Un libro se acerca a la vida de tres economistas andaluces desde el siglo XVI

Un libro del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada Miguel González Moreno se aproxima a la vida y obra de tres de los economistas andaluces más significativos desde el siglo XVI hasta la Guerra Civil, Tomás de Mercado, Francisco Martínez de Mata y Antonio Flores de Lemus.
«Retratos de economistas andaluces: vida, tiempo y pensamiento», que ha sido editado por la Fundación Unicaja y se presenta esta tarde en Málaga, muestra la aportación al pensamiento económico de tres economistas andaluces de rasgos personales muy dispares, ha informado hoy la entidad financiera en un comunicado.
El sevillano Tomás de Mercado (1530-1576) fue un estudioso dominico formado en los más renombrados centros escolásticos, el granadino Francisco Martínez de Mata (siglo XVII) se caracterizó por su rebeldía social y el jienense Antonio Flores de Lemus (1876-1941) era un economista al servicio de la administración pública.
La época que a cada uno le tocó vivir marcó su vida y su obra: el primero, en la España imperial de los primeros Austrias (Carlos V y Felipe II); el segundo, en la España de la decadencia del siglo XVII; y el tercero, en la España del Desastre de 1898.
También tuvieron idearios económicos distintos, ya que Mercado fue un escolástico preocupado por la licitud de las operaciones mercantiles y la moral de los cambistas y mercaderes, y Martínez de Mata era un convencido mercantilista y desde esta óptica analizó y trató de encontrar remedio a los problemas de la España de su tiempo.
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No te quieren, Wert

Si eres de clase alta, a ti estudiar, no te hace falta

La voz potente de Javier Alfaya inunda el salón de actos del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada. Hace más de 40 años, estudiaba Filología Semítica. También luchaba contra la dictadura. En enero de 1969 fue a parar a la cárcel. Y de allí, al destierro.

En la enfermería de la prisión compuso sus primeras canciones. El viernes pasado, recordó algunas ante más de 200 personas. La mayoría, antiguos compañeros represaliados por el franquismo. Como él mismo.

El motivo del encuentro de estos luchadores antifranquistas era la presentación de una monumental obra de más de 1.300 páginas (tres tomos) que recoge la historia del movimiento estudiantil en la Universidad de Granada, desde 1965 hasta el golpe de Tejero de 1981.

La represión afectó a más de 350 estudiantes, de los que un centenar pasó por la cárcel y 62 por el Tribunal de Orden Público (TOP). Otros sufrieron multas, torturas o deportación. Tras cursar el bachiller en Granada, yo mismo fui expulsado de la Universidad de Madrid, junto a la hoy escritora y académica Soledad Puértolas.

El asesinato del estudiante de Biológicas almeriense Javier Verdejo Lucas fue el hecho más repugnante de aquellos años. El joven de 19 años murió a tiros de la Guardia Civil. Intentaba escribir en un muro Pan, Trabajo y Libertad. Se quedó en la T.

En honor del valenciano Raimon, autor de Al vent, el mítico himno de la rebelión estudiantil, los autores han titulado su obra La cara al viento. El libro ha sido escrito por seis profesores, capitaneados por Alfonso Martínez Foronda, presidente de la Fundación de Estudios Sindicales de CC OO (Editorial El Páramo).

El encuentro no fue una sucesión de batallitas de viejos luchadores estudiantiles. Al contrario: si echaron la mirada atrás, fue para demostrar que hoy la enseñanza pública está tan amenazada como hace 40 años.

Lo señaló el prologuista y profesor de Historia Miguel Gómez Oliver: «Si entonces luchamos por una Universidad democrática, hoy lo hacemos por una Universidad pública». Antiguo PNN, Gómez Oliver denunció que «se está produciendo el mayor ataque contra la Universidad pública en 35 años». El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, suscribió las últimas palabras de Gómez Oliver: «No nos quebraron entonces, y no nos van a quebrar ahora».

El rector mostró su indignación ante el hecho de que sea «el propio Estado el que critica y denigra la Universidad, a través de sus representantes». No hacía falta que citara al ministro de Educación, José Ignacio Wert, que había acusado a los rectores de «no estar a la altura de la situación» del país. «No se puede tolerar que acusen a la Universidad de ineficaz y derrochadora», exclamó el rector.

