La Universidad de Málaga (UMA) ha inaugurado este lunes la exposición ‘UMA 40 años compartiendo futuro’ con motivo de su 40 aniversario, formada por 25 paneles a doble cara -en total 50 carteles- con textos e imágenes diversas de la historia de la institución académica malagueña, que estarán presentes a lo largo de toda la céntrica calle Larios durante dos semanas.

En la inauguración, la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, ha señalado que es un acto que sirve para conmemorar «el momento en que los ‘amigos’ de la Universidad de Málaga salieron hace 40 años a la calle porque ya había universidad en la ciudad».

Así, ha definido los comienzos de la UMA como «duros» porque los centros universitarios «estaban diseminados», ya que, en aquel entonces estos centros «dependían de la Universidad de Granada (UGR)». De este modo, ha reconocido la labor de la UGR «que ha sido la matriz fundamental para que se genere nuestra universidad».

Por su parte, el alcalde de Málaga y destacado miembro de la Asociación de Amigos de la Universidad, Francisco de la Torre, que también ha estado presente en la inauguración, ha definido esta muestra como «un análisis del pasado, expresión en el presente y proyecto en el futuro».

Así, ha explicado que la UMA nace en el 1972 porque en el 1968 se inauguran tres nuevas universidades autónomas: la de Madrid, Barcelona y la de Bilbao. «Málaga era la única de las ciudades más grandes de Europa que no tenía universidad» y la creación de estas universidades fue «un latigazo para la sensibilidad de los malagueños» que ocasionó que se creara la Asociación de Amigos de la Universidad que impulsó la creación de la UMA, ha recordado.

«Hay que seguir con el lema de la calidad y la excelencia como el gran objetivo para que la Universidad de Málaga sea la mejor del mundo», ha afirmado De la Torre.

En la inauguración también han estado presentes, entre otros representantes institucionales, el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y el delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, así como diversos decanos, vicerrectores, trabajadores y estudiantes de la UMA.

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La Universidad de Málaga (UMA) ha inaugurado este lunes la exposición ‘UMA 40 años compartiendo futuro’ con motivo de su 40 aniversario, formada por 25 paneles a doble cara -en total 50 carteles- con textos e imágenes diversas de la historia de la institución académica malagueña, que estarán presentes a lo largo de toda la céntrica calle Larios durante dos semanas.

En la inauguración, la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, ha señalado que es un acto que sirve para conmemorar «el momento en que los ‘amigos’ de la Universidad de Málaga salieron hace 40 años a la calle porque ya había universidad en la ciudad».

Así, ha definido los comienzos de la UMA como «duros» porque los centros universitarios «estaban diseminados», ya que, en aquel entonces estos centros «dependían de la Universidad de Granada (UGR)». De este modo, ha reconocido la labor de la UGR «que ha sido la matriz fundamental para que se genere nuestra universidad».

Por su parte, el alcalde de Málaga y destacado miembro de la Asociación de Amigos de la Universidad, Francisco de la Torre, que también ha estado presente en la inauguración, ha definido esta muestra como «un análisis del pasado, expresión en el presente y proyecto en el futuro».

Así, ha explicado que la UMA nace en el 1972 porque en el 1968 se inauguran tres nuevas universidades autónomas: la de Madrid, Barcelona y la de Bilbao. «Málaga era la única de las ciudades más grandes de Europa que no tenía universidad» y la creación de estas universidades fue «un latigazo para la sensibilidad de los malagueños» que ocasionó que se creara la Asociación de Amigos de la Universidad que impulsó la creación de la UMA, ha recordado.

«Hay que seguir con el lema de la calidad y la excelencia como el gran objetivo para que la Universidad de Málaga sea la mejor del mundo», ha afirmado De la Torre.

En la inauguración también han estado presentes, entre otros representantes institucionales, el secretario general de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y el delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, así como diversos decanos, vicerrectores, trabajadores y estudiantes de la UMA.

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La ciudad no solo cambia el modo de vida de los humanos. Un estudio ha constatado que los pájaros de ciudad han ido modificando su comportamiento antidepredatorio progresivamente, diferenciándose de los de campo aún perteneciendo a la misma especie.

«Cuando son capturadas, las aves de la ciudad son menos agresivas, producen gritos de alarma más frecuentemente, se quedan más paralizadas frente al depredador y pierden más fácilmente plumas que sus congéneres de las zonas no urbanas», explica a SINC Juan Diego Ibáñez-Álamo, investigador de la Universidad de Granada (UGR), y autor del estudio junto a Anders Pape Møller, de Paris-Sud (Francia).

Para llegar a estas conclusiones analizaron las técnicas de escape de 1.132 individuos pertenecientes a 15 especies de aves diferentes en zonas rurales y urbanas.

Los resultados, publicados en la revista ‘Animal Behaviour’, demuestran que las aves de ciudad han cambiado su conducta para adaptarse a las nuevas amenazas con las que se encuentran, como los gatos –sus principales depredadores en las ciudades–, frente a sus enemigos tradicionales en las zonas naturales, como el gavilán.

Además, han constatado que las diferencias entre las aves se van agudizando a medida que aumenta el tiempo transcurrido en la urbe. Las estrategias de estas aves, que van en aumento en todo el mundo, evolucionan progresivamente.

El análisis de este comportamiento es básico para entender la adaptación de estas aves a un entorno cada vez más familiar para ellas. Además, la táctica para hacer frente a sus cazadores es «crucial» para que los pájaros se adapten al nuevo entorno: «Las aves deberán modificar su comportamiento para poder sobrevivir en las ciudades o, por el contrario, se extinguirán debido al crecimiento urbano», concluye Ibáñez-Álamo.

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La ciudad no solo cambia el modo de vida de los humanos. Un estudio ha constatado que los pájaros de ciudad han ido modificando su comportamiento antidepredatorio progresivamente, diferenciándose de los de campo aún perteneciendo a la misma especie.

«Cuando son capturadas, las aves de la ciudad son menos agresivas, producen gritos de alarma más frecuentemente, se quedan más paralizadas frente al depredador y pierden más fácilmente plumas que sus congéneres de las zonas no urbanas», explica a SINC Juan Diego Ibáñez-Álamo, investigador de la Universidad de Granada (UGR), y autor del estudio junto a Anders Pape Møller, de Paris-Sud (Francia).

Para llegar a estas conclusiones analizaron las técnicas de escape de 1.132 individuos pertenecientes a 15 especies de aves diferentes en zonas rurales y urbanas.

Los resultados, publicados en la revista ‘Animal Behaviour’, demuestran que las aves de ciudad han cambiado su conducta para adaptarse a las nuevas amenazas con las que se encuentran, como los gatos –sus principales depredadores en las ciudades–, frente a sus enemigos tradicionales en las zonas naturales, como el gavilán.

Además, han constatado que las diferencias entre las aves se van agudizando a medida que aumenta el tiempo transcurrido en la urbe. Las estrategias de estas aves, que van en aumento en todo el mundo, evolucionan progresivamente.

El análisis de este comportamiento es básico para entender la adaptación de estas aves a un entorno cada vez más familiar para ellas. Además, la táctica para hacer frente a sus cazadores es «crucial» para que los pájaros se adapten al nuevo entorno: «Las aves deberán modificar su comportamiento para poder sobrevivir en las ciudades o, por el contrario, se extinguirán debido al crecimiento urbano», concluye Ibáñez-Álamo.

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