El País

Pág. 38: Los rectores critican los recortes y las formas

Contraportada: JOSÉ A. LORENTE «Se puede comprar un niño a las mafias por 6.000 euros»

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Ideal

Pág. 16: La granadina IActive, entre las cinco empresas mundiales más prometedoras

Profesores de Geología explicarán el domingo cómo ‘las rocas hacen ciudad’

Pág. 60: Una cita para analizar la web social

Pág. 62: Lorenzo Silva y Juan Madrid, en el ‘Mayo negro’ de la UGR

Pág. 73: Agenda

– Teatro: ‘Padam padam’

– Cine: ‘El héroe solitario’

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‘Las rocas hacen ciudad’, Geolodía 12 en Granada

  • Se celebrará el próximo domingo 6 de mayo de 9 a 14 h., con una excursión por el centro de la ciudad
  • Para realizar reconocimiento de rocas y minerales existentes en los edificios y elementos urbanos granadinos

La actividad del GEOLODÍA-GRANADA 2012, con el título de “Las rocas hacen ciudad”, se celebrará el próximo domingo 6 de mayo de 9 a 14 h., en Granada, con un recorrido por el centro de la ciudad que parte desde la plaza de Bibarrambla para realizar una excursión de reconocimiento de rocas y minerales existentes en los edificios y elementos urbanos granadinos.

En esta actividad, organizada por profesores e investigadores del Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad de Granada, se explicará con un lenguaje coloquial y accesible la diversidad de la materia pétrea que constituye el cimiento de nuestro medio ambiente, su distinta naturaleza, origen, edad y otras curiosidades.

Granada celebra así el evento del GEOLODIA que nació en Teruel en 2005, de forma conjunta con el resto del país, para divulgar el conocimiento geológico entre la ciudadanía de forma práctica y lúdica, fuera de las aulas, en el campo y en la ciudad.

Se pretende concienciar a la población sobre la necesidad de entender y conservar algo tan imprescindible como es el medio geológico en el que nos desenvolvemos, que incluye la evolución de la geoesfera y sus complejas interacciones con la hidrosfera, atmósfera y biosfera.

GEOLODIA es impartido por profesionales de la Geología de distintas instituciones, sociedades y asociaciones. A nivel nacional está coordinado por la Sociedad Geológica de España y cuenta con la colaboración de la Asociación Española para la Enseñanza de las Ciencias de la Tierra y el Instituto Geológico y Minero de España, y el patrocinio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Más información en: http://www.sociedadgeologica.es/divulgacion_geolodia.html y http://www.ugr.es/~agcasco/geolodiagranada2012/).

Contacto Geolodia Granada: Antonio García Casco, catedrático del Departamento de Mineralogía y Petrología. Teléfono: 958 246613. Correo electrónico: agcasco@ugr.es

Gabinete de Comunicación – Secretaría General
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Acera de San Ildefonso, s/n. 18071. Granada (España)
Tel. 958 243063 – 958 244278
Correo e. gabcomunicacion@ugr.es
Web: http://newcanalugr.ugr.es


Granada Hoy

Pág. 15: IActive es la quinta empresa más prometedora del mundo en Inteligencia Artificial

El animador Ted Ty, de Dreamworks, ofrece una charla en la UGR

La Universidad celebra hoy el acto de imposición de medallas y menciones

Pág. 26: Ted Ty, animador de Dreamworks, en la UGR

‘Padam padam’ en la Facultad de Traducción

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Démonstration scientifique de la raison pour laquelle certains guérisseurs sont capables de voir « l’aura » des personnes

  • Des chercheurs de l’Université de Grenade expliquent qu’il s’agit en réalité de cas de synesthésie, un phénomène neuropsychologique consistant à « mélanger » les cinq sens.
  • Les résultats de ce travail ont été publiés dans la prestigieuse revue Consciousness and Cognition ».
  • Ses auteurs avertissent de l’énorme « effet placebo » que provoquent les guérisseurs chez les gens. 

Des chercheurs espagnols ont découvert que de nombreux individus qui se disent capables de voir l’aura des personnes, généralement connus sous le nom de « guérisseurs » ou de « santons », présentent en réalité un phénomène neuropsychologique dénommé synesthésie (concrètement, synesthésie émotionnelle) qui expliquerait scientifiquement cette supposée « vertu ». Les synesthètes « mélangent » les cinq sens car les zones du cerveau chargées de traiter les stimuli sont plus interconnectées, de sorte qu’ils sont capables de voir ou de déguster un son, par exemple, de sentir une saveur ou d’associer les personnes à une couleur déterminée.

Dans un article publié dans la prestigieuse revue Consciousness and Cognition, les professeurs du Département de Psychologie Expérimentale de l’Université de Grenade Óscar Iborra, Luis Pastor et Emilio Gómez Milán ont offert, pour la première fois au monde, une explication scientifique au phénomène ésotérique de l’aura, un présumé champ énergétique de radiation lumineuse multicolore que entoure les personnes sous forme de halo invisible pour la majorité des personnes.

En termes neurologiques, la synesthésie consiste dans le fait qu’il se produit chez certaines personnes (les synesthètes) un « croisement de câbles » ou connections synaptiques qui ne se produisent pas chez les personnes normales. Ce fait « leur permet d’établir des associations automatiques entre des régions cérébrales habituellement non connectées » ; une aptitude, d’après le professeur Gómez Milán, que possèderaient beaucoup de guérisseurs qui disent voir l’aura des gens.

Le cas du « santon de Baza »

Les scientifiques de l’UGR signalent dans leur article que « tous les santons et guérisseurs ne sont pas synesthètes, mais qu’il s’agit d’un syndrome qui se produit plus souvent chez cette collectivité, ainsi que chez beaucoup de peintres et d’artistes. » Pour mener à bien cette recherche, ils ont interviewé plusieurs personnes synesthètes, parmi lesquelles se trouvaient de prétendus guérisseurs, tel que le grenadin Esteban Sánchez Casas, connu comme « Le santon de Baza ». Beaucoup de gens lui attribuent certains « pouvoirs paranormaux », comme celui de voir l’aura des personnes, « alors qu’il s’agit d’un clair exemple de synesthésie », expliquent les auteurs de cette recherche. Le « santon de Baza » présente une synesthésie visages-couleur (la zone cérébrale de la reconnaissance des visages s’associe à la zone des couleurs, de sorte que l’on associe une couleur à chaque personne) ; une synesthésie tact-miroir (lorsqu’il observe une personne qui est en train d’être touchée ou qui ressent une douleur, il expérimente la même douleur) ; une forte empathie (la capacité de sentir ce que sent quelqu’un d’autre) et une schizotypie (certains traits de la personnalité présentant une tendance à des formes atténuées de paranoïa et d’hallucination chez des personnes saines). Tout ceci « lui permet de posséder un système de croyances, une grande capacité de faire que les gens se sentent compris et certaines habiletés pour la lecture des émotions et de la souffrance », remarquent les auteurs.

D’après les résultats de ce travail, ses auteurs avertissent de l’énorme « effet placebo » que provoquent les guérisseurs chez les gens, « même s’ils sont vraiment atteints de synesthésie et sont capables de voir l’aura ou de ressentir la douleur de l’autre ». Certains parmi ces santons « présentent certaines habiletés et attitudes qui leur permettent de croire en leur capacité de soigner les autres, mais en réalité ils se leurrent, car la synesthésie n’est pas un pouvoir extrasensoriel mais une perception subjective et « ornée » de la réalité, avertissent les experts.

 

Référence bibliographique :

 

Contact:  Emilio Gómez Milán. Département de Psychologie Expérimentale. Tél. : 958 240 665 ; courriel : egomez@ugr.es


Científicos demuestran que curanderos que dicen ver el aura tienen sinestesia

Investigadores de Granada han descubierto que muchos de los que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como curanderos o santones, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia emocional que explicaría científicamente esta virtud.

Los denominados sinéstetas mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces por ejemplo de ver o paladear un sonido, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color, según ha informado hoy la Universidad de Granada en un comunicado.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista «Consciousness and Cognition» por los profesores del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán.

Según la institución académica, se trata de la primera vez que se ofrece una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no se da en la mayoría.

Este hecho, explica Gómez Milán, «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», cualidad ésta que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos advierten en su artículo de que no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, «al igual que ocurre con muchos pintores y artistas».

Para realizar esta investigación, entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre ellos algunos supuestos curanderos como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».

Muchos le atribuyen ciertos poderes paranormales, como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación.

Según los científicos, el Santón de Baza presenta sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color), y sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor).

También una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas).

Todo esto «le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento», según los científicos.

Los autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro».

Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan», pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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Demuestran que los curanderos que dicen ver el aura tienen sinestesia

Investigadores de Granada han descubierto que muchos de los que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como curanderos o santones, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia emocional que explicaría científicamente esta virtud.

Los denominados sinéstetas mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces por ejemplo de ver o paladear un sonido, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color, según ha informado este miércoles la Universidad de Granada en un comunicado.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista «Consciousness and Cognition» por los profesores del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán.

Según la institución académica, se trata de la primera vez que se ofrece una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no se da en la mayoría.

Este hecho, explica Gómez Milán, «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», cualidad ésta que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos advierten en su artículo de que no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, «al igual que ocurre con muchos pintores y artistas».

INVESTIGACIÓN

Para realizar esta investigación, entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre ellos algunos supuestos curanderos como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».

Muchos le atribuyen ciertos poderes paranormales, como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación.

Según los científicos, el Santón de Baza presenta sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color), y sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor).

También una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas).

Todo esto «le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento», según los científicos.

Los autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro».

Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan», pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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El poder de algunos curanderos de ver el ‘aura’ de las personas

La prestigios revista ‘Consciousness and Cognition’ ha publicado un artículo redactado por investigadores españoles, entre los que se encuentran los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán. Por primera vez en la historia han conseguido ofrecer una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

Las conclusiones apuntan a que muchos de los individuos que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como ?curanderos? o ?santones?, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia (en concreto, sinestesia emocional), que explicaría científicamente esta supuesta ?virtud?. Los sinéstetas ?mezclan? los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, por ejemplo, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un ?cruce de cables? o conexiones sinápticas que no existen en la mayoría de las personas normales. Este hecho ?les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas?, según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

¿Fenómenos paranormales?

Los científicos de la UGR advierten en su artículo que ?no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas, por ejemplo?. Para realizar esta investigación, entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como ‘El Santón de Baza’.

Muchos le atribuyen ciertos ?poderes paranormales?, como poder ver el aura de las personas, ?cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta?, explican los autores de esta investigación. El Santón de Baza presenta sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas). Todo esto ?le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento?, apuntan los científicos.

A la luz de los resultados de su trabajo, sus autores advierten del enorme ?efecto placebo? que provocan los curanderos en las personas, ?aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro?. Algunos de estos santones ?presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan? pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y ?adornada? de la realidad, advierten los expertos.

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El poder de algunos curanderos de ver el ‘aura’ de las personas

Investigadores de la Universidad de Granada afirma que estas personas sufren un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia

La prestigios revista ‘Consciousness and Cognition’ ha publicado un artículo redactado por investigadores españoles, entre los que se encuentran los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán. Por primera vez en la historia han conseguido ofrecer una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.
Las conclusiones apuntan a que muchos de los individuos que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como «curanderos» o «santones», presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia (en concreto, sinestesia emocional), que explicaría científicamente esta supuesta «virtud». Los sinéstetas «mezclan» los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, por ejemplo, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color.
En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no existen en la mayoría de las personas normales. Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.
¿Fenómenos paranormales?
Los científicos de la UGR advierten en su artículo que «no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas, por ejemplo». Para realizar esta investigación, entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como ‘El Santón de Baza’.
Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación. El Santón de Baza presenta sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas). Todo esto «le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento», apuntan los científicos.
A la luz de los resultados de su trabajo, sus autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas, «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro». Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan» pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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Los santeros que dicen ver el aura de las personas sólo tienen un ‘cruce de cables’ cerebral

Investigadores de Granada han descubierto que muchos de los que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como curanderos o santones, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia emocional que explicaría científicamente esta virtud.

Los denominados sinéstetas mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces por ejemplo de ver o paladear un sonido, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color, según ha informado hoy la Universidad de Granada en un comunicado.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Consciousness and Cognition por los profesores del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán.

Según la institución académica, se trata de la primera vez que se ofrece una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no se da en la mayoría.

Este hecho, explica Gómez Milán, «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», cualidad ésta que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos advierten en su artículo de que no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, «al igual que ocurre con muchos pintores y artistas».

Los autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro».

Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan», pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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Demuestran que los curanderos que dicen ver el aura tienen sinestesia

Investigadores de Granada han descubierto que muchos de los que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como curanderos o santones, presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia emocional que explicaría científicamente esta virtud.

Los denominados sinéstetas mezclan los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces por ejemplo de ver o paladear un sonido, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color, según ha informado hoy la Universidad de Granada en un comunicado.

Los resultados del estudio han sido publicados en la revista ‘Consciousness and Cognition’ por los profesores del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán.

Según la institución académica, se trata de la primera vez que se ofrece una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un ‘cruce de cables’ o conexiones sinápticas que no se da en la mayoría.

Este hecho, explica Gómez Milán, ‘les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas’, cualidad ésta que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

Los científicos advierten en su artículo de que no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, ‘al igual que ocurre con muchos pintores y artistas’.

Los autores advierten del enorme ‘efecto placebo’ que provocan los curanderos en las personas ‘aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro’.

Algunos de estos santones ‘presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan’, pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y ‘adornada’ de la realidad, advierten los expertos.

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Demuestran científicamente por qué algunos curanderos son capaces de ver el ‘aura’ de las personas

Investigadores españoles han descubierto que muchos de los individuos que dicen ser capaces de ver el aura de las personas, los conocidos popularmente como «curanderos» o «santones», presentan en realidad un fenómeno neuropsicológico denominado sinestesia (en concreto, sinestesia emocional), que explicaría científicamente esta supuesta «virtud».

Los sinéstetas «mezclan» los cinco sentidos, al tener más interconectadas las áreas del cerebro encargadas de procesar cada uno de los estímulos, de forma que son capaces de ver o paladear un sonido, por ejemplo, sentir un sabor o asociar a las personas con un determinado color.

En un artículo publicado en la prestigiosa revista Consciousness and Cognition, los profesores del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada Óscar Iborra, Luis Pastor y Emilio Gómez Milán han ofrecido, por primera vez en el mundo, una explicación científica al fenómeno esotérico del aura, un supuesto campo energético de radiación luminosa multicolor que rodearía a las personas a modo de halo y que resulta invisible para la gran mayoría de los seres humanos.

En términos neurológicos, la sinestesia consiste en que en el cerebro de ciertas personas (los sinéstetas) se produce un «cruce de cables» o conexiones sinápticas que no existen en la mayoría de las personas normales. Este hecho «les permite establecer asociaciones automáticas entre regiones cerebrales que habitualmente no están conectadas», según explica el profesor Gómez Milán, una cualidad que tendrían muchos de los curanderos que dicen poder ver el aura.

El caso del «Santón de Baza»

Los científicos de la UGR advierten en su artículo que «no todos los santones y curanderos son sinéstetas, pero en este colectivo sí que se da una mayor incidencia de este síndrome, la sinestesia, al igual que ocurre con muchos pintores y artistas, por ejemplo». Para realizar esta investigación, entrevistaron a varias personas afectadas por sinestesia, entre los que se encontraban supuestos curanderos, como el granadino Esteban Sánchez Casas, conocido como «El Santón de Baza».

Muchos le atribuyen ciertos «poderes paranormales», como poder ver el aura de las personas, «cuando en realidad se trata de un claro ejemplo de sinésteta», explican los autores de esta investigación. El Santón de Baza presenta sinestesia caras-color (la zona cerebral del reconocimiento de caras se asocia a la zona de los colores, por lo que asocia a cada persona con un color); sinestesia tacto-espejo (cuando observa a una persona que está siendo tocada o que experimenta un dolor, él experimenta ese mismo dolor); una alta empatía (la capacidad de sentir lo que está sintiendo otra persona) y esquizotipia (ciertos rasgos de personalidad con tendencia a formas atenuadas de paranoia y de alucinación que se da en las personas sanas). Todo esto «le permite tener un sistema de creencias, una alta capacidad de hacer que la gente se sienta comprendida y ciertas habilidades de lectura emocional y del sufrimiento», apuntan los científicos.

A la luz de los resultados de su trabajo, sus autores advierten del enorme «efecto placebo» que provocan los curanderos en las personas, «aunque padezcan realmente sinestesia y sean capaces de ver el aura o sentir el dolor del otro». Algunos de estos santones «presentan ciertas habilidades y actitudes que les permiten creer en su capacidad de sanar a los demás, pero en realidad se autoengañan» pues la sinestesia no es un poder extrasensorial, sino una percepción subjetiva y «adornada» de la realidad, advierten los expertos.

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