PROYECTOS
La Universidad reclama más medios para abordar lacras como el paro o el terrorismo
Los grupos de investigación especializados en temas sociales se quejan de falta de recursos e interés político para acabar con los problemas que más preocupan a los españoles. Sólo reciben el 4,3% del presupuesto destinado a I+D
ISABEL GARCÍA
Paro, terrorismo, inmigración, violencia doméstica, drogadicción, racismo, vivienda… Son los problemas que más preocupan a los españoles. Lo dice el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su último barómetro, el de octubre.
Todos ellos se incluyen en una misma disciplina: las Ciencias Sociales, y desde allí se abordan en la universidad, donde grupos de investigación se dedican en exclusiva a la anorexia, la inmigración, el acceso al mercado laboral, el envejecimiento de la población o el maltrato a mujeres y niños. Estos mismos investigadores lamentan la discriminación que sufren a la hora de recibir financiación en comparación con otras áreas como las nuevas tecnologías, la energía, la defensa, la física o la biomedicina.
Las diferencias son notables: según el Instituto Nacional de Estadística, los servicios de Innovación y Desarrollo (I+D) conforman la rama de actividad investigadora más prolífica de España. Los productos farmaceúticos, militares, la industria naval y la informática continúan el listado. Además, los proyectos sociales y humanísticos centran sólo el 4,3% del presupuesto español dedicado a investigación. El porcentaje destinado a las nuevas tecnologías e ingenierías, en cambio, supera el 52,6% del total.
Rafael de Asís, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos IIIy director de su Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, explica la causa de la discriminación:«Es muy común pensar que estos estudios sociales no tienen un verdadero impacto en la sociedad. Y esta opinión se ve reforzada por las dificultades para medir dichos impactos. No se valora el avance social de, por ejemplo, una reflexión teórica sobre la historia de los derechos humanos».
El catedrático añade que en algunos ámbitos de la Administración con competencia en I+D, los estudios sociales ni siquiera «se consideran una labor estricta de investigación, aunque el desarrollo abarca también el desarrollo humano, no sólo el tecnológico». Es la causa por la que se piensa que estos trabajos no necesitan «medios económicos».
De Asís admite que la universidad dispone de «magníficos» investigadores que abordan problemáticas tan graves como el terrorismo, el racismo o el paro. Cosa distinta es la inversión que reciben, «muy escasa». Hace autocrítica: «En ocasiones, los investigadores nos alejamos de la realidad y llevamos a cabo enfoques excesivamente teóricos en los que es difícil encontrar propuestas concretas o políticas de acción». Aun así, los grupos que intentan erradicar las lacras sociales aumentan en España.
DESEMPLEO
Es la principal preocupación de los españoles, según el CIS. Y como tal, uno de los focos de interés más importante de los investigadores sociales. Las carreras con más futuro, las mejor pagadas, la cualificación de la mano de obra… Son cuestiones analizadas en las facultades de Económicas y en centros como el Observatorio de Inserción Profesional y Asesoramiento Laboral de la Universidad de Valencia. Su director es el catedrático José María Peiró, que acaba de concluir un informe sobre la inserción laboral de los titulados valencianos. Resalta su importancia: «El desempleo y la precariedad laboral siempre figuran en las encuestas como una de las preocupaciones más importantes de los españoles. Estas cuestiones requieren una investigación rigurosa que permita conocer las manifestaciones de ese desempleo, sus condiciones sociales, antecedentes que lo generan y consecuencias».
Aun así, matiza que, con los medios disponibles, se han conseguido «resultados relevantes», aunque no siempre «son utilizados por los responsables de las políticas de empleo ni por los profesionales que actúan en la orientación profesional del sistema educativo o del laboral». El catedrático aboga por construir «redes interuniversitarias» que optimicen los recursos y generen «masa crítica suficiente para producir una investigación de calidad». Eso no será posible sin un aumento de la financiación, necesario para «progresar en la prevención y solución de los problemas». A pesar de las cifras, Peiró hace una balance positivo del interés que estos temas despiertan en la universidad: «Cada vez se realizan más trabajos que contribuyen a la mejora de la cualificación profesional».
