Un símbolo
LA sospecha de que la conmemoración del Milenio en 2013 es un ardid inventado por la Junta para unificar bajo un lema común todas las obras ya comprometidas con la provincia se perfila peligrosamente a medida que transcurre el tiempo y tenemos oportunidad a analizar los movimientos que, en nombre de la conmemoración, hace el gobierno de Chaves.
Ayer se celebró en Granada el prometido Consejo de Gobierno para impulsar la conmemoración de 2013. La Junta, en su afán de demostrar lo mucho que le preocupa la provincia, preparó un golpe de efecto consistente en concentrar en un solo consejo las inversiones ordinarias de los últimos meses. No es que tales inversiones sean desfavorables, qué va, sino que servidas así, en gavilla, huelen a artimaña.
¿Y del Milenio propiamente dicho? Poco. Aparte de la creación del Parque de la Vega,añadido hace unos meses como gran (y de momento única) novedad a la conmemoración, el consejo se limitó a autorizar el convenio para crear el consorcio. Entonces ¿qué es el Milenio? ¿Qué debemos entender a cinco años vista por tal conmemoración? De momento nada concreto, mientras crece la sospecha de que se limite a ser una percha para colgar los proyectos en marcha. Ojalá me equivoque.
Una prueba. En la nota divulgada tras el consejo, el Gobierno define el Milenio como una conmemoración orientada a «proyectar los valores históricos y patrimoniales […] y a propiciar el encuentro entre las tres culturas del Mediterráneo (árabe, cristiana y judía)». Y agrega: «Paralelamente, se desarrollarán destacados proyectos de infraestructuras que culminarán antes de 2013». Y empieza a citar el AVE, la ampliación del aeropuerto , el Centro Lorca, la segunda circunvalación y, atención, ¡tachín, tachín!, nada menos que la autovía ¡Granada-Motril!
Sí señor, la Junta no ha tenido empacho en vincular al Milenio una carretera que debió entregar hace años y que ha reconcomido la paciencia de los granadinos. ¡Para el Milenio, a Motril! No es una propuesta muy diplomática.
Pero tampoco vale adelantar acontecimientos ni ser vocacionalmente pesimista. Es una buena noticia la designación del anterior rector de la Universidad de Granada, David Aguilar, para presidir el consorcio. Aguilar demostró ser un buen gestor y, por añadidura, reúne la difícil cualidad de ser una persona de consenso. A él, pero sobre todo a la Junta y a las restantes Administraciones, de las que depende la financiación, les corresponde disipar todas las dudas que acechan sobre la conmemoración.
El Milenio, en efecto, es un símbolo, un pretexto de avance, y así se debe plasmar en los próximos meses.
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