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El Mundo

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Carvajal acapara casi un tercio de los actos de la Cátedra Lorca

Carvajal acapara casi un tercio de los actos de la Cátedra Lorca

El director dela cátedra Federico García Lorca de la Universidad, Antonio Carvajal, se incluye en varias actividades organizadas por él mismo, al menos en los últimos cuatro meses.

La gestión de Antonio Carvajal al frente de la Cátedra Federico García Lorca de la Universidad de Granada ha sido atacada en estos días por algunos profesores universitarios como los catedráticos Álvaro Salvador y Luis García Montero, que le acusan de utilizar la programación de la misma para «ajustar rencillas personales» más que con el objetivo de «realizar una oferta de calidad».

A estas declaraciones realizadas por García Montero tras la conferencia que ofreció José Antonio Fortes sobre Lorca, invitado por Antonio Carvajal, actividad que ha provocado un gran revuelo en el mundo universitario granadino y que se ha visto amplificada tras conocerse que Carvajal también había invitado a Fortes a un homenaje a al poeta Javier Egea, hay que sumar un cierto malestar entre algunos miembros de la comunidad universitaria.

Desde hace varios meses, algunas voces critican la gestión llevaba a cabo por Carvajal al frente de la cátedra y consideran que el profesor de Métrica de la UGR está empleando este cargo «para promocionarse» al «autoprogramarse» en actividades académicas y artísticas. De hecho, el pasado diciembre, muchos profesores universitarios, alumnos, escritores y personas relacionadas con el mundo de la cultura recibieron un correo electrónico que bajo el título de ‘¿Quiénes son la mafia?’ , atacaba duramente a Carvajal, al que se acusaba de dedicarse «no a programar actos y conferencias que interesen a la comunidad universitaria, sino actos y conferencias que interesan a su carrera literaria», ya que, según este correo, «no invita a quienes pueda interesar oír por su prestigio o su actualidad en el panorama literario actual, sino a aquellos que han escrito algo sobre su obra o que tienen posibilidad de escribirlo».

Este periódico ha podido comprobar que Antonio Carvajal ha participado –según la programación disponible en la web de la UGR– como conferenciante o lector de poemas en al menos cinco actos programados por la Cátedra García Lorca, que él mismo dirige, en los últimos cuatro meses, independientemente de las actividades en las que ha participado como presentador, algo que se considera habitual al ser el responsable de la organización de las actividades.

En la web de la Cátedra García Lorca, durante este período de tiempo, se reseñan un total de 17 actividades organizadas, por lo que Antonio Carvajal habría participado como ‘invitado’ en casi un tercio de la actividad diseñada por él mismo. El 29 de enero de 2009 Carvajal aparecía en la programación de un recital poético-musical en la Casa de la Cultura de Pulianas en el que el director de la Cátedra García Lorca, institución que aparece como organizadora del encuentro, leyó poemas de Gustavo Adolfo Bécquer, Juan Ramón Jiménez, así como algunos de su propia autoría, acompañado al piano por Guillermo González.

Justo al día siguiente el poeta y profesor volvía a ejercer de recitador en un nuevo acto programado por él mismo, esta vez en Peligros, en la inauguración del Teatro Pablo Neruda, donde el granadino prestó su voz a los versos del poeta chileno acompañado nuevamente al piano por González. Antonio Carvajal volvió a aparecer en la programación de la cátedra que él mismo dirige el 4 de marzo, como conferenciante en una charla titulada ‘Los romances de Federico García Lorca’, que se celebró en en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real.

‘La música de Juan Ramón Jiménez’ fue el título del recital que se reseña en el programa en la página web de la UGR en la que aparece de nuevo como lector el poeta y profesor Antonio Carvajal, acompañado al piano por Belén González y Javier Cembellín, en un acto organizado por la Cátedra Federico García Lorca que se celebró en el Colegio Santos Bartolomé y Santiago el 18 de marzo.

