El prestigioso psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci (Frato) abrirá las “Jornadas de infancia y ciudad: soñamos Melilla”

  • Se celebrarán en el Campus de la UGR, del 19 al 21 de febrero de 2013, organizadas por la delegación en Melilla del Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo (CICODE) y Melilla ConBici
  • La inscripción ha de realizarse a través del enlace: http://sl.ugr.es/03qo

El prestigioso psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci (Frato) abrirá las “Jornadas de infancia y ciudad: soñamos Melilla”, que se celebrarán, por las tardes, del 19 al 21 de febrero de 2013 en el Campus de la UGR (Salón de Actos, día 19, y Salón de Grados, días 20 y 21), organizadas por la Delegación en Melilla del Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo (CICODE) y Melilla ConBici.

Como en todas las actividades del CICODE, la entrada es libre y gratuita, si bien para obtener el certificado de asistencia los interesados deberán asistir al menos al 80% de las sesiones y abonar una cuota simbólica de 5 euros (que se destinará a adquirir juguetes para niñas menores de 5 años, en desventaja social). La inscripción ha de realizarse a través del enlace: http://sl.ugr.es/03qo

Programa

Martes, 19 de febrero

  • 16.00 a 16.45 horas: Inauguración oficial.
  • 16.45 a 17.45 horas: Francesco Tonucci: “La autonomía de movimiento de niñas y niños”. Posterior debate y descanso de 15 minutos respectivamente.
  • 18.15 a 19.15 horas: Marius Navazo: “De la ciudad del tráfico a la ciudad hogar”. Posterior debate de 15 minutos.

Miércoles, 20 de febrero

  • 16.00 a 17.00 horas: José Luis Cañavate: “Movilidad Sostenible para todos. Un plan”. Posterior debate de 15 minutos.
  • 17.15 a 18.00 horas: Karima Soliman: “Soñamos nuestra ciudad: ideas de niños y niñas sobre Melilla”. Posterior debate de 15 minutos.
  • 18.15 a 19.15 horas: Marta Román: “Camino escolar, un atajo para alcanzar la ciudad soñada”. Posterior debate de 15 minutos.

Jueves, 21 de febrero

  • 16.00 a 17.00 horas: Juan B. Martínez: “La ciudad como currículo: participando en aulas de secundarias sin paredes”. Posterior debate de 15 minutos.
  • 17.15 a 18.00 horas: Eduardo Fernández: “Recuperar la ciudad como espacio público”. Posterior debate y descanso de 15 minutos respectivamente.
  • 18.30 a 19.15 horas: Elvira Molina: “Crecer participando desde la Educación Infantil”. Posterior debate de 15 minutos.

Paralelamente, se organizarán actividades culturales diarias, de 19.30 a 20.00 horas, con el fin de tener un espacio donde continuar las Jornadas en un ambiente menos formal.

Más información:
cicodemelilla@ugr.es
http://cicode.ugr.es/pages/campus_melilla
http://icufop.ugr.es
https://www.facebook.com/pages/Campus-de-Melilla-de-la-Universidad-de-Granada/203434119718337
https://www.facebook.com/events/517605538259901/

Contacto: Profesor José Luis Villena Higueras. Delegado del CICODE en Melilla. Universidad de Granada. Tfns.: 952698787 y 952698776. Correo electrónico: cicodemelilla@ugr.es


Un estudio demuestra que, cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, tendemos a rechazar su dinero

  • Investigadores de las universidades de Granada y Friburgo (Alemania) y el University College London (Gran Bretaña) han realizado un estudio que revela que la gente está dispuesta, incluso, a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tienen una mala consideración

Una investigación realizada en las universidades de Granada, Friburgo (Alemania) y el University College London (Gran Bretaña) ha demostrado que, cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, rechazamos su dinero con mayor probabilidad, aunque nos haga una oferta que nos beneficie, porque la información social que tenemos sobre ella influye en nuestra decisión. Además, las personas están dispuestas, incluso, a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tienen una mala consideración.

Se trata de un artículo publicado en la revista Frontiers in Decision Neuroscience, para el que los investigadores trabajaron con dos grupos formados por 36 personas cada uno, de entre 18 y 27 años, todos ellos alumnos de la Universidad de Granada.

Para llevar a cabo este trabajo, sus autores emplearon un juego económico conocido como “Juego del Ultimátum”, en el que los participantes reciben ofertas sobre divisiones de sumas de dinero que les hace un compañero. Estas ofertas pueden ser justas (por ejemplo, dividir 10 euros en 5 para cada uno) o injustas (dividir 10 euros en 9 para mí y 1 para ti). La decisión racional, según los investigadores, sería aceptar todas las ofertas, “ya que aunque 1 euro de 10 sea injusto, sigue siendo dinero”, en palabras de María Ruz, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR.

