El accitano Rafael Pérez Gómez hablará este viernes en el Aula Abentofail de Poesía y Pensamiento sobre la Alhambra y la búsqueda incesante de la belleza

La cita es como siempre a las ocho de la tarde con acceso libre para todo el que desee asistir, aunque en esta ocasión se ha elegido como escenario la Fundación Pintor Julio Visconti

 

Rafael Pérez Gómez ofrecerá este viernes una conferencia titulada «La Alhambra o la búsqueda incesante de la belleza» en el marco del Aula Abentofail de Poesía y Pensamiento, dirigida por Antonio Enrique y organizada desde el área de Cultura del consistorio accitano. Se trata de la sesión correspondiente al mes de febrero, que como siempre se celebra el último viernes del mes a partir de las ocho de la tarde, en esta ocasión en el marco de la Fundación Pintor Julio Visconti, donde ya se celebró la del pasado mes de enero. Se trata, sin duda, de una ocasión única para conocer su labor de investigación sobre los mosaicos de la Alhambra y acerca de las dimensiones áuricas de la misma, que han merecido público reconocimiento.

Más datos sobre Rafael Pérez Gómez
Nacido en Guadix en 1949, es doctor en Matemáticas por la Universidad de Granada, profesor adscrito al departamento de Matemática Aplicada, y su titular desde 1993. Actualmente, imparte la docencia en las Escuelas Técnicas Superiores tanto de Arquitectura como de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, y dirige proyectos para la mejora de la enseñanza de Matemáticas en distintas comunidades autónomas: Madrid, Galicia, Canarias, Navarra, Cataluña y País Vasco.

Ha impartido conferencias por España, Europa, África, América. Ha realizado programas de radio (Nacional 5, SER, BBC, etc) y de televisión (Tv-1, Tv-2, Canal Sur 2), participado en proyectos de investigación y dirigido tesis doctorales. Director-profesor de cuatro cursos de verano en El Escorial, Universidad Complutense, coordinando el libro El Escorial. Historia, Arquitectura, Ciencia y Matemáticas, y otros cuatro en el palacio de la Magdalena en Santander, Universidad Menéndez y Pelayo. Director de las revistas Epsilon, entre cuyos números destaca el monográfico sobre la Alhambra, del que es autor de la mayoría de sus artículos, Suma, que fundó, editada por la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, y Uno, editada, a su vez, por la editorial Grao de Barcelona.

Sus publicaciones se agrupan en torno a cuatro líneas diferentes de trabajo. La primera y principal tiene como objeto los Grupos Cristalográficos y Grupos de Color. La segunda incide en las Ciencias Sociales y trata de aportar soluciones a los múltiples problemas que éstas plantean. La tercera gira alrededor del Arte y la cuarta sobre la Didáctica de las Matemáticas. Como corolario de las mismas, ha sido organizador de exposiciones internacionales (Arte y Matemáticas, Quebec, 1992) y nacionales (Velázquez: una mirada actual, 2000; Andrés de Vandelvira: cuando la Geometría se hace Arquitectura, 2005) y colaborador en fundaciones de carácter cultural diseñando material interactivo. Autor de nueve libros de carácter científico-profesional, su labor de investigación sobre los mosaicos de la Alhambra y acerca de las dimensiones áuricas de la misma ha merecido público reconocimiento.

Fragmento de un texto de Rafael Pérez Gómez

La Alhambra es Geometría con la que crear formas y mostrar la Unidad entre la multiplicidad. Luz para manifestarla. Color para demostrar Su presencia. Un espacio en el que hay color en el aire y se puede pasear entre sinos, zafates, almendrillas… hasta alcanzar los siete cielos. ¿A qué obedece su inusual belleza?

Como dijera Bertrand Russell, aunque las Matemáticas se ocupan de la verdad, también lo hacen de la belleza.

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Las empresas valoran más las habilidades que la formación

Un estudio desarrollado por la Universidad de Granada para conocer las demandas del mercado de trabajo para titulados ha determinado, entre otras cuestiones, que las empresas apuestan más por capacidades como el liderazgo o la motivación para seleccionar a sus empleados que por la formación.

La institución académica granadina ha presentado hoy el primer estudio desarrollado para conocer las posibilidades de conseguir un empleo de los titulados, elaborado desde el punto de vista de las empresas.

Los datos se han extraído de encuestas hechas al personal de alta dirección y recursos humanos de cerca de medio millar de pequeñas y medianas empresas para conocer sus necesidades y preferencias a la hora de contratar nuevo personal.

Según ha detallado el responsable del estudio y técnico de orientación laboral, Francisco Valero, el análisis ha permitido saber los requerimientos del actual mercado de trabajo para los universitarios, para conocer los procesos de selección, las titulaciones más requeridas, idiomas o las competencias transversales que más se valoran.

De los datos del estudio, ha destacado que las empresas valoran más el perfil latente de los candidatos a un puesto de trabajo que su currículum o formación.

«La adquisición de competencias en el mercado actual hace que la balanza se decante por uno u otro candidato. Hay que ser más competente, no saber tanto», ha recalcado Valero.

Del estudio se desprende además que las empresas encuestadas analizan en sus procesos de selección las competencias de los aspirantes, habilidades como el trabajo en equipo o la capacidad de resolver problemas, por encima de la acumulación de títulos.

Este análisis de la Universidad de Granada ha apuntado además que más del 70 por ciento de los titulados desarrollan un trabajo adaptado a su formación y que las principales vías para acceder a un empleo se basan en las prácticas previas en esa empresa y los contactos personales.

Las competencias transversales más valoradas por las empresas son la motivación por el trabajo, las responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo, a lo que los aspirantes deben añadir para lograr un empleo el manejo de idiomas y la formación en programas informáticos.

El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, ha recordado que los planes de formación ya incluyen algunas de estas habilidades, como la exigencia de un nivel de inglés mínimo de B1 para poder licenciarse.

Este análisis de las demandas del mercado laboral, elaborado entre el 2009 y el 2010, apuntaba aún como las titulaciones con más salida laboral las relacionadas con la construcción y la formación en empresas, aunque la tendencia actual apuesta por las nuevas tecnologías y las ciencias de la salud.

El responsable del estudio ha destacado además la necesidad de preparar a los titulados para afrontar una entrevista de trabajo, el método utilizado en el 70 por ciento de los procesos de selección de personal.

