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Pág. 61: Levantan la carpa que ocultará la excavación de la fosa de García Lorca
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Investigadores de la UGR desarrollan un nuevo tratamiento de quimioterapia «sin efectos adversos»

Investigadores de la UGR desarrollan un nuevo tratamiento de quimioterapia «sin efectos adversos»

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR)se encuentran desarrollando un estudio para encontrar un nuevo tratamiento de quimioterapia, basado en la «alta eficacia» de la proteína denominada onconasa, pero que evite sus efectos adversos.

En este sentido, este proyecto de excelencia, financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, trabaja en la búsqueda de una mutación de dicha proteína onconasa, que «logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales», según indicó Andalucía Innova en una nota.

La iniciativa, dirigida por la investigadora del Departamento de Física Química de la UGR María del Mar García Mira se basa en unos estudios desarrollados por un equipo de Estados Unidos sobre esta proteína, en los que se pone de manifiesto su «alta efectividad» contra determinados tipos de cáncer y la «dificultad» del organismo para eliminarla posteriormente, lo que causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y, en algunos casos, la aparición de otras patologías como la insuficiencia renal.

Para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan con programas informáticos y desde el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria, para después extraerla del microorganismo y purificarla con el objetivo de identificar el grado de facilidad para su eliminación.

García Mira explicó que el organismo elimina una proteína cuando ésta se «despliega» a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centígrados, mientras que la onconasa necesita 95 grados, «por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella». Desde el laboratorio, los científicos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, «ya que la modificación de estructura de la proteína puede provocar una reducción en los efectos positivos».

La investigadora se mostró «optimista» respecto a los avances alcanzados y esperó que «en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clínicos y en un futuro no muy lejano sea un fármaco que se aplique con normalidad».

Por último, afirmó que esta proteína es «relativamente nueva» y que «probablemente» no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. Así, apuntó que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podría tener esta sustancia en tratamientos antivirales y, concretamente, contra el VIH.
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Una proteí­na esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Una proteí­na esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, que trabajan desde hace más de un año con la proteí­na onconasa, buscan encontrar la mutación de esta sustancia que logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales. Se trata de un proyecto de excelencia financiado por la Consejerí­a de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucí­a.

La iniciativa, dirigida por la investigadora Marí­a del Mar Garcí­a Mira, del Departamento de Fí­sica Quí­mica de la UGR, (en la imagen) surge después de conocer un estudio que se estaba llevando a cabo en Estados Unidos aplicando este elemento en ensayos clí­nicos con pacientes, informa Andalucí­a Innova.

En estas pruebas los cientí­ficos comprobaron que se trataba de una proteí­na con alta efectividad contra determinados tipos de cáncer; sin embargo, la dificultad del organismo para eliminarla causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y en algunos casos la aparición de otras patologí­as como la insuficiencia renal. Garcí­a Mira entró en contacto con este grupo para tratar de estudiar la proteí­na y encontrar una mutación que, manteniendo la efectividad del elemento, mejorará su absorción por parte de los enfermos.

Segí§un informa la Universidad de Granada, para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan a través de un programa informático, pero también en el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria, para después extraerla del microorganismo y purificarla con el objetivo de identificar el grado de estabilidad, es decir, la facilidad para la eliminación que han logrado.

Para llevar a cabo este proceso tienen en cuenta unas pautas básicas sobre la actuación de esta sustancia. En este sentido Garcí­a Mira explica que el organismo elimina una proteí­na cuando ésta se despliega a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centí­grados. En el caso de la onconasa no logra el despliegue hasta llegar a los 95, por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella. Desde el laboratorio, los cientí­ficos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, ya que la modificación de estructura de la proteí­na puede provocar una reducción en los efectos positivos.

En 2008 comenzaron así­ el trabajo con la onconasa para buscar una mayor efectividad en su aplicación como fármaco anticancerí­geno. Garcí­a Mira se muestra optimista respecto a los avances y espera que en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clí­nicos y en un futuro «no muy lejano» sea un fármaco que se aplique con normalidad.

