El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo. Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del Noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado, según estudio

El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado, según estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del Noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado

El riesgo de anisakiasis varía según procedencia del pescado

Un estudio realizado por investigadores de la UGR recomienda congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han confirmado una mayor presencia del parásito \’Anisakis spp\’ en los boquerones de la costa sureste del Atlántico y noroeste del Mediterráneo, lo que revela que el riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según informó hoy en una nota la citada institución académica.

Por ello, los autores de este trabajo, que se ha publicado en \’International Journal of Food Microbiology\’, insisten en congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo, ya que este parásito sigue estando en uno de los platos más representativos de la gastronomía mediterránea: los boquerones en vinagre. De hecho, recuerdan que, aunque la Unión Europea (UE) y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo, «la preparación casera de los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a menos 20 grados centígrados»- Estos investigadores, que ha detectado larvas de \’Anisakis spp\’ y de otro parásito similar, \’Hysterothylacium aduncum\’, en boquerones del oeste del Mar Mediterráneo y del este del Océano Atlántico, reiteran así que el riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de boquerones «puede estar influenciado por la zona geográfica de captura, pues hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas», explicó a la plataforma SINC Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR. En el estudio se han analizado 792 boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria). Según los investigadores, el parásito \’Hysterothylacium aduncum\’ fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria. En los boquerones capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho), el Anisakis es más frecuente que los que proceden de la zona mediterránea (Mar de Alborán), «según parece por la presencia de cetáceos», apuntó Valero. «Esta relación es especialmente evidente en los boquerones procedentes del Mar de Liguria, donde la presencia de Anisakis y de cetáceos es mayor que en el resto de las zonas estudiadas», subrayó por su parte Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR. Esto supone un riesgo mayor para los consumidores, si no congelan el pescado. LOS MÚSCULOS DEL PEZ, HÁBITAT DE LAS LARVAS Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, «la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre». Así, han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto más largo sea el pez. «Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo», añade Adroher. Con todo, Valero y su equipo insisten en la necesidad de que se emprendan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar la salud humana. De esta forma, se determinará si la abundancia del parásito en ciertas zonas varía con el tiempo, «lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos».
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han confirmado una mayor presencia del parásito «Anisakis spp» en los boquerones de la costa sureste del Atlántico y noroeste del Mediterráneo, lo que revela que el riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según informó hoy en una nota la citada institución académica. Por ello, los autores de este trabajo, que se ha publicado en «International Journal of Food Microbiology», insisten en congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo, ya que este parásito sigue estando en uno de los platos más representativos de la gastronomía mediterránea: los boquerones en vinagre. De hecho, recuerdan que, aunque la Unión Europea (UE) y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo, «la preparación casera de los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a menos 20 grados centígrados»- Estos investigadores, que ha detectado larvas de «Anisakis spp» y de otro parásito similar, «Hysterothylacium aduncum», en boquerones del oeste del Mar Mediterráneo y del este del Océano Atlántico, reiteran así que el riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de boquerones «puede estar influenciado por la zona geográfica de captura, pues hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas», explicó a la plataforma SINC Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR. En el estudio se han analizado 792 boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria). Según los investigadores, el parásito «Hysterothylacium aduncum» fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria. En los boquerones capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho), el Anisakis es más frecuente que los que proceden de la zona mediterránea (Mar de Alborán), «según parece por la presencia de cetáceos», apuntó Valero. «Esta relación es especialmente evidente en los boquerones procedentes del Mar de Liguria, donde la presencia de Anisakis y de cetáceos es mayor que en el resto de las zonas estudiadas», subrayó por su parte Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR. Esto supone un riesgo mayor para los consumidores, si no congelan el pescado. LOS MÚSCULOS DEL PEZ, HÁBITAT DE LAS LARVAS Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, «la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre». Así, han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto más largo sea el pez. «Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo», añade Adroher. Con todo, Valero y su equipo insisten en la necesidad de que se emprendan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar la salud humana. De esta forma, se determinará si la abundancia del parásito en ciertas zonas varía con el tiempo, «lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos».
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio de la UGR

Por ello, los autores de este trabajo, que se ha publicado en \’International Journal of Food Microbiology\’, insisten en congelar o cocinar el pescado antes de consumirlo, ya que este parásito sigue estando en uno de los platos más representativos de la gastronomía mediterránea: los boquerones en vinagre.

