El urbanismo de los Reyes Católicos era más medieval que renacentista
Juan Cañavate Toribio. Arqueólogo
pepe torres
estudio. Juan Cañavate publica una tesis sobre la transición urbana de Granada en el siglo XV.
JORGE MUÑOZ
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granada. Cuenta Juan Cañavate que su libro es algo extraño porque, al final, aparecen más dudas que respuestas. Y esto es, fundamentalmente, porque aborda una transición que no sólo afecta al Reino de Granada –el último reducto musulmán de Europa–, sino a todo el Viejo Continente, que está transformando en esos momentos sus estructuras de poder. Granada, de la madina nazarí a la ciudad cristiana (Edit. Universidad de Granada) se enfrenta directamente a una interrogante histórica ¿Tenían los Reyes Católicos un modelo urbano propio cuando se asentaron en Granada en 1492?
Sí, existe un programa urbano pero no se puede entender como un programa renacentista. Se plantea la duda de si es renacentista o medieval ¿Estamos ya en un mundo moderno o en un mundo medieval? Esto no tiene una respuesta contundente pero yo creo que su programa tiene una enorme vocación medieval y se parece mucho a lo que ya habían hecho en Santa Fe.
Antes de atender esa respuesta Juan Cañavate explica cómo se estructuraba la ciudad nazarí que encontraron los cristianos y lo hace partiendo de un elemento básico, las propias habitaciones que conformaban las casas musulmanas. Su arquitectura respondía a una sencilla estructura familiar.
Al principio las viviendas tenían una única crujía a la que se le iban añadiendo en forma de L tantas crujías como unidades familiares se iban desglosando. Y en el centro lo que quedaba era el patio (haram), que es donde se desarrollaba la vida familiar, un espacio sagrado donde no entraba nada más que la familia. El investigador realiza una interesante aclaración histórica que rompe algunos clichés muy asentados. La vivienda que había en el Albaicín, por lo tanto, no era esa casa nazarí maravillosa que nos intentan mostrar a veces, sino una trama que se iba conformando con esos núcleos urbanos junto a importantes zonas agrícolas.
Cuando los cristianos irrumpen en la Granada nazarí los cambios en la estructura de poder acaban afectando también de forma notable a su modelo urbano. Es cuando Cañavate plantea la interrogante y analiza los cambios que afectaron a la ciudad.
En Santa Fe de lo que parten los Reyes Católicos es de un campamento militar romano como elemento clave, y en Granada ese elemento es Plaza Nueva. Se presta una enorme atención al eje que sale de la Puerta de Guadix por el Darro y al eje que parte de la calle Elvira por calle Molino hacia el convento de Santiago y Bibataubín. Si te das cuenta se trata de una cruz, comenta el arqueólogo.
Pero la transformación urbana de Granada a partir de 1492 no sólo responde a elementos simbólicos, sino también a importantes decisiones políticas. Los cristianos cuando llegan lo primero que hacen es obligar a romper en las viviendas musulmanas el aislamiento del patio y obligan a crear una puerta lateral, lo que para un musulmán resulta casi una profanación en su hogar. Una de las primeras capitulaciones es la que prohíbe mirar por encima de las tapias a los cristianos, por lo que de tolerancia entre las tres culturas hubo bien poca, afirma el autor.
Pero la ciudad que van articulando los Reyes Católicos toma también otros puntos estratégicos, las puertas de la ciudad nazarí. En los accesos de Elvira, Bibataubín, Bib-Rambla y Guadix los cristianos levantan importantes estructuras religiosas, grandes conventos como La Victoria, La Merced o San Jerónimo que van a ejercer un profundo cambio respecto a la distribución anterior.
Estos conventos van a romper la relación de las estructuras urbanas con el extrarradio, porque la Granada islámica era una ciudad estrechamente vinculada con lo rural. Cuando los Reyes Católicos heredan esas huertas las van cediendo a las instituciones religiosas o a la nobleza y pierden su anterior función, detalla Cañavate.
Otro estereotipo que el libro salta por los aires es sobre las mezquitas que acabaran transformadas en iglesias. Sólo las de mayor tamaño cambiaron de confesión. Granada fue una ciudad muy religiosa tanto en la época musulmana como en su posterior etapa cristiana y eso tuvo su influencia en el urbanismo.
Granada era muy religiosa también como ciudad islámica, tenía del orden de unos 170 edificios religioso entre mezquitas y morabitos, que eran muy numerosos. El Carmen de los Mártires posiblemente fuera un morabito, aunque no está demostrado. Los morabitos se convierten en ermitas o pequeñas iglesias y la mayoría de las mezquitas pasan a propiedades privadas y se adosan a las casas cristianas porque eran muy pequeñas. Por ejemplo, en la Chancillería y en Santa Ana había una mezquita y hasta en la tercera Catedral, la del Sagrario, había una mezquita.
Hay otra curiosidad histórica en esta transformación, ya que el modelo urbano que toma Granada a partir de 1492 difiere del de otras ciudades cristianas como Toledo o Sevilla. La razón tiene también un peso histórico.
Sevilla y Toledo son modelos muy mudejarizados, basados en el pacto. En cambio en Granada ese pacto apenas dura siete años, hasta que se produce en 1500 la primera rebelión del Albaicín. Entonces ya no se tiene en cuenta la capitulación. En Sevilla y Toledo las poblaciones civiles no sufrían demasiado con los cambios porque los monarcas eran conscientes de que gobernaban para los moros, judios y cristianos, explica el autor.
La lectura del libro permite conocer al lector otro detalle interesante relacionado con la Granada medieval. La paradoja del tiempo y las sucesivas transformaciones de la ciudad apenas han dejado testimonio de la Granada gótica que diseñaron los Reyes Católicos. La mayoría de los edificios desaparecieron y ahora sólo se pueden recordar gracias a libros como el de Juan Cañavate.
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