– El Instituto de Cultura Gitana premia la trayectoria literaria de Heredia Maya
El poeta «reúne en su obra ese elemento mágico de los gitanos y de la libertad» Pese a estar débil, recogió el premio con su mujer e hijos
José Heredia Maya «ha sido tan coherente en su pensamiento llevado a la vida y en sus teorías llevadas a la práctica que por eso podemos decir que tiene el reconocimiento de la comunidad gitana y de la no gitana». Así lo expresaba su mujer, Matilde Moreno, en la entrega de la primera edición de los premios del Instituto de la Cultura Gitana, dependientes del Ministerio de Cultura, que se celebró anoche en el Museo Reina Sofía, de Madrid, en la que se distinguió al autor granadino por su indudable aportación a la literatura española y su profunda y objetiva divulgación del sentimiento gitano a través de sus obras teatrales.
Aunque algo débil debido a la enfermedad que padece desde hace algunos años, Heredia Maya, que recogió el premio acompañado de sus hijos Pepe y Elías, aseguró que este gesto le hace sentirse «una gloria nacional gitana» y le llena plenamente de satisfacción. Querido y admirado por muchos, señaló que no sabe si es un ejemplo para otros, pero que «sí me he esforzado en el asunto gitano toda mi vida y en toda mi trayectoria literaria». Profesor de Literatura de la Universidad de Granada, echa de menos, dijo, que «no haya más firmas gitanas en el mundo literario», así como espera que cada vez «vayan más gitanos a la Universidad», si se fomentan «más becas, y se les da más facilidades y apertura».
Autor de obras teatrales como Camelamos naquerar y de libros de poemas como Penar Ocano, Charol, La mirada limpia o Experiencia y juicio, Heredia Maya, de 61 años, no para de trabajar pese a su enfermedad. Todos los días se sienta ante el ordenador y se esfuerza por mantenerse lo más ágil posible caminando largo tiempo todas las tardes, explicó su mujer, también profesora de la Universidad de Granada. En este momento está preparando una obra teatral, que tendrá por título El hijo del poeta y sus amigos jóvenes, «que no pierde la esperanza de llevarla a los escenarios», y en la que plasmará su idea de «cómo el ritmo y la música son anteriores a cualquier acción del hombre», según él mismo explicó, además de que tiene un libro de poemas inéditos por publicar, «de una profundidad, hondura y emoción desarmantes», señalaron sus familiares.
En el acto de entrega de estos primeros Premios de Cultura Gitana, que llenó el salón de actos del Museo Reina Sofía, el director del Instituto de la Cultura Gitana, Diego Fernández, definió a José Heredia Maya, además de como «una persona absolutamente entrañable», como uno de los poetas españoles contemporáneos más importantes. «Es un poeta premonitorio, que reúne en su intensa obra ese elemento mágico de los gitanos, de lo andaluz y, sobre todo, del concepto de la libertad». El Instituto de Cultura Gitana dedica el primer número de su revista Cuadernos gitanos a la figura y obra de Heredia Maya.
Hijos orgullosos
Sus orgullosos hijos aseguraron que habían visto a su padre «muy emocionado desde el momento que le comunicaron la concesión de este premio». «Para él significa que sus amigos, que la gente por la que ha trabajado y luchado se encuentra a su lado en las duras, lo mismo que lo estuvo en las maduras», y toda una satisfacción «encontrarse con toda esta gente que le sigue rindiendo homenaje, especialmente en un país que es aficionado a hacer homenajes póstumos, porque él hacía tiempo que decía que se los den de vivo».
Desde el punto de vista intelectual, el premio supone el reconocimiento a una trayectoria literaria «con un enraizamiento profundo en ser gitano», explicaron Pepe y Elías Heredia Moreno. «Ha pretendido siempre acercar la cultura oral gitana a la llamada alta cultura libresca, y ese ha sido parte de su afán literario». «Algo que él querría resaltar», puntualizaron, es que su actividad dramatúrgica y literaria, partiendo de sus raíces, «tiene una calidad literaria independientemente de su gitaneidad».
«Siempre luchó contra la consideración de la literatura o el arte gitano como una subcategoría». «Él hacía poesía, no hacía poesía gitana, él hacía teatro, no teatro gitano y le dolían expresiones como literatura gitana o literatura femenina, porque era restar valor a una literatura que tiene valor intrínseco, algo que defendió desde sus comienzos», y así ha sido visto y elogiado, «independientemente de su origen», por muchos grandes del momento, como Vicente Alexandre, José Hierro, o Blas de Otero.