La UGR crea una herramienta para analizar la soledad social de los mayores

Los mayores son los protagonistas del último estudio de la Universidad de Granada. Los investigadores del Gabinete de Calidad de Vida y Envejecimiento, único en España, han creado la primera escala española con la que medir la soledad social que sufren los abuelos

Y es que al envejecer, las personas ven disminuir su círculo social, lo que produce sentimientos de marginalidad, aislamiento y aburrimiento. Quienes la padecen desean tener un lugar dentro de un grupo de personas con las que puedan compartir intereses y preocupaciones.

Detectar todos estos factores ya es posible con ‘Escala de Soledad Social Este II’, la herramienta que permite a los expertos analizar la experiencia subjetiva del sujeto teniendo en cuenta los cambios sociales generados, la era digital o la adaptación a las nuevas tecnologías, factores con componentes cognitivos y emocionales.

Para llevar a cabo la baremación, los mayores tienen que enfrentarse a 15 preguntas y responder “siempre”, “a veces” o “nunca”.  “¿Tiene usted a alguien con quien puede hablar de sus problemas cotidianos?”, “¿Se siente usted solo?”, “¿Utiliza usted el móvil, el ordenador o Internet?”, “¿Le resulta fácil hacer amigos?”, son algunas de las cuestiones que se les presentan.

Para demostrar la validez de esta herramienta se realizó un estudio experimental con 780 mayores de más de 65 años de la provincia de Granada. De él, los investigadores constataron que el perfil de las personas mayores que viven en soledad son mujeres de entre 70 y 75 años que residen en zonas rurales y tienen lejos a sus familiares.

“La soledad social afecta más a mujeres que hombres debido al rol que las mujeres de esta generación han desempeñado a lo largo de su vida. Con el paso del tiempo dejan de sentirse elemento protector de sus familias para pasar a ser las protegidas de las mismas. La pérdida de los seres queridos, de la red de apoyo social, la crisis del nido vacío, etc. les hace encontrarse en una situación que en ocasiones no les permite adaptarse al cambio social que experimentan”, explica Ramona Rubio Herrera, catedrática en Psicogerontología y  principal responsable del estudio.

La teleasistencia es otro de los factores que influye en la soledad social. Las personas encuestadas que disponen de este servicio aseguraron sentirse más solas que aquellas que no cuentan con él. “Es un dato interesante, pues podría ser que el sentimiento de soledad de estas personas les impulsara a utilizar este servicio como una forma de contacto social y de sobrellevar los sentimientos negativos hacia los cambios que le están aconteciendo. De confirmarse esta hipótesis, la teleasistencia sería un recurso notable como fuente de apoyo social en las personas mayores”, apunta Rubio Herrera [Ver Cursos de Emergencias y Ciencias Sanitarias]

Con este estudio, los investigadores pretenden favorecer la adaptación de los mayores a los cambios sociales y promover, así, un envejecimiento activo.

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El 60% de los drogodependientes se comporta de forma agresiva con su pareja

* El estudio se basa en una muestra de 153 varones en centros de Andalucía
* La violencia psicológica se revela más común que la física
* Casi el 80% de las parejas se han separado, pero siempre de forma temporal

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que la conducta violenta menos desarrollada entre un 6,5% de la población de estudio, es la de obligar a su pareja «a abortar contra su deseo». Por otro lado, la que goza de mayor implantación (72,4%) consiste en «no tener en cuenta sus necesidades, deseos o intereses».

Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, o con quien habla».

El trabajo indica además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Asimismo, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.
Separaciones temporales

Según los resultados de la investigación, se han producido separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute, que ha realizado el estudio, dirigida por Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.

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6 de cada 10 varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas

Una investigación realizada en la Universidad de Granada pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas
El control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico y el chantaje emocional por culpa son las formas de maltrato más frecuentes en este colectivo

Aproximadamente 6 de cada 10 varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4% de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, siendo la conducta violenta menos desarrollada la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5%) y la más desarrollada (72,4%) «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses». Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, con quien habla…». La tasa de violencia física oscila entre el 6,5% y el 21%, mientras que la violencia psicológica oscila entre el 7,3% y el 72,4%.

