El misterio de Colón, ¿quién era?

El misterio de Colón, ¿quién era?

Según la versión oficial, Colón nació en Génova el año 1451, hijo de Domenico Colombo y Susana Fontanarossa. Con menos de 20 años ya navegaba. Estuvo en Portugal, Islandia, Irlanda y Madeira. En 1479 se casó con Felipa Muniz de Perestrello, una noble portuguesa. Colón, además de marino, era cartógrafo y comerciante, lo que le permitía hacer tantos viajes.Que la tierra era redonda se sabía desde la Grecia Clásica, y Colón propuso a Juan II de Portugal la vía occidental para llegar a las Indias (China y Japón). Un reportaje de Ocultismo y Conspiración.

Tras varios rechazos de sus propuestas en diversas monarquías del occidente europeo, consiguió, mediante la ayuda de los monjes del monasterio de La Rábida, el patrocinio de los Reyes Católicos.

En 1492 llegó a América. El resto hasta su muerte en Valladolid el 20 de mayo de 1506 es de sobra conocido.

Pero el nacimiento y juventud de Colón, así como sus restos una vez fallecido, muestran dudas, un halo de misterio sin resolver plagado de intereses por apropiarse tanto de sus restos, como de su lugar de nacimiento. Detrás de todo, siempre está la sombra del nacionalismo.

¿Dónde nació Colón?

Como ya hemos dicho, la versión oficial cuenta que nació en Génova. La Universidad de Granada, en una investigación dirigida por el doctor Lorente, está tratando de obtener un mapa genético del apellido Colón en las diversas zonas donde se dice que el almirante nació. El estudio se hace en base a la comparación del ADN de personas con apellidos similares a Colón. Muchos se han ofrecido para el estudio.

Lo que parece claro es que no era ni italiano ni español, porque ambos estados no existían en el momento de su nacimiento. También parece claro que se formó como marino en Portugal.

Entre los diferentes posibles orígenes de Colón, se encuentran: Génova, Portugal, Cataluña, Pontevedra, Mallorca, Ibiza, Córcega, Grecia y que era judío. Las dos líneas más consolidadas son la portuguesa y la catalana además de la genovesa que es la más probable según los historiadores.

Cristoforo Colombo era genovés:
Es la teoría oficial y más aceptada. En Génova hay una casa a la que se le atribuye la residencia de juventud de Colón. Esta hipótesis se sustenta principalmente en una carta manuscrita por el almirante en el que él mismo decía ser genovés.
Siendo tal, parecería absurdo investigar más. Aquí es donde entra la teoría de la conspiración. Los críticos o incrédulos con esta hipótesis afirman que la autoría de esa carta no es demostrable, es más, según ellos, otros documentos atribuidos a Colón tienen otro tipo de letra. Además, el hecho de que no haya ningún documento de Colón escrito en italiano, todos en castellano, y que pudiese tener un pasado que ocultar, reactivan a los críticos de esta teoría.
La alternativa podría ser una posible ascendencia judía, que quiso ocultar, así como un posible pasado como pirata del Mediterráneo que no quisiese sacar a la luz.
Lo cierto es que todos los cronistas de la época, así como su biógrafo oficial, su hijo Hernando Colón, afirmaban que era genovés. Así que lo más probable es que fuese genovés y que lo único que pudiese cuestionar esta teoría es encontrar un motivo real por el que Colón quisiera ocultar su procedencia o su pasado.Colón era portugués:
Colón se formó como marino en Portugal, comerció en Madeira y ofreció su proyecto en primer lugar a Juan II. Además parece que no tenía mucha simpatía con Fernando de Aragón y, por lo tanto, con la reciente monarquía española. Esto hace pensar a muchos que hay muchos indicios de que sea portugués.
Al parecer, en 1493, el Papa Alejandro VI promulgó cuatro bulas papales para los descubridores de América. En ellas figura dos veces el nombre de Colón de dos maneras diferentes: Cristophom Colon y Cristofõm Colon. Los que defienden esta teoría dicen que la segunda forma es una variante antigua de escribir Cristovão, el nombre de Cristóbal en portugués. Además, estos documentos se encuentran y se pueden consultar en la biblioteca del Vaticano.
Pero lo cierto es que esta teoría no creen que sea sostenible, por lo menos en lo referente a la biblioteca Vaticana, ya que Cristofõm no podría ser más que una forma de abreviar Cristoforum, que sería la forma latina.

