‘A propósito de Olóriz’: homenaje al científico granadino que revolucionó la identificación dactilar

La huella dactilar nos delata, no hacen falta nombres. Solo son necesarias las huellas de los dedos para identificar a una persona. Un método revolucionario, el Método Olóriz, que debemos al científico granadino Federico Olóriz. Uno de los miembros de la llamada ‘Generación de sabios’ al que la Universidad de Granada y el Parque de las Ciencias rinden homenaje con la exposición ‘A propósito de Olóriz’.

 La muestra, enmarcada en el Año Olóriz, que conmemora el centenario de su fallecimiento, presenta un recorrido por su figura, su vida y su aportación al desarrollo de la ciencia. Al mismo tiempo refleja cómo era la Granada de su época y otros aspectos personales como su entrañable amistad con el Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal.

Todo ello a través de objetos, manuscritos originales, fotografías, audiovisuales, agendas personales, cartas e instrumentos de medición procedentes del archivo que en 1954 la familia Olóriz entregó al Catedrático de la Anatomía Humana de la Universidad de Granada, Miguel Guirao Gea, y de los fondos de diferentes archivos universitarios, diocesanos y particulares.

La semblanza de Federico Olóriz se dibuja a medida que se recorre la exposición, en la que se descubre a la persona honrada, generosa y observadora y al científico minucioso, organizado hasta la obsesión y extremadamente inteligente. Comenzó la carrera de Medicina en Granada a los 14 años, consolidó la Antropología como ciencia gracias a trabajos y publicaciones como ‘Manual de Técnica Anatómica’ y ‘Distribución Geográfica del Índice Encefálico en España’, introdujo la identificación mediante huellas dactilares en España y fue miembro de algunas de las sociedades científicas españolas y europeas más importantes de la época.

También compartió una amistad especial con algunos de los científicos más importantes de la ciencia española como el Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal. Prueba de esta relación es una de las fotografías que se exponen, en la que ambos aparecen jugando al ajedrez durante el verano de 1898 en Miraflores de la Sierra, donde veraneaban las dos familias. También coincidieron en el ámbito académico, donde ambos compitieron en 1880 por la Cátedra de Anatomía de la Universidad de Granada y en 1883 Olóriz obtiene la de Madrid a la vez que Cajal obtiene la de Valencia. Recordando la primera, Cajal dijo de él: «Sólo había un contrincante que contrarrestaba y soslayaba habilidosamente mis asaltos, por la superioridad de su formación anatómica (nada vulgar), por la claridad y agudeza de su entendimiento y la hermosura incomparable de su palabra».

Este viaje por la vida y el trabajo científico de Olóriz está estructurado en diez áreas y pretende que la sociedad conozca a este destacado granadino y fomentar vocaciones científicas. La muestra es una idea original de la UGR, a instancias del Instituto de Neurociencias Federico Olóriz. Está comisariada por los profesores, Miguel Guirao y Fernando Girón, y financiada por Ministerio de Economía y Competitividad a través de la Fundación Española para la ciencia y la Tecnología.

‘A propósito de Olóriz’ podrá verse hasta septiembre de 2013 en la Sala de Exposiciones Temporales del Pabellón ‘Viaje al Cuerpo Humano’. Ya en este espacio expositivo, el Parque de las Ciencias dedica, de manera permanente, un módulo a la identificación mediante huellas dactilares donde se exponen objetos originales de Olóriz como un estuche de dibujo y documentos con sus propias huellas dactilares.

El Rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, el Director de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, José Ignacio Fernández, el Delegado Territorial de Salud y Bienestar Social, Higinio Almagro, el Teniente de Alcalde, Juan Antonio Mérida, el Vicepresidente de la Diputación, José María Guadalupe, los Comisarios de la muestra, Miguel Guirao y Fernando Girón, el Jefe Superior de Policía, Francisco Arrebola, el Director del Parque de las Ciencias, Ernesto Páramo, y primeras autoridades del Consorcio han inaugurado esta tarde la exposición.

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Día del Cariño inspira incluso el odio a San Valentín

Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico.

Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido.

La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española.

«Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura. EFE

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La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española.

«Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura. EFE

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La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española.

«Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura. EFE

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El Día de los Enamorados inspira en España a los profesionales de la gastronomía, a los floristas, a los diseñadores de moda, a los fabricantes de dulces y «chuches», e incluso el «odio a San Valentín».

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Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido.

La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

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El Día de los Enamorados inspira muchas cosas, incluso el odio a San Valentín

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 Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico.

Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido.

La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura.EFE

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El Día de los Enamorados inspira en España a los profesionales de la gastronomía, a los floristas, a los diseñadores de moda, a los fabricantes de dulces y «chuches», e incluso el «odio a San Valentín».

 Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico.

Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido.

La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan.

El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales.

Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor.

Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico.

Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal.

A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad.

Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados.

Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído.

En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas.

«A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva».

Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió.

Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura.EFE

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El Día de los Enamorados inspira en España a los profesionales de la gastronomía, a los floristas, a los diseñadores de moda, a los fabricantes de dulces y «chuches», e incluso el «odio a San Valentín». Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico. Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido. La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano. Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan. El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales. Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor. Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico. Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal. A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad. Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados. Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído. En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas. «A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva». Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió. Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura.

