Universidad de Granada. Palacio de la Madraza. Del 13 de diciembre de 2012 al 31 de enero de 2013. Producida por el Centro de Cultura Contemporánea y la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada.
Aramis López Poesía y arte. Las fronteras, los territorios afines, el espacio común. La reflexión sobre ello y sobre muchas otras cuestiones se genera desde propuestas como la que analizamos. Desde luego, el objeto central de esta exposición es la obra del poeta Antonio Carvajal y su relación con otras artes, pero va más allá.
La exposición está compuesta por materiales diversos: la poesía de Antonio Carvajal, todas sus publicaciones, antologías, plaquettes y cuadernos; por otro lado, piezas donadas por el propio poeta a la Colección de Arte Contemporáneo de la Universidad de Granada; y también, por una selección de fotografías hechas por Paco Fernández en las que Antonio Carvajal presenta a sus amigos a la cámara.
«¿Mis méritos? Díganlos otros. Aduciré dos: soy autor del libro de poesía titulado Tigres en el jardín y de otro titulado Metáfora de las huellas (estudios de métrica)». Así habla el poeta de sus méritos, en términos de una cierta modestia que no puede, sin embargo, enmascarar una trayectoria amplio, extensa, rigurosa, combativa desde la palabra y la belleza, que le ha llevado a ser acreedor del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Sobre todo ello, no obstante, cabe referirse a cómo su obra nos trae la emoción de la letra que hace palabra, y de la palabra que hace verso.
En esta exposición, pero también en toda su producción literaria, se encuentra la unión de las artes, la sencilla unión de todas las artes. La parte de la muestra que más ahonda en esta idea de que el arte es uno, que el arte trata de la imitación de la naturaleza mediante imágenes, objetos o palabras. La plasmación de esta idea se encuentra, sin duda, en las fotografías de Paco Fernández. Simonides de Ceos hablaba de la pintura como «poesía muda» y de la poesía como «pintura parlante». Antonio Carvajal en su poesía pasea por las fronteras de lo visual utilizando versos que pintan. Compone poesías sobre exégesis de obras artísticas, habla de ellas y con ellas. Pero en esta exposición aparece en una nueva faceta de artista: se convierte en actor, en intérprete del papel de su propia vida. Actor y rapsoda de su imagen, aparece en las fotografías interpretando papeles secundarios en la representación de su devenir como poeta y como ciudadano, acompañado de sus amigos.
Lo explico. Paco Fernández, el fotógrafo, se trata, sin lugar a dudas, de uno de los grandes retratistas españoles actuales. Trabaja sobre la interacción con el retratado. Su sistema de trabajo se basa en entablar un proceso de seducción con el personaje y conseguir transformar en actor a la persona, moverlo a través de un guión que surge de la idea que el fotógrafo tiene de la personalidad del retratado. Esta idea puede ser fruto del conocimiento previo, o mejor, de una primera impresión, de ese primer golpe de vista o intuición que todos tenemos al ver a una persona por primera vez. A partir de la información que los rasgos físicos, la edad, la forma de moverse, de hablar, la dificultad o no para conquistar el espacio físico en el que nos movemos, la forma de requerir la atención del otro, los silencios o las miradas, poco a poco el artista crea un personaje, que puede o no corresponderse con la realidad, pero que mediante cientos de disparos de la cámara captura los detalles que el cuerpo, y no solo el rostro, nos da como información. Este método es un método artístico, el fotógrafo no solo tiene del arte de la fotografía la técnica, sino también el ingenio. Construye una imagen del retratado sumando imágenes, analiza, elabora y sintetiza en un proceso artístico e intelectual.
En esta serie de fotografías de Antonio Carvajal junto a sus amigos, Paco Fernández no está solo en esta construcción visual, sino que cuenta con la ayuda del poeta, que desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado colabora en este proceso. Son fotografías de grupo en el que uno de los personajes (Antonio) ha compuesto previamente el guión de la historia que se muestra en la imagen. Suele contener tres informaciones preferentemente: presentar al amigo, hablar de su amistad particular y nombrar el concepto de la amistad. En las imágenes aparece el poeta como un personaje cargado del concepto griego, ?????? (areté) , la excelencia, la belleza que se manifiesta tanto en el interior como en el exterior, que habla de su habilidad social y de su intelecto, esa imagen de hombre bueno y justo, que busca la felicidad de sus seres queridos. En las fotografías aparece un Antonio Carvajal totalmente descrito. Personajes como Francisco Ayala, José Hierro, José Antonio Muñoz Rojas, María Victoria Atencia, Yehudi Menuhim, Antonio Ramos Hidalgo, Claude Couffon o Antonio Piedra, y así un gran número de instantáneas, no se muestran todas las que deberían.
Pero hay que destacar algunas de ellas, en primer lugar la que aparece con Francisco Ayala. En ella ambos literatos miran fijamente a la cámara sentados en una fuente granadina, los dos saben del diálogo que están teniendo a través del objetivo de la cámara que hace las veces de espejo, y que les devuelve a cada uno la imagen que el otro regala a la cámara. Es un duelo de titanes, Antonio Carvajal coge del brazo y se inclina, poniendo su hombro por detrás, pero elevando el cuerpo para aparecer a mayor altura. Uno de claro y el otro de oscuro, los dos impecables, los dos soberbios, podemos leer sus obras completas en el fondo de sus miradas.
Otra magnífica fotografía es en la que aparece con Teresa Jiménez Almagro, en un fondo de vegetación, que al ser fotografías de un blanco y negro muy contrastado, aparece muy oscuro lo que resalta los personajes, aparece una figura femenina central, muy sentada, muy feliz, que conoce perfectamente al hombre que la abraza, al hombre que mostrando un rol protector en una lectura rápida, realmente aparece apoyado sostenido, mirando a la cámara pero casi huyendo para marcharse y llevarse a esa mujer hermosa que sonríe. Y también es muy reveladora la imagen con Antonio Ramos, en la que nos muestra a su amigo y se sitúa tras él, nos muestra a un personaje, que aún siendo coetáneo, de una envergadura similar, lo va a proteger, lo más cercano a la cámara es una mano que coge con fuerza el mango de un paraguas.
En definitiva una magnífica muestra del buen hacer de artístico de Antonio Carvajal y Paco Fernández y de la Universidad de Granada creando un patrimonio cultural contemporáneo de primer orden.
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