Los ´santones´ tienen sinestesia

Investigadores de Granada han descubierto que muchos de los que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como curanderos o santones, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia emocional que explicaría científicamente esta virtud.

Los denominados sinéstetas mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces por ejemplo de ver o paladear un sonido, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color, según ha informado hoy la Universidad de Granada en un comunicado.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista «Consciousness and Cognition» por los profesores del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán.

Según la institución académica, se trata de la primera vez que se ofrece una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no se da en la mayoría.

Este hecho, explica Gómez Milán, «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», cualidad ésta que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos advierten en su artículo de que no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, «al igual que ocurre con muchos pintores y artistas».

Los autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro».

Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan», pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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La Ciudad entrega los premios del concurso de emprendedores

El viernes 4 de mayo, a las 13.30 horas en el Palacio de Congresos y Exposiciones, tendrá lugar la entrega de premios de Concurso de Emprendedores 2011 que promueve la Ciudad Autónoma.
Este concurso es una iniciativa para el fomento del espíritu emprendedor de la Consejería de Economía y Hacienda, a través del Programa de Agentes de Empleo y Desarrollo Local, dentro del marco de los Acuerdos de Colaboración firmados con la Dirección Provincial del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y con la Facultad de Ciencias Sociales de Melilla de la Universidad de Granada.
El objetivo del mismo es el de «fomentar e impulsar» el espíritu emprendedor entre los jovenes de nuestra ciudad, pretendiendo ser un instrumento de estímulo y apoyo a la cultura y a la actividad emprendedora e innovadora, a través de la presentación de un proyecto que suponga una diversificación del tejido empresarial existente o la penetración en nuevos mercados, debiéndose ubicar física y fiscalmente en la ciudad de Melilla.
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Científicos españoles explican por primera vez el fenómeno del aura de las personas

Investigadores españoles de la Universidad de Granada han descubierto la capacidad de ver el aura de las personas es un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia. Los sinéstetas «mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, según explica la nota de presa de la universidad española.

De este modo, conocidos popularmente como «curanderos» o «santones», presentan en realidad esta capacidad, que explicaría científicamente esta supuesta «virtud»

En un artículo publicado en la prestigiosa revista «Consciousness and Cognition», los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas . Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Varios tipos de sinestesia
Para realizar esta investigación, los científicos entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».

Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación.

Los autores del estudio destacan que en el caso de «El Santón de Baza» presenta sinestesia caras-color (por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas).

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Científicos españoles explican por primera vez el fenómeno del aura de las personas

Investigadores españoles de la Universidad de Granada han descubierto la capacidad de ver el aura de las personas es un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia. Los sinéstetas «mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, según explica la nota de presa de la universidad española.

De este modo, conocidos popularmente como «curanderos» o «santones», presentan en realidad esta capacidad, que explicaría científicamente esta supuesta «virtud»

En un artículo publicado en la prestigiosa revista «Consciousness and Cognition», los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas . Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Varios tipos de sinestesia
Para realizar esta investigación, los científicos entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».

Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación.

Los autores del estudio destacan que en el caso de «El Santón de Baza» presenta sinestesia caras-color (por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas).

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El síndrome del curandero

Que algunas personas sean capaces de ver el aura de otras, invisible para la gran mayoría de los humanos, no es nada paranormal. Y además, el aura no es propia de cada individuo, sino una percepción subjetiva de los que la ven. Es la conclusión de un estudio de investigadores de la Universidad de Granada, que dan por primera una explicación científica a este fenómeno. Resulta que entre las personas que aseguran percibir el aura –los curanderos o santones, popularmente– hay una mayor incidencia de la sinestesia, un fenómeno neuropsicológico que «mezcla» los cinco sentidos, al poseer «un cruzamiento entre áreas cerebrales que habitualmente no están conectadas», explica a LA RAZÓN Emilio Gómez Milán, uno de los autores del estudio.

