Substance abuse negatively affects sexual performance in men even after years of abstinence

Researchers at the University of Granada, Spain, and Santo Tomas University in Colombia have found that drug abuse negatively affects sexual performance in men even after years of abstinence. This finding contradicts other studies reporting that men spontaneously recovered their normal sexual performance at three weeks after quitting substance abuse.

The results of this study have been published in the prestigious Journal of Sexual Medicine, the official journal of the International Society for Sexual Medicine. The authors of this paper are Pablo Vallejo Medina -a professor at Santo Tomas University, Colombia- and Juan Carlos Sierra, a professor at the University of Granada.

In this study, the researchers assessed the sexual performance of 605 men, of which 550 had been diagnosed with alcohol, cocaine, cocaine and alcohol, heroin, marihuana and speedball (cocaine and heroin) addiction. The remaining 356 men were included as controls.

Assessing Four Areas

The researchers examined and evaluated four areas of sexual performance: sexual desire, sexual satisfaction, sexual arousal and orgasm. The study revealed that the study group had a moderately to significantly impaired sexual performance as compared to controls.

Additionally, the researchers separately examined the effects of the different substances on sexuality. For instance, speedball and cocaine abuse prevailingly affect sexual pleasure, while they slightly affect sexual desire. Indeed, cocaine users have very high sexual desire during peak periods of drug abuse.

Alcohol is the drug which most affects sexual arousal (erectile capacity). This is the first study to reveal the permanent effect of substance abuse on sexuality, even after long abstinence periods. Finally, orgasms are prevailingly impaired by heroin, cocaine, alcohol and speedball.

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Substance abuse negatively affects sexual performance in men even after years of abstinence

Researchers at the University of Granada, Spain, and Santo Tomas University in Colombia have found that drug abuse negatively affects sexual performance in men even after years of abstinence. This finding contradicts other studies reporting that men spontaneously recovered their normal sexual performance at three weeks after quitting substance abuse.

The results of this study have been published in the prestigious Journal of Sexual Medicine, the official journal of the International Society for Sexual Medicine. The authors of this paper are Pablo Vallejo Medina -a professor at Santo Tomas University, Colombia- and Juan Carlos Sierra, a professor at the University of Granada.

In this study, the researchers assessed the sexual performance of 605 men, of which 550 had been diagnosed with alcohol, cocaine, cocaine and alcohol, heroin, marihuana and speedball (cocaine and heroin) addiction. The remaining 356 men were included as controls.

Assessing Four Areas

The researchers examined and evaluated four areas of sexual performance: sexual desire, sexual satisfaction, sexual arousal and orgasm. The study revealed that the study group had a moderately to significantly impaired sexual performance as compared to controls.

Additionally, the researchers separately examined the effects of the different substances on sexuality. For instance, speedball and cocaine abuse prevailingly affect sexual pleasure, while they slightly affect sexual desire. Indeed, cocaine users have very high sexual desire during peak periods of drug abuse.

Alcohol is the drug which most affects sexual arousal (erectile capacity). This is the first study to reveal the permanent effect of substance abuse on sexuality, even after long abstinence periods. Finally, orgasms are prevailingly impaired by heroin, cocaine, alcohol and speedball.

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‘La formación continuada es esencial en nuestro tiempo’

El próximo día 25 le entregan en la Universidad de Granada un Diploma por su Licenciatura en Derecho y Administración y Dirección de Empresas al contar con el mejor expediente académico del Curso 2011-2012 en su carrera. ¿Qué le supone este reconocimiento a nivel personal?

-Es una gran satisfacción personal a la vez que un incentivo para continuar mi camino. También es importante el ver cómo mis padres, que siempre me han apoyado se sienten orgullosos ante este tipo de reconocimientos. Tengo que añadir que es producto de mucho trabajo, desvelos y constancia. A veces he tenido que sacrificar muchas cosas que me gustaban, pero ahora no me arrepiento

-Su nota media es de 9,5 en ambas licenciaturas, ¿siempre has tenido buenas notas, colegio, instituto?

-Sí. La inquietud es uno de los rasgos que siempre me ha caracterizado. Esas ganas de aprender cosas nuevas, junto a un elevado grado de constancia hacen que me sienta satisfecha con mi trabajo y parece ser que vienen dando sus frutos, ojalá todo siga así. Desde pequeña he tenido siempre hábito de estudios, tenía claro que una de mis prioridades era estudiar. En casa siempre me han valorado el trabajo diario, he aprendido que es la única manera de obtener lo que quieres.