Colom era catalán:
Colom, sería el apellido catalán del almirante. Los defensores de este origen de Colón dicen que hay escritos del marino en catalán, y que los que hay en castellano, tienen catalanismos salpicados.
Además dicen que firmaba como Cristóbal Colom. Esta teoría «gramatical» cree demostrar que por su forma de expresión escrita, lo más probable es que su lengua materna fuera el catalán oriental, hablado en Barcelona y alrededores.
La conspiración urdida para sostener esta teoría se basa en el posible pasado pirata de Colón. Al parecer, hubo en torno a 1470 ataques corsarios contra las posesiones de los Trastámaras, familia de Fernando de Aragón, entre los que estaba enrolado el propio Colón. Para ocultar ese pasado, el propio Colón se inventó su procedencia genovesa.
Los críticos de esta teoría dicen que es insostenible en varios aspectos y que se puede desmontar fácilmente. Primero, el que hablase catalán podría ser prueba de que vivió allí mucho tiempo, pero no de que no haya nacido en Génova. Además, hay críticos que creen que el estudio lingüístico es erróneo, ya que la forma de expresarse podría coincidir fácilmente con la variante dialectal genovesa, que es un dialecto familiarmente cercano al catalán. Es más, en algunas expresiones, desde el punto de vista del castellano-parlante, podría tener similitudes en la lengua escrita al portugués.

Colón era de Pontevedra:
Hay teorías que dicen que Colón era de las costas gallegas, y más en concreto de Pontevedra. Al parecer, el apellido Colón se da en Galicia, la Santa María estaba construida en Pontevedra y se dice que la casa natal de Colón estaba en una parroquia de Poio.
Los defensores de esta teoría alegan que todo lo referente a que Colón era portugués se puede aplicar a su origen gallego, ya que por aquel entonces la división lingüística y cultural todavía no era tan pronunciada. Además, dicen que la toponimia atribuida a Colón en América guarda relación con la toponimia regional de As Rías Baixas. Según esta teoría, Colón pertenecería a la nobleza gallega de la casa de Soutomaior.

Colom era mallorquín:
Hijo bastardo del príncipe de Viana, hermano de Fernando de Aragón, con Margarita Colom. Por lo demás es una variante de la teoría que afirma que Colón era catalán.

Colón era judío:
Esta teoría basa su procedencia en Castilla, pero hay variantes que podrían valer sólo para demostrar que era judío independientemente de haber podido nacer en Génova o Lisboa. Al parecer hay documentos que afirman que Colón conocía el hebreo, algo raro para alguien que no fuese judío.
El intentar ocultar este pasado es el que llevó a Colón a intentar convencer a sus contemporáneos que era de Génova. El descubrimiento de esa verdad es la que llevaría a los monarcas católicos hacerle caer en desgracia y retirarle todo el apoyo que había gozado desde las Capitulaciones de Santa Fe.

Colón no era Colón:
Se decía que Colón tenía una moral distraída y era muy amante de los vicios pecaminosos como la compañía de mujeres de vida alegre y practicar el arte de la seducción. Por eso se ganó muchos enemigos entre hombres celosos y envidiosos. Pero no sólo conformado con eso, Colón era además un marino enrolado en los barcos del corsario francés Guillermo de Casanova, conocido como Coullon. Estos piratas asaltaron, como ya dijimos en otra teoría, las posesiones de los Trastámara, y de ahí que ocultase su verdadera identidad para convertirse en Cristóbal Colón, el genovés, y así no ganarse una terrible pena en caso de que Fernando de Aragón, para quien trabajaba, se enterase de ese oscuro pasado.
Sin duda, de ser esto cierto, tenía motivos más que suficientes para intentar ocultar una identidad tan fuera de la «legalidad vigente». En este caso quedaría saber quién era realmente Colón.

¿Dónde está enterrado Cristóbal Colón?

A día de hoy, dos lugares se disputan el honor de que los restos mortales de Colón descansen en su territorio, la Catedral de Sevilla, Andalucía; y la Catedral Primada de América en Santo Domingo, República Dominicana.Cuando Colón murió, sus restos fueron trasladados desde Valladolid hasta Sevilla. Pero en 1541, su nuera pide su traslado a Santo Domingo. Y allí reposaron durante más de un siglo. Hasta aquí todos los historiadores están de acuerdo, pero a partir de 1665 ya hay dos teorías, o quizá tres.