Ellos son conscientes

El trabajo revela que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Además, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Esta investigación ha sido llevada a cabo por Amelia Matute López, y dirigida por Andrés Soriano Díaz. Su autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

La investigación realizada en la UGR revela que se han producido separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.

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Seis de cada diez drogodependientes maltrata a sus parejas

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.
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GRANADA, 22 (EUROPA PRESS)

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4 por ciento de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, siendo la conducta violenta menos desarrollada la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5 por ciento) y la más desarrollada (72,4 por ciento) «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses». Además, el 63,5 por ciento de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, o con quien habla». La tasa de violencia física oscila entre el 6,5 y el 21 por ciento, mientras que la violencia psicológica oscila entre el 7,3 y el 72,4 por ciento, informó la UGR.

El trabajo indica además que el 51 por ciento de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Asimismo, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

SEPARACIONES TEMPORALES

Según los resultados de la investigación, se han producido separaciones en el 78,8 por ciento de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute, que ha realizado el estudio, dirigida por Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.

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Seis de cada diez drogodependientes maltrata a sus parejas

proximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

GRANADA, 22 (EUROPA PRESS)

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4 por ciento de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, siendo la conducta violenta menos desarrollada la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5 por ciento) y la más desarrollada (72,4 por ciento) «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses». Además, el 63,5 por ciento de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, o con quien habla». La tasa de violencia física oscila entre el 6,5 y el 21 por ciento, mientras que la violencia psicológica oscila entre el 7,3 y el 72,4 por ciento, informó la UGR.

El trabajo indica además que el 51 por ciento de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Asimismo, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

SEPARACIONES TEMPORALES

Según los resultados de la investigación, se han producido separaciones en el 78,8 por ciento de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute, que ha realizado el estudio, dirigida por Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.

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Seis de cada diez drogodependientes maltrata a sus parejas

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

El estudio ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4 por ciento de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, siendo la conducta violenta menos desarrollada la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5 por ciento) y la más desarrollada (72,4 por ciento) «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses». Además, el 63,5 por ciento de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios, o con quien habla». La tasa de violencia física oscila entre el 6,5 y el 21 por ciento, mientras que la violencia psicológica oscila entre el 7,3 y el 72,4 por ciento, informó la UGR.

El trabajo indica además que el 51 por ciento de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen, utilizando para ello las estrategias que sean necesarias.

Asimismo, en este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, la desvalorización ideológico-religiosa, el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

SEPARACIONES TEMPORALES

Según los resultados de la investigación, se han producido separaciones en el 78,8 por ciento de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales, terminando en la mayoría de las ocasiones en una vuelta a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apunta Amelia Matute, que ha realizado el estudio, dirigida por Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en Comunidades Terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína. A todos ellos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.

Esta investigación ha venido a aportar un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un sector de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio que es la población drogodependiente.


Seis de cada diez hombres drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas

– Según un estudio de la Universidad de Granada

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada.

El trabajo ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente y las tipologías más desarrolladas, así como las variables que aparecen asociadas a ella.

Según la citada universidad, el estudio ha revelado, por ejemplo, que entre el 6,5% y el 72,4% de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja. En este sentido, la conducta violenta menos desarrollada es la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5%) y la más desarrollada (72,4%), aquella en la que el hombre «no tiene en cuenta» las «necesidades, deseos o intereses» de la mujer. Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios y con quién habla».

El trabajo revela que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a quedarse abandonados, por lo que utilizan para impedirlo las estrategias que sean necesarias.

Esta investigación la ha realizado Amelia Matute López, bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz. Su autora trabajó con 153 hombres que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años.