-Actualmente estudias un Máster en la Universidad Autónoma de Madrid, becada por la Fundación Ramón Areces, ¿se plantea seguir estudiando?

-Seguramente sí, pero por propio interés, digamos por «afición» y compaginándolo con el trabajo. Considero que siempre podemos aprender más, hay miles de ámbitos y aspectos interesantes que llaman mi atención. Además no digo nada nuevo si afirmo que la formación continuada es esencial en nuestro tiempo, siempre hay que seguir avanzando puesto que quedan muchas cosas por descubrir.

-¿Dónde le gustaría trabajar cuando finalice sus estudios?

-Quizás empezar por el mundo de las auditorias como forma de adquirir mayores conocimientos sobre el mundo de los negocios. Pero realmente tampoco descarto dedicarme al derecho. Además la universidad es otra de las posibilidades que rondan mi cabeza, estuve trabajando en un proyecto de investigación en la facultad de empresariales de la Universidad de Granada al finalizar mis estudios y no me gustaría romper los lazos con esta alternativa. No obstante, quiero probar antes en el sector privado, de modo que me planteo la alternativa de compatibilizar ambas tareas en un futuro.

-¿Se plantea irse a otro país como muchos jóvenes que finalizan ahora sus estudios en España ante la situación de crisis y desempleo actual?

-Sí, ¿Por qué no?, considero que es una experiencia que te enriquece mucho tanto personal como profesionalmente, no me asusta la idea, de hecho es algo que ronda mi cabeza si no encontrase una buena oferta en España.

-¿Ha recibido antes algún premio o beca por sus notas?

-Sí. Gracias a mis notas he recibido varios premios, becas y reconocimientos. Recibí una beca de la Fundación Ramón Areces para estudios de posgrado. El año pasado me concedieron el Galardón al Mejor Expediente Académico de Equipo convocado por el Programa Becas AECA y obtuve una beca de Programa de Becas AECA para estudiantes Universitarios de Administración de Empresas. Además, mis notas me permitieron obtener una beca de colaboración en el Departamento de Economía Financiera de la Universidad de Granada, y ser alumna en prácticas en la Cátedra de Empresa Familiar del departamento de Derecho Mercantil y Romano de la Universidad, así como trabajar en un proyecto académico.

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‘La formación continuada es esencial en nuestro tiempo’

El próximo día 25 le entregan en la Universidad de Granada un Diploma por su Licenciatura en Derecho y Administración y Dirección de Empresas al contar con el mejor expediente académico del Curso 2011-2012 en su carrera. ¿Qué le supone este reconocimiento a nivel personal?

-Es una gran satisfacción personal a la vez que un incentivo para continuar mi camino. También es importante el ver cómo mis padres, que siempre me han apoyado se sienten orgullosos ante este tipo de reconocimientos. Tengo que añadir que es producto de mucho trabajo, desvelos y constancia. A veces he tenido que sacrificar muchas cosas que me gustaban, pero ahora no me arrepiento

-Su nota media es de 9,5 en ambas licenciaturas, ¿siempre has tenido buenas notas, colegio, instituto?

-Sí. La inquietud es uno de los rasgos que siempre me ha caracterizado. Esas ganas de aprender cosas nuevas, junto a un elevado grado de constancia hacen que me sienta satisfecha con mi trabajo y parece ser que vienen dando sus frutos, ojalá todo siga así. Desde pequeña he tenido siempre hábito de estudios, tenía claro que una de mis prioridades era estudiar. En casa siempre me han valorado el trabajo diario, he aprendido que es la única manera de obtener lo que quieres.

-Actualmente estudias un Máster en la Universidad Autónoma de Madrid, becada por la Fundación Ramón Areces, ¿se plantea seguir estudiando?

-Seguramente sí, pero por propio interés, digamos por «afición» y compaginándolo con el trabajo. Considero que siempre podemos aprender más, hay miles de ámbitos y aspectos interesantes que llaman mi atención. Además no digo nada nuevo si afirmo que la formación continuada es esencial en nuestro tiempo, siempre hay que seguir avanzando puesto que quedan muchas cosas por descubrir.

-¿Dónde le gustaría trabajar cuando finalice sus estudios?