Las medidas tomadas por el ministro Wert, más tasas y menos becas, dificultarán el acceso de las clases populares a los estudios superiores. Por eso nadie lo quiere: ni profesores, ni padres, ni estudiantes. También el franquismo defendió una Universidad elitista con el pretexto de luchar contra la masificación. Pero, como recordó el rector, no era masificación, sino democratización de las aulas. Como hoy.

Porque los recortes actuales persiguen el mismo fin. Los antiguos luchadores estudiantiles lo denuncian en un manifiesto por la Universidad pública: con estas medidas, dicen, «se condenará a los hijos de las familias más desfavorecidas a ser mano de obra de escasa cualificación». Apuntó el rector: «Quizás están pensando en un grupo social concreto». El mismo de hace 40 años: el suyo.

El cantautor Alfaya lo cantó así: «Para qué quieres / un poco de cultura/ si vas a conducir / el camión de la basura».

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No te quieren, Wert

Si eres de clase alta, a ti estudiar, no te hace falta

La voz potente de Javier Alfaya inunda el salón de actos del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada. Hace más de 40 años, estudiaba Filología Semítica. También luchaba contra la dictadura. En enero de 1969 fue a parar a la cárcel. Y de allí, al destierro.

En la enfermería de la prisión compuso sus primeras canciones. El viernes pasado, recordó algunas ante más de 200 personas. La mayoría, antiguos compañeros represaliados por el franquismo. Como él mismo.

El motivo del encuentro de estos luchadores antifranquistas era la presentación de una monumental obra de más de 1.300 páginas (tres tomos) que recoge la historia del movimiento estudiantil en la Universidad de Granada, desde 1965 hasta el golpe de Tejero de 1981.

La represión afectó a más de 350 estudiantes, de los que un centenar pasó por la cárcel y 62 por el Tribunal de Orden Público (TOP). Otros sufrieron multas, torturas o deportación. Tras cursar el bachiller en Granada, yo mismo fui expulsado de la Universidad de Madrid, junto a la hoy escritora y académica Soledad Puértolas.

El asesinato del estudiante de Biológicas almeriense Javier Verdejo Lucas fue el hecho más repugnante de aquellos años. El joven de 19 años murió a tiros de la Guardia Civil. Intentaba escribir en un muro Pan, Trabajo y Libertad. Se quedó en la T.

En honor del valenciano Raimon, autor de Al vent, el mítico himno de la rebelión estudiantil, los autores han titulado su obra La cara al viento. El libro ha sido escrito por seis profesores, capitaneados por Alfonso Martínez Foronda, presidente de la Fundación de Estudios Sindicales de CC OO (Editorial El Páramo).

El encuentro no fue una sucesión de batallitas de viejos luchadores estudiantiles. Al contrario: si echaron la mirada atrás, fue para demostrar que hoy la enseñanza pública está tan amenazada como hace 40 años.

Lo señaló el prologuista y profesor de Historia Miguel Gómez Oliver: «Si entonces luchamos por una Universidad democrática, hoy lo hacemos por una Universidad pública». Antiguo PNN, Gómez Oliver denunció que «se está produciendo el mayor ataque contra la Universidad pública en 35 años». El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, suscribió las últimas palabras de Gómez Oliver: «No nos quebraron entonces, y no nos van a quebrar ahora».

El rector mostró su indignación ante el hecho de que sea «el propio Estado el que critica y denigra la Universidad, a través de sus representantes». No hacía falta que citara al ministro de Educación, José Ignacio Wert, que había acusado a los rectores de «no estar a la altura de la situación» del país. «No se puede tolerar que acusen a la Universidad de ineficaz y derrochadora», exclamó el rector.

Las medidas tomadas por el ministro Wert, más tasas y menos becas, dificultarán el acceso de las clases populares a los estudios superiores. Por eso nadie lo quiere: ni profesores, ni padres, ni estudiantes. También el franquismo defendió una Universidad elitista con el pretexto de luchar contra la masificación. Pero, como recordó el rector, no era masificación, sino democratización de las aulas. Como hoy.

Porque los recortes actuales persiguen el mismo fin. Los antiguos luchadores estudiantiles lo denuncian en un manifiesto por la Universidad pública: con estas medidas, dicen, «se condenará a los hijos de las familias más desfavorecidas a ser mano de obra de escasa cualificación». Apuntó el rector: «Quizás están pensando en un grupo social concreto». El mismo de hace 40 años: el suyo.

