Un experto dice que no hay indicios de que el cambio climático provoque más terremotos

Un experto dice que no hay indicios de que el cambio climático provoque más terremotos

El cambio climático previsto para las próximas décadas no debe provocar, en un principio, más terremotos en la tierra, ya que la temperatura o los aspectos climatológicos no influyen en los movimientos sísmicos.

Así lo ha manifestado a Efe el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica, Gerardo Alguacil, que ha asegurado que son muchos los que piensan que los días de calor son los más propensos a los terremotos, aunque «los cambios de temperatura del planeta que se han producido en siglos no han mostrado indicios de que se relacionen con la actividad sísmica».

«En una cueva hace la misma temperatura en invierno y en verano», ha explicado este profesor de la Universidad de Granada, que ha puesto este ejemplo como muestra de que los cambios de temperatura sólo afectan a capas muy superficiales y cuya coincidencia histórica de los movimientos con la época del año hacen que muchos piensen que exista relación.

Alguacil ha recordado que la actividad sísmica de la península ibérica es «moderada», ya que en España y Portugal no es frecuente que se registren terremotos de importancia, aunque ha apuntado que en el Sur del país luso «es una excepción, ya que ahí sí se registran más terremotos, aunque los más importantes ocurren con una diferencia prolongada en la línea del tiempo».

Precisamente, el pasado 17 de diciembre se registró un movimiento sísmico en el Cabo de San Vicente, a 14 kilómetros de profundidad, que fue percibido en diferentes puntos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Madrid.

Sin embargo, este experto ha manifestado que los movimientos sísmicos «no se pueden predecir», ya que aunque existen trabajos activos de investigación y cada vez se conocen más datos, los terremotos «son un fenómeno típicamente caótico en el que intervienen numerosas variables que no se pueden conocer y que a veces, pueden aportar indicios de cuándo se van a producir pero sin exactitud científica».

Desde este organismo, dependiente de la Universidad de Granada, hacen un llamamiento para que las edificaciones que no cumplen con la normativa antisísmica se adapten.

Según dicho subdirector, en zonas rurales se produce mucha autoconstrucción «sin encomendarse a ningún técnico, por lo que puede que haya echado de más o de menos, con el riesgo que ello conlleva».

Además, ha indicado que los daños materiales y humanos que puede ocasionar un movimiento sísmico depende de factores como su magnitud, profundidad, si se ha producido de día, cuando hay más gente en la calle, o de noche, cuando todo el mundo duerme; el tipo de terreno -si se trata de zona de vega o de roca- o las estructuras de los edificios construidos.
Descargar


Granada Hoy

Pág. 16: El PTS supedita su ampliación al planeamiento del Parque del Milenio |Un estudio analiza los terremotos y el cambio climático
Pág. 23: Becas Talentia: la preparación, mejor con antelación
Pág. 46: El ramadán es más saludable si se come siempre en casa
Descargar


La Universidad de Granada investigará nuevas técnicas del tratamiento vegetal en la restauración paisají­stica.

La Universidad de Granada investigará nuevas técnicas del tratamiento vegetal en la restauración paisají­stica.

Se analizarán los procedimientos y especies vegetales idóneas en la construcción de infraestructuras, así como el uso de lodos de depuradoras.

La consejera andaluza de Obras Públicas y Transportes, Rosa Aguilar, ha firmado dos convenios con el rector de la Universidad de Granada, Francisco González, para la investigación y desarrollo de nuevas técnicas del tratamiento vegetal en la restauración paisajística. Uno de los acuerdos también lo ha rubricado el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, en calidad de presidente de la Empresa Municipal de Abastecimiento y Saneamiento de Granada (EMASAGRA), ya que recoge la utilización, como material de investigación, los lodos de las depuradoras en la revegetación de taludes. El presupuesto conjunto de ambas investigaciones asciende a 309.153 euros.

