La Biblioteca Universitaria de Granada ha obtenido el Sello de Excelencia Europea +500

  • Otorgado por la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM) y el Club de Excelencia en la Gestión

La Biblioteca Universitaria de Granada, tras superar con éxito el proceso de evaluación externa, ha obtenido el Sello de Excelencia Europea +500 otorgado por la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM) y el Club de Excelencia en la Gestión.

Este sello implica uno de los máximos reconocimientos a la excelencia que se conceden en Europa, siendo la Biblioteca Universitaria el primer servicio de la Universidad de Granada que lo ha conseguido y la segunda de todas las Bibliotecas Universitarias de España.

El Sello de Excelencia Europea significa para las organizaciones que lo ostentan un reconocido nivel de prestigio, excelencia y eficacia en su gestión, eficiencia operativa y diferenciación en un entorno competitivo. En suma, denota capacidad de liderazgo y competitividad.

Hay cuatro niveles de excelencia, de los cuales el +500 es el superior.

Contacto: Mª. José Ariza Rubio. Directora de la Biblioteca Universitaria de Granada. Hospital Real. Tlf.: 958 243053. Correo elec: mjariza@ugr.es


Estudio señala que mentiras se detectan en la nariz

Científicos de la Universidad de Granada, España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho», ya que descubrieron que cuando una persona miente, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.

Para llegar a esa conclusión, dos expertos aplicaron la termografía —una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos— al ámbito de la psicología.

«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.

Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de psicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Elvira Salazar.

Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice: ‘Yo creo que vamos a salir de la crisis’.

La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.

En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.

Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la psicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir), se producen cambios térmicos faciales».en la nariz». Además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.

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Estudio señala que mentiras se detectan en la nariz

Científicos de la Universidad de Granada, España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho», ya que descubrieron que cuando una persona miente, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.

Para llegar a esa conclusión, dos expertos aplicaron la termografía —una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos— al ámbito de la psicología.

«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.

Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de psicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Elvira Salazar.

Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice: ‘Yo creo que vamos a salir de la crisis’.

La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.

En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.

Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la psicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir), se producen cambios térmicos faciales».en la nariz». Además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.

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La nariz nos delata como a Pinocho

Dos científicos de la Universidad de Granada, en España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho»: cuando una persona no dice la verdad, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.
Para llegar a esa conclusión, los dos expertos aplicaron la termografía -una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos- al ámbito de la sicología.
«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.
Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.
Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Mundo Elvira Salazar.
Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice ‘yo creo en España, yo creo que vamos a salir de la crisis’.
Sentimientos viscerales
La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.
En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.
Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la sicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales».
Así, explican, «cuando mentimos sobre nuestros sentimientos, estos cambios térmicos se producen en la nariz».
Pero Salazar cuenta que, además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.
«La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos».
Sin embargo, cuando no hay sentimientos reales, ésta no se activa.
«A más actividad de la ínsula (a mayor sentimiento visceral), menor cambio térmico se produce, y viceversa», dice el estudio.
En diálogo con BBC Mundo, Salazar ilustra los posibles usos de la técnica con un ejemplo cotidiano.
«La unión de ese correlato cerebral y la bajada de la temperatura de la punta de la nariz realmente nos permitiría saber si cuando nos dicen ‘sí, yo creo que España va a salir de esta crisis’ nos están diciendo la verdad», concluye la científica.
Sin embargo, Salazar reconoce que todavía es muy temprano para pensar en la aplicación concreta de su estudio.
Flamenco y temperatura
Según los dos científicos, la temperatura corporal no sólo cambia cuando mentimos.
El ejercicio aeróbico y distintos tipos de baile tienen sus propias huellas térmicas, es decir, patrones corporales específicos de cambio de temperatura.
Por ejemplo, «cuando una persona baila flamenco desciende la temperatura de los glúteos y aumenta la de los antebrazos», explica Salazar en su análisis.
La termografía también sirve, según los expertos, para evaluar las emociones, determinar el patrón corporal de grasa y determinar el contagio emocional.
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La nariz nos delata como a Pinocho

Dos científicos de la Universidad de Granada, en España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho»: cuando una persona no dice la verdad, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.
Para llegar a esa conclusión, los dos expertos aplicaron la termografía -una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos- al ámbito de la sicología.
«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.
Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.
Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Mundo Elvira Salazar.
Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice ‘yo creo en España, yo creo que vamos a salir de la crisis’.
Sentimientos viscerales
La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.
En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.
Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la sicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales».
Así, explican, «cuando mentimos sobre nuestros sentimientos, estos cambios térmicos se producen en la nariz».
Pero Salazar cuenta que, además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.
«La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos».
Sin embargo, cuando no hay sentimientos reales, ésta no se activa.
«A más actividad de la ínsula (a mayor sentimiento visceral), menor cambio térmico se produce, y viceversa», dice el estudio.
En diálogo con BBC Mundo, Salazar ilustra los posibles usos de la técnica con un ejemplo cotidiano.
«La unión de ese correlato cerebral y la bajada de la temperatura de la punta de la nariz realmente nos permitiría saber si cuando nos dicen ‘sí, yo creo que España va a salir de esta crisis’ nos están diciendo la verdad», concluye la científica.
Sin embargo, Salazar reconoce que todavía es muy temprano para pensar en la aplicación concreta de su estudio.
Flamenco y temperatura
Según los dos científicos, la temperatura corporal no sólo cambia cuando mentimos.
El ejercicio aeróbico y distintos tipos de baile tienen sus propias huellas térmicas, es decir, patrones corporales específicos de cambio de temperatura.
Por ejemplo, «cuando una persona baila flamenco desciende la temperatura de los glúteos y aumenta la de los antebrazos», explica Salazar en su análisis.
La termografía también sirve, según los expertos, para evaluar las emociones, determinar el patrón corporal de grasa y determinar el contagio emocional.
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Las mentiras se detectan en la nariz, según estudio

