El trabajo de los licenciados ‘made in Spain’: poco, malo y mal pagado

Ana Cristina es una joven andaluza de 24 años y licenciada en Psicología por la Universidad de Granada. Además, es Máster en Terapia Sexual y de Pareja y está cursando actualmente un Máster en Igualdad de Género en las Ciencias Sociales y otro de Psicología Clínica Legal y Forense.

Pero la situación de Ana Cristina comienza a ser desesperante. Su título universitario y sus tres postgrados no le están sirviendo de mucho en España. Actualmente trabaja de forma esporádica en un catering y como monitora de ocio y tiempo libre. Actividades por las que gana, en el mejor de los meses, menos de 500 euros.

Sigue intentando encontrar un empleo como psicóloga, pero «es que necesito para mantenerme, así que estoy dejando currículums en bares para trabajar de camarera. Lo primero es mantenerme económicamente, luego espero poder avanzar».

Más del 40% de los licenciados ocupa puestos no acordes con su categoría profesional y su sueldo es casi la mitad que el de sus coetáneos europeos.

Los universitarios españoles son los que menos cobran, peores trabajos encuentran y más tardan en establecerse de Europa. Si ésta es, como aseguran los políticos, la generación mejor preparada de la historia de España, entonces el drama es doble: porque muchos de los mejor preparados de ese grupo son los que peor lo están pasando con la crisis. Los expertos empiezan a hablar de una generación perdida y cada vez está más cerca que ese negro vaticinio se haga realidad.

La fotografía que se vende desde las tribunas políticas sobre los universitarios españoles es la de unos jóvenes modernos, dinámicos, preparados y dispuestos a batirse el cobre con sus coetáneos alemanes, franceses o suecos, a los que pueden mirar de igual a igual en cuanto a capacitación y conocimientos. Sin embargo, esa imagen oculta otra realidad, que a los líderes españoles no les gusta mostrar, quizás porque son sus leyes laborales, económicas o educativas los que han contribuido a forjarla.

Los siguientes seis gráficos explican mejor que ningún sesudo análisis qué les está ocurriendo a los licenciados españoles y por qué muchos de ellos están emigrando o están abiertos a cualquier oferta que les aparezca en el exterior y que les permita mirar al futuro con un optimismo que no encuentran en su propio país.

Este gráfico es el único que muestra a España en una posición destacada frente a sus vecinos. El porcentaje de la población de entre 25 y 34 años que ha completado una educación terciaria (universitarios) es cercano al 40%. Está por encima de la media de la OCDE y muy cerca de la mayoría de los países de su entorno.

Es más, el gráfico es una demostración de lo mucho que ha avanzado el país en los últimos treinta años, puesto que compara los licenciados con entre 55 y 64 años y los que tienen entre 25 y 34. La flecha española es una de las más largas de la imagen: esto quiere decir que es uno de los países donde más se ha avanzado en este terreno y donde más ha crecido el porcentaje de estudiantes en las facultades. El problema es que viendo los gráficos posteriores, puede que muchos universitarios se pregunten ¿y para qué?

¿Y para qué, con estas tasas de paro juvenil? En esta ocasión, España destaca, pero entre los países con mayor tasa de paro juvenil en casi todos los segmentos estudiados. En cuanto a la tasa de paro juvenil de entre 25 y 34 años sin estudios, tan sólo República Checa registra peores tasas que la de España (28,1%), según los datos reflejados por Eurostat y correspondientes al segundo trimestre de 2009.

Entre los jóvenes con estudios de grado medio, España está a la cabeza con una tasa de paro juvenil del 18,8%. Es decir que 2 de cada 10 jóvenes españoles con estudios de grado medio estaban en paro en el segundo trimestre de 2009. En esta categoría, la diferencia con los países de nuestro entorno es sonrojante. Superamos incluso a países como Letonia o Lituania donde esta variable alcanza el 17%.

Si nos fijamos en la columna de la izquierda, donde aparecen las cifras correspondientes a los jóvenes mejor preparados, con estudios superiores y universitarios, vemos que la tasa de paro en España tampoco tiene rival (11,8%). Al mismo nivel de Grecia (11,7%), España ostenta la mayor tasa de paro entre jóvenes que tienen de 25 a 34 años y que poseen estudios superiores. Es decir, esa «generación mejor preparada» de la que tanto se enorgullecen nuestros diputados nacionales. Pero no queda ahí la cosa, ya que el panorama para los que encuentran trabajo tampoco es esperanzador.

Como decimos, el problema no se queda en las dificultades para encontrar trabajo de los jóvenes en España. El siguiente gráfico muestra el porcentaje de jóvenes de entre 25 y 29 años que poseen un título de educación superior y que trabajan en empleos por debajo, o muy por debajo de su cualificación profesional. Como vemos, en España volvemos a estar a la cabeza. Más del 40% de los jóvenes con estudios superiores y que logran un trabajo, lo hacen en puestos inferiores a su categoría profesional. La media de la OCDE no llega al 25%.

