El Telegrama de Melilla

Pág. 12: Arranca el curso ‘Prevención de agresiones en centros sanitarios’

Contraportada: Curso-taller de inteligencia emocional en el Campus de la UGR en Melilla

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El Telegrama de Melilla

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Contraportada: Curso-taller de inteligencia emocional en el Campus de la UGR en Melilla

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Ideal

Pág. 45 – Deportes: Un Universidad lastrado

Adeba enseña músculo ante Ramón y Cajal en Córdoba

El ‘Uni’ masculino estrena su casillero a domicilio

Pág. 73: Agenda

– Conferencias: ‘El deseo de Oriente: exotismo estético y modernidad teatral’ / ‘Cambio climático. ¿Oportunidad para un cambio de civilización?’

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Pág. 45 – Deportes: Un Universidad lastrado

Adeba enseña músculo ante Ramón y Cajal en Córdoba

El ‘Uni’ masculino estrena su casillero a domicilio

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Granada Hoy

Pág. 10: El ministro de Interior, en Granada para homenajear a Luis Portero

Pág. 11: Los universitarios organizan talleres en Bib-rambla contralos recortes educativos

Un llamamiento a la huelga general del miércoles

Pág. 17: ‘Granada, una ventana al mundo’ y ‘Un viaje singular’ (El día por delante)

Pág. 23 – Deportes: Los brotes verdes asoman entre el barro

Pág. 24 – Deportes: EL MISMO DEPORTE, DISTINTO GASTO EN TINTORERÍA

Pág. 29: Monumentos con una ‘boina negra’

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Granada Hoy

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Pág. 11: Los universitarios organizan talleres en Bib-rambla contralos recortes educativos

Un llamamiento a la huelga general del miércoles

Pág. 17: ‘Granada, una ventana al mundo’ y ‘Un viaje singular’ (El día por delante)

Pág. 23 – Deportes: Los brotes verdes asoman entre el barro

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Los universitarios organizan talleres en Bib-rambla contra los recortes educativos

Los alumnos y profesores de la UGR se vuelven a unir mañana en una jornada contra los recortes en la educación. A partir de las 13:00 horas en la Plaza Bib-rambla se impartirán una serie de seminarios con temáticas relacionadas con Ciencias Económicas, Ciencias de la Salud, Trabajo Social, Traducción e Interpretación, Bellas Artes o Ciencias Políticas.

Tanto docentes como estudiantes son los encargados de impartir estos seminarios y moderar el debate, en el que animan a participar «a toda la sociedad».

Entre otros, lo títulos de los seminarios son Ley Orgániza para la Mejora de la Calidad Educativa. Anteproyecto Wert; Saberes subalternos y resistencia popular; Introduciendo la emoción en la economía: sencillos experimentos que refutan la teoría del Homo económicus; Cómo es el poder que impulsa la demolición de la Universidad Pública: Racionalidades, tecnologías y estrategias; Susan George, estrategias neoliberales; Arte y acción social; La resistencia estudiantil en Quebec; Los recortes en Servicios Sociales Personales y sus efectos sociales: desigualdad, exclusión y dependencia; Cumbre social y huelga general o Interpretación del manifiesto contra la comercialización de la educación en Alemania.

Los convocantes denuncian que «la universidad pública española está sufriendo unos severos recortes (incremento brutal de tasas para el alumnado, reducción de becas, aumento de la dedicación docente del profesorado, pérdida de derechos laborales en el personal de administración y servicios, reducción de plantilla, congelación de promociones… que lejos de orientarse a una mayor eficiencia están mermando la calidad de la enseñanza y la investigación».

«Ante esto la Universidad de Granada no puede quedarse impasible. Pacíficamente debemos hacer que nuestros políticos nos escuchen, que entiendan que la educación pública es un pilar fundamental de nuestra sociedad y lo más digno que debemos salvaguardar», han explicado en un comunicado, en el que aseguran que la mejor forma de expresar ese malestar es haciendo lo que mejor saben hacer: educar. «Por eso la universidad se va a la calle, no porque nos quieran echar sino porque queremos sensibilizar de manera simpática y original».

