– La Granada gonzalista.
Poesía en el Palacio y la Facultad de Letras rinden homenaje al desaparecido poeta asturiano Ángel González, primer Lorca y un enamorado de la ciudad de la Alhambra.
ESTABA anunciado. El poeta Ángel González debía ofrecer una lectura de sus poemas hoy en el Palacio de los Patos, pero recibió la visita de la dama de la guadaña. Mientras se encontraba internado en el Hospital estaba ilusionado con la visita a Granada, con su lectura y con el acto de homenaje de la Facultad de Letras, una entrevista colectiva para la revista Letra Clara.
El poeta granadino Luis García Montero acaba de regresar de Oviedo. Fue el encargado de trasladar las cenizas de Ángel González desde Madrid a la capital ovetense, donde reposan en el panteón familiar. Viene acompañado de la viuda del poeta, de Susana Rivera, quien estará presente en los homenajes granadinos al autor de Áspero mundo y primer premiado con el García Lorca.
Granada y González mantuvieron una relación especial, que comenzó a mediados de los años ochenta. «Fue durante el encuentro de poetas de la generación del 50, que organizó la revista Olvidos de Granada como conocimos a Ángel González», recuerda Luis García Montero. Le gustó la ciudad. El autor de Palabra sobre palabra se interesó por un acuerdo entre la Universidad de Nuevo México, de la que era profesor, y la de Granada. «Gracias a aquel convenio estuvo todo el curso 89/90 en la Universidad granadina como profesor visitante y como una especie de tutor de los estudiantes de Nuevo México», señala García Montero.
En esos nueve meses, González se alojó en el Carmen de la Victoria, en el Albaicín. «Le gustaba mucho bajar paseando desde el carmen albaicinero a Plaza Nueva y también caminar por la vieja ciudad, por los alrededores de Bib-Rambla», rememora el poeta granadino.
Las noches las pasaba en La Tertulia, el local más literario del momento y donde se reunían los poetas granadinos, la cuna de lo que se llamó la Otra sentimentalidad. «Visitaba muy a menudo La Tertulia, un lugar que frecuentó mucho y donde quedábamos a tomar copas», narra García Montero.
«Una de las cosas que más le gustaban era ir a comer pescado frito a Motril y al Puerto de Albolote, con lo que disfrutaba mucho», señala el autor de Habitaciones separadas.
Ángel González también fue invitado en varias ocasiones por el Aula de Poesía de la Universidad y participó en el ciclo llamado El intelectual y su memoria. En una de aquellas visitas, Irene, la hija mayor de Luis García Montero, fue la protagonista de una anécdota gonzalista. El poeta se presentó un día en la casa de Luis García Montero. Irene le abre, ve al ovetense y dice: «Papá, en la puerta está Fray Leopoldo».
González recibió en repetidas ocasiones el homenaje y reconocimiento de los poetas granadinos. Uno de aquellos actos memorables fue el que se organizó en La Tertulia, allá por diciembre de 2002, aprovechando el congreso dedicado a Rafael Alberti. El boca a boca sirvió de anuncio de la sorpresa ideada por Luis García Montero, que organizaron los poetas de la Asociación Cultural La Tertulia. En la lectura de poemas participaron José Carlos Rosales, Álvaro Salvador, Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Ángeles Mora y Benjamín Prado, entre otros, y los jóvenes poetas leyeron algunos versos editados en un cuaderno especial dedicado a Ángel González, que llevó por título Palabras sobre palabras.
Tras la lectura de la antología tomó la palabra Joaquín Sabina, quien dio la sorpresa de la noche con la lectura de unas sevillanas inéditas dedicadas al poeta asturiano, que concluían así: «Áspero mundo, abismo, pan con cristales, dioses mortales hacen del catecismo malos modales, tratado de urbanismo, Ángel González».
Más tarde se le concedía el premio García Lorca y el poeta asturiano veía su nombre junto al del autor de Poeta en Nueva York. Ya no se podía estar más unido a Granada.
Poetas
La poeta Ángeles Mora participa en el homenaje que se celebra hoy en el Palacio de los Patos. «Siempre he sido gonzalista», afirma. «Ha sido uno de los poetas que más me han impresionado, una persona entrañable con quien pasamos muchas noches en Granada y a quien le gustaba mucho cantar y estar con los amigos», recuerda. «Es un excelente poeta, cercano, que nos dice lo que llevamos dentro», añade.
Álvaro Salvador participará en el acto que se celebrará mañana en la Facultad de Letras y lamenta que «se esté destacando más la faceta folklórica de Ángel que su inteligencia, serenidad, moderación, amistad y confidencia». El autor granadino, frente a los que consideran a González como un poeta menor, lo considera el «continuador español de las vanguardias, el único de su generación, que usaba el humor y la ironía con esa transgresión tan hispanoamericana».
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