Los profesores de Posgrado de la Universidad de Granada han sido evaluados por primera vez por su alumnado y han obtenido una nota media de 7,60, diez décimas más de las que recibieron los de Grado el curso pasado. En total, han sido evaluados 62 másteres oficiales de esta institución y, aunque todos han sobrepasado el notable, uno ha conseguido figurar como el mejor: el Máster en El Siglo de Oro Español y la Europa Barroca, que ha obtenido un calificación media de 9,4.
Por segundo año consecutivo, el Rectorado de la UGR ha vetado hacer público el listado, no ya del profesorado calificado, sino de las notas medias obtenidas por cada máster. Durante la presentación pública, que tuvo lugar ayer en el Hospital Real, el rector, Francisco González Lodeiro, se comprometió con los medios de comunicación a facilitar al menos las notas concedidas por el alumnado a los másteres. Pero al cierre de esta edición se informó de que primero debían ser informados los máximos responsables de cada máster y que, sólo entonces, se publicarán en la web.
En cualquier caso, tanto la vicerrectora para la Garantía de la Calidad, María José León, como el propio rector, quisieron informar de los mejores resultados del estudio, como ya hicieron en noviembre de 2009.
Según el resumen facilitado a la prensa, al Máster de Filosofía y letras le siguen muy de cerca el Máster en Profesorado-Organización y Gestión de Centros Educativos y el Máster en Matemáticas, ambos con un 9,3; y el Máster en Desarrollo de Medicamentos y el Máster en Ingeniería Tisular, con un 9,2 cada uno.
La UGR ha sido la primera institución que ha sometido a una evaluación externa la calidad de las enseñanzas de sus docentes de la Escuela de Posgrado, un total de 950 profesores concretamente, pertenecientes a 62 másteres, calificados por 14.000 alumnos. «Más de 400.000 datos por analizar», destaca el director del Centro Andaluz de Prospectiva de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, Antonio Pascual, encargada del estudio.
Con 28 preguntas realizadas a cada alumno, la agencia ha podido recabar datos muy interesantes que reafirman la creencia de que el profesorado de la UGR goza de muy buena reputación: un 88,4% ha sido valorado favorablemente. Y no todas las universidades andaluzas se prestan a este sondeo, algunas, como la Universidad de Córdoba prefiere hacerlo de forma interna. «También es verdad que una encuesta masiva es muy costosa y en la UGR la realizamos cada dos años», aclaró la vicerrectora León.
Tres de cada cuatro alumnos valora positivamente el proceso de aprendizaje que adoptan sus profesores, que califican con una nota media de 7,44. «El 75% del alumnado reconoce que el personal docente ajusta los sistemas y criterios de evaluación a los especificados en el programa», informa Pascual.
El ambiente en clase y la relación entre profesores y alumnos es otro de los ítems analizados.
Según esta encuesta, el 88,1% del alumnado considera que el profesorado es respetuoso en el trato dado, alcanzando una valoración del 8,4 de media. Esta es una de las fortalezas de la plantilla docente de la UGR, tal y como destacó Pascual. Otra es la motivación: el 79,2% de los estudiantes afirma que el profesorado le motiva en sus estudios. Y, en el mismo apartado, un 83,7% valora favorablemente el ambiente de clase y la relación que se establece entre el profesor y el alumno, calificándolo de 7,3 de nota media.
A pesar de que la estimación es buena, con un notable de media, el rector señaló que han tomado nota de dos aspectos a mejorar: «el sistema de evaluación y las tutorías». Un 15% del alumnado considera que la evaluación del aprendizaje es desfavorable y un 75% (las tres cuartas partes) revela que no ha ido a tutoría ni una sola vez.
«En realidad, hoy en día la mayoría de las tutorías, y más en el Posgrado, se realizan ya a través de una plataforma digital o vía telefónica, porque se garantiza un trato más inmediato y personalizado. Pero la encuesta que realiza el Centro Andaluz de Prospectiva todavía no tiene en cuenta este sistema y, claro, al consultar al alumnado si asiste a las horas de tutoría, la mayoría responde que no. Pascual aseguró que para el próximo sondeo matizarán mejor esta cuestión.
Otro de los aspectos analizados es el grado de interés por la asignatura: un 62,5% cree que es alto, un 27,8% medio y un 6% bajo. Mientras que el 68,2% del alumnado afirma que el grado de dificultad de las asignaturas en medio-alto, esto no es un obstáculo para que demuestren interés por ellas.
Finalmente, se ha evaluado también la competencia docente, considerada favorable entre el 82% del alumnado. Los estudiantes consideran además que el profesorado se interesa por el grado de comprensión de sus explicaciones, concediendo una valoración media de 7,6.
«El 87,1% de los universitarios granadinos considera que el profesorado trata de resolver las dudas que se le plantean y el 42,9% le otorga incluso la máxima valoración posible», informa Antonio Pascual.
La vicerrectora para la Garantía de la Calidad advirtió sin embargo que los resultados de esta encuesta no sirven para hacer un manifiesto público sobre las debilidades del profesorado, sino para ver en qué se puede mejorar y apostar por las fortalezas. «El profesor calificado tiene que reflexionar y tratar de mejorar su práctica docente», advirtió. Los peores calificados no serán sancionados, según León, pero deberán al menos realizar un curso de formación docente para mejorar su enseñanza.
Como novedad, esta evaluación se va a notificar a las comisiones internas de calidad de la UGR, que son las responsables de conceder la acreditación para el profesorado (los de posgrado tienen 4 años y los de grado 6). La segunda novedad es que la UGR espera poder sacar para antes del verano el nuevo sistema de evaluación de su profesorado (llamado Fuente Granada) que tendrá en cuenta los resultados obtenidos en esta evaluación. «Estos méritos supondrán un 21% de la nota final que obtenga cada docente en esa evaluación», dijo la vicerrectora María José León.
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