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Las empresas valoran más las habilidades que la formación

Un estudio desarrollado por la Universidad de Granada para conocer las demandas del mercado de trabajo para titulados ha determinado, entre otras cuestiones, que las empresas apuestan más por capacidades como el liderazgo o la motivación para seleccionar a sus empleados que por la formación.

La institución académica granadina ha presentado hoy el primer estudio desarrollado para conocer las posibilidades de conseguir un empleo de los titulados, elaborado desde el punto de vista de las empresas.

Los datos se han extraído de encuestas hechas al personal de alta dirección y recursos humanos de cerca de medio millar de pequeñas y medianas empresas para conocer sus necesidades y preferencias a la hora de contratar nuevo personal.

Según ha detallado el responsable del estudio y técnico de orientación laboral, Francisco Valero, el análisis ha permitido saber los requerimientos del actual mercado de trabajo para los universitarios, para conocer los procesos de selección, las titulaciones más requeridas, idiomas o las competencias transversales que más se valoran.

De los datos del estudio, ha destacado que las empresas valoran más el perfil latente de los candidatos a un puesto de trabajo que su currículum o formación.

«La adquisición de competencias en el mercado actual hace que la balanza se decante por uno u otro candidato. Hay que ser más competente, no saber tanto», ha recalcado Valero.

Del estudio se desprende además que las empresas encuestadas analizan en sus procesos de selección las competencias de los aspirantes, habilidades como el trabajo en equipo o la capacidad de resolver problemas, por encima de la acumulación de títulos.

Este análisis de la Universidad de Granada ha apuntado además que más del 70 por ciento de los titulados desarrollan un trabajo adaptado a su formación y que las principales vías para acceder a un empleo se basan en las prácticas previas en esa empresa y los contactos personales.

Las competencias transversales más valoradas por las empresas son la motivación por el trabajo, las responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo, a lo que los aspirantes deben añadir para lograr un empleo el manejo de idiomas y la formación en programas informáticos.

El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, ha recordado que los planes de formación ya incluyen algunas de estas habilidades, como la exigencia de un nivel de inglés mínimo de B1 para poder licenciarse.

Este análisis de las demandas del mercado laboral, elaborado entre el 2009 y el 2010, apuntaba aún como las titulaciones con más salida laboral las relacionadas con la construcción y la formación en empresas, aunque la tendencia actual apuesta por las nuevas tecnologías y las ciencias de la salud.

El responsable del estudio ha destacado además la necesidad de preparar a los titulados para afrontar una entrevista de trabajo, el método utilizado en el 70 por ciento de los procesos de selección de personal.

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Las empresas valoran más las habilidades que la formación

Un estudio desarrollado por la Universidad de Granada para conocer las demandas del mercado de trabajo para titulados ha determinado, entre otras cuestiones, que las empresas apuestan más por capacidades como el liderazgo o la motivación para seleccionar a sus empleados que por la formación.

La institución académica granadina ha presentado hoy el primer estudio desarrollado para conocer las posibilidades de conseguir un empleo de los titulados, elaborado desde el punto de vista de las empresas.

Los datos se han extraído de encuestas hechas al personal de alta dirección y recursos humanos de cerca de medio millar de pequeñas y medianas empresas para conocer sus necesidades y preferencias a la hora de contratar nuevo personal.

Según ha detallado el responsable del estudio y técnico de orientación laboral, Francisco Valero, el análisis ha permitido saber los requerimientos del actual mercado de trabajo para los universitarios, para conocer los procesos de selección, las titulaciones más requeridas, idiomas o las competencias transversales que más se valoran.

De los datos del estudio, ha destacado que las empresas valoran más el perfil latente de los candidatos a un puesto de trabajo que su currículum o formación.

«La adquisición de competencias en el mercado actual hace que la balanza se decante por uno u otro candidato. Hay que ser más competente, no saber tanto», ha recalcado Valero.

Del estudio se desprende además que las empresas encuestadas analizan en sus procesos de selección las competencias de los aspirantes, habilidades como el trabajo en equipo o la capacidad de resolver problemas, por encima de la acumulación de títulos.

Este análisis de la Universidad de Granada ha apuntado además que más del 70 por ciento de los titulados desarrollan un trabajo adaptado a su formación y que las principales vías para acceder a un empleo se basan en las prácticas previas en esa empresa y los contactos personales.

Las competencias transversales más valoradas por las empresas son la motivación por el trabajo, las responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo, a lo que los aspirantes deben añadir para lograr un empleo el manejo de idiomas y la formación en programas informáticos.

El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, ha recordado que los planes de formación ya incluyen algunas de estas habilidades, como la exigencia de un nivel de inglés mínimo de B1 para poder licenciarse.

Este análisis de las demandas del mercado laboral, elaborado entre el 2009 y el 2010, apuntaba aún como las titulaciones con más salida laboral las relacionadas con la construcción y la formación en empresas, aunque la tendencia actual apuesta por las nuevas tecnologías y las ciencias de la salud.

El responsable del estudio ha destacado además la necesidad de preparar a los titulados para afrontar una entrevista de trabajo, el método utilizado en el 70 por ciento de los procesos de selección de personal.

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Vladimir Tzekov, nuevo vecino de la calle Paz

La antigua lavandería del final de la calle Paz llevaba casi cinco años abandonada cuando llegaron los Tzekov. Venían desde Agua de Cartuja y les encantó el cartel setentero, pero ellos lo que querían era montar una escuela de teatro y danza. Han llegado cargados de premios –de Kosovo, de Marruecos, de Inglaterra– de los que presume la Universidad de Granada, que fue la que les dio un empujón, pero sus objetivos van más allá: quieren sorprender.

Vladimir Tzekov es una escuela de teatro y danza y sala escénica vecina de la calle Paz desde hace poco más de seis meses, aunque el grupo existe desde 2008. Llegaron al centro de la ciudad «buscando que la gente encuentre la sala en lugar de tener que ir a buscarla», explica Santiago del Hoyo, uno de los cuatro fundadores. «En Cartuja venían muchos estudiantes, pero son un público itinerante. Aquí viene gente más mayor, más estable, y de toda Granada».