Respuesta emocional negativa frente a la injusticia

Los investigadores encontraron, replicando estudios previos, que la mayoría de los participantes tendían a rechazar ofertas del tipo injusto, un efecto que parece mediado por una respuesta emocional negativa ante la injusticia. María Ruz afirma que este trabajo muestra que “la opinión que tenemos sobre aspectos morales de las personas con las que interactuamos también hace que aceptemos o rechacemos las ofertas de dinero que nos hacen”. De este modo, si tenemos una buena opinión de la otra persona, aceptamos más veces su dinero que si no la tenemos. “Por otro lado, si tenemos una mala opinión de alguien, rechazamos su dinero con mayor probabilidad. Ambas cosas ocurren tanto para ofertas justas como para las injustas”, destaca la autora.

Durante la realización de este estudio, además, “la gente se estaba jugando dinero real (se les pagaba más cuanto más ofertas aceptaban)”. Los resultados, por lo tanto, son contraintuitivos, “pero es lo que encontramos: estamos dispuestos a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tenemos una mala opinión”, concluyen las autoras.

Referencia bibliográfica:
Social information and economic decision-making in the ultimatum game
Celia Gaertig, Anna Moser, Sonia Alguacil and María Ruz
Front. Neurosci., 06 July 2012 | doi: 10.3389/fnins.2012.00103

El artículo está disponible en el siguiente enlace:

http://www.frontiersin.org/Decision_Neuroscience/10.3389/fnins.2012.00103/full

Contacto: María Ruz
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC)
Departamento de Psicología Experimental
Universidad de Granada
Teléfono: 958 246240
Correo electrónico: mruz@ugr.es
Web: http://www.ugr.es/~mruz

 


Un estudio demuestra que, cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, tendemos a rechazar su dinero

  • Investigadores de las universidades de Granada y Friburgo (Alemania) y el University College London (Gran Bretaña) han realizado un estudio que revela que la gente está dispuesta, incluso, a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tienen una mala consideración

Una investigación realizada en las universidades de Granada, Friburgo (Alemania) y el University College London (Gran Bretaña) ha demostrado que, cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, rechazamos su dinero con mayor probabilidad, aunque nos haga una oferta que nos beneficie, porque la información social que tenemos sobre ella influye en nuestra decisión. Además, las personas están dispuestas, incluso, a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tienen una mala consideración.

Se trata de un artículo publicado en la revista Frontiers in Decision Neuroscience, para el que los investigadores trabajaron con dos grupos formados por 36 personas cada uno, de entre 18 y 27 años, todos ellos alumnos de la Universidad de Granada.

Para llevar a cabo este trabajo, sus autores emplearon un juego económico conocido como “Juego del Ultimátum”, en el que los participantes reciben ofertas sobre divisiones de sumas de dinero que les hace un compañero. Estas ofertas pueden ser justas (por ejemplo, dividir 10 euros en 5 para cada uno) o injustas (dividir 10 euros en 9 para mí y 1 para ti). La decisión racional, según los investigadores, sería aceptar todas las ofertas, “ya que aunque 1 euro de 10 sea injusto, sigue siendo dinero”, en palabras de María Ruz, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR.

Respuesta emocional negativa frente a la injusticia

Los investigadores encontraron, replicando estudios previos, que la mayoría de los participantes tendían a rechazar ofertas del tipo injusto, un efecto que parece mediado por una respuesta emocional negativa ante la injusticia. María Ruz afirma que este trabajo muestra que “la opinión que tenemos sobre aspectos morales de las personas con las que interactuamos también hace que aceptemos o rechacemos las ofertas de dinero que nos hacen”. De este modo, si tenemos una buena opinión de la otra persona, aceptamos más veces su dinero que si no la tenemos. “Por otro lado, si tenemos una mala opinión de alguien, rechazamos su dinero con mayor probabilidad. Ambas cosas ocurren tanto para ofertas justas como para las injustas”, destaca la autora.

Durante la realización de este estudio, además, “la gente se estaba jugando dinero real (se les pagaba más cuanto más ofertas aceptaban)”. Los resultados, por lo tanto, son contraintuitivos, “pero es lo que encontramos: estamos dispuestos a perder dinero con tal de no aceptarlo de personas de las que tenemos una mala opinión”, concluyen las autoras.

Referencia bibliográfica:
Social information and economic decision-making in the ultimatum game
Celia Gaertig, Anna Moser, Sonia Alguacil and María Ruz
Front. Neurosci., 06 July 2012 | doi: 10.3389/fnins.2012.00103

El artículo está disponible en el siguiente enlace:

http://www.frontiersin.org/Decision_Neuroscience/10.3389/fnins.2012.00103/full

Contacto: María Ruz
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC)
Departamento de Psicología Experimental
Universidad de Granada
Teléfono: 958 246240
Correo electrónico: mruz@ugr.es
Web: http://www.ugr.es/~mruz

 


Bacterias a la carta para depurar agua

Investigadores del departamento de Microbiología y de Ingeniería Civil de la Universidad de Granada han configurado biorreactores de bajo coste que depuran aguas residuales e industriales, seleccionando bacterias a la carta, en función del contaminante que se quiera eliminar

En un estudio publicado en la revista Bioresource Technology, los científicos han demostrado el desarrollo de biopelículas microbianas específicas cuando modificaban las características técnicas del soporte donde se desarrollan, consiguiéndose la optimización de los procesos de depuración. Los expertos han comprobado que se pueden configurar biorreactores adecuados para cada tipo de residuo, ya que los microorganismos acaban adaptándose a las condiciones ambientales que les definen.