El acto más reciente programado por Antonio Carvajal en el que se incluye como participante tuvo lugar el pasado 23 de abril, en la Facultad de Medicina. La web de la Universidad de Granada señala al poeta como lector en el estreno de ‘Cinco poemas del Romancero Gitano’, de Jean Dominique Krynen, dentro del ciclo en el que se conmemoraban los 80 años de la publicación de ‘Romancero Gitano’ de Federico García Lorca y en el que José Antonio Fortes pronunció su polémica conferencia.
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Diseñan dispositivos para proteger los edificios frente a los terremotos

Diseñan dispositivos para proteger los edificios frente a los terremotos

Mejorar la construcción de los edificios para minimizar los efectos de los seísmos. Ese es el objetivo que desde hace tiempo se han marcado los Investigadores del Departamento de Estructuras e Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada (UGR), que acaban de desarrollar el diseño de disipadores de energía, es decir, dispositivos que actúan como los fusibles de una instalación eléctrica durante un terremoto, haciendo que las estructuras de los edificios soporten mejor el movimiento.

En una nota, Andalucía Innova indicó que los expertos de la UGR proponen tecnologías de «bajo coste, fáciles de instalar y con sistemas para evaluar su vida útil». Esta tecnología de disipación pasiva de energía reduce la vulnerabilidad sísmica en estructuras proyectadas con normas sísmicas antiguas, según explicó. Además, en el caso de construcciones de nueva planta, mejora y aumenta los niveles de comportamiento para que, en caso de seísmo, concentren el daño en el disipador y protejan de esta forma al resto de la edificación.
El uso de disipadores de energía está muy extendido en Japón, Estados Unidos y algunos países europeos, «pero no ocurre lo mismo en España». La novedad de los dispositivos que están desarrollando en la Universidad de Granada radica en mejoras como su bajo coste, su facilidad de instalación y la posibilidad de predecir cuándo van a romperse, es decir, su capacidad límite.
La investigación se completa con una línea de actuación centrada en marketing industrial orientada a facilitar la implementación del nuevo producto en el mercado. Según el director del proyecto, Amadeo Benavent, se pretende «plantear un modelo mediante encuestas a profesionales como ingenieros y arquitectos, con el objetivo de crear una tecnología con sello andaluz para exportar al ámbito nacional y extranjero».
Simulación de seísmos
La metodología para desarrollar los nuevos disipadores tiene una parte experimental y otra numérica o de análisis. La primera incluye ensayos dinámicos en la nueva mesa sísmica instalada a finales de 2008 en el Laboratorio de Estructuras de la Universidad de Granada.
Este sistema, único en Andalucía y segundo en España por su tamaño (3×3 metros) y prestaciones, permite simular terremotos reales sobre modelos a escala de edificios y evaluar la eficacia de los disipadores.
Dentro del apartado numérico se incluye el tratamiento avanzado de señales y simulaciones numéricas con un nuevo modelo de daño ideado por los mismos investigadores en trabajos anteriores. Con él se pretende predecir la resistencia sísmica de las construcciones, es decir, qué cantidad de energía son capaces de absorber los edificios sin derrumbarse.
Esta iniciativa constituye un Proyecto de Excelencia de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa que ha recibido una financiación de 569.668 euros.
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Los alumnos de la ESO ven el maltrato escolar como algo natural

Los alumnos de la ESO ven el maltrato escolar como algo natural

«Algo que ocurre desde siempre y que va a continuar». Ésta es la visión que tienen del acoso escolar o bullying los 1.237 niños granadinos y portugueses, de entre 11 y 16 años, que ha entrevistado María Jesús Caurcel, integrante del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, para elaborar su tesis doctoral.

«Dar voz a sus protagonistas» y «descubrir los pensamientos de los adolescentes sobre el maltrato escolar» motivó a esta joven a investigar dicho fenómeno, siempre analizado por profesores y padres.

