Estudiantes de la UGR diseñan en Valencia acciones contra el Plan Bolonia

Estudiantes de la UGR diseñan en Valencia acciones contra el Plan Bolonia

Barajan la posibilidad de convocar una huelga global de alumnos y manifestarse Es un reconocimiento a la defensa de esta profesión durante toda su trayectoria

Una asamblea de estudiantes de la Universidad de Granada se reunió ayer en Valencia para preparar una acción conjunta contra el Plan Bolonia. Asambleas universitarias de diferentes ciudades españolas han celebrado un encuentro este fin de semana en Valencia para conocer la situación de cada universidad en relación con el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) y coordinar acciones conjuntas y futuras reuniones.

Representantes de las asambleas de la Universitat de Barcelona y de la Autónoma de la Complutense y de la Carlos III de Madrid, así como de las de Granada, Sevilla y Málaga, entre otras, han participado en la reunión, en la que han decidido también mantener un segundo encuentro en marzo.

Antes de ese encuentro pondrán en marcha una jornada de lucha que aún no se ha concretado aunque, según las fuentes, se ha barajado la posibilidad de convocar una huelga global de estudiantes y de celebrar una manifestación que podría ser de todos en una misma ciudad.

El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada concede este año la medalla de oro al secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, que ocupó antes el puesto de director general de Farmacia del Ministerio de Sanidad y Consumo.

Con la concesión de esta medalla, el Colegio pretende reconocer «la defensa que de la oficina de farmacia y de la atención farmacéutica ha hecho Martínez Olmos», según explicaron en un comunicado. El galardonado, nacido en el municipio de Guadix, estudió en la Universidad de Granada y en su trayectoria profesional ha ocupado importantes cargos en el ámbito de la sanidad.
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Víctor Hugo nunca besó a Alejandro Sawa, el héroe de los bohemios españoles

Víctor Hugo nunca besó a Alejandro Sawa, el héroe de los bohemios españoles

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa ha desmontado la leyenda del beso que el escritor Alejandro Sawa recibió en París de Víctor Hugo, en «Alejandro Sawa. Luces de bohemia», Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008 por su «exhaustiva labor de investigación».
La biografía determina y concreta fechas, hechos y viajes del «bohemio heroico» que fue Alejandro Sawa y desmonta leyendas como la de que Hugo le besó en la frente, a resultas de lo cual Sawa ya nunca volvió a lavarse la cara para no borrar el ósculo del genio, una costumbre de la que presumía por los tugurios madrileños.

En 2009 se cumplirá el centenario de la muerte de Sawa, en quien Valle-Inclán se inspiró para su Max Estrella, protagonista de «Luces de bohemia», y que nació en 1862 en Sevilla y pasó parte de su infancia en Málaga.

Amelina Correa explicó a Efe que Sawa «desarrolló su trayectoria literaria en Madrid y París a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, pertenecía a una familia proveniente de Grecia que se asentó en la localidad sevillana de Carmona para, desde ahí, dar el salto a la capital hispalense».

«He podido rastrear y documentar esa diáspora de sus antecesores desde la Esmirna pre-turca hasta el número 26 de la calle de San Pedro Mártir en Sevilla, morada en aquellos tiempos de abogados, procuradores, militares y prósperos comerciantes en la que nacería Alejandro en 1862», añadió.

En la misma calle sevillana nacieron varios años después su luego amigo Manuel Machado, que le dedicará un conocido y hermoso «Epitafio» en verso a su muerte, y Rafael de León, tal y como hoy lo recuerdan sendas placas conmemorativas -el único que carece de placa en la calle es Sawa, lamentó Correa-.

Entre las aportaciones de su investigación, Correa destacó «numerosas fechas como, por ejemplo, el traslado de su padre desde la señorial Carmona a la capital sevillana, el posterior traslado de toda la familia a Málaga, el viaje del todavía adolescente Alejandro a Madrid, donde pronto le seguirá su familia, y una datación que desmiente numerosas informaciones erróneas sobre sus, en realidad, dos viajes a París, y no sólo uno como hasta ahora algunos creían».

«Me ha conmovido especialmente la lectura del epistolario íntimo que mantuvo con su compañera y luego esposa Jeanne Poirier, traducido ahora por primera vez al español y por el que descubrimos que su fructífera estancia en París no sólo le propició el intenso contacto con la literatura simbolista, acentuándose aún más su muy marcado culto hacia la belleza, sino que fue también la ciudad de sus enormes deudas», señaló la biógrafa.