Percepción subjetiva
De esta forma, «dos sinéstetas que miren a la misma persona verán colores del aura distintos y cada uno lo interpretará según el valor emocional que ese color tiene para él», explicó Gómez. Es decir, el aura es «una percepción subjetiva y no universal, pues no dice nada de una persona, sino de si ésta le gusta o no a quien la percibe». Esto no significa que sea una alucinación, pues las conexiones son «automáticas e independientes». Por ejemplo, si un sinésteta ve a un persona verde, lo va a ver verde de manera sistemática y le gustará si le agrada el color.

Por ello, los investigadores advierten del «enorme efecto placebo que provocan los curanderos en las personas». Gómez consideró la sinestesia un «pequeño don, pues se acompaña de más inteligencia intuitiva y emocional y de mayor claridad perceptiva». Estas personas son capaces de ver un sonido, sentir un sabor o paladear el tacto. Esto los dota de una alta capacidad para que las personas se sientan comprendidas y de habilidades de lectura emocional y de sufrimiento. Esto se traduce en una mayor empatía, lo que, sumado al efecto placebo de la fe de sus clientes, hace que sean capaces de ayudar a los demás. Eso sí, no todos los curanderos son sinéstetas, es sólo un colectivo en el que este síndrome es más habitual, algo que ocurre también entre pintores y artistas.

Según el estudio, algunos santones con este «pequeño don» creen en su capacidad para curar, pero «se autoengañan». «Creer que la sinestesia es un poder es como creer que un héroe es un superhéroe. Es sólo una exageración de una facultad para ser empáticos e intuitivos, al tener un sistema de valoración emocional rápido», aclaró Gómez. Así, los expertos inciden en que no se trata de un poder extrasensorial, sino de una percepción subjetiva de la realidad, «aunque sean capaces de sentir el dolor ajeno».

«Santón de Baza», sinésteta de manual
Para hacer este estudio, los investigadores se pusieron en contacto con santones de la zona. Uno de los que colaboró fue Esteban Sánchez Casas, el «Santón de Baza». Este curandero presenta diferentes tipos de sinestesia en niveles elevados:
-Caras-color (asocia cada persona a un color)
-Tacto-espejo (cuando observa a una persona que está experimentando dolor, él lo siente también)
– Una alta empatía (capacidad de sentir lo que otra persona)
– Esquizotipia (rasgos de la personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación).

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Cables cruzados

DOS científicos de la Universidad de Granada han dictaminado que los santones, curanderos y remendadores de cuerpos y almas por imposición de manos sufren lo que en el lenguaje común denominamos un cruce de cables, es decir que tienen conexiones neurológicas anormales que «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas». Este providencial cruce de cables (pues es la Providencia quien les proporciona el feliz cortocircuito) permite a los videntes, ensalmadores y santeros inventar un sistema de creencias y desarrollar ciertas habilidades de «lectura emocional y del sufrimiento». Como ejemplo de estas cualidades medio visionarias los científicos citan repetidamente al Santón de Baza, que dejó cegatas a decenas de personas mientras les enseñaba a observar el llamado baile del sol. Con tanta aplicación miraron al sol bailar cogido de la cintura de su aura que acabaron en el hospital con graves quemaduras oculares.

Al Santón lo disfrazaba su hermana de obispo con el primor con que se viste a una muñeca. Le almidonaba la casulla; le ceñía con mimo la banda con flecos y los estolones bordados; le cepillaba la capa pluvial; le perfumaba las medias moradas y la pechera de cuello alemán y por último le peinaba el flequillo. Y, ale, ya estaba listo para desfilar en procesión acompañado de una rara virgen con dos cabezas: una en su sitio natural y otra colocada a la altura del vientre.

Yo fui testigo de una de aquellas sesiones de curación que ejecutaba el santón como si fuera el médico del seguro pero no le vi el aura a él ni a la enferma, sino al marido de ésta, un alpujarreño gordo cuya cara se encendió literalmente como si fuera el propio sol mientras el curandero masajeaba con pericia los pechos a la enferma para curarla ¡de úlcera de estómago! Qué tuviera que ver el estómago con el pecho no lo he podido aclarar aunque funcionaba muy bien como efecto placebo.

