La protesta de estudiantes y trabajadores obliga a la UGR a celebrar su apertura de curso a puerta cerrada

Horas antes se han registrado algunos momentos de tensión en la procesión cívico-académica.
as protestas de centenares de personas, entre estudiantes, profesores y personal de administración y servicios de la Universidad de Granada, han impedido que el acto institucional de apertura de curso se haya celebrado según lo previsto y haya tenido que ser trasladado al Salón Rojo para su desarrollo a puerta cerrada y sin hacer seguimiento del orden del día fijado.

Esta protesta se ha producido en el Rectorado de la Universidad de Granada, donde este fin de semana han secundado un encierro algunos miembros de la llamada Plataforma contra los recortes, que a primera hora de este lunes se han encadenado en la mesa presidencial del crucero del Hospital Real donde se iba a realizar el acto y han reclamado su suspensión bajo el lema «No tenemos nada que celebrar».

Mientras este colectivo permanecía encadenado en el Rectorado, unas 200 personas se han concentrado sobre las 9,30 horas en la plaza de la Facultad de Derecho para recibir con una cacerolada a los académicos y miembros del equipo de Gobierno de la Universidad de Granada que han participado en la tradicional procesión cívico-acádemica de inicio de curso. Con consignas como Lodeiro da la cara o Menos procesiones y más soluciones, el colectivo ha dificultado la salida de la procesión cívico-académica, llegándose a registrar algunas situaciones de tensión con las fuerzas del orden, que finalmente han tenido que custodiar todo el recorrido con un dispositivo integrado por efectivos de la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía.

Aunque la Universidad de Granada había acordado con la plataforma contra los recortes que todos los alumnos podrían entrar al acto institucional del inicio de curso y se leería su manifiesto a cambio de que no se impidiera su normal desarrollo, finalmente los manifestantes han accedido al recinto pero no ha sido posible celebrar el acto allí. Al final, el equipo de gobierno de la institución se ha trasladado al Salón Rojo, y con los abucheos de fondo de los manifestantes, se ha celebrado un breve acto en el que solo se ha llevado a cabo la toma de investidura de los nuevos doctores, sin que se haya leído la memoria anual, ni la lección inaugural, entre otros aspectos.

Durante su intervención, el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, ha señalado que «hoy es un día triste» para la institución docente. En posteriores declaraciones a los medios, Lodeiro ha pedido a los manifestantes que «recapaciten» y ha lamentado que los integrantes de la plataforma contra los recortes no hayan cumplido el acuerdo al que se llegó en la mañana del lunes. El próximo viernes se celebrará un claustro extraordinario en el que se abordarán diversos asuntos, como la propuesta de los estudiantes sobre la regulación del paro académico y su representación en los organismos de Gobierno de la UGR. Además, se abordará el decreto aprobado en abril de este año sobre los recortes en la institución docente, especialmente en lo referido a la subida de tarifas y a la dedicación del profesorado, y se prevé aprobar un manifiesto en el que la institución docente muestre su posición frente a la actual situación de ajustes.

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Los estudiantes ‘toman’ el Rectorado e impiden el acto oficial de inauguración del curso

El rector y los nuevos doctores se refugian en los pisos superiores
Varios alumnos, sindicatos y profesores han pasado el fin de semana encerrados
El Rectorado había negociado con ellos que permitirían el acto
Un alumno fue agredido por un vigilante de seguridad y otro sufrió un desmayo
El rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, se ha visto prisionero en su propio Rectorado, obligado a celebrar el acto solemne de inauguración del curso académico refugiado en la segunda planta del edificio, los doctores y togados hacinados de pie alrededor de la mesa de sus despacho y el Gaudeamus entonado al son de los golpes de los alumnos en manifestación contra las puertas que sostenían con esfuerzo dos ordenanzas para mantenerlas cerradas.

