– Recordando al abuelo
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la provincia de Granada envejece a marchas forzadas, mientras que la población inmigrante no ha dejado de crecer. En mayo de 1996, las personas mayores de 65 años en la provincia eran 35.770; pero once años después los ancianos eran 142.878, la cifra se había cuadruplicado; a la vez que se está produciendo una pérdida de población infantil. Otro fenómeno es que crece el área metropolitana, mientras decrecen las zonas rurales. En seis municipios, con menos de mil habitantes y con una renta de un 30% más baja que la media provincial, no nació ningún niño durante el 2006; en dieciséis pueblos no se asentó ninguna pareja recién casada; en diez municipios, el crecimiento de población fue cero, mientras que, en otros ochenta, el saldo fue negativo.
En España viven 7,4 millones de personas, con más de 65 años, y en Andalucía son 1,1 millones, lo que supone el 14,6% de su población, cuando en 1900 eran solamente el 4,7% de los andaluces. Un informe sobre ‘La situación social de los mayores en Andalucía´, elaborado por los profesores de la Universidad de Granada, Antonio Trinidad y Juan López, revela que los servicios sociales públicos apenas atienden a un escaso 2% de la población andaluza con más de 65 años.
“Más de un 80% habita en el hogar propio, rodeado de esposas y algún que otro descendiente, pero en el caso de las mujeres, apenas un 55% vive en casa acompañadas…”. El informe concluye diciendo que “se habla de egoísmo de los hijos y de abandono de ancianos”, dada la incapacidad de la familia moderna de atender a los abuelos. 1,6 millones de personas mayores en España viven solas en sus casas, porque tienen más libertad y autonomía. Las viudas son más reacias a volverse a casar –ellas se apañan mejor que los hombres–, mientras que los viudos van buscando el casorio y los garbanzos. Una cuarta parte de los mayores están solteros y no tienen descendencia. En España, el precio medio de una plaza en un geriátrico es de 1.550 euros al mes. “¿Y esto, quién lo paga?”, preguntaría el escritor Josep Pla. “Esto sólo pueden pagarlo los ricos”, le respondería el actor Pepe Isbert, al que considero como mi abuelo.
Lo peor es cuando no puedas valerte por ti mismo y, como hemos visto, la sociedad es cada vez más insolidaria. Un estudio sobre ‘El maltrato de personas mayores en la familia en España´, elaborado por Isabel Iborra, del Centro Reina Sofía, señala que “una de cada cien personas mayores de 65 años se siente víctima de maltrato en el ámbito familiar, lo que significa que hay 60.000 afectados por vejaciones en el hogar”. Pero hace dos años, la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados afirmaba que “alrededor de 400.000 personas mayores sufren algún tipo de maltrato en España”. Y el doctor Rafael Rodríguez opinaba que, “de cada diez casos de maltrato a ancianos, sólo trasciende uno, y la mayoría no llega a ser denunciado”. El Consejo sobre el Envejecimiento calcula que, en los Estados Unidos, se producen abusos en un 5% de los ancianos, y da unas indicaciones: “Si detectas alguna, llama al Servicio de Protección para Adultos: cortes, cicatrices, quemaduras, reclusión, aislamiento, depresión, temor, ansiedad, confusión mental, falta de higiene, ambiente nocivo, retiros bancarios extraordinarios, firmas extrañas en sus cheques…”. En Andalucía se producen dos denuncias al día, pero muchas víctimas no denuncian el maltrato por temor a las represalias, porque les da vergüenza, por tratarse de la familia, porque los lleven a un asilo…
En febrero, el Defensor del Pueblo Andaluz llamó la atención a la Junta por los vagos resultados que detecta un año después de la entrada en vigor de la Ley de Dependencia. También presentó un documento, elaborado con la colaboración de la Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerontología. Al evaluar los programas específicos en atención primaria para los mayores de 65 años, señala que “su aplicación es más testimonial que efectiva. Y el SAS no incluye entre sus servicios especializados la geriatría”. Baste decir que, en la residencia para personas mayores de Armilla han suprimido 80 plazas a causa de las obras. La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, afirmó el día 23 que “la actual coyuntura económica que atravesamos puede que tenga alguna influencia en el despliegue de la Ley de Dependencia” y el Banco de España ya ha pedido que se reformen las pensiones, para evitar el colapso de las finanzas públicas. Por San Juan, mi abuelo tenía la costumbre de darnos un duro a cada nieto, cuando mi paga semanal era de dos reales. Le dábamos un beso y, con aquel dineral en el bolsillo, el mundo era nuestro. Por eso debemos de estarles agradecidos en el Día del Abuelo.
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