«Hemos analizado los cambios de microorganismos en función del diseño del reactor y cuando los ‘forzamos’ a que descontaminen nitrógeno, por ejemplo, se adaptan al medio. Así se puede alcanzar una potencialidad casi ilimitada para degradar cualquier compuesto, si ajustamos las condiciones ambientales», explica en una nota a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Granada Jesús González-López.

Para lograr esta especialización de las bacterias, los investigadores tuvieron que estudiar los tipos de microorganismos existentes en el reactor y cómo iban respondiendo a los cambios ambientales para un contaminante concreto.

Este conocimiento permite el desarrollo de biorreactores a la carta, es decir, sistemas biológicos de bajo coste adaptados a cada contaminante. Otra de las novedades del estudio es la aplicación de técnicas moleculares al estudio de las poblaciones microbianas.

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Bacterias a la carta para depurar agua

Investigadores del departamento de Microbiología y de Ingeniería Civil de la Universidad de Granada han configurado biorreactores de bajo coste que depuran aguas residuales e industriales, seleccionando bacterias a la carta, en función del contaminante que se quiera eliminar

En un estudio publicado en la revista Bioresource Technology, los científicos han demostrado el desarrollo de biopelículas microbianas específicas cuando modificaban las características técnicas del soporte donde se desarrollan, consiguiéndose la optimización de los procesos de depuración. Los expertos han comprobado que se pueden configurar biorreactores adecuados para cada tipo de residuo, ya que los microorganismos acaban adaptándose a las condiciones ambientales que les definen.

«Hemos analizado los cambios de microorganismos en función del diseño del reactor y cuando los ‘forzamos’ a que descontaminen nitrógeno, por ejemplo, se adaptan al medio. Así se puede alcanzar una potencialidad casi ilimitada para degradar cualquier compuesto, si ajustamos las condiciones ambientales», explica en una nota a la Fundación Descubre el investigador de la Universidad de Granada Jesús González-López.

Para lograr esta especialización de las bacterias, los investigadores tuvieron que estudiar los tipos de microorganismos existentes en el reactor y cómo iban respondiendo a los cambios ambientales para un contaminante concreto.

Este conocimiento permite el desarrollo de biorreactores a la carta, es decir, sistemas biológicos de bajo coste adaptados a cada contaminante. Otra de las novedades del estudio es la aplicación de técnicas moleculares al estudio de las poblaciones microbianas.

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Las drogas son una verdadera amenaza para la vida sexual

Mucho se ha investigado sobre cómo afectan las drogas y su consumo prolongado a diferentes facetas de la salud física, mental y cognitiva, pero lo cierto es que éstas también repercuten en otra área importante de nuestra vida: la sexual. Y además, en ella, sus secuelas siguen estando presentes incluso años después de haberlas olvidado para siempre.
Así lo asegura un estudio publicado recientemente en la revista científica norteamericana «Journal of Sexual Medicine» que revela que las drogas empeoran el funcionamiento sexual de los varones y sus efectos persisten incluso después de años de abstinencia, hecho que contradice otras investigaciones que mantenían que, a las tres semanas de abandonar el consumo, el funcionamiento sexual volvía espontáneamente a su nivel normal.
La heroína, la más perjudicial
Este estudio, elaborado por profesores de la Universidad de Granada y Santo Tomás (Colombia), y con la participación de nueve instituciones de rehabilitación de drogodependientes (ACLAD, CAD de Arganzuela, CAD San Blas, Institut de Neuropsiquiatria i Addiccions del Parc de Salut Mar-Hospital del Mar, Fundación Noray-Proyecto Hombre Alicante, UMAD, Proxecto Home Galicia, Proyecto Hombre Granada y el «Cortijo Buenos Aires») evaluó el funcionamiento sexual de 905 varones, de los cuales 550 estaban diagnosticados de dependencia a seis tipos de consumo preferente: alcohol, cocaína, cocaína y alcohol, heroína, marihuana y speedball (heroína+cocaína) y resultó ser la heroína la sustancia que más afectaba a la función sexual. «La heroína es la droga que parece verse relacionada con las mayores dificultades sexuales y el alcohol, la que más afecta a la capacidad eréctil», aseguró Pablo Vallejo, profesor e investigador en la Universidad Santo Tomás de Colombia y uno de los autores principales del estudio. En cambio, no pasa con lo mismo con la marihuana. «Socialmente es una droga mejor considerada y además no tiene tanto impacto social como la heroína, parece ser la que menos está afectando a distintas áreas del funcionamiento sexual». Otra de las relevancias importantes es que el alcohol, en grandes cantidades, es la droga que más repercute en la capacidad eréctil.
Un aderezo sexual muy fuerte
Pero la historia del consumo de drogas no es nueva y quizá su comienzo date de mucho antes de lo que nos imaginamos. Según los especialistas los primeros indicios del consumo de drogas como aderezante del sexo se remontan a la época del antiguo Egipto y del imperio Romano. Lo que ha cambiado, evidentemente, es el contexto, las sustancias y los lugares para su consumo porque actualmente las drogas se siguen utilizando «muy comúnmente» con fines sexuales.
Una investigación realizada en el año 2010 a más de 300 varones drogodependientes, por los mismos investigadores de este estudio, mostraba que casi el 70% afirmó haber consumido alguna vez drogas para mejorar el disfrute de sus relaciones sexuales y el 80% dijo haberlas tomado para obtener una relación sexual, es decir, para desinhibirse. En estos casos, la droga más consumida era la cocaína, seguida del alcohol.
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Las drogas son una verdadera amenaza para la vida sexual

