Pág. 13: Un estudio demuestra que, cuando tenemos una mala opinión sobre una persona, tendemos a rechazar su dinero
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Contraportada: Conferencia en Melilla sobre las excavaciones en la tumba del visir Amenhotep Huy
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Portada: La reforma universitaria de Wert da todo el poder a los rectores
Pág. 16-17: El reto de desentrañar el cerebro humano
– Una investigación con importísimas repercusiones
Pág. 27: Los expertos de Wert proponen politizar la elección de rectores
– El informe critica que todas las universidades impartan los mismos títulos
Pág. 32-33: Donde la tierra tiembla
Sup. Deportes. Pág. 21: Siempre hubo clases
– Juega con fuego pero, al final, triunfo del ‘Uni’
– Una victoria a la que le falta el ‘average’
Sup. Deportes. Pág. 23: El ‘Uni’ se vuelve de vacío de Vícar pese a su gran partido
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Portada: La reforma universitaria de Wert da todo el poder a los rectores
Pág. 16-17: El reto de desentrañar el cerebro humano
– Una investigación con importísimas repercusiones
Pág. 27: Los expertos de Wert proponen politizar la elección de rectores
– El informe critica que todas las universidades impartan los mismos títulos
Pág. 32-33: Donde la tierra tiembla
Sup. Deportes. Pág. 21: Siempre hubo clases
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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada ha demostrado que no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales que experimentan habitualmente los hombres y las mujeres, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada.
Para llevar a cabo esta investigación, sus autores trabajaron con una muestra formada por 2.250 españoles (49,6% hombres y 50,4% mujeres), con edades comprendidas entre 18 y 73 años y que habían mantenido una relación de pareja heterosexual durante, al menos, los últimos seis meses.
Los resultados obtenidos indican que casi el 100% de hombres y mujeres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable a lo largo de su vida, y en torno el 80% de la muestra encuestada informa haber experimentado, al menos, una fantasía sexual de forma negativa o desagradable en algún momento.
Sin embargo, existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos. En concreto, los científicos observaron que las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, teniendo estos pensamientos aproximadamente algunas veces al mes. Sin embargo, los hombres piensan con mayor frecuencia que ellas en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambio de parejas» o «participar en una orgía». La frecuencia de estas fantasías van desde «alguna vez en la vida» a «alguna vez al año».
Los investigadores de la Universidad de Granada advierten de que tener fantasías sexuales «favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que es un indicador de salud sexual». En el marco de la terapia, afirman que es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia estas. Fuente: muyinteresante.es
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada ha demostrado que no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales que experimentan habitualmente los hombres y las mujeres, ya que ambos sexos fantasean con aspectos íntimos o románticos que involucran a la pareja o persona amada.
Para llevar a cabo esta investigación, sus autores trabajaron con una muestra formada por 2.250 españoles (49,6% hombres y 50,4% mujeres), con edades comprendidas entre 18 y 73 años y que habían mantenido una relación de pareja heterosexual durante, al menos, los últimos seis meses.
Los resultados obtenidos indican que casi el 100% de hombres y mujeres ha experimentado alguna fantasía sexual de modo placentero y agradable a lo largo de su vida, y en torno el 80% de la muestra encuestada informa haber experimentado, al menos, una fantasía sexual de forma negativa o desagradable en algún momento.
Sin embargo, existen diferencias cuando se compara la frecuencia con que se tienen determinadas fantasías en ambos sexos. En concreto, los científicos observaron que las mujeres experimentan de modo agradable, con mayor frecuencia que los hombres, fantasías de tipo íntimo y romántico, teniendo estos pensamientos aproximadamente algunas veces al mes. Sin embargo, los hombres piensan con mayor frecuencia que ellas en actividades exploratorias, relacionadas con sexo en grupo o búsqueda de nuevas sensaciones, como «ser promiscuo», «intercambio de parejas» o «participar en una orgía». La frecuencia de estas fantasías van desde «alguna vez en la vida» a «alguna vez al año».
