– «La Facultad será decisiva para impulsar el desarrollo empresarial que falta».
Santiago Carbó analiza la evolución de las empresas granadinas en los últimos setenta y cinco años y valora la situación actual de la economía y las viviendas.
La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada (UGR) cumple setenta y cinco años. Lo hace organizando diferentes eventos y recopilando información de las miles de personas que se han formado desde que echó a andar la Escuela de Comercio. El actual decano de la facultad, Santiago Carbó, ahora en Chicago en la Reserva Federal que le reclamó para un trabajo de investigación, nos cuenta qué se está preparando para este aniversario y analiza la situación de las empresas granadinas y la crisis económica a nivel local y nacional.
-Muchos años formando empresarios, la primera pregunta es obligada ¿Qué se va a hacer para celebrar el setenta y cinco aniversario?
-Como bien dice, 75 años de historia es un largo periodo que invita al homenaje y a la reflexión. Durante todos esos años han sido muchos quienes han participado en el proyecto que nos ocupa y lo han hecho posible y sus vidas pueden servirnos de ejemplo en muchos aspectos. La preparación del 75º aniversario incluye diferentes programas ya proyectados y algunos en curso con el patrocinio de la UGR y la propia Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Estamos recopilando toda la información disponible sobre los hombres y mujeres -desde el principio ya la Escuela contaba con un número relativamente alto de mujeres en sus aulas- que formaron dicho universo (profesores, administradores y alumnos), seguir sus carreras profesionales, dentro y fuera del centro, y evaluar sus ilusiones y sus esfuerzos, sus fracasos y sus logros. Se está preparando un futuro volumen dedicado a Los Cien Empresarios Andaluces. Si todo va bien, esperamos aportar el ejemplo de un buen número de empresarios y titulados mercantiles granadinos que salieron de nuestras aulas y que desempeñaron -muchos aún desempeñan- un importante papel en la empresa de nuestra región. Y permítame que, llegados a este punto, agradezca la colaboración de IDEAL, que ha puesto a disposición de nuestros especialistas su magnífica base de datos, única sin duda para el conocimiento de la vida local durante todos aquellos años.
-¿Hay ya algún nombre de los empresarios que se van a homenajear o será a modo genérico?
-Se intentará un homenaje a todo un colectivo o, mejor, a toda una profesión y a la institución en que se formaron. No obstante, una vez que hayamos podido reconstruir las historias de las vidas de nuestros protagonistas individuales, estaremos también en condiciones de determinar con sólido fundamento cuáles fueron las empresas más significativas de Granada durante los últimos setenta y cinco años; quienes fueron los hombres de empresa más distinguidos y quienes los profesionales más audaces a largo plazo. Todo ello a deducir del consenso general de la profesión cuya historia queremos escribir. Y no debemos olvidar que la empresa privada es sólo una parte del horizonte profesional de los titulados y licenciados de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Las administraciones públicas fueron y aún son también el destino de muchos de ellos.
-Si se hace un repaso por la historia de las empresas y la economía de Granada ¿El balance es positivo?
-Es difícil de precisar una valoración tan subjetiva, aunque el esfuerzo de tantos merece una respuesta algo positiva, sobre todo esperando un futuro más ambicioso. La respuesta correcta depende de las etapas que se consideren. Una primera etapa -años cuarenta y cincuenta- corresponde al desmantelamiento de la industria y la empresa tradicionales (electricidad, harinería, azúcar..). Fue una etapa algo triste y poco dinámica. En una segunda etapa se aprecia un serio desconcierto que sólo se pudo superar cuando se puso claramente de manifiesto que el futuro pasaba por una economía abierta en el marco de la Unión Europea. Pero esto último es un fenómeno reciente y para llegar a él hubo que remodelar a fondo la economía y la sociedad local.
-¿Qué hubiera sido necesario para ir un poco más lejos y ser más punteros?
-La historia y la economía de las empresas han resaltado a menudo la acción de los grandes hombres. Tal vez en exceso. El desarrollo económico se basa en realidad en un denso tejido social de seres humanos normales y corrientes; un complejo interactivo de contactos personales, que era impulsado y realimentado por oportunidades reales y perceptibles en el momento. En ese terreno la realidad local no ha sido muy halagüeña durante la etapa que nos interesa, pero ahora se presenta más prometedora. Es indudable que el contacto con otras realidades y la apertura física y mental de nuestras empresas y empresarios son un factor clave y una lección para el futuro. Visto de este modo, la aportación de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales puede ser valorada como decisiva al suponer un proceso importante de formación de capital humano directamente orientado a la actividad empresarial. Contribuye así a generar un capital social cuya calidad depende de forma innegable de la calidad de la docencia y de la investigación y del prestigio de esta facultad.
-¿A veces se destaca la falta de empresas en Granada, qué se debería hacer para superar eso?