Mucho se ha investigado sobre cómo afectan las drogas y su consumo prolongado a diferentes facetas de la salud física, mental y cognitiva, pero lo cierto es que éstas también repercuten en otra área importante de nuestra vida: la sexual. Y además, en ella, sus secuelas siguen estando presentes incluso años después de haberlas olvidado para siempre.
Así lo asegura un estudio publicado recientemente en la revista científica norteamericana «Journal of Sexual Medicine» que revela que las drogas empeoran el funcionamiento sexual de los varones y sus efectos persisten incluso después de años de abstinencia, hecho que contradice otras investigaciones que mantenían que, a las tres semanas de abandonar el consumo, el funcionamiento sexual volvía espontáneamente a su nivel normal.
La heroína, la más perjudicial
Este estudio, elaborado por profesores de la Universidad de Granada y Santo Tomás (Colombia), y con la participación de nueve instituciones de rehabilitación de drogodependientes (ACLAD, CAD de Arganzuela, CAD San Blas, Institut de Neuropsiquiatria i Addiccions del Parc de Salut Mar-Hospital del Mar, Fundación Noray-Proyecto Hombre Alicante, UMAD, Proxecto Home Galicia, Proyecto Hombre Granada y el «Cortijo Buenos Aires») evaluó el funcionamiento sexual de 905 varones, de los cuales 550 estaban diagnosticados de dependencia a seis tipos de consumo preferente: alcohol, cocaína, cocaína y alcohol, heroína, marihuana y speedball (heroína+cocaína) y resultó ser la heroína la sustancia que más afectaba a la función sexual. «La heroína es la droga que parece verse relacionada con las mayores dificultades sexuales y el alcohol, la que más afecta a la capacidad eréctil», aseguró Pablo Vallejo, profesor e investigador en la Universidad Santo Tomás de Colombia y uno de los autores principales del estudio. En cambio, no pasa con lo mismo con la marihuana. «Socialmente es una droga mejor considerada y además no tiene tanto impacto social como la heroína, parece ser la que menos está afectando a distintas áreas del funcionamiento sexual». Otra de las relevancias importantes es que el alcohol, en grandes cantidades, es la droga que más repercute en la capacidad eréctil.
Un aderezo sexual muy fuerte
Pero la historia del consumo de drogas no es nueva y quizá su comienzo date de mucho antes de lo que nos imaginamos. Según los especialistas los primeros indicios del consumo de drogas como aderezante del sexo se remontan a la época del antiguo Egipto y del imperio Romano. Lo que ha cambiado, evidentemente, es el contexto, las sustancias y los lugares para su consumo porque actualmente las drogas se siguen utilizando «muy comúnmente» con fines sexuales.
Una investigación realizada en el año 2010 a más de 300 varones drogodependientes, por los mismos investigadores de este estudio, mostraba que casi el 70% afirmó haber consumido alguna vez drogas para mejorar el disfrute de sus relaciones sexuales y el 80% dijo haberlas tomado para obtener una relación sexual, es decir, para desinhibirse. En estos casos, la droga más consumida era la cocaína, seguida del alcohol.
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Los pediatras advierten de los afectos adversos de la medicalización en la salud de los niños

La medicalización es el proceso por el cual algunas situaciones de la vida diaria se transforman en problemas médicos y se etiqueta a los pacientes según una enfermedad innecesariamente.

En el caso de los niños, esto puede suponer a la larga que dependan en exceso del sistema sanitario y se vean estigmatizados y perciban mal su enfermedad. En ese sentido, la doctora Carmen Martínez González, pediatra de Atención Primaria (AP) de Madrid, ha señalado en el 10º Curso de Actualización de Pediatría de AP, organizado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que la medicalización «es un acto médico inapropiado e innecesario, que no mejora la calidad de vida del niño, aportando solo una explicación a un problema en términos médicos».