 

Una manifestación de alrededor de 100 alumnos, con apoyo de los sindicatos y parte del profesorado, ha conseguido ocupar el Crucero del Hospital Real de Granada, sede del Rectorado, donde estaba previsto el acto de apertura del curso, suspendiéndolo de facto y obligando a que la procesión de togados, que llegaba desde la misa solemne junto a la Facultad de Derecho, se tuviese que refugiar en las salas aledañas al despacho del rector.

Los manifestantes protestaban contra los recortes en Educación y lo que consideran la «privatización» de la Universidad pública. Profesores y PAS reclamaban la precarización y el recorte de sus puestos de trabajo, y los alumnos el encarecimiento de las tasas, la desaparición de asignaturas y la llegada de Bolonia, que «elitiza» el acceso a la Educación Superior.

Un grupo de manifestantes ha subido a la segunda planta, lanzando pitos y abucheos junto a las puertas cerradas del Salón Rojo, donde se acumulaban los togados. Los vigilantes de seguridad privada de la Universidad han tratado de detener el acceso a las escaleras de los alumnos, produciéndose momentos de tensión. Un vigilante ha llegado a propinar un puñetazo a un alumno. Durante la avalancha posterior, otro manifestante ha sufrido un desmayo, teniendo que ser atendido por los servicios de emergencia.

La protesta arrancaba el pasado viernes, cuando una docena de representantes de la Plataforma Universitaria, que integra alumnos, personal de administración y servicios y profesores, así como a al menos ocho formaciones sindicales, se encerraron en el edificio con permiso de la Gerencia de la UGR, para protestar contra los recortes.

Encadenados al sillón del rector

El trato era que la mañana del lunes se marcharían para permitir el acto solemne, pero el día amaneció con seis activistas encadenados al escenario y ocupando los asientos del rector y los invitados, entre los que figuraban el Secretario General de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y el rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano.

La Gerencia de la UGR trató de negociar una retirada de la protesta a cambio de permitir que el acto fuese de acceso público. Mientras tanto, a la salida de la misa solemne, antes de la procesión de togados, un grupo de 50 manifestantes esperaba al rector, retrasando su salida casi media hora hasta que la Policía abrió paso a empujones. Manifestación y procesión caminaron paralelas hasta el Hospital Real. Al permitirse el acceso público, los protestantes de fuera se unieron a los de dentro, ocupando en la práctica el Crucero con más de 100 personas e impidiendo el acto.

González Lodeiro calificó la jornada como «un día triste para la Universidad, que es la casa del diálogo». Mientras él y los nuevos doctores entonaban el Gaudeamus, pitos, gritos y bocinas rodeaban la sala y un vigilante de seguridad golpeaba a un alumno en el patio del antiguo hospital que fundasen los Reyes Católicos. Igualmente, en paralelo, otros alumnos intentaban tapar los objetivos de las cámaras y lanzaban gritos contra la prensa.

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Los estudiantes ‘toman’ el Rectorado e impiden el acto oficial de inauguración del curso

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Varios alumnos, sindicatos y profesores han pasado el fin de semana encerrados
El Rectorado había negociado con ellos que permitirían el acto
Un alumno fue agredido por un vigilante de seguridad y otro sufrió un desmayo
El rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, se ha visto prisionero en su propio Rectorado, obligado a celebrar el acto solemne de inauguración del curso académico refugiado en la segunda planta del edificio, los doctores y togados hacinados de pie alrededor de la mesa de sus despacho y el Gaudeamus entonado al son de los golpes de los alumnos en manifestación contra las puertas que sostenían con esfuerzo dos ordenanzas para mantenerlas cerradas.

 

Una manifestación de alrededor de 100 alumnos, con apoyo de los sindicatos y parte del profesorado, ha conseguido ocupar el Crucero del Hospital Real de Granada, sede del Rectorado, donde estaba previsto el acto de apertura del curso, suspendiéndolo de facto y obligando a que la procesión de togados, que llegaba desde la misa solemne junto a la Facultad de Derecho, se tuviese que refugiar en las salas aledañas al despacho del rector.