«Aunque la utilización definitiva de la proteí­na es aún un proyecto de futuro, la reducción de los efectos negativos que provoca la quimioterapia convencional serí­a un gran avance», apunta la investigadora y añade que la eliminación de estos problemas asociados al tratamiento en pacientes delicados supone al mismo tiempo la eliminación de riesgos derivados de la quimioterapia. Mira recuerda que en el tratamiento de este tipo de dolencias el factor psicológico adquiere una gran relevancia. En este sentido explica que los ensayos clí­nicos con la onconasa han demostrado que se trata de un fármaco muy eficaz contra determinados tumores como el mesotelioma, un cáncer de difí­cil tratamiento que ataca el mesotelio, la capa que cubre la mayorí­a de los órganos, y que se suele dar en personas que han estado en contacto directo y habitual con aislantes térmicos.

La investigadora señala además que es una proteí­na «relativamente nueva» y que probablemente no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. En este sentido apunta que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podrí­a tener esta sustancia en tratamientos antivirales y más concretamente contra el VIH.
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La UGR informa sobre el acceso al empleo público

La UGR informa sobre el acceso al empleo público

Los alumnos de la Universidad de Granada (UGR) cuentan con un servicio de información que les permite recibir en su correo electrónico, desde el Centro de Promoción de Empleo y Prácticas del Vicerrectorado de Estudiantes, ofertas del sector público en materia de empleo, así como de los programas de prácticas existentes fuera de nuestro país. El servicio, que ya ha atendido a casi 7.000 personas con estudios universitarios, cuenta, según sus coordinadores, con miles de receptores y doscientas listas de distribución. Además, durante el pasado curso, se incrementó en un 35% su nivel de envíos.
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Una proteína esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Una proteína esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, que trabajan desde hace más de un año con la proteína onconasa, buscan encontrar la mutación de esta sustancia que logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales. Se trata de un proyecto de excelencia financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.

La iniciativa, dirigida por la investigadora María del Mar García Mira, del Departamento de Física Química de la UGR, (en la imagen) surge después de conocer un estudio que se estaba llevando a cabo en Estados Unidos aplicando este elemento en ensayos clínicos con pacientes, informa Andalucía Innova.

En estas pruebas los científicos comprobaron que se trataba de una proteína con alta efectividad contra determinados tipos de cáncer; sin embargo, la dificultad del organismo para eliminarla causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y en algunos casos la aparición de otras patologías como la insuficiencia renal. García Mira entró en contacto con este grupo para tratar de estudiar la proteína y encontrar una mutación que, manteniendo la efectividad del elemento, mejorará su absorción por parte de los enfermos.

Segçun informa la Universidad de Granada, para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan a través de un programa informático, pero también en el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria, para después extraerla del microorganismo y purificarla con el objetivo de identificar el grado de estabilidad, es decir, la facilidad para la eliminación que han logrado.

Para llevar a cabo este proceso tienen en cuenta unas pautas básicas sobre la actuación de esta sustancia. En este sentido García Mira explica que el organismo elimina una proteína cuando ésta se despliega a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centígrados. En el caso de la onconasa no logra el despliegue hasta llegar a los 95, por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella. Desde el laboratorio, los científicos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, ya que la modificación de estructura de la proteína puede provocar una reducción en los efectos positivos.

En 2008 comenzaron así el trabajo con la onconasa para buscar una mayor efectividad en su aplicación como fármaco anticancerígeno. García Mira se muestra optimista respecto a los avances y espera que en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clínicos y en un futuro «no muy lejano» sea un fármaco que se aplique con normalidad.

«Aunque la utilización definitiva de la proteína es aún un proyecto de futuro, la reducción de los efectos negativos que provoca la quimioterapia convencional sería un gran avance», apunta la investigadora y añade que la eliminación de estos problemas asociados al tratamiento en pacientes delicados supone al mismo tiempo la eliminación de riesgos derivados de la quimioterapia. Mira recuerda que en el tratamiento de este tipo de dolencias el factor psicológico adquiere una gran relevancia. En este sentido explica que los ensayos clínicos con la onconasa han demostrado que se trata de un fármaco muy eficaz contra determinados tumores como el mesotelioma, un cáncer de difícil tratamiento que ataca el mesotelio, la capa que cubre la mayoría de los órganos, y que se suele dar en personas que han estado en contacto directo y habitual con aislantes térmicos.