Esta doctora afirma que puede llevar también a la sobreprotección de los niños, y que estos pueden verse como más enfermos de lo que realmente están, por lo que es fundamental fomentar el autocuidado y la tolerancia frente a muchos problemas que no llegan ser enfermedades.

Además, señala esta experta, ocasiona gastos para el sistema sanitario e inversión de tiempo y dedicación para la familia porque algunos hallazgos casuales obligan a continuar realizando estudios. Esta tendencia y la prisa por el diagnóstico precoz pueden llevar a transformar muchos problemas que son personales, educativos y sociales en problemas médicos.

Para la Dra. Martínez González, etiquetar al niño con una enfermedad de manera innecesaria puede tener un impacto negativo sobre su salud mental o su desarrollo evolutivo, y frenar sus recursos individuales y colectivos: «el niño no sólo está creciendo en términos biológicos, sino construyendo una subjetividad que puede organizarse de forma defensiva, ocultando su verdadera manera de ser, para adaptarse y organizar su personalidad frente a un diagnóstico innecesario, que le marca como diferente y no precisamente mejor».

Por todo ello la pediatra recuerda la importancia del uso del lenguaje médico, que no debe alarmar, sino tener un efecto terapéutico y normalizador.

La contaminación ambiental perjudica la salud respiratoria infantil

Otro de los temas que se han tratado en el 10º Curso de Actualización de Pediatría de AP de la AEPap es la contaminación ambiental y cómo afecta a la salud respiratoria de la población infantil. Se ha demostrado que algunos compuestos químicos, contaminantes ambientales, pueden afectar a la salud de los niños cuando estos se exponen a ellos a través del aire, el agua, el suelo o los alimentos. La exposición infantil a estos contaminantes ha contribuido a un cambio en las patologías pediátricas y al incremento en la incidencia de algunas enfermedades crónicas como el Asma y la alergia.

Así, hoy en día, aproximadamente una cuarta parte de la carga global de estas enfermedades puede ser atribuida a factores ambientales y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños menores de cinco años soportan más del 40% de ella.

Según la doctora Marieta Fernández Cabrera, profesora en la Universidad de Granada, los niños son especialmente vulnerables por su inmadurez anatómica y fisiológica: «la incidencia de patologías como el asma, las dificultades en el aprendizaje, las malformaciones congénitas y el cáncer han aumentado en la población infantil de forma paralela al desarrollo económico».

Así, se ha demostrado que este tipo de contaminación está relacionada con una disminución de la función pulmonar y/o un incremento de las afecciones respiratorias, como el asma y las alergias, o con efectos adversos al nacimiento o alteraciones del desarrollo neurocognitivo. Según la experta, «las enfermedades alérgicas se han multiplicado por cuatro en los últimos 30 años, y se calcula que actualmente el 25% de los niños desarrollan alguna en algún momento de su crecimiento».

En ese sentido, el proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA), financiado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), está estudiando el efecto de los contaminantes ambientales más importantes durante el embarazo y el inicio de la vida.

Los resultados de INMA muestran que la población infantil general española está expuesta de manera inadvertida a múltiples compuestos químicos, tanto durante su desarrollo fetal como en los primeros años de su vida, lo que podría tener consecuencias adversas sobre su salud.

Por ejemplo, una mayor concentración sanguínea de diclorodifenildicloroetileno (DDE), un contaminante persistente que puede transportarse por el aire, durante el embarazo incrementa en los hijos el riesgo de infecciones de las vías respiratorias bajas y sibilancias (el sonido que hace el aire al pasar por las vías estrechadas) durante el primer año de vida.

El seguimiento de la cohorte permitirá investigar efectos a largo plazo de exposiciones tempranas y por tanto actuar preventivamente aconsejando actitudes y hábitos de menor riesgo en nuestra sociedad.

Mientras tanto, la doctora Fernández Cabrera sugiere que «se deberían hacer públicos los riesgos que pueden tener la exposición a determinados contaminantes ambientales sobre la salud de la población infantil».

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria se constituye como una Federación de Asociaciones de Pediatras que trabajan en Atención Primaria (AP), de carácter científico y profesional, sin fines lucrativos, que representa a más de 3.000 pediatras de AP en el estado español.

En su seno se encuentran diferentes Grupos de Trabajo sobre diversas materias (Grupo de Prevención en la Infancia y Adolescencia, Grupo de Vías Respiratorias, Pediatría Basada en la Evidencia, Docencia MIR, Cooperación Internacional, Patología del Sueño infanto-juvenil, Grupo de Investigación, Grupo Profesional, Trastorno por déficit de atención e hiperactividad y Grupo de Educación para la Salud).