Es decir, no sólo en España tenemos la tasa de paro juvenil más alta de los países desarrollados y el número de licenciados universitarios mayor de nuestro entorno, sino que el porcentaje de jóvenes con estudios superiores y empleos de categorías inferiores a su formación, es también el mayor de los países desarrollados.

El gráfico 3 se completa con la información que nos ofrece el 4, elaborado por Fedea, con datos de OCDE y Eurostat, en el que se establece una comparativa por coste laboral de los universitarios europeos entre 24 y 25 años.

Así, y atendiendo a los datos que ofrece el gráfico anterior, podemos concluir que España es uno de los países, junto a Grecia y Portugal, donde más barato se paga a los universitarios con empleo. Esto quiere decir, que no sólo en España es donde más universitarios tenemos trabajando en empleos de menor cualificación, sino que los jóvenes españoles con estudios universitarios que logran encontrar un trabajo, tienen remuneraciones bastante inferiores a los vecinos de Noruega, Alemania, Bélgica, Italia, EEUU o Noruega.

Si dejamos a un lado los estudios de los jóvenes españoles y nos fijamos en los contratos que encuentran, descubrimos que también en esto estamos a la cabeza, en este caso de la Unión Europea. Según un reciente informe de Eurostat, y atendiendo al gráfico número 5, encontramos que España es el país con un mayor porcentaje de jóvenes entre 15-24 años y entre 25-29 años con contratos temporales. Un porcentaje muy superior al de los países de nuestro entorno.

Por último, si nos comparamos con los motores europeos, Francia y Alemania, nos damos cuenta de que, en España, nuestros jóvenes casi rozan la treintena antes de abandonar la casa de los padres. En el caso de las mujeres, lo hacen cuando ya han cumplido los 28 años, y los hombres cuando cumplen los 29. En el caso de Alemania y Francia la cosa cambia.

Las mujeres alemanas se van de casa cuando están a punto de cumplir los 24 años y los hombres alemanes con 25 recién cumplidos. En Francia las mujeres abandonan el hogar familiar con 23 años y los hombres con 24.

Es decir que en España, al no tener trabajo, ni perspectivas ni un salario decente, nuestros jóvenes esperan a rozar la treintena para plantearse un proyecto vital.

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‘En España no hubo una derecha, sino muchas derechas’, según historiadores

«En España no hubo una derecha, sino muchas derechas, y siempre estuvieron en contacto con Europa» entre 1914 y 1945, según las conclusiones de «Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria», volumen colectivo en el que han intervenido, entre otros, Paul Preston y Enrique Moradiellos.

Así lo ha dicho el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada Miguel Ángel del Arco Blanco, editor y coordinador de este volumen junto al también historiador Alejandro Quiroga, profesor en la británica Universidad de Newcastle para la editorial granadina Comares.

En ese periodo, España, «otra vez más, no fue diferente» y «dentro de la heterogeneidad de las derechas españolas, que fueron tremendamente coherentes, hubo dos aspectos que cimentaron la unidad, dos aspectos que unían a todos en contra de la democracia y en la defensa de unos valores tradicionales que, en parte, hoy han quedado atrás, el nacionalismo y el catolicismo.»

«Estos dos elementos no fueron en ningún caso opuestos, y los encontramos en casi todos los personajes» analizados en el libro Franco, Miguel Primo de Rivera, Gil Robles, pero también de segunda fila como el médico-psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera, el ingeniero e íntimo amigo de Franco Juan Antonio Suanzes, el jurista Carlos Ruiz Del Castillo, el intelectual Ramiro de Maeztu, el cura nazi (y después abertzale) Martín de Arrizubieta, la novelista y fascista Carmen de Icaza, el sacerdote Juan Tusquets, y tantos otros.

El título del libro, según Del Arco, se debe a que aunque «existieron distintos proyectos de España, distintos grados de la importancia que tenía que jugar la religión católica en el país, todos los personajes analizados en el libro -salvo (Francesc) Cambó, quizá con matices- tenían una idea clara de la España que querían imponer a los demás y concebían que el catolicismo era parte inseparable de lo que había sido España y debía ser en un futuro».

Michael Richards, Eduardo González-Calleja, Enric Ucelay-Da Cal, Francisco Cobo Romero, Xosé Manoel Núñez Seixas son otros de los historiadores que intervienen en este libro que lleva por subtítulo «Las derechas españolas en la Europa de entreguerras».

Según Del Arco, el interés de este estudio sobre las derechas españolas se debe a que «parte de la izquierda quizá ha minusvalorado su complejidad y la capacidad de atracción que pudieron tener para grandes sectores de la población.»