El trabajo arroja «una visión negativa» del asunto, según valora su autora. La investigación indica que estos incidentes son frecuentes en el 55% de las escuelas estudiadas, ya sean públicas, privadas o concertadas; y de procedencia lusa o española. En todos los centros se han hallado ejemplos de cada comportamiento de victimización. Las tasas de incidencia apuntan a un 7,3% de víctimas, un 8,5% de agresores y un 84,1% de espectadores, que son aquéllos que presencian los incidentes sin decantarse por ninguno de sus protagonistas. Las víctimas son vistas como «personas pasivas y socialmente incompetentes» y a los agresores como «personas fuertes, valientes y extrovertidas».

Uno de los resultados que más sorprendió a Caurcel fue que, al mostrar a los alumnos una historieta con escenas de acoso, el 21,5% de los chicos reaccionaran con «indiferencia». La aprobación de estos actos (17,4%), por parte de los agresores y su entorno, y el rechazo, por parte de la mayoría, «era algo previsible, pero no la indiferencia».

La investigación muestra que las chicas, «más sensibles», critican estas actitudes y se identifican con las víctimas. En cambio, la mayoría de los niños opina que las víctimas «deberían avergonzarse y sentirse culpables». María Jesús Caurcel cree que hay que cambiar su mentalidad «interviniendo en las aulas desde Infantil para inculcar tolerancia y compromiso social». Su propuesta es implantar una asignatura como Educación Para la Ciudadanía, «con la que coincido porque hay que enseñar a los chavales a convivir». Las tutorías son otra opción.
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Los alumnos de la ESO ven el maltrato escolar como algo natural

Los alumnos de la ESO ven el maltrato escolar como algo natural

El cabeza de lista del PSOE a las elecciones europeas, Juan Fernando López Aguilar, abrirá mañana jueves el I Congreso sobre Participación y Democracia en la Unión Europea que organiza la Universidad de Almería, Europe Direct Almería y la Diputación provincial.

López Aguilar intervendrá en la sesión inaugural con una conferencia titulada «Democracia y participación en la Unión Europea». La próxima semana, el congreso tendrá continuidad con dos nuevas sesiones: el jueves 14 de mayo, está prevista la participación de Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo y se espera contar también con la presencia de Soledad Becerril, nombrada por Leopoldo Calvo Sotelo ministra de Cultura en 1981. Becerril fue la primera mujer que accedió al Consejo de Ministros desde la II República. En la actualidad forma parte de la candidatura del Partido Popular al Parlamento europeo.

El viernes 15, el Catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Granada Javier Roldán Barbero impartirá una conferencia sobre el sistema institucional en la Unión Europea, en tanto que la conferencia de clausura está previsto que la ofrezca el presidente del Consejo Consultivo de Andalucía y Catedrático de Derecho Constitucional de la UAL, Juan Cano Bueso.
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Los adolescentes valoran el maltrato escolar como algo «natural» y aíslan a la víctima

Los adolescentes valoran el maltrato escolar como algo «natural» y aíslan a la víctima

Califican al agresor como una «persona fuerte, valiente y extrovertida»
Un estudio de la UGR destaca que el alumnado cree que «esto seguirá»

