Pág. 34: Así sufre la ciencia el gran hachazo
PABLO MENÉNDEZ. Investigador biomédico. «Siempre necesito permiso de Hacienda»
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Un estudio internacional, en el que han participado investigadores de la Universidad de Granada, ha confirmado que el calentamiento global origina un ascenso altitudinal de las especies vegetales, que se han desplazado 2,7 metros en siete años por el aumento de las temperaturas.
El trabajo, publicado en el último número de «Science» y del ha informado la institución académica, analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre 2001 y 2008.
Este proyecto, que en la Península Ibérica estableció zonas piloto en los Pirineos (Ordesa) y en Sierra Nevada, ha calculado un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en el conjunto de las especies estudiadas.
Los autores del trabajo han explicado que este resultado confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce el desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores, un fenómeno que ha provocado la sustitución de algunas especies resistentes al frío por otras más sensibles a él.
Todo ello refleja además la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo.
Las conclusiones del estudio muestran también un aumento medio del ocho por ciento en el número de especies que habitan las cimas de las cordilleras de Europa.
No obstante, este incremento no ha sido generalizado y, de las 66 cimas estudiadas, en la mayoría de las situadas en las zonas boreal y templada sí se ha observado dicho aumento, mientras que en ocho de las catorce cumbres situadas en el área mediterránea se ha producido una disminución.
Además, en las cimas inferiores de las cordilleras mediterráneas, situadas en el límite superior del bosque o en una altitud equivalente, las ganancias y pérdidas de especies han sido mayores que en las demás.
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La Universidad de Granada ha afirmado que está a la «expectativa» de conocer la postura de la Junta de Andalucía sobre la subida de las tasas universitarias aprobada por el Gobierno y de saber cómo se va a aplicar esta nueva medida en la comunidad.
Fuentes de la Universidad granadina han señalado que aún «es pronto» para hacer una valoración sobre esta medida por considerar que «faltan datos precisos» sobre cómo se va a llevar a cabo, toda vez que «son las comunidades las que van a regular esos precios».
«Estamos a la espera de ver qué se va a hacer y los cauces que se van a establecer» en el marco de las competencias que tiene la comunidad para aplicar esta iniciativa, que va a «permitir romper el techo» de precios «que existe actualmente», han señalado las mismas fuentes.
¿Quién no ha soñado con entrar en el ordenador del profesor y poder cambiar una nota? Pues va a ser que no es tan complicado. Pero también es fácil que te pillen. La Universidad de Granada ha demandado a uno de sus informáticos por aprobar varios exámenes a su mujer.
Lo que no se planteó esta pareja es que poner tantos sobresalientes podría ser sospechoso. La alumna que daba un perfil medio se convirtió de un año para otro en la estrella de la facultad, como explica el medio local idea.es. Sus notas hackeadas no bajaban del notable.
La Fiscalía pide ahora cinco años de presión para la pareja. Y es que el delito de falsedad documental no es moco de pavo. Además, los compinches actuaban siempre. El informático había conseguido la clave para acceder al programa de gestión académica.
Si la alumna suspendía, su compañero entraba en el sistema y le ponía un sobresaliente. Pero ocurría lo mismo si aprobaba un examen con suficiente o si simplemente no se presentaba. Será un juez el que decida si toda la historia tiene sentido. Según el fiscal, las modificaciones se produjeron entre 2009 y 2010.
Si son declarados culpables, tendrán que pagar dos multas de 3.000 euros y no podrán trabajar en la universidad durante cuatro años y medio.
«Radiación ultravioleta y piel. Efectos sobre la salud», es el título de la conferencia que impartirá el profesor de Dermatología de la Universidad de Granada Agustín Buendía Eisman, el lunes, 23 de abril de 2012, a las 19.30 horas, en el Salón de Caballeros XXIV del Palacio de La Madraza, organizada por el Seminario de Medio Ambiente y Calidad de Vida, Cátedra «José Saramago», del Secretariado de Extensión Universitaria de la Universidad de Granada.
El doctor Buendía Eisman es presidente del Grupo Español de Epidemiología y Prevención de la Salud en Dermatología. Ha sido coordinador de Áreas Sur del Registro Nacional de Melanomas y es asesor permanente de la Academia Española de Dermatología y Venereología en campañas de prevención del cáncer de piel, habiendo sido el coordinador de algunas de ellas.