Los investigadores de la Universidad de Granada advierten de que tener fantasías sexuales «favorece aspectos como el deseo o la excitación sexual, por lo que es un indicador de salud sexual». En el marco de la terapia, afirman que es necesario tener en cuenta, además de la presencia o ausencia de las fantasías, la actitud que presenta el paciente hacia estas. Fuente: muyinteresante.es
a crisis está hundiendo la confianza de los ciudadanos en la política a pasos de gigante. El Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), elaborado por la Universidad de Granada, confirma la creciente insatisfacción de los andaluces respecto a la política, algo que ya está afectando en sus creencias en el funcionamiento de la democracia. La encuesta pone de manifiesto que el PSOE volvería a ser el partido más votado en Andalucía (dejó de serlo por primera vez en las elecciones autonómicas de marzo pasado) y que el PP cae hasta seis puntos desde los comicios, damnificado por las medidas del Gobierno de Mariano Rajoy y en plena digestión del relevo en el liderazgo del partido (Juan Ignacio Zoido por Javier Arenas).
Los elementos más preocupantes de Egopa son, sin duda, los que apuntan a ese malestar mayúsculo de los ciudadanos con los partidos políticos. Hasta un 77,3% de los andaluces no se siente identificado en la actualidad por ninguna de las formaciones que están en el Parlamento o fuera de él (como el PA o UPyD, que se convirtió en la cuarta fuerza en Andalucía tras el 25-M de 2012).
El sondeo contiene otro dato que dará que pensar, y mucho, a los representantes políticos: el grado de satisfacción ciudadana con el funcionamiento de la democracia. Hasta un 80,7% está poco o nada conforme con cómo funciona el engranaje democrático, un porcentaje que se ha disparado en los últimos cinco años, coincidiendo con casi todo el periodo de crisis económica. En 2007, este porcentaje de insatisfechos con la democracia suponía solo el 38,1%. En la otra cara de la moneda, las personas que están muy o bastante satisfechas con el funcionamiento democrático han descendido de forma muy drástica: en estos cinco años han pasado de suponer el 60,5% al 19%.
Cuando solo han pasado 11 meses desde que se celebraron las elecciones autonómicas que supusieron la primera derrota del PSOE en Andalucía (gobierna en virtud del acuerdo de coalición con el IU), los socialistas pueden dar por hecho que vuelven a ser la fuerza hegemónica en la comunidad. El partido que lidera José Antonio Griñán sería el partido más votado con el 38% de los sufragios, pero caería 1,3 puntos respecto a marzo del año pasado. Los votos del PP descenderían hasta seis puntos desde las pasadas elecciones: del 40,4% pasaría al 34,4%. Estos resultados darían una ventaja al PSOE de 3,6 puntos sobre el PP.
IU pasaría del 11,3% de los votos que obtuvo hace casi un año a lograr el 14,2%
La única formación con representación en la Cámara que crece, según el Egopa, es Izquierda Unida, que parece haberse beneficiado claramente de su entrada en el Gobierno de Andalucía. La formación que dirige Diego Valderas pasaría del 11,3% de los votos que obtuvo hace casi un año a lograr el 14,2%.
Como ya ocurriera con la encuesta que publicó el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) en diciembre, el Egopa apunta que los andaluces desaprueban de forma mayoritaria el Gobierno de coalición que forman PSOE e IU. El 49,3% de los ciudadanos valora mal o muy mal la coalición, por un 35,6% que tiene una percepción buena o muy buena del Ejecutivo autónomo.
El presidente andaluz es el político más conocido (88,5%) y más valorado, con una nota de 4,17
Otro dato destacable del estudio elaborado por la Universidad de Granada es la valoración de los líderes políticos, con un suspenso generalizado. El presidente andaluz, no obstante, es el más conocido (88,5%) y más valorado, con una nota de 4,17. El vicepresidente de la Junta, el izquierdista Diego Valderas, logra un 3,86 de nota y es conocido por el 62,4% de los ciudadanos.