Versión I:
En 1795, la debilidad de la monarquía española precipitó que la isla de La Española fuese a manos francesas, trasladando los restos de Colón a La Habana. El mismo proceso se vivió en 1898 cuando la Isla de Cuba fue invadida por las fuerzas norteamericanas. Así que los restos volvieron a Sevilla, donde yacieron en sus inicios. Y allí permanecen hasta hoy.

Versión II:
En 1665 un ataque inglés a la isla motiva que de las tumbas de los yacidos en la Catedral sean borrados los nombres para no sufrir un expolio en caso de que la isla cayese en manos británicas.

En 1877 se descubrió en la Catedral una urna con el nombre de Colón. Desde entonces hay muchos que creen que al renombrar las tumbas, se equivocaron y que en 1795 se llevaron a La Habana los restos de Hernando Colón, hijo de Cristóbal, quedándose los del padre en Santo Domingo, donde reposan hasta hoy.Con motivo del quinto centenario de la muerte de Colón, en la Universidad de Granada se empezó un estudio para analizar los restos de ambos yacimientos y así arrojar luz sobre la incógnita de dónde está enterrado Colón ligado al estudio sobre su lugar de nacimiento y también dirigido por el doctor Lorente. La Catedral de Sevilla accedió, pero las autoridades dominicanas no.

Los estudios avanzados sobre las pruebas practicadas sobre los restos de Diego Colón, hermano del almirante y sobre los de Hernando, parecen confirmar que los restos de Sevilla tienen una alta posibilidad de ser los de Colón.Pero esto no impide que los restos que hay en Santo Domingo también lo sean, ya que sólo hay un 15% de los restos en Sevilla. Así que es muy probable que los restos estén repartidos ya que no todos los restos están en Sevilla.

De todas formas, aunque el estudio no puede rechazar la hipótesis de que los restos no sean de Colón, tampoco puede afirmar que lo sean con seguridad. Así que, continúa el misterio.

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Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Un equipo de científicos españoles del CSIC y la Universidad de Granada descubren un material cuyas propiedades podrían explicar la formación de los huesos, caparazones o conchas de los seres vivos.

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science. Los cristalógrafos García Ruiz y Emilio Melero García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican por primera vez el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos. De esos minerales, según García Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales». Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar formas complejas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales. Los científicos parten de la base de que cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento». La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
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Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

Un equipo de científicos españoles del CSIC y la Universidad de Granada descubren un material cuyas propiedades podrían explicar la formación de los huesos, caparazones o conchas de los seres vivos.

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science. Los cristalógrafos García Ruiz y Emilio Melero García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican por primera vez el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos. De esos minerales, según García Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales». Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar formas complejas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales. Los científicos parten de la base de que cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento». La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
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Científicos granadinos hallan nuevas claves para comprender la formación de los huesos

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Un equipo de científicos españoles del CSIC y la Universidad de Granada descubren un material cuyas propiedades podrían explicar la formación de los huesos, caparazones o conchas de los seres vivos.

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science. Los cristalógrafos García Ruiz y Emilio Melero García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican por primera vez el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos. De esos minerales, según García Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales». Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar formas complejas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales. Los científicos parten de la base de que cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento». La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
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Un estudio revela que la formación de minerales imita las formas de la vida

Un estudio revela que la formación de minerales imita las formas de la vida

Un equipo de científicos españoles explican, por primera vez, que el proceso de formación de unos materiales cristalinos llamados biomorfos de sílice imitan las formas redondas y suaves de la vida: espirales, glóbulos, filamentos septados…

El estudio, publicado en el último número de la revista Science demuestra que las formas curvadas y complejas no son exclusivas de la biología, por lo que la morfología no puede ser el único criterio que determine la existencia de vida.

El mecanismo de formación de las estructuras biominerales estudiadas podría explicar así el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos, tal y como se explica en el artículo.

«Hasta hace poco superficies suaves y curvas eran sinónimos de actividad biológica», ha explicado Juan Manuel García Ruiz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (centro mixto del CSIC y la Universidad de Granada).

Ayuda a comprender la \’mineralización\’

El estudio aporta importantes claves para entender los procesos de biomineralización, que permite a los seres vivos crear sus estructuras y tejidos a partir de minerales cristalinos, como los huesos, dientes o los caparazones de los caracoles. A pesar de que los seres vivos llevan 600 millones de años usando minerales cristalinos para crear sus estructuras y tejidos, cómo lo hacen es todavía un gran misterio.