En la conferencia que impartirá en La Madraza mostrará los principales efectos que las radiaciones ultravioleta tienen sobre la piel, describiendo los riesgos de desarrollar un cáncer de piel (también llamado melanoma), que es el más extendido entre la población. Dará cuenta de los principales factores de riesgo, diferenciando entre los genéticos (por ejemplo, color de ojos o color de piel) de aquellos cuyo control se encuentra en nuestras manos, siendo el más importante la exposición directa a la radiación solar. El profesor Buendía proporcionará recomendaciones sobre la forma de protegerse del sol y reducir el riesgo a sufrir afecciones en la piel.
Órgiva se ha convertido hoy en sede del Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada. Más de un centenar de mayores que cursan sus estudios en las sedes de Baza, Guadix, Motril, Ceuta y Melilla, han celebrado hoy unas jornadas de convivencia junto a los alumnos del Aula permanente de Órgiva, que han hecho de anfitriones. Todo ello ha estado enmarcado en el XVII Encuentro que realizan estos alumnos siendo la primera vez que se realiza en Órgiva.
Los visitantes primero se acercaron hasta el Ayuntamiento de la localidad para la recepción institucional y donde la alcaldesa, Mª Ángeles Blanco, aseguró que «una evidencia del enriquecimiento de nuestro entorno a través del conocimiento es que aquí en Órgiva, el programa del curso 2011 / 2012 del Aula Permanente de la Universidad de Granada cumple ya su tercera edición desde que se implantara en nuestro municipio y del que cada año sus organizadores se van superando».
Tras la bienvenida celebraron una asamblea en el IES Alpujarra para posteriormente comer todos juntos y ya por la tarde realizar una visita por los lugares más emblemáticos de la localidad, tales como la Biblioteca Municipal Hurtado de Mendoza, la Ermita de San Sebastián o la Plaza Alpujarra, entre otros.
El subdirector del Aula Permanente de Formación Abierta, José María Roa, ha señalaba la constancia de que «el aula de Órgiva necesita un impulso y en ello trabajaremos». Asimismo aseguraba que «hemos pasado un día muy agradable en el municipio».
Y por otro lado, el organizador de este encuentro y coordinador del Aula Permanente con sede en Órgiva, Francisco José Carmona, señalaba que «la intención es la de que todos se lleven un buen recuerdo de nuestro municipio y de paso hacer el esfuerzo de que este tipo de enseñanza, el de la Formación Permanente con los mayores, no se pierda, es una oportunidad inimaginable».
Un estudio internacional, en el que han participado investigadores del departamento de Botánica de la Universidad de Granada, ha confirmado que el calentamiento global provoca un ascenso altitudinal de las especies vegetales. El trabajo, publicado en el último número de Science, analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre 2001 y 2008, entre ellas, Sierra Nevada.
Este proyecto, que en la Península Ibérica estableció zonas piloto en los Pirineos (Ordesa) y en Sierra Nevada, ha calculado un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en el conjunto de las especies estudiadas. «Este resultado confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce el desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores. Tal fenómeno ha provocado la sustitución de algunas especies resistentes al frío por otras más sensibles a él. Todo ello refleja la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo», explican los autores de este trabajo.
Cimas boreo-templadas y mediterráneas
Las conclusiones del estudio muestran también un aumento medio del 8% en el número de especies que habitan las cimas de las cordilleras de Europa. No obstante, este incremento no ha sido generalizado. De las 66 cimas estudiadas, en la mayoría de las situadas en las zonas boreal y templada sí se ha observado dicho aumento, mientras que en ocho de las 14 cumbres situadas en el área mediterránea se ha producido una disminución.
Además, en las cimas inferiores de las cordilleras mediterráneas, situadas en el límite superior del bosque o en una altitud equivalente, las ganancias y pérdidas de especies han sido mayores que en las demás.
En las montañas mediterráneas (Sierra Nevada, Córcega, Apenino Central y Creta), al aumento de las temperaturas se le suma una sequía creciente, puesto que disminuye la precipitación media anual y se alarga la sequía estival. Esta combinación de ambos factores puede suponer una amenaza para ciertas especies endémicas, un tesoro biológico escondido, cuyo número podría disminuir.