«Más allá de denunciar sus ideas, del todo antidemocráticas, queríamos conocer por qué pensaban así, la coherencia de su pensamiento, qué les llevó a actuar de una u otra forma… y por qué ellos sólo fueron unos más de tantos otros, para, como historiadores, encontrar respuestas en el pasado desde las preguntas que nos hacemos en el presente», explicó Del Arco.

Según el historiador, a diferencia de lo que sucede con volúmenes colectivos dedicados a personalidades de izquierda o «progresistas», no existía ningún volumen colectivo que aunase las vidas de algunos personajes pertenecientes a la derecha.

El volumen ofrece biografías de estas principales personalidades de la derecha porque, en palabras de Del Arco, «la biografía es un método óptimo para acercarse a la ideología, pero también a las experiencias vitales, de cualquier personaje histórico; y lo que fueron y cómo actuaron estuvo determinado por la interacción de estos dos aspectos.»

También, confesó el historiador, para que a través de las biografías se interesen los lectores, por considerar este género «un medio idóneo para llegar a un público más amplio pues, en el fondo, la tarea del historiador no tiene sentido si no tiene lectores, si no tiene su eco en la sociedad en la que está inmerso».

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‘En España no hubo una derecha, sino muchas derechas’, según historiadores

«En España no hubo una derecha, sino muchas derechas, y siempre estuvieron en contacto con Europa» entre 1914 y 1945, según las conclusiones de «Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria», volumen colectivo en el que han intervenido, entre otros, Paul Preston y Enrique Moradiellos.

Así lo ha dicho a Efe el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada Miguel Ángel del Arco Blanco, editor y coordinador de este volumen junto al también historiador Alejandro Quiroga, profesor en la británica Universidad de Newcastle para la editorial granadina Comares.

En ese periodo, España, «otra vez más, no fue diferente» y «dentro de la heterogeneidad de las derechas españolas, que fueron tremendamente coherentes, hubo dos aspectos que cimentaron la unidad, dos aspectos que unían a todos en contra de la democracia y en la defensa de unos valores tradicionales que, en parte, hoy han quedado atrás, el nacionalismo y el catolicismo.»

«Estos dos elementos no fueron en ningún caso opuestos, y los encontramos en casi todos los personajes» analizados en el libro Franco, Miguel Primo de Rivera, Gil Robles, pero también de segunda fila como el médico-psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera, el ingeniero e íntimo amigo de Franco Juan Antonio Suanzes, el jurista Carlos Ruiz Del Castillo, el intelectual Ramiro de Maeztu, el cura nazi (y después abertzale) Martín de Arrizubieta, la novelista y fascista Carmen de Icaza, el sacerdote Juan Tusquets, y tantos otros.

El título del libro, según Del Arco, se debe a que aunque «existieron distintos proyectos de España, distintos grados de la importancia que tenía que jugar la religión católica en el país, todos los personajes analizados en el libro -salvo (Francesc) Cambó, quizá con matices- tenían una idea clara de la España que querían imponer a los demás y concebían que el catolicismo era parte inseparable de lo que había sido España y debía ser en un futuro».

Michael Richards, Eduardo González-Calleja, Enric Ucelay-Da Cal, Francisco Cobo Romero, Xosé Manoel Núñez Seixas son otros de los historiadores que intervienen en este libro que lleva por subtítulo «Las derechas españolas en la Europa de entreguerras».

Según Del Arco, el interés de este estudio sobre las derechas españolas se debe a que «parte de la izquierda quizá ha minusvalorado su complejidad y la capacidad de atracción que pudieron tener para grandes sectores de la población.»

«Más allá de denunciar sus ideas, del todo antidemocráticas, queríamos conocer por qué pensaban así, la coherencia de su pensamiento, qué les llevó a actuar de una u otra forma… y por qué ellos sólo fueron unos más de tantos otros, para, como historiadores, encontrar respuestas en el pasado desde las preguntas que nos hacemos en el presente», explicó Del Arco.

Según el historiador, a diferencia de lo que sucede con volúmenes colectivos dedicados a personalidades de izquierda o
«progresistas», no existía ningún volumen colectivo que aunase las vidas de algunos personajes pertenecientes a la derecha.

El volumen ofrece biografías de estas principales personalidades de la derecha porque, en palabras de Del Arco, «la biografía es un método óptimo para acercarse a la ideología, pero también a las experiencias vitales, de cualquier personaje histórico; y lo que fueron y cómo actuaron estuvo determinado por la interacción de estos dos aspectos.»

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Varios historiadores coinciden en que España no tuvo una derecha, sino muchas

“En España no hubo una derecha, sino muchas derechas, y siempre estuvieron en contacto con Europa” entre 1914 y 1945, según las conclusiones de “Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria”, un volumen colectivo en el que han intervenido, entre otros, Paul Preston y Enrique Moradiellos.