Resultados preocupantes. Los adolescentes creen que el maltrato escolar «ocurre desde siempre y continuará». Eso no es todo, «el maltrato se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano de la interacción entre los grupos de iguales, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social». Los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima.
Son parte de las conclusiones de una tesis doctoral realizada en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada (UGR), que advierte de que, desde un punto de vista de la acción psicopedagógica, «es necesario demostrar al chaval que estos actos no tienen que continuar para siempre, y que se puede hacer algo para terminar con ellos», a través de programas educativos más completos.
Este trabajo, cuyo objetivo era conocer la representación y valoraciones que los adolescentes hacen sobre el fenómeno del maltrato entre iguales, ha sido realizado por la profesora Mª Jesús Caurcel Cara, y dirigido por los profesores Fernando Justicia (UGR), Ana Mª Tomás (Universidade do Minho, Portugal) y Mª del Carmen Pichardo (UGR). Ha sido una tesis europea desarrollada en dos idiomas. Se ha realizado durante más de cuatro años y medio.
Para llevarlo a cabo, los autores encuestaron a 1.237 niños de entre 11 y 16 años de Granada y Braga (Portugal), a quienes se aplicó un cuestionario para conocer su percepción sobre el \’bullying\’. Así, los investigadores constataron que, en los centros escolares estudiados, existen comportamientos de victimización con una tasa de incidencia de 7,3% de víctimas, 8,5% de agresores y 84,1% de niños \’espectadores\’, según se informa en un comunicado.
El cuestionario aplicado a los niños reveló que, para describir a los protagonistas del maltrato, los participantes se sirven de estereotipos sociales, caracterizando a la víctima como una persona pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad. Todo lo contrario ocurre con el agresor, los calificativos son de una persona fuerte, valiente, extrovertida que experimenta estados emocionales agradables -victimizador feliz- que le dan poder y confianza en sí mismo, refuerzan su estatus en el grupo e inhiben otras motivaciones sociales para terminar con los abusos.
La investigación realizada en la UGR también ha demostrado que existen diferencias de sexo en la percepción social que los escolares tienen del maltrato entre iguales. Las chicas condenan los abusos de una forma más crítica, reaccionan ante ellos con emociones desagradables, rechazan este tipo de situaciones y muestran más empatía hacia la víctima.
Por su parte, los chicos resaltaban en sus categorizaciones la vulnerabilidad y responsabilidad moral de la víctima, al afirmar que «debería sentirse culpable y avergonzada».
En función de la edad de los participantes en el estudio, las diferencias más marcadas se encontraron entre los preadolescentes de 11 y 12 años y los de 15, en adelante. «La percepción de la vulnerabilidad de las víctimas y la intensificación del rechazo contra los agresores se acentúan conforme los adolescentes crecen, lo que se debe a una mayor interiorización de las normas sociales por los niños», sentencia Caurcel.
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Acoso escolar: la historia de nunca acabar

Acoso escolar: la historia de nunca acabar

EL acoso escolar es un fenómeno con cierto arraigo entre los estudiantes, que se muestran «resignados y pesimistas» ante este fenómeno, lo que deja pocas puertas abiertas para combatirlo. Al menos es lo que se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Granada entre adolescentes españoles y portugueses, en el que se destaca además que la víctima suele ser vista como «socialmente incompetente» frente al estereotipo de persona fuerte y alegre.

El estudio ha sido realizado entre alumnos de Granada y Braga (Portugal) por el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, y sus resultados han sido publicados en varios medios especializados.
Según la profesora responsable del informe, Maria Jesús Caurcel, la mayoría de los adolescentes cree que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar «es algo que ocurre desde siempre y que además va a continuar».
«El acoso o bullying se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social», explica Caurcel, quien subraya que «los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima».
Lacra social
En este sentido, el elemento más preocupante es que un elevado número de los más de 1.200 alumnos encuestados presentan «una visión negativa, pesimista y de resignación» ante esta lacra social, por lo que la responsable del informe alerta de las dificultades de los pedagogos para intervenir ante esta situación y ponerle freno.
Por ello, la docente advierte que es necesario «demostrar a los chavales que este tipo de actos no tienen que continuar para siempre, y que se puede hacer algo para terminar con ellos», especialmente a través de programas educativos más completos.
Según los datos aportados por los alumnos de entre 11 y 16 años, los alumnos recurren a estereotipos sociales para describir a los protagonistas del maltrato. Así, representan a la víctima como una persona «pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad».
Por el contrario, el agresor es visto como «una persona fuerte, valiente, extrovertida que experimenta estados emocionales agradables», una especie de «victimizador feliz» en palabras de Caurcel al que sus actos «le dan poder y confianza en sí mismo y refuerzan su estatus en el grupo», aunque inhiben otras motivaciones sociales para terminar con los abusos.
Victimización
Los investigadores han constatado que, en los centros escolares estudiados, existen comportamientos de victimización con una tasa de incidencia de 7,3 por ciento de víctimas, mientras que el 8,5 por ciento son agresores y 84,1 por ciento de niños se limitan a ser espectadores.
El informe pone de manifiesto que existen diferentes percepciones del fenómeno según el sexo y la edad de los alumnos.
Así, las chicas condenan los abusos «de una forma más crítica», reaccionan ante ellos con emociones desagradables. Reflexionan sobre la víctima», ya que la describen con cualidades positivas y «reconocen su sufrimiento». Mientras, los chicos resaltan la vulnerabilidad y responsabilidad moral de la víctima, de la que llegan a señalar que «debería sentirse culpable y avergonzada».
Rechazo
Respecto a la edad, el informe constata que a medida que crecen «se acentúa la idea de vulnerabilidad de las víctimas y se intensifica el rechazo contra los agresores», algo que los investigadores achacan a una mayor interiorización de las normas sociales por parte de los niños.
Caurcel destaca que este informe ha sido una herramienta fundamental para hallar asociaciones, regularidades y factores de riesgo y de protección, que la comunidad educativa podrán usar como punto de partida para buscar una respuesta adecuada y realista al fenómeno del acoso escolar y ayudar a los escolares a salir adelante con sus propios medios.
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Los adolescentes ven el acoso en la escuela como algo natural que «ocurre desde siempre»