El cantautor Alfaya lo cantó así: «Para qué quieres / un poco de cultura/ si vas a conducir / el camión de la basura».

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No te quieren, Wert

Si eres de clase alta, a ti estudiar, no te hace falta

La voz potente de Javier Alfaya inunda el salón de actos del Hospital Real, sede del rectorado de la Universidad de Granada. Hace más de 40 años, estudiaba Filología Semítica. También luchaba contra la dictadura. En enero de 1969 fue a parar a la cárcel. Y de allí, al destierro.

En la enfermería de la prisión compuso sus primeras canciones. El viernes pasado, recordó algunas ante más de 200 personas. La mayoría, antiguos compañeros represaliados por el franquismo. Como él mismo.

El motivo del encuentro de estos luchadores antifranquistas era la presentación de una monumental obra de más de 1.300 páginas (tres tomos) que recoge la historia del movimiento estudiantil en la Universidad de Granada, desde 1965 hasta el golpe de Tejero de 1981.

La represión afectó a más de 350 estudiantes, de los que un centenar pasó por la cárcel y 62 por el Tribunal de Orden Público (TOP). Otros sufrieron multas, torturas o deportación. Tras cursar el bachiller en Granada, yo mismo fui expulsado de la Universidad de Madrid, junto a la hoy escritora y académica Soledad Puértolas.

El asesinato del estudiante de Biológicas almeriense Javier Verdejo Lucas fue el hecho más repugnante de aquellos años. El joven de 19 años murió a tiros de la Guardia Civil. Intentaba escribir en un muro Pan, Trabajo y Libertad. Se quedó en la T.

En honor del valenciano Raimon, autor de Al vent, el mítico himno de la rebelión estudiantil, los autores han titulado su obra La cara al viento. El libro ha sido escrito por seis profesores, capitaneados por Alfonso Martínez Foronda, presidente de la Fundación de Estudios Sindicales de CC OO (Editorial El Páramo).

El encuentro no fue una sucesión de batallitas de viejos luchadores estudiantiles. Al contrario: si echaron la mirada atrás, fue para demostrar que hoy la enseñanza pública está tan amenazada como hace 40 años.

Lo señaló el prologuista y profesor de Historia Miguel Gómez Oliver: «Si entonces luchamos por una Universidad democrática, hoy lo hacemos por una Universidad pública». Antiguo PNN, Gómez Oliver denunció que «se está produciendo el mayor ataque contra la Universidad pública en 35 años». El rector de la UGR, Francisco González Lodeiro, suscribió las últimas palabras de Gómez Oliver: «No nos quebraron entonces, y no nos van a quebrar ahora».

El rector mostró su indignación ante el hecho de que sea «el propio Estado el que critica y denigra la Universidad, a través de sus representantes». No hacía falta que citara al ministro de Educación, José Ignacio Wert, que había acusado a los rectores de «no estar a la altura de la situación» del país. «No se puede tolerar que acusen a la Universidad de ineficaz y derrochadora», exclamó el rector.

Las medidas tomadas por el ministro Wert, más tasas y menos becas, dificultarán el acceso de las clases populares a los estudios superiores. Por eso nadie lo quiere: ni profesores, ni padres, ni estudiantes. También el franquismo defendió una Universidad elitista con el pretexto de luchar contra la masificación. Pero, como recordó el rector, no era masificación, sino democratización de las aulas. Como hoy.

Porque los recortes actuales persiguen el mismo fin. Los antiguos luchadores estudiantiles lo denuncian en un manifiesto por la Universidad pública: con estas medidas, dicen, «se condenará a los hijos de las familias más desfavorecidas a ser mano de obra de escasa cualificación». Apuntó el rector: «Quizás están pensando en un grupo social concreto». El mismo de hace 40 años: el suyo.

El cantautor Alfaya lo cantó así: «Para qué quieres / un poco de cultura/ si vas a conducir / el camión de la basura».

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El Universidad, segundo en Alcorcón

El equipo de natación de la Universidad de Granada ha tenido una brillante actuación al terminar en segunda posición en el VII Campeonato de España Universitario. El evento, organizado por el Consejo Superior de Deportes, se celebró en la localidad madrileña de Alcorcón.