Las representaciones de los Tzekov no son fáciles de tragar. Su versión de ‘La vida es sueño’, con la que nacieron en 2008, la llevaron a un ‘Telón abierto’ del Isabel la Católica –cualquier compañía puede representar, no cobra del teatro pero se lleva su taquilla– que se llenó de autobuses de los pueblos del área metropolitana. Cuando los matrimonios de jubilados vieron aparecer a Segismundo y el Rey Basilio en tutú «y dando saltitos» y el monólogo de ‘Ay mísero de mí’ recitado por una actriz a voz en grito a la que el resto del reparto intenta acallar «aquello fue la hecatombe, la mayoría de la gente se fue y algunos matrimonios se peleaban, ellas querían marcharse y ellos quedarse, no sé si porque pensaban ‘estos son muy alternativos, igual salen tetas'», ríe Santiago.

«Con los bares nos complementamos, la clientela la compartimos, porque nos pueden venir a ver y antes o después se toman la cerveza».
Santiago del Hoyo nos explica el periplo desde el aula más pequeña de sus nuevas instalaciones, en una sala de lavandería que aún conserva los azulejos, «y quedan los detalles, queremos volver a colocar los carteles que había antes. Nos gustó el toque industrial que le daba haber sido un local abandonado. Luego, necesitábamos un local grande, que sirviese de aula de danza y también de sala». Las clases son de pagos, las representaciones gratis. Cuando acaban, cierran la puerta al público y tienen ‘el feedback’, preguntándoles qué les ha parecido.

De lo mejor, «los vecinos. Con los bares nos complementamos, tenemos al lado el Poe, que la clientela la compartimos, porque nos puede venir a ver y antes o después se toman la cerveza. Luego enfrente tenemos una tienda de deportes extremos, que también es un público joven… no es el típico ambiente de mercerías o grandes cadenas que asocias con el Centro». Incluso con la congregación de monjas de enfrente «hay buen rollo, son muy jóvenes y hacen sus conciertos con coros… bromeamos con hacer programa conjunto».

Los ‘Tzekov’ acunan sus propios pies durante una obra.
El grupo es escuela porque cuando se inició el proyecto, hace cinco años, entre Santiago y Manuel, su ‘socio fundador’, se dieron cuenta de que «para hacer lo que queríamos hacer nos hacía falta formar a la gente en unas disciplinas muy concretas, y así crecer como compañía al mismo tiempo. Nosotros mezclamos interpretación con danza y nos hace falta una preparación física y musical muy concreta. No nos servía la interpretación clásica».

Una pedagogía que han querido extender al público, pero «no entendiendo lo de formar al público como que la gente es tonta, sino cambiarle el patrón de lo que estamos acostumbrados al ir al teatro. Voy llego, a una sala y que me lo den ya todo hecho. Queremos que vengan a tener que hacer actividad mental, a ver qué queremos decir. Ahora ya tenemos un público habitual y sabe con qué actitud tiene que venir, y que el espectáculo cambia cada vez aunque sea el mismo. Así que vamos poco a poco».

«Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida».
Y finalmente, la pregunta, ¿quién es Vladimir Tzekov? Santiago se ríe. «Pues mucha gente nos conoce y nos dice que le ha leído artículos, visto espectáculos suyos o escuchado conferencias… pero Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida. Es un experimento en sí mismo, porque la gente se inventa un personaje alrededor pensando en un profesor de Europa del Este, un artista inventado… pero no, es sólo el nombre de un amigo».

(20-02-2013)

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Vladimir Tzekov, nuevo vecino de la calle Paz

La antigua lavandería del final de la calle Paz llevaba casi cinco años abandonada cuando llegaron los Tzekov. Venían desde Agua de Cartuja y les encantó el cartel setentero, pero ellos lo que querían era montar una escuela de teatro y danza. Han llegado cargados de premios –de Kosovo, de Marruecos, de Inglaterra– de los que presume la Universidad de Granada, que fue la que les dio un empujón, pero sus objetivos van más allá: quieren sorprender.

Vladimir Tzekov es una escuela de teatro y danza y sala escénica vecina de la calle Paz desde hace poco más de seis meses, aunque el grupo existe desde 2008. Llegaron al centro de la ciudad «buscando que la gente encuentre la sala en lugar de tener que ir a buscarla», explica Santiago del Hoyo, uno de los cuatro fundadores. «En Cartuja venían muchos estudiantes, pero son un público itinerante. Aquí viene gente más mayor, más estable, y de toda Granada».

Las representaciones de los Tzekov no son fáciles de tragar. Su versión de ‘La vida es sueño’, con la que nacieron en 2008, la llevaron a un ‘Telón abierto’ del Isabel la Católica –cualquier compañía puede representar, no cobra del teatro pero se lleva su taquilla– que se llenó de autobuses de los pueblos del área metropolitana. Cuando los matrimonios de jubilados vieron aparecer a Segismundo y el Rey Basilio en tutú «y dando saltitos» y el monólogo de ‘Ay mísero de mí’ recitado por una actriz a voz en grito a la que el resto del reparto intenta acallar «aquello fue la hecatombe, la mayoría de la gente se fue y algunos matrimonios se peleaban, ellas querían marcharse y ellos quedarse, no sé si porque pensaban ‘estos son muy alternativos, igual salen tetas'», ríe Santiago.

«Con los bares nos complementamos, la clientela la compartimos, porque nos pueden venir a ver y antes o después se toman la cerveza».
Santiago del Hoyo nos explica el periplo desde el aula más pequeña de sus nuevas instalaciones, en una sala de lavandería que aún conserva los azulejos, «y quedan los detalles, queremos volver a colocar los carteles que había antes. Nos gustó el toque industrial que le daba haber sido un local abandonado. Luego, necesitábamos un local grande, que sirviese de aula de danza y también de sala». Las clases son de pagos, las representaciones gratis. Cuando acaban, cierran la puerta al público y tienen ‘el feedback’, preguntándoles qué les ha parecido.

De lo mejor, «los vecinos. Con los bares nos complementamos, tenemos al lado el Poe, que la clientela la compartimos, porque nos puede venir a ver y antes o después se toman la cerveza. Luego enfrente tenemos una tienda de deportes extremos, que también es un público joven… no es el típico ambiente de mercerías o grandes cadenas que asocias con el Centro». Incluso con la congregación de monjas de enfrente «hay buen rollo, son muy jóvenes y hacen sus conciertos con coros… bromeamos con hacer programa conjunto».

Los ‘Tzekov’ acunan sus propios pies durante una obra.
El grupo es escuela porque cuando se inició el proyecto, hace cinco años, entre Santiago y Manuel, su ‘socio fundador’, se dieron cuenta de que «para hacer lo que queríamos hacer nos hacía falta formar a la gente en unas disciplinas muy concretas, y así crecer como compañía al mismo tiempo. Nosotros mezclamos interpretación con danza y nos hace falta una preparación física y musical muy concreta. No nos servía la interpretación clásica».