Esas deudas se debieron a préstamos motivados por «las visitas fugaces al Casino belga de Spa en busca de la piedra filosofal de la ruleta», señaló Correa en alusión a los intentos de Sawa de dar con un método para ganar en este juego.

«Una vida literaturizada que acabó incorporándose en la esencia literaria del personaje valleinclaniano de Max Estrella, que encarna la tragedia absurda de tantos escritores que acabaron fracasando en la turbia e inestable vida cultural de la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX», añadió en referencia a las múltiples alusiones al escritor-personaje que han hecho tantos escritores de su época y posteriores.

Los primeros contactos de la biógrafa con Sawa y con su única heredera, Carmen Calleja, datan de 1989 con motivo de un estudio que realizaba sobre su novelística y que editó en 1993, ampliándolo después con la publicación de diversos artículos en revistas especializadas.
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La Opinión

Pág. 10: Homenaje a los geólogos en el Palace
Pág. 25 – Opinión: ¿Tecnología inocente?
Pág. 42: Desmontan el mito del beso que Víctor Hugo dio a Alejandro Sawa
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Los extraños habitantes de la fachada de la Casa de los Tiros

Los extraños habitantes de la fachada de la Casa de los Tiros

Un estudio del profesor de la UGR Emilio Ángel Villanueva Muñoz recorre la simbología y los mitos de los monstruos del edificio, propia del Renacimiento

No eran héroes, sino perdedores. Los monstruos que adornan la fachada de la Casa de los Tiros transforman así su imagen a través de un estudio en el que el profesor de la Universidad de Granada (UGR) Emilio Ángel Villanueva Muñoz analiza desde una nueva perspectiva la simbología de los adornos que aparecen en el edificio.

En el trabajo, publicado con el título Monstruos del Renacimiento Español. La Casa de los Tiros en Granada, el profesor Villanueva da cuenta de que el edificio, que ya fue calificado por Vicente Lampérez y Romea como «la obra de un monomaníaco acosado de locura heroica», forma parte de un conjunto de mansiones renacentistas españolas «que utilizan la mitología clásica para desplegar un discurso simbólico destinado a ensalzar las virtudes de sus propietarios, con la particularidad, en este caso del museo granadino, de que el discurso heroico que se muestra en la fachada se intensifica en el interior haciéndose extraordinariamente explícito».

En su trabajo de investigación, Villanueva Muñoz alude a análisis arquitectónicos del edificio previos, así como a los que se han referido a su amplia y compleja iconografía. Entre ellos, Rafael López Guzmán habló en los años 80 del «ejemplo excepcional de la idea renacentista de la mansión del guerrero», ensalzando las hazañas heroicas de los que fueron los propietarios del palacio.

«Más recientemente -explica-, el palacio y sus aspectos simbólicos han sido abordados por Francisco González de la Oliva e Ignacio Hermoso Romero, quienes han incorporado a su análisis los descubrimientos hechos durante el proceso de restauración que se llevó a cabo entre 1991 y 1994».

Así, y teniendo en cuenta que todos los estudios de la Casa de los Tiros han sido realizados desde la perspectiva de los héroes, Villanueva se propuso, por su parte, invertir el orden de aproximación a los contenidos simbólicos del edificio para ofrecer otro punto de vista, el de sus adversarios: los monstruos. «Éstas son unas imágenes menos destacadas, oscurecidas por el brillo de los vencedores, que siendo componentes importantes de los mismos mitos y formando parte de distintos discursos ideológicos, están también presentes en la Casa de los Tiros, mostrando una serie de rasgos significativos dentro del contexto general de su programa simbólico», apostilla.

Emilio Ángel Villanueva, que es miembro del departamento de Historia del Arte y Música de la Universidad de Granada, ha publicado su estudio en el número 38 de Cuadernos del Arte de la UGR.

El museo Casa de los Tiros es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura del renacimiento en la ciudad de Granada. Se trata de un edificio típico del estilo del renacimiento construido en el siglo XVI. Hay algo especial sobre el edificio, que lo hace muy diferente. En él destaca la fachada con los iconos que representan a los héroes troyanos.