El primero de los compromisos adquiridos tiene por objeto realizar un proyector de I+D+i que analice los resultados de la aplicación de diferentes técnicas y especies vegetales en la restauración paisajística en las infraestructuras viarias de Andalucía durante los últimos diez años, y determine el porcentaje de éxitos y la identificación de los procesos más eficaces.

El trabajo también incluye la definición de una serie de fundamentos técnicoscientíficos que se han de usar para lograr una perfecta integración ambiental, cultural y socio económica de la obra en su entorno.

Los estudios se desarrollarán durante dos años, transcurridos los mismos, el equipo investigador, formado por personal de la Universidad y de GIASA, redactará un documento final sobre recomendaciones técnicas y criterios de selección de especies para la mejor integración de las infraestructuras en el medio natural.

El segundo de los convenios centra su trabajo en investigar el resultado del uso de lodos de depuradoras en los procesos de hidrosiembra en los taludes de las carreteras. Se busca dar un uso a los lodos originados en los procesos de depuración que en la actualidad presentan un alto coste económico y medioambiental. El tratamiento de los lodos suponen un importante coste para las depuradoras, el coste medio de cada tonelada de lodo es de 20 euros, por lo que una ciudad media puede soportar un coste anual de 1 millón de euros para el tratamiento de estos residuos.

Este convenio da continuidad a otro anterior firmado entre la Consejería de Obras Públicas y la Universidad de Granada mediante el cual se experimentó en esta línea de trabajo en alguno de los taludes de la carretera A-305 entre Arjona y Porcuna. Los resultados de estos experimentos han sido satisfactorios, por lo que ahora se aplicará esta técnica a escala real en la totalidad de los taludes que se están realizando con motivo de las obras de acondicionamiento de la A-6050 desde el cruce de la JV-2216 a Valdepeñas de Jaén.
Descargar


La sinestesia, mezcla de los sentidos

La sinestesia, mezcla de los sentidos

El proceso de aprendizaje puede llevar a experimentar combinaciones de los distintos sentidos a través de la vista, el oí­do, el olfato, el gusto o el tacto. Es posible imaginar formas cuadradas o triangulares en el momento de comer o formar secuencias espaciales para los dí­as de la semana o los años. Esto le ocurre a una de cada veinte personas cuando viven experiencias cotidianas. Es una condición denominada sinestesia, cuya forma más común consiste en «ver» colores cuando se leen palabras o números.

La sinestesia es una condición neurológica por la que los sentidos se combinan de formas poco corrientes. Es una manera especial de contemplar la realidad que ciertas personas consideran más rica porque diversas áreas del cerebro se comunican entre ellas y no categorizan, como es habitual. Sus ventajas no están demostradas, excepto con la memoria, pero tampoco se han detectado desventajas, por lo que ha sobrevivido durante la evolución humana.

No se considera un problema o un déficit, sino una experiencia adicional que enriquece la percepción de la realidad. A lo largo de la historia, ha permitido a muchos artistas desarrollar sus trabajos creativos. Algunos músicos pueden tocar las notas de manera similar a la creación de un puzzle.

Se distingen varios tipos de sinestesia, aunque el más común y estudiado es el denominado «color-grafema», en el que las letras, palabras o números evocan colores. Otras personas perciben colores cuando se enfrentan a unidades de tiempo y también es frecuente imaginarlos en las palabras, los sonidos o las notas musicales. Además, hay quien asocia los sabores con colores, sonidos o sensaciones táctiles, hasta llegar a casi todas las combinaciones posibles entre los distintos sentidos.
Cuestión de aprendizaje

Las personas con sinestesia espacio-temporal visualizan las fechas en tres dimensiones

Investigaciones previas habí­an demostrado que el cerebro de las personas sinestésicas se comporta de un modo diferente. Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Padua (Italia) confirma que el proceso de aprendizaje está muy relacionado con estas vivencias en el futuro. Las conclusiones revelan que el aprendizaje puede llevar a conductas sinestésicas incluso sin que la persona sea consciente de la experiencia misma.