-Quizás empezar por el mundo de las auditorias como forma de adquirir mayores conocimientos sobre el mundo de los negocios. Pero realmente tampoco descarto dedicarme al derecho. Además la universidad es otra de las posibilidades que rondan mi cabeza, estuve trabajando en un proyecto de investigación en la facultad de empresariales de la Universidad de Granada al finalizar mis estudios y no me gustaría romper los lazos con esta alternativa. No obstante, quiero probar antes en el sector privado, de modo que me planteo la alternativa de compatibilizar ambas tareas en un futuro.

-¿Se plantea irse a otro país como muchos jóvenes que finalizan ahora sus estudios en España ante la situación de crisis y desempleo actual?

-Sí, ¿Por qué no?, considero que es una experiencia que te enriquece mucho tanto personal como profesionalmente, no me asusta la idea, de hecho es algo que ronda mi cabeza si no encontrase una buena oferta en España.

-¿Ha recibido antes algún premio o beca por sus notas?

-Sí. Gracias a mis notas he recibido varios premios, becas y reconocimientos. Recibí una beca de la Fundación Ramón Areces para estudios de posgrado. El año pasado me concedieron el Galardón al Mejor Expediente Académico de Equipo convocado por el Programa Becas AECA y obtuve una beca de Programa de Becas AECA para estudiantes Universitarios de Administración de Empresas. Además, mis notas me permitieron obtener una beca de colaboración en el Departamento de Economía Financiera de la Universidad de Granada, y ser alumna en prácticas en la Cátedra de Empresa Familiar del departamento de Derecho Mercantil y Romano de la Universidad, así como trabajar en un proyecto académico.

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‘La formación continuada es esencial en nuestro tiempo’

El próximo día 25 le entregan en la Universidad de Granada un Diploma por su Licenciatura en Derecho y Administración y Dirección de Empresas al contar con el mejor expediente académico del Curso 2011-2012 en su carrera. ¿Qué le supone este reconocimiento a nivel personal?

-Es una gran satisfacción personal a la vez que un incentivo para continuar mi camino. También es importante el ver cómo mis padres, que siempre me han apoyado se sienten orgullosos ante este tipo de reconocimientos. Tengo que añadir que es producto de mucho trabajo, desvelos y constancia. A veces he tenido que sacrificar muchas cosas que me gustaban, pero ahora no me arrepiento

-Su nota media es de 9,5 en ambas licenciaturas, ¿siempre has tenido buenas notas, colegio, instituto?

-Sí. La inquietud es uno de los rasgos que siempre me ha caracterizado. Esas ganas de aprender cosas nuevas, junto a un elevado grado de constancia hacen que me sienta satisfecha con mi trabajo y parece ser que vienen dando sus frutos, ojalá todo siga así. Desde pequeña he tenido siempre hábito de estudios, tenía claro que una de mis prioridades era estudiar. En casa siempre me han valorado el trabajo diario, he aprendido que es la única manera de obtener lo que quieres.

-Actualmente estudias un Máster en la Universidad Autónoma de Madrid, becada por la Fundación Ramón Areces, ¿se plantea seguir estudiando?

-Seguramente sí, pero por propio interés, digamos por «afición» y compaginándolo con el trabajo. Considero que siempre podemos aprender más, hay miles de ámbitos y aspectos interesantes que llaman mi atención. Además no digo nada nuevo si afirmo que la formación continuada es esencial en nuestro tiempo, siempre hay que seguir avanzando puesto que quedan muchas cosas por descubrir.

-¿Dónde le gustaría trabajar cuando finalice sus estudios?

-Quizás empezar por el mundo de las auditorias como forma de adquirir mayores conocimientos sobre el mundo de los negocios. Pero realmente tampoco descarto dedicarme al derecho. Además la universidad es otra de las posibilidades que rondan mi cabeza, estuve trabajando en un proyecto de investigación en la facultad de empresariales de la Universidad de Granada al finalizar mis estudios y no me gustaría romper los lazos con esta alternativa. No obstante, quiero probar antes en el sector privado, de modo que me planteo la alternativa de compatibilizar ambas tareas en un futuro.

-¿Se plantea irse a otro país como muchos jóvenes que finalizan ahora sus estudios en España ante la situación de crisis y desempleo actual?

-Sí, ¿Por qué no?, considero que es una experiencia que te enriquece mucho tanto personal como profesionalmente, no me asusta la idea, de hecho es algo que ronda mi cabeza si no encontrase una buena oferta en España.