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Los universitarios organizan talleres en Bib-rambla contra los recortes educativos

Los alumnos y profesores de la UGR se vuelven a unir mañana en una jornada contra los recortes en la educación. A partir de las 13:00 horas en la Plaza Bib-rambla se impartirán una serie de seminarios con temáticas relacionadas con Ciencias Económicas, Ciencias de la Salud, Trabajo Social, Traducción e Interpretación, Bellas Artes o Ciencias Políticas.

Tanto docentes como estudiantes son los encargados de impartir estos seminarios y moderar el debate, en el que animan a participar «a toda la sociedad».

Entre otros, lo títulos de los seminarios son Ley Orgániza para la Mejora de la Calidad Educativa. Anteproyecto Wert; Saberes subalternos y resistencia popular; Introduciendo la emoción en la economía: sencillos experimentos que refutan la teoría del Homo económicus; Cómo es el poder que impulsa la demolición de la Universidad Pública: Racionalidades, tecnologías y estrategias; Susan George, estrategias neoliberales; Arte y acción social; La resistencia estudiantil en Quebec; Los recortes en Servicios Sociales Personales y sus efectos sociales: desigualdad, exclusión y dependencia; Cumbre social y huelga general o Interpretación del manifiesto contra la comercialización de la educación en Alemania.

Los convocantes denuncian que «la universidad pública española está sufriendo unos severos recortes (incremento brutal de tasas para el alumnado, reducción de becas, aumento de la dedicación docente del profesorado, pérdida de derechos laborales en el personal de administración y servicios, reducción de plantilla, congelación de promociones… que lejos de orientarse a una mayor eficiencia están mermando la calidad de la enseñanza y la investigación».

«Ante esto la Universidad de Granada no puede quedarse impasible. Pacíficamente debemos hacer que nuestros políticos nos escuchen, que entiendan que la educación pública es un pilar fundamental de nuestra sociedad y lo más digno que debemos salvaguardar», han explicado en un comunicado, en el que aseguran que la mejor forma de expresar ese malestar es haciendo lo que mejor saben hacer: educar. «Por eso la universidad se va a la calle, no porque nos quieran echar sino porque queremos sensibilizar de manera simpática y original».

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Docentes del campus melillense forman a 300 salvadoreños desde 2004, con un programa que se ha paralizado este año

El decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad del Salvador y la vicedecana han estado estos días en Melilla para mantener las relaciones que se iniciaron en 2004 con la UGR. Hasta 300 profesores salvadoreños se han formado allí en titulaciones que imparten docentes de la Universidad de Granada, y, especialmente del campus melillense.
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Docentes del campus melillense forman a 300 salvadoreños desde 2004, con un programa que se ha paralizado este año

El decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad del Salvador y la vicedecana han estado estos días en Melilla para mantener las relaciones que se iniciaron en 2004 con la UGR. Hasta 300 profesores salvadoreños se han formado allí en titulaciones que imparten docentes de la Universidad de Granada, y, especialmente del campus melillense.
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Un estudio cuestiona que la Administración tenga ‘licencia para matar’ en el uso del despido colectivo

Defiende la existencia de un Plan de empleo previo que justifique la imposibilidad de tomar otras medidas así como el hecho de que el expediente sólo afecte al personal laboral y no también al fijo, «salvo que se pretenda actuar arbitrariamente o de forma discriminatoria». Las decisiones empresariales son «libérrimas» y no están sujetas más que al Derecho laboral, pero las Administraciones Públicas deben justificar la racionalidad de la decisión y «acreditar que no había otro camino!.