La investigadora señala además que es una proteína «relativamente nueva» y que probablemente no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. En este sentido apunta que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podría tener esta sustancia en tratamientos antivirales y más concretamente contra el VIH.
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LA CIENCIA COMO PROTECTORA DE LA BIODIVERSIDAD

LA CIENCIA COMO PROTECTORA DE LA BIODIVERSIDAD

Los proyectos que se desarrollan en este centro tienen una gran vinculación con el sureste peninsular y más concretamente con esta área de Andalucía, ya que, de lo que tratan sus estudios es de analizar la evolución de los hábitats más extremos y la adaptación de las especies, tanto vegetales como animales, a dichos ecosistemas. Y para ello, las características geográfico-ambientales de esta zona la convierten en un campo de pruebas ideal para realizar investigaciones con resultados extrapolables a zonas similares.

Esta condición convierte a la EEZA en un instituto con proyección internacional, de ahí que sus investigadores estén acostumbrados a participar en proyectos donde intervienen universidades de todo el mundo. Ejemplos de ello son los estudios que han abordado, en colaboración con entidades de otros países, sobre el comportamiento de determinadas especies, como el efecto del cambio climático en el sistema inmunitario de los pingüinos antárticos o la conservación y reintroducción de gacelas en Senegal (criadas en el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, en la finca de La Hoya).

Como aclara su directora, Eulalia Moreno, “el denominador común de la mayoría de los proyectos es el análisis de los entornos extremos, desérticos o semidesérticos. Pero no se trata únicamente de climas cálidos, sino de ecosistemas cuyas condiciones ambientales de temperatura, precipitaciones, radiación solar, humedad, etc., son muy radicales, ya se trate de la Antártida o del desierto de Atacama, en Chile”.

En esta línea de actuación trabaja la EEZA con un objetivo último: la resolución de problemas ecológicos que permitan conciliar los intereses derivados de la preservación del medio ambiente y los de su explotación racional. Aquí la institución le está prestando una atención especial al fenómeno del calentamiento global y su impacto en la biodiversidad. “Nos interesa ver cómo las especies responden a este proceso y son capaces de sobrevivir en condiciones extremas, como un déficit hidráulico importante o una temperatura más elevada de lo normal, aunque no necesariamente dependa sólo del clima. Por eso se están realizando proyectos sobre ecología funcional y evolutiva de plantas y animales para saber cómo afecta a los organismos la evolución del paisaje, lo que nos ayudará posteriormente a generalizar patrones. En el caso de la fauna, por ejemplo, vemos cómo al abrigo de la retama, cuyas raíces alcanzan los 15 ó 20 metros de profundidad, crecen alrededor otras muchas plantas. Ése es el mecanismo que han desarrollado para sobrevivir a la sequía”.

En este sentido y según los expertos, el sureste español parece ser un buen indicador de este cambio global que está afectando al resto de zonas áridas del planeta. Esto es así porque “desde un punto visita de riqueza endémica, existen especies que sólo se dan en esa parte del país, no sólo en número sino en calidad”, subraya la directora del centro, recalcando sin embargo que, tal y como ha demostrado el grupo de Desertificación y Geoecología (el segundo gran departamento junto al de Ecología Funcional y Evolutiva), “se observa que la distribución de determinadas especies se está limitando geográficamente de forma progresiva”, algo que podría estar muy vinculado con el proceso de desertización de la provincia.

Un centro bien valorado

La Estación Experimental de Zonas Áridas ha incrementado su plantilla notablemente en los últimos años, rozando ya el centenar de trabajadores entre investigadores y colaboradores.

La EEZA ha estrenado recientemente ubicación en unas nuevas y sofisticadas instalaciones en el campus almeriense de La Cañada, muy cerca de una de las sedes del Parque científico-tecnológico (PITA). El nuevo enclave estratégico permitirá al centro del CSIC reforzar las relaciones y establecer nuevas sinergias con la propia Universidad de Almería, pero también con otras con las que ya colabora habitualmente, como la Universidad de Granada o la de Pablo de Olavide.