Los objetivos principales de esta Asociación son: promover el desarrollo de la Pediatría en la Atención Primaria, buscar el máximo estado de salud del niño y del adolescente, promocionar su salud, prevenir la enfermedad y facilitar su recuperación en caso de contraerla, fomentar y ejercer la docencia sobre Pediatría de Atención Primaria del pregraduado y postgraduado (Médicos Residentes de Pediatría, Médicos Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y profesionales del ámbito de la Atención Primaria), fomentar y ejercer la investigación, coordinar los diferentes programas sanitarios relacionados con el niño, recoger los problemas e inquietudes relacionados con el ejercicio de la Pediatría de Atención Primaria y representar los intereses de sus socios en el marco de las leyes y ante los distintos organismos (Administraciones Públicas Sanitarias y Docentes, otros órganos o entidades Nacionales o Internacionales), y coordinar con otras asociaciones similares (regionales, nacionales o internacionales) actividades y proyectos encaminados a la mejora de la Pediatría en Atención Primaria.

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Los pediatras advierten de los afectos adversos de la medicalización en la salud de los niños

La medicalización es el proceso por el cual algunas situaciones de la vida diaria se transforman en problemas médicos y se etiqueta a los pacientes según una enfermedad innecesariamente.

En el caso de los niños, esto puede suponer a la larga que dependan en exceso del sistema sanitario y se vean estigmatizados y perciban mal su enfermedad. En ese sentido, la doctora Carmen Martínez González, pediatra de Atención Primaria (AP) de Madrid, ha señalado en el 10º Curso de Actualización de Pediatría de AP, organizado por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que la medicalización «es un acto médico inapropiado e innecesario, que no mejora la calidad de vida del niño, aportando solo una explicación a un problema en términos médicos».

Esta doctora afirma que puede llevar también a la sobreprotección de los niños, y que estos pueden verse como más enfermos de lo que realmente están, por lo que es fundamental fomentar el autocuidado y la tolerancia frente a muchos problemas que no llegan ser enfermedades.

Además, señala esta experta, ocasiona gastos para el sistema sanitario e inversión de tiempo y dedicación para la familia porque algunos hallazgos casuales obligan a continuar realizando estudios. Esta tendencia y la prisa por el diagnóstico precoz pueden llevar a transformar muchos problemas que son personales, educativos y sociales en problemas médicos.

Para la Dra. Martínez González, etiquetar al niño con una enfermedad de manera innecesaria puede tener un impacto negativo sobre su salud mental o su desarrollo evolutivo, y frenar sus recursos individuales y colectivos: «el niño no sólo está creciendo en términos biológicos, sino construyendo una subjetividad que puede organizarse de forma defensiva, ocultando su verdadera manera de ser, para adaptarse y organizar su personalidad frente a un diagnóstico innecesario, que le marca como diferente y no precisamente mejor».

Por todo ello la pediatra recuerda la importancia del uso del lenguaje médico, que no debe alarmar, sino tener un efecto terapéutico y normalizador.

La contaminación ambiental perjudica la salud respiratoria infantil

Otro de los temas que se han tratado en el 10º Curso de Actualización de Pediatría de AP de la AEPap es la contaminación ambiental y cómo afecta a la salud respiratoria de la población infantil. Se ha demostrado que algunos compuestos químicos, contaminantes ambientales, pueden afectar a la salud de los niños cuando estos se exponen a ellos a través del aire, el agua, el suelo o los alimentos. La exposición infantil a estos contaminantes ha contribuido a un cambio en las patologías pediátricas y al incremento en la incidencia de algunas enfermedades crónicas como el Asma y la alergia.

Así, hoy en día, aproximadamente una cuarta parte de la carga global de estas enfermedades puede ser atribuida a factores ambientales y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los niños menores de cinco años soportan más del 40% de ella.

Según la doctora Marieta Fernández Cabrera, profesora en la Universidad de Granada, los niños son especialmente vulnerables por su inmadurez anatómica y fisiológica: «la incidencia de patologías como el asma, las dificultades en el aprendizaje, las malformaciones congénitas y el cáncer han aumentado en la población infantil de forma paralela al desarrollo económico».

Así, se ha demostrado que este tipo de contaminación está relacionada con una disminución de la función pulmonar y/o un incremento de las afecciones respiratorias, como el asma y las alergias, o con efectos adversos al nacimiento o alteraciones del desarrollo neurocognitivo. Según la experta, «las enfermedades alérgicas se han multiplicado por cuatro en los últimos 30 años, y se calcula que actualmente el 25% de los niños desarrollan alguna en algún momento de su crecimiento».

En ese sentido, el proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA), financiado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), está estudiando el efecto de los contaminantes ambientales más importantes durante el embarazo y el inicio de la vida.

Los resultados de INMA muestran que la población infantil general española está expuesta de manera inadvertida a múltiples compuestos químicos, tanto durante su desarrollo fetal como en los primeros años de su vida, lo que podría tener consecuencias adversas sobre su salud.

Por ejemplo, una mayor concentración sanguínea de diclorodifenildicloroetileno (DDE), un contaminante persistente que puede transportarse por el aire, durante el embarazo incrementa en los hijos el riesgo de infecciones de las vías respiratorias bajas y sibilancias (el sonido que hace el aire al pasar por las vías estrechadas) durante el primer año de vida.