Dicen los científicos en su informe que «no todos los santeros y curanderos» tienen los cables cruzados, que los hay con las conexiones en su sitio (aunque disimulen), pero no mencionan qué hacen los que sufren de cables cruzados pero no se dedican a la santería, es decir, en qué oficio concentran sus cualidades visionarias y demagogas ni quiénes suelen ser sus víctimas propiciatorias. No lo dicen aunque no cuesta imaginarlo. Basta con repasar uno de esos confidenciales que nos llegan por la mañana por internet que contienen el ramillete de declaraciones del día anterior de políticos contentísimos y de un humor descacharrante (mientras los súbditos se mueren de hambre y de asco) para ponerles cara y apellidos.

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No es poder lo que tenía el Santón, sino sinestesia

Investigadores de la Universidad de Granada descubren científicamente por qué algunos curanderos, como el Santón de Baza, son capaces de ver el ‘aura’ de las personas

Ni poderes paranormales ni una especial sensibilidad a la fuerza y energía de las personas, muchos de los ‘curanderos’ o ‘santones’ que dicen ser capaces de ver el aura en los demás, lo que realmente padecen es un «cruce de cables», es decir, un fenómeno neuropsicológico que se denomina sinestesia. Y para demostrarlo científicamente investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han estudiado a muchos de estos individuos, entre ellos a Esteban Sánchez Casas, un vidente granadino conocido como el Santón de Baza que saltó a la fama hace dos décadas por convocar una aparición de la Virgen en la que más de 30 personas sufrieron lesiones oculares por el sol.

En un artículo publicado en la prestigiosa revista Consciousness and Cognition, los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la mayoría de los seres humanos.

La sinestesia consiste, en términos neurológicos, en que en el cerebro de ciertas personas (a los que se les conoce como sinéstetas) se producen conexiones sinápticas que no existen en la mayoría de las personas normales, lo que se entiende comunmente como un cruce de cables. Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Emilio Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos de la UGR advierten en su artículo que «no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas, por ejemplo».

Para realizar esta investigación, los científicos de la UGR entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia de España, Italia y Portugal, principalmente, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el Santón de Baza.

Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación, auténticos expertos «en caza sinéstetas».

El Santón de Baza dio mucho de qué hablar a principios de los 90, tras varias apariciones públicas en las que aseguraba falsas apariciones en las que empezaron a llegar miles de personas procedentes de toda España para que el curandero aliviara sus dolencias a cambio de «la voluntad».

Pero los investigadores de la UGR acaban de dar una explicación científica a sus ‘habilidades’. Según Goméz, «el Santón de Baza presenta sinestesia caras-color, es decir, que su zona cerebral de reconocimiento de caras se asocia a la de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color». Además padece sinestesia tacto-espejo, de alta empatía, así «cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor». Y tiene una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas). Todo esto «le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento», apuntan los científicos.

A la luz de los resultados de su trabajo, sus autores advierten en el artículo del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas, «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro». Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan» pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos. En realidad Gómez dice que estos curanderos tienen «un pequeño don, que consiste en una visión coloreada con fuegos artificiales de la realidad, pero no es una alucinación». El artículo está disponible en http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1053810011002868.

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Lorenzo Silva, José Valles, Quim Casas, Rosa Navarro y Juan Madrid en el ciclo ‘Mayo negro’

  • Tendrá lugar en el Salón de Caballeros XXIV del Palacio de La Madraza, los días 7, 8, 11, 16, 17 y 29 de mayo, a las 20 horas

La Cátedra García Lorca analizará, desde diversas perspectivas, el auge del género negro en España, en la literatura y el cine, en un ciclo que se desarrollará durante el mes de mayo, en el Palacio de La Madraza (C/ Oficios, 14).

El día 7 abrirá el ciclo Lorenzo Silva, autor de novelas como El lejano país de los estanques, La flaqueza del bolchevique o La estrategia del agua, entre otros títulos esenciales en el panorama de la novela negra actual. Silva es el creador de dos peculiares detectives: la pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro.