El grupo, liderado por Ilaria Berteletti, utilizó un test clásico de diagnóstico de sinestesia mediante el cual se asocian una serie de números a diferentes colores. Un paciente para quien el número 2 corresponde al color rojo, mostrará más dificultad para nombrar el mismo número asociado al color verde. Esta desaceleración en la respuesta, en general, se toma como evidencia de que las experiencias sinestésicas son reales y automáticas.

La desaceleración también se produjo al presentar los números en forma de puntos (como si representaran dados), a pesar de que el participante aseguró no haber detectado ningún color para este tipo de estí­mulo. Según los cientí­ficos, los resultados sugieren que el concepto de un número, sin tener en cuenta la forma en que se presenta ante los ojos -en dí­gitos o en puntos- es suficiente para producir el marcador de comportamiento sinestésico, incluso si el participante no es consciente de que experimenta esta condición. «Una vida de experiencias sinestésicas puede dar lugar a la creación de asociaciones entre las diferentes clases de estí­mulos», afirma el coautor del estudio Edward Hubbard.
Percepción inconsciente

La mayorí­a de las personas que experimentan sinestesia lo hacen de manera inconsciente. Tampoco se percatan de que el resto de la gente no percibe la realidad de la misma forma. Piensan que el modo en que ven el mundo es común. La sinestesia puede pasar desapercibida durante años si los afectados no comparten sus experiencias, aunque al hacerlo se enfrentan a la incredulidad de sus oyentes, por lo que se acostumbran a no hablar de ello.

Otra caracterí­stica de la sinestesia es su carácter estable en el tiempo. En el caso del tipo «color-grafema», siempre se relaciona el mismo color para un número concreto. Son sensaciones de carácter perceptual, que no se basan en la memoria y no se pueden reprimir: son automáticas e involuntarias.
Base cientí­fica

El estudio cientí­fico de la sinestesia no se popularizó hasta hace un par de décadas. En la actualidad, un amplio número de laboratorios en todo el mundo analiza las caracterí­sticas psicológicas de este fenómeno, así­ como sus bases neuronales y la posible influencia de distintos genes en su trasmisión. Uno de estos laboratorios se encuentra en la Universidad de Granada. El grupo de Neurociencia Cognitiva se ha especializado en las reacciones afectivas asociadas a las percepciones sinestésicas.

Cuando una persona con sinestesia percibe un estí­mulo de un color distinto al experimentado de manera interna (asocia el color verde a la letra A, pero debe enfrentarse a ésta coloreada en naranja), se genera un desagrado. Diversos estudios de comportamiento llevados a cabo en esta universidad española muestran que esta reacción afectiva es automática, difí­cil de ignorar y tan potente como para influir en la conducta de la persona que la experimenta.
MEMORIA Y SINESTESIA

Los beneficios de la sinestesia se relacionan con la memoria, sobre todo, en el ámbito de la vida cotidiana. Es más sencillo recordar un nombre, un número de teléfono u otras informaciones importantes gracias a la asociación con un color. Respecto a la sinestesia espacio-temporal, un trabajo reciente de la Universidad de Edimburgo (Escocia) apunta sus beneficios cognitivos.

Las personas visualizan los números como si se localizaran en un espacio en tres dimensiones (pueden ver que el año 1980 está más alejado que 1995). Estos mapas mentales se crean en el espacio en 3D de todo el cuerpo o en una dimensión virtual en la propia mente (en forma de elipse, columnas o espirales). Según los investigadores escoceses, las personas con este tipo de sinestesia son capaces de recordar mejor que otras personas fechas de sucesos pasados.
Descargar


Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

El cambio climático previsto para las próximas décadas no debe provocar, en un principio, más terremotos en la tierra, ya que la temperatura o los aspectos climatológicos no influyen en los movimientos sísmicos.
Así lo ha manifestado a Efe el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica, Gerardo Alguacil, que ha asegurado que son muchos los que piensan que los días de calor son los más propensos a los terremotos, aunque «los cambios de temperatura del planeta que se han producido en siglos no han mostrado indicios de que se relacionen con la actividad sísmica».
«En una cueva hace la misma temperatura en invierno y en verano», ha explicado este profesor de la Universidad de Granada, que ha puesto este ejemplo como muestra de que los cambios de temperatura sólo afectan a capas muy superficiales y cuya coincidencia histórica de los movimientos con la época del año hacen que muchos piensen que exista relación.
Alguacil ha recordado que la actividad sísmica de la península ibérica es «moderada», ya que en España y Portugal no es frecuente que se registren terremotos de importancia, aunque ha apuntado que en el sur del país luso «es una excepción, ya que ahí sí se registran más terremotos, aunque los más importantes ocurren con una diferencia prolongada en la línea del tiempo».
Precisamente, el pasado 17 de diciembre se registró un movimiento sísmico en el Cabo de San Vicente, a 14 kilómetros de profundidad, que fue percibido en diferentes puntos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Madrid.
Sin embargo, este experto ha manifestado que los movimientos sísmicos «no se pueden predecir», ya que aunque existen trabajos activos de investigación y cada vez se conocen más datos, los terremotos «son un fenómeno típicamente caótico en el que intervienen numerosas variables que no se pueden conocer y que a veces pueden aportar indicios de cuándo se van a producir pero sin exactitud científica».
Desde este organismo, dependiente de la Universidad de Granada, hacen un llamamiento para que las edificaciones que no cumplen con la normativa antisísmica se adapten.
Según dicho subdirector, en zonas rurales se produce mucha autoconstrucción «sin encomendarse a ningún técnico, por lo que puede que haya echado de más o de menos, con el riesgo que ello conlleva».
Descargar


Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

El cambio climático previsto para las próximas décadas no debe provocar, en un principio, más terremotos en la tierra, ya que la temperatura o los aspectos climatológicos no influyen en los movimientos sísmicos.
Así lo ha manifestado a Efe el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica, Gerardo Alguacil, que ha asegurado que son muchos los que piensan que los días de calor son los más propensos a los terremotos, aunque «los cambios de temperatura del planeta que se han producido en siglos no han mostrado indicios de que se relacionen con la actividad sísmica».
«En una cueva hace la misma temperatura en invierno y en verano», ha explicado este profesor de la Universidad de Granada, que ha puesto este ejemplo como muestra de que los cambios de temperatura sólo afectan a capas muy superficiales y cuya coincidencia histórica de los movimientos con la época del año hacen que muchos piensen que exista relación.
Alguacil ha recordado que la actividad sísmica de la península ibérica es «moderada», ya que en España y Portugal no es frecuente que se registren terremotos de importancia, aunque ha apuntado que en el sur del país luso «es una excepción, ya que ahí sí se registran más terremotos, aunque los más importantes ocurren con una diferencia prolongada en la línea del tiempo».
Precisamente, el pasado 17 de diciembre se registró un movimiento sísmico en el Cabo de San Vicente, a 14 kilómetros de profundidad, que fue percibido en diferentes puntos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Madrid.
Sin embargo, este experto ha manifestado que los movimientos sísmicos «no se pueden predecir», ya que aunque existen trabajos activos de investigación y cada vez se conocen más datos, los terremotos «son un fenómeno típicamente caótico en el que intervienen numerosas variables que no se pueden conocer y que a veces pueden aportar indicios de cuándo se van a producir pero sin exactitud científica».
Desde este organismo, dependiente de la Universidad de Granada, hacen un llamamiento para que las edificaciones que no cumplen con la normativa antisísmica se adapten.
Según dicho subdirector, en zonas rurales se produce mucha autoconstrucción «sin encomendarse a ningún técnico, por lo que puede que haya echado de más o de menos, con el riesgo que ello conlleva».
Descargar


Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

Experto dice no hay indicios de que cambio climático provoque más terremotos

El cambio climático previsto para las próximas décadas no debe provocar, en un principio, más terremotos en la tierra, ya que la temperatura o los aspectos climatológicos no influyen en los movimientos sísmicos.
Así lo ha manifestado a Efe el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica, Gerardo Alguacil, que ha asegurado que son muchos los que piensan que los días de calor son los más propensos a los terremotos, aunque «los cambios de temperatura del planeta que se han producido en siglos no han mostrado indicios de que se relacionen con la actividad sísmica».
«En una cueva hace la misma temperatura en invierno y en verano», ha explicado este profesor de la Universidad de Granada, que ha puesto este ejemplo como muestra de que los cambios de temperatura sólo afectan a capas muy superficiales y cuya coincidencia histórica de los movimientos con la época del año hacen que muchos piensen que exista relación.
Alguacil ha recordado que la actividad sísmica de la península ibérica es «moderada», ya que en España y Portugal no es frecuente que se registren terremotos de importancia, aunque ha apuntado que en el sur del país luso «es una excepción, ya que ahí sí se registran más terremotos, aunque los más importantes ocurren con una diferencia prolongada en la línea del tiempo».
Precisamente, el pasado 17 de diciembre se registró un movimiento sísmico en el Cabo de San Vicente, a 14 kilómetros de profundidad, que fue percibido en diferentes puntos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Madrid.
Sin embargo, este experto ha manifestado que los movimientos sísmicos «no se pueden predecir», ya que aunque existen trabajos activos de investigación y cada vez se conocen más datos, los terremotos «son un fenómeno típicamente caótico en el que intervienen numerosas variables que no se pueden conocer y que a veces pueden aportar indicios de cuándo se van a producir pero sin exactitud científica».
Desde este organismo, dependiente de la Universidad de Granada, hacen un llamamiento para que las edificaciones que no cumplen con la normativa antisísmica se adapten.
Según dicho subdirector, en zonas rurales se produce mucha autoconstrucción «sin encomendarse a ningún técnico, por lo que puede que haya echado de más o de menos, con el riesgo que ello conlleva».
Descargar


Un experto dice que no hay indicios de que el cambio climático provoque más terremotos

Un experto dice que no hay indicios de que el cambio climático provoque más terremotos

El cambio climático previsto para las próximas décadas no debe provocar, en un principio, más terremotos en la tierra, ya que la temperatura o los aspectos climatológicos no influyen en los movimientos sísmicos.

Así lo ha manifestado el subdirector del Instituto Andaluz de Geofísica, Gerardo Alguacil, que ha asegurado que son muchos los que piensan que los días de calor son los más propensos a los terremotos, aunque «los cambios de temperatura del planeta que se han producido en siglos no han mostrado indicios de que se relacionen con la actividad sísmica».

«En una cueva hace la misma temperatura en invierno y en verano», ha explicado este profesor de la Universidad de Granada, que ha puesto este ejemplo como muestra de que los cambios de temperatura sólo afectan a capas muy superficiales y cuya coincidencia histórica de los movimientos con la época del año hacen que muchos piensen que exista relación.

Alguacil ha recordado que la actividad sísmica de la península ibérica es «moderada», ya que en España y Portugal no es frecuente que se registren terremotos de importancia, aunque ha apuntado que en el sur del país luso «es una excepción, ya que ahí sí se registran más terremotos, aunque los más importantes ocurren con una diferencia prolongada en la línea del tiempo».

Precisamente, el pasado 17 de diciembre se registró un movimiento sísmico en el Cabo de San Vicente, a 14 kilómetros de profundidad, que fue percibido en diferentes puntos de Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Madrid.