Los nadadores de la universidad granadina consiguieron un total de 18 medallas, lo que se tradujo en 656 puntos, sólo superados por los componentes del por el equipo anfitrión, el Universidad del Deporte.

Teresa Gutiérrez fue la gran protagonista al colgarse dos oros, en 200 estilos y como componente del equipo de relevos de 4×50 estilos femenino junto a Laura Gallegos, Marina Ruiz, Blanca Hernández y Ana Ruiz. Además Gutiérrez sumó dos preseas más: plata en 100 braza y bronce en 50 braza, medallas que también logró Marina Ruiz, que fue plata en 50 braza y bronce en el hectómetro. En la prueba de 50 libre el Universidad de Granada ocupó dos cajones del podio con Ana Ruiz, plata, y Ana del Pino, bronce. Blanca Hernández también obtuvo dos medallas: plata en 100 mariposa y bronce en 400 libre. Por último, Laura Gallegos acabó tercera en 100 espalda.

En hombres hay que añadir tres medallas de bronce, las que consiguieron Carlos Martínez, en 50 mariposa, Sergio López, en 100 mariposa, y 4×50 libres, equipo de relevos formado por Sergio López, Adolfo Álvarez, Antonio Cortés y Carlos Martínez.

La última medalla de los universitarios granadinos se consiguió en la última prueba de la competición: 4×100 libre mixto, en la que Carlos Martínez, Antonio Cortés, Blanca Hernández y Ana Ruiz obtuvieron la plata, por detrás de un conjunto anfitrión que cuenta en sus filas con tres nadadores internacionales polacos: Otylia Jedrzejczak, Konrad Cerniak y Katarzyna Zolnowska, que estarán en los Juegos Olímpicos de Londres y que renunciaron a disputar el europeo de Debrecen para participar en estos Campeonatos Universitarios.

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El Universidad, segundo en Alcorcón

El equipo de natación de la Universidad de Granada ha tenido una brillante actuación al terminar en segunda posición en el VII Campeonato de España Universitario. El evento, organizado por el Consejo Superior de Deportes, se celebró en la localidad madrileña de Alcorcón.

Los nadadores de la universidad granadina consiguieron un total de 18 medallas, lo que se tradujo en 656 puntos, sólo superados por los componentes del por el equipo anfitrión, el Universidad del Deporte.

Teresa Gutiérrez fue la gran protagonista al colgarse dos oros, en 200 estilos y como componente del equipo de relevos de 4×50 estilos femenino junto a Laura Gallegos, Marina Ruiz, Blanca Hernández y Ana Ruiz. Además Gutiérrez sumó dos preseas más: plata en 100 braza y bronce en 50 braza, medallas que también logró Marina Ruiz, que fue plata en 50 braza y bronce en el hectómetro. En la prueba de 50 libre el Universidad de Granada ocupó dos cajones del podio con Ana Ruiz, plata, y Ana del Pino, bronce. Blanca Hernández también obtuvo dos medallas: plata en 100 mariposa y bronce en 400 libre. Por último, Laura Gallegos acabó tercera en 100 espalda.

En hombres hay que añadir tres medallas de bronce, las que consiguieron Carlos Martínez, en 50 mariposa, Sergio López, en 100 mariposa, y 4×50 libres, equipo de relevos formado por Sergio López, Adolfo Álvarez, Antonio Cortés y Carlos Martínez.

La última medalla de los universitarios granadinos se consiguió en la última prueba de la competición: 4×100 libre mixto, en la que Carlos Martínez, Antonio Cortés, Blanca Hernández y Ana Ruiz obtuvieron la plata, por detrás de un conjunto anfitrión que cuenta en sus filas con tres nadadores internacionales polacos: Otylia Jedrzejczak, Konrad Cerniak y Katarzyna Zolnowska, que estarán en los Juegos Olímpicos de Londres y que renunciaron a disputar el europeo de Debrecen para participar en estos Campeonatos Universitarios.

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El Universidad, segundo en Alcorcón

El equipo de natación de la Universidad de Granada ha tenido una brillante actuación al terminar en segunda posición en el VII Campeonato de España Universitario. El evento, organizado por el Consejo Superior de Deportes, se celebró en la localidad madrileña de Alcorcón.