El seguimiento de la cohorte permitirá investigar efectos a largo plazo de exposiciones tempranas y por tanto actuar preventivamente aconsejando actitudes y hábitos de menor riesgo en nuestra sociedad.

Mientras tanto, la doctora Fernández Cabrera sugiere que «se deberían hacer públicos los riesgos que pueden tener la exposición a determinados contaminantes ambientales sobre la salud de la población infantil».

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria se constituye como una Federación de Asociaciones de Pediatras que trabajan en Atención Primaria (AP), de carácter científico y profesional, sin fines lucrativos, que representa a más de 3.000 pediatras de AP en el estado español.

En su seno se encuentran diferentes Grupos de Trabajo sobre diversas materias (Grupo de Prevención en la Infancia y Adolescencia, Grupo de Vías Respiratorias, Pediatría Basada en la Evidencia, Docencia MIR, Cooperación Internacional, Patología del Sueño infanto-juvenil, Grupo de Investigación, Grupo Profesional, Trastorno por déficit de atención e hiperactividad y Grupo de Educación para la Salud).

Los objetivos principales de esta Asociación son: promover el desarrollo de la Pediatría en la Atención Primaria, buscar el máximo estado de salud del niño y del adolescente, promocionar su salud, prevenir la enfermedad y facilitar su recuperación en caso de contraerla, fomentar y ejercer la docencia sobre Pediatría de Atención Primaria del pregraduado y postgraduado (Médicos Residentes de Pediatría, Médicos Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria y profesionales del ámbito de la Atención Primaria), fomentar y ejercer la investigación, coordinar los diferentes programas sanitarios relacionados con el niño, recoger los problemas e inquietudes relacionados con el ejercicio de la Pediatría de Atención Primaria y representar los intereses de sus socios en el marco de las leyes y ante los distintos organismos (Administraciones Públicas Sanitarias y Docentes, otros órganos o entidades Nacionales o Internacionales), y coordinar con otras asociaciones similares (regionales, nacionales o internacionales) actividades y proyectos encaminados a la mejora de la Pediatría en Atención Primaria.

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Bacterias para depurar aguas ‘a la carta’

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han seleccionado bacterias para configurar biorreactores de bajo coste que permitan depuran aguas residuales e industriales ‘a la carta’. El estudio, que publica la revista Bioresource Technology, ha demostrado que el desarrollo de biopelículas microbianas específicas consigue la optimización de los procesos de depuración.

Los expertos han comprobado que se pueden configurar biorreactores adecuados para cada tipo de residuo, ya que los microorganismos acaban adaptándose a las condiciones ambientales que les definen.

«Hemos analizado los cambios de microorganismos en función del diseño del reactor y cuando los ‘forzamos’ a que descontaminen nitrógeno, por ejemplo, se adaptan al medio. Así se puede alcanzar una potencialidad casi ilimitada para degradar cualquier compuesto, si ajustamos las condiciones ambientales», explica Jesús González-López, investigador de la UGR.

Para lograr esta especialización de las bacterias, los investigadores tuvieron que estudiar los tipos de microorganismos existentes en el reactor y cómo iban respondiendo a los cambios ambientales para un contaminante concreto.

«Analizamos cómo respondían ante diferentes compuestos, por ejemplo, un producto tóxico disuelto en el agua, planteando qué condiciones tendríamos que facilitar para conseguir que los microorganismos sobrevivieran y degradaran de forma selectiva a los contaminantes presentes. Utilizando un símil futbolístico, si las bacterias fuesen los jugadores, tienes que decidir los cambios oportunos para conseguir que el equipo funcione», ejemplifica el científico.

Aplicación de técnicas genéticas

Este conocimiento permite el desarrollo de biorreactores ‘a la carta’, es decir, sistemas biológicos de bajo coste adaptados a cada contaminante. Otra de las novedades del estudio es la aplicación de técnicas moleculares al estudio de las poblaciones microbianas. «Hasta ahora los experimentos se realizaban con técnicas convencionales, como el cultivo de microorganismos. Nosotros no los cultivamos, aislamos su ADN, su material genético, y caracterizamos su contenido biológico», apunta.

Estas técnicas genéticas detectan una mayor cantidad de microorganismos en el biorreactor. «El cultivo detecta tan sólo un 1 o 2 % de los organismos presentes en el sistema de depuración biológica. Con estos métodos moleculares identificamos la presencia de más especies. Es como si viéramos un largometraje y con los cultivos tan sólo veríamos el tráiler de la película», asegura González-López.

Hasta el momento los biorreactores se han probado a escala de planta piloto, los investigadores pretenden trasladar ahora los resultados a una depuradora real.

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Bacterias para depurar aguas ‘a la carta’

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han seleccionado bacterias para configurar biorreactores de bajo coste que permitan depuran aguas residuales e industriales ‘a la carta’. El estudio, que publica la revista Bioresource Technology, ha demostrado que el desarrollo de biopelículas microbianas específicas consigue la optimización de los procesos de depuración.

