– Dos proyectos polémicos: el plan director de la Alhambra y el teleférico a Sierra Nevada
LOS temas del verano en la ciudad de Granada van a ser el Teleférico a Sierra Nevada y el Plan Director de la Alhambra, por motivos muy diferentes aunque con un denominador común la presencia de la política en el peor de los sentidos en ambos temas.
En cuanto al Plan Director de la Alhambra hay que enjuiciarlo dentro de un perjudicial desencuentro entre la sociedad civil granadina y la Junta de Andalucía hegemónica en el gobierno del Patronato de la Alhambra.
El periódico IDEAL ha ilustrado de manera ejemplar, en los últimos meses, los enfrentamientos Cea y Junta de Andalucía con respecto al POTA y en tono menor el nulo caso que el Patronato de la Alhambra ha hecho a la Confederación Granadina de Empresarios con referencia a prorrogar el plazo de alegaciones para aportar su grano arena al Plan Director de la Alhambra.
Tuve la oportunidad de conocer el Plan Director de la Alhambra invitado por la directora del recinto, Dª María del Mar Villafranca, con la que he tenido algunos desencuentros y a la que pese a todo profeso un gran respeto y una profunda admiración como persona.
El Plan Director de la Alhambra es, como toda obra humana, perfeccionable e indudablemente cuanta mayor participación sectorial de la sociedad civil de Granada tenga, será indudablemente más acertado en sus conclusiones y objetivos, y lo granadinos lo sentiremos mas nuestro.
Desde mi punto de vista dos grandes debilidades tiene el futuro documento:
EN prime lugar el estudio económico es débil, está mal fundamentado y no recoge ni el estudio previo de los datos macroeconómicos que maneja ni se prevé un seguimiento futuro mediante la creación de una oficina de seguimiento del Plan en su aspecto económico financiero. He de lamentar que teniendo excelentes profesionales en ese campo en la Facultad de Ciencias Económicas de Granada y pese a existir una colaboración en otros temas del Plan con la Universidad de Granada, se haya tenido que buscar para su ejecución a un profesor de geografía económica de la Universidad de Zaragoza y es que los caminos de la política son inescrutables, profesor que no entró en su especialidad, el desarrollo sostenible, y sin embargo invadió la ajena con gran torpeza, a mi juicio.
En segundo lugar, no se tiene en cuenta la comunicación del recinto monumental de la Alhambra con el casco histórico de la ciudad de Granada, pese a que existen brillantes soluciones para una comunicación entre ambas zonas culturales y en uso de soluciones demagógicas que ignoran el importante desnivel entre la Alhambra y la ciudad, los redactores del Plan aíslan una vez más al recinto musulmán de su entorno, creando una reserva apache para mayor gloria de sus actuales amos. Todo ello con indudable perjuicio de una ciudad que tiene en el turismo una de sus principales fuentes de riqueza.
La Alhambra se convierte así en un extraño para Granada y sus gentes, para mayor beneficio de la vecina ciudad de Málaga y sus empresarios de hostelería y turismo.
No entro en los indudables valores de Plan en áreas que no son de mi especialidad, sería interesante conocer la opinión del Colegio de Arquitectos de Granada, de Ingenieros o de Doctores y Licenciados en aspectos que el Plan ha tratado de con mas profesionalidad y extensión que el económico financiero.
La Junta de Andalucía y el Patronato de la Alhambra por higiene política deberían no solo haber sido, en la participación de la ciudadanía en el Plan, honestos sino parecerlos y las prisas en aprobar temas de tanta trascendencia da que pensar. No basta con aparecer con un mamotreto ante la ciudadanía, se debe de haber contado con la sociedad civil en el estadio previo a la redacción del Plan. Los talleres que el Consejo Social de la ciudad de Granada creó para la redacción del Plan Estratégico de la ciudad deben ser un modelo a seguir, por su ejemplaridad, en futuros planes y debería haber sido el espejo en el que debía haberse mirado el Patronato de la Alhambra.
EL Teleférico a Sierra Nevada es más de lo mismo, desencuentro entre unos empresarios granadinos y la Junta de Andalucía. Aquí sí es verdad que me pierdo, se trata de un proyecto que mejora la comunicación de Sierra Nevada con la ciudad de Granada, que pretende ser un medio limpio de transporte frente a la actual alternativa, el uso del vehículo privado o el transporte por autocar, para acceder a las pistas de esquí, donde también rige la estación un virreinato impuesto por la Junta de Andalucía.
En este caso la actuación política se instrumentaliza mediante la actuación mediática de ecologista amigos, y perdonen este término, ya que todavía no he tenido la oportunidad de conocer ecologistas independientes. Y se forma el cacao. Yo he pedido algunos datos económicos, es lo mío, sobre este tema y me han proporcionado un estudio de valoración de impacto económico financiero que no desdeña el impacto ecológico. Solo una pega pongo, no al informe sino a quien lo encargó, la empresa granadina Teleférico Sierra Nevada, S.A., y es que no lo encargara a profesionales de Granada, que se lo hubieran hecho con el mismo rigor.
En el citado informe, después de ponderar la indudable ventaja que sobre el medio ambiente de la ciudad de Granada y Sierra Nevada tendría este medio de transporte, como alternativa al transporte privado por carretera, cosa que vería un ciego no comprometido con el pesebre político, el proyecto maneja unos datos de indudable interés económico:
1.- Se incrementa el valor añadido bruto (VAB) de la provincia de Granada en un 0,8%
2.- Se crea un efecto inducido en el empleo de la Provincia de Granada de 2.084 empleos, 840 de carácter temporal en la construcción del teleférico.
3.- Se prevé un impacto medioambiental positivo que se cuantifica en 489.000 euros anuales.
4.- Se prevé una inversión por la ejecución del proyecto de 40.475.000 euros.
5.- El Teleférico que es uno de los mas grandes de Europa tendrá una longitud de 19 Km y transportará 3.000 personas a la hora, suficiente para eliminar prácticamente el tráfico por carretera a la estación de esquí de Sierra Nevada.
TRADICIONALMENTE se ha tachado al empresariado granadino de poco inversor, de no acudir a los proyectos de trascendencia económica para nuestra provincia, de ser cobarde, etc., incluso hasta yo en momentos de desaliento he pensado en eso, pero al ver las tremendas dificultades que padecen nuestros emprendedores de carácter financiero, de falta de infraestructuras, de obstáculos burocráticos y de zancadillas políticas, he de confesar que estoy empezando a cambiar de pensamiento. La falta de iniciativa empresarial es desánimo ante cualquier proyecto de impacto para el desarrollo económico de Granada por culpa o a causa de las trabas burocráticas impuestas por sus gestores políticos.
El bofetón dado por el Patronato de la Alhambra a la Confederación Granadina de Empresarios y las trabas al proyecto del Teleférico a Sierra Nevada no son de recibo a una ciudad que por ser acogedora y hospitalaria se ha vista privada de la soberanía sobre sus riquezas naturales, el poco peso que tiene la sociedad civil granadina en el diseño de su futuro es una injusticia histórica que puede propiciar operaciones de cierto calado para romper con una autonomía que cada vez nos es más ajena.
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