El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada Federico Castillo Blanco se pregunta en un amplio informe si es posible aplicar «sin más» la Disposición Adicional Segunda de la reforma laboral que deja «franco el camino» para la realización de despidos colectivos en el ámbito de lo público, prescindiendo del resto del ordenamiento jurídico y más en concreto del Estatuto Básico del Empleado Público. Defiende el catedrático que el personal laboral al servicio de la Administración Pública, se rige, además de por la legislación laboral, por los preceptos de este Estatuto, por lo que no se puede aplicar dicha legislación prescindiendo de otros instrumentos «que justifican en el ámbito de las Administraciones Públicas la adopción de dichas medidas».

Señala el catedrático que si bien las decisiones empresariales son «libérrimas» y no están sujetas sino al Derecho laboral, la situación es distinta cuando las Administraciones Públicas actúan como empleadores, «ya que estas requieren para la adopción de sus decisiones justificar adecuadamente de forma previa la racionalidad, objetividad y servicio al interés general de las distintas decisiones que se adoptan». Considera que la presentación de un expediente de regulación de empleo «deberá acreditarse en un expediente previo administrativo que deberá justificar que no puede adoptarse otras medidas» como supresión de servicios no obligatorios, reestructuración de jornadas, reducción salarial o supresión de fondos sociales «y que concurre la razonabilidad de la adopción de esa medidas».

La tesis de Castillo Blanco es que la aplicación de la reforma laboral al sector público exige la tramitación previa de un Plan de Empleo, «ineludible» si se alude a causas técnicas u organizativas y, ya de paso, aclarar, «por una vez, sobre qué organización necesitamos para atender a los servicios que prestamos, qué grado de vinculación han de tener las personas que componen la organización, qué cosas debemos hacer y qué otras no, qué servicios hemos de prestar de forma directa y en qué otros resulta más conveniente su externalización o qué unidades deben ser remodeladas», señala.

«La actuación de la Administración pública ha de ajustarse a unos parámetros de objetividad y racionalidad en sus actuaciones que no permiten acudir, sin más, a un despido colectivo, salvo que éste, y después de la necesaria motivación de la medida, resulte ser el único medio posible para conseguir los objetivos de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera y eficiencia en la ejecución del gasto necesariamente exigibles», sostiene el catedrático y , es más, en esa exposición de motivos considera que debe justificarse porqué el expediente afecta sólo al personal laboral «salvo que se pretenda actuar arbitrariamente o de forma discriminatoria». Si se trata de que sobran puestos de trabajo en una administración concreta, «ésto será independiente del régimen jurídico laboral o funcionarial» de sus trabajadores, o dicho de otro modo «¿por qué tras el resultado de un estudio organizativo no puede resultar que son los puestos de trabajo ocupados por éstos (funcionarios) y no los del personal laboral al servicio de esta entidad?», se pregunta Castillo Blanco.

En definitiva, el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada considera que la reforma laboral «no es, como sucedía con el agente James Bond, algo que tenga licencia para matar, al menos no en nuestro marco constitucional. Las distintas medidas que se adopten, y no son las de personal las únicas que pueden adoptarse, deberán quedar debidamente justificadas».

El catedrático apuesta por una reforma estructural del empleo público que no se base en la esperanza «del crecimiento indefinido»
En la actual coyuntura defiende que es inaplazable una reforma estructural del empleo púbnlico y de las instituciones claves para mejorar la eficiencia, estableciendo un marco de relaciones en el sector público «acorde con las necesidades del país que no puede basarse, simplemente y como hasta ahora en al esperanza del crecimiento indefinido», se trata, en definitiva, de ser «más productivos, mas eficientes, garantizar la prestación de los servicios públicos que son propios al quehacer de las entidades» públicas y hacerlo, además, con menos medios.