Sin embargo, este experto ha manifestado que los movimientos sísmicos «no se pueden predecir», ya que aunque existen trabajos activos de investigación y cada vez se conocen más datos, los terremotos «son un fenómeno típicamente caótico en el que intervienen numerosas variables que no se pueden conocer y que a veces pueden aportar indicios de cuándo se van a producir pero sin exactitud científica».

Desde este organismo, dependiente de la Universidad de Granada, hacen un llamamiento para que las edificaciones que no cumplen con la normativa antisísmica se adapten.

Según dicho subdirector, en zonas rurales se produce mucha autoconstrucción «sin encomendarse a ningún técnico, por lo que puede que haya echado de más o de menos, con el riesgo que ello conlleva».
Descargar


Innova.- Investigadores de la Universidad de Granada diseñan un videojuego más eficaz en procesos educativos

Innova.- Investigadores de la Universidad de Granada diseñan un videojuego más eficaz en procesos educativos

Investigadores del grupo Gedes, dentro del laboratorio de investigación en videojuegos y e-learning de la Escuela Superior de Ingenierías Informática y de Telecomunicación de la Universidad de Granada, definieron las características que hacen que un videojuego sea más o menos eficaz en el ámbito educativo, de forma que, con esos parámetros, los científicos han diseñado un software que conjuga la didáctica y la motivación de los usuarios.

Según indicó \’Andalucía Investiga\’ en una nota, los expertos, liderados por Francisco Luis Gutiérrez Vela, exploran el concepto de jugabilidad, es decir, aquellos parámetros que hacen más o menos eficaz un juego, entre los que destaca la satisfacción del sujeto que lo utiliza o el hecho de que sea más o menos divertido, entre otros.

En este sentido, según el responsable de la investigación, para que el juego cumpla su función educativa, «debe incentivar al usuario para que acometa determinadas acciones de manera involuntaria. y si no consigue activar estas reacciones automáticas, se produce una desmotivación del jugador y el videojuego no cumple su función de entretenimiento».

Los investigadores publicaron estas conclusiones en diversos congresos y revistas como la \’Revista Iberoamericana de Tecnologías del Aprendizaje\’ o \’Advances in Engineering Software\’.\’

Leoncio y las vocales perdidas\’

Con estas conclusiones, el grupo de científicos desarrolló un prototipo de videojuego denominado \’Leoncio y las vocales perdidas\’. En esta aplicación, han implementado un sistema de lectura-escritura, que ya se aplicaba en las aulas, con un nuevo formato más interactivo, que contribuya a la colaboración y al aprendizaje de los niños.

Tras pruebas previas con los estudiantes de la facultad de Informática de la Universidad de Granada, los científicos se centran ahora en la aplicación del software en las aulas escolares con el objetivo de contar con un marco de análisis común y evaluar las carencias y virtudes de los dispositivos de juego.

Además de la elaboración de este prototipo, desde el laboratorio de la universidad granadina han analizado otros videojuegos que ya están presentes en el mercado, como BrainTrainning de Nintendo DS, donde han estudiado su eficacia en el aprendizaje utilizando los parámetros con los que ellos mismos definen el concepto de jugabilidad.

«Unificar el significado de este concepto y los factores que hacen que un juego sea más o menos efectivo para aprender, lo mejora y beneficia al jugador», apuntó Gutiérrez Vela, quien insistió en que estos parámetros «no sólo tienen aplicación en videojuegos didácticos, también resultan importantes para que un juego, sea o no educativo, cumpla su función de entretener a los usuarios».

El estudio de la jugabilidad forma parte de un proyecto más amplio relacionado con la búsqueda de aplicaciones adecuadas para la creación de sistemas colaborativos y su uso en el aprendizaje. En este sentido, Gutiérrez Vela explicó que lograr que se produzca esta enseñanza basada en la colaboración entre usuarios en los videojuegos es uno de los principales objetivos de su análisis.