Inaugurado en 1929, su colección está constituida por pintura de los siglos XVII al XIX, escultura barroca granadina, cerámica de Fajalauza, tejidos populares y una colección de muebles del siglo XIX.
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Desmontan mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

Desmontan mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa ha desmontado la leyenda del beso que el escritor Alejandro Sawa recibió en París de Víctor Hugo, en «Alejandro Sawa. Luces de bohemia», Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008 por su «exhaustiva labor de investigación». La biografía determina y concreta fechas, hechos y viajes del «bohemio heroico» que fue Alejandro Sawa y desmonta leyendas como la de que Hugo le besó en la frente, a resultas de lo cual Sawa ya nunca volvió a lavarse la cara para no borrar el ósculo del genio, una costumbre de la que presumía por los tugurios madrileños.

En 2009 se cumplirá el centenario de la muerte de Sawa, en quien Valle-Inclán se inspiró para su Max Estrella, protagonista de «Luces de bohemia», y que nació en 1862 en Sevilla y pasó parte de su infancia en Málaga.

Amelina Correa explicó que Sawa «desarrolló su trayectoria literaria en Madrid y París a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, pertenecía a una familia proveniente de Grecia que se asentó en la localidad sevillana de Carmona para, desde ahí, dar el salto a la capital hispalense».

«He podido rastrear y documentar esa diáspora de sus antecesores desde la Esmirna pre-turca hasta el número 26 de la calle de San Pedro Mártir en Sevilla, morada en aquellos tiempos de abogados, procuradores, militares y prósperos comerciantes en la que nacería Alejandro en 1862», añadió.

En la misma calle sevillana nacieron varios años después su luego amigo Manuel Machado, que le dedicará un conocido y hermoso «Epitafio» en verso a su muerte, y Rafael de León, tal y como hoy lo recuerdan sendas placas conmemorativas -el único que carece de placa en la calle es Sawa, lamentó Correa-.

Entre las aportaciones de su investigación, Correa destacó «numerosas fechas como, por ejemplo, el traslado de su padre desde la señorial Carmona a la capital sevillana, el posterior traslado de toda la familia a Málaga, el viaje del todavía adolescente Alejandro a Madrid, donde pronto le seguirá su familia, y una datación que desmiente numerosas informaciones erróneas sobre sus, en realidad, dos viajes a París, y no sólo uno como hasta ahora algunos creían».

«Me ha conmovido especialmente la lectura del epistolario íntimo que mantuvo con su compañera y luego esposa Jeanne Poirier, traducido ahora por primera vez al español y por el que descubrimos que su fructífera estancia en París no sólo le propició el intenso contacto con la literatura simbolista, acentuándose aún más su muy marcado culto hacia la belleza, sino que fue también la ciudad de sus enormes deudas», señaló la biógrafa.

Esas deudas se debieron a préstamos motivados por «las visitas fugaces al Casino belga de Spa en busca de la piedra filosofal de la ruleta», señaló Correa en alusión a los intentos de Sawa de dar con un método para ganar en este juego.

«Una vida literaturizada que acabó incorporándose en la esencia literaria del personaje valleinclaniano de Max Estrella, que encarna la tragedia absurda de tantos escritores que acabaron fracasando en la turbia e inestable vida cultural de la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX», añadió en referencia a las múltiples alusiones al escritor-personaje que han hecho tantos escritores de su época y posteriores.

Los primeros contactos de la biógrafa con Sawa y con su única heredera, Carmen Calleja, datan de 1989 con motivo de un estudio que realizaba sobre su novelística y que editó en 1993, ampliándolo después con la publicación de diversos artículos en revistas especializadas.

«Desde entonces, su vida y su obra no dejaron de interesarme, y continué localizando trabajos periodísticos suyos y reseñas de sus novelas que, vistas en conjunto, contribuyen a dibujar un panorama bastante más complejo y pormenorizado de lo que fue el momento de entresiglos, tan propicio a este tipo de escritores \’raros y olvidados\'», explicó.
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Desmontan el mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

Desmontan el mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa ha desmontado la leyenda del beso que el escritor Alejandro Sawa recibió en París de Víctor Hugo, en \’Alejandro Sawa. Luces de bohemia\’, Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008 por su \’exhaustiva labor de investigación\’.