INMIGRACIÓN
Es un tema de gran preocupación para el 20% de los españoles. Esto hace que sea un tema «de moda» en cuanto a congresos, investigaciones y publicaciones, como dice Cristina Goenechea, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Complutense y autora de varios estudios sobre inmigración en nuestro país. Entre ellos, uno sobre las necesidades de adaptación de los menores extranjeros. Otro ejemplo: la Universidad de Valencia ha desarrollado un proyecto sobre Los derechos de participación como elemento de integración de los inmigrantes. Por su parte, la de Comillas está participando en el II Plan Regional para la Inmigración de la Comunidad de Madrid.
Goenechea apunta que aunque la universidad española se involucra en temas sociales, falta camino por recorrer: «Existe un problema de comunicación entre la universidad y la sociedad, especialmente en lo relativo a la difusión de los resultados obtenidos y su aplicación a la realidad social». Quizá por ello no siempre son tenidos en cuenta por los políticos: «Muchas veces no están interesados en poner en marcha las acciones que se desprenden de los resultados». La docente, al igual que sus colegas, demanda más medios: «Los proyectos científico-tecnológicos requieren una inversión económica mayor, por lo que es normal que tengan más recursos, sobre todo desde el ámbito privado, al ser sus resultados más comercializables».
La escasa inversión pública la achaca Goenechea a «la visión social» que se tiene de los proyectos humanísticos, «ya que la sociedad considera más rentable la cura de una enfermedad o la búsqueda de energías alternativas que cuál es la situación educativa de los alumnos extranjeros o cómo mejorar la integración social de este colectivo».
Su colega de la Universidad de Granada Miguel Beas añade: «El investigador sobre problemas sociales tiene la consideración de un pequeño científico de baja intensidad; pertenecemos al grupo de los parias: vamos detrás del humo que dejan las investigaciones en tecnologías». Cita un ejemplo: «Los criterios con que se valoran los sexenios de los investigadores vienen marcados por patrones eficientistas como número de publicaciones, de patentes, escenarios de publicación (a ser posible anglosajones)… donde quedan embargadas la calidad y la proyección humano-social de los temas».
TERRORISMO
Es un motivo de preocupación para el 49% de los españoles y un tema de estudio para las universidades españolas. De hecho, el número de posgrados, tesis y análisis sobre terrorismo aumenta cada día en las facultades españolas. Más aún tras el 11-M, aunque existen grupos que llevan acercándose al mundo árabe desde hace 20 años. Es el caso de Mercedes del Amo, coordinadora de los grupos de investigación arabistas de la Universidad de Granada y autora, entre otros estudios, del libro El 11-M en la prensa árabe. ¿Por qué la necesidad de estos análisis? «Para intentar desactivar prejuicios y miedos injustificados», resume.
La docente es consciente de las dificultades que entrañan cuestiones como el terrorismo a la hora de investigar. «El problema es la divulgación de nuestros trabajos, que aparecen y discurren por cauces universitarios y revistas científicas, a las que normalmente no tiene acceso el ciudadano medio». Por eso, está pensando en crear una página web en la que colgar todas las publicaciones desarrolladas por su equipo. Entre ellas, títulos como El islam institucional en Egipto o Sociedad civil y Derechos Humanos en Marruecos.
Aun así, Del Amo demanda más medios para avanzar en la investigación humanística: «Recibe mucho menos apoyo institucional que las denominada científica (aunque científicas son todas)». En cuanto a si los políticos utilizan su trabajo, lo duda: «Me temo que, por las cosas que les oímos decir a muchos de ellos, no se preocupan en documentarse». Lo ve un error, al igual que centrarse en la tecnología. «La respuesta a los retos humanos no se puede dar sólo desde las nuevas tecnologías. Tenemos un ejemplo muy concreto y dramático: las guerras del siglo XXI se están llevando a cabo con tecnología punta, pero con la filosofía imperialista del siglo XIX».
MALTRATO A MAYORES
María Teresa Bazo es una de las mayores expertas en ancianidad en España, autora de diversos estudios sobre Sociología de la Vejez y catedrática de la Universidad del País Vasco. Acaba de concluir un trabajo sobre el papel de la familia y los servicios sociales en la calidad de vida de los mayores. Han participado en él investigadores de Alemania, Reino Unido, Noruega e Israel. «Estos estudios son vitales, ya que tienen implicaciones no sólo sociales, sino políticas y económicas». Sus palabras no dudan antes estos datos: España es el país con la tasa de natalidad más baja del mundo y, a mediados de siglo, se convertirá en el más envejecido.