La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar auto-organizadamente formas complejas y bellas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales.

Los científicos parten de la base, bien conocida, de que, cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa, y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento».

La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas».
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Nuevas claves para comprender el enigma de la formación ósea y de las conchas

Nuevas claves para comprender el enigma de la formación ósea y de las conchas

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el enigmático mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos. Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado a Efe Juan Manuel García-Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science.

Los cristalógrafos García-Ruiz y Emilio Melero-García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican, por primera vez, en un artículo, el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Pese a que estos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice están fabricados con materiales puramente inorgánicos, imitan «las formas sinuosas de la vida», tal como se indica en el artículo, en el que también ha colaborado Stephen Hyde, de la Universidad Nacional de Australia en Camberra.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos, que son mayoritariamente carbonatos, fosfatos y sulfatos de calcio, estroncio y bario, aunque también oxalatos, óxidos, hidróxidos y sílice.

De esos minerales, según García-Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales».

Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, es decir de sólidos facetados y con ángulos característicos, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas.

La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar auto-organizadamente formas complejas y bellas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales.

Los científicos parten de la base, bien conocida, de que, cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa, y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento».

La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas».
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Los minerales también tienen curvas

Los minerales también tienen curvas

Algunos minerales presentes en el planeta tienen una morfología suave y curvilínea que se asemeja a las formas «sinuosas» de la vida. Un grupo de científicos españoles acaban de revelar importantes pistas sobre su proceso de formación, lo que puede ayudar a entender cómo se forman estructuras como los huesos, las conchas o las espinas de un erizo.

La investigación, que se publica esta semana en la revista \’Science\’, se centra en unos materiales cristalinos bautizados como \’biomorfos\’ de sílice y carbonato, que imitan a las espirales, los glóbulos y los filamentos típicos de estructuras orgánicas, pese a que no lo son. Es más, lo habitual es encontrar en la natureraleza estos minerales en forma de cristales, con sus típicos ángulos.

Juan Manuel García-Ruiz y Emilio Melero-García, del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (un organismo conjunto del CSIC y la Universidad de Granada) llevan 20 años estudiando estos biomorfos, sobre los que ya han publicado varios artículos científicos. «Se parecen tanto a los organismos vivos que algunos restos fósiles muy antiguos, de vida primitiva, podrían realmente ser estas estructuras inorgánicas. La morfología es confusa y ya no es determinante para hablar de biología», señala García-Ruiz.

Cuando este trabajo se publicó, ya abrió un profundo debate en la comunidad científica sobre la fiabilidad Los investigadores han logrado reproducir con éxito en el laboratorio lo que ocurre en la Naturaleza: el desarrollo de estos materiales cristalinos sin la simetría típica de los minerales, un proceso que aún es misterioso, pese a que los seres vivos llevan usando minerales 600 millones de años para sus dientes, las paredes de los corales o los exoesqueletos de los insectos.
Nanocristales sintéticos

Para ello utilizaron biomorfos compuestos de nanocristales obtenidos de forma artificial. Con vídeos realizados a nivel microscópico observaron que los compuestos crecían en forma de lámina y que sus bordes se van rizando a la vez que aumenta. Ello va dando lugar a diferentes formas, algunas como caracolas, que crecen unas 30 micras a la hora y las forman millones de diminutos cristales de carbonato.

Garcia-Ruiz explica su teoría sobre este peculiar mecanismo de formación: «Se trata de que las piezas se van autoensamblando a medida que se desarrollan». Y añade: «Cuando un cristal crece y hay impurezas, se rompe. Nosotros proponemos que los biomorfos van autogenerando impurezas que rompen los cristales continuamente en millones de cristalitos que se van colocando creando las bellas formas con curvas. Es un mecanismo fascinante en sus simpleza».