La biografía determina y concreta fechas, hechos y viajes del \’bohemio heroico\’ que fue Alejandro Sawa y desmonta leyendas como la de que Hugo le besó en la frente, a resultas de lo cual Sawa ya nunca volvió a lavarse la cara para no borrar el ósculo del genio, una costumbre de la que presumía por los tugurios madrileños.

En 2009 se cumplirá el centenario de la muerte de Sawa, en quien Valle-Inclán se inspiró para su Max Estrella, protagonista de \’Luces de bohemia\’, y que nació en 1862 en Sevilla y pasó parte de su infancia en Málaga.

Amelina Correa explicó a Efe que Sawa \’desarrolló su trayectoria literaria en Madrid y París a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, pertenecía a una familia proveniente de Grecia que se asentó en la localidad sevillana de Carmona para, desde ahí, dar el salto a la capital hispalense\’.

\’He podido rastrear y documentar esa diáspora de sus antecesores desde la Esmirna pre-turca hasta el número 26 de la calle de San Pedro Mártir en Sevilla, morada en aquellos tiempos de abogados, procuradores, militares y prósperos comerciantes en la que nacería Alejandro en 1862\’, añadió.

En la misma calle sevillana nacieron varios años después su luego amigo Manuel Machado, que le dedicará un conocido y hermoso \’Epitafio\’ en verso a su muerte, y Rafael de León, tal y como hoy lo recuerdan sendas placas conmemorativas -el único que carece de placa en la calle es Sawa, lamentó Correa-.

Entre las aportaciones de su investigación, Correa destacó \’numerosas fechas como, por ejemplo, el traslado de su padre desde la señorial Carmona a la capital sevillana, el posterior traslado de toda la familia a Málaga, el viaje del todavía adolescente Alejandro a Madrid, donde pronto le seguirá su familia, y una datación que desmiente numerosas informaciones erróneas sobre sus, en realidad, dos viajes a París, y no sólo uno como hasta ahora algunos creían\’.

\’Me ha conmovido especialmente la lectura del epistolario íntimo que mantuvo con su compañera y luego esposa Jeanne Poirier, traducido ahora por primera vez al español y por el que descubrimos que su fructífera estancia en París no sólo le propició el intenso contacto con la literatura simbolista, acentuándose aún más su muy marcado culto hacia la belleza, sino que fue también la ciudad de sus enormes deudas\’, señaló la biógrafa.

Esas deudas se debieron a préstamos motivados por \’las visitas fugaces al Casino belga de Spa en busca de la piedra filosofal de la ruleta\’, señaló Correa en alusión a los intentos de Sawa de dar con un método para ganar en este juego.

\’Una vida literaturizada que acabó incorporándose en la esencia literaria del personaje valleinclaniano de Max Estrella, que encarna la tragedia absurda de tantos escritores que acabaron fracasando en la turbia e inestable vida cultural de la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX\’, añadió en referencia a las múltiples alusiones al escritor-personaje que han hecho tantos escritores de su época y posteriores.

Los primeros contactos de la biógrafa con Sawa y con su única heredera, Carmen Calleja, datan de 1989 con motivo de un estudio que realizaba sobre su novelística y que editó en 1993, ampliándolo después con la publicación de diversos artículos en revistas especializadas.
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Desmontan el mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

Desmontan el mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa ha desmontado la leyenda del beso que el escritor Alejandro Sawa recibió en París de Víctor Hugo, en «Alejandro Sawa. Luces de bohemia», Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008 por su «exhaustiva labor de investigación».

La biografía determina y concreta fechas, hechos y viajes del «bohemio heroico» que fue Alejandro Sawa y desmonta leyendas como la de que Hugo le besó en la frente, a resultas de lo cual Sawa ya nunca volvió a lavarse la cara para no borrar el ósculo del genio, una costumbre de la que presumía por los tugurios madrileños.

En 2009 se cumplirá el centenario de la muerte de Sawa, en quien Valle-Inclán se inspiró para su Max Estrella, protagonista de «Luces de bohemia», y que nació en 1862 en Sevilla y pasó parte de su infancia en Málaga.

Amelina Correa explicó a Efe que Sawa «desarrolló su trayectoria literaria en Madrid y París a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, pertenecía a una familia proveniente de Grecia que se asentó en la localidad sevillana de Carmona para, desde ahí, dar el salto a la capital hispalense».