Las cordilleras mediterráneas que, además de situarse al sur de Europa, difieren del resto precisamente por estar inmersas en un clima distinto, mediterráneo, son las que presentan una disminución más acusada de especies, en general de aquellas ligadas a condiciones de cierta humedad, pero que llegan a afectar también a endemismos propios de sus cumbres. «En Sierra Nevada, por ejemplo, en los controles delimitados para el estudio permanente de la vegetación han disminuido especies tan emblemáticas como Androsacevitalianasubsp. nevadensis, Plantagonivalisy Artemisia granatensis», explica el profesor de la UGR Joaquín Molero Mesa.
Un segundo punto de muestreo
En atención a las especiales características que confluyen en estas montañas, y muy significativamente en Sierra Nevada, la única alta montaña peninsular con clima mediterráneo desde la base hasta la cima más elevada, el grupo de investigación coordinado por Molero Mesa, con la especial colaboración de Mª Rosa Fernández Calzado, instaló un segundo punto de muestreo (que consiste en cuatro cimas situadas a más de 2.500m de altitud), en 2005, con el fin de conseguir unos mejores resultados en la observación y poder obtener conclusiones más fiables, que podrán ser contrastados con los que ahora se publican en un par de años.
De esta forma, Sierra Nevada es la única cordillera que mantiene dos puntos (target región) en observación. Además, la investigación se coordina también con el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y el mismo grupo de investigación ha establecido, con la colaboración de investigadores marroquíes, otra Target Región en el alto Atlas Occidental, donde este verano se instalarán las parcelas de observación y los termómetros correspondientes. Con ello, se pretende tener un conocimiento más exacto de las variaciones producidas en el ambiente que se muestra más frágil: el Mediterráneo.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto GLORIA (siglas en inglés de Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos), iniciado en Europa en el año 2000 y que después se ha extendido por todo el mundo.
El próximo 24 de abril, el campus melillense de la Universidad de Granada (UGR) acogerá las elecciones en las que el personal docente laboral podrá escoger a sus representantes sindicales.
Alrededor de 80 profesores serán convocados, entre las 11 y las 17 horas, para elegir un comité de empresa formado por cinco representantes.
FETE-UGT asegura concurrir a estas elecciones «con una lista renovada» de candidatos, de los que destaca su predisposición a un «trabajo serio y realista» para la mejora de las condiciones del sector profesional de la docencia universitaria.
Para ello, ha decidido confeccionar una candidatura en la que están presentes las tres facultades del campus, Educación, Ciencias Sociales y Enfermería, como símbolo de la «justa y leal representación de los intereses de los trabajadores».
Un estudio internacional, en el que han participado investigadores del departamento de Botánica de la Universidad de Granada (UGR), ha confirmado que el calentamiento global provoca un ascenso altitudinal de las especies vegetales. El trabajo, publicado en el último número de ‘Science’, analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre 2001 y 2008.
Este proyecto, que en la Península Ibérica estableció zonas piloto en los Pirineos (Ordesa) y en Sierra Nevada, ha calculado un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en el conjunto de las especies estudiadas.
«Este resultado confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce el desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores. Tal fenómeno ha provocado la sustitución de algunas especies resistentes al frío por otras más sensibles a él. Todo ello refleja la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo», explican los autores de este trabajo.
Las conclusiones del estudio muestran también un aumento medio del 8% en el número de especies que habitan las cimas de las cordilleras de Europa. No obstante, este incremento no ha sido generalizado. De las 66 cimas estudiadas, en la mayoría de las situadas en las zonas boreal y templada sí se ha observado dicho aumento, mientras que en ocho de las 14 cumbres situadas en el área mediterránea se ha producido una disminución.
Además, en las cimas inferiores de las cordilleras mediterráneas, situadas en el límite superior del bosque o en una altitud equivalente, las ganancias y pérdidas de especies han sido mayores que en las demás.
En las montañas mediterráneas (Sierra Nevada, Córcega, Apenino Central y Creta), al aumento de las temperaturas se le suma una sequía creciente, puesto que disminuye la precipitación media anual y se alarga la sequía estival. Esta combinación de ambos factores puede suponer una amenaza para ciertas especies endémicas, un tesoro biológico escondido, cuyo número podría disminuir.