El investigador considera que «este mecanismo puede ayudar a entender cómo se organiza la vida, cómo se hace un esqueleto, una piedra en el riñón o la cáscara de una almeja, aunque aún está por demostrar».
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Minerales a los que les gustan las curvas

Minerales a los que les gustan las curvas

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el enigmático mecanismo de formación de unas estructuras biominerales «con fabulosas propiedades mecánicas» como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos.
Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado Juan Manuel García-Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science.
Los cristalógrafos García-Ruiz y Emilio Melero-García, ambos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican, por primera vez, en un artículo, el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.
Pese a que estos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice están fabricados con materiales puramente inorgánicos, imitan «las formas sinuosas de la vida», tal como se indica en el artículo, en el que también ha colaborado Stephen Hyde, de la Universidad Nacional de Australia en Camberra.
Es todavía «un misterio» dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos
Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos, que son mayoritariamente carbonatos, fosfatos y sulfatos de calcio, estroncio y bario, aunque también oxalatos, óxidos, hidróxidos y sílice.
De esos minerales, según García-Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales».
Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, es decir de sólidos facetados y con ángulos característicos, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.
«Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas»
Caras y aristasSegún los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas. La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar auto-organizadamente formas complejas y bellas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales.
Los científicos parten de la base, bien conocida, de que, cuando un cristal crece en presencia de impurezas poliméricas, las atrapa, y se rompe durante su crecimiento, dando lugar a estructuras dendríticas fractales, en forma de árbol. «Los biomorfos de sílice generan ellos mismo al crecer las impurezas que mantienen vivo su proceso de crecimiento».
La segunda parte del trabajo consiste en una demostración experimental en la que se confirma que la enorme variedad de bellas formas complejas que adoptan los biomorfos de sílice surgen de una lámina o disco que se riza en su crecimiento. «Es fascinante cómo un mecanismo tan simple puede ser tan poderoso para convertir una lámina en complejas caracolas».
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Nuevas claves para comprender el enigma de la formación ósea y de las conchas

Nuevas claves para comprender el enigma de la formación ósea y de las conchas

Un equipo de científicos españoles ha desvelado nuevas claves para comprender el enigmático mecanismo de formación de unas estructuras biominerales “con fabulosas propiedades mecánicas” como son los huesos, los caparazones y las conchas de los seres vivos.

Es todavía “un misterio” dilucidar cómo los organismos vivos pueden doblegar la simetría inherente a los materiales cristalinos usados en procesos de biomineralización, aunque ahora se han conseguido interesantes avances para su comprensión, según ha explicado a Efe Juan Manuel García-Ruiz, primer autor de este trabajo publicado en el último número de la revista Science.

Los cristalógrafos García-Ruiz y Emilio Melero-García, del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (CSIC y Universidad de Granada), explican, por primera vez, en un artículo, el mecanismo de formación de unos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice, cuyas propiedades podrían explicar el misterio de la formación de los caparazones, los huesos, los dientes o las conchas de los seres vivos.

Pese a que estos materiales cristalinos de laboratorio llamados biomorfos de sílice están fabricados con materiales puramente inorgánicos, imitan «las formas sinuosas de la vida», tal como se indica en el artículo, en el que también ha colaborado Stephen Hyde, de la Universidad Nacional de Australia en Camberra.

Para desarrollar un enorme número de tejidos y estructuras funcionales, los organismos vivos han utilizado a lo largo de 600 millones de años minerales cristalinos, que son mayoritariamente carbonatos, fosfatos y sulfatos de calcio, estroncio y bario, aunque también oxalatos, óxidos, hidróxidos y sílice.

De esos minerales, según García-Ruiz, están hechos «todos nuestros huesos y dientes, y los del resto de los animales, las conchas de los moluscos y las paredes de los corales, las espinas de los erizos de mar y los otolitos de los peces». También, «las piedras del riñón y los exoesqueletos de miles de especies de insectos, coleópteros, algas o plancton marino, y por eso, se les suele denominar estructuras biominerales».

Lo sorprendente es que mientras que esos minerales se encuentran en la naturaleza habitualmente en forma de cristales, es decir de sólidos facetados y con ángulos característicos, la vida crea con ellos estructuras con formas que tienen una simetría completamente distinta, como las hélices, las espirales o las formas complejas de los huesos.

Según los expertos, es un enigma cómo los organismos vivos consiguen crear unas estructuras caracterizadas por una ausencia casi total de caras y aristas, que muestran superficies suaves y curvas.