Los expertos han comprobado que se pueden configurar biorreactores adecuados para cada tipo de residuo, ya que los microorganismos acaban adaptándose a las condiciones ambientales que les definen.

«Hemos analizado los cambios de microorganismos en función del diseño del reactor y cuando los ‘forzamos’ a que descontaminen nitrógeno, por ejemplo, se adaptan al medio. Así se puede alcanzar una potencialidad casi ilimitada para degradar cualquier compuesto, si ajustamos las condiciones ambientales», explica Jesús González-López, investigador de la UGR.

Para lograr esta especialización de las bacterias, los investigadores tuvieron que estudiar los tipos de microorganismos existentes en el reactor y cómo iban respondiendo a los cambios ambientales para un contaminante concreto.

«Analizamos cómo respondían ante diferentes compuestos, por ejemplo, un producto tóxico disuelto en el agua, planteando qué condiciones tendríamos que facilitar para conseguir que los microorganismos sobrevivieran y degradaran de forma selectiva a los contaminantes presentes. Utilizando un símil futbolístico, si las bacterias fuesen los jugadores, tienes que decidir los cambios oportunos para conseguir que el equipo funcione», ejemplifica el científico.

Aplicación de técnicas genéticas

Este conocimiento permite el desarrollo de biorreactores ‘a la carta’, es decir, sistemas biológicos de bajo coste adaptados a cada contaminante. Otra de las novedades del estudio es la aplicación de técnicas moleculares al estudio de las poblaciones microbianas. «Hasta ahora los experimentos se realizaban con técnicas convencionales, como el cultivo de microorganismos. Nosotros no los cultivamos, aislamos su ADN, su material genético, y caracterizamos su contenido biológico», apunta.

Estas técnicas genéticas detectan una mayor cantidad de microorganismos en el biorreactor. «El cultivo detecta tan sólo un 1 o 2 % de los organismos presentes en el sistema de depuración biológica. Con estos métodos moleculares identificamos la presencia de más especies. Es como si viéramos un largometraje y con los cultivos tan sólo veríamos el tráiler de la película», asegura González-López.

Hasta el momento los biorreactores se han probado a escala de planta piloto, los investigadores pretenden trasladar ahora los resultados a una depuradora real.

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Bacterias para depurar aguas ‘a la carta’

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han seleccionado bacterias para configurar biorreactores de bajo coste que permitan depuran aguas residuales e industriales ‘a la carta’. El estudio, que publica la revista Bioresource Technology, ha demostrado que el desarrollo de biopelículas microbianas específicas consigue la optimización de los procesos de depuración.

Los expertos han comprobado que se pueden configurar biorreactores adecuados para cada tipo de residuo, ya que los microorganismos acaban adaptándose a las condiciones ambientales que les definen.

«Hemos analizado los cambios de microorganismos en función del diseño del reactor y cuando los ‘forzamos’ a que descontaminen nitrógeno, por ejemplo, se adaptan al medio. Así se puede alcanzar una potencialidad casi ilimitada para degradar cualquier compuesto, si ajustamos las condiciones ambientales», explica Jesús González-López, investigador de la UGR.

Para lograr esta especialización de las bacterias, los investigadores tuvieron que estudiar los tipos de microorganismos existentes en el reactor y cómo iban respondiendo a los cambios ambientales para un contaminante concreto.

«Analizamos cómo respondían ante diferentes compuestos, por ejemplo, un producto tóxico disuelto en el agua, planteando qué condiciones tendríamos que facilitar para conseguir que los microorganismos sobrevivieran y degradaran de forma selectiva a los contaminantes presentes. Utilizando un símil futbolístico, si las bacterias fuesen los jugadores, tienes que decidir los cambios oportunos para conseguir que el equipo funcione», ejemplifica el científico.

Aplicación de técnicas genéticas

Este conocimiento permite el desarrollo de biorreactores ‘a la carta’, es decir, sistemas biológicos de bajo coste adaptados a cada contaminante. Otra de las novedades del estudio es la aplicación de técnicas moleculares al estudio de las poblaciones microbianas. «Hasta ahora los experimentos se realizaban con técnicas convencionales, como el cultivo de microorganismos. Nosotros no los cultivamos, aislamos su ADN, su material genético, y caracterizamos su contenido biológico», apunta.

Estas técnicas genéticas detectan una mayor cantidad de microorganismos en el biorreactor. «El cultivo detecta tan sólo un 1 o 2 % de los organismos presentes en el sistema de depuración biológica. Con estos métodos moleculares identificamos la presencia de más especies. Es como si viéramos un largometraje y con los cultivos tan sólo veríamos el tráiler de la película», asegura González-López.

Hasta el momento los biorreactores se han probado a escala de planta piloto, los investigadores pretenden trasladar ahora los resultados a una depuradora real.

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