Así lo ha dicho a Efe el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada Miguel Ángel del Arco Blanco, editor y coordinador de este volumen junto al también historiador Alejandro Quiroga, profesor en la británica Universidad de Newcastle para la editorial granadina Comares.

En ese periodo, España, “otra vez más, no fue diferente” y “dentro de la heterogeneidad de las derechas españolas, que fueron tremendamente coherentes, hubo dos aspectos que cimentaron la unidad, dos aspectos que unían a todos en contra de la democracia y en la defensa de unos valores tradicionales que, en parte, hoy han quedado atrás: el nacionalismo y el catolicismo.”

“Estos dos elementos no fueron en ningún caso opuestos, y los encontramos en casi todos los personajes” analizados en el libro, como Franco, Miguel Primo de Rivera y Gil Robles, explica Del Arco.

Pero también aparecen en personajes de menor relevancia como el médico-psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera, el ingeniero e íntimo amigo de Franco Juan Antonio Suanzes, el jurista Carlos Ruiz Del Castillo, el intelectual Ramiro de Maeztu, el cura nazi (y después abertzale) Martín de Arrizubieta, la novelista y fascista Carmen de Icaza y el sacerdote Juan Tusquets.

El título del libro se debe a que aunque “existieron distintos proyectos de España, distintos grados de la importancia que tenía que jugar la religión católica en el país, todos los personajes analizados en el libro -salvo (Francesc) Cambó, quizá con matices- tenían una idea clara de la España que querían imponer a los demás y concebían que el catolicismo era parte inseparable de lo que había sido España y debía ser en un futuro”.

Michael Richards, Eduardo González-Calleja, Enric Ucelay-Da Cal, Francisco Cobo Romero, Xosé Manoel Núñez Seixas son otros de los historiadores que intervienen en este libro, que lleva por subtítulo “Las derechas españolas en la Europa de entreguerras”.

Según Del Arco, el interés de este estudio sobre las derechas españolas se debe a que “parte de la izquierda quizá ha minusvalorado su complejidad y la capacidad de atracción que pudieron tener para grandes sectores de la población.”

“Más allá de denunciar sus ideas, del todo antidemocráticas, queríamos conocer por qué pensaban así, la coherencia de su pensamiento, qué les llevó a actuar de una u otra forma… y por qué ellos sólo fueron unos más de tantos otros, para, como historiadores, encontrar respuestas en el pasado desde las preguntas que nos hacemos en el presente”, explica Del Arco.

Según el historiador, a diferencia de lo que sucede con volúmenes colectivos dedicados a personalidades de izquierda, no existía ningún libro colectivo que aunase las vidas de algunos personajes pertenecientes a la derecha.

El volumen ofrece biografías de estas principales personalidades de la derecha porque, en palabras de Del Arco, “la biografía es un método óptimo para acercarse a la ideología, pero también a las experiencias vitales, de cualquier personaje histórico; y lo que fueron y cómo actuaron estuvo determinado por la interacción de estos dos aspectos”.

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Siempre nos quedará Granada

«La ausencia no se detecta hasta que hay una presencia». La frase me la regala la catedrática de Historia Contemporánea Mary Nash, que en mayo del año pasado fue investida doctora honoris causa por la Universidad de Granada.

Doctor/a honoris causa: título honorífico que concede una universidad a personas eminentes. Esta designación se otorga principalmente a personajes que han destacado en ciertos ámbitos profesionales que no son necesariamente licenciados en una carrera. El mérito de Montserrat Caballé, reconocido esta semana por la Universitat de Barcelona, hizo la vez de presencia necesaria para revelar la ausencia de féminas tocadas con el birrete de la sabiduría en España.

LA PRIMERA hazaña es encontrar un dato actualizado de las doctoras honoris causa. A pesar de no tratarse del trabajoso cómputo de la población mundial, la última referencia sobre el tema data del 2007: las mujeres fueron el 5,7% de las personas receptoras de este título. Una minoría, a pesar de que el campo de búsqueda tiene la medida del globo terrestre y de que los méritos exigidos no son exclusivamente de orden académico.

Sucede que Nash, por ejemplo, fue la primera mujer de su universidad, la de Barcelona, en ser honoris causa y la segunda investida así en la de Granada. Fue, pues, una rareza. Otra, según me cuenta la catedrática, fue la del reconocimiento académico al estudio de la historia de las mujeres y del género, de la que ella es una autoridad.

Dado que candidatas no faltan, hay que resolver que las universidades españolas no se han desprendido de los prejuicios a la hora de reconocer la valía académica y social de las mujeres. El selecto título sigue siendo cosa de hombres. Los ejemplos son tantos como centros universitarios hay en España.