La teoría que barajan los científicos para explicar este proceso, y que se detalla en la revista Science, se basaría en el mecanismo utilizado por los materiales de laboratorio llamados biomorfos de sílice, por el que son capaces de generar auto-organizadamente formas complejas y bellas con curvatura continua compuestas de los mismos materiales.
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Pérez Tapias: ´Es necesario avanzar en el Estado laico para acabar con las injerencias de la religión´

Pérez Tapias: ´Es necesario avanzar en el Estado laico para acabar con las injerencias de la religión´

Después de 30 años de vigencia de la Constitución, la cuestión religiosa y la laicidad del Estado siguen siendo asuntos «inacabados» en España debido a la fuerte presencia que ha tenido la Iglesia Católica en el pasado y la situación de privilegio que continúa ostentando esta religión frente a otras creencias que se han ido asentando en España en los últimos años. José Antonio Pérez Tapias, diputado del PSOE y profesor de Filosofía en la Universidad de Granada, defendió ayer en el Club Prensa Canaria la necesidad de reformar la Ley de Libertad Religiosa de 1980 y revisar los acuerdos entre el Gobierno español y el Vaticano para profundizar en la configuración de un Estado laico que mantenga relaciones de igual a igual con todas las confesiones religiosas y deje atrás definitivamente las «injerencias» de la religión en la actuación del Estado.

Pérez Tapias reconoció que hay «ciertos sectores» de la Iglesia Católica que «no acaban de asimilar que la sociedad española está secularizada, es pluralista y democrática y desde su nostalgia del pasado aún quieren mantener posiciones que producen distorsiones y causan problemas políticos». Doctor en Filosofía y licenciado en Teología, el dirigente socialista señaló que en la actualidad es más necesario que nunca profundizar en la laicidad del Estado español de forma inclusiva y positiva con el fin de sacudirse definitivamente la cierta «tutela» que aún quiere ostentar la jerarquía de la Iglesia Católica sobre el Estado.

Para Pérez Tapias, el Estado laico no es antirreligioso y precisamente por eso tiene que actuar como un Estado donde haya una separación escrupulosa de la religión, pero contando con todas las confesiones como elementos necesarios de una sociedad democrática en la que todos los grupos religiosos tienen los mismos derechos y son reflejo de la pluralidad social que caracteriza a la sociedad española. José Antonio Pérez Tapias criticó las expresiones utilizadas por obispos como Rouco o Cañizares para descalificar a los defensores de la laicidad del Estado.
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La Junta pide a la capital que sume sus servicios de emergencia al 112

La Junta pide a la capital que sume sus servicios de emergencia al 112

El centro de coordinación autonómico se trasladará el primer trimestre del año a su nueva sede en el campus de Cartuja en suelo cedido por la Universidad

El delegado del Gobierno de la Junta en Granada, Jesús Huertas, ha vuelto a pedir al Ayuntamiento de Granada que se integre en el servicio de emergencias 112 de forma que la Policía Local y los Bomberos de la capital entren en el sistema de atención de llamadas del servicio. Una petición que vienen realizando desde hace cinco años.

Huertas hizo este llamamiento en la visita de inspección previa a la recepción de las obras de la nueva sede del Centro de Coordinación de Emergencias, recientemente terminadas en un solar cedido por la Universidad de Granada en el Campus de Cartuja y en el que también irá la sede del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos.

En la actualidad, en el 112 están integrados los Bomberos de Baza, la Policía adscrita a la Junta de Andalucía, los Bomberos de Motril, la Policía Local de Loja, los Bomberos de Guadix, la Policía Local de Baza, la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias. En breve se sumará Almuñécar. Otras capitales como Sevilla, Málaga, Jaén y Córdoba sí tienen integradas en el 112 los servicios de Policía Local y Bomberos de las capitales de provincia.

El objetivo es conseguir un sistema integral de urgencias y emergencias y sólo hace falta ceder una línea de ADSL. Así, en las sedes policiales y de bomberos se instala el sistema telemático de llamadas, que se ven en tiempo real evitando así que tengan que llamar desde el 112 a estos servicios para alertarles de una alerta, en lo que se pierden algunos minutos.

La nueva sede entrará en funcionamiento en el primer trimestre del año y supondrá el traslado de los 30 trabajadores de coordinación del centro. El nuevo edificio, construido sobre una parcela de 14.000 metros cuadrados ha supuesto una inversión superior a los cuatro millones de euros.
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Científicos granadinos hallan claves del enigma del origen de los huesos

Científicos granadinos hallan claves del enigma del origen de los huesos

Investigadores del Laboratorio de Estudios Cristalográficos describen un proceso de formación de estructuras minerales semejantes a las que se dan en seres vivos

Una de las muchas incógnitas por resolver dentro del ámbito científico es cómo los organismos vivos son capaces de fabricar sus propios esqueletos. Expertos del Laboratorio de Estudios Cristalográficos (LEC), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada, arrojan luz sobre esta complicada cuestión en su estudio Morfogénesis de materiales nanocristalinos autoensamblados de carbonato de bario y sílice, que publica hoy la prestigiosa revista científica Science. Los autores son Juan Manuel García Ruiz (primer firmante) y Emilio Melero García.

