A los españoles les gusta ser europeos

– A los españoles les gusta ser europeos
La mayoría coincide en que pertenecer a la UE resulta beneficioso, pero muestran escaso interés y conocimiento de las instituciones

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50% dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5% cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82% de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5% para los salarios.

No cala la identidad europea

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada. Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2% en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4%).

Desinformación

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.
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A los españoles les gusta ser europeos

– A los españoles les gusta ser europeos
La mayoría coincide en que pertenecer a la UE resulta beneficioso, pero muestran escaso interés y conocimiento de las instituciones

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50% dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5% cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82% de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5% para los salarios.

No cala la identidad europea

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada. Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2% en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4%).

Desinformación

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.
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A los españoles les gusta ser europeos

– A los españoles les gusta ser europeos
La mayoría coincide en que pertenecer a la UE resulta beneficioso, pero muestran escaso interés y conocimiento de las instituciones

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50% dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5% cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82% de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5% para los salarios.

No cala la identidad europea

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada. Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2% en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4%).

Desinformación

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.
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A los españoles les gusta ser europeos

– A los españoles les gusta ser europeos
La mayoría coincide en que pertenecer a la UE resulta beneficioso, pero muestran escaso interés y conocimiento de las instituciones

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50% dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5% cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82% de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5% para los salarios.

No cala la identidad europea

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada. Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2% en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4%).

Desinformación

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.
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A los españoles nos gusta ser europeos, pero ni nos interesa ni conocemos la UE

– A los españoles nos gusta ser europeos, pero ni nos interesa ni conocemos la UE

El 82 por ciento de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5 por ciento para los salarios

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50 por ciento dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5 por ciento cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La UE ha sido perjudicial para el bolsillo

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82 por ciento de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5 por ciento para los salarios.

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada.

Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo. Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.

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Juez 11-M Gómez Bermúdez recibirá galardón del Colegio Farmacéuticos Málaga

– Juez 11-M Gómez Bermúdez recibirá galardón del Colegio Farmacéuticos Málaga

El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, quien presidió la vista sobre los atentados del 11-M, recibirá el miércoles la H de Oro 2007 que otorga cada año el Colegio de Farmacéuticos de Málaga, en reconocimiento a su trayectoria profesional y personal.

Además de Gómez Bermúdez, también será galardonada la farmacéutica miembro del grupo de investigación de la Universidad de Granada Isabel Baena Parejo, informó el Colegio en un comunicado.

La entrega de la H de Oro tendrá lugar en la Caseta de La Rebotica en el Real de la Feria de Málaga en el Cortijo de Torres, que cada año es escenario de esta celebración.

La distinción está inspirada en el personaje del boticario de la Verbena de la Paloma, Don Hilarión, simpatizante de verbenas y ferias, y se concede desde hace 26 años.
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El juez responsabiliza a Fomento por la muerte de seis trabajadores

– El juez responsabiliza a Fomento por la muerte de seis trabajadores

El magistrado considera que no se hicieron las revisiones pertinentes a unas soldaduras

Los responsables del ministerio de Fomento y de las empresas constructoras, tendrán que declarar por el desplome de la A-7 en Almuñécar (Granada), tras ser imputados por el juez que investiga el accidente que costó la vida a seis trabajadores en 2005, al caerse una plataforma situada a 68 metros encima suyo, mientras trabajaban en las obras de rehabilitación de la citada vía.

El magistrado, estableció en un auto con fecha de 1 de agosto, que tomará declaración al jefe de Demarcación de Carreteras del Estado de Andalucía Oriental y al ingeniero director del proyecto de ejecución de obras del tramo de la autovía La Herradura-Taramay, por parte del Ministerio de Fomento.

Por otro lado, tendrán que presentarse ante el juez el representante legal, el jefe de obras y el coordinador de seguridad de la Unión Temporal de Empresa La Herradura, que fue la contratista principal de la obra, y los responsables de la empresa subcontratada Estructuras y Montajes Prefabricados S.L.

El auto indica que todos ellos son “presuntamente responsables de no facilitar a los trabajadores todos los medios necesarios para desempeñar su actividad con las medidas de higiene adecuadas”, y un informe de del Instituto de Ciencias de la Construcción y de la Universidad de Granada, señaló que en la obra “no se hizo ningún tipo de revisión puesto que las revisiones sobre las soldaduras eran meramente visuales”.

De esta forma “no se adoptaron medidas, ni se realizaron análisis, ni se empleó maquinaria alguna que permitiera detectar defectos en las soldaduras que no fueran apreciables a simple vista”.

