Los investigadores dudan de que los huesos correspondan realmente al Conquistador
El equipo de investigadores que dirige Mariona Ibars prevé solicitar la exhumación de los restos atribuidos al rey Jaume I que se encuentran sepultados en el Monasterio de Santa María de Poblet, cerca de Tarragona. «Nos gustaría pedirlo antes de Navidad», matizó la historiadora, quien agregó que aún tiene que consultarlo con sus colaboradores.
Estos expertos pretenden analizar los huesos del sarcófago para determinar si realmente corresponden a los del Conquistador. Este equipo presentó ayer los resultados de un estudio antropológico y de ADN sobre el contenido de la tumba del príncipe de Viana: estos restos no corresponden al hijo de Blanca I de Navarra y Joan II.
Los análisis han confirmado que los restos pertenecen a tres individuos distintos, ninguno de los cuales es Viana. El origen del error procede, según Ibars, del año 1836 cuando unos saqueadores «rompieron los sarcófagos y esparcieron y mezclaron los restos». En cualquier caso, ahora se sabe con seguridad que son de familiares del propio príncipe Carlos de Navarra y Aragón (o Charles de Évreux y Trastámara).
Entre las tumbas entonces violadas: la de Jaume I y la de Pedro IV de Aragón, el Cerimonioso (o Pere II de Valencia, el del Punyalet). «Fueron motivo de escarnio», lamentó Ibars, que tachó de «turba ignorante» a los profanadores que iban en busca de joyas.
La confirmación de la falsedad de los restos de Viana lleva a los especialistas a dudar aún más de la autenticidad de otros restos, como los de Jaume I. «Puede pasar de todo», reconoció Mariona Ibars. «Lo ideal sería verlo», puntualizó.
Uno de los miembros de su equipo, experto en antropología de la Universidad de Granada, Miguel Botella, coincide con la historiadora catalana: «Yo creo que no van a ser». En cualquier caso, el profesor del departamento de Anatomía y Embriología Humana, sostiene que el actual «sería el momento ideal» para hacer estos trabajos: en primer lugar individualizar los restos de las 114 personas (es decir; juntar todos los restos que correspondan a cada una) y, en segundo lugar y en la medida de lo posible, identificarlos.
Mariona Ibars, sin embargo, cree que no sería demasiado complicado identificar los restos de Jaime I. Falleció a los 68 (fue muy longevo para su época) y medía «más de un palmo de lo normal».
Con estas dos características sólo hay dos reyes en Poblet, Jaime I y su abuelo Alfonso II el Casto, fundador de la abadía de Poblet. La característica que diferencia a su nieto es una herida de flecha que sufrió el Conquistador en la cabeza.
Por este motivo, en su sarcófago hay dos cráneos. Uno con una gran traumatismo y otro con una marca más pequeña que podría corresponder con la flecha.
Ibars considera que con las pruebas antropológicas (ver si el esqueleto corresponde alguien muy alto y de unos 68 años) sería suficiente. Sin embargo, también se podría realizar un análisis del ADN, algo que en el caso del príncipe de Viana ha correspondido a la doctora Assumpció Malgosa, profesora de la Universidad de Barcelona.
Aislar ADN de familiares
En el caso de que fuera necesaria una comprobación del ADN, tras aislar diferentes restos de las dinastías de Aragón y Trastámara, se podría usar como referente los restos de los condes de Barcelona conservados en Toledo.
Para el análisis realizado por Malgosa se hizo un rastreo de los referentes sobre los que no hay duda y se comparó con restos de Johanna de Habsburgo (conservados en perfecto estado por los Médici de Florencia), con la zarina Alexandra de Rusia y con el duque de Edimburgo, todos ellos emparentados con Viana.
Los perfiles de ADN se han cruzado también con los conservados en Segovia y que se suponía eran de su madre (Blanca I de Navarra) y cuya falsedad ha sido ahora confirmada.
Pero antes de ello, según argumenta Mariona Ibars, habría que estudiar en qué estado están los restos, teniendo en que se trataría de unos huesos de hace 732 años (Jaume I falleció en 1276), más antiguos que los hasta ahora atribuidos al príncipe de Viana (1421-1461).
El deseo de Mariona Ibars, tras la publicación de un libro sobre el estudio realizado en los últimos siete años, es ir acercándose a los monjes cistercienses que viven en el monasterio. El primer paso, será cederles la página web creada sobre el estudio de Carlos de Navarra y Aragón (el príncipe de Viana).
Y mientras tanto la directora del equipo de investigación de los sepulcros de Poblet recuerda que es necesario el patrocinio de este tipo de estudios. El completo trabajo ahora concluido fue financiado inicialmente por la Obra Social de la Caja del Penedés.
«Habrá que buscar financiación», advirtió Ibars, para el estudio de los restos de Jaume I, si es que llega a producirse. El coste total de la investigación de los supuestos huesos de Viana ascendió a unos 70.000 euros.
Mariona Ibars explicó que en países como Alemania, Austria, Italia o cualquier otro, se tienen muy bien ubicados y conservados los restos de los antepasados regios y nobiliarios, y existe un enorme interés (o al menos mucho mayor que en España) de desarrollar estudios de este tipo.
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