Por otro lado, la EEZA también va a integrarse en el Centro Nacional de Biodiversidad y Cambio Global, donde desarrollará fundamentalmente la línea de investigación ‘Ecología de zonas áridas y desertificación’.
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Arranca un curso para universitarios desempleados con beca de 75% del SMI

Arranca un curso para universitarios desempleados con beca de 75% del SMI

La Escuela Hispano-Marroquí de Negocios ha iniciado hoy un \’Curso de Experto en Creación de Empresas\’, para jóvenes universitarios menores de 30 años desempleados, los cuales serán becados con el 75 por ciento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) durante la duración del curso. En un comunicado de prensa, la Ciudad Autónoma ha informado de que este curso estará financiado en un cien por cien por la Consejería de Economía, Empleo y Turismo y será impartido por la Fundación Universidad de Granada.

Los alumnos son jóvenes universitarios desempleo, quienes recibirán una beca equivalente al 75 por ciento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Este curso tiene como objetivo estimular y fomentar entre el alumnado la cultura, el espíritu y la vocación empresarial como alternativa viable para el empleo.

La celebración de esta acción formativa permitirá al alumno los conocimientos y habilidades relacionados con la gestión empresarial, combinando el enfoque académico con la experiencia práctica, para lo que se dispone de un equipo docente de primera fila que se desplazará expresamente a Melilla para impartir las clases.

También formarán parte del profesorado profesionales y empresarios de otros puntos de España.

Con este curso se pondrá a disposición del alumno la información necesaria en las distintas áreas de gestión empresarial, así como jurídico-legal, de procedimientos administrativos, de fiscalidad o financiera para la creación de empresas.

En las próximas semanas dará comienzo el segundo de los cursos para desempleados universitarios programados por PROMESA y que se centrará en Internet como herramienta de Gestión y Marketing en la empresa.

Para ambos cursos el número de solicitudes ha superado de forma importante a las plazas ofertadas lo que en palabra de José María López Bueno, presidente de PROMESA, «demuestra la falta que hacían estos cursos en Melilla y el interés de los jóvenes melillenses en aprender cuando la oferta educativa es de calidad».
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Empiezan los trabajos para la instalación de la carpa sobre fosas de Alfacar

Empiezan los trabajos para la instalación de la carpa sobre fosas de Alfacar

Los preparativos para la instalación de la carpa que preservará la privacidad de los trabajos de excavación de las seis posibles fosas localizadas en terrenos del parque de Alfacar (Granada), entre ellas la que pudiera albergar los restos de Federico García Lorca, han empezado esta tarde en la zona.

En el lugar, voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada se emplean desde esta tarde en acotar la zona con una lona para proteger el perímetro del parque en el que se llevará a cabo la intervención, según ha comprobado Efe.

La actuación se completará en los próximos días con la instalación de los elementos móviles de la carpa, que tendrá una extensión de 10 por 20 metros y una altura de unos tres metros.

Se trata de una carpa articulable, para adaptarse a las características del terreno, que la Junta pretende usar en posteriores labores de exhumación, según la Consejería de Justicia.

En el caso de Alfacar, la carpa cubrirá en principio los 200 metros cuadrados en los que se sitúan las cuatro fosas calificadas por la Junta «de mayor interés» y sobre las que se intervendrá en una primera fase, pero dispondrá de una salida para adaptarse a los otros dos posibles enterramientos, que también se excavarán.

Esas seis posibles fosas fueron detectadas por el Instituto Andaluz de Geofísica durante las labores previas de exploración del terreno llevadas a cabo en el parque de Alfacar con georradar.

Según fuentes de la Consejería de Justicia, los trabajos de instalación de la carpa se prolongarán previsiblemente durante esta semana, por lo que es posible que a partir del próximo lunes empiecen las labores previas a la excavación.

Por otra parte, el director de la empresa Cóndor Georadar, Luis Avial, responsable del estudio privado que se hizo en la zona, ha lamentado las duras críticas del Instituto Andaluz de Geofísica, organismo al que la Junta de Andalucía le encargó el análisis oficial, que hizo públicas la consejera de Justicia, Begoña Álvarez.

Este experto ha señalado que se siente «insultado» por los comentarios «despectivos» trasladados por la titular de Justicia y ha informado de que se reserva el derecho de ejercer las acciones legales que le correspondan en caso de que no se rectifiquen «radicalmente».

«Han puesto en duda la realización real de esta prospección, mi profesionalidad y nada menos que acusándome de realizar informes falsos», ha sostenido a través de un comunicado remitido a Efe.