Peor aún es la valoración del Juan Ignacio Zoido, líder del PP andaluz y alcalde de Sevilla, punto que ha causado sarpullidos en algunas organizaciones provinciales de los populares, especialmente en Málaga. Arenas ejerció un hiperliderazgo en el PP que duró casi 20 años, lo que le permitió índices de conocimiento muy altos, algo que no ocurre con Zoido. Solo el 52% de los andaluces declara conocer a Zoido y su valoración es la más baja de todos (un 3,72).
En pleno debate sobre el modelo territorial (las medidas del PP apuntan a un esquema recentralizador, mientras el PSOE está planteando evolucionar hacia un Estado federal), es llamativa la evolución de la opinión de los andaluces. El 44,6% defiende el Estado de las autonomías actual, cuando hace cinco años suponían el 69,5% (casi 25 puntos menos). Por el contrario, crecen de forma evidente dos posiciones totalmente opuestas sobre el modelo de organización territorial. Quienes creen que debe haber un modelo centralizado, con un Gobierno central sin autonomías han pasado del 11% al 27%. Y quienes opinan que se debe ir hacia un modelo federal en el que las comunidades deben tener mayor autonomía que en la actualidad han pasado de suponer el 13,1% al 20,1%.
a crisis está hundiendo la confianza de los ciudadanos en la política a pasos de gigante. El Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), elaborado por la Universidad de Granada, confirma la creciente insatisfacción de los andaluces respecto a la política, algo que ya está afectando en sus creencias en el funcionamiento de la democracia. La encuesta pone de manifiesto que el PSOE volvería a ser el partido más votado en Andalucía (dejó de serlo por primera vez en las elecciones autonómicas de marzo pasado) y que el PP cae hasta seis puntos desde los comicios, damnificado por las medidas del Gobierno de Mariano Rajoy y en plena digestión del relevo en el liderazgo del partido (Juan Ignacio Zoido por Javier Arenas).
Los elementos más preocupantes de Egopa son, sin duda, los que apuntan a ese malestar mayúsculo de los ciudadanos con los partidos políticos. Hasta un 77,3% de los andaluces no se siente identificado en la actualidad por ninguna de las formaciones que están en el Parlamento o fuera de él (como el PA o UPyD, que se convirtió en la cuarta fuerza en Andalucía tras el 25-M de 2012).
El sondeo contiene otro dato que dará que pensar, y mucho, a los representantes políticos: el grado de satisfacción ciudadana con el funcionamiento de la democracia. Hasta un 80,7% está poco o nada conforme con cómo funciona el engranaje democrático, un porcentaje que se ha disparado en los últimos cinco años, coincidiendo con casi todo el periodo de crisis económica. En 2007, este porcentaje de insatisfechos con la democracia suponía solo el 38,1%. En la otra cara de la moneda, las personas que están muy o bastante satisfechas con el funcionamiento democrático han descendido de forma muy drástica: en estos cinco años han pasado de suponer el 60,5% al 19%.
Cuando solo han pasado 11 meses desde que se celebraron las elecciones autonómicas que supusieron la primera derrota del PSOE en Andalucía (gobierna en virtud del acuerdo de coalición con el IU), los socialistas pueden dar por hecho que vuelven a ser la fuerza hegemónica en la comunidad. El partido que lidera José Antonio Griñán sería el partido más votado con el 38% de los sufragios, pero caería 1,3 puntos respecto a marzo del año pasado. Los votos del PP descenderían hasta seis puntos desde las pasadas elecciones: del 40,4% pasaría al 34,4%. Estos resultados darían una ventaja al PSOE de 3,6 puntos sobre el PP.
IU pasaría del 11,3% de los votos que obtuvo hace casi un año a lograr el 14,2%
La única formación con representación en la Cámara que crece, según el Egopa, es Izquierda Unida, que parece haberse beneficiado claramente de su entrada en el Gobierno de Andalucía. La formación que dirige Diego Valderas pasaría del 11,3% de los votos que obtuvo hace casi un año a lograr el 14,2%.