-¿Ha recibido antes algún premio o beca por sus notas?

-Sí. Gracias a mis notas he recibido varios premios, becas y reconocimientos. Recibí una beca de la Fundación Ramón Areces para estudios de posgrado. El año pasado me concedieron el Galardón al Mejor Expediente Académico de Equipo convocado por el Programa Becas AECA y obtuve una beca de Programa de Becas AECA para estudiantes Universitarios de Administración de Empresas. Además, mis notas me permitieron obtener una beca de colaboración en el Departamento de Economía Financiera de la Universidad de Granada, y ser alumna en prácticas en la Cátedra de Empresa Familiar del departamento de Derecho Mercantil y Romano de la Universidad, así como trabajar en un proyecto académico.

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La buena voluntad de la UGR

A pesar de la buena intención de la Universidad de Granada, quien ha reiterado en numerosas ocasiones su intención de «despidos cero» a lo largo de 2013, la plantilla no acaba de estar tranquila. Las dificultades que atraviesa su principal fuente de financiación, la Junta de Andalucía, hace que la firme voluntad de no incurrir en déficit convierta la loable intención en una incumplida promesa sometida a la dureza de los ajustes y de la realidad económica de 2013.
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La buena voluntad de la UGR

A pesar de la buena intención de la Universidad de Granada, quien ha reiterado en numerosas ocasiones su intención de «despidos cero» a lo largo de 2013, la plantilla no acaba de estar tranquila. Las dificultades que atraviesa su principal fuente de financiación, la Junta de Andalucía, hace que la firme voluntad de no incurrir en déficit convierta la loable intención en una incumplida promesa sometida a la dureza de los ajustes y de la realidad económica de 2013.
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La buena voluntad de la UGR

A pesar de la buena intención de la Universidad de Granada, quien ha reiterado en numerosas ocasiones su intención de «despidos cero» a lo largo de 2013, la plantilla no acaba de estar tranquila. Las dificultades que atraviesa su principal fuente de financiación, la Junta de Andalucía, hace que la firme voluntad de no incurrir en déficit convierta la loable intención en una incumplida promesa sometida a la dureza de los ajustes y de la realidad económica de 2013.
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Razones para recordar

HA transcurrido algo más de un mes del fallecimiento de Nicolás López Calera y su lamentable perdida sigue haciéndose muy presente en quienes hemos compartido en proximidad tareas académicas y cuantas vicisitudes ofrece la vida universitaria. El haber podido compartir con él estas últimas dos décadas en el Departamento de Filosofía del Derecho -poco tiempo si se tienen en cuenta los 48 años que ha estado en activo como Catedrático-, hace que me sienta especialmente privilegiado y agradecido sólo por el hecho de poder considerarme como uno de sus discípulos. Llegan ahora a mi recuerdo -y pido disculpas por el exceso de subjetivismo, si es que tal exceso pudiera evitarse en un escenario como este- las breves palabras que me dirigió poco después de mi incorporación al Departamento. Cuando me preguntó, cogiéndome un día por sorpresa, si quería dedicarme a la Filosofía del Derecho, me dijo, al oír mi respuesta afirmativa: «Pues actúa según tu leal saber y entender». Reconozco, con agradecimiento, que este lacónico dictamen ha sido el mayor acicate de mi actividad universitaria. Puede decirse que siempre respetó las distintas iniciativas e independencia de criterio de todos, como también supo defender sus propias convicciones. Por añadir algún rasgo de su personalidad, indicaré que Nicolás se caracterizaba por su brillantez y agilidad en el debate o en la discusión. En este contexto, acudía con frecuencia a esa reserva del sentido del humor que extraía de las esencias granadinas en las que tanto profundizó. Este peculiar humor, al modo granadino, lo aderezaba, en ocasiones, con un recurso a la ironía, pero siempre bajo la cautela y control propios del hombre prudente y respetuoso.

