La domiciliación de los impuestos locales sólo llega al 8,5 por ciento.
La mayoría de los ciudadanos (61 por ciento) acude con sus recibos para liquidar en las entidades bancarias Un estudio sitúa a Mérida con la presión fiscal más alta de la comunidad, con 266,30 euros por habitante y año.
La domiciliación retrocede en la capital autonómica. El pago de los impuestos locales a través del cargo a una cuenta existente en una entidad bancaria ha caído al 8,5 por ciento en el año pasado, un porcentaje incluso inferior al del año 2002, cuando se situaba en el 9 por ciento.
Ni la rebaja de un 5 por ciento de la cantidad final a pagar si se domicilia el recibo, ni el cierre de la ventanilla que había en el ayuntamiento han favorecido un cambio de tendencias. La costumbre sigue siendo la de ir con el recibo al banco y pagar: el 61 por ciento de los vecinos cumple así con sus obligaciones fiscales municipales.
«No se trata sólo se facilitar la tarea al Ayuntamiento, sino, sobre todo, al ciudadano», señala Gloria Constantino, delegada de Hacienda, cuando explica el cierre de la ventanilla existente en la Casa Consistorial en la que, desde hacía años, se pagaban los distintos impuestos y tasas municipales.
«En febrero del 2004 se restringió el cobro en la ventanilla y desde mayo de ese año sólo se permite el cobro en vía ejecutiva. Lo que hicimos con esa medida fue terminar con las insufribles colas que había para pagar», señala Constantino.
De esa forma, varió sustancialmente el modo de pago. En el 2001, el 99,81 por ciento de los pagos derivados del impuesto de rodaje se abonaban en ventanilla. En el 2006, el porcentaje se redujo drásticamente hasta el 2,72 por ciento, mientras que asciende al 73 por ciento en el caso de los que optan por ir al banco con su recibo para liquidar la deuda.
Otra cuestión con menos éxito es la de la domiciliación, a pesar de que las expectativas del municipio y de las 17 de las 20 entidades bancarias radicadas en Mérida con las que tiene firmadas convenios eran otras.
«Se firmó acuerdos con los bancos porque es la mejor manera para pagar los impuestos. La más fácil y la más cómoda. ¿Por qué no ha subido? No sé. Se puede decir que es un tema personal de cada uno, pero creo sinceramente que es muy beneficioso para el ciudadano», añade la delegada municipal de Hacienda.
Los datos de domiciliación son negativos. Apenas el 8,5 por ciento de los pagos se realiza de esa manera, un 2,5 por ciento más que en el 2003, pero un punto y medio menos que hace cinco años.
Desde las entidades bancarias se admite la realidad, pero creen en un cambio de tendencia. «Creo que cada vez más gente se habitúa a domiciliar. Seguirá creciendo por simple comodidad», agrega Carlos Esteban, director de la oficina de El Monte.
Presión fiscal
Mientras tanto, un estudio elaborado por Daniel Carrasco Díaz, catedrático de la Universidad de Málaga, junto a varios profesores de la Universidad de Granada fija la presión fiscal de la capital autonómica en 266,30 euros por habitante y por año, la más alta de Extremadura.
El estudio fue publicado en diciembre del 2006 y toma como referencia los estados de liquidación presupuestaria municipales referidos a los ejercicios del 2001, 2002, 2003 y 2004.
De ahí se deduce que cada emeritense destina al año a las arcas municipales 266,30 euros de media, mientras que cada ciudadano de Badajoz paga 252,74 euros en concepto de tributos municipales. Cáceres ostenta la tercera posición (87,08 euros).
El análisis toma como muestra las liquidaciones presupuestarias de 7.490 de los 8.109 ayuntamientos españoles.
Las poblaciones con mayor presión fiscal están en áreas turísticas. El profesor Dionisio Buendía, uno de los autores del estudio, explica que allí existe una población flotante bastante elevada, que no aparece en los censos. Muchos de ellos tienen segundas viviendas en estas poblaciones turísticas y pagan, por tanto, el IBI.
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