Como ya ocurriera con la encuesta que publicó el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) en diciembre, el Egopa apunta que los andaluces desaprueban de forma mayoritaria el Gobierno de coalición que forman PSOE e IU. El 49,3% de los ciudadanos valora mal o muy mal la coalición, por un 35,6% que tiene una percepción buena o muy buena del Ejecutivo autónomo.
El presidente andaluz es el político más conocido (88,5%) y más valorado, con una nota de 4,17
Otro dato destacable del estudio elaborado por la Universidad de Granada es la valoración de los líderes políticos, con un suspenso generalizado. El presidente andaluz, no obstante, es el más conocido (88,5%) y más valorado, con una nota de 4,17. El vicepresidente de la Junta, el izquierdista Diego Valderas, logra un 3,86 de nota y es conocido por el 62,4% de los ciudadanos.
Peor aún es la valoración del Juan Ignacio Zoido, líder del PP andaluz y alcalde de Sevilla, punto que ha causado sarpullidos en algunas organizaciones provinciales de los populares, especialmente en Málaga. Arenas ejerció un hiperliderazgo en el PP que duró casi 20 años, lo que le permitió índices de conocimiento muy altos, algo que no ocurre con Zoido. Solo el 52% de los andaluces declara conocer a Zoido y su valoración es la más baja de todos (un 3,72).
En pleno debate sobre el modelo territorial (las medidas del PP apuntan a un esquema recentralizador, mientras el PSOE está planteando evolucionar hacia un Estado federal), es llamativa la evolución de la opinión de los andaluces. El 44,6% defiende el Estado de las autonomías actual, cuando hace cinco años suponían el 69,5% (casi 25 puntos menos). Por el contrario, crecen de forma evidente dos posiciones totalmente opuestas sobre el modelo de organización territorial. Quienes creen que debe haber un modelo centralizado, con un Gobierno central sin autonomías han pasado del 11% al 27%. Y quienes opinan que se debe ir hacia un modelo federal en el que las comunidades deben tener mayor autonomía que en la actualidad han pasado de suponer el 13,1% al 20,1%.
Un investigador de la Universidad de Granada (UGR) ha formulado una nueva hipótesis en torno a un enigma que la comunidad científica aún no ha sido capaz de resolver y que podría revolucionar la industria farmacéutica: ¿Por qué las bacterias son cada vez más resistentes a los antibióticos? Su trabajo ha determinado que el uso de antibióticos puede provocar, incluso, que bacterias que no eran resistentes adquieran dicha resistencia porque captan el ADN de otras que sí lo son. Mohammed Bakkali, científico del departamento de Genética de la Facultad de Ciencias de la UGR, sostiene que el abuso que se hace de los antibióticos «obliga» a las bacterias a captar ADN de otras bacterias que sí son resistentes a ellos, ya que la presencia de antibióticos las somete a un enorme estrés. «De este modo, las bacterias que no eran resistentes se convierten en resistentes de forma completamente accidental al ingerir este ADN e incluso pueden hacerse mucho más virulentas, en parte debido al estrés al que las sometemos cuando abusamos del uso de los antibióticos», apunta el investigador, en un comunicado remitido por la UGR. Desde hace décadas, científicos de todo el mundo investigan cuándo, cómo y por qué las bacterias captan ADN de otras bacterias resistentes a los antibióticos, haciéndose así resistentes también. Las respuestas al cuándo captan el ADN (en situaciones desfavorables o estresantes) y al cómo es el aparato que las bacterias usan para captarlo están claras, pero, hasta la fecha, «nadie ha determinado la razón que lleva a las bacterias a ingerir ese material genético», apunta Bakkali en un trabajo publicado en el último número de la revista Archives of Microbiology. En condiciones normales, una bacteria podría tener mucho que perder si ‘decide’ captar ADN, ya que no dispone de un ‘lector de ADN’ que le permita captar sólo las moléculas que le son útiles y lo más probable es que este ADN le sea dañino, e incluso letal. En su artículo, Mohammed Bakkali argumenta que, en realidad, las bacterias no buscan ADN para captar (parecen no ‘querer’ ese ADN, ya que están continuamente degradándolo, es decir, rompiéndolo), y que dicha captación es un evento fortuito y sub-producto de un tipo de motilidad bacteriana que forma parte a su respuesta al estrés al cual la bacteria puede verse sometida. Por lo tanto, el uso indiscriminado de antibióticos que hacemos en la actualidad «no solamente selecciona las bacterias resistentes, sino que también hace que las bacterias