Foto: Campaña del MInisterio de Igualdad contra los malos tratos

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Seis de cada diez hombres drogodependientes son violentos con sus parejas

Granada, 22 jul (EFE).- Seis de cada 10 hombres drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas, según un estudio de la Universidad de Granada, que ha puesto de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia machista, tanto física como psicológica, ejercida hacia la mujer por este grupo de la población.
El estudio, elaborado por el departamento de Pedagogía, ha revelado que entre el 6,5 y el 72,4% de la población reconoce que ejerce algún tipo de violencia hacia su pareja, ha informado hoy la Universidad de Granada.
La conducta violenta menos desarrollada es la de «la he obligado a abortar contra su deseo» (6,5%) y la más desarrollada (72,4%) la de «no tiene en cuenta sus necesidades, deseos o intereses».
Además, el 63,5% de los encuestados «quiere saber qué hace su pareja en cada momento del día: sus horarios y con quien habla».
La tasa de violencia física oscila entre el 6,5% y el 21%, mientras que la psicológica va del 7,3% al 72,4%.
El trabajo revela que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que maltratan a sus parejas y, aunque saben que esto acarrea graves consecuencias para ellas, no están dispuestos a dejar la relación ni a que ellas los abandonen, para lo que utiliza las estrategias que sean necesarias.
En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más frecuentes que las de maltrato físico y, por categorías, las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa y la desvalorización ideológico-religiosa.
Les siguen el abuso por rol de género, el chantaje emocional por obligación, el abuso económico, el chantaje emocional por temor, la pérdida de control personal y el aislamiento social.
La investigación, llevada a cabo por Amelia Matute López y dirigida por Andrés Soriano Díaz, fue elaborada sobre 153 hombres de entre 20 y 65 años que están recibiendo tratamiento de deshabituación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas.
Todos ellos eran consumidores de cocaína, alcohol, heroína o heroína-cocaína, y a todos se les pasó una batería de cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas ejercidas en la pareja, así como información con la que se configuraban las diferentes variables seleccionadas.
El estudio revela que se han producido separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y la mayoría termina en una vuelta a la convivencia.
«La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», según Matute.
La investigación, según sus autores, aporta un conocimiento real del fenómeno de la violencia machista en un sector de población del que no se tenían datos.
En España existen estudios sobre la población general, pero no en poblaciones específicas que podrían considerarse de alto riesgo, como la drogodependiente, según la Universidad de Granada. EFE
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En su paraíso particular

