Ejecutivos y medio ambiente
Universidad de Granada
Un estudio demuestra que la naturaleza y el aire libre son la mejor aula para la formación de los altos ejecutivos de una empresa.
Cada vez son más las empresas que emplean el outdoor training como metodología de formación para sus directivos. Se trata de una combinación de los mecanismos de aprendizaje tradicionales con ejercicios al aire libre, y con una metodología basada en el aprendizaje a través de la experiencia directa, en un clima distendido y donde se realizan actividades que combinan la competitividad deportiva, la diversión y el trabajo en equipo.
El origen de esta técnica se remonta a la Segunda Guerra Mundial
Mientras los barcos alemanes hundían a los buques mercantes británicos, los marineros que esperaban ser rescatados luchaban por sobrevivir en aguas muy frías. Misteriosamente, la tasa de supervivencia entre los marineros más jóvenes era menor con respecto a los más veteranos.
El jefe de la flota mercante de Gran Bretaña, Sir Lorenzo Holt, pidió a Kurt Hahn, un educador de reconocido prestigio, que analizara las causas de este hecho y, si era posible, le pusiera remedio. Hahn estaba convencido de que este problema no venía ocasionado por la carencia de conocimientos o habilidades físicas de los más jóvenes, sino más bien porque éstos aún no habían alcanzado una comprensión de sus propios recursos físicos, emocionales y psicológicos. Como consecuencia, fundan una nueva escuela, Outward Bound, que les proporcionaba experiencias similares, usando la naturaleza como aula. Había nacido el outdoor training.
Pese a que este sistema de formación al aire libre está cada vez más extendido, nunca hasta ahora se había elaborado un estudio en profundidad del mismo. Miguel Reinoso Fernández-Caparrós, investigador del departamento de Sociología de la Universidad de Granada y consultor de OT Company (empresa líder en este tipo de metodología), ha elaborado la tesis doctoral ‘Desarrollo de competencias emocionales en los individuos de una organización utilizando la metodología de formación: outdoor training, en la que por primera vez analiza las claves y ventajas de esta novedosa técnica.
La investigación de Reinoso se ha centrado en el estudio de 42 sujetos, todos ellos directivos de área de una conocida empresa nacional, que participaron en un proyecto de ‘outdoor training’ celebrado en la finca ‘El Gasco’ de Torrelodones (Madrid) durante tres días. Para la consecución de este proyecto piloto, se dividió al grupo en tres colectivos de 14 individuos cada uno. Dos de ellos participaron en la práctica, mientras que el tercero sirvió de grupo referente o de control, manteniéndose al margen de esta experiencia.
Los tres días de convivencia en una finca al aire libre sirvieron al investigador de la UGR para analizar cuatro competencias emocionales fundamentales: la colaboración y el trabajo en equipo, el establecimiento de vínculos afectivos, la comunicación entre sujetos y la catalización o grado de adaptación al cambio (ya que las reglas de las diferentes pruebas van cambiando continuamente). Para ello, se realizaron una serie de pruebas físicas o psicológicas, elaboradas por un equipo d expertos, que fueron desde construir una balsa entre todos y navegar con ella a través de un río hasta practicar el tiro con arco o pilotar un ‘quad’ con los ojos cerrados y la ayuda de un compañero, pasando por caminar en grupo con los pies atados a dos esquís, o desenmarañar varias cuerdas enredadas entre todos.
“Este tipo de pruebas –explica Miguel Reinoso- proporcionan una información que es más difícil de detectar en el lugar de trabajo, como quién tiene madera de líder o quién no es capaz de trabajar en equipo, ya que la mayoría de ellas sólo puede resolverse actuando en grupo. Además, la naturaleza hace que todos sean iguales y se sientan igual de ‘torpes’ ante las adversidades: los diferentes ‘estatus’ que existen en la oficina desaparecen aquí”.
Grado de retención
Diez días después de este peculiar fin de semana, en el que obviamente también hubo tiempo para compartir confidencias y momentos de charla distendida, el investigador de la UGR realizó un ‘post-test’ entre los participantes para medir el grado de retención del aprendizaje tras el programa de intervención. La conclusión de su estudio es clara: “la inmensa mayoría de los individuos aumentó las cuatro competencias analizadas, y el grado de retención de lo aprendido en el entrenamiento fue muy elevado”, indica Reinoso. Para el autor de la tesis, “es absolutamente posible trasladar los conocimientos adquiridos en la naturaleza al entorno laboral. El aire libre favorece el descubrimiento de nuestras debilidades y aptitudes, puesto que todos somos iguales ante la adversidad”.
Toda la información obtenida a través del ‘outdoor training’ es facilitada posteriormente al departamento de Recursos Humanos de la empresa cliente, “lo que le permite actuar en consecuencia a la hora de organizar el área al que pertenecen los participantes”, concluye el investigador granadino.
Reinoso trabaja ahora en la publicación de un libro en el que recogerá, amén de los resultados de su investigación, otros aspectos relacionados con esta novedosa metodología.