 

A Nicolás le gustaba hablar sobre su tiempo y quiso tener un espacio como intelectual, sobre todo si se concibe esta expresión en el sentido más originario en que surgió, es decir, como aquel que expresa su opinión en los periódicos y en los diferentes medios de comunicación. Como es sabido, Nicolás López Calera ocupaba con frecuencia un espacio en las páginas de opinión de los periódicos granadinos, teniendo siempre la valentía de expresar y defender su perspectiva en relación con las diferentes cuestiones de que se ocupaba: nacionalismo, terrorismo, derechos humanos, política, dimensión ética del derecho y cuestiones sobre el ser granadino. Nunca renunciaba a la dimensión crítica del pensamiento y percibía su tarea como un ejercicio de responsabilidad ciudadana. Pero en el caso de Nicolás este deber, como los demás deberes académicos, eran asumidos con la naturalidad de quien identificaba siempre tales deberes con lo que deseaba y quería hacer. Por eso, solía decir que era un ser afortunado

Nicolás López Calera ha sido siempre un auténtico universitario que ha llevado su carrera profesional, tanto investigadora como docente, a la excelencia. Un trabajo constante y metódico, que incluía sesiones de mañana y tarde en su despacho del Departamento, es una de las claves de su éxito académico, como no dudaba en reconocer. En él se cumple aquel ideal que habría de acompañar a todo profesor universitario: que la docencia sea el resultado de lo previamente investigado. En su extensa producción investigadora (más de 20 libros, un centenar de artículos…), algunos de los trabajos más destacados entre 1985 y 2002 giran entorno a tres ejes principales: Filosofía jurídica, Derechos humanos y Filosofía política. Se trata de más de 25 artículos, todos ellos de plena actualidad, algunos como aportaciones a libros colectivos o de homenaje y otros publicados en prestigiosas Revistas (Claves de la Razón Práctica, Doxa, Jueces para la Democracia, Anuario de Filosofía del Derecho…). Estos trabajos de investigación han sido, en su mayor parte, recopilados en un libro, publicado por la Editorial Universidad de Granada en 2003 con el siguiente título: ¿Es posible un mundo justo? Estudios de Filosofía jurídica y política. Entre 1992 y 2007 pueden también destacarse, entre otros, varios libros sobre teoría del Estado (Yo, el Estado), el nacionalismo, los derechos colectivos y los nuevos Leviatanes de nuestro mundo globalizado, publicados respectivamente en prestigiosas editoriales, Trotta (1992), Tecnos (1995), Ariel (2000) y Marcial Pons (2007).

Es muy representativo del empuje intelectual de Nicolás el proyecto de investigación que presentó en el Departamento para su etapa como Profesor Emérito. Aquí se aprecia una vuelta a los clásicos a los que nunca dejó de cultivar, aunque siempre lo hacía para mejor enjuiciar el presente en perspectiva de futuro. Como fruto de este proyecto se encuentran sus trabajos recientes sobre el interés público (2010) y sobre el krausismo (Krause según Krause, en El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, 2009). En relación con esta última temática hispana me comentó que desde el comienzo de su tarea investigadora, y con ocasión de su tesis doctoral sobre Joaquín Costa (Joaquín Costa Filósofo del Derecho, C.S.I.C., Zaragoza, 1965), tenía acumulados muchos materiales sobre el pensamiento krausista que estaba deseoso de poner al día, como así lo ha hecho en este riguroso y documentado estudio. Además, nos ha vuelto a sorprender con un nuevo libro sobre Hegel (Mensajes hegelianos. La Filosofía del Derecho de G.H. Hegel), publicado por Iustel en 2012.

El último trabajo de investigación (aunque me consta que tenía ya avanzados otros proyectos muy sugerentes), en esta misma línea de vuelta a los clásicos, ha sido sobre Guillermo de Ockham y el nacimiento del laicismo moderno. Me encontraba corrigiendo las pruebas de este artículo cuando llegó la triste noticia de su fallecimiento. Este trabajo verá la luz en el reciente y último número 46 (2012) de los Anales de la Cátedra Francisco Suárez, que deben tanto al profesor López Calera y de los que ha sido el Director hasta su jubilación. Pocas semanas antes de su ingreso en el hospital, pasó por el Departamento para devolver a su biblioteca -en la que deja una honda huella para la posteridad- los libros que había manejado para la confección de este sólido trabajo académico. Brilla en las líneas de este estudio la misma agudeza y erudición de quien se encuentra en plena madurez intelectual, la misma ilusión, el mismo impulso.

Esperábamos de Nicolás una dorada longevidad, pero también en esto nos ha sorprendido a todos.