Los adolescentes ven el acoso en la escuela como algo natural que «ocurre desde siempre»

El acoso escolar es un fenómeno con cierto arraigo entre los estudiantes, que se muestran «resignados y pesimistas» ante este fenómeno, lo que deja pocas puertas abiertas para combatirlo. Al menos es lo que se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Granada entre adolescentes españoles y portugueses, en el que se destaca además que la víctima suele ser vista como «socialmente incompetente» frente al estereotipo de persona fuerte y alegre.

El estudio ha sido realizado entre alumnos de Granada y Braga (Portugal) por el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, y sus resultados han sido publicados en varios medios especializados. Según la profesora responsable del informe, María Jesús Caurcel, la mayoría de los adolescentes cree que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar «es algo que ocurre desde siempre y que además va a continuar».
«El acoso se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social», explica Caurcel, quien subraya que «los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima». El elemento más preocupante es que un elevado número de los más de 1.200 alumnos encuestados presentan «una visión negativa, pesimista y de resignación» ante esta lacra social, por lo que la responsable del informe alerta de las dificultades de los pedagogos para intervenir.
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Los adolescentes perciben el acoso escolar como algo natural que ocurre «desde siempre»

Los adolescentes perciben el acoso escolar como algo natural que ocurre «desde siempre»

El acoso escolar es un fenómeno con cierto arraigo entre los estudiantes, que se muestran «resignados y pesimistas» ante este fenómeno, lo que deja pocas puertas abiertas para combatirlo. Al menos eso es lo que se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Granada entre adolescentes españoles y portugueses, en el que se destaca, además, que la víctima suele ser vista como «socialmente incompetente» frente al estereotipo de persona fuerte y alegre.

El estudio ha sido realizado entre alumnos de Granada y Braga (Portugal) por el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, y sus resultados han sido publicados en varios medios especializados. Según la profesora responsable del informe, Maria Jesús Caurcel, la mayoría de los adolescentes cree que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar no sólo «es algo que ocurre desde siempre» sino que además va a continuar».
«El acoso o bullying se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social», explica Caurcel, quien subraya que «los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima».
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Los escolares ven «natural» el acoso

Los escolares ven «natural» el acoso

El acoso escolar es un fenómeno con cierto arraigo entre los estudiantes, que se muestran «resignados y pesimistas» ante este fenómeno, lo que deja pocas puertas abiertas para combatirlo. Así se desprende de un estudio realizado por la Universidad de Granada entre más de 1.200 adolescentes en el que se destaca que la víctima suele ser vista como una persona «socialmente incompetente», frente al estereotipo de «valiente y extrovertido» del agresor. Según la profesora responsable del informe, María Jesús Caurcel, la mayoría de los alumnos cree que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar «es algo que ocurre desde siempre y que además va a continuar».