 

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El Día de los Enamorados inspira en España a los profesionales de la gastronomía, a los floristas, a los diseñadores de moda, a los fabricantes de dulces y «chuches», e incluso el «odio a San Valentín». Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico. Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido. La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano. Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan. El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales. Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor. Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico. Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal. A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad. Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados. Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído. En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas. «A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva». Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió. Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura.

 

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El Día de los Enamorados inspira muchas cosas, incluso el odio a San Valentín Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/sociedad/festejo-San_Valentin-Dia_del_amor_y_la_

El Día de los Enamorados inspira en España a los profesionales de la gastronomía, a los floristas, a los diseñadores de moda, a los fabricantes de dulces y «chuches», e incluso el «odio a San Valentín». Así se titula un taller sobre dependencias emocionales organizado por un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada (sur de España) y que está dedicado a fomentar las relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico. Cuando medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional Día de los Enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido. La psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades de dicho Centro Juvenil, explicaron a EFE que no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano. Ese «odio» es en realidad un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico, señalan. El amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos en un gran número de personas relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales. Pero lo cierto es que para muchos el Día de San Valentín tiene el sabor dulce de los bombones que se regalan los amantes como muestra de su amor y el color rojo, como el corazón que palpita de amor. Este año han irrumpido con fuerza las especialidades norteamericanas e inglesas como «cupcakes» o los «cake pops» en un diseño romántico. Desde su obrador de Madrid, la repostera Isabel Maestre, Premio Nacional de la Gastronomía, ha preparado este año una serie especial de «cupcakes» para San Valentín: magdalenas «para dos», con la manzana como ingrediente principal. A parte del sabor, lo que importa este día es el componente visual, reconoció Maestre, quien afirma que «las cupcakes son muy vistosas» y producen en quien las recibe una inmediata reacción de alegría y felicidad. Las brochetas o los ramos de gominolas, los «macarons» franceses o los pasteles de bizcocho rojo «red velvet» son otras de las tendencias que acaparan este año la oferta pastelera para conquistar el paladar de los enamorados. Ópera en directo, arte impresionista o noches en hoteles de lujo son la guinda con la que algunos restaurantes madrileños completan su oferta gastronómica para San Valentín, opciones que permiten disfrutar de una cena de enamorados también con el tacto, la vista y el oído. En cuanto al vestir, esta temporada, el rojo brilla con fuerza y luz propia y se convierte en el protagonista de la noche. Son muchos los creadores que proponen vestirse de rojo pasión, que favorece tanto a rubias como a morenas y pelirrojas. «A priori, muchas mujeres lo evitan. Prefieren no llamar la atención y optar por un tono menos llamativo», explicó a EFE el diseñador Roberto Torretta, quien afirma que «el rojo es un tono que transmite seguridad, además de inspirar confianza en quien lo lleva». Para Hannibal Laguna, el rojo esta íntimamente ligado a la cultura española. «Este favorecedor color tiene sello español y a lo largo de la historia siempre ha estado muy presente en nuestra cultura», sugirió. Al veterano diseñador Elio Berhanyer también le gusta el rojo, pigmento al que ha recurrido en muchas ocasiones para crear vestidos de alta costura.

 

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/sociedad/festejo-San_Valentin-Dia_del_amor_y_la_amistad_0_865113672.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

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»Odio a San Valentín»: declarada la guerra al día de los enamorados

«Odio a San Valentín». Así de rotundo es el título con el que un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada ha denominado un taller sobre dependencias emocionales, que organiza estos días para fomentar relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico. 

En la semana en que medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional día de los enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido y otras muchas ideas asociadas a la supuesta necesidad de tener pareja.

Como han explicado la psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades del Centro Juvenil de Orientación para la Salud, no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» que preconizan a San Valentín significa, en realidad, un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico.

Sobre todo, añaden, cuando este se basa en ideas preconcebidas como que tener pareja se antoje como el proyecto prioritario de una persona o la única manera de dar sentido a su vida.

Esa idea, asociada a otras como el amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales en un gran número de personas.

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»Odio a San Valentín»: declarada la guerra al día de los enamorados

«Odio a San Valentín». Así de rotundo es el título con el que un centro de orientación juvenil de la Universidad de Granada ha denominado un taller sobre dependencias emocionales, que organiza estos días para fomentar relaciones afectivas saludables y acabar con mitos sobre el amor romántico. 

En la semana en que medio mundo celebra, de una u otra manera, el ya tradicional día de los enamorados, esta particular iniciativa supone una auténtica declaración de guerra a San Valentín, a Cupido y otras muchas ideas asociadas a la supuesta necesidad de tener pareja.

Como han explicado la psicóloga Mónica Peralta y la educadora Maribel Casado, que son además sexólogas y que coordinan las actividades del Centro Juvenil de Orientación para la Salud, no se trata de romper con todo lo que tenga que ver con los sentimientos, sino con un concepto de amor disfuncional o insano.

Ese «odio» que preconizan a San Valentín significa, en realidad, un rechazo a las relaciones que limitan, empobrecen y que generan algún tipo de malestar, una ruptura con los mitos sobre el amor romántico.

Sobre todo, añaden, cuando este se basa en ideas preconcebidas como que tener pareja se antoje como el proyecto prioritario de una persona o la única manera de dar sentido a su vida.

Esa idea, asociada a otras como el amor verdadero o la omnipotencia del amor, genera -según estas expertas- una serie de expectativas y comportamientos relacionados con un verdadero malestar, frustración o inseguridad emocionales en un gran número de personas.

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