Además, el informe establece que “en la cimbra siniestrada se utilizaron tornillos sin pretensar, lo que resulta poco adecuado en estructuras sometidas a cargas variables”. Así, indica que fue el aflojamiento de uno de los tornillos de unión del marco trasero, lo que produjo una “redistribución de esfuerzos”, “lo que a su vez condujo a la ruina de la cartela intermedia, provocando la caída de la cimbra por uno de sus elementos”. En definitiva, eso fue lo que produjo el desplome de una plataforma situada a 68 metros de altura sobre los trabajadores.

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Un estudio señala que el canibalismo era habitual en Europa durante el Neolítico

– Un estudio señala que el canibalismo era habitual en Europa durante el Neolítico.

Un equipo de antropólogos granadinos confirma, tras analizar las marcas de los huesos, que también se practicaba en el México prehispánico

El canibalismo era una actividad sistemática y ritual en el México prehispánico y durante el Neolítico prácticamente en toda Europa, según ha constatado un equipo de antropólogos tras el estudio de las marcas que esta práctica dejaba en los huesos humanos.

Desde finales del 3.000 al 2.500 antes de Cristo, el canibalismo era común en toda la cuenca mediterránea europea y en Finlandia, y la carne de los fallecidos se tomaba tras hervirla unas tres o cuatro horas, tal vez para asimilar sus características, ha explicado el director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, Miguel Botella, quien dirige esta investigación en colaboración con expertos de la Universidad Autónoma de México y el Instituto de Antropología mexicano.

Los huesos estudiados, con marcas de cuchillos y de dientes humanos y procedentes de hombres, mujeres y niños, aparecieron en basureros mezclados con restos de los animales que conformaban su dieta, lo que constata el canibalismo en el Neolítico, especialmente en un periodo del que apenas se han encontrado sepulturas. Sólo en Granada se han encontrado once lugares, algunos de ellos en Alfacar, Píñar o Moclín, donde esta práctica era habitual, pero también son numerosos en la fachada mediterránea del resto de España y en Europa.

En cuanto a las culturas mesoamericanas, los más de 20.000 restos óseos estudiados por estos expertos han demostrado que el canibalismo era sistemático en toda América, lo que posiblemente indica que lo llevaron los humanos que pasaron el estrecho de Bering cuando ocuparon el continente por primera vez.

Parte de un ritual

Botella ha asegurado que en el México prehispánico, tras los sacrificios rituales en los que se ofrecían los corazones de la víctima a las deidades, el resto del cuerpo se cocía con maíz y era repartido entre todos los participantes en el acto como en la comunión cristiana o sólo entre determinados sacerdotes. Ocurría como en las actuales corridas de toros, donde todo sigue un ritual, pero una vez que muere, el animal es carne, ha explicado Botella.

En la investigación se han recabado recetas de cocina de carne humana que recogieron los frailes españoles durante su labor evangelizadora tras la conquista, que señalan que nunca se tomaba asada y que era habitual añadirla al pozole, un guiso contundente típico mexicano en el que hoy se usa carne de cerdo o de pollo. Según el testimonio de uno de estos frailes, la carne humana sabía como la del cerdo, de ahí que, tras ser prohibido su consumo durante la cristianización de los indígenas, fuera sustituida por el puerco.

La manipulación de los cuerpos humanos para su ingesta (cortes, desuello, descarnado o cocción, entre otros) dejó marcas en los huesos, que han sido analizadas por estos expertos y han permitido determinar toda la metodología utilizada en lo que constituían acontecimientos ritualizados.

Una muestra de que el canibalismo era sistemático es que este antropólogo ha estudiado en Guadalajara (México) más de 2.000 herramientas hechas con huesos humanos, desde punzones a arpones pasando por instrumentos musicales, lo que evidencia una industria artesana establecida. Es decir, el cuerpo humano no sólo sirvió para alimentar a esos pueblos, sino que generó una industria del hueso, que era considerado el mejor material para las herramientas.
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A los españoles les gusta ser europeos

– A los españoles les gusta ser europeos

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50% dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5% cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82% de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5% para los salarios.

No cala la identidad europea

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada. Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2% en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4%).

Desinformación

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.
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Un estudio señala que el canibalismo era habitual en Europa durante el Neolítico

– Un estudio señala que el canibalismo era habitual en Europa durante el Neolítico

Un equipo de antropólogos granadinos confirma, tras analizar las marcas de los huesos, que también se practicaba en el México prehispánico

El canibalismo era una actividad sistemática y ritual en el México prehispánico y durante el Neolítico prácticamente en toda Europa, según ha constatado un equipo de antropólogos tras el estudio de las marcas que esta práctica dejaba en los huesos humanos.

Desde finales del 3.000 al 2.500 antes de Cristo, el canibalismo era común en toda la cuenca mediterránea europea y en Finlandia, y la carne de los fallecidos se tomaba tras hervirla unas tres o cuatro horas, tal vez para asimilar sus características, ha explicado el director del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, Miguel Botella, quien dirige esta investigación en colaboración con expertos de la Universidad Autónoma de México y el Instituto de Antropología mexicano.