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Razones para recordar

HA transcurrido algo más de un mes del fallecimiento de Nicolás López Calera y su lamentable perdida sigue haciéndose muy presente en quienes hemos compartido en proximidad tareas académicas y cuantas vicisitudes ofrece la vida universitaria. El haber podido compartir con él estas últimas dos décadas en el Departamento de Filosofía del Derecho -poco tiempo si se tienen en cuenta los 48 años que ha estado en activo como Catedrático-, hace que me sienta especialmente privilegiado y agradecido sólo por el hecho de poder considerarme como uno de sus discípulos. Llegan ahora a mi recuerdo -y pido disculpas por el exceso de subjetivismo, si es que tal exceso pudiera evitarse en un escenario como este- las breves palabras que me dirigió poco después de mi incorporación al Departamento. Cuando me preguntó, cogiéndome un día por sorpresa, si quería dedicarme a la Filosofía del Derecho, me dijo, al oír mi respuesta afirmativa: «Pues actúa según tu leal saber y entender». Reconozco, con agradecimiento, que este lacónico dictamen ha sido el mayor acicate de mi actividad universitaria. Puede decirse que siempre respetó las distintas iniciativas e independencia de criterio de todos, como también supo defender sus propias convicciones. Por añadir algún rasgo de su personalidad, indicaré que Nicolás se caracterizaba por su brillantez y agilidad en el debate o en la discusión. En este contexto, acudía con frecuencia a esa reserva del sentido del humor que extraía de las esencias granadinas en las que tanto profundizó. Este peculiar humor, al modo granadino, lo aderezaba, en ocasiones, con un recurso a la ironía, pero siempre bajo la cautela y control propios del hombre prudente y respetuoso.

 

A Nicolás le gustaba hablar sobre su tiempo y quiso tener un espacio como intelectual, sobre todo si se concibe esta expresión en el sentido más originario en que surgió, es decir, como aquel que expresa su opinión en los periódicos y en los diferentes medios de comunicación. Como es sabido, Nicolás López Calera ocupaba con frecuencia un espacio en las páginas de opinión de los periódicos granadinos, teniendo siempre la valentía de expresar y defender su perspectiva en relación con las diferentes cuestiones de que se ocupaba: nacionalismo, terrorismo, derechos humanos, política, dimensión ética del derecho y cuestiones sobre el ser granadino. Nunca renunciaba a la dimensión crítica del pensamiento y percibía su tarea como un ejercicio de responsabilidad ciudadana. Pero en el caso de Nicolás este deber, como los demás deberes académicos, eran asumidos con la naturalidad de quien identificaba siempre tales deberes con lo que deseaba y quería hacer. Por eso, solía decir que era un ser afortunado

Nicolás López Calera ha sido siempre un auténtico universitario que ha llevado su carrera profesional, tanto investigadora como docente, a la excelencia. Un trabajo constante y metódico, que incluía sesiones de mañana y tarde en su despacho del Departamento, es una de las claves de su éxito académico, como no dudaba en reconocer. En él se cumple aquel ideal que habría de acompañar a todo profesor universitario: que la docencia sea el resultado de lo previamente investigado. En su extensa producción investigadora (más de 20 libros, un centenar de artículos…), algunos de los trabajos más destacados entre 1985 y 2002 giran entorno a tres ejes principales: Filosofía jurídica, Derechos humanos y Filosofía política. Se trata de más de 25 artículos, todos ellos de plena actualidad, algunos como aportaciones a libros colectivos o de homenaje y otros publicados en prestigiosas Revistas (Claves de la Razón Práctica, Doxa, Jueces para la Democracia, Anuario de Filosofía del Derecho…). Estos trabajos de investigación han sido, en su mayor parte, recopilados en un libro, publicado por la Editorial Universidad de Granada en 2003 con el siguiente título: ¿Es posible un mundo justo? Estudios de Filosofía jurídica y política. Entre 1992 y 2007 pueden también destacarse, entre otros, varios libros sobre teoría del Estado (Yo, el Estado), el nacionalismo, los derechos colectivos y los nuevos Leviatanes de nuestro mundo globalizado, publicados respectivamente en prestigiosas editoriales, Trotta (1992), Tecnos (1995), Ariel (2000) y Marcial Pons (2007).