Aquí. Montserrat Caballé es la persona número 100 que recibe el título en la Universitat de Barcelona, desde la democracia. Es también la sexta mujer. Calculen ustedes el porcentaje. La profesora María Ángeles Galindo hizo historia en el 2000 al ser la primera mujer en recibir la distinción en el centro Jaume I de Castellón, que curiosamente se ha distinguido por su apuesta por la igualdad. En el de Alicante, las féminas tuvieron que esperar hasta el 2006, 22 años y 50 hombres.

Durante esos 22 años, las laudatio leídas para banqueros, jueces, políticos y otros hombres encumbrados por el poder masculino se multiplicaron, destapándose luego la flaqueza académica ante el relumbrón. La amnesia persiste.

El perjuicio y el prejuicio, además, no son inocuos. La discriminación procede de la llamada sociedad civil, vista al margen de la actuación menos inocente de la esfera política y económica. Su decisión parecería legitimada.

Como dijo Nash en Granada: «Nos hace falta disponer de un relato histórico incluyente para el conjunto de las mujeres y cumplir con el desafío del reconocimiento e integración transversal de la historia de las mujeres y del género en la narración global de la historia».

LA TESIS de la rectora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Imma Tubella, es la más plausible: «El poder de la universidad es masculino. La mayoría de catedráticos, jefes de departamento y rectores son hombres». De ese círculo salen las propuestas para los honoris causa. El próximo día 24, Tubella, una de las seis rectoras de España, se encargará de la laudatio de Brenda Gourley, rectora de la Open University, la primera universidad a distancia que nació hace casi 40 años en Gran Bretaña, que recogerá el honoris causa. Antes de acabar el año, la UOC repetirá título con otra mujer. Siguiendo el lema de Gourley, que le gusta a Tubella: «Más allá de los discursos, acciones». Como culminación de esas acciones, la reivindicación femenina del éxito como una muestra de la buena reputación.

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La Madraza, lista tras la reforma

Ya sólo falta el cartel en la fachada que indique que se trata de un centro de la Universidad de Granada, pero el resto del complejo proceso de rehabilitación de la Madraza, que la ha mantenido cerrada durante más de un lustro, ya está listo. Este mismo viernes la directora del Secretariado de Extensión Universitaria, María José Sánchez Montes, recepcionó las obras del edificio que albergará su despacho, que está situado en la segunda planta del histórico inmueble.

En cuanto el Ayuntamiento de Granada conceda la licencia de primera ocupación, el equipo de Sánchez Montes entrará por las puertas de la antigua Escuela de Estudios Coránicos para empezar a gestionar el secretariado desde las nuevas oficinas de la calle de Oficios. El Plan Integral de rehabilitación dirigido por el arquitecto Pedro Salmerón ha convertido el edificio en un espacio administrativo pero también en un gran centro para la cultura en pleno casco histórico de la ciudad.

Ya está cerrada la muestra con la que se inaugurarán las tres salas de espacio expositivo. Joan Hernández Pijuan es el artista elegido para abrir las salas que ha desarrollado el inteligente proyecto de Pedro Salmerón. El lugar que antes ocupaba la antigua tienda de la Universidad, La Bóveda, ahora se destina también a albergar muestras, lo que sumado a los dos espacios que ya existían antes de la reestructuración dotará al futuro Centro Cultural de la Universidad de más de 150 metros cuadrados para exposiciones.

La antigua sala de muestra, aunque conserva su uso, presenta una importante novedad, pues deja a la vista los restos de la trama urbana de Granada de diferentes épocas.

Esos no son los únicos restos arqueológicos que quedarán a la vista tras la restauración porque precisamente esa ha sido una de las premisas que la Comisión de Patrimonio ha impuesto al proyecto: que quedarán expuestos al público los restos del pasado histórico de este edificio, mandado construir por Yusuf I en el siglo XIV pero que fue también una almunia que debió pertenecer a Rey Badis en el siglo XI, edificio de viviendas durante los siglos XII y XIII.

Tras los complejos trabajos llevados a cabo por el equipo que dirige el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, Antonio Malpica, también quedan a la vista los restos del patio central y el oratorio.

En concreto, en el patio quedan expuestas las ruinas de una antigua alberca de la Madraza de los Príncipes, en el centro, en el espacio que antes ocupaba la fuente. En ella los musulmanes realizaban sus abluciones antes de entrar al oratorio, como explica el arquitecto, que ha incorporado al espacio esta nueva referencia a través de un suelo de cristal que se sitúa a una cierta distancia de los restos para permitir la ventilación natural de los mismos.

Como la alberca estaba muy destruida, se ha recuperado la organización, los perfiles y los materiales. Además, los visitantes dispondrán de unas hojas de sala que servirán para explicar el valor de los hallazgos del equipo de Malpica.

La primera novedad que encontrarán los visitantes, incluso antes de pasar al patio, será en el zaguán, desde donde se puede ver la nueva zona administrativa.

El arquitecto ha eliminado la entreplanta situada a la derecha, debajo del salón de conferencias de Caballeros XXIV. Salmerón comenta que ha tomado esta decisión por la belleza del alfarje.

