Alonso Cano’, un reconocimiento a la creación artística organizado anualmente por la Facultad de Bellas Artes. En este caso, las obras premiadas pasan a ser propiedad de la Universidad de Granada.
La muestra pretende que los procedimientos relacionados con el fuego estén presentes y que la materialidad originada por las distintas propuestas sea, en parte, el discurso de su narrativa grupal. ‘El fuego es para siempre’ quiere, por tanto, ofrecer una mirada a algunas de las esculturas más interesantes en vidrio y metal que alberga la Universidad de Granada, formulando un discurso sobre la diversidad y el dinamismo de lo escultórico en un momento donde las manifestaciones artísticas se enmarcan tanto en una narrativa individual, en la fuerza de la innovación formal, como quizá, en la manifiesta tendencia a las conductas comprometidas con las situaciones sociales contemporáneas.
Las temáticas son tan variadas como sorprendentes: asientos imposibles, flores de metal sobre un mar de cristal, exvotos de plata sobre un cuerpo desnudo, vidrios reutilizados, geométricas abstracciones de planchas de metal puro, etc., que se convierten en poéticas de la perdurabilidad, en instancias para la eternidad, en alegorías de una fragua antigua que embiste al tiempo y a la memoria.