capten más ADN, debido al aumento de su motilidad en respuesta al estrés que les impone el antibiótico». El resultado es que el estrés impuesto por el propio antibiótico induce la captación de material genético que puede conferir resistencia al antibiótico por parte de bacterias que de otra forma no iban a captar ese ADN ni hacerse resistentes al antibiótico. Además, dicho efecto se ve potenciado por su inespecificidad, ya que ocurre tanto en el patógeno diana como en otras bacterias. El investigador de la UGR afirma que, cuando una bacteria capta ADN procedente de otra que era resistente a un antibiótico (y que pudo morir debido a otro factor ambiental), la bacteria que lo capta consigue resistencia a ese antibiótico. «De esta forma las bacterias pueden ir añadiendo arsenal de resistencia a antibióticos y terminar resistentes a una amplia gama de éstos, como es el caso de la cepa multi-resistente de un estafilococo, llamado ‘Staphylococcus aureus’, que causa estragos en muchos quirófanos».
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Un investigador de la Universidad de Granada (UGR) ha formulado una nueva hipótesis en torno a un enigma que la comunidad científica aún no ha sido capaz de resolver y que podría revolucionar la industria farmacéutica: ¿Por qué las bacterias son cada vez más resistentes a los antibióticos? Su trabajo ha determinado que el uso de antibióticos puede provocar, incluso, que bacterias que no eran resistentes adquieran dicha resistencia porque captan el ADN de otras que sí lo son. Mohammed Bakkali, científico del departamento de Genética de la Facultad de Ciencias de la UGR, sostiene que el abuso que se hace de los antibióticos «obliga» a las bacterias a captar ADN de otras bacterias que sí son resistentes a ellos, ya que la presencia de antibióticos las somete a un enorme estrés. «De este modo, las bacterias que no eran resistentes se convierten en resistentes de forma completamente accidental al ingerir este ADN e incluso pueden hacerse mucho más virulentas, en parte debido al estrés al que las sometemos cuando abusamos del uso de los antibióticos», apunta el investigador, en un comunicado remitido por la UGR. Desde hace décadas, científicos de todo el mundo investigan cuándo, cómo y por qué las bacterias captan ADN de otras bacterias resistentes a los antibióticos, haciéndose así resistentes también. Las respuestas al cuándo captan el ADN (en situaciones desfavorables o estresantes) y al cómo es el aparato que las bacterias usan para captarlo están claras, pero, hasta la fecha, «nadie ha determinado la razón que lleva a las bacterias a ingerir ese material genético», apunta Bakkali en un trabajo publicado en el último número de la revista Archives of Microbiology. En condiciones normales, una bacteria podría tener mucho que perder si ‘decide’ captar ADN, ya que no dispone de un ‘lector de ADN’ que le permita captar sólo las moléculas que le son útiles y lo más probable es que este ADN le sea dañino, e incluso letal. En su artículo, Mohammed Bakkali argumenta que, en realidad, las bacterias no buscan ADN para captar (parecen no ‘querer’ ese ADN, ya que están continuamente degradándolo, es decir, rompiéndolo), y que dicha captación es un evento fortuito y sub-producto de un tipo de motilidad bacteriana que forma parte a su respuesta al estrés al cual la bacteria puede verse sometida. Por lo tanto, el uso indiscriminado de antibióticos que hacemos en la actualidad «no solamente selecciona las bacterias resistentes, sino que también hace que las bacterias capten más ADN, debido al aumento de su motilidad en respuesta al estrés que les impone el antibiótico». El resultado es que el estrés impuesto por el propio antibiótico induce la captación de material genético que puede conferir resistencia al antibiótico por parte de bacterias que de otra forma no iban a captar ese ADN ni hacerse resistentes al antibiótico. Además, dicho efecto se ve potenciado por su inespecificidad, ya que ocurre tanto en el patógeno diana como en otras bacterias. El investigador de la UGR afirma que, cuando una bacteria capta ADN procedente de otra que era resistente a un antibiótico (y que pudo morir debido a otro factor ambiental), la bacteria que lo capta consigue resistencia a ese antibiótico. «De esta forma las bacterias pueden ir añadiendo arsenal de resistencia a antibióticos y terminar resistentes a una amplia gama de éstos, como es el caso de la cepa multi-resistente de un estafilococo, llamado ‘Staphylococcus aureus’, que causa estragos en muchos quirófanos».