Los huesos estudiados, con marcas de cuchillos y de dientes humanos y procedentes de hombres, mujeres y niños, aparecieron en basureros mezclados con restos de los animales que conformaban su dieta, lo que constata el canibalismo en el Neolítico, especialmente en un periodo del que apenas se han encontrado sepulturas. Sólo en Granada se han encontrado once lugares, algunos de ellos en Alfacar, Píñar o Moclín, donde esta práctica era habitual, pero también son numerosos en la fachada mediterránea del resto de España y en Europa.

En cuanto a las culturas mesoamericanas, los más de 20.000 restos óseos estudiados por estos expertos han demostrado que el canibalismo era sistemático en toda América, lo que posiblemente indica que lo llevaron los humanos que pasaron el estrecho de Bering cuando ocuparon el continente por primera vez.

Parte de un ritual

Botella ha asegurado que en el México prehispánico, tras los sacrificios rituales en los que se ofrecían los corazones de la víctima a las deidades, el resto del cuerpo se cocía con maíz y era repartido entre todos los participantes en el acto como en la comunión cristiana o sólo entre determinados sacerdotes. Ocurría como en las actuales corridas de toros, donde todo sigue un ritual, pero una vez que muere, el animal es carne, ha explicado Botella.

En la investigación se han recabado recetas de cocina de carne humana que recogieron los frailes españoles durante su labor evangelizadora tras la conquista, que señalan que nunca se tomaba asada y que era habitual añadirla al pozole, un guiso contundente típico mexicano en el que hoy se usa carne de cerdo o de pollo. Según el testimonio de uno de estos frailes, la carne humana sabía como la del cerdo, de ahí que, tras ser prohibido su consumo durante la cristianización de los indígenas, fuera sustituida por el puerco.

La manipulación de los cuerpos humanos para su ingesta (cortes, desuello, descarnado o cocción, entre otros) dejó marcas en los huesos, que han sido analizadas por estos expertos y han permitido determinar toda la metodología utilizada en lo que constituían acontecimientos ritualizados.

Una muestra de que el canibalismo era sistemático es que este antropólogo ha estudiado en Guadalajara (México) más de 2.000 herramientas hechas con huesos humanos, desde punzones a arpones pasando por instrumentos musicales, lo que evidencia una industria artesana establecida. Es decir, el cuerpo humano no sólo sirvió para alimentar a esos pueblos, sino que generó una industria del hueso, que era considerado el mejor material para las herramientas.
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A los españoles les gusta ser europeos, pero no les interesa la UE

– A los españoles les gusta ser europeos, pero no les interesa la UE

A los españoles les gusta ser europeos y la mayoría coincide en que pertenecer a la UE ha resultado beneficioso para el país, pero muestran uno de los niveles más bajos de los países miembros en cuanto al interés, el conocimiento de las instituciones y la participación en las elecciones europeas.

Esta es una de las tesis que se desprende del estudio Veinte años de pertenencia a la UE: actitudes de los españoles ante el proceso de integración comunitaria, elaborado por la profesora de Ciencia Política de la Universidad de Granada Inmaculada Szmolka y publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Según este trabajo, siete de cada diez españoles se muestran a favor de la Unión Europea, aunque sólo el 50 por ciento dice que se disgustaría si se disolviera.

Szmolka quería comprobar si el apoyo a la UE, basado principalmente en los beneficios que ha tenido para el país pertenecer a la organización, ha descendido al converger España con el resto de países miembros, pero comprueba que el balance sigue siendo positivo para los españoles, tras superarse momentos críticos, como la implementación de la unión monetaria.

De hecho, un 61,5 por ciento cree que España se ha visto beneficiada por la incorporación a la Europa comunitaria, sobre todo en áreas como las infraestructuras, la cultura o el desarrollo de las regiones más desfavorecidas.

La opinión cambia, sin embargo, si se aborda la unión económica y monetaria, ya que, según el estudio, el 82 por ciento de los españoles cree que la UE ha sido perjudicial para los precios y el 47,5 por ciento para los salarios.

Szmolka analiza también el éxito de las élites comunitarias a la hora de fomentar el sentimiento de identidad europea y comprueba que, al menos en España, no ha calado de forma generalizada.

Sólo tres de cada diez españoles se sienten españoles y europeos al mismo tiempo.

Llama la atención la evolución registrada en la última década, durante la que se ha incrementado el porcentaje de quienes se definen con una identidad española y europea (del 19,2 por ciento en 1997 al 31,8 en 2006), mientras que ha descendido más de quince puntos el porcentaje de quienes se identifican exclusivamente como españoles (hasta el 52,4 por ciento).