Los manifestantes protestaban contra los recortes en Educación y lo que consideran la «privatización» de la Universidad pública. Profesores y PAS reclamaban la precarización y el recorte de sus puestos de trabajo, y los alumnos el encarecimiento de las tasas, la desaparición de asignaturas y la llegada de Bolonia, que «elitiza» el acceso a la Educación Superior.

Un grupo de manifestantes ha subido a la segunda planta, lanzando pitos y abucheos junto a las puertas cerradas del Salón Rojo, donde se acumulaban los togados. Los vigilantes de seguridad privada de la Universidad han tratado de detener el acceso a las escaleras de los alumnos, produciéndose momentos de tensión. Un vigilante ha llegado a propinar un puñetazo a un alumno. Durante la avalancha posterior, otro manifestante ha sufrido un desmayo, teniendo que ser atendido por los servicios de emergencia.

La protesta arrancaba el pasado viernes, cuando una docena de representantes de la Plataforma Universitaria, que integra alumnos, personal de administración y servicios y profesores, así como a al menos ocho formaciones sindicales, se encerraron en el edificio con permiso de la Gerencia de la UGR, para protestar contra los recortes.

Encadenados al sillón del rector

El trato era que la mañana del lunes se marcharían para permitir el acto solemne, pero el día amaneció con seis activistas encadenados al escenario y ocupando los asientos del rector y los invitados, entre los que figuraban el Secretario General de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y el rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano.

La Gerencia de la UGR trató de negociar una retirada de la protesta a cambio de permitir que el acto fuese de acceso público. Mientras tanto, a la salida de la misa solemne, antes de la procesión de togados, un grupo de 50 manifestantes esperaba al rector, retrasando su salida casi media hora hasta que la Policía abrió paso a empujones. Manifestación y procesión caminaron paralelas hasta el Hospital Real. Al permitirse el acceso público, los protestantes de fuera se unieron a los de dentro, ocupando en la práctica el Crucero con más de 100 personas e impidiendo el acto.

González Lodeiro calificó la jornada como «un día triste para la Universidad, que es la casa del diálogo». Mientras él y los nuevos doctores entonaban el Gaudeamus, pitos, gritos y bocinas rodeaban la sala y un vigilante de seguridad golpeaba a un alumno en el patio del antiguo hospital que fundasen los Reyes Católicos. Igualmente, en paralelo, otros alumnos intentaban tapar los objetivos de las cámaras y lanzaban gritos contra la prensa.

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El Rectorado había negociado con ellos que permitirían el acto
Un alumno fue agredido por un vigilante de seguridad y otro sufrió un desmayo
El rector de la Universidad de Granada (UGR), Francisco González Lodeiro, se ha visto prisionero en su propio Rectorado, obligado a celebrar el acto solemne de inauguración del curso académico refugiado en la segunda planta del edificio, los doctores y togados hacinados de pie alrededor de la mesa de sus despacho y el Gaudeamus entonado al son de los golpes de los alumnos en manifestación contra las puertas que sostenían con esfuerzo dos ordenanzas para mantenerlas cerradas.

 

Una manifestación de alrededor de 100 alumnos, con apoyo de los sindicatos y parte del profesorado, ha conseguido ocupar el Crucero del Hospital Real de Granada, sede del Rectorado, donde estaba previsto el acto de apertura del curso, suspendiéndolo de facto y obligando a que la procesión de togados, que llegaba desde la misa solemne junto a la Facultad de Derecho, se tuviese que refugiar en las salas aledañas al despacho del rector.

Los manifestantes protestaban contra los recortes en Educación y lo que consideran la «privatización» de la Universidad pública. Profesores y PAS reclamaban la precarización y el recorte de sus puestos de trabajo, y los alumnos el encarecimiento de las tasas, la desaparición de asignaturas y la llegada de Bolonia, que «elitiza» el acceso a la Educación Superior.