-En línea con la respuesta anterior diría que, además de formar capital humano especializado, la actual facultad debería contribuir a la formación de un clima de generación de actividad de empresarial de emprendedores, de verdaderos desarrolladores de iniciativas empresariales allí donde se aprecien oportunidades reales. Cada vez son más, para nuestra satisfacción, los licenciados que optan por este camino, por cuenta propia, si bien es cierto que muchos de ellos acaban fuera de nuestra provincia, donde muchas veces no se valora lo propio como se merece.
-¿Qué les falta a las empresas de Granada?
-La carencia de infraestructuras adecuadas es tanto una realidad muy dura como una cierta excusa algo recurrente. Falta algo de capital social y estructura de sociedad civil, apertura al exterior, sentido de pertenencia a un mundo más global y, tal vez, capacidad de cooperar (si bien en este terreno se ha avanzado bastante desde las organizaciones empresariales y comerciales locales). Es indudable, en todo caso, que muchas de estas cosas están cambiando y que hay muchos esfuerzos que valorar, premiar e impulsar, pero queda mucho y se está perdiendo el tren de otras realidades sociales y empresariales no sólo a escala europea sino en escala española, donde el desarrollo civil, humano y social van de la mano.
-Claro está que en la escuela y después en la facultad no se han formado sólo a técnicos, empresarios… que han trabajado sólo en Granada también se han instalado en otras ciudades, provincias ¿Cuál ha sido la aportación de este centro?
-Ya sabemos que la primera alumna matriculada en el centro venía de Tetuán. Granada ha ejercido siempre una notable capacidad de atracción en un entorno muy amplio y tanto la UGR como nuestra facultad han sido pioneras en la materia. Sin embargo, al margen de esa evidencia he de aplazar por ahora la respuesta a la pregunta que me hace. Precisamente estamos recopilando la información necesaria para poder saberlo.
— ¿Cuáles son ahora los principales problemas de la Facultad de Económicas?
-Pareceré repetitivo, pero las infraestructuras son ya, más que un problema, una auténtica necesidad imperiosa. Se ha avanzado mucho en investigación, innovación docente y competitividad en algunas áreas y es necesario extender esta cultura competitiva y cooperativa para ser un centro de referencia y colocarse en el mapa internacional. El bilingüismo (castellano-inglés) sería también una apuesta importante en la docencia, pero no depende completamente de nosotros como facultad.
-¿Llegará pronto el nuevo edificio tan demandado?
-Ójala pudiera decirle que sí. En este punto, y en consonancia con lo que se vino anunciando, nos conformaríamos con un proyecto integral y consensuado a largo plazo, presupuestado y aprobado que supusiese una solución definitiva. De momento, no tenemos claros indicios al respecto de que sea posible hacerlo en el campus de Cartuja en un plazo razonable.
-Cambiando un poco de tercio, la economía y las empresas están siempre en el punto de mira, pero ahora un poco más por la crisis, usted conoce perfectamente esos problemas y déficit ¿Cuál es su valoración?
-Son tiempos duros. Ahora ya es indudable para cualquiera porque se percibe en multitud de facetas en el día a día. En España la crisis tiene sus elementos distintivos. De modo muy apresurado le diría que el verdadero catalizador de los problemas en España es la fuerte desaceleración de la actividad en el mercado inmobiliario y que la crisis de liquidez no hace sino exacerbar los efectos de esa desaceleración.
-¿Habrá que ajustarse mucho el bolsillo?
-No parece que sea el momento más oportuno para dispendios pero, en todo caso, las familias ajustan sus gastos en circunstancias así. El crédito al consumo había supuesto hasta ahora una cierta válvula de escape, pero esta válvula se cierra de forma significativa por motivos de precaución ante el riesgo que conlleva para los hogares, ya de por sí bastante endeudados.
-Desde Chicago, desde la Reserva Federal ¿Cuál es el consejo que da a quienes quieran comprarse una casa, lo hacen ya o se esperan?
-Depende de muchas cosas y, principalmente, de la necesidad (imperiosa o no) de acceder a la vivienda. En todo caso, más que aconsejar me gustaría desear que se produzca una mejora en el acceso a la vivienda. El mercado se tiene que acomodar gradualmente. Aún siendo impopular, no parece que haga falta mucha vivienda nueva, sino que aflore la enorme bolsa de viviendas vacías que existe de forma que los precios puedan acomodarse a niveles de equilibrio. Durante el próximo año surgirán muchas ofertas interesantes para quien busque vivienda y cuente con financiación para ello. Esta circunstancia es habitual cuando hay gente que debe más al banco de lo que vale la vivienda que adquirió.
-¿Qué sectores serán los que lo pasarán peor?
-Al margen del sector inmobiliario, el sector turístico puede verse algo resentido (aunque todavía no ha sido así de un modo claro), no ya sólo por la crisis sino por la tremenda fortaleza del euro frente al dólar y frente a la libra esterlina. Habrá que ver cómo se comportan las exportaciones con un euro tan caro. No será una recuperación rápida, pero puede ser, una vez más, una oportunidad para plantear reformas estructurales que nos aporten mayor flexibilidad a nuestra estructura productiva.
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