Científicos de la Universidad de Granada, España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho», ya que descubrieron que cuando una persona miente, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.

Para llegar a esa conclusión, dos expertos aplicaron la termografía —una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos— al ámbito de la psicología.

«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.

Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de psicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Elvira Salazar.

Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice: ‘Yo creo que vamos a salir de la crisis’.

La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.

En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.

Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la psicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir), se producen cambios térmicos faciales».en la nariz». Además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.

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Las mentiras se detectan en la nariz, según estudio

Científicos de la Universidad de Granada, España, revelaron lo que denominaron «el efecto Pinocho», ya que descubrieron que cuando una persona miente, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye.

Para llegar a esa conclusión, dos expertos aplicaron la termografía —una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos— al ámbito de la psicología.

«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican en el informe.

Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los dos investigadores españoles del departamento de psicología experimental de la Universidad de Granada, también encontraron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», le dijo a BBC Elvira Salazar.

Y agrega: «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice: ‘Yo creo que vamos a salir de la crisis’.

La Universidad de Granada explica que la termografía se utiliza normalmente en áreas como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.

En este último caso ha sido utilizada para detectar enemigos a través de lo que se conoce como visión nocturna.

Pero Gómez y Salazar decidieron utilizar esta técnica en asuntos relacionados con la psicología y concluyeron en su informe que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir), se producen cambios térmicos faciales».en la nariz». Además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.

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Efecto Pinocho: la nariz nos delata al mentir

Investigadores de la Universidad de Granada descubrieron que, al mentir, la punta de la nariz aumenta su temperatura, por lo que el fenómeno es llamado efecto Pinocho.

Quizá Carlo Collodi, el autor de la versión más conocida de Pinocho, intuyó, de alguna forma, el reciente descubrimiento que investigadores de la Universidad de Granada realizaron al encontrar que la temperatura de la nariz cambia cuando mentimos.
En pocas palabras, la nariz sí nos delata. Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los encargados de la investigación, revelaron que el denominado «efecto Pinocho» no es ficticio, pues la temperatura de este órgano aumenta o disminuye según el esfuerzo cerebral, el cual estaría ligado, en este caso, en la elaboración de la mentira.
Los expertos llegaron a dicha conclusión conjuntando la termografía, una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos, con la psicología.
«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican los científicos en un informe.
Gómez Milán y Salazar López, pertenecen al departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada, y también descubrieron que al mentir, la temperatura en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo, también aumenta.
Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», dijo Salazar a la BBC Mundo, y agregó «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice ‘yo creo en España, yo creo que vamos a salir de la crisis’.»
El estudio de la temperatura
De esta manera, miembros de la Universidad de Granada explicaron que la termografía se utiliza normalmente en ámbitos como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.
Empero, Gómez y Salazar decidieron aplicar esta técnica en asuntos relacionados con la sicología y concluyeron, como ya se mencionó, que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales».
Salazar explicó que, además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.
«La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos».

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Efecto Pinocho: la nariz nos delata al mentir

Investigadores de la Universidad de Granada descubrieron que, al mentir, la punta de la nariz aumenta su temperatura, por lo que el fenómeno es llamado efecto Pinocho.

Quizá Carlo Collodi, el autor de la versión más conocida de Pinocho, intuyó, de alguna forma, el reciente descubrimiento que investigadores de la Universidad de Granada realizaron al encontrar que la temperatura de la nariz cambia cuando mentimos.
En pocas palabras, la nariz sí nos delata. Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los encargados de la investigación, revelaron que el denominado «efecto Pinocho» no es ficticio, pues la temperatura de este órgano aumenta o disminuye según el esfuerzo cerebral, el cual estaría ligado, en este caso, en la elaboración de la mentira.
Los expertos llegaron a dicha conclusión conjuntando la termografía, una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos, con la psicología.
«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican los científicos en un informe.
Gómez Milán y Salazar López, pertenecen al departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada, y también descubrieron que al mentir, la temperatura en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo, también aumenta.
Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», dijo Salazar a la BBC Mundo, y agregó «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice ‘yo creo en España, yo creo que vamos a salir de la crisis’.»
El estudio de la temperatura
De esta manera, miembros de la Universidad de Granada explicaron que la termografía se utiliza normalmente en ámbitos como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.
Empero, Gómez y Salazar decidieron aplicar esta técnica en asuntos relacionados con la sicología y concluyeron, como ya se mencionó, que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales».
Salazar explicó que, además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.
«La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos».