El estudio, realizado para un seminario sobre función pública local celebrado en la Federación de Municipios de Cataluña y bajo el título «La necesaria aprobación de un plan de empleo para proceder a despidos colectivos», defiende que la preparación, profesionalidad y capacidad de nuestros empleados públicos está a un «nivel muy razonable» en relación a los países de nuestro entorno y que, contra la creencia generalizada de que en España hay demasiados, estamos a un nivel inferior de otros países como Suecia, Francia, Filandia o Dinamarca, todos ellos, «de gran eficiencia y competencia económica». En España hay 6,5 empleados públicos cada cien habitantes, frente a los 10 de Francia, 14 de Suecia o 17 de Dinamarca.

Pero, en cambio, la factura salarial es superior a la media de la OCDE y su jornada, la más baja de toda la Unión Europea antes del incremento de media hora diaria que aprobó el Gobierno a principios de año. Además, niega que aunque pueda parecer que durante cierto tiempo la remuneración de los empleados públicos quedó congelada y han ido acumulando una pérdida de poder adquisitivo, éstos «ven incrementadas sus retribuciones por diversas causas y entre las que no es una menor el impacto de la negociación sindical, que se traduce en subidas adicionales de retribuciones al margen de las previstas presupuestariamente». En definitiva, sobre la creencia generalizada de pérdida acumulada de poder adquisitivo, no es así en el conjunto de lso empleados públicos, salvo a algunos colectivos determinados o los que están en los grupos más inferiores.

Además, Castillo Blanco destaca que la masa salarial destinada al pago a los empleados públicos también se ha ido incrementando por la tendencia de la Administración «a resolver los problemas de consecución de objetivos y mejora de las prestaciones en los servicios públicos con el recurso contínuo y sistemático a los incrementos de plantilla y de las estructuras públicas, en buena parte como resultado del incremento de funcionarios del aparato autonómico y local.

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Un estudio cuestiona que la Administración tenga ‘licencia para matar’ en el uso del despido colectivo

Defiende la existencia de un Plan de empleo previo que justifique la imposibilidad de tomar otras medidas así como el hecho de que el expediente sólo afecte al personal laboral y no también al fijo, «salvo que se pretenda actuar arbitrariamente o de forma discriminatoria». Las decisiones empresariales son «libérrimas» y no están sujetas más que al Derecho laboral, pero las Administraciones Públicas deben justificar la racionalidad de la decisión y «acreditar que no había otro camino!.

El catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada Federico Castillo Blanco se pregunta en un amplio informe si es posible aplicar «sin más» la Disposición Adicional Segunda de la reforma laboral que deja «franco el camino» para la realización de despidos colectivos en el ámbito de lo público, prescindiendo del resto del ordenamiento jurídico y más en concreto del Estatuto Básico del Empleado Público. Defiende el catedrático que el personal laboral al servicio de la Administración Pública, se rige, además de por la legislación laboral, por los preceptos de este Estatuto, por lo que no se puede aplicar dicha legislación prescindiendo de otros instrumentos «que justifican en el ámbito de las Administraciones Públicas la adopción de dichas medidas».

Señala el catedrático que si bien las decisiones empresariales son «libérrimas» y no están sujetas sino al Derecho laboral, la situación es distinta cuando las Administraciones Públicas actúan como empleadores, «ya que estas requieren para la adopción de sus decisiones justificar adecuadamente de forma previa la racionalidad, objetividad y servicio al interés general de las distintas decisiones que se adoptan». Considera que la presentación de un expediente de regulación de empleo «deberá acreditarse en un expediente previo administrativo que deberá justificar que no puede adoptarse otras medidas» como supresión de servicios no obligatorios, reestructuración de jornadas, reducción salarial o supresión de fondos sociales «y que concurre la razonabilidad de la adopción de esa medidas».

La tesis de Castillo Blanco es que la aplicación de la reforma laboral al sector público exige la tramitación previa de un Plan de Empleo, «ineludible» si se alude a causas técnicas u organizativas y, ya de paso, aclarar, «por una vez, sobre qué organización necesitamos para atender a los servicios que prestamos, qué grado de vinculación han de tener las personas que componen la organización, qué cosas debemos hacer y qué otras no, qué servicios hemos de prestar de forma directa y en qué otros resulta más conveniente su externalización o qué unidades deben ser remodeladas», señala.