o había pisado el hombre la luna cuando Federico Mayor Zaragoza ya veraneaba en Salobreña, localidad granadina en la que tiene un chalecito construido en la ladera de una colina rocosa que da al mar. La vista es un privilegio, de esas que te dan ganas de ser gaviota para explorar todo lo que da de sí el paisaje marino.
En el mítico año de 1968 pasaron muchas cosas, pero para Mayor Zaragoza lo más importante fue que lo nombraron rector de la Universidad de Granada, institución en la que daba clases como profesor de Bioquímica. Fue en junio y a España llegaban los ecos de las revueltas universitarias del mayo francés. Una etapa para enmarcar en una vida. Fue ese año cuando el recién nombrado rector se retiró unos días en vacaciones al hotel Salobreña. Desde la ventana de su habitación vio un lugar que quedó grabado a fuego en su mente. «Fue como un sueño, quería una casa muy especial y pregunté qué persona ajena a la Universidad podría estar dispuesta a realizar el proyecto. Entonces conocí al arquitecto Alfredo Rodríguez Orga. Una mañana acudí a charlar con él y, mientras le relataba mi idea, él hizo un dibujo exacto a lo que tenía en mi mente. Entonces supe que se iba a convertir en mi rincón preferido».
Pidió un préstamo a un banco y su sueño se hizo realidad. La casa intenta estar mimetizada con la colina y su cal blanca resalta entre el verde de los pinos y el color azul del mar. Un viejo y enorme pino da sombra a la mitad de la vivienda, que tiene tres plantas, cinco habitaciones, terraza y una pequeña piscina que da sobre la bajada al mar. Está decorada por su mujer, María Ángeles Menéndez, con la que comparte tres hijos y varios nietos. Desde ese año de 1968, Federico Mayor Zaragoza no tiene otro sitio al que ir en vacaciones que Salobreña. Cuando construyó la vivienda él tenía 39 años, ahora tiene 77.
En algunas ocasiones, el ex director general de la Unesco ha calificado aquel lugar como su «paraíso particular», porque le ha permitido esos placeres que hacen decir a un hombre que ha tocado la felicidad. Allí ha veraneado con toda la familia, con sus padres, sus suegros, los abuelos… «Ahora con mi mujer, los hijos y nietos que vienen y van…».
Hay una pregunta tan típica como tópica que se le suele hacer a un entrevistado cuando está en pantalón corto: ¿Cómo es un día de sus vacaciones? Federico Mayor Zaragoza, que desde que dejó la dirección general de la Unesco en 1999 preside la Fundación Cultura y Paz, la contesta así: «Me levanto un poco más tarde que en invierno, cuando madrugo mucho. Desayuno, leo la prensa, despacho con mi secretaria por teléfono y fax y, si hace buen tiempo y buen mar, vamos hacia Marina del Este para dar una vuelta en nuestra barquita. Después del almuerzo, leo y, con frecuencia, dicto algún escrito o respondo temas pendientes. A partir de las siete de la tarde, paseo y tertulia familiar o con algunos amigos que hayan venido a vernos hasta la hora de cenar. Nos vamos a descansar sobre la medianoche. ¡Ah, se me olvidaba! Si no hace buen mar -tiene que hacer muy buen mar para que mi mujer autorice la salida-, utilizamos la piscina».
Excepcionalmente, el presidente de Cultura y Paz recibe alguna visita relacionada con la ciudad o con la cooperación internacional, aunque quienes más acuden son sus amigos granadinos, con los que suele compartir una charla informal y vaso de vino tinto, su bebida preferida. Lo que más le gusta a Mayor Zaragoza es bañarse en el mar. Dice que es «un placer indecible», aunque hay veces que teme «a las medusas moradas» tanto como a «la demagogia, el dogmatismo o el extremismo». Igualmente le hace feliz, además de no tener la mayoría de los días ‘agenda’, salir con el barco a navegar. «Lo de ‘navegar’ suena muy pomposo, especialmente si se tiene en cuenta que el ‘alto mando’ no nos deja ir más allá de 200 o 300 metros de la costa. Pero es suficiente. A veces vamos hasta Marina del Este».
Poesía y salmorejo
Federico Mayor Zaragoza pasa al menos tres semanas en su retiro de Salobreña. No suele moverse durante las vacaciones. «A veces tengo que viajar a Francia o Bélgica, pero procuro volver el mismo día». También le gusta moverse por los alrededores de Salobreña, por Motril, Almuñécar, La Herradura o Nerja. «Visito con frecuencia Salobreña, tanto para caminar por su magnífico paseo marítimo, como para almorzar o cenar en sus excelentes restaurantes. Pero no sólo en verano, también cuando tengo algunos días libres en Semana Santa o algún fin de semana me voy a ‘mi paraíso’».
Al presidente de Cultura y Paz le encanta leer poesía. Dos de sus poetas preferidos son Salvador Espriú y la granadina Elena Martín Vivaldi. «Me llevo muchos libros, la mayoría de poemas. Leo y releo algunos. Los otros quedan pendientes».
Durante sus vacaciones, viste de manera muy sencilla. «De eso entiendo muy poco. Me pongo lo que me prepara mi mujer, casi siempre unas zapatillas, el pantalón corto y una camisa». Le encanta la comida granadina, el salmorejo, las verduras y el pescado frito. «También me gustan mucho las frutas tropicales que en esta costa se dan gracias a su microclima, como el mango, el aguacate o la chirimoya».
En cuando a la desconexión del mundo laboral que todos perseguimos en época de vacaciones, dice que sigue la recomendación de su padre: discernir entre lo que debe preocuparle, que son muy pocas cosas, y lo que debe ocuparle, que es todo lo demás. «De todas maneras, yo no quiero ‘desconectarme’. Lo que quiero es descansar, pasear, nadar, navegar, hablar y escuchar a todos los amigos, pero especialmente a los niños, a mis nietos. De este modo ‘conecto’ con la realidad. Bastante desconectados nos tienen con tanto poder mediático durante todo el año. Por otra parte, creo que la lucha en favor de la paz no admite pausas».
De todos los veranos que ha pasado en la costa granadina, recuerda dos en especial. El de 1982, cuando era ministro de Educación y Ciencia y acababa de nacer su nieta Andrea, y el de 1987, cuando fue nombrado director general de la Unesco. «Desde entonces -concluye-, debido a mis innumerables viajes, he visto muchas bahías, pero ninguna como la de Salobreña».
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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%