El espacio que ocupaba la antigua conserjería, que estaba a la izquierda, irá destinado a aseos, una de las instalaciones en las que mayor carencias tenía la Madraza antes de la reforma.

Una vez atravesado el patio, que conserva el peristilo y la columnas y ha recuperado algunas pinturas decorativas de finales del XVIII o principios del XIX, se entra en el Oratorio, el tercer espacio en el que quedan expuestos los hallazgos arqueológicos.

Con el mismo sistema del suelo de cristal, los visitantes podrán contemplar los vestigios de unas estructuras anteriores a la etapa nazarí.

En la sala del oratorio la solución del suelo de cristal permite la visión del reflejo de las fantásticas yeserías del techo, el único resto evidente de la antigua Madraza, ya que el edificio ha sufrido muchas intervenciones.

El arquitecto explica que esta sala fue objeto de una reconstrucción muy historicista en la segunda mitad del XIX, obra de Contreras. «Las pinturas originales se aprecian porque están más veladas. En la rehabilitación que hemos hecho ahora la mocárabes de las esquinas se han recuperado con yeso blanco para que se note las partes reconstruidas», explica Salmerón.

En la planta superior se encuentran las salas de conferencias. La de Caballeros XXIV se usará para las ponencias o presentaciones de libros más protocolarios. Arriba hay también dos salas de usos múltiples: una con capacidad para 60 personas y la otra con capacidad para un centenar en la que se organizarán los cursos de teatro de Extensión Universitaria. Estas dos salas está previsto que acojan una programación estable de conciertos, talleres o seminarios del Cine Club Universitario. Además, anexo a una de las salas se encuentra el despacho de Dirección.

Además de mejorar todas las instalaciones, con la reforma se ha dotado al edificio de un ascensor que mejore la accesibilidad del edificio, que empezó la primera fase de la reforma en el año 2001.

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´Las dos derechas de España´

Miguel Ángel del Arco Blanco, profesor de la UGR, coordina el volumen ‘Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria’ sobre la historia de España entre 1914 y 1945

«En España no hubo una derecha, sino muchas derechas, y siempre estuvieron en contacto con Europa» entre 1914 y 1945, según las conclusiones de ‘Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria’, un volumen colectivo en el que han intervenido, entre otros, Paul Preston y Enrique Moradiellos.

    Así lo ha dicho el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada Miguel Ángel del Arco Blanco, editor y coordinador de este volumen junto al también historiador Alejandro Quiroga, profesor en la británica Universidad de Newcastle para la editorial granadina Comares.

    En ese periodo, España, «otra vez más, no fue diferente» y «dentro de la heterogeneidad de las derechas españolas, que fueron tremendamente coherentes, hubo dos aspectos que cimentaron la unidad, dos aspectos que unían a todos en contra de la democracia y en la defensa de unos valores tradicionales que, en parte, hoy han quedado atrás: el nacionalismo y el catolicismo».

«Estos dos elementos no fueron en ningún caso opuestos, y los encontramos en casi todos los personajes» analizados en el libro, como Franco, Miguel Primo de Rivera y Gil Robles, explica Del Arco.

    Pero también aparecen en personajes de menor relevancia como el médico-psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera, el ingeniero e íntimo amigo de Franco Juan Antonio Suanzes, el jurista Carlos Ruiz Del Castillo, el intelectual Ramiro de Maeztu, el cura nazi (y después abertzale) Martín de Arrizubieta, la novelista y fascista Carmen de Icaza y el sacerdote Juan Tusquets.

    El título del libro se debe a que aunque «existieron distintos proyectos de España, distintos grados de la importancia que tenía que jugar la religión católica en el país, todos los personajes analizados en el libro -salvo (Francesc) Cambó, quizá con matices- tenían una idea clara de la España que querían imponer a los demás y concebían que el catolicismo era parte inseparable de lo que había sido España y debía ser en un futuro».

    Michael Richards, Eduardo González-Calleja, Enric Ucelay-Da Cal, Francisco Cobo Romero, Xosé Manoel Núñez Seixas son otros de los historiadores que intervienen en este libro, que lleva por subtítulo «Las derechas españolas en la Europa de entreguerras».

    Según Del Arco, el interés de este estudio sobre las derechas españolas se debe a que «parte de la izquierda quizá ha minusvalorado su complejidad y la capacidad de atracción que pudieron tener para grandes sectores de la población.»
«Más allá de denunciar sus ideas, del todo antidemocráticas, queríamos conocer por qué pensaban así, la coherencia de su pensamiento, qué les llevó a actuar de una u otra forma… y por qué ellos sólo fueron unos más de tantos otros, para, como historiadores, encontrar respuestas en el pasado desde las preguntas que nos hacemos en el presente», explica Del Arco.