«He podido rastrear y documentar esa diáspora de sus antecesores desde la Esmirna pre-turca hasta el número 26 de la calle de San Pedro Mártir en Sevilla, morada en aquellos tiempos de abogados, procuradores, militares y prósperos comerciantes en la que nacería Alejandro en 1862», añadió.

En la misma calle sevillana nacieron varios años después su luego amigo Manuel Machado, que le dedicará un conocido y hermoso «Epitafio» en verso a su muerte, y Rafael de León, tal y como hoy lo recuerdan sendas placas conmemorativas -el único que carece de placa en la calle es Sawa, lamentó Correa-.

Entre las aportaciones de su investigación, Correa destacó «numerosas fechas como, por ejemplo, el traslado de su padre desde la señorial Carmona a la capital sevillana, el posterior traslado de toda la familia a Málaga, el viaje del todavía adolescente Alejandro a Madrid, donde pronto le seguirá su familia, y una datación que desmiente numerosas informaciones erróneas sobre sus, en realidad, dos viajes a París, y no sólo uno como hasta ahora algunos creían».

«Me ha conmovido especialmente la lectura del epistolario íntimo que mantuvo con su compañera y luego esposa Jeanne Poirier, traducido ahora por primera vez al español y por el que descubrimos que su fructífera estancia en París no sólo le propició el intenso contacto con la literatura simbolista, acentuándose aún más su muy marcado culto hacia la belleza, sino que fue también la ciudad de sus enormes deudas», señaló la biógrafa.

Esas deudas se debieron a préstamos motivados por «las visitas fugaces al Casino belga de Spa en busca de la piedra filosofal de la ruleta», señaló Correa en alusión a los intentos de Sawa de dar con un método para ganar en este juego.

«Una vida literaturizada que acabó incorporándose en la esencia literaria del personaje valleinclaniano de Max Estrella, que encarna la tragedia absurda de tantos escritores que acabaron fracasando en la turbia e inestable vida cultural de la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX», añadió en referencia a las múltiples alusiones al escritor-personaje que han hecho tantos escritores de su época y posteriores.

Los primeros contactos de la biógrafa con Sawa y con su única heredera, Carmen Calleja, datan de 1989 con motivo de un estudio que realizaba sobre su novelística y que editó en 1993, ampliándolo después con la publicación de diversos artículos en revistas especializadas.
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Desmontan mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

Desmontan mito del beso de Víctor Hugo a Alejandro Sawa, el bohemio heroico

La profesora de la Universidad de Granada Amelina Correa ha desmontado la leyenda del beso que el escritor Alejandro Sawa recibió en París de Víctor Hugo, en «Alejandro Sawa. Luces de bohemia», Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2008 por su «exhaustiva labor de investigación».

La biografía determina y concreta fechas, hechos y viajes del «bohemio heroico» que fue Alejandro Sawa y desmonta leyendas como la de que Hugo le besó en la frente, a resultas de lo cual Sawa ya nunca volvió a lavarse la cara para no borrar el ósculo del genio, una costumbre de la que presumía por los tugurios madrileños.

En 2009 se cumplirá el centenario de la muerte de Sawa, en quien Valle-Inclán se inspiró para su Max Estrella, protagonista de «Luces de bohemia», y que nació en 1862 en Sevilla y pasó parte de su infancia en Málaga.

Amelina Correa explicó a Efe que Sawa «desarrolló su trayectoria literaria en Madrid y París a finales del siglo diecinueve y principios del veinte, pertenecía a una familia proveniente de Grecia que se asentó en la localidad sevillana de Carmona para, desde ahí, dar el salto a la capital hispalense».

«He podido rastrear y documentar esa diáspora de sus antecesores desde la Esmirna pre-turca hasta el número 26 de la calle de San Pedro Mártir en Sevilla, morada en aquellos tiempos de abogados, procuradores, militares y prósperos comerciantes en la que nacería Alejandro en 1862», añadió.

En la misma calle sevillana nacieron varios años después su luego amigo Manuel Machado, que le dedicará un conocido y hermoso «Epitafio» en verso a su muerte, y Rafael de León, tal y como hoy lo recuerdan sendas placas conmemorativas -el único que carece de placa en la calle es Sawa, lamentó Correa-.