Las cordilleras mediterráneas que, además de situarse al sur de Europa, difieren del resto precisamente por estar inmersas en un clima distinto, mediterráneo, son las que presentan una disminución más acusada de especies, en general de aquellas ligadas a condiciones de cierta humedad, pero que llegan a afectar también a endemismos propios de sus cumbres. «En Sierra Nevada, por ejemplo, en los controles delimitados para el estudio permanente de la vegetación han disminuido especies tan emblemáticas como Androsacevitalianasubsp. nevadensis, Plantagonivalisy Artemisia granatensis», explica el profesor de la UGR Joaquín Molero Mesa.
En atención a las especiales características que confluyen en estas montañas, y muy significativamente en Sierra Nevada, la única alta montaña peninsular con clima mediterráneo desde la base hasta la cima más elevada, el grupo de investigación coordinado por Molero Mesa, con la especial colaboración de Mª Rosa Fernández Calzado, instaló un segundo punto de muestreo (que consiste en cuatro cimas situadas a más de 2.500m de altitud), en 2005, con el fin de conseguir unos mejores resultados en la observación y poder obtener conclusiones más fiables, que podrán ser contrastados con los que ahora se publican en un par de años.
De esta forma, Sierra Nevada es la única cordillera que mantiene dos puntos (target región) en observación. Además, la investigación se coordina también con el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y el mismo grupo de investigación ha establecido, con la colaboración de investigadores marroquíes, otra Target Región en el alto Atlas Occidental, donde este verano se instalarán las parcelas de observación y los termómetros correspondientes. Con ello, se pretende tener un conocimiento más exacto de las variaciones producidas en el ambiente que se muestra más frágil: el Mediterráneo.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto GLORIA (siglas en inglés de Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos), iniciado en Europa en el año 2000 y que después se ha extendido por todo el mundo.
Un estudio internacional, en el que han participado investigadores del departamento de Botánica de la Universidad de Granada (UGR), ha confirmado que el calentamiento global provoca un ascenso altitudinal de las especies vegetales. El trabajo, publicado en el último número de ‘Science’, analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre 2001 y 2008.
Este proyecto, que en la Península Ibérica estableció zonas piloto en los Pirineos (Ordesa) y en Sierra Nevada, ha calculado un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en el conjunto de las especies estudiadas.
«Este resultado confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce el desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores. Tal fenómeno ha provocado la sustitución de algunas especies resistentes al frío por otras más sensibles a él. Todo ello refleja la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo», explican los autores de este trabajo.
Las conclusiones del estudio muestran también un aumento medio del 8% en el número de especies que habitan las cimas de las cordilleras de Europa. No obstante, este incremento no ha sido generalizado. De las 66 cimas estudiadas, en la mayoría de las situadas en las zonas boreal y templada sí se ha observado dicho aumento, mientras que en ocho de las 14 cumbres situadas en el área mediterránea se ha producido una disminución.
Además, en las cimas inferiores de las cordilleras mediterráneas, situadas en el límite superior del bosque o en una altitud equivalente, las ganancias y pérdidas de especies han sido mayores que en las demás.
En las montañas mediterráneas (Sierra Nevada, Córcega, Apenino Central y Creta), al aumento de las temperaturas se le suma una sequía creciente, puesto que disminuye la precipitación media anual y se alarga la sequía estival. Esta combinación de ambos factores puede suponer una amenaza para ciertas especies endémicas, un tesoro biológico escondido, cuyo número podría disminuir.
Las cordilleras mediterráneas que, además de situarse al sur de Europa, difieren del resto precisamente por estar inmersas en un clima distinto, mediterráneo, son las que presentan una disminución más acusada de especies, en general de aquellas ligadas a condiciones de cierta humedad, pero que llegan a afectar también a endemismos propios de sus cumbres. «En Sierra Nevada, por ejemplo, en los controles delimitados para el estudio permanente de la vegetación han disminuido especies tan emblemáticas como Androsacevitalianasubsp. nevadensis, Plantagonivalisy Artemisia granatensis», explica el profesor de la UGR Joaquín Molero Mesa.
En atención a las especiales características que confluyen en estas montañas, y muy significativamente en Sierra Nevada, la única alta montaña peninsular con clima mediterráneo desde la base hasta la cima más elevada, el grupo de investigación coordinado por Molero Mesa, con la especial colaboración de Mª Rosa Fernández Calzado, instaló un segundo punto de muestreo (que consiste en cuatro cimas situadas a más de 2.500m de altitud), en 2005, con el fin de conseguir unos mejores resultados en la observación y poder obtener conclusiones más fiables, que podrán ser contrastados con los que ahora se publican en un par de años.