Los nadadores de la universidad granadina consiguieron un total de 18 medallas, lo que se tradujo en 656 puntos, sólo superados por los componentes del por el equipo anfitrión, el Universidad del Deporte.

Teresa Gutiérrez fue la gran protagonista al colgarse dos oros, en 200 estilos y como componente del equipo de relevos de 4×50 estilos femenino junto a Laura Gallegos, Marina Ruiz, Blanca Hernández y Ana Ruiz. Además Gutiérrez sumó dos preseas más: plata en 100 braza y bronce en 50 braza, medallas que también logró Marina Ruiz, que fue plata en 50 braza y bronce en el hectómetro. En la prueba de 50 libre el Universidad de Granada ocupó dos cajones del podio con Ana Ruiz, plata, y Ana del Pino, bronce. Blanca Hernández también obtuvo dos medallas: plata en 100 mariposa y bronce en 400 libre. Por último, Laura Gallegos acabó tercera en 100 espalda.

En hombres hay que añadir tres medallas de bronce, las que consiguieron Carlos Martínez, en 50 mariposa, Sergio López, en 100 mariposa, y 4×50 libres, equipo de relevos formado por Sergio López, Adolfo Álvarez, Antonio Cortés y Carlos Martínez.

La última medalla de los universitarios granadinos se consiguió en la última prueba de la competición: 4×100 libre mixto, en la que Carlos Martínez, Antonio Cortés, Blanca Hernández y Ana Ruiz obtuvieron la plata, por detrás de un conjunto anfitrión que cuenta en sus filas con tres nadadores internacionales polacos: Otylia Jedrzejczak, Konrad Cerniak y Katarzyna Zolnowska, que estarán en los Juegos Olímpicos de Londres y que renunciaron a disputar el europeo de Debrecen para participar en estos Campeonatos Universitarios.

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LICENCIADOS EN TIEMPOS DE CRISIS: más de la mitad tiene trabajo

Los estudiantes de la Universidad de Granada que se licenciaron hace cuatro años, cuando estalló la crisis económica internacional, se han visto afectados de lleno por la bajada de la empleabilidad. Recién salidos de la Universidad y sin apenas experiencia laboral en el currículum, este sector ha encontrado grandes dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. «Sólo un 60,6% de los egresados en 2008 declaran estar trabajando en la actualidad», informó ayer el delegado del rector para el Campus de Excelencia Internacional, Teodoro Luque.

La conclusión forma parte del Estudio de Egresados que realiza cada año (desde hace cinco) la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada (UGR) para saber hasta qué punto se adecuan los conocimientos aprendidos en esta institución a las exigencias del mercado laboral y el grado de satisfacción de los graduados, que en 2008 fueron un total de 7.691.

Sólo un 65% de los hombres y un 58% de las mujeres que se licenciaron hace cuatro años en la UGR tenían trabajo este verano (junio-octubre del 2011), que es cuando se hizo esta investigación. De todas las áreas, los egresados de Ciencias de la Salud, con un 86,1%, son los que presentan un porcentaje de empleo más elevado, seguidos de los que cursaron Enseñanzas Técnicas, con un 67,3%. Sólo un 62,02% de los que escogieron una carrera de Ciencias Experimentales tenía este verano empleo, un 55,81% de los que optaron por Ciencias Sociales y Jurídicas y un 48,17% de los que hicieron Humanidades.

Por titulaciones, las únicas que presentan un porcentaje superior al 95% de empleo son Medicina y Odontología, con un 97,4% y un 95,8%, respectivamente. En este ranking están a la cabeza Óptica, Farmacia, Informática y Enfermería, con más del 80% de egresados con empleo ahora; y al final de la lista se sitúan Historia de la Música (65,2%), Arquitectura (66%), Psicopedagogía (66,7%) o Actividades Físicas y Deportivas (67,8%). «Esto constata que la crisis en el sector de la construcción también ha llegado para nuestros graduados», dijo Luque, que es el coordinador del informe.

Más de la mitad de los titulados tardó seis meses o más en encontrar un trabajo (61,32%), un 31% trabajaba antes de finalizar los estudios y el 52% lo hizo a los tres meses. La situación es tan crítica, que pasados ya cuatro años de la graduación, una sexta parte de los egresados no ha encontrado aún un sólo empleo. Y, como viene siendo habitual, el porcentaje de hombres que ha trabajado al finalizar los estudios es superior al de mujeres. «Las mujeres tardan una media de seis meses en encontrarlo y los hombres cuatro», apuntó el responsable del estudio, quien insistió en que, a medida que aumenta el expediente académico de los egresados, se reduce el tiempo que tardan en encontrar el primer empleo.