Las aplicaciones de este grupo no sólo se dirigen a un público infantil. El grupo acomete un proyecto de innovación docente a través del que pretenden introducir en las aulas de la Universidad de Granada una plataforma de aprendizaje colaborativo en la que los alumnos puedan intercambiar y crear información, de manera que, aplicando pautas como la satisfacción, la eficacia o la motivación, presentes en el concepto de jugabilidad que los expertos definen, tratan de implementar un sistema de enseñanza en el que esté presente la interacción entre los sujetos en el ámbito universitario.
Descargar


Se examina la genética de 4 helechos de la Era Terciaria

Se examina la genética de 4 helechos de la Era Terciaria

La Consejería de Medio Ambiente, en colaboración con la Universidad de Granada, está desarrollando estudios sobre genética poblacional de cuatro especies de helechos amenazados que se consideran relictos de la Era Terciaria y cuyas únicas poblaciones andaluzas se hallan actualmente en el Parque Natural de Los Alcornocales. Esta actuación se enmarca dentro del Programa de Conservación de Helechos en Andalucía y tiene como objeto de estudio al helecho de colchoneros (Culcita macrocarpa), helecho de sombra (Diplazium caudatum), Pteris incompleta y Vandenboschia speciosa.

El objetivo de esta iniciativa es conocer las relaciones genéticas existentes dentro de los núcleos poblacionales de estas especies y entre núcleos diferentes, para lo cual se está empleando la técnica de análisis de los microsatélites, un sistema poco utilizado hasta ahora en el estudio de los pteridofitos. Por tanto, los resultados de las investigaciones permitirán conocer el grado de variabilidad o diversidad genética de estas especies, una información de gran utilidad a la hora de diseñar y aplicar medidas de gestión que ayuden a eliminar o minimizar las amenazas actuales y garantizar la correcta conservación de estas plantas.

Las mencionadas especies muestran en la actualidad un declive poblacional importante, lo que las ha llevado en Andalucía a ser incluidas en las categorías que van de ‘vulnerable’ a ‘en peligro crítico’. Esta circunstancia ha motivado la puesta en marcha de los trabajos de estudio por parte de la Consejería de Medio Ambiente, con la intención de conocer ciertos aspectos de su situación genética, entre ellos determinar si están sufriendo procesos de endogamia o deriva génica. Hasta ahora se sabe que su merma poblacional se debe tanto al cambio en las condiciones ambientales como a amenazas derivadas de la acción del hombre, fundamentalmente relacionadas con la pérdida de hábitats.

Este proyecto orientado a la conservación se ha iniciado con una primera fase destinada a la obtención de los marcadores microsatélites para cada una de las especies objeto de estudio. Por el momento, se ha logrado un escaso nivel de polimorfismo en los microsatélites amplificados, por lo que se continúa con la extracción de nuevos marcadores que garanticen unos resultados fiables en los análisis posteriores.

Los helechos o pteridofitos con los que se realiza el estudio son especies de distribución restringida a nivel mundial y cuyo origen data de la época Terciaria, hace unos 65 millones de años, cuando el clima en Andalucía era tropical. Actualmente sus poblaciones en esta comunidad autónoma se restringen al Parque Natural de Los Alcornocales, situado entre las provincias de Cádiz y Málaga, donde existen hábitats con condiciones muy parecidas a las tropicales.

En la región andaluza se encuentran 77 tipos distintos de helechos, entre especies y subespecies, de los cuales 16 aparecen recogidos bajo algún grado de amenaza en la Ley 8/2003 de la Flora y la Fauna Silvestres de Andalucía y 32 en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía. El Programa de Conservación de Helechos Amenazados en Andalucía fue puesto en marcha por la Consejería de Medio Ambiente en el año 2004 con el objetivo de establecer medidas específicas de conservación, investigación y divulgación de estas especies, entre las que destacan especialmente los reforzamientos de poblaciones existentes.
Descargar