La Junta Arbitral de Consumo y la UGR refuerzan su colaboración en la mediación entre empresarios y consumidores

La Junta Arbitral de Consumo de la Diputación Provincial y la Universidad de Granada han reforzado su colaboración en la conformación de los órganos que se encargan de llevar a cabo los arbitrajes de consumo que se están desarrollando en todas las comarcas granadinas.

«Es un reto sacar la Junta Arbitral de las dependencias de la Diputación y hacer una difusión del servicio que se está haciendo a todos los ciudadanos de la provincia», ha señalado la presidenta de la Junta Arbitral de Consumo de la Diputación, Rosa Fuentes, quien ha incidido en nombre del equipo de Gobierno en que «estamos muy satisfechos por esta colaboración tan estrecha que están teniendo con nosotros».

Dentro de esta línea divulgativa, se enmarca la celebración de una serie de actos de intermediación en la Sala de Vistas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada en la que los alumnos han podido comprobar de cerca el funcionamiento de este sistema que trata de conciliar los intereses de los consumidores y las empresas que les prestan servicios técnicos y profesionales.

Gracias a la colaboración con la Universidad de Granada, se cumple con «el doble objetivo», según ha explicado la diputada, de fortalecer la labor de la Junta Arbitral de la Diputación gracias a la experiencia de los profesores especialistas en Derecho del Consumo que desempeñan su labor como presidentes de los Colegios Arbitrales. A su vez, se difunde la labor de este órgano que está llevando su actividad a todas las comarcas granadinas gracias a una iniciativa del actual equipo de Gobierno que ya ha recalado en Albolote y Guadix con la colaboración de los empresarios de la zona.

Es una herramienta, además, y según ha señalado el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Granada, Guillermo Orozco, para la tarea de «transferencia de investigación y conocimiento y acceso a prácticas reales de nuestros alumnos» en la que trabaja el sistema universitario que contribuye así a que «los ciudadanos que hayan planteado sus reclamaciones ante la Junta de la Diputación, sean o no de Granada, tengan la posibilidad de acceder a la justicia por un sistema ágil, eficaz, rápido y gratuito».

«También las empresas y profesionales tienen un medio consensual y pacífico para resolver conflictos con sus clientes», ha aseverado Orozco quien ha recordado el «marchamo de calidad» que para estas empresas supone el uso de este servicio provincial.

En cuanto a las ventajas que para los futuros profesionales del Derecho tienen la asistencia a las vistas de la Junta Arbitral de Consumo, el profesor ha señalado que podrán ver «cómo se tramita el procedimiento y cómo actúan las partes» lo cual será de cada vez mayor interés «en una época en la que mediación y arbitraje van a ser potenciados no solo por el Estado, las comunidades autónomas y las instituciones de carácter provincial sino incluso por dos proyectos de norma que prepara la Unión Europea y que lo van a implantar ya como sistema obligatorio en el ámbito comunitario»

En España, el Real Decreto 5/2012 que regula la mediación va a conllevar una progresiva profesionalización de los mediadores y los árbitros en ámbitos como el de consumo. En el ámbito europeo, existen hoy países con un alto nivel de protección del consumidor a través de estos mecanismos y otros donde estos mecanismos prácticamente no existen o tienen muy poco peso en la gestión de las reclamaciones.

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La Junta Arbitral de Consumo y la UGR refuerzan su colaboración en la mediación entre empresarios y consumidores

La Junta Arbitral de Consumo de la Diputación Provincial y la Universidad de Granada han reforzado su colaboración en la conformación de los órganos que se encargan de llevar a cabo los arbitrajes de consumo que se están desarrollando en todas las comarcas granadinas.

«Es un reto sacar la Junta Arbitral de las dependencias de la Diputación y hacer una difusión del servicio que se está haciendo a todos los ciudadanos de la provincia», ha señalado la presidenta de la Junta Arbitral de Consumo de la Diputación, Rosa Fuentes, quien ha incidido en nombre del equipo de Gobierno en que «estamos muy satisfechos por esta colaboración tan estrecha que están teniendo con nosotros».

Dentro de esta línea divulgativa, se enmarca la celebración de una serie de actos de intermediación en la Sala de Vistas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada en la que los alumnos han podido comprobar de cerca el funcionamiento de este sistema que trata de conciliar los intereses de los consumidores y las empresas que les prestan servicios técnicos y profesionales.

Gracias a la colaboración con la Universidad de Granada, se cumple con «el doble objetivo», según ha explicado la diputada, de fortalecer la labor de la Junta Arbitral de la Diputación gracias a la experiencia de los profesores especialistas en Derecho del Consumo que desempeñan su labor como presidentes de los Colegios Arbitrales. A su vez, se difunde la labor de este órgano que está llevando su actividad a todas las comarcas granadinas gracias a una iniciativa del actual equipo de Gobierno que ya ha recalado en Albolote y Guadix con la colaboración de los empresarios de la zona.