«La actuación de la Administración pública ha de ajustarse a unos parámetros de objetividad y racionalidad en sus actuaciones que no permiten acudir, sin más, a un despido colectivo, salvo que éste, y después de la necesaria motivación de la medida, resulte ser el único medio posible para conseguir los objetivos de estabilidad presupuestaria, sostenibilidad financiera y eficiencia en la ejecución del gasto necesariamente exigibles», sostiene el catedrático y , es más, en esa exposición de motivos considera que debe justificarse porqué el expediente afecta sólo al personal laboral «salvo que se pretenda actuar arbitrariamente o de forma discriminatoria». Si se trata de que sobran puestos de trabajo en una administración concreta, «ésto será independiente del régimen jurídico laboral o funcionarial» de sus trabajadores, o dicho de otro modo «¿por qué tras el resultado de un estudio organizativo no puede resultar que son los puestos de trabajo ocupados por éstos (funcionarios) y no los del personal laboral al servicio de esta entidad?», se pregunta Castillo Blanco.

En definitiva, el catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Granada considera que la reforma laboral «no es, como sucedía con el agente James Bond, algo que tenga licencia para matar, al menos no en nuestro marco constitucional. Las distintas medidas que se adopten, y no son las de personal las únicas que pueden adoptarse, deberán quedar debidamente justificadas».

El catedrático apuesta por una reforma estructural del empleo público que no se base en la esperanza «del crecimiento indefinido»
En la actual coyuntura defiende que es inaplazable una reforma estructural del empleo púbnlico y de las instituciones claves para mejorar la eficiencia, estableciendo un marco de relaciones en el sector público «acorde con las necesidades del país que no puede basarse, simplemente y como hasta ahora en al esperanza del crecimiento indefinido», se trata, en definitiva, de ser «más productivos, mas eficientes, garantizar la prestación de los servicios públicos que son propios al quehacer de las entidades» públicas y hacerlo, además, con menos medios.

El estudio, realizado para un seminario sobre función pública local celebrado en la Federación de Municipios de Cataluña y bajo el título «La necesaria aprobación de un plan de empleo para proceder a despidos colectivos», defiende que la preparación, profesionalidad y capacidad de nuestros empleados públicos está a un «nivel muy razonable» en relación a los países de nuestro entorno y que, contra la creencia generalizada de que en España hay demasiados, estamos a un nivel inferior de otros países como Suecia, Francia, Filandia o Dinamarca, todos ellos, «de gran eficiencia y competencia económica». En España hay 6,5 empleados públicos cada cien habitantes, frente a los 10 de Francia, 14 de Suecia o 17 de Dinamarca.

Pero, en cambio, la factura salarial es superior a la media de la OCDE y su jornada, la más baja de toda la Unión Europea antes del incremento de media hora diaria que aprobó el Gobierno a principios de año. Además, niega que aunque pueda parecer que durante cierto tiempo la remuneración de los empleados públicos quedó congelada y han ido acumulando una pérdida de poder adquisitivo, éstos «ven incrementadas sus retribuciones por diversas causas y entre las que no es una menor el impacto de la negociación sindical, que se traduce en subidas adicionales de retribuciones al margen de las previstas presupuestariamente». En definitiva, sobre la creencia generalizada de pérdida acumulada de poder adquisitivo, no es así en el conjunto de lso empleados públicos, salvo a algunos colectivos determinados o los que están en los grupos más inferiores.

Además, Castillo Blanco destaca que la masa salarial destinada al pago a los empleados públicos también se ha ido incrementando por la tendencia de la Administración «a resolver los problemas de consecución de objetivos y mejora de las prestaciones en los servicios públicos con el recurso contínuo y sistemático a los incrementos de plantilla y de las estructuras públicas, en buena parte como resultado del incremento de funcionarios del aparato autonómico y local.

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