    Según el historiador, a diferencia de lo que sucede con volúmenes colectivos dedicados a personalidades de izquierda, no existía ningún libro colectivo que aunase las vidas de algunos personajes pertenecientes a la derecha.

    El volumen ofrece biografías de estas principales personalidades de la derecha porque, en palabras de Del Arco, «la biografía es un método óptimo para acercarse a la ideología, pero también a las experiencias vitales, de cualquier personaje histórico; y lo que fueron y cómo actuaron estuvo determinado por la interacción de estos dos aspectos».

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Ideal

Pág. 3, 4 y 5: ¡Pepe, vente ‘pa’ Bristol!

Pág. 8: La Ronda Este no es necesaria, según una tesis universitaria

Dinero y Empleo – Pág. 14: Celebración de las Jornadas Nacionales de Empleo

Expectativas – Pág. 5: Un curso destaca cómo mejorar todo el proceso de negocio

Expectativas – Pág. 7: «Las empresas de biosalud y base tecnológica son el futuro»

Descarga por URL: http://newcanalugr.ugr.es/medios-impresos/item/download/38829

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Granada Hoy

Portada: La nueva Madraza, lista para abrir sus puertas

Pág. 2: Miguel Gómez Oliver

Pág. 6 y 7: La Madraza, lista tras la reforma

Deportes – Pág. 13: Voleibol. El colista aprieta a un Universidad ganador

Descarga por URL: http://newcanalugr.ugr.es/medios-impresos/item/download/38825

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Varios historiadores coinciden en que España no tuvo una derecha, sino muchas

«En España no hubo una derecha, sino muchas derechas, y siempre estuvieron en contacto con Europa» entre 1914 y 1945, según las conclusiones de «Soldados de Dios y Apóstoles de la Patria», un volumen colectivo en el que han intervenido, entre otros, Paul Preston y Enrique Moradiellos.

Así lo ha dicho a Efe el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada Miguel Ángel del Arco Blanco, editor y coordinador de este volumen junto al también historiador Alejandro Quiroga, profesor en la británica Universidad de Newcastle para la editorial granadina Comares.

En ese periodo, España, «otra vez más, no fue diferente» y «dentro de la heterogeneidad de las derechas españolas, que fueron tremendamente coherentes, hubo dos aspectos que cimentaron la unidad, dos aspectos que unían a todos en contra de la democracia y en la defensa de unos valores tradicionales que, en parte, hoy han quedado atrás: el nacionalismo y el catolicismo.»

«Estos dos elementos no fueron en ningún caso opuestos, y los encontramos en casi todos los personajes» analizados en el libro, como Franco, Miguel Primo de Rivera y Gil Robles, explica Del Arco.

Pero también aparecen en personajes de menor relevancia como el médico-psiquiatra Antonio Vallejo-Nágera, el ingeniero e íntimo amigo de Franco Juan Antonio Suanzes, el jurista Carlos Ruiz Del Castillo, el intelectual Ramiro de Maeztu, el cura nazi (y después abertzale) Martín de Arrizubieta, la novelista y fascista Carmen de Icaza y el sacerdote Juan Tusquets.

El título del libro se debe a que aunque «existieron distintos proyectos de España, distintos grados de la importancia que tenía que jugar la religión católica en el país, todos los personajes analizados en el libro -salvo (Francesc) Cambó, quizá con matices- tenían una idea clara de la España que querían imponer a los demás y concebían que el catolicismo era parte inseparable de lo que había sido España y debía ser en un futuro».

Michael Richards, Eduardo González-Calleja, Enric Ucelay-Da Cal, Francisco Cobo Romero, Xosé Manoel Núñez Seixas son otros de los historiadores que intervienen en este libro, que lleva por subtítulo «Las derechas españolas en la Europa de entreguerras».

Según Del Arco, el interés de este estudio sobre las derechas españolas se debe a que «parte de la izquierda quizá ha minusvalorado su complejidad y la capacidad de atracción que pudieron tener para grandes sectores de la población.»

«Más allá de denunciar sus ideas, del todo antidemocráticas, queríamos conocer por qué pensaban así, la coherencia de su pensamiento, qué les llevó a actuar de una u otra forma… y por qué ellos sólo fueron unos más de tantos otros, para, como historiadores, encontrar respuestas en el pasado desde las preguntas que nos hacemos en el presente», explica Del Arco.

Según el historiador, a diferencia de lo que sucede con volúmenes colectivos dedicados a personalidades de izquierda, no existía ningún libro colectivo que aunase las vidas de algunos personajes pertenecientes a la derecha.

El volumen ofrece biografías de estas principales personalidades de la derecha porque, en palabras de Del Arco, «la biografía es un método óptimo para acercarse a la ideología, pero también a las experiencias vitales, de cualquier personaje histórico; y lo que fueron y cómo actuaron estuvo determinado por la interacción de estos dos aspectos».