Un grupo de manifestantes ha subido a la segunda planta, lanzando pitos y abucheos junto a las puertas cerradas del Salón Rojo, donde se acumulaban los togados. Los vigilantes de seguridad privada de la Universidad han tratado de detener el acceso a las escaleras de los alumnos, produciéndose momentos de tensión. Un vigilante ha llegado a propinar un puñetazo a un alumno. Durante la avalancha posterior, otro manifestante ha sufrido un desmayo, teniendo que ser atendido por los servicios de emergencia.

La protesta arrancaba el pasado viernes, cuando una docena de representantes de la Plataforma Universitaria, que integra alumnos, personal de administración y servicios y profesores, así como a al menos ocho formaciones sindicales, se encerraron en el edificio con permiso de la Gerencia de la UGR, para protestar contra los recortes.

Encadenados al sillón del rector

El trato era que la mañana del lunes se marcharían para permitir el acto solemne, pero el día amaneció con seis activistas encadenados al escenario y ocupando los asientos del rector y los invitados, entre los que figuraban el Secretario General de Universidades de la Junta de Andalucía, Francisco Triguero, y el rector de la Universidad de Sevilla, Antonio Ramírez de Arellano.

La Gerencia de la UGR trató de negociar una retirada de la protesta a cambio de permitir que el acto fuese de acceso público. Mientras tanto, a la salida de la misa solemne, antes de la procesión de togados, un grupo de 50 manifestantes esperaba al rector, retrasando su salida casi media hora hasta que la Policía abrió paso a empujones. Manifestación y procesión caminaron paralelas hasta el Hospital Real. Al permitirse el acceso público, los protestantes de fuera se unieron a los de dentro, ocupando en la práctica el Crucero con más de 100 personas e impidiendo el acto.

González Lodeiro calificó la jornada como «un día triste para la Universidad, que es la casa del diálogo». Mientras él y los nuevos doctores entonaban el Gaudeamus, pitos, gritos y bocinas rodeaban la sala y un vigilante de seguridad golpeaba a un alumno en el patio del antiguo hospital que fundasen los Reyes Católicos. Igualmente, en paralelo, otros alumnos intentaban tapar los objetivos de las cámaras y lanzaban gritos contra la prensa.

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Las universidades comienzan los trabajos para mejorar su accesibilidad

El Proyecto Campus de Excelencia Internacional en Patrimonio, integrado por las diez universidades públicas de Andalucía, ha iniciado los trabajos de adaptación y mejora de la accesibilidad en los entornos e instalaciones universitarias.El proyecto, coordinado por la Universidad de Jaén (UJA), lleva de esta forma a cabo el compromiso establecido con la Fundación ONCE y con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, tras recibir una subvención para la adaptación de accesibilidad de los entornos e instalaciones universitarias, según un comunicado de la UJA.

Las actuaciones previstas incluyen intervenciones en el edificio de Ciencias de La Salud de la Universidad de Almería, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, el Colegio Mayor «Isabel La Católica» de la Universidad de Granada, en los campus El Carmen y Cantero Cuadrado de la Universidad de Huelva, en el colegio mayor «Domingo Savio» de la Universidad de Jaén, en el colegio Mayor «Santa María del Buen Aire» de la Universidad de Sevilla y en la residencia «Flora Tristán» de la Universidad Pablo de Olavide.

Se han llevado a cabo las obras de adaptación en las universidades de Jaén, Sevilla y Granada, que han consistido en la modificación de habitaciones, cuartos de baño, accesos, colocación de avisadores de emergencia en el interior de las estancias así como avisadores sonoros y acústicos tanto en el interior de las habitaciones como en el exterior.

Las intervenciones restantes, que se realizarán en las Universidades de Almería, Cádiz, Huelva y Pablo de Olavide, comenzarán en los próximos meses, y concluirán antes de final de año.

Con estas siete acciones se completan las actuaciones en todas las universidades públicas andaluzas que componen el proyecto CEI Patrimonio, ya que en la convocatoria del pasado año se actuó en la Residencia Universitaria «Lucano», de la Universidad de Córdoba, la residencia (seminario) de la Universidad Internacional de Andalucía y la residencia «Jiménez Fraud», de la Universidad de Málaga.