«El acoso o bullying se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social», explica Caurcel, quien subraya que los estudiantes «apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima».
En este sentido, el elemento más preocupante es que un elevado número de los más de 1.200 alumnos encuestados presentan «una visión negativa, pesimista y de resignación» ante esta lacra social, por lo que la responsable del informe alerta de las dificultades de los pedagogos para intervenir ante esta situación y ponerle freno. Por ello, la experta advierte de que es necesario «demostrar a los chavales que este tipo de actos no tienen que continuar para siempre, y que se puede hacer algo para terminar con ellos», especialmente a través de programas educativos más completos.
Según los datos aportados por los alumnos de entre 11 y 16 años, éstos recurren a estereotipos sociales para describir a los protagonistas del maltrato. Así, representan a la víctima como una persona «pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad».
Por el contrario, el agresor es visto como «una persona fuerte, valiente, extrovertida que experimenta estados emocionales agradables», una especie de «victimizador feliz» en palabras de Caurcel, al que sus actos «le dan poder y confianza en sí mismo y refuerzan su estatus en el grupo», aunque inhiben otras motivaciones sociales para terminar con los abusos.
Los investigadores han constatado que en los centros escolares estudiados existen comportamientos de victimización con una tasa de incidencia de 7,3% de víctimas, mientras que el 8,5% son agresores y 84,1% de niños se limitan a ser espectadores.
Diferente percepción
El informe pone de manifiesto que existen diferentes percepciones del fenómeno según el sexo y la edad de los alumnos. Así, las chicas condenan los abusos «de una forma más crítica», reaccionan ante ellos con emociones desagradables. Apoyan a la víctima, ya que la describen con cualidades positivas y «reconocen su sufrimiento». Mientras, los chavales resaltan la vulnerabilidad y responsabilidad moral del acosado, del que llegan a decir que «debería sentirse culpable y avergonzado».
Respecto a la edad, el informe constata que a medida que crecen «se acentúa la idea de vulnerabilidad de las víctimas y se intensifica el rechazo contra los agresores», algo que los investigadores achacan a una «mayor interiorización» de las normas sociales por parte de los niños.
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Los adolescentes creen que el maltrato escolar ocurre desde siempre

Los adolescentes creen que el maltrato escolar ocurre desde siempre

La mayoría de los adolescentes cree que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar «es algo que ocurre desde siempre y que además va a continuar», y presenta «una visión negativa, pesimista y de resignación» ante esta lacra social, lo que dificulta la intervención y deja pocas esperanzas para su erradicación, según un estudio realizado en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada.

Este trabajo, cuyo objetivo era conocer la representación que los adolescentes hacen acerca del maltrato entre iguales o bullying, se basa en una encuesta a una muestra de 1.237 niños de entre 11 y 16 años. Así, los investigadores constatan que, en los centros estudiados, existen comportamientos de victimización con una tasa de incidencia del 7,3% de víctimas, 8,5% de agresores y 84,1% de niños que intervienen como espectadores. El estudio advierte, además, de que es necesario demostrar a los chavales que estos actos «no tienen que continuar para siempre, y que se puede hacer algo para terminar con ellos».

Para la autora de la investigación, María Jesús Caurcel, el maltrato se incorpora «cada vez más» al bagaje cotidiano de la interacción entre grupos de iguales, y se considera «como algo natural, que goza de cierta aprobación social». «Los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima», alerta.

El cuestionario reveló que los participantes se sirven de estereotipos sociales, caracterizando a la víctima como una persona pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad. Sin embargo, identifican al agresor como alguien fuerte, valiente, extrovertido y que experimenta estados emocionales agradables, que le dan poder.
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