Es muy representativo del empuje intelectual de Nicolás el proyecto de investigación que presentó en el Departamento para su etapa como Profesor Emérito. Aquí se aprecia una vuelta a los clásicos a los que nunca dejó de cultivar, aunque siempre lo hacía para mejor enjuiciar el presente en perspectiva de futuro. Como fruto de este proyecto se encuentran sus trabajos recientes sobre el interés público (2010) y sobre el krausismo (Krause según Krause, en El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, 2009). En relación con esta última temática hispana me comentó que desde el comienzo de su tarea investigadora, y con ocasión de su tesis doctoral sobre Joaquín Costa (Joaquín Costa Filósofo del Derecho, C.S.I.C., Zaragoza, 1965), tenía acumulados muchos materiales sobre el pensamiento krausista que estaba deseoso de poner al día, como así lo ha hecho en este riguroso y documentado estudio. Además, nos ha vuelto a sorprender con un nuevo libro sobre Hegel (Mensajes hegelianos. La Filosofía del Derecho de G.H. Hegel), publicado por Iustel en 2012.

El último trabajo de investigación (aunque me consta que tenía ya avanzados otros proyectos muy sugerentes), en esta misma línea de vuelta a los clásicos, ha sido sobre Guillermo de Ockham y el nacimiento del laicismo moderno. Me encontraba corrigiendo las pruebas de este artículo cuando llegó la triste noticia de su fallecimiento. Este trabajo verá la luz en el reciente y último número 46 (2012) de los Anales de la Cátedra Francisco Suárez, que deben tanto al profesor López Calera y de los que ha sido el Director hasta su jubilación. Pocas semanas antes de su ingreso en el hospital, pasó por el Departamento para devolver a su biblioteca -en la que deja una honda huella para la posteridad- los libros que había manejado para la confección de este sólido trabajo académico. Brilla en las líneas de este estudio la misma agudeza y erudición de quien se encuentra en plena madurez intelectual, la misma ilusión, el mismo impulso.

Esperábamos de Nicolás una dorada longevidad, pero también en esto nos ha sorprendido a todos.

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Razones para recordar

HA transcurrido algo más de un mes del fallecimiento de Nicolás López Calera y su lamentable perdida sigue haciéndose muy presente en quienes hemos compartido en proximidad tareas académicas y cuantas vicisitudes ofrece la vida universitaria. El haber podido compartir con él estas últimas dos décadas en el Departamento de Filosofía del Derecho -poco tiempo si se tienen en cuenta los 48 años que ha estado en activo como Catedrático-, hace que me sienta especialmente privilegiado y agradecido sólo por el hecho de poder considerarme como uno de sus discípulos. Llegan ahora a mi recuerdo -y pido disculpas por el exceso de subjetivismo, si es que tal exceso pudiera evitarse en un escenario como este- las breves palabras que me dirigió poco después de mi incorporación al Departamento. Cuando me preguntó, cogiéndome un día por sorpresa, si quería dedicarme a la Filosofía del Derecho, me dijo, al oír mi respuesta afirmativa: «Pues actúa según tu leal saber y entender». Reconozco, con agradecimiento, que este lacónico dictamen ha sido el mayor acicate de mi actividad universitaria. Puede decirse que siempre respetó las distintas iniciativas e independencia de criterio de todos, como también supo defender sus propias convicciones. Por añadir algún rasgo de su personalidad, indicaré que Nicolás se caracterizaba por su brillantez y agilidad en el debate o en la discusión. En este contexto, acudía con frecuencia a esa reserva del sentido del humor que extraía de las esencias granadinas en las que tanto profundizó. Este peculiar humor, al modo granadino, lo aderezaba, en ocasiones, con un recurso a la ironía, pero siempre bajo la cautela y control propios del hombre prudente y respetuoso.

 

A Nicolás le gustaba hablar sobre su tiempo y quiso tener un espacio como intelectual, sobre todo si se concibe esta expresión en el sentido más originario en que surgió, es decir, como aquel que expresa su opinión en los periódicos y en los diferentes medios de comunicación. Como es sabido, Nicolás López Calera ocupaba con frecuencia un espacio en las páginas de opinión de los periódicos granadinos, teniendo siempre la valentía de expresar y defender su perspectiva en relación con las diferentes cuestiones de que se ocupaba: nacionalismo, terrorismo, derechos humanos, política, dimensión ética del derecho y cuestiones sobre el ser granadino. Nunca renunciaba a la dimensión crítica del pensamiento y percibía su tarea como un ejercicio de responsabilidad ciudadana. Pero en el caso de Nicolás este deber, como los demás deberes académicos, eran asumidos con la naturalidad de quien identificaba siempre tales deberes con lo que deseaba y quería hacer. Por eso, solía decir que era un ser afortunado