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Las actuaciones previstas incluyen intervenciones en el edificio de Ciencias de La Salud de la Universidad de Almería, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, el Colegio Mayor «Isabel La Católica» de la Universidad de Granada, en los campus El Carmen y Cantero Cuadrado de la Universidad de Huelva, en el colegio mayor «Domingo Savio» de la Universidad de Jaén, en el colegio Mayor «Santa María del Buen Aire» de la Universidad de Sevilla y en la residencia «Flora Tristán» de la Universidad Pablo de Olavide.

Se han llevado a cabo las obras de adaptación en las universidades de Jaén, Sevilla y Granada, que han consistido en la modificación de habitaciones, cuartos de baño, accesos, colocación de avisadores de emergencia en el interior de las estancias así como avisadores sonoros y acústicos tanto en el interior de las habitaciones como en el exterior.

Las intervenciones restantes, que se realizarán en las Universidades de Almería, Cádiz, Huelva y Pablo de Olavide, comenzarán en los próximos meses, y concluirán antes de final de año.

Con estas siete acciones se completan las actuaciones en todas las universidades públicas andaluzas que componen el proyecto CEI Patrimonio, ya que en la convocatoria del pasado año se actuó en la Residencia Universitaria «Lucano», de la Universidad de Córdoba, la residencia (seminario) de la Universidad Internacional de Andalucía y la residencia «Jiménez Fraud», de la Universidad de Málaga.

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Las actuaciones previstas incluyen intervenciones en el edificio de Ciencias de La Salud de la Universidad de Almería, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, el Colegio Mayor «Isabel La Católica» de la Universidad de Granada, en los campus El Carmen y Cantero Cuadrado de la Universidad de Huelva, en el colegio mayor «Domingo Savio» de la Universidad de Jaén, en el colegio Mayor «Santa María del Buen Aire» de la Universidad de Sevilla y en la residencia «Flora Tristán» de la Universidad Pablo de Olavide.

Se han llevado a cabo las obras de adaptación en las universidades de Jaén, Sevilla y Granada, que han consistido en la modificación de habitaciones, cuartos de baño, accesos, colocación de avisadores de emergencia en el interior de las estancias así como avisadores sonoros y acústicos tanto en el interior de las habitaciones como en el exterior.

Las intervenciones restantes, que se realizarán en las Universidades de Almería, Cádiz, Huelva y Pablo de Olavide, comenzarán en los próximos meses, y concluirán antes de final de año.

Con estas siete acciones se completan las actuaciones en todas las universidades públicas andaluzas que componen el proyecto CEI Patrimonio, ya que en la convocatoria del pasado año se actuó en la Residencia Universitaria «Lucano», de la Universidad de Córdoba, la residencia (seminario) de la Universidad Internacional de Andalucía y la residencia «Jiménez Fraud», de la Universidad de Málaga.

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Medalla al Mérito hoy para la Real Sociedad Económica

La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Jaén ha sido galardonada con la Medalla al Mérito de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y su director, Ramón Carrasco, recoge esta tarde el reconocimiento. Será en la facultad de Derecho de la Universidad de Granada. Ramón Carrasco lleva siete años al frente de la dirección de una institución cultural con gran prestigio en la capital, que ha trabajado en pro de la cultura, sobre todo de la música clásica, habiendo creado afición en los últimos años. Conciertos, conferencias, exposiciones y presentaciones de libro son algunos de los actos programados en su salón de actos, que siempre llena su aforo. «Siempre se ha pretendido impulsar la cultura y apoyar a artistas y personalidades de Jaén», reconoce Ramón Carrasco, que asegura que el galardón es igualmente para los más de 700 socios que constituyen el gran activo de la institución.
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Inicio de curso en la Universidad de Granada con tumultos y lesiones

Aunque finalmente se celebró el acto institucional, en contra de lo planeado por la Plataforma contra los recortes de la Universidad de Granada, el balance de la inauguración oficial del curso académico 2012-2013 dejó varios lesionados (seis vigilantes jurado) que necesitaron asistencia médica.