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Desarrollan una nueva terapia que podría mejorar notablemente la quimioterapia, al no tener efectos secundarios

Científicos de las universidades de Granada y Edimburgo (Escocia) han desarrollado una nueva terapia para el tratamiento del cáncer, basada en la nanotecnología, que podría mejorar notablemente la quimioterapia, al no tener efectos secundarios, según ha informado este viernes en una nota la institución académica granadina.

En concreto, esta terapia se basa en la encapsulación de un catalizador (paladio) dentro de microesferas para sintetizar materiales artificiales o activar fármacos dentro de células humanas evitando su toxicidad.

Este sistema atrapa en su microestructura el paladio, un metal que no se encuentra de forma natural en células humanas, permitiendo catalizar reacciones químicas en la célula sin alterar sus funciones básicas, tales como la síntesis de proteínas y el metabolismo.

Esta técnica es capaz de «crear» fármacos anticancerígenos dentro de la célula, con lo que podría usarse para el tratamiento específico de tumores y mejoraría dramáticamente los actuales tratamientos quimioterápicos.

Los resultados de esta investigación, que se realizó en colaboración con la Universidad de Kebangsaan (Malasia), acaban de ser publicados en la prestigiosa revista ‘Nature Chemistry’.

Rosario Sánchez Martín, la investigadora que ha desarrollado esta tecnología en la School of Chemistry de la Universidad de Edimburgo, acaba precisamente de incorporarse como profesora ayudante en el Departamento de Química Farmacéutica y Orgánica en la Universidad de Granada.

Otro de los científicos que ha formado parte del equipo que ha desarrollado esta tecnología, Asier Unciti Broceta, también realizó su licenciatura y doctorado en el Departamento de Química Farmacéutica y Orgánica de la Universidad de Granada y actualmente continúa su carrera en Edimburgo, donde recientemente ha sido nombrado Fellow of the Edinburgh Cancer Research UK Centre, ha recibido el premio de Young Life Scientist of the Year 2010 en Escocia y ha fundado una compañía, Deliverics Ltd, basada en una de sus patentes.

Los científicos apuntan que, debido al amplio abanico de aplicaciones terapéuticas que ofrece esta nanotecnología, esta investigación va a continuar desarrollándose por la doctora Sánchez Martín en la Universidad de Granada, que mantendrá su colaboración con el grupo que dirige el profesor Mark Bradley en la Universidad de Edimburgo.

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Desarrollan una nueva terapia que podría mejorar notablemente la quimioterapia, al no tener efectos secundarios

Científicos de las universidades de Granada y Edimburgo han desarrollado una nueva terapia para el tratamiento del cáncer, basada en la nanotecnología, que podría mejorar notablemente la quimioterapia, al no tener efectos secundarios, según ha informado este viernes en una nota la institución académica granadina.

En concreto, esta terapia se basa en la encapsulación de un catalizador (paladio) dentro de microesferas para sintetizar materiales artificiales o activar fármacos dentro de células humanas evitando su toxicidad.

Este sistema atrapa en su microestructura el paladio, un metal que no se encuentra de forma natural en células humanas, permitiendo catalizar reacciones químicas en la célula sin alterar sus funciones básicas, tales como la síntesis de proteínas y el metabolismo.

Esta técnica es capaz de «crear» fármacos anticancerígenos dentro de la célula, con lo que podría usarse para el tratamiento específico de tumores y mejoraría dramáticamente los actuales tratamientos quimioterápicos.

Los resultados de esta investigación, que se realizó en colaboración con la Universidad de Kebangsaan (Malasia), acaban de ser publicados en la prestigiosa revista ‘Nature Chemistry’.

Rosario Sánchez Martín, la investigadora que ha desarrollado esta tecnología en the School of Chemistry de la Universidad de Edimburgo, acaba precisamente de incorporarse como profesora ayudante en el Departamento de Química Farmacéutica y Orgánica en la Universidad de Granada.

Otro de los científicos que ha formado parte del equipo que ha desarrollado esta tecnología, Asier Unciti Broceta, también realizó su licenciatura y doctorado en el Departamento de Química Farmacéutica y Orgánica de la Universidad de Granada y actualmente continúa su carrera en Edimburgo, donde recientemente ha sido nombrado Fellow of the Edinburgh Cancer Research UK Centre, ha recibido el premio de Young Life Scientist of the Year 2010 en Escocia y ha fundado una compañía, Deliverics Ltd, basada en una de sus patentes.

Los científicos apuntan que, debido al amplio abanico de aplicaciones terapéuticas que ofrece esta nanotecnología, esta investigación va a continuar desarrollándose por la doctora Sánchez Martín en la Universidad de Granada, que mantendrá su colaboración con el grupo que dirige el profesor Mark Bradley en la Universidad de Edimburgo.

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