Los tejidos óseos y los caparazones «se componen de miles de pequeños cristalitos que generan estructuras con superficies curvas y suaves -explica García Ruiz-, formas que siempre se habían asociado a la vida», pero aún no se conoce mediante qué mecanismo se desarrollan. El investigador del LEC compara este proceso con la fabricación de las famosas figuras de Swarovsky de cristal bohemio, «en las que si se quieren conseguir formas curvas sólo hay que poner un molde con forma de coche o de cuerpo humano, por ejemplo, y pegar sobre él miles de cristales». El resultado es el mismo que el de un biomineral, pero los organismos vivos no tienen plantillas: autoensamblan los cristales y generan sus propias formas sin elementos artificiales.

El trabajo dirigido por García Ruiz propone una teoría sobre cómo se convierte un cristal en un agregado de nanocristales, como los que conforman los esqueletos biológicos, aunque aplicada a unos materiales cristalinos inorgánicos denominados biomorfos de sílice, que se componen de los mismos materiales que los biominerales.

Esta hipótesis parte de un fenómeno ya conocido en la cristalografía: cuando un cristal crece en presencia de impurezas, las atrapa y se rompe formando ramificaciones, hasta que, en un momento dado, el crecimiento se detiene. «Nuestra propuesta es que si el contenido de impurezas se mantiene o crece durante este proceso, el cristal se fracciona dando lugar a millones de nanocristales que terminan cubiertos por polímeros, sílice en este caso, originando estructuras sinuosas». En la creación de los esqueletos (interno, como en los mamíferos; externo, como en los crustáceos) sucedería lo mismo, aunque sustituyendo el sílice por polímeros biológicos como las proteínas, aunque esta hipótesis está aún por demostrar.

Esta investigación presenta una segunda parte en la que los científicos de Granada exponen un mecanismo morfogenético que explica, a partir de una lámina, cómo su crecimiento crea todo tipo de curvas que dan lugar, en un momento dado, a un rizo en su perímetro y éste, al aumentar, produce el efecto de una ola. Cuando dos de esas olas crecen en direcciones opuestas, dan lugar a morfologías tridimensionales de varios tipos: hojiformes, de anchura constante, de anchura decreciente, de trenza o de gusano. «La belleza de estas formas es tal no sólo por su geometría sino por la simpleza y el poder del mecanismo que las genera», manifiesta García Ruiz. Este descubrimiento se ha logrado gracias al uso de películas de videomicroscopía.

La idea inculcada desde la época de los clásicos griegos que subrayaba una diferencia radical entre la simetría del mundo inorgánico -plana, bien definida, con ángulos precisos y rotaciones prohibidas- y la simetría del mundo de la vida -más compleja, de formas onduladas y espirales-, ha quedado desbancada por este trabajo, en el que se insiste en negar la distancia establecida entre ambas. Por tanto, la morfología queda descartada como criterio de biogenicidad [origen vivo] al igual que hizo el mismo García Ruiz en 2003, con la composición química de restos primitivos cuando publicó, también en Science, un estudio basado en la plausibilidad geoquímica de los biomorfos de sílice y carbonato, su posible formación en las aguas de la Tierra primitiva y las implicaciones en la detección de la vida primitiva.

Dicho trabajo «creó una controversia muy fuerte porque para detectar vida en la Tierra se buscaban restos fósiles de bacterias y organismos muy primitivos que se detectaban por su morfología; al descubrir que este factor no era un criterio de biogenicidad y que las reacciones químicas que se provocaban eran muy similares a las que se sucedieron en aquélla época, quedó en entredicho el timing, el momento del inicio de la vida en el planeta». Actualmente, el debate sigue abierto, pues «no hay patrones por los que guiarse para descubrir cuándo comenzó la vida en la Tierra o si hay vida en Marte, por ejemplo, ya que ni la forma de los restos ni su composición, que antes eran indicadores indiscutibles de vida, son válidos». De hecho, García Ruiz viajará el próximo mes de abril a Australia en abril, junto a otros expertos, para estudiar las formaciones silíceas de Warrawona, las rocas más antiguas del planeta.
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