Una pedagogía que han querido extender al público, pero «no entendiendo lo de formar al público como que la gente es tonta, sino cambiarle el patrón de lo que estamos acostumbrados al ir al teatro. Voy llego, a una sala y que me lo den ya todo hecho. Queremos que vengan a tener que hacer actividad mental, a ver qué queremos decir. Ahora ya tenemos un público habitual y sabe con qué actitud tiene que venir, y que el espectáculo cambia cada vez aunque sea el mismo. Así que vamos poco a poco».

«Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida».
Y finalmente, la pregunta, ¿quién es Vladimir Tzekov? Santiago se ríe. «Pues mucha gente nos conoce y nos dice que le ha leído artículos, visto espectáculos suyos o escuchado conferencias… pero Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida. Es un experimento en sí mismo, porque la gente se inventa un personaje alrededor pensando en un profesor de Europa del Este, un artista inventado… pero no, es sólo el nombre de un amigo».

(20-02-2013)

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Vladimir Tzekov, nuevo vecino de la calle Paz

La antigua lavandería del final de la calle Paz llevaba casi cinco años abandonada cuando llegaron los Tzekov. Venían desde Agua de Cartuja y les encantó el cartel setentero, pero ellos lo que querían era montar una escuela de teatro y danza. Han llegado cargados de premios –de Kosovo, de Marruecos, de Inglaterra– de los que presume la Universidad de Granada, que fue la que les dio un empujón, pero sus objetivos van más allá: quieren sorprender.

Vladimir Tzekov es una escuela de teatro y danza y sala escénica vecina de la calle Paz desde hace poco más de seis meses, aunque el grupo existe desde 2008. Llegaron al centro de la ciudad «buscando que la gente encuentre la sala en lugar de tener que ir a buscarla», explica Santiago del Hoyo, uno de los cuatro fundadores. «En Cartuja venían muchos estudiantes, pero son un público itinerante. Aquí viene gente más mayor, más estable, y de toda Granada».

Las representaciones de los Tzekov no son fáciles de tragar. Su versión de ‘La vida es sueño’, con la que nacieron en 2008, la llevaron a un ‘Telón abierto’ del Isabel la Católica –cualquier compañía puede representar, no cobra del teatro pero se lleva su taquilla– que se llenó de autobuses de los pueblos del área metropolitana. Cuando los matrimonios de jubilados vieron aparecer a Segismundo y el Rey Basilio en tutú «y dando saltitos» y el monólogo de ‘Ay mísero de mí’ recitado por una actriz a voz en grito a la que el resto del reparto intenta acallar «aquello fue la hecatombe, la mayoría de la gente se fue y algunos matrimonios se peleaban, ellas querían marcharse y ellos quedarse, no sé si porque pensaban ‘estos son muy alternativos, igual salen tetas'», ríe Santiago.

«Con los bares nos complementamos, la clientela la compartimos, porque nos pueden venir a ver y antes o después se toman la cerveza».
Santiago del Hoyo nos explica el periplo desde el aula más pequeña de sus nuevas instalaciones, en una sala de lavandería que aún conserva los azulejos, «y quedan los detalles, queremos volver a colocar los carteles que había antes. Nos gustó el toque industrial que le daba haber sido un local abandonado. Luego, necesitábamos un local grande, que sirviese de aula de danza y también de sala». Las clases son de pagos, las representaciones gratis. Cuando acaban, cierran la puerta al público y tienen ‘el feedback’, preguntándoles qué les ha parecido.

De lo mejor, «los vecinos. Con los bares nos complementamos, tenemos al lado el Poe, que la clientela la compartimos, porque nos puede venir a ver y antes o después se toman la cerveza. Luego enfrente tenemos una tienda de deportes extremos, que también es un público joven… no es el típico ambiente de mercerías o grandes cadenas que asocias con el Centro». Incluso con la congregación de monjas de enfrente «hay buen rollo, son muy jóvenes y hacen sus conciertos con coros… bromeamos con hacer programa conjunto».

Los ‘Tzekov’ acunan sus propios pies durante una obra.
El grupo es escuela porque cuando se inició el proyecto, hace cinco años, entre Santiago y Manuel, su ‘socio fundador’, se dieron cuenta de que «para hacer lo que queríamos hacer nos hacía falta formar a la gente en unas disciplinas muy concretas, y así crecer como compañía al mismo tiempo. Nosotros mezclamos interpretación con danza y nos hace falta una preparación física y musical muy concreta. No nos servía la interpretación clásica».

Una pedagogía que han querido extender al público, pero «no entendiendo lo de formar al público como que la gente es tonta, sino cambiarle el patrón de lo que estamos acostumbrados al ir al teatro. Voy llego, a una sala y que me lo den ya todo hecho. Queremos que vengan a tener que hacer actividad mental, a ver qué queremos decir. Ahora ya tenemos un público habitual y sabe con qué actitud tiene que venir, y que el espectáculo cambia cada vez aunque sea el mismo. Así que vamos poco a poco».

«Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida».
Y finalmente, la pregunta, ¿quién es Vladimir Tzekov? Santiago se ríe. «Pues mucha gente nos conoce y nos dice que le ha leído artículos, visto espectáculos suyos o escuchado conferencias… pero Vladimir Tzekov es un amigo nuestro, de Bulgaria, al que ni le gusta la danza ni ha hecho teatro en su vida. Es un experimento en sí mismo, porque la gente se inventa un personaje alrededor pensando en un profesor de Europa del Este, un artista inventado… pero no, es sólo el nombre de un amigo».

(20-02-2013)

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La cocina de mamá es más saludable

Los hijos cuyos menús son preparados por sus madres están mejor alimentados y menos obesos que aquellos cuya comida la elige y prepara una persona diferente. Si además suelen comer con sus familiares, los beneficios para su salud se multiplican.
«Madre hay una sola» dice el refrán. …Y formas de alimentar al niño hay muchas, dice la realidad. Sin embargo, cuando es la mamá quien se encarga de elegir y preparar los platos de los hijos, en general los resultados son beneficios para la salud y el peso corporal, según afirman los estudios médicos.

Científicos de la Universidad de Granada, UGR (sur de España) han confirmado que existe una asociación significativa y directa entre el estado nutricional de los niños y quien les prepara la comida.

