– La protesta universitaria se desmadra con más actos vandálicos y agresiones
Medio centenar de estudiantes contra el Plan Bolonia cortaron el tráfico, rompieron cadenas del Hospital Real y golpearon a un decano El rector ampliará la denuncia a Fiscalía con este nuevo asalto.
El objetivo era protestar por el Plan Bolonia, una reforma educativa que cambiará la estructura de las carreras universitarias. Con esta idea volvieron a salir a la calle ayer un grupo de estudiantes universitarios, cerca de cincuenta, armados con cruces de cartón negro y un gran ataúd. Vestían de negro para llorar lo que ellos califican de muerte de la Universidad pública. Y para dejar clara su pena, fueron cortando el tráfico durante su camino desde la facultad de Ciencias del Trabajo hasta el Hospital Real, sede del Rectorado. Durante las tres horas que duró su protesta, representaron el entierro que tenían previsto y cantaron cosas como: «Bolonia No», «Queremos becas, no hipotecas» o «Esta reforma la vamos a parar». Ellos reivindicaron con energía la universidad pública y gratuita. Pero también emplearon su energía para saltar la valla del Hospital Real y cortar, con una gran cizalla la cadena de la verja del Hospital Real. También hubo energía para insultar al rector y llegar incluso a agredir al decano de Ciencias del Trabajo.
Nueva denuncia
La Universidad ampliará la denuncia que ya presentó tras el asalto de la facultad de Políticas ante la Fiscalía, que ya ha designado a una fiscal para que investigue los hechos y a los participantes.
La concentración comenzó a las doce del mediodía y partió de la Facultad de Ciencias del Trabajo, donde mantienen un encierro desde hace 17 días. Desde que salieron fueron cortando el tráfico de la calle rector López de Argüeta, San Juan de Dios y Cuesta del Hospicio -Gran Vía la dejaron para después-.
Al verlos llegar y ante los incidentes ocurridos anteriormente, los vigilantes de seguridad cerraron la valla, lo que provocó las quejas del medio centenar de estudiantes que se congregaban allí. Una docena de ellos se decidió a saltar la verja, de unos tres metros de altura, pero en cuestión de minutos apareció otro joven, del grupo de manifestantes, que llamó al resto para que se congregaran en la puerta. Escondiendo el rostro en la capucha de una sudadera y pidiendo constantemente al resto de manifestantes que lo taparan, descubrió una enorme cizalla, de más de un metro de longitud, con la que cortó en segundos la cadena de la verja.
Tensión
A varias decenas de metros, al menos una docena de agentes de la Policía Nacional observaban de lejos la situación. El rector ya se ha mostrado contrario a la intervención policial en otras ocasiones como el asalto a Políticas, y esta vez tampoco requirió a los agentes, preparados para intervenir.
Así que los chicos entraron al Hospital Real y el rector decidió bajar. Escoltado por varios miembros de su equipo de gobierno y por los cuatro vigilantes de seguridad del Rectorado, Francisco González Lodeiro intentó dialogar con el medio centenar de estudiantes congregados allí. Ya habían tenido una asamblea pocos días antes, de más de cinco horas de duración, en la que Lodeiro y los estudiantes intercambiaron ideas. Pero ayer los ánimos estaban muy caldeados y no hubo diálogo.
El rector se reiteró en su defensa de la universidad pública y los estudiantes le exigieron que convocara un paro académico para informar sobre el proceso de Bolonia. Un sistema que lleva ya años en marcha y que incluso se está desarrollando con programas piloto en varias facultades.
En el encuentro entre los estudiantes, que mantenían una actitud desafiante, y el rector, con indignación contenida, se vivieron momentos de tensión. Pero no llegó la sangre al río. Atrás dejaban la escalada de la verja, la rotura de la cadena y varios gritos y reproches.
De vuelta a la facultad de Ciencias del Trabajo, decidieron hacer una sentada en la rotonda que une Gran Vía y avenida de la Constitución. Eran casi las dos del mediodía y el medio centenar de universitarios trasladaba a la ciudad su problema dejando paralizada la principal arteria del centro. Escalaron por el mástil de la gran bandera de España y a los diez minutos, decidieron irse. No dieron tiempo a que nadie ordenara disolverlos. Esa estrategia les salió bien durante todo el día.
Agresión
Pero lo peor estaba por llegar. El grupo de estudiantes decidió volver a la sede de la Facultad de Ciencias del Trabajo y la Escuela de Trabajo Social, que han okupado desde hace días. Allí llegaron con los ánimos calientes y ciertamente envalentonados porque nadie les había puesto freno a ninguna de sus acciones. Ya dentro de la facultad, sin motivo aparente, continuaron con los insultos, en esta ocasión al decano de Ciencias del Trabajo, Antonio Delgado Padial, que lleva días soportando esta situación. Amparado por la multitud, uno de los jóvenes le estampó una tarta en la cabeza, golpeándole seguidamente en el cuello. «Esto ha pasado ya de castaño a oscuro», decía el decano, que ha mantenido el tipo durante ya muchos días de okupación de la facultad por parte de un grupo de estudiantes.
El decano informó al rector de esta agresión, que se unirá a la denuncia por daños que remitirá Lodeiro a la Fiscalía para ampliar el informe que ya remitieron tras el asalto de Políticas. El Ministerio Público ya ha asignado a una fiscal a este caso, en el que investigarán el asalto a la facultad de Políticas, el nuevo asalto de ayer al Hospital Real y la agresión al decano de la facultad de Ciencias del Trabajo. Además, hubo un grupo que también causó destrozos en la facultad de Ciencias
Lodeiro se mostró ayer indignado por la situación vivida en el Rectorado, y mostró su preocupación por el cariz que están tomando los hechos. Hasta ahora ha intentado dialogar, pero los chicos no se limitan a las palabras.
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