Szmolka destaca asimismo el constante desinterés hacia los asuntos europeos y el desconocimiento de los españoles sobre los asuntos comunitarios, superando incluso la baja media europea.

Así, si en la Europa de 25 países miembros el grado de información sobre la política comunitaria se situaba en 4,2 puntos en una escala de 0 a 10, España alcanzaba 3,7 puntos, en el furgón de cola junto al Reino Unido y Hungría.

Los españoles además se muestran mayoritariamente críticos con la gestión del Gobierno en la defensa de los intereses del país ante la UE y con el papel que desempeña España dentro de las instituciones europeas.

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«Sc@ut» triunfa en Corea

– «Sc@ut» triunfa en Corea

Oficialmente, no han ganado, pero en la realidad desde luego que sí. ¿O acaso no es un triunfo que tres jóvenes españoles viajen a Corea del Sur para competir en unas olimpiadas de la informática con 344 estudiantes de 59 países? Pues ése es el caso de José Luis González, Cristóbal Espinosa y Óscar Pino, alumnos de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la Universidad de Granada, que han presentado en Imagine Cup, la famosa competición internacional de tecnología que Microsoft organiza desde el año 2003, un «software» bautizado como «Sc@ut», cuyo objetivo es reducir los problemas del autismo. Porque José Luis, Cristóbal y Óscar saben que los problemas de comunicación en los niños autistas pueden reducirse de forma significativa si son tratados adecuadamente. Y éste ha sido el punto de partida de «Sc@ut», un proyecto informático que favorece el uso de sistemas de comunicación sonoro-pictográficos entre los menores autistas, según confirma Beatriz Ordóñez, responsable de programas académicos de Microsoft Ibérica.

«Bajo una sencilla interfaz de usuario -explica Ordóñez-, se presenta una completa aplicación de «software» que se enriquece con su uso continuado y que se adapta a las necesidades específicas de cada persona. De esta forma, los elementos de la comunicación se representan en equipos con múltiples ventajas como son los Pocket PC o Tablet PC, que permiten la comunicación visual, sonora y táctil de los pequeños, al tiempo que se les facilitan nuevas posibilidades de interacción a través de internet». En su opinión, «las múltiples posibilidades de este sistema hacen posible su extensión a colectivos con necesidades similares, como son las personas con parálisis cerebral».
Beatriz Ordóñez subraya que, con estas competiciones tecnológicas, Microsoft busca motivar a los estudiantes, en el sentido de que comprendan que «la tecnología no es un fin en sí mismo, sino un medio para mejorar algún aspecto de la vida». O sea: justo lo que han hecho los tres estudiantes de la Universidad de Granada, que, con su aportación tecnológica, de seguro que podrán mejorar la calidad de vida de muchos niños. ¿No es ése un auténtico triunfo, a pesar de que en su competición de Desarrollo de Software el primer premio se lo llevara Tailandia, seguida de Corea del Sur y Jamaica?

«Algo inimaginable»
No es extraño, por tanto, que Imagine Cup haya supuesto para ellos «algo inimaginable», en palabras textuales de José Luis González, quien, desde Seúl, resume así su experiencia para ABC durante toda esta semana de competición que acaba de concluir: «Hemos tenido la oportunidad de viajar a un país al que creo que nunca hubiésemos ido por nuestra cuenta, lo que nos ha permitido adentrarnos en una cultura muy diferente y apreciar lo grande y fabuloso que es el mundo».

En relación con el «software» presentado por este joven trío de la Universidad de Granada, González, que también habla en nombre de sus compañeros, asegura que se sienten «felices de haber tenido la oportunidad de comparar este proyecto con los mejores del mundo, y, de esta manera, poder aprender de esta fantástica experiencia para el futuro». Y añade: «Es increíble el gran nivel que muestran los distintos países y las ganas que le ponen a todo lo que hacen. Existen cosas realmente sorprendentes y, aunque sólo ganen tres, creo que lo más importante es estar aquí, entre los 60 mejores proyectos de todo tipo que intentan resolver o ayudar en la educación en distintos aspectos, como ocurre en nuestro caso con el autismo en el proyecto Sc@ut».

Tras asegurar que están «muy agradecidos a Microsoft y a los distintos especialistas y tutores que trabajan día a día en este proyecto», dice que ellos sólo son «la punta del iceberg de un gran número de personas que colaboran en este proyecto», el cual ya está siendo usado por distintas familias. «Precisamente por nuestro aspecto social -concluye-, nos gustaría que, después del éxito internacional obtenido con «Sc@ut», organismos e instituciones nacionales se interesaran por este proyecto para que sea lo más asequible y usado que se pueda».

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