De hecho, recuerdan que, aunque la Unión Europea (UE) y las normas españolas obligan a los restaurantes a congelar el pescado que se consume crudo, \’la preparación casera de los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar los boquerones al menos 24 horas a menos 20 grados centígrados\’-

Estos investigadores, que ha detectado larvas de \’Anisakis spp\’ y de otro parásito similar, \’Hysterothylacium aduncum\’, en boquerones del oeste del Mar Mediterráneo y del este del Océano Atlántico, reiteran así que el riesgo de contraer una anisakiasis por ingestión de boquerones \’puede estar influenciado por la zona geográfica de captura, pues hay una gran variación en la parasitación (prevalencia e intensidad media) de los boquerones de diferentes áreas\’, explicó a la plataforma SINC Adela Valero, autora principal e investigadora del Departamento de Parasitología de la UGR.

En el estudio se han analizado 792 boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre 1999 en el mercado de pescado de Granada. La mitad procedía del este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y los otros 396 del oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, el parásito \’Hysterothylacium aduncum\’ fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, en concreto el Golfo de León y el Mar de Liguria.

En los boquerones capturados en la zona atlántica del Estrecho de Gibraltar (Golfo de Cádiz y el propio Estrecho), el Anisakis es más frecuente que los que proceden de la zona mediterránea (Mar de Alborán), \’según parece por la presencia de cetáceos\’, apuntó Valero.

\’Esta relación es especialmente evidente en los boquerones procedentes del Mar de Liguria, donde la presencia de Anisakis y de cetáceos es mayor que en el resto de las zonas estudiadas\’, subrayó por su parte Francisco Javier Adroher, otro de los autores e investigador de la UGR. Esto supone un riesgo mayor para los consumidores, si no congelan el pescado.

LOS MÚSCULOS DEL PEZ, HÁBITAT DE LAS LARVAS

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez. Según los científicos, \’la mayor presencia del parásito en el músculo aumenta el riesgo de contraer anisakiasis con el consumo de boquerones en vinagre\’.

Así, han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto más largo sea el pez. \’Como los boquerones en vinagre se preparan con los más grandes, también aumenta el riesgo\’, añade Adroher.

Con todo, Valero y su equipo insisten en la necesidad de que se emprendan más estudios para identificar las áreas marinas con mayor presencia de parásitos, y que pueden afectar la salud humana. De esta forma, se determinará si la abundancia del parásito en ciertas zonas varía con el tiempo, \’lo que permitiría diseñar y aplicar medidas que limiten la exposición de los humanos a los parásitos\’.
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Investigadores andaluces desarrollan una nueva técnica forense para datar la fecha exacta de la muerte

Investigadores andaluces desarrollan una nueva técnica forense para datar la fecha exacta de la muerte

La investigadora malagueña Isabel Fernández Corcobado ha desarrollado una nueva técnica para datar la muerte, basada en el estudio de bacterias muy habituales en la microflora de la piel humana. El trabajo ha sido realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Granada (UGR), la Estación Experimental del Zaidín (CSIC), el Instituto de Medicina Legal de Granada y la empresa Álava Ingenieros S.A., con motivo del desarrollo de la tesis doctoral de la investigadora.

La nueva técnica forense se basa en la estimación del crecimiento de la bacteria «propionibacterium acnes» y su relación con el tiempo transcurrido tras el momento de la muerte del organismo humano. Esta técnica aporta nueva metodología y protocolo de actuación forenses que simplifican y facilitan los peritajes de los especialistas.

Al mismo tiempo, se ha mejorado el método para el control de la temperatura corporal cadavérica a través del uso de novedosos sistemas de termografía infrarroja. El nuevo sistema para la medición de la temperatura aporta mayor precisión y asepsia que los tradicionales instrumentos de medida de temperatura corporal empleados durante el diagnóstico forense.

La técnica tiene un gran interés en el campo de la criminalística, ya que utiliza métodos hasta ahora no abordados que se basan en la termomicrobiología y pueden ser muy efectivos en muertes no naturales y crímenes.