Así, los hijos cuyos menús son preparados por sus madres suelen estar mejor alimentados y sufrir menos obesidad, en tanto que su estado nutricional tiende a empeorar «cuando una persona diferente a la madre se encarga de preparar el menú familiar».

Esta investigación revela que la cuestión de quién elabora la comida a diario es «muy importante», según sus autores, los investigadores María José Aguilar Cordero, Emilio González Jiménez, Carmen García García, Pedro García López, Carlos Alberto Padilla López, Judit Álvarez Ferre y Esther Ocete Hita.

En la actualidad «continúa siendo la madre la figura familiar que mejor conoce las necesidades alimentarias de sus hijos y la mejor preparada, en términos de conocimientos alimentarios, para la elaboración y el mantenimiento de una óptima alimentación familiar», según la UGR.

En este trabajo, publicado en la revista ‘Nutrición Hospitalaria’, los científicos participaron 718 niños y adolescentes escolares de entre 9 y 17 años de trece centros educativos públicos y privados.

Para su trabajo los expertos emplearon técnicas de antropometría (medición de diversas dimensiones y medidas del cuerpo, para valorar el peso y la talla de los niños) y midieron su índice de masa corporal o IMC, una fórmula que permite establecer si la cantidad de kilos de una persona son adecuados o excesivos, teniendo en cuenta la edad y sexo de los participantes.

También fueron valorados seis pliegues antropométricos de la piel de los participantes, como los situados sobre el omóplato, el tríceps, el bíceps y el abdomen; los pliegue del muslo y de la pantorrilla; así como cuatro perímetros corporales, esto es, de la cintura, de la cadera, del brazo y del muslo.

Comer en familia, lo más saludable

Para analizar la influencia del entorno familiar en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad entre los alumnos, los científicos de la UGR emplearon un cuestionario elaborado por el equipo, en el que se recogía información relativa a aspectos de su entorno familiar y también refreída a la frecuencia de consumo de determinados alimentos y a la práctica de alguna actividad física.

De acuerdo a los autores, a la luz de los resultados de este trabajo existe «una imperiosa necesidad» de fomentar prácticas y estilos de vida saludables entre las familias, que mantengan un adecuado estado nutricional y de salud del niño, entre las cuales es altamente recomendable la práctica de ejercicio físico a través de «juegos clásicos», no sedentarios.

«La relación del niño con su objeto primario, la madre, y hacia la comida están unidos uno con el otro desde el principio» explica la psicóloga clínica Carmen Moyano Rojas.

«La gratificación está mucho más relacionada con el objeto (el padre y/o la madre) que da el alimento que con la alimentación en sí misma, pues ese objeto les proporciona el sentimiento de seguridad», señala la fundadora y directora de Anagnor Psicólogos (www.anagnor.com).

De acuerdo a Moyano Rojas, «lo que comemos, cómo lo comemos y cuándo tiene mucha importancia. Todo el ambiente y la preparación para esta reunión familiar a través de la alimentación, así como la actitud que se mantiene durante ese encuentro, nos proporcionarán las bases para crear el especial vínculo que nos trae la ‘ceremonia’ de la comida».

«Construir unos buenos hábitos alimentarios, con paciencia y mostrando una actitud saludable y positiva hacia la comida es el factor inicial y más importante. Estos hábitos debemos transmitirlos no sólo cuando estamos comiendo, sino desde que escogemos y compramos los alimentos en el supermercado, en la cocina preparando la comida, en la propia mesa…», aconseja esta experta en Terapia Breve.

Del estudio de la UGR, se desprende, entre otras conclusiones, algo aceptado por la sabiduría popular: que si no fuera por la participación de su madre, los niños preferirían alimentarse exclusivamente a base de pizza, salchichas, dulces, patatas fritas, palomitas de maíz y espaguetis con salsa de tomate.

Pero sorprendentemente no es así.

Un equipo de expertos de la Universidad de Nottingham (UN, por sus siglas en inglés), en el Reino Unido, desvela que para prevenir el sobrepeso infantil es aconsejable ofrecer a los niños a partir de los 20 meses de edad una variedad de pequeñas porciones de distintos alimentos para que ellos mismos elijan lo qué quieren comer.

Según se desprende de este estudio dirigido por la doctora Ellen Townsend, dar a los pequeños libertad de elección tiene «un impacto positivo en la formación de hábitos saludables de nutrición» y les «protege de una futura obesidad o sobrepeso».

La intuición infantil positiva

Para su investigación Townsend efectuó un seguimiento a 155 niños de entre 20 meses y 6,5 años de edad, cuyos padres respondieron a una serie de cuestionarios detallados sobre las costumbres y preferencias alimenticias de sus hijos.

A 92 de los menores se les permitió alimentarse por sí mismos ofreciéndoles bocadillos de alimentos variados, mientras que los 63 restantes fueron alimentados por sus padres con papillas administradas a cucharadas.

Todos los niños recibieron alimentos de todos los grupos alimenticios, desde carbohidratos, frutas y verduras, hasta proteínas y productos de cereales integrales.

Los expertos de la UN encontraron que los niños que se alimentaron solos solían comer más carbohidratos que los alimentados con papillas, cuyos alimentos favoritos eran los dulces. También observaron que el porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad era mayor en el grupo de las papillas.

Para la doctora Townsend, «los resultados sugieren que los infantes que se destetan para alimentarse con sus propias elecciones aprenden a regular su consumo de alimentos, lo que les lleva a un menor índice de masa corporal (IMC) y a preferir los alimentos sanos, como los hidratos de carbono».

Por otra parte, una revisión de estudios dirigida por la investigadora Amber Hammons, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) corrobora que comer con la familia ayuda a los niños a mantenerse más delgados y sanos.

Los estudiosos reunieron y analizaron los datos de 17 estudios en los que participaron unos 183.000 niños y adolescentes de entre 3 y 17 años, encontrando que los que comían con sus familias, de forma habitual, eran más propensos a comer alimentos saludables y menos proclives a sufrir desórdenes alimenticios, que aquellos que rara vez comían con sus familias.

En concreto, los que comían tres o más veces a la semana con sus familias eran un 12% menos propensos a tener sobrepeso que los que comían pocas veces o ninguna vez con sus familias y además un 20% menos propensos a comer dulces, alimentos fritos, gaseosas y otros alimentos no saludables.

Comer juntos cinco o más veces redujo la probabilidad de una mala nutrición en un 25%, y los niños que comían con sus familias también eran un 35% menos propensos a tener un trastorno alimentario, tales como atracones, purgas, tomar pastillas para adelgazar o laxantes, vómitos o saltarse las comidas, según reveló la revisión de los estudios.