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Efecto Pinocho: la nariz nos delata al mentir

Investigadores de la Universidad de Granada descubrieron que, al mentir, la punta de la nariz aumenta su temperatura, por lo que el fenómeno es llamado efecto Pinocho.

Quizá Carlo Collodi, el autor de la versión más conocida de Pinocho, intuyó, de alguna forma, el reciente descubrimiento que investigadores de la Universidad de Granada realizaron al encontrar que la temperatura de la nariz cambia cuando mentimos.
En pocas palabras, la nariz sí nos delata. Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López, los encargados de la investigación, revelaron que el denominado «efecto Pinocho» no es ficticio, pues la temperatura de este órgano aumenta o disminuye según el esfuerzo cerebral, el cual estaría ligado, en este caso, en la elaboración de la mentira.
Los expertos llegaron a dicha conclusión conjuntando la termografía, una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos, con la psicología.
«Si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura en nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad, se produce una subida general de la temperatura facial», explican los científicos en un informe.
Gómez Milán y Salazar López, pertenecen al departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada, y también descubrieron que al mentir, la temperatura en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo, también aumenta.
Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», dijo Salazar a la BBC Mundo, y agregó «Imagínese que ante la situación que atraviesa España pudiéramos saber si es cierto cuando un político dice ‘yo creo en España, yo creo que vamos a salir de la crisis’.»
El estudio de la temperatura
De esta manera, miembros de la Universidad de Granada explicaron que la termografía se utiliza normalmente en ámbitos como la construcción, la medicina y las investigaciones militares.
Empero, Gómez y Salazar decidieron aplicar esta técnica en asuntos relacionados con la sicología y concluyeron, como ya se mencionó, que «ante situaciones en las que un sujeto realiza un esfuerzo mental (enfrentarse a tareas difíciles, al ser evaluado o al mentir sobre hechos), se producen cambios térmicos faciales».
Salazar explicó que, además del cambio de temperatura, también hay un efecto cerebral.
«La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos».

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‘Efecto Pinocho’: la nariz delata a los mentirosos

La historia, inmortalizada por Disney, tenía algo de real. Un estudio científico determinó que cuando una persona miente, se producen cambios térmicos en la nariz

Un estudio realizado por científicos del departamento de la Universidad de Granada reveló que cuando una persona miente se produce el denominado «efecto Pinocho»: la temperatura de la punta de la nariz aumenta o disminuye.

También existe un efecto cerebral. «La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos», explican los expertos. Sin embargo, cuando no hay sentimientos reales, ésta no se activa. «A más actividad de la ínsula (a mayor sentimiento visceral), menor cambio térmico se produce, y viceversa», indica el estudio.

Para llegar a esa conclusión, los expertos Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López aplicaron la termografía -una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos- al ámbito de la psicología, obteniendo resultados novedosos.

Los investigadores descubrieron que cuando los humanos realizan un gran esfuerzo mental, la temperatura de la nariz desciende. En cambio, cuando se sufre un ataque de ansiedad, se produce una suba general de la temperatura facial.

También detectaron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», indicó Elvira Salazar.

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‘Efecto Pinocho’: la nariz delata a los mentirosos

La historia, inmortalizada por Disney, tenía algo de real. Un estudio científico determinó que cuando una persona miente, se producen cambios térmicos en la nariz

Un estudio realizado por científicos del departamento de la Universidad de Granada reveló que cuando una persona miente se produce el denominado «efecto Pinocho»: la temperatura de la punta de la nariz aumenta o disminuye.

También existe un efecto cerebral. «La ínsula, que es un área cerebral vinculada a nuestro ‘yo’ más auténtico, se activa cuando estamos hablando de manera cierta sobre nuestros sentimientos», explican los expertos. Sin embargo, cuando no hay sentimientos reales, ésta no se activa. «A más actividad de la ínsula (a mayor sentimiento visceral), menor cambio térmico se produce, y viceversa», indica el estudio.

Para llegar a esa conclusión, los expertos Emilio Gómez Milán y Elvira Salazar López aplicaron la termografía -una técnica para detectar la temperatura de los cuerpos- al ámbito de la psicología, obteniendo resultados novedosos.

Los investigadores descubrieron que cuando los humanos realizan un gran esfuerzo mental, la temperatura de la nariz desciende. En cambio, cuando se sufre un ataque de ansiedad, se produce una suba general de la temperatura facial.

También detectaron que al mentir aumenta la temperatura corporal en la zona del músculo orbital, situado en la esquina interna del ojo.

Los hallazgos «nos permiten conocer un poco mejor cómo somos y cómo son las emociones complejas», indicó Elvira Salazar.

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