Este título hace reflexionar a Bazo sobre la necesidad de profundizar en los problemas sociales: «Cuando empecé a investigar el envejecimiento de la población hace 20 años, no sólo no había interés social o político, sino tampoco académico, lo que te hace sentir una gran soledad como investigadora». Traslada la situación a la actualidad, donde las nuevas tecnologías centran la inversión: «Priorizan los trabajos de aplicación directa, que crean riqueza de forma rápida». Esta posible discriminación se ve también en la elección de las carreras. El 40% de las plazas de Humanidades queda libre. «Las políticas de los gobiernos deben fomentar los valores humanísticos, en declive», concluye.
LA RAÍZ DE LA VIOLENCIA EN TELEVISIÓN
Carlos Revilla, investigador de Psicología Social en la Complutense, se encuentra inmerso en un estudio sobre la violencia televisiva, que ha arrojado ya varias conclusiones. Una de ellas: a pesar de la excesiva telebasura, el 60% de la violencia procede del campo de la ficción: películas, series y promos. Revilla llama la atención sobre estas últimas, «ya que nadie controla su horario, da igual que lo vea el público infantil». Concepción Fernández Villanueva y Roberto Domínguez completan el equipo que desarrolla el estudio. En cuanto al interés que despiertan las investigaciones sociales, Revilla da la razón a sus colegas –«están en un segundo plano»–, aunque cree que el problema es más complejo: «La financiación de la investigación en general en España es insuficiente, aunque en las Ciencias Sociales se acentúa». Como causa, esgrime la falta de difusión. «A veces se limita a la publicación en revistas científicas, que sólo leemos nosotros. No llegan a un debate público».
ACCIDENTES
Exceso de velocidad y calzada mojada. Son los factores que más influyen en los accidentes de tráfico. Así lo dice un estudio sobre su epidemiología elaborado por dos docentes de la Universidad de Granada: Pablo Lardelli y Juan de Dios Luna. La novedad se basa en el análisis del fenómeno desde la salud pública. «A diferencia de otros problemas de salud, para los accidentes de tráfico se dispone de una fuente de información muy útil, pero infrautilizada desde la metodología epidemiológica: el registro de accidentes de la DGT», afirma Luna. Cree que existe «desconexión» entre los estudios realizados y la toma de decisiones políticas. «En Salud, los accidentes son un problema de tercera división a la hora de los recursos en comparación con el cáncer o el sida».
LA ADICCIÓN AL ALCOHOL Y LAS DROGAS
La adicción al alcohol y las drogas centra numerosos estudios de las universidades españolas. Entre ellas, la Complutense, que ha elaborado varios informes sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes. Otras como la de Barcelona, Deusto o Alicante imparten, ya sea a través de la web o de forma presencial, másters en drogodependencias, e incluso cuentan con Servicios de Orientación a los alumnos con problemas de adicción. En ellos también se presta apoyo a los estudiantes con anorexia o bulimia. De hecho, las universidades de Navarra y Extremadura acaban de publicar dos estudios. Sobre factores de riesgo de estas enfermedades, en el primer caso; sobre la influencia de la publicidad, en el segundo.
INTEGRACIÓN
La integración de los inmigrantes a través de la obtención del carné de conducir. Es la propuesta que el equipo de Educación Social y Cultural de la Universidad de Granada está llevando a cabo en el Centro de Adultos Doncel del Zaidín (Granada). Miguel Beas, director del proyecto, explica el objetivo así: «Desarrollar un proceso de integración de un colectivo complejo (senegaleses, brasileños, españoles de clase baja, marroquíes, rusos…) a través de la educación vial, eliminando, en lo posible, las circunstancias que fomentan la exclusión social y cultural». La idea ha permitido que 200 inmigrantes sin papeles aprendan español mediante la convivencia y las clases de educación vial, de forma que así se aumenten las posibilidades laborales de este colectivo.
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