El Instituto Andaluz de Geofísica, dependiente de la Universidad de Granada, considera que el estudio hecho con georrádar por Avial se trató de un «montaje bastante burdo».
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Investigadores de la Universidad de Granada trabajan en un nuevo tratamiento de quimioterapia sin efectos adversos

Investigadores de la Universidad de Granada trabajan en un nuevo tratamiento de quimioterapia sin efectos adversos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) trabaja desde hace más de un año con la proteína onconasa en la búsqueda de la mutación de esta sustancia que logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales. Se trata de un proyecto de excelencia financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con 110.000 euros.

La iniciativa, dirigida por la investigadora María del Mar García Mira, del Departamento de Física Química de la UGR, surge después de conocer un estudio que se estaba llevando a cabo en Estados Unidos aplicando este elemento en ensayos clínicos con pacientes.

En estas pruebas los científicos comprobaron que se trataba de una proteína con alta efectividad contra determinados tipos de cáncer; sin embargo, la dificultad del organismo para eliminarla causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y en algunos casos la aparición de otras patologías como la insuficiencia renal.

García Mira entró en contacto con este grupo para tratar de estudiar la proteína y encontrar una mutación que, manteniendo la efectividad del elemento, mejorará su absorción por parte de los enfermos.

Para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan a través de un programa informático, pero también en el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria para después extraerla del microorganismo y purificarla, con el objetivo de identificar el grado de estabilidad, es decir, la facilidad para la eliminación que han logrado.

Para llevar a cabo este proceso tienen en cuenta unas pautas básicas sobre la actuación de esta sustancia. En este sentido García Mira explica que el organismo elimina una proteína cuando ésta se despliega a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centígrados. En el caso de la onconasa, no logra el despliegue hasta llegar a los 95, por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella.

Desde el laboratorio, los científicos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, ya que la modificación de estructura de la proteína puede provocar una reducción en los efectos positivos.

Próxima aplicación

El grupo comenzó en 2008 el trabajo con la onconasa para buscar una mayor efectividad en su aplicación como fármaco anticancerígeno. García Mira se muestra optimista respecto a los avances y espera que en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clínicos y en un futuro «no muy lejano» sea un fármaco que se aplique con normalidad.

«Aunque la utilización definitiva de la proteína es aún un proyecto de futuro, la reducción de los efectos negativos que provoca la quimioterapia convencional sería un gran avance», apunta la investigadora, quien añade que la eliminación de estos problemas asociados al tratamiento en pacientes delicados supone al mismo tiempo la eliminación de riesgos derivados de la quimioterapia.

Mira recuerda que en el tratamiento de este tipo de dolencias el factor psicológico adquiere una gran relevancia. En este sentido, explica que los ensayos clínicos con la onconasa han demostrado que se trata de un fármaco muy eficaz contra determinados tumores como el mesotelioma, un cáncer de difícil tratamiento que ataca el mesotelio, la capa que cubre la mayoría de los órganos, y que se suele dar en personas que han estado en contacto directo y habitual con aislantes térmicos.

La investigadora señala además que es una proteína «relativamente nueva» y que probablemente no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. En este sentido, apunta que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podría tener esta sustancia en tratamientos antivirales y más concretamente contra el VIH.
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Una proteína esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Una proteína esconde el secreto de la quimioterapia sin efectos adversos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada, que trabajan desde hace más de un año con la proteína onconasa, buscan encontrar la mutación de esta sustancia que logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales. Se trata de un proyecto de excelencia financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.

La iniciativa, dirigida por la investigadora María del Mar García Mira, del Departamento de Física Química de la UGR, (en la imagen) surge después de conocer un estudio que se estaba llevando a cabo en Estados Unidos aplicando este elemento en ensayos clínicos con pacientes, informa Andalucía Innova.

En estas pruebas los científicos comprobaron que se trataba de una proteína con alta efectividad contra determinados tipos de cáncer; sin embargo, la dificultad del organismo para eliminarla causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y en algunos casos la aparición de otras patologías como la insuficiencia renal. García Mira entró en contacto con este grupo para tratar de estudiar la proteína y encontrar una mutación que, manteniendo la efectividad del elemento, mejorará su absorción por parte de los enfermos.