Entre las aportaciones de su investigación, Correa destacó «numerosas fechas como, por ejemplo, el traslado de su padre desde la señorial Carmona a la capital sevillana, el posterior traslado de toda la familia a Málaga, el viaje del todavía adolescente Alejandro a Madrid, donde pronto le seguirá su familia, y una datación que desmiente numerosas informaciones erróneas sobre sus, en realidad, dos viajes a París, y no sólo uno como hasta ahora algunos creían».

«Me ha conmovido especialmente la lectura del epistolario íntimo que mantuvo con su compañera y luego esposa Jeanne Poirier, traducido ahora por primera vez al español y por el que descubrimos que su fructífera estancia en París no sólo le propició el intenso contacto con la literatura simbolista, acentuándose aún más su muy marcado culto hacia la belleza, sino que fue también la ciudad de sus enormes deudas», señaló la biógrafa.

Esas deudas se debieron a préstamos motivados por «las visitas fugaces al Casino belga de Spa en busca de la piedra filosofal de la ruleta», señaló Correa en alusión a los intentos de Sawa de dar con un método para ganar en este juego.

«Una vida literaturizada que acabó incorporándose en la esencia literaria del personaje valleinclaniano de Max Estrella, que encarna la tragedia absurda de tantos escritores que acabaron fracasando en la turbia e inestable vida cultural de la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX», añadió en referencia a las múltiples alusiones al escritor-personaje que han hecho tantos escritores de su época y posteriores.

Los primeros contactos de la biógrafa con Sawa y con su única heredera, Carmen Calleja, datan de 1989 con motivo de un estudio que realizaba sobre su novelística y que editó en 1993, ampliándolo después con la publicación de diversos artículos en revistas especializadas.
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Granada Hoy

Portada: Jose Antonio Fortes
Pág. 10: Estudiantes de la UGR diseñan en Valencia acciones contra el Plan Bolonia
Pág. 18 y 19: \»Han empleado conmigo la vieja técnica de patologizar al contrario\»
Actual – Pág. 69: Los extraños habitantes de la fachada de la Casa de los Tiros
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El XXI Premio de Poesía ‘Cáceres Patrimonio de la Humanidad’ se fallará el próximo viernes

El XXI Premio de Poesía \’Cáceres Patrimonio de la Humanidad\’ se fallará el próximo viernes

El XXI Premio de Poesía \’Cáceres, Patrimonio de la Humanidad\’ que convoca el Ayuntamiento de Cáceres se fallará el próximo viernes, día 19, y el poeta ganador verá editado su poemario por una nueva editora, hasta ahora había sido Visor, que lo distribuirá por los circuitos comerciales habituales.

Además se llevará una dotación económica como en años anteriores y será invitado a participar en el Festival Internacional de Poesía de Granada.

Así se acordó en la reciente visita que hizo el concejal de Cultura, Santiago Pavón, y el presidente del Jurado del premio, Teófilo González Porras, a Granada, donde participaron en un acto de difusión del certamen de poesía cacereño y presentaron la obra que ganó la XX edición, «Fin de Fuga», de Trinidad Gan, que es de esta ciudad.

El encuentro tuvo lugar en la librería de la Universidad de Granada, Bóveda, organizado por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad granadina, en colaboración con la Cátedra Federico García Lorca y el Ayuntamiento de Cáceres.

«Reunió a un numeroso público entre allegados de la autora, Trinidad Gan, que leyó varios piezas de su poemario, y miembros de los círculos culturales y universitarios de la ciudad», según informa el consistorio en nota de prensa.

También intervinieron el director de la cátedra García Lorca, Antonio Carvajal, el poeta, Alejandro Pedregosa y la propia autora, además de los representantes cacereños los cuales pudieron comprobar «la excelente acogida y valoración que se dispensa al certamen poético cacereño y a la colección de poesía Ciudad de Cáceres».

Como prueba de ello los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Granada, que se celebra en primavera desde hace algunos años, los poetas Valverde, Daniel Rodríguez Moya y Javier Bozalongo, cursaron una invitación especial para que los ganadores del premio de Cáceres participen en la edición de 2009.
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El Mundo

Andalucía – Pág. 30: \»García Montero sacó las cosas al terreno que domina: el de las armas de destrucción masiva de Prisa\»
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