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Seis de cada diez varones adictos a las drogas maltratan a sus parejas

Más de la mitad son conscientes de su actitud violenta · Casi el 80% de las parejas en esta situación se separan, aunque la mayoría vuelven a la convivencia
Europa Press / GRANADA | Actualizado 23.07.2010 – 09:44

Aproximadamente seis de cada diez varones drogodependientes ejercen algún tipo de violencia hacia sus parejas. La conducta agresiva más habitual es «no tener en cuenta sus necesidades, deseos e intereses», y la menos frecuente «obligar a abortar en contra de su voluntad». Más de la mitad de los hombres adictos a las drogas son conscientes de que maltratan a sus compañeras y, aunque saben que esto tiene consecuencias importantes para ellas, no están dispuestos a dejar la relación, ni a que ellas los abandonen. Para lograrlo, utilizan las estrategias que sean necesarias.

Éstas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada (UGR) que pone de manifiesto la elevada tasa de incidencia de violencia de género (tanto física como psicológica) ejercida hacia la mujer en las relaciones de pareja por la población drogodependiente.

El estudio reveló que existe un amplio intervalo de población (entre el 6,5% y el 72,4%) que reconoce que ejerce algún tipo de coacción sobre su pareja: La conducta en el menor rango es obligar a abortar en contra del deseo de la mujer y la más habitual entre los maltratadores es no tener en cuenta las necesidades, deseos o intereses de su pareja.

Es estudio resalta además que un 63,5% de los hombres encuestados»quieren saber qué hace su pareja en cada momento del día, sus horarios o con quien habla».

El trabajo indicó además que el 51% de los hombres drogodependientes son conscientes de que agreden a sus parejas. En este colectivo las conductas de maltrato psicológico son más habituales que las del físico y las más representadas por orden de frecuencia son: el control personal, el abuso sexual y económico, el abandono psicológico, el chantaje emocional por culpa, obligación o temor, la desvalorización ideológico-religiosa, el acoso por rol de género, la pérdida de control personal y el aislamiento social.

Según los resultados de la investigación, se produjeron separaciones en el 78,8% de los casos, pero éstas suelen ser generalmente temporales y en la mayoría de las ocasiones se vuelve a la convivencia. «La presión de ellos y la concepción de la pareja basada en el desequilibrio, la entrega al otro y determinados mitos del amor romántico contribuyen al mantenimiento de ellas en este tipo de relaciones, a pesar de los costes en salud y bienestar que este tipo de relaciones tienen para ellas», apuntó Amelia Matute, una de las investigadoras que realizó el estudio bajo la dirección de Andrés Soriano Díaz.

La autora trabajó con 153 hombres que estaban recibiendo tratamiento de desintoxicación de alguna drogodependencia en comunidades terapéuticas andaluzas, con edades comprendidas entre 20 y 65 años; todos eran consumidores de cocaína, alcohol o heroína. Se les pasó unos cuestionarios donde se recogía información sobre conductas violentas que acostumbran a ejercer en la convivencia en pareja, así como información con la que se configuraban las variables seleccionadas.

Esta investigación aportó un conocimiento real del fenómeno de la violencia de género en un grupo de población del que no se tenían datos. En España existen estudios sobre la sociedad en general, pero no en secotres específicos que podrían considerarse de alto riesgo como pone de manifiesto este estudio. 63,5%
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