Es una herramienta, además, y según ha señalado el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Granada, Guillermo Orozco, para la tarea de «transferencia de investigación y conocimiento y acceso a prácticas reales de nuestros alumnos» en la que trabaja el sistema universitario que contribuye así a que «los ciudadanos que hayan planteado sus reclamaciones ante la Junta de la Diputación, sean o no de Granada, tengan la posibilidad de acceder a la justicia por un sistema ágil, eficaz, rápido y gratuito».

«También las empresas y profesionales tienen un medio consensual y pacífico para resolver conflictos con sus clientes», ha aseverado Orozco quien ha recordado el «marchamo de calidad» que para estas empresas supone el uso de este servicio provincial.

En cuanto a las ventajas que para los futuros profesionales del Derecho tienen la asistencia a las vistas de la Junta Arbitral de Consumo, el profesor ha señalado que podrán ver «cómo se tramita el procedimiento y cómo actúan las partes» lo cual será de cada vez mayor interés «en una época en la que mediación y arbitraje van a ser potenciados no solo por el Estado, las comunidades autónomas y las instituciones de carácter provincial sino incluso por dos proyectos de norma que prepara la Unión Europea y que lo van a implantar ya como sistema obligatorio en el ámbito comunitario»

En España, el Real Decreto 5/2012 que regula la mediación va a conllevar una progresiva profesionalización de los mediadores y los árbitros en ámbitos como el de consumo. En el ámbito europeo, existen hoy países con un alto nivel de protección del consumidor a través de estos mecanismos y otros donde estos mecanismos prácticamente no existen o tienen muy poco peso en la gestión de las reclamaciones.

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La Junta Arbitral de Consumo y la UGR refuerzan su colaboración en la mediación entre empresarios y consumidores

La Junta Arbitral de Consumo de la Diputación Provincial y la Universidad de Granada han reforzado su colaboración en la conformación de los órganos que se encargan de llevar a cabo los arbitrajes de consumo que se están desarrollando en todas las comarcas granadinas.

«Es un reto sacar la Junta Arbitral de las dependencias de la Diputación y hacer una difusión del servicio que se está haciendo a todos los ciudadanos de la provincia», ha señalado la presidenta de la Junta Arbitral de Consumo de la Diputación, Rosa Fuentes, quien ha incidido en nombre del equipo de Gobierno en que «estamos muy satisfechos por esta colaboración tan estrecha que están teniendo con nosotros».

Dentro de esta línea divulgativa, se enmarca la celebración de una serie de actos de intermediación en la Sala de Vistas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada en la que los alumnos han podido comprobar de cerca el funcionamiento de este sistema que trata de conciliar los intereses de los consumidores y las empresas que les prestan servicios técnicos y profesionales.

Gracias a la colaboración con la Universidad de Granada, se cumple con «el doble objetivo», según ha explicado la diputada, de fortalecer la labor de la Junta Arbitral de la Diputación gracias a la experiencia de los profesores especialistas en Derecho del Consumo que desempeñan su labor como presidentes de los Colegios Arbitrales. A su vez, se difunde la labor de este órgano que está llevando su actividad a todas las comarcas granadinas gracias a una iniciativa del actual equipo de Gobierno que ya ha recalado en Albolote y Guadix con la colaboración de los empresarios de la zona.

Es una herramienta, además, y según ha señalado el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Granada, Guillermo Orozco, para la tarea de «transferencia de investigación y conocimiento y acceso a prácticas reales de nuestros alumnos» en la que trabaja el sistema universitario que contribuye así a que «los ciudadanos que hayan planteado sus reclamaciones ante la Junta de la Diputación, sean o no de Granada, tengan la posibilidad de acceder a la justicia por un sistema ágil, eficaz, rápido y gratuito».

«También las empresas y profesionales tienen un medio consensual y pacífico para resolver conflictos con sus clientes», ha aseverado Orozco quien ha recordado el «marchamo de calidad» que para estas empresas supone el uso de este servicio provincial.

En cuanto a las ventajas que para los futuros profesionales del Derecho tienen la asistencia a las vistas de la Junta Arbitral de Consumo, el profesor ha señalado que podrán ver «cómo se tramita el procedimiento y cómo actúan las partes» lo cual será de cada vez mayor interés «en una época en la que mediación y arbitraje van a ser potenciados no solo por el Estado, las comunidades autónomas y las instituciones de carácter provincial sino incluso por dos proyectos de norma que prepara la Unión Europea y que lo van a implantar ya como sistema obligatorio en el ámbito comunitario»

En España, el Real Decreto 5/2012 que regula la mediación va a conllevar una progresiva profesionalización de los mediadores y los árbitros en ámbitos como el de consumo. En el ámbito europeo, existen hoy países con un alto nivel de protección del consumidor a través de estos mecanismos y otros donde estos mecanismos prácticamente no existen o tienen muy poco peso en la gestión de las reclamaciones.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».

Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».
Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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Expertos destacan la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil

Expertos en nutrición y salud han destacado la necesidad de realizar un abordaje multifactorial en la lucha contra la obesidad infantil y han recordado la importancia que tiene mantener el equilibrio energético del organismo para que esté preparado a la hora de funcionar con una ingesta «limitada».
Estas conclusiones se han presentado en el simposio ‘Obesidad y equilibrio energético’, celebrado en el marco del 61 Congreso de la Asociación Española de Pediatría, y donde se han abordado también otros temas como la ‘Prevención activa de la obesidad en la infancia’, las ‘Variantes genéticas asociadas a la obesidad y al síndrome metabólico en la infancia’ y los ‘Aspectos multifactoriales del problema del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil’.

Durante este foro, los expertos han destacado cómo la obesidad se ha incrementado en nuestro país durante los últimos años, afectado a casi uno de cada tres niños y adolescentes. Además, han profundizado en el aumento del sedentarismo entre los más pequeños y en las razones que han llevado al desequilibrio energético actual de los niños, traducido en una mayor ingesta que gasto calórico.

En este sentido, el profesor titular de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza, Luis Moreno, ha señalado que el aumento de las cifras de obesidad infantil en España es «paralelo» al de los patrones de vida sedentaria de niños y jóvenes.

Así, ha recordado que esta situación es producto de «profundos cambios sociales» y de conductas que afectan «negativamente» a la actividad de los niños como, por ejemplo, el aumento del ocio pasivo –consolas, Internet o televisión–, la inseguridad en la calle, la disponibilidad de espacios adecuados para el deporte o la actividad física.

«La obesidad es un problema multifactorial en cuya prevención resulta fundamental mantener el equilibrio energético de nuestro organismo, preparado para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente», ha comentado este especialista para asegurar que existen diversos estudios que muestran la «implicación genética» en el desarrollo de la obesidad.

«La evidencia científica muestra que un nivel elevado de actividad física, particularmente la de intensidad elevada, se asocia con un menor contenido de grasa total y abdominal, en niños y adolescentes. También se ha observado que el exceso de tiempo dedicado a ver la televisión contribuye al desarrollo de obesidad a estas edades», ha recalcado.

NO EXISTEN ALIMENTOS BUENOS O MALOS SINO DIETAS MÁS O MENOS EQUILIBRADAS

Por otra parte, la catedrática de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe del Servicio de Gastroenterología Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz de Madrid, Isabel Polanco, ha asegurado que para que una dieta sea equilibrada tiene que ser suficiente para cubrir las exigencias del organismo, capaz de garantizar los nutrientes necesarios, y adecuada a las necesidades de cada persona.

Dicho esto, ha recordado que «no existen alimentos buenos y malos, sino dietas más o menos adecuadas». Así, ha comentado que el causante de la obesidad exógena es el consumo de una dieta de valor calórico superior a las necesidades del niño, por lo que, a su juicio, lo importante es mantener el equilibrio energético del organismo y prepararlo para funcionar con una ingesta limitada y ejercicio suficiente.

«Las estrategias de prevención de la obesidad infantil deben establecerse en la escuela y la familia, las dos instituciones que ejercen mayor influencia sobre el niño, y su interacción potenciará el éxito de las iniciativas que se lleven a cabo en este campo. Esto pasa por realizar campañas que proporcionen ideas sencillas pero claras sobre la relación entre hábitos alimentarios saludables y actividad física», ha subrayado.

Asimismo, entre las propuestas planteadas en el Simposio ‘Obesidad y Equilibrio Energético’ para contribuir a invertir las cifras actuales de obesidad infantil, destaca el fomento de actividad física, la dosificación de las nuevas tecnologías, potenciar la educación física en los centros escolares, y dotar a las ciudades de infraestructuras seguras para la práctica de transporte activo.

Por su parte, la profesora titular de Fisiología del Ejercicio y Nutrición Deportiva y directora del grupo de investigación ‘ImFINE’ de la Universidad Politécnica de Madrid, Marcela González-Gross, ha destacado que tanto el entorno familiar como el educativo tienen un papel fundamental a la hora de facilitar el acceso de los niños al ocio activo, y fomentar la adquisición de hábitos saludables.

A este respecto, la experta ha hecho hincapié en la utilidad de diversas herramientas de educación nutricional para la población como, por ejemplo, ‘La pirámide del estilo de vida saludable para niños y adolescentes’ elaborada por investigadores multidisciplinares de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretende inculcar desde la infancia el interés por la actividad física, para lograr el equilibrio energético necesario que blinde a los más pequeños ante el sobrepeso y la obesidad.

COMPONENTE GENÉTICO DE LA OBESIDAD

Por último, los especialistas participantes en el simposio han abordado el carácter multifactorial del sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, profundizando en otras áreas de interés como la genética y su influencia en el desarrollo de esta problemática.

En concreto, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil, ha informado de que actualmente se conocen alrededor de «130 genes» relacionados con la obesidad y que, además, este número continúa «en aumento».

«La mayor parte de la población obesa deriva de la interacción de determinadas variantes genéticas con los cambios ambientales, y alrededor del 5 por ciento se debe a la existencia de mutaciones en genes únicos y de síndromes mendelianos. La alteración de genes relacionados con la resistencia a la insulina y la inflamación en el tejido adiposo contribuyen igualmente a explicar una parte importante de las alteraciones asociadas a la obesidad», ha concluido.

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