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Un investigador de la Universidad de Granada (UGR) ha formulado una nueva hipótesis en torno a un enigma que la comunidad científica aún no ha sido capaz de resolver y que podría revolucionar la industria farmacéutica: ¿Por qué las bacterias son cada vez más resistentes a los antibióticos? Su trabajo ha determinado que el uso de antibióticos puede provocar, incluso, que bacterias que no eran resistentes adquieran dicha resistencia porque captan el ADN de otras que sí lo son. Mohammed Bakkali, científico del departamento de Genética de la Facultad de Ciencias de la UGR, sostiene que el abuso que se hace de los antibióticos «obliga» a las bacterias a captar ADN de otras bacterias que sí son resistentes a ellos, ya que la presencia de antibióticos las somete a un enorme estrés. «De este modo, las bacterias que no eran resistentes se convierten en resistentes de forma completamente accidental al ingerir este ADN e incluso pueden hacerse mucho más virulentas, en parte debido al estrés al que las sometemos cuando abusamos del uso de los antibióticos», apunta el investigador, en un comunicado remitido por la UGR. Desde hace décadas, científicos de todo el mundo investigan cuándo, cómo y por qué las bacterias captan ADN de otras bacterias resistentes a los antibióticos, haciéndose así resistentes también. Las respuestas al cuándo captan el ADN (en situaciones desfavorables o estresantes) y al cómo es el aparato que las bacterias usan para captarlo están claras, pero, hasta la fecha, «nadie ha determinado la razón que lleva a las bacterias a ingerir ese material genético», apunta Bakkali en un trabajo publicado en el último número de la revista Archives of Microbiology. En condiciones normales, una bacteria podría tener mucho que perder si ‘decide’ captar ADN, ya que no dispone de un ‘lector de ADN’ que le permita captar sólo las moléculas que le son útiles y lo más probable es que este ADN le sea dañino, e incluso letal. En su artículo, Mohammed Bakkali argumenta que, en realidad, las bacterias no buscan ADN para captar (parecen no ‘querer’ ese ADN, ya que están continuamente degradándolo, es decir, rompiéndolo), y que dicha captación es un evento fortuito y sub-producto de un tipo de motilidad bacteriana que forma parte a su respuesta al estrés al cual la bacteria puede verse sometida. Por lo tanto, el uso indiscriminado de antibióticos que hacemos en la actualidad «no solamente selecciona las bacterias resistentes, sino que también hace que las bacterias capten más ADN, debido al aumento de su motilidad en respuesta al estrés que les impone el antibiótico». El resultado es que el estrés impuesto por el propio antibiótico induce la captación de material genético que puede conferir resistencia al antibiótico por parte de bacterias que de otra forma no iban a captar ese ADN ni hacerse resistentes al antibiótico. Además, dicho efecto se ve potenciado por su inespecificidad, ya que ocurre tanto en el patógeno diana como en otras bacterias. El investigador de la UGR afirma que, cuando una bacteria capta ADN procedente de otra que era resistente a un antibiótico (y que pudo morir debido a otro factor ambiental), la bacteria que lo capta consigue resistencia a ese antibiótico. «De esta forma las bacterias pueden ir añadiendo arsenal de resistencia a antibióticos y terminar resistentes a una amplia gama de éstos, como es el caso de la cepa multi-resistente de un estafilococo, llamado ‘Staphylococcus aureus’, que causa estragos en muchos quirófanos».
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