«Es importante que los padres conozcan la contribución de la familia en los resultados positivos relacionados con la nutrición y sepan lo que pueden hacer, sobre todo con la obesidad y los hábitos alimenticios, y el papel que pueden desempeñar», ha señalado la doctora Hammons.

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La cocina de mamá es más saludable

Los hijos cuyos menús son preparados por sus madres están mejor alimentados y menos obesos que aquellos cuya comida la elige y prepara una persona diferente. Si además suelen comer con sus familiares, los beneficios para su salud se multiplican.
«Madre hay una sola» dice el refrán. …Y formas de alimentar al niño hay muchas, dice la realidad. Sin embargo, cuando es la mamá quien se encarga de elegir y preparar los platos de los hijos, en general los resultados son beneficios para la salud y el peso corporal, según afirman los estudios médicos.

Científicos de la Universidad de Granada, UGR (sur de España) han confirmado que existe una asociación significativa y directa entre el estado nutricional de los niños y quien les prepara la comida.

Así, los hijos cuyos menús son preparados por sus madres suelen estar mejor alimentados y sufrir menos obesidad, en tanto que su estado nutricional tiende a empeorar «cuando una persona diferente a la madre se encarga de preparar el menú familiar».

Esta investigación revela que la cuestión de quién elabora la comida a diario es «muy importante», según sus autores, los investigadores María José Aguilar Cordero, Emilio González Jiménez, Carmen García García, Pedro García López, Carlos Alberto Padilla López, Judit Álvarez Ferre y Esther Ocete Hita.

En la actualidad «continúa siendo la madre la figura familiar que mejor conoce las necesidades alimentarias de sus hijos y la mejor preparada, en términos de conocimientos alimentarios, para la elaboración y el mantenimiento de una óptima alimentación familiar», según la UGR.

En este trabajo, publicado en la revista ‘Nutrición Hospitalaria’, los científicos participaron 718 niños y adolescentes escolares de entre 9 y 17 años de trece centros educativos públicos y privados.

Para su trabajo los expertos emplearon técnicas de antropometría (medición de diversas dimensiones y medidas del cuerpo, para valorar el peso y la talla de los niños) y midieron su índice de masa corporal o IMC, una fórmula que permite establecer si la cantidad de kilos de una persona son adecuados o excesivos, teniendo en cuenta la edad y sexo de los participantes.

También fueron valorados seis pliegues antropométricos de la piel de los participantes, como los situados sobre el omóplato, el tríceps, el bíceps y el abdomen; los pliegue del muslo y de la pantorrilla; así como cuatro perímetros corporales, esto es, de la cintura, de la cadera, del brazo y del muslo.

Comer en familia, lo más saludable

Para analizar la influencia del entorno familiar en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad entre los alumnos, los científicos de la UGR emplearon un cuestionario elaborado por el equipo, en el que se recogía información relativa a aspectos de su entorno familiar y también refreída a la frecuencia de consumo de determinados alimentos y a la práctica de alguna actividad física.

De acuerdo a los autores, a la luz de los resultados de este trabajo existe «una imperiosa necesidad» de fomentar prácticas y estilos de vida saludables entre las familias, que mantengan un adecuado estado nutricional y de salud del niño, entre las cuales es altamente recomendable la práctica de ejercicio físico a través de «juegos clásicos», no sedentarios.

«La relación del niño con su objeto primario, la madre, y hacia la comida están unidos uno con el otro desde el principio» explica la psicóloga clínica Carmen Moyano Rojas.

«La gratificación está mucho más relacionada con el objeto (el padre y/o la madre) que da el alimento que con la alimentación en sí misma, pues ese objeto les proporciona el sentimiento de seguridad», señala la fundadora y directora de Anagnor Psicólogos (www.anagnor.com).

De acuerdo a Moyano Rojas, «lo que comemos, cómo lo comemos y cuándo tiene mucha importancia. Todo el ambiente y la preparación para esta reunión familiar a través de la alimentación, así como la actitud que se mantiene durante ese encuentro, nos proporcionarán las bases para crear el especial vínculo que nos trae la ‘ceremonia’ de la comida».

«Construir unos buenos hábitos alimentarios, con paciencia y mostrando una actitud saludable y positiva hacia la comida es el factor inicial y más importante. Estos hábitos debemos transmitirlos no sólo cuando estamos comiendo, sino desde que escogemos y compramos los alimentos en el supermercado, en la cocina preparando la comida, en la propia mesa…», aconseja esta experta en Terapia Breve.

Del estudio de la UGR, se desprende, entre otras conclusiones, algo aceptado por la sabiduría popular: que si no fuera por la participación de su madre, los niños preferirían alimentarse exclusivamente a base de pizza, salchichas, dulces, patatas fritas, palomitas de maíz y espaguetis con salsa de tomate.

Pero sorprendentemente no es así.

Un equipo de expertos de la Universidad de Nottingham (UN, por sus siglas en inglés), en el Reino Unido, desvela que para prevenir el sobrepeso infantil es aconsejable ofrecer a los niños a partir de los 20 meses de edad una variedad de pequeñas porciones de distintos alimentos para que ellos mismos elijan lo qué quieren comer.

Según se desprende de este estudio dirigido por la doctora Ellen Townsend, dar a los pequeños libertad de elección tiene «un impacto positivo en la formación de hábitos saludables de nutrición» y les «protege de una futura obesidad o sobrepeso».

La intuición infantil positiva

Para su investigación Townsend efectuó un seguimiento a 155 niños de entre 20 meses y 6,5 años de edad, cuyos padres respondieron a una serie de cuestionarios detallados sobre las costumbres y preferencias alimenticias de sus hijos.

A 92 de los menores se les permitió alimentarse por sí mismos ofreciéndoles bocadillos de alimentos variados, mientras que los 63 restantes fueron alimentados por sus padres con papillas administradas a cucharadas.

Todos los niños recibieron alimentos de todos los grupos alimenticios, desde carbohidratos, frutas y verduras, hasta proteínas y productos de cereales integrales.

Los expertos de la UN encontraron que los niños que se alimentaron solos solían comer más carbohidratos que los alimentados con papillas, cuyos alimentos favoritos eran los dulces. También observaron que el porcentaje de niños con sobrepeso y obesidad era mayor en el grupo de las papillas.