Segçun informa la Universidad de Granada, para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan a través de un programa informático, pero también en el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria, para después extraerla del microorganismo y purificarla con el objetivo de identificar el grado de estabilidad, es decir, la facilidad para la eliminación que han logrado.

Para llevar a cabo este proceso tienen en cuenta unas pautas básicas sobre la actuación de esta sustancia. En este sentido García Mira explica que el organismo elimina una proteína cuando ésta se despliega a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centígrados. En el caso de la onconasa no logra el despliegue hasta llegar a los 95, por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella. Desde el laboratorio, los científicos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, ya que la modificación de estructura de la proteína puede provocar una reducción en los efectos positivos.

En 2008 comenzaron así el trabajo con la onconasa para buscar una mayor efectividad en su aplicación como fármaco anticancerígeno. García Mira se muestra optimista respecto a los avances y espera que en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clínicos y en un futuro «no muy lejano» sea un fármaco que se aplique con normalidad.

«Aunque la utilización definitiva de la proteína es aún un proyecto de futuro, la reducción de los efectos negativos que provoca la quimioterapia convencional sería un gran avance», apunta la investigadora y añade que la eliminación de estos problemas asociados al tratamiento en pacientes delicados supone al mismo tiempo la eliminación de riesgos derivados de la quimioterapia. Mira recuerda que en el tratamiento de este tipo de dolencias el factor psicológico adquiere una gran relevancia. En este sentido explica que los ensayos clínicos con la onconasa han demostrado que se trata de un fármaco muy eficaz contra determinados tumores como el mesotelioma, un cáncer de difícil tratamiento que ataca el mesotelio, la capa que cubre la mayoría de los órganos, y que se suele dar en personas que han estado en contacto directo y habitual con aislantes térmicos.

La investigadora señala además que es una proteína «relativamente nueva» y que probablemente no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. En este sentido apunta que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podría tener esta sustancia en tratamientos antivirales y más concretamente contra el VIH.
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Investigadores de la UGR desarrollan un nuevo tratamiento de quimioterapia «sin efectos adversos

Investigadores de la UGR desarrollan un nuevo tratamiento de quimioterapia «sin efectos adversos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR)se encuentran desarrollando un estudio para encontrar un nuevo tratamiento de quimioterapia, basado en la «alta eficacia» de la proteína denominada onconasa, pero que evite sus efectos adversos.

En este sentido, este proyecto de excelencia, financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, trabaja en la búsqueda de una mutación de dicha proteína onconasa, que «logre que desaparezcan los efectos adversos de los tratamientos antitumorales», según indicó Andalucía Innova en una nota.

La iniciativa, dirigida por la investigadora del Departamento de Física Química de la UGR María del Mar García Mira se basa en unos estudios desarrollados por un equipo de Estados Unidos sobre esta proteína, en los que se pone de manifiesto su «alta efectividad» contra determinados tipos de cáncer y la «dificultad» del organismo para eliminarla posteriormente, lo que causaba en los pacientes numerosos efectos adversos y, en algunos casos, la aparición de otras patologías como la insuficiencia renal.

Para encontrar la mutación, los investigadores granadinos trabajan con programas informáticos y desde el laboratorio, donde aplican la sustancia a una bacteria, para después extraerla del microorganismo y purificarla con el objetivo de identificar el grado de facilidad para su eliminación.

García Mira explicó que el organismo elimina una proteína cuando ésta se «despliega» a una temperatura máxima de aproximadamente 37 grados centígrados, mientras que la onconasa necesita 95 grados, «por lo que es muy complicado para el paciente deshacerse de ella». Desde el laboratorio, los científicos tratan de lograr que la temperatura se reduzca, pero sin que sea demasiado baja, «ya que la modificación de estructura de la proteína puede provocar una reducción en los efectos positivos».

La investigadora se mostró «optimista» respecto a los avances alcanzados y esperó que «en poco más de un año puedan comenzar los ensayos clínicos y en un futuro no muy lejano sea un fármaco que se aplique con normalidad».

Por último, afirmó que esta proteína es «relativamente nueva» y que «probablemente» no sólo sea efectiva contra el cáncer sino también con otro tipo de dolencias. Así, apuntó que ya se están realizando los primeros estudios sobre la eficacia que podría tener esta sustancia en tratamientos antivirales y, concretamente, contra el VIH.
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