«Propionibacterium acnes» es una bacteria que vive en nuestra piel y que está relacionada con infecciones dérmicas como las que originan el acné o los granos, y algunas otras afecciones más específicas. En este sentido, se podría pensar que su existencia en la microflora natural del organismo supone un perjuicio para la salud humana, pero con el desarrollo de este descubrimiento se le ha encontrado una aplicación beneficiosa.

El desarrollo de esta investigación se sustenta exclusivamente en la iniciativa personal de Isabel Fernández, que contactó de forma específica con cada uno de los investigadores granadinos y la empresa madrileña, dadas su enorme experiencia y dedicación en el tema.

Metodología

Las conclusiones del trabajo se apoyan en el desarrollo de una rigurosa metodología para la aplicación del conocimiento biológico básico y una meticulosa fase de trabajo de campo. De este modo, se han analizado 240 muestras de microorganismos en cadáveres, facilitadas por el Instituto de Medicina Legal de Granada, y 352 muestras de sujetos vivos donantes.

En este sentido, el estudio de todos los procesos y muestras ha resultado de la dirección y asesoramiento de Miguel Botella, experto del Laboratorio de Antropología de la UGR; María Teresa Miranda, del departamento de Bioestadística de la misma universidad; Elisa María Cabrerizo y José de la Higuera, del Instituto de Medicina Legal, y Eulogio Bedmar del departamento de Microbiología del Suelo y Sistemas Simbióticos de la granadina Estación Experimental del Zaidín.

Por su parte, el empleo de instrumental puntero en termografía ha sido posible gracias a la colaboración desinteresada de la empresa madrileña Álava Ingenieros S.A. En concreto, se han empleado cámaras de termografía infrarroja, ya conocidas en los ámbitos de investigación, pero no utilizadas antes en estudios de este tipo. Esta herramienta proporciona una sensibilidad en las medidas térmicas de 0,08ºC, frente al 1ºC que ofrecen los actuales termómetros de mercurio y sondas de penetración empleados en las peritaciones forenses, por lo que claramente podrían sustituir a éstos.
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El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de anisakiasis varía según la procedencia del pescado, según un estudio

El riesgo de contraer una anisakiasis varía dependiendo de la zona de procedencia del pescado según se ha confirmado en un estudio desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que recomienda congelarlo o cocinarlo siempre antes de consumirlo.

Este trabajo ha detectado una gran variación en la presencia del parásito \’Anisakis spp\’ en los boquerones según la zona de captura, de forma que es mayor en los que han sido pescados en la costa Sureste del Atlántico y Noroeste del Mediterráneo, ha informado hoy en un comunicado la UGR.

Por eso, la investigadora del Departamento de Parasitología de la universidad granadina y principal investigadora de este estudio, Adela Valero, recuerda que la preparación casera de un plato tan mediterráneo como los boquerones en vinagre mantiene el riesgo de anisakiasis, si previamente no se adquiere la costumbre de congelar el pescado al menos 24 horas a -20 grados centígrados.

En el estudio, publicado recientemente en International Journal of Food Microbiology, se han analizado unos ochocientos boquerones obtenidos de octubre de 1998 a septiembre de 1999 en el mercado de pescado de Granada.

La mitad de ellos procedía del Este del Océano Atlántico (Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar) y la otra mitad del Oeste del Mar Mediterráneo (Mar de Alborán, Mar Catalán, Golfo de León y Mar de Liguria).

Según los investigadores, la presencia de los parásitos que provocan la anisakiasis -anisakis spp e hysterothylacium aduncum- fue más frecuente en los boquerones del noroeste del Mediterráneo, la zona atlántica del Estrecho y el Mar de Alborán, en este último caso, debido a la presencia de cetáceos, destaca Valero.

Otro factor que aumenta la probabilidad de infección por el parásito es la migración de la larva al músculo del pez, ya que según los científicos, la mayor presencia del parásito en el músculo del pez aumenta el riesgo de contraer la enfermedad con el consumo de boquerones en vinagre.

Los investigadores de la UGR han demostrado también que la presencia del parásito en los peces aumenta cuanto mayor sea su longitud.
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