Las protestas de un millar de personas, entre estudiantes, profesores y personal de administración y servicios de la Universidad de Granada, obligaron a que el acto se trasladase al Salón Rojo para su desarrollo a puerta cerrada y sin hacer seguimiento del orden del día fijado.

Los principales incidentes de la mañana -que no los únicos- tuvieron lugar en el Rectorado de la Universidad de Granada, donde este fin de semana han secundado un encierro algunos miembros de la llamada Plataforma contra los recortes. Para sopresa del rector, que se había reunido con ellos a primera hora de la mañana para buscar una solución.

Aunque la Universidad de Granada había acordado que todos los alumnos podrían entrar al acto institucional del inicio de curso y se leería su manifiesto a cambio de que no se impidiera su normal desarrollo, finalmente el acto no pudo celebrarse en este espacio. Los participantes en el encierro se encadenaron a la mesa presidencial del crucero del Hospital Real donde se iba a realizar el acto para reclamar su suspensión bajo el lema «No tenemos nada que celebrar».

Mientras este colectivo permanecía encadenado en el Rectorado, unas 200 personas se concentraron en la plaza de la Facultad de Derecho para recibir con una cacerolada a los académicos y miembros del equipo de Gobierno de la Universidad de Granada que iban a participar en la tradicional procesión cívico-acádemica de inicio de curso. Con consignas como «Lodeiro da la cara» o «Menos procesiones y más soluciones», el colectivo dificultó la salida de la procesión cívico-académica. Fue allí donde se registró la primera situación de tensión de la mañana.

El cortejo, presidido por el rector como es tradicional, tuvo que ser protegido por las fuerzas del orden para poder realizar la salida procesional, que finalmente se inició con retraso.

Los efectivos de la Policía Nacional y Local tuvieron que rodear a Lodeiro y al resto de la comitiva para permitir su acceso a la Plaza de Derecho, aunque sin poder evitar los empujones de algunos de los manifestantes que intentaban evitar la salida del cortejo.

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Los principales incidentes de la mañana -que no los únicos- tuvieron lugar en el Rectorado de la Universidad de Granada, donde este fin de semana han secundado un encierro algunos miembros de la llamada Plataforma contra los recortes. Para sopresa del rector, que se había reunido con ellos a primera hora de la mañana para buscar una solución.

Aunque la Universidad de Granada había acordado que todos los alumnos podrían entrar al acto institucional del inicio de curso y se leería su manifiesto a cambio de que no se impidiera su normal desarrollo, finalmente el acto no pudo celebrarse en este espacio. Los participantes en el encierro se encadenaron a la mesa presidencial del crucero del Hospital Real donde se iba a realizar el acto para reclamar su suspensión bajo el lema «No tenemos nada que celebrar».

Mientras este colectivo permanecía encadenado en el Rectorado, unas 200 personas se concentraron en la plaza de la Facultad de Derecho para recibir con una cacerolada a los académicos y miembros del equipo de Gobierno de la Universidad de Granada que iban a participar en la tradicional procesión cívico-acádemica de inicio de curso. Con consignas como «Lodeiro da la cara» o «Menos procesiones y más soluciones», el colectivo dificultó la salida de la procesión cívico-académica. Fue allí donde se registró la primera situación de tensión de la mañana.

El cortejo, presidido por el rector como es tradicional, tuvo que ser protegido por las fuerzas del orden para poder realizar la salida procesional, que finalmente se inició con retraso.

Los efectivos de la Policía Nacional y Local tuvieron que rodear a Lodeiro y al resto de la comitiva para permitir su acceso a la Plaza de Derecho, aunque sin poder evitar los empujones de algunos de los manifestantes que intentaban evitar la salida del cortejo.

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