Nicolás López Calera ha sido siempre un auténtico universitario que ha llevado su carrera profesional, tanto investigadora como docente, a la excelencia. Un trabajo constante y metódico, que incluía sesiones de mañana y tarde en su despacho del Departamento, es una de las claves de su éxito académico, como no dudaba en reconocer. En él se cumple aquel ideal que habría de acompañar a todo profesor universitario: que la docencia sea el resultado de lo previamente investigado. En su extensa producción investigadora (más de 20 libros, un centenar de artículos…), algunos de los trabajos más destacados entre 1985 y 2002 giran entorno a tres ejes principales: Filosofía jurídica, Derechos humanos y Filosofía política. Se trata de más de 25 artículos, todos ellos de plena actualidad, algunos como aportaciones a libros colectivos o de homenaje y otros publicados en prestigiosas Revistas (Claves de la Razón Práctica, Doxa, Jueces para la Democracia, Anuario de Filosofía del Derecho…). Estos trabajos de investigación han sido, en su mayor parte, recopilados en un libro, publicado por la Editorial Universidad de Granada en 2003 con el siguiente título: ¿Es posible un mundo justo? Estudios de Filosofía jurídica y política. Entre 1992 y 2007 pueden también destacarse, entre otros, varios libros sobre teoría del Estado (Yo, el Estado), el nacionalismo, los derechos colectivos y los nuevos Leviatanes de nuestro mundo globalizado, publicados respectivamente en prestigiosas editoriales, Trotta (1992), Tecnos (1995), Ariel (2000) y Marcial Pons (2007).

Es muy representativo del empuje intelectual de Nicolás el proyecto de investigación que presentó en el Departamento para su etapa como Profesor Emérito. Aquí se aprecia una vuelta a los clásicos a los que nunca dejó de cultivar, aunque siempre lo hacía para mejor enjuiciar el presente en perspectiva de futuro. Como fruto de este proyecto se encuentran sus trabajos recientes sobre el interés público (2010) y sobre el krausismo (Krause según Krause, en El Cronista del Estado Social y Democrático de Derecho, 2009). En relación con esta última temática hispana me comentó que desde el comienzo de su tarea investigadora, y con ocasión de su tesis doctoral sobre Joaquín Costa (Joaquín Costa Filósofo del Derecho, C.S.I.C., Zaragoza, 1965), tenía acumulados muchos materiales sobre el pensamiento krausista que estaba deseoso de poner al día, como así lo ha hecho en este riguroso y documentado estudio. Además, nos ha vuelto a sorprender con un nuevo libro sobre Hegel (Mensajes hegelianos. La Filosofía del Derecho de G.H. Hegel), publicado por Iustel en 2012.

El último trabajo de investigación (aunque me consta que tenía ya avanzados otros proyectos muy sugerentes), en esta misma línea de vuelta a los clásicos, ha sido sobre Guillermo de Ockham y el nacimiento del laicismo moderno. Me encontraba corrigiendo las pruebas de este artículo cuando llegó la triste noticia de su fallecimiento. Este trabajo verá la luz en el reciente y último número 46 (2012) de los Anales de la Cátedra Francisco Suárez, que deben tanto al profesor López Calera y de los que ha sido el Director hasta su jubilación. Pocas semanas antes de su ingreso en el hospital, pasó por el Departamento para devolver a su biblioteca -en la que deja una honda huella para la posteridad- los libros que había manejado para la confección de este sólido trabajo académico. Brilla en las líneas de este estudio la misma agudeza y erudición de quien se encuentra en plena madurez intelectual, la misma ilusión, el mismo impulso.

Esperábamos de Nicolás una dorada longevidad, pero también en esto nos ha sorprendido a todos.

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El ‘Uni’ no culmina la remontada y cae a la zona de descenso

El Santa Rosa le puso más corazón al partido y eso le bastó para quedarse con los tres puntos en juego ante el Universidad de Granada, que cae a la zona de descenso a Primera Andaluza (5-2).

Las granadinas hicieron lo más difícil, que era empatar a dos un partido que se les había puesto cuesta arriba. Pero en la segunda mitad las de Armando Rodríguez no dieron continuidad a su juego. A ello también ayudó la actuación de la portera alicantina Aida, que salvó a su equipo.

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