Para la doctora Townsend, «los resultados sugieren que los infantes que se destetan para alimentarse con sus propias elecciones aprenden a regular su consumo de alimentos, lo que les lleva a un menor índice de masa corporal (IMC) y a preferir los alimentos sanos, como los hidratos de carbono».

Por otra parte, una revisión de estudios dirigida por la investigadora Amber Hammons, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (Estados Unidos) corrobora que comer con la familia ayuda a los niños a mantenerse más delgados y sanos.

Los estudiosos reunieron y analizaron los datos de 17 estudios en los que participaron unos 183.000 niños y adolescentes de entre 3 y 17 años, encontrando que los que comían con sus familias, de forma habitual, eran más propensos a comer alimentos saludables y menos proclives a sufrir desórdenes alimenticios, que aquellos que rara vez comían con sus familias.

En concreto, los que comían tres o más veces a la semana con sus familias eran un 12% menos propensos a tener sobrepeso que los que comían pocas veces o ninguna vez con sus familias y además un 20% menos propensos a comer dulces, alimentos fritos, gaseosas y otros alimentos no saludables.

Comer juntos cinco o más veces redujo la probabilidad de una mala nutrición en un 25%, y los niños que comían con sus familias también eran un 35% menos propensos a tener un trastorno alimentario, tales como atracones, purgas, tomar pastillas para adelgazar o laxantes, vómitos o saltarse las comidas, según reveló la revisión de los estudios.

«Es importante que los padres conozcan la contribución de la familia en los resultados positivos relacionados con la nutrición y sepan lo que pueden hacer, sobre todo con la obesidad y los hábitos alimenticios, y el papel que pueden desempeñar», ha señalado la doctora Hammons.

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Las empresas dan un notable alto a los universitarios que se incorporan a sus plantillas

Un estudio desarrollado por la Universidad de Granada para conocer las demandas del mercado de trabajo para titulados ha determinado, entre otras cuestiones, que las empresas apuestan más por capacidades como el liderazgo o la motivación para seleccionar a sus empleados que por la formación.

 

La institución académica presentó ayer el trabajo, que lleva por título Demandas del mercado de trabajo a los titulados universitarios de la UGR, para conocer las posibilidades de conseguir un empleo de los estudiantes, elaborado desde el punto de vista de las empresas usuarias del Centro de Promoción de Empleo y Prácticas del (CPEP) de la Universidad de Granada.

Los datos se han extraído de encuestas realizadas por correo electrónico al personal de alta dirección y recursos humanos (en el 40% de los casos). Aunque la población objeto de estudio era de 2.351 entidades, la tasa de respuesta ha sido del 20,8%. Es decir, que 490 pequeñas y medianas empresas han dado a conocer sus necesidades y preferencias a la hora de contratar personal.

Según el responsable del estudio y técnico de orientación laboral, Francisco Valero, el análisis ha permitido saber los requerimientos del actual mercado de trabajo para conocer los procesos de selección, las titulaciones más requeridas, idiomas o las competencias transversales que más que se valorarán de los jóvenes estudiantes.

De los datos del estudio, destacó que las empresas valoran más el perfil latente de los candidatos a un puesto de trabajo que su currículum o formación. «La adquisición de competencias en el mercado actual hace que la balanza se decante por uno u otro candidato. Hay que ser más competente, no saber tanto», recalcó Valero. Del estudio se desprende además que las empresas encuestadas analizan en sus procesos de selección las competencias de los aspirantes y habilidades como la capacidad de resolver problemas o trabajar en equipo por encima de la acumulación de títulos.

En cuanto a la incorporación de titulados, el 64,7% tiene menos de 10 titulados, y 18,8% entre 10 y 49.

Este análisis de la Universidad de Granada apunta además que más del 71% de los titulados desarrollan un trabajo adaptado a su formación. En cuanto a los departamentos en los que se ubican, el 21% está en puestos de producción y el 27% en gabinetes técnicos. En el 6,5% de los casos desarrollan empleos de alta dirección, dentro del cuadro intermedio de mandos están el 12%, y el 52% restante en puestos técnicos.

Lo más significativo es que los universitarios aprueban con nota la pregunta del grado de satisfacción que las empresas tienen con ellos, pues alcanza el 7,88 sobre 10, es decir, un notable alto.

Las principales vías para acceder a un empleo se basan en las prácticas previas en esa empresa y los contactos personales.

Además, el responsable del estudio hizo hincapié en la necesidad de preparar a los titulados para afrontar una entrevista de trabajo, porque es método de selección de personal utilizado en el 70% de las empresas.

Las competencias transversales más valoradas por las empresas son la motivación por el empleo, las responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo, a lo que los aspirantes deben añadir para lograr un empleo el manejo de idiomas y la formación en programas informáticos.

Es importante señalar que las competencias más valoradas no son las que consideran más deficitarias, entre las que destacan la capacidad para tomar decisiones, de negociación eficaz, de liderazgo y de coordinación de equipos.

Así pues, una lectura de este resultado apuntaría a como los universitarios cuentan con un nivel de competencias transversales bastante adecuado a las exigencias de las empresas.

Frente a la tendencia que existe en otros países en los que la demanda de titulados así como el prestigio de los mismos difiere mucho de unas universidades a otras, el 84% de las empresas no tienen ninguna preferencia (y en el caso de mostrar una, el 12% elige la de Granada).

La titulación más demandada en el momento en el que se hizo el estudio era LADE (10%) y en cuanto a idiomas, el 84% preferían conocimientos de inglés, mientras que el 8,6% carecía de interés en que el candidato seleccionado tuviese alguno.

Sorprendentemente, la formación en posgrado no es valorada -el 48% de las empresas no lo valora nada-. Sólo el 9% tienen interés en máster de MBA.

Los conocimientos extras de su formación más valorados siguen siendo, con mucho, los de informática: el 62% en concreto de Ofimática.

Hay que destacar que prácticamente la mitad de las empresas encuentran déficit formativos, en el 34% de los casos derivada de la falta de formación práctica vinculada al título.

Más de la mitad, la variable curricular que más valoran es que tengan la titulación correspondiente (52%). Otra cuestión que tiene muchísimo peso el lugar de residencia (el 49%).

El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, recordó que los planes de formación ya incluyen algunas de estas habilidades, como la exigencia de un nivel de inglés mínimo de B1 para poder licenciarse.