De esta forma, Sierra Nevada es la única cordillera que mantiene dos puntos (target región) en observación. Además, la investigación se coordina también con el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y el mismo grupo de investigación ha establecido, con la colaboración de investigadores marroquíes, otra Target Región en el alto Atlas Occidental, donde este verano se instalarán las parcelas de observación y los termómetros correspondientes. Con ello, se pretende tener un conocimiento más exacto de las variaciones producidas en el ambiente que se muestra más frágil: el Mediterráneo.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto GLORIA (siglas en inglés de Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos), iniciado en Europa en el año 2000 y que después se ha extendido por todo el mundo.
Un estudio internacional, en el que han participado investigadores del departamento de Botánica de la Universidad de Granada (UGR), ha confirmado que el calentamiento global provoca un ascenso altitudinal de las especies vegetales. El trabajo, publicado en el último número de ‘Science’, analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre 2001 y 2008.
Este proyecto, que en la Península Ibérica estableció zonas piloto en los Pirineos (Ordesa) y en Sierra Nevada, ha calculado un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en el conjunto de las especies estudiadas.
«Este resultado confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce el desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores. Tal fenómeno ha provocado la sustitución de algunas especies resistentes al frío por otras más sensibles a él. Todo ello refleja la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo», explican los autores de este trabajo.
Las conclusiones del estudio muestran también un aumento medio del 8% en el número de especies que habitan las cimas de las cordilleras de Europa. No obstante, este incremento no ha sido generalizado. De las 66 cimas estudiadas, en la mayoría de las situadas en las zonas boreal y templada sí se ha observado dicho aumento, mientras que en ocho de las 14 cumbres situadas en el área mediterránea se ha producido una disminución.
Además, en las cimas inferiores de las cordilleras mediterráneas, situadas en el límite superior del bosque o en una altitud equivalente, las ganancias y pérdidas de especies han sido mayores que en las demás.
En las montañas mediterráneas (Sierra Nevada, Córcega, Apenino Central y Creta), al aumento de las temperaturas se le suma una sequía creciente, puesto que disminuye la precipitación media anual y se alarga la sequía estival. Esta combinación de ambos factores puede suponer una amenaza para ciertas especies endémicas, un tesoro biológico escondido, cuyo número podría disminuir.
Las cordilleras mediterráneas que, además de situarse al sur de Europa, difieren del resto precisamente por estar inmersas en un clima distinto, mediterráneo, son las que presentan una disminución más acusada de especies, en general de aquellas ligadas a condiciones de cierta humedad, pero que llegan a afectar también a endemismos propios de sus cumbres. «En Sierra Nevada, por ejemplo, en los controles delimitados para el estudio permanente de la vegetación han disminuido especies tan emblemáticas como Androsacevitalianasubsp. nevadensis, Plantagonivalisy Artemisia granatensis», explica el profesor de la UGR Joaquín Molero Mesa.
En atención a las especiales características que confluyen en estas montañas, y muy significativamente en Sierra Nevada, la única alta montaña peninsular con clima mediterráneo desde la base hasta la cima más elevada, el grupo de investigación coordinado por Molero Mesa, con la especial colaboración de Mª Rosa Fernández Calzado, instaló un segundo punto de muestreo (que consiste en cuatro cimas situadas a más de 2.500m de altitud), en 2005, con el fin de conseguir unos mejores resultados en la observación y poder obtener conclusiones más fiables, que podrán ser contrastados con los que ahora se publican en un par de años.
De esta forma, Sierra Nevada es la única cordillera que mantiene dos puntos (target región) en observación. Además, la investigación se coordina también con el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada y el mismo grupo de investigación ha establecido, con la colaboración de investigadores marroquíes, otra Target Región en el alto Atlas Occidental, donde este verano se instalarán las parcelas de observación y los termómetros correspondientes. Con ello, se pretende tener un conocimiento más exacto de las variaciones producidas en el ambiente que se muestra más frágil: el Mediterráneo.
Este estudio se enmarca dentro del proyecto GLORIA (siglas en inglés de Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos), iniciado en Europa en el año 2000 y que después se ha extendido por todo el mundo.