El día 8 intervendrá José Valles, catedrático de Teoría de la Literatura y especialista en el género, tanto en sus vertientes literaria como cinematográfica, al que ha consagrado, junto a otras aportaciones, el estudio referencial La novela criminal española.

El día 11, Quim Casas, profesor de Introducción al Guión y de Historia de las grandes productoras, en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, colaborador de la prestigiosa revista Dirigido por, y autor de numerosos libros de cine, entre los que pueden destacarse los dedicados a David Lynch, Raoul Walsh y Fritz Lang, hablará de la evolución del cine negro desde Scarface hasta los hermanos Coen.

El día 16, Rosa Navarro, catedrática de Literatura Española de la Universidad de Barcelona, especialista en la novela picaresca, de la que ha realizado numerosos estudios y ediciones (así como los cinco volúmenes preparados para la prestigiosa Biblioteca Castro), abordará la cuestión del hampa en nuestra Edad de Oro y su peculiar proyección literaria picaresca y rufianesca.

El día 17 intervendrá Juan Madrid, otro de los escritores fundamentales del género en nuestro país, con novelas como Días contados y Adiós, princesa. Además ha sido guionista de cine y televisión (suyo es el guión de la serie Brigada central), y director de cine, también dentro del género negro (Tánger, 2004).

El ciclo terminará el día 29 con una mesa redonda dedicada al fenómeno literario de la novela negra escandinava a cargo de dos de los traductores más importantes de España en este ámbito: Carmen Montes, traductora de Hennig Mankell, el autor de Antes que hiele y El hombre inquieto; y Martin Lexell, traductor de Stieg Larsson, autor de la famosa trilogía Millenuium.

Todas las sesiones tendrán lugar en el Palacio de La Madraza de Granada, a las 20 horas. La entrada es libre hasta completar aforo.

http://sl.ugr.es/01P6

Descargue el cartel del ciclo: CARTEL MAYO.pdf

Gabinete de Comunicación – Secretaría General
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Acera de San Ildefonso, s/n. 18071. Granada (España)
Tel. 958 243063 – 958244278
Correo e. gabcomunicacion@ugr.es
Web: http://newcanalugr.ugr.es


Beetle gets 3D mapped from the inside using microtomography

If your doctor ever sends you to the hospital for a CT Scan, you might get the chance to have a glimpse of your insides digitally mapped in 3D. Such a scanner works by using a series of high-resolution 2D X-ray images that are pieced together into a 3D model (known as tomography ). The model can then be rotated and viewed from all angles, which is an invaluable reference to have when figuring out if anything is wrong.

That same technology can be employed on a much smaller scale (microtomography ) for other living things, and it’s just such a technique that has won Professor Javier Alba Tercedor from the University of Granada a movie award.

The video above is not for people who dislike bugs, but if you can stomach watching it, you get to see a complete and perfect representation of a bug’s insides. More specifically, it’s a complete map of a female Dryops water beetle, captured without damaging the beetle in any way.

The movie was made using a SkyScan-1172 microtomograph located in the Zoology department of the university where the professor works. He mastered the use of the device himself, and that shows in the overall quality of the final capture.

As you can see, every part of the beetle can be looked at in great detail and from every angle. It removes all the guesswork from figuring out how the different systems of this small bug fit together.

While the movie is great to look at, its production is of vital importance in answering question about why beetles move and act the way they do, and why that differs between species. The same microtomography scans can also be used on other living organisms, with the limit as to what can be seen governed by how precise the scanner is. And as with all technology, we should only see that precision improve in the coming years.

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El Faro de Ceuta

Pág. 19: La UGR celebrará una jornada sobre ingeniería informática en la Facultad

Decarga por URL: http://sl.ugr.es/01P4

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Melilla Hoy

Pág. 19: El 6 termina el plazo para solicitar ayudas para la realización de actividades de voluntariado

Conferencia de Jaime AmiHs Ontiveros hoy en el Campus melillense

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El Faro de Melilla

Pág. 17: ‘Construcción social de género’, charla hoy en la UGR a las 16:30 horas

Descarga por URL: http://sl.ugr.es/01P2

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