Este análisis de las demandas del mercado laboral, elaborado entre el 2009 y el 2010, apuntaba aún como las titulaciones con más salida laboral las relacionadas con la formación en empresas y la construcción (LADE, CCEE y Arquitectura técnica), aunque la tendencia actual apuesta por las nuevas tecnologías y las ciencias de la salud.

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Las empresas dan un notable alto a los universitarios que se incorporan a sus plantillas

Un estudio desarrollado por la Universidad de Granada para conocer las demandas del mercado de trabajo para titulados ha determinado, entre otras cuestiones, que las empresas apuestan más por capacidades como el liderazgo o la motivación para seleccionar a sus empleados que por la formación.

 

La institución académica presentó ayer el trabajo, que lleva por título Demandas del mercado de trabajo a los titulados universitarios de la UGR, para conocer las posibilidades de conseguir un empleo de los estudiantes, elaborado desde el punto de vista de las empresas usuarias del Centro de Promoción de Empleo y Prácticas del (CPEP) de la Universidad de Granada.

Los datos se han extraído de encuestas realizadas por correo electrónico al personal de alta dirección y recursos humanos (en el 40% de los casos). Aunque la población objeto de estudio era de 2.351 entidades, la tasa de respuesta ha sido del 20,8%. Es decir, que 490 pequeñas y medianas empresas han dado a conocer sus necesidades y preferencias a la hora de contratar personal.

Según el responsable del estudio y técnico de orientación laboral, Francisco Valero, el análisis ha permitido saber los requerimientos del actual mercado de trabajo para conocer los procesos de selección, las titulaciones más requeridas, idiomas o las competencias transversales que más que se valorarán de los jóvenes estudiantes.

De los datos del estudio, destacó que las empresas valoran más el perfil latente de los candidatos a un puesto de trabajo que su currículum o formación. «La adquisición de competencias en el mercado actual hace que la balanza se decante por uno u otro candidato. Hay que ser más competente, no saber tanto», recalcó Valero. Del estudio se desprende además que las empresas encuestadas analizan en sus procesos de selección las competencias de los aspirantes y habilidades como la capacidad de resolver problemas o trabajar en equipo por encima de la acumulación de títulos.

En cuanto a la incorporación de titulados, el 64,7% tiene menos de 10 titulados, y 18,8% entre 10 y 49.

Este análisis de la Universidad de Granada apunta además que más del 71% de los titulados desarrollan un trabajo adaptado a su formación. En cuanto a los departamentos en los que se ubican, el 21% está en puestos de producción y el 27% en gabinetes técnicos. En el 6,5% de los casos desarrollan empleos de alta dirección, dentro del cuadro intermedio de mandos están el 12%, y el 52% restante en puestos técnicos.

Lo más significativo es que los universitarios aprueban con nota la pregunta del grado de satisfacción que las empresas tienen con ellos, pues alcanza el 7,88 sobre 10, es decir, un notable alto.

Las principales vías para acceder a un empleo se basan en las prácticas previas en esa empresa y los contactos personales.

Además, el responsable del estudio hizo hincapié en la necesidad de preparar a los titulados para afrontar una entrevista de trabajo, porque es método de selección de personal utilizado en el 70% de las empresas.

Las competencias transversales más valoradas por las empresas son la motivación por el empleo, las responsabilidad y la capacidad de trabajo en equipo, a lo que los aspirantes deben añadir para lograr un empleo el manejo de idiomas y la formación en programas informáticos.

Es importante señalar que las competencias más valoradas no son las que consideran más deficitarias, entre las que destacan la capacidad para tomar decisiones, de negociación eficaz, de liderazgo y de coordinación de equipos.

Así pues, una lectura de este resultado apuntaría a como los universitarios cuentan con un nivel de competencias transversales bastante adecuado a las exigencias de las empresas.

Frente a la tendencia que existe en otros países en los que la demanda de titulados así como el prestigio de los mismos difiere mucho de unas universidades a otras, el 84% de las empresas no tienen ninguna preferencia (y en el caso de mostrar una, el 12% elige la de Granada).

La titulación más demandada en el momento en el que se hizo el estudio era LADE (10%) y en cuanto a idiomas, el 84% preferían conocimientos de inglés, mientras que el 8,6% carecía de interés en que el candidato seleccionado tuviese alguno.

Sorprendentemente, la formación en posgrado no es valorada -el 48% de las empresas no lo valora nada-. Sólo el 9% tienen interés en máster de MBA.

Los conocimientos extras de su formación más valorados siguen siendo, con mucho, los de informática: el 62% en concreto de Ofimática.

Hay que destacar que prácticamente la mitad de las empresas encuentran déficit formativos, en el 34% de los casos derivada de la falta de formación práctica vinculada al título.

Más de la mitad, la variable curricular que más valoran es que tengan la titulación correspondiente (52%). Otra cuestión que tiene muchísimo peso el lugar de residencia (el 49%).

El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, recordó que los planes de formación ya incluyen algunas de estas habilidades, como la exigencia de un nivel de inglés mínimo de B1 para poder licenciarse.

Este análisis de las demandas del mercado laboral, elaborado entre el 2009 y el 2010, apuntaba aún como las titulaciones con más salida laboral las relacionadas con la formación en empresas y la construcción (LADE, CCEE y Arquitectura técnica), aunque la tendencia actual apuesta por las nuevas tecnologías y las ciencias de la salud.

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Las prácticas ayudan pero no son la panacea para conseguir trabajo

Según el estudio hecho público ayer, el programas de prácticas de la UGR se convierten en un instrumento clave en la gestión de los recursos humanos, tanto por el altísimo nivel de participación e interés (89% de las entidades, lo que alcanza al 100% de las grandes empresas), como por tratarse del canal de selección más utilizado, el 27%, aunque hay que tener en cuenta que la encuesta por correo se distribuye sólo entre empresas que participan en dicho programa.

Sin embargo se aprecia, al igual que en otros estudios desarrollados por el Observatorio Ocupacional, una mayor dificultad en el acceso al mercado de trabajo, en sintonía con la agudización de la crisis económica actual.

Así, durante el año 2010 se ha producido una caída en cuanto al volumen de contratación con respecto al 2009, según las indicaciones de las propias entidades consultadas.

De este modo descienden todos los rangos de contratación y se incrementa el intervalo de las no contrataciones, 31,7 puntos porcentuales (del 6,7% al 38,4%).

Sin embargo no todo son datos negativos, porque según la encuesta realizada por la Universidad de Granada la contratación indefinida alcanzaba en ese periodo el 20%.

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