Para el rector, Francisco González Lodeiro, lo más significativo de la investigación es que «los estudiantes valoran mejor la formación que se oferta en la Universidad de Granada». La formación teórica, los equipamientos y los fondos bibliográficos son lo más apreciado por los encuestados, pero siguen como cuestiones pendientes la preparación para el mercado laboral, la enseñanza práctica y el asesoramiento.

La directora de la Fundación General de la UGR-Empresa, Mercedes Romerosa, destacó la valoración que se hace de los estudios de posgrado. «Es significativo que más del 50% de los egresados busquen la formación de posgrado en centros privados o en otras universidades; la UGR tiene que llegar a ellos». Los egresados de la promoción de 2008 de la Universidad de Granada están trabajando en 44 provincias diferentes, un 70% en Andalucía; y un 3,8% en el extranjero, frente al 5% de la promoción de 2007.

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LICENCIADOS EN TIEMPOS DE CRISIS: más de la mitad tiene trabajo

Los estudiantes de la Universidad de Granada que se licenciaron hace cuatro años, cuando estalló la crisis económica internacional, se han visto afectados de lleno por la bajada de la empleabilidad. Recién salidos de la Universidad y sin apenas experiencia laboral en el currículum, este sector ha encontrado grandes dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. «Sólo un 60,6% de los egresados en 2008 declaran estar trabajando en la actualidad», informó ayer el delegado del rector para el Campus de Excelencia Internacional, Teodoro Luque.

La conclusión forma parte del Estudio de Egresados que realiza cada año (desde hace cinco) la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada (UGR) para saber hasta qué punto se adecuan los conocimientos aprendidos en esta institución a las exigencias del mercado laboral y el grado de satisfacción de los graduados, que en 2008 fueron un total de 7.691.

Sólo un 65% de los hombres y un 58% de las mujeres que se licenciaron hace cuatro años en la UGR tenían trabajo este verano (junio-octubre del 2011), que es cuando se hizo esta investigación. De todas las áreas, los egresados de Ciencias de la Salud, con un 86,1%, son los que presentan un porcentaje de empleo más elevado, seguidos de los que cursaron Enseñanzas Técnicas, con un 67,3%. Sólo un 62,02% de los que escogieron una carrera de Ciencias Experimentales tenía este verano empleo, un 55,81% de los que optaron por Ciencias Sociales y Jurídicas y un 48,17% de los que hicieron Humanidades.

Por titulaciones, las únicas que presentan un porcentaje superior al 95% de empleo son Medicina y Odontología, con un 97,4% y un 95,8%, respectivamente. En este ranking están a la cabeza Óptica, Farmacia, Informática y Enfermería, con más del 80% de egresados con empleo ahora; y al final de la lista se sitúan Historia de la Música (65,2%), Arquitectura (66%), Psicopedagogía (66,7%) o Actividades Físicas y Deportivas (67,8%). «Esto constata que la crisis en el sector de la construcción también ha llegado para nuestros graduados», dijo Luque, que es el coordinador del informe.

Más de la mitad de los titulados tardó seis meses o más en encontrar un trabajo (61,32%), un 31% trabajaba antes de finalizar los estudios y el 52% lo hizo a los tres meses. La situación es tan crítica, que pasados ya cuatro años de la graduación, una sexta parte de los egresados no ha encontrado aún un sólo empleo. Y, como viene siendo habitual, el porcentaje de hombres que ha trabajado al finalizar los estudios es superior al de mujeres. «Las mujeres tardan una media de seis meses en encontrarlo y los hombres cuatro», apuntó el responsable del estudio, quien insistió en que, a medida que aumenta el expediente académico de los egresados, se reduce el tiempo que tardan en encontrar el primer empleo.

Para el rector, Francisco González Lodeiro, lo más significativo de la investigación es que «los estudiantes valoran mejor la formación que se oferta en la Universidad de Granada». La formación teórica, los equipamientos y los fondos bibliográficos son lo más apreciado por los encuestados, pero siguen como cuestiones pendientes la preparación para el mercado laboral, la enseñanza práctica y el asesoramiento.

La directora de la Fundación General de la UGR-Empresa, Mercedes Romerosa, destacó la valoración que se hace de los estudios de posgrado. «Es significativo que más del 50% de los egresados busquen la formación de posgrado en centros privados o en otras universidades; la UGR tiene que llegar a ellos». Los egresados de la promoción de 2008 de la Universidad de Granada están trabajando en 44 provincias diferentes, un 70% en Andalucía; y un 3,8% en el extranjero, frente al 5% de la promoción de 2007.

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LICENCIADOS EN TIEMPOS DE CRISIS: más de la mitad tiene trabajo

Los estudiantes de la Universidad de Granada que se licenciaron hace cuatro años, cuando estalló la crisis económica internacional, se han visto afectados de lleno por la bajada de la empleabilidad. Recién salidos de la Universidad y sin apenas experiencia laboral en el currículum, este sector ha encontrado grandes dificultades para incorporarse al mercado de trabajo. «Sólo un 60,6% de los egresados en 2008 declaran estar trabajando en la actualidad», informó ayer el delegado del rector para el Campus de Excelencia Internacional, Teodoro Luque.

La conclusión forma parte del Estudio de Egresados que realiza cada año (desde hace cinco) la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada (UGR) para saber hasta qué punto se adecuan los conocimientos aprendidos en esta institución a las exigencias del mercado laboral y el grado de satisfacción de los graduados, que en 2008 fueron un total de 7.691.

Sólo un 65% de los hombres y un 58% de las mujeres que se licenciaron hace cuatro años en la UGR tenían trabajo este verano (junio-octubre del 2011), que es cuando se hizo esta investigación. De todas las áreas, los egresados de Ciencias de la Salud, con un 86,1%, son los que presentan un porcentaje de empleo más elevado, seguidos de los que cursaron Enseñanzas Técnicas, con un 67,3%. Sólo un 62,02% de los que escogieron una carrera de Ciencias Experimentales tenía este verano empleo, un 55,81% de los que optaron por Ciencias Sociales y Jurídicas y un 48,17% de los que hicieron Humanidades.

Por titulaciones, las únicas que presentan un porcentaje superior al 95% de empleo son Medicina y Odontología, con un 97,4% y un 95,8%, respectivamente. En este ranking están a la cabeza Óptica, Farmacia, Informática y Enfermería, con más del 80% de egresados con empleo ahora; y al final de la lista se sitúan Historia de la Música (65,2%), Arquitectura (66%), Psicopedagogía (66,7%) o Actividades Físicas y Deportivas (67,8%). «Esto constata que la crisis en el sector de la construcción también ha llegado para nuestros graduados», dijo Luque, que es el coordinador del informe.

Más de la mitad de los titulados tardó seis meses o más en encontrar un trabajo (61,32%), un 31% trabajaba antes de finalizar los estudios y el 52% lo hizo a los tres meses. La situación es tan crítica, que pasados ya cuatro años de la graduación, una sexta parte de los egresados no ha encontrado aún un sólo empleo. Y, como viene siendo habitual, el porcentaje de hombres que ha trabajado al finalizar los estudios es superior al de mujeres. «Las mujeres tardan una media de seis meses en encontrarlo y los hombres cuatro», apuntó el responsable del estudio, quien insistió en que, a medida que aumenta el expediente académico de los egresados, se reduce el tiempo que tardan en encontrar el primer empleo.

Para el rector, Francisco González Lodeiro, lo más significativo de la investigación es que «los estudiantes valoran mejor la formación que se oferta en la Universidad de Granada». La formación teórica, los equipamientos y los fondos bibliográficos son lo más apreciado por los encuestados, pero siguen como cuestiones pendientes la preparación para el mercado laboral, la enseñanza práctica y el asesoramiento.

La directora de la Fundación General de la UGR-Empresa, Mercedes Romerosa, destacó la valoración que se hace de los estudios de posgrado. «Es significativo que más del 50% de los egresados busquen la formación de posgrado en centros privados o en otras universidades; la UGR tiene que llegar a ellos». Los egresados de la promoción de 2008 de la Universidad de Granada están trabajando en 44 provincias diferentes, un 70% en Andalucía; y un 3,8% en el extranjero, frente al 5% de la promoción de 2007.

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‘Si hay que reducir docentes, primero se irán los que tienen otro trabajo’

Si hay que reducir personal, que es el capítulo del gasto en el que más dinero se emplea del presupuesto, la Universidad de Granada comenzará por el profesorado que ya tiene otro trabajo. Todavía no hay nada en firme de las medidas que tendrá que afrontar esta institución para reducir el gasto, pues quedan directrices de la Junta de Andalucía que deben aclarar la envergadura del ‘tijeretazo’ que le toca asumir a cada universidad, pero el rector, Francisco González Lodeiro, apuntó ayer por dónde van a ir los recortes.

El decreto nacional de contención del déficit insta al Gobierno andaluz a reducir en 130 millones de euros el montante que reciben sus universidades públicas y cada una de ellas está ya haciendo números.

Entre las medidas planteadas está la de centralizar el sistema de compras mancomunadas para conseguir precios más asequibles, que van a asumir todas las universidades. Sin embargo, las que más preocupan son las relativas a las tasas y precios públicos y a la de reducción del personal.

Respecto a los precios públicos, la subida decretada por el Ministerio de Educación de entre un 15% y un 25% tiene en un mar de dudas a los responsables de las enseñanzas superiores. «No sabemos cuál es el punto de partida o de referencia para calcular la tasa impuesta», explicó ayer el rector de la Universidad de Granada. Si hasta ahora la media de lo que pagaban los estudiantes de la UGR por matrícula rondaba los 732 euros, a partir del próximo curso podrían pagar entre 915 y 1.525 euros, según el porcentaje que se aplique.

Y sobre la segunda medida, la de reducción de personal, González Lodeiro dijo que «el objetivo es tocar lo menos posible a la plantilla». Pero también advirtió que «si hay que reducir docentes, primero se irán los que tienen otro trabajo». Es decir, los profesores asociados. En la UGR trabajan un total de 1.275 profesores con contrato laboral (que les cumple el 31 de septiembre) y la mayoría tienen otro trabajo.

«La idea es aplicar el decreto del Gobierno de la forma que haga el menos daño posible», dijo el rector. El próximo mes de junio se aclarará cuáles van a ser las medidas adoptadas.

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‘Si hay que reducir docentes, primero se irán los que tienen otro trabajo’

Si hay que reducir personal, que es el capítulo del gasto en el que más dinero se emplea del presupuesto, la Universidad de Granada comenzará por el profesorado que ya tiene otro trabajo. Todavía no hay nada en firme de las medidas que tendrá que afrontar esta institución para reducir el gasto, pues quedan directrices de la Junta de Andalucía que deben aclarar la envergadura del ‘tijeretazo’ que le toca asumir a cada universidad, pero el rector, Francisco González Lodeiro, apuntó ayer por dónde van a ir los recortes.

El decreto nacional de contención del déficit insta al Gobierno andaluz a reducir en 130 millones de euros el montante que reciben sus universidades públicas y cada una de ellas está ya haciendo números.

Entre las medidas planteadas está la de centralizar el sistema de compras mancomunadas para conseguir precios más asequibles, que van a asumir todas las universidades. Sin embargo, las que más preocupan son las relativas a las tasas y precios públicos y a la de reducción del personal.

Respecto a los precios públicos, la subida decretada por el Ministerio de Educación de entre un 15% y un 25% tiene en un mar de dudas a los responsables de las enseñanzas superiores. «No sabemos cuál es el punto de partida o de referencia para calcular la tasa impuesta», explicó ayer el rector de la Universidad de Granada. Si hasta ahora la media de lo que pagaban los estudiantes de la UGR por matrícula rondaba los 732 euros, a partir del próximo curso podrían pagar entre 915 y 1.525 euros, según el porcentaje que se aplique.

Y sobre la segunda medida, la de reducción de personal, González Lodeiro dijo que «el objetivo es tocar lo menos posible a la plantilla». Pero también advirtió que «si hay que reducir docentes, primero se irán los que tienen otro trabajo». Es decir, los profesores asociados. En la UGR trabajan un total de 1.275 profesores con contrato laboral (que les cumple el 31 de septiembre) y la mayoría tienen otro trabajo.

«La idea es aplicar el decreto del Gobierno de la forma que haga el menos daño posible», dijo el rector. El próximo